Sometida por las deudas 4

María continua ofreciendo su compañía al grupo de invitados. Su sufrimiento parece no acabar nunca, aunque parece ver una luz al final del túnel.

Y ahi se encontraba la pobre Maria,dispuesta a terminar con todo aquello.Continuaba el espectaculo.

Conecte el equipo de música y mientras empezaba a sonar me acerque al escenario. Empecé a mover mi cuerpo siguiendo el ritmo, mientras con mis manos

acariciaba mi cintura, subía por mi barriguita y me acariciaba los pechos mientras no dejaba de mirar y sonreír a mi obligado público. Les di la espalda y continúe

mis movimientos inclinando mi cuerpo hacia delante, y acariciando mi culito fui levantando la pequeña minifalda dejándoles ver mi trasero por completo. Volví a

ponerme derecha y comencé a bajar la cremallera de mi top, mientras notaba como no me quitaban los ojos de encima a través de los espejos. Dejé caer esa

prenda intentando ocultar mis pechos con mis manos, y me puse de nuevo mirándolos de frente. Los acariciaba sensualmente mientras notaba como crecían

esos bultos debajo de sus pantalones, notaba como se excitaban con mi cuerpo, así que deje que mis manos empezaran a bajar buscando llegar a mi braguita,

dejando ya mis tetas libres para ser vistas. Baje del escenario y continúe mi bailecito acercándome a ellos, ahora quería que pudiera tocar un poquito. Estaban

los tres sentados uno al lado del otro en un gran sofá, el Gobernador se encontraba en medio de sus dos ayudantes, y esos dos pedazos de negros justo detrás,

parecía que iba a tener que satisfacer a sus jefes y tendría que hacerlo también delante de ellos, pero eso no me iba impedir conseguir lo que me proponía. Me

acerque al señor Ruiz y separando mis piernas me coloque encima de él, acerque mi boca a su cuello y le di unos pequeños mordisquitos, mientras cogía sus

manos y las colocaba en mi culito, cosa que el aprovechó para apretarlo suavemente, lo deje con ganas de más, me puse en pie y me fui buscando al señor

Montesinos, queriendo dejar al Gobernador para el final. Separando mis piernas me coloque en la misma posición que con su amigo. Se notaba que le gustaban

mis pechos, porque no dejaba de mirarlos, así que sonriendo picaronamente los acerque a su boca, dejando que pudiera probarlos por primera vez. Los besó

varia veces y buscó mi pezón con su lengua, yo hacía pequeños movimientos impidiéndole cogerlo con facilidad, hasta que después de jugar un poquito con el

me detuve dejando que me lo chupara. No quería olvidarme del Gobernador, así que me separé sutilmente dejándolo con la miel en los labios y me fui a por mi

último invitado. Le di la espalda y le dediqué unos cuantos movimientos de cintura, seguro que los tres estarían babeando mirándome para el culo. Sentí como

puso su mano en mi espalda y la bajaba hasta el culo. Después de tocarlo cuanto quiso me dio unos suaves azotes, chica mala, me decía, yo entonces empecé a

bajarlo dejando que se apoyara en él. Me recosté sobre su enorme barriga y levante mis brazos por encima de mi cabeza buscando su cuello, lo que le dejaba

mis pechos a su entera disposición. Pareció entender lo que le proponía, ya que acto seguido me los agarro con sus manos, comenzando a apretarlos y

pellizcarlos este ya sin tanta delicadeza como sus colegas. Me molestaba un poco, ya que lo hacía con fuerza, pero no quise contrariarlo ahora que empezaba a

hacer que disfrutaran, así que comencé a mover mi culo en círculos queriendo restregárselo sobre su paquete. Notaba como se aceleraba su respiración con mis

movimientos, así que no me detuve. Mientras notaba como bajo su pantalón su polla adquiría más dureza baje mis brazos y fui buscando con ellos los paquetes

de sus ayudantes, no quería que ellos se enfriaran, así que debía prestarles también mis atenciones. Los sobé por encima del pantalón, pero se notaba que ellos

querían una atención más profunda, porque notaba como lo iban desabrochando mientras recibían mis caricias. Se sacaron sus penes y acercaron mis manos a

ellos. Yo instintivamente empecé a masturbarlos mientras aun notaba como el Gobernador no cesaba en el tratamiento de mis pechos.

-Parece que ya empiezan a entender cómo funcionan las cosas en estos sitios, espero que la clase práctica les esté resultando satisfactoria, -me atreví a decir- .

-Te lo debemos todo a ti, se ve que ya tienes práctica en dar clase a alumnos con poca experiencia. Ahora nos tiene muy intrigados cual será la siguiente

lección.

-Eso tiene fácil remedio, veo que la primera la tienen bien aprendida, y como noto sus esfuerzos por querer aprender voy a continuar con el temario.

Deje ya las atenciones que les estaba brindando y me puse de nuevo en pie sin dejar de darles la espalda.

-Para la siguiente lección no es necesaria tanta ropa, así que si no les importa me gustaría que me ayudasen un poco a quitármela.

No hizo falta que respondieran, el señor Montesinos no tardo en acercarse a mi soltando el botón de mi minifalda y dejándola caer al suelo, ayudándome a

quitármela, a lo que prosiguió acariciando mis piernas desde los tobillos hasta mi cintura, no olvidándose de propinarme otro pequeño masaje en mis nalgas. Se

notaba que le gustaba la situación, ya que no se entretuvo mucho en tocarme, si no que quiso seguir quitándome el resto. Soltó las pequeñas pinzas de mis

medias y acto seguido se agarró a mis braguitas con intención de quitármelas. Tiro despacito de ellas, queriéndose deleitar con mis intimidades. Yo me dejaba

hacer, realizando tímidos movimientos al ritmo de la música. Cuando termino de retirar mis braguitas volvió a colocar las pinzas en mis medias. Yo veía mi

imagen reflejada en los espejos del escenario, totalmente desnuda, solo con unas prendas arriba que hacían que me viera como una putita. Seguro que los tres

hombres estarían encantados de tener esa visión de mí, de una mujer que estaba allí para satisfacer sus necesidades sexuales. Una vez que el señor Montesinos

acabo de colocar las pinzas tomó otra vez sitio en el sofá. Ya los tenía como quería, muriéndose por cogerme. El señor Ruiz y el señor Montesinos seguían

acariciándose sus pollas contemplando mi desnudez, pero el señor gobernador aún tenía la suya guardada en el pantalón. Quise remediar eso enseguida, así que

me arrodille en el suelo y me fui acercando a sus piernas. Con sumo cuidado solté el botón de su pantalón y baje la cremallera, y metí mi mano entre sus

calzoncillos buscando su pene. El me ayudo un poco tirando para debajo de su pantalón, dejando que pudiera sacársela con más facilidad. No me podía creer lo

que veía, su polla aún no estaba dura, pero aun así tenía un buen tamaño, y al igual que él, tenía un grosor increíble.

-Pareces sorprendida, seguro que no te imaginabas que pudiera guardar algo así aquí debajo. Ahora comprobaremos si de verdad sabes contentarme.

-Estate seguro que voy a poner todo de mi parte por intentarlo, ahora veremos si hace honor a lo que parece a primera vista.

La llevé a mi boca, y comencé a mamársela queriendo ponérsela bien tiesa. Notaba como iba creciendo entre mis labios y como se me hacía casi imposible

chupársela por lo gorda que era, solo era capaz de meterme el capullo, dado que también estaba cogiendo un tamaño considerable.

8

Nunca había visto una cosa tan grande. Usaba mi boca y mis manos para poder abarcar toda aquella polla, pero el señor Gobernador aparto mis manos

queriendo sentir solo mis labios, así que busque con ellas los penes de sus colegas y empecé a masturbarlos. Ahora esos dos negros que había detrás del sofá

debían estar alucinando con la visión que tenían, una mujer chupando el pene de su jefe y haciendo con las manos una paja a cada uno de sus ayudantes. El

señor Ruiz fue el primero que quiso mover ficha, así que soltó mi mano y se colocó detrás de mí para poder follarme el coñito. Escupió sobre la palma de su

mano y froto mi rajita queriendo prepararla para metérmela. Cuando creyó que ya estaba a su gusto me introdujo su polla de un solo golpe, haciendo que al

tener la polla de su jefe en mi boca casi me llegara a la garganta, haciendo que me vinieran unas pequeñas arcadas. Ahora estaba siendo follada por un hombre

mientras se la chupaba a otro y con mi mano le hacía una paja a un tercero. El señor Ruiz metía y sacaba su polla sin descanso, y cuando parecía que se iba a

correr la sacó y dejó que ocupara el señor Montesinos su sitio, que no tardo en metérmela otra vez en mi coñito. Yo seguía con mi mamada al señor gobernador,

que de vez en cuando la sacaba de mi boca y me daba con ella golpecitos en mi carita, y sobre mi lengua que yo sacaba buscando meterla otra vez en mi boca.

-Eres una zorrita muy complaciente, ya casi la tengo lista para probar ese culito, llevo toda la tarde deseando probarlo, te lo romperé hasta correrme. –soltó de

repente el señor gobernador. Ya se me hacía raro que alguno de esos cerdos no lo hubiera intentado antes-.

Yo sabía que si me metía esa cosa por el culo me lo destrozaría, pero no tenía otra opción que dejar que lo hiciera, así que tenía que preparármelo para cuando

llegara el momento. Saqué su pene de mi boca un momento, escupí sobre los deditos de mi mano y volví a tragármela mientras llevaba los dedos hacia mi culo.

Comencé a mojar la entradita con mi saliva y a meter un dedito para dilatarlo un poco. Después de jugar un poco con el metí otro dedito más. Eso le debía estar

gustando al señor Montesinos, ya que podía ver y notar de primera mano como yo me follaba mi culito con ahora tres deditos. El quito mi mano y noté como

apoyaba su pene en su lugar. Quería metérmela por detrás, y fui yo quien hice un poco de fuerza para que lo consiguiera, era mejor dejar que me lo follara el

que la tenía más pequeña, así se dilataría mejor para poder dejar sitio a la de su jefe. Yo me acariciaba mi rajita mientras estaba siendo enculada por un hombre

y se la chupaba a otro.

-Muy bien gatita, ahora deja que sea yo quien te pueda follar, que ya la tengo a punto para darte mi parte. –dijo ahora si el señor Gobernador- Móntate aquí

que quiero que pruebes una polla de verdad.

Me levante y me puse de espaldas al Gobernador, dirigiendo mi culito hasta esa cosa enorme. Con los pies en el suelo empecé a bajar hasta que note su duro

pene en la entradita, cogí aire e intente relajar mi esfínter dejando que mi cuerpo bajara metiéndose su pene en mi interior. Costo un poco que entrara el

capullo, pero después fui bajando dejando que me entrara todo el resto hasta el fondo, hasta que me quede sentada sobre él. Permanecí un ratito quieta,

intentando acostumbrar mi ano a todo ese pedazo de carne, momento que aprovecharon los otros dos para colocarse delante de mi esperando a que se las

chupara. Incline mi cuerpo un poco buscando sus penes con mi boca mientras empezaba a moverme suavemente sobre la polla del Gobernador. Tenía mis

manos apoyadas en su cintura, así que los otros dos tenían mi boca abierta a su disposición. Se iban turnando en metérmela cada vez más adentro, logrando a

veces golpear mi garganta con ella haciendo que me vinieran algunas arcadas, pero yo aguantaba no devolver encima de ellos, lo que no podía era evitar que mi

saliva saliera embadurnando mi cara con cada empuje de ellos. El señor Gobernador tenía agarradas mis caderas empujando cada vez con más fuerza, y ahora sí

que me estaba metiendo su polla con más ganas, hasta que sentí como se estremecía y soltaba todo su semen en mi culito. Deje su pene en mi interior notando

como su leche me inundaba, y agarre las pichas de sus ayudantes para ayudarles a follarme la boca, hasta que ellos también se corrieron en ella, y sobre mi cara.

-Cada vez creo con más razón que el señor Mario ha acertado con la elección de nuestra azafata, ¿verdad chicos?

-Por supuesto, es toda una experta en estos temas, y se le ve que disfruta con sus explicaciones.

-Creo que con invitados como ustedes mi trabajo es más fácil, es un placer oír que están encantados con mi trabajo, pero he de decir que para mí también ha

sido un placer gozar con su compañía. Ahora si me disculpan creo que me voy a dar una ducha para quitarme todo esto de arriba.

-Nos parece buena idea, es más, si nos permite acompañarla nos gustaría poder disfrutar de como lo hace. Tiene usted un cuerpo maravilloso y sería un placer

poder gozar de su visión un poquito más.

-Como ustedes prefieran. –no había forma de quitármelos de encima-.

Y así me di un baño para poder limpiar de mi cuerpo todos los restos de su semen, mientras ellos no me quitaban sus ojos de mi cuerpo mientras lo hacía, hasta

los dos pedazos de negros no quisieron perderse el espectáculo. Me seque bien mi cuerpecito y me volví a poner la ropa de azafata.

-Bueno ha sido un placer disfrutar de su compañía, ahora si quieren les acompañaré a la oficina del señor Mario y los dejaré a su disposición.

Cuando llegamos, su oficina estaba vacía, Mario debía de estar dando una vuelta por su negocio comprobando que estuviera todo el mundo disfrutando de las

instalaciones, así que les propuse bajar e ir en su busca, pero cuando nos dirigíamos a las escaleras el señor Gobernador me pregunto:

-Discúlpeme señorita María, aquí hay otra zona que aún no hemos visto, aún tenemos tiempo, así que si no tiene usted otra ocupación importante podría

enseñárnosla, como comprenderá estamos aquí para conocer todos los rincones de disfrute.

-Bueno, la verdad es que tenía pensado hacer otras cosas, pero si es lo que desean creo que podré dedicarles otro poco de mi tiempo. –No me podía creer que

aun tuviera que seguir con ellos después de haberles dejado que me cogieran, pero no podía hacer nada-.

Entramos en esa nueva sala y al verla me entro un escalofrío por el cuerpo, era una sala de dominación, llena de cuerdas, amarres en las paredes y un sinfín de

artilugios más que me hacían recordar lo sufrido en aquella noche que estuviera a disposición de Mario.

-Como pueden comprobar esta sala es para la gente más morbosa, se trata de una habitación para mujeres sumisas. Ahora que ya la hemos visto podemos

seguir con nuestro camino mientras buscamos al señor Mario si les parece.

-Nunca hemos probado este tipo de sexo, y si es posible nos gustaría que nos pudiera deleitar con una explicación más práctica.

9

-Eso creo que no va a ser posible, yo soy una mujer muy ardiente y me gusta llevar el ritmo en mis relaciones, así que no tengo experiencia en estas cosas y no

podría ofrecerles una explicación practica como se merecen.

-El señor Mario nos dijo que tu serias una buena anfitriona, así que supusimos que estarías dispuesta a ejercer tu cometido, pero si no sabes cómo dar una

buena explicación de estas artes creo que…

-Yo sí que estoy dispuesta, pero creo que no estaría a la altura de sus expectativas por mi falta de conocimiento.

-Creo que nosotros podríamos ofrecerle una solución a ese problema. Mis guardaespaldas son africanos, y allí disponen de varias mujeres cada uno. En su

cultura las mujeres han de obedecer los caprichos sexuales de sus hombres y son esclavizadas y sometidas a sus voluntades, así que es algo parecido a esto. Si

no tienes inconveniente en someterte a sus atenciones, creo que podrían ser ellos quienes nos dieran una explicación más práctica, contando contigo, claro.

Eso ya era lo que me faltaba, había tenido que dejar que me follaran unos viejos y ahora encima querían que sus guardaespaldas también lo hicieran, y para ser

peor aún, tenía que someterme a ellos para deleite de sus jefes. Ese calvario no tenía fin.

-Si es lo que desean, estaré dispuesta a someterme a ellos para que puedan darles una buena explicación práctica, así también podre yo aprender un poco.

Ya no quedaba remedio, ahora iba a ser sometida por un par de negros. Yo nunca me considere racista, pero nunca me hubiera imaginado que iba a ser follada

por dos, y aun encima teniendo que hacer de su esclava. A la orden de su jefe los dos se acercaron a mí, y me sujetaron las muñecas, yo me quede paralizada sin

saber lo que hacer, pero ellos sabían bien lo que sus jefes querían ver. Agarraron una cuerda que colgaba del techo y me subieron las manos amarrándolas a

ellas mediante unas esposas que me colocaron, y tiraron de la cuerda hasta que quedé de puntillas sobre mis pies, a lo que la amarraron otra vez para dejarme

ya indefensa en esa posición. Después uno de ellos se acercó a mí y me habló.

-Bueno esclava, yo me llamo Kuame y este es mi hermano Raziq. Durante un rato tú serás de nuestra posesión, así que deberás ser obediente a nuestras

órdenes. No se te está permitido dirigirnos la mirada, y mucho menos hablarnos a no ser que seamos nosotros quien te preguntemos. Si no cumples con lo que

te pidamos serás castigada como te mereces, y si eres complaciente serás recompensada. Deberás tratarnos siempre como tus amos, o de lo contrario serás

azotada. Ahora contesta si has entendido cuáles son tus obligaciones.

-Sí, creo que entendí todo bien, pero acordaros que esto es solo una explicación para vuestros jefes, así que no os paséis.

En ese momento no pude evitar dar un pequeño salto acompañado de un grito de dolor. Su hermano me acababa de dar en mi culito con una fusta de esas que

se usan para los caballos y sentía un enorme dolor que me hacían temblar las piernas.

-Creo que aún no lo has entendido. Solo contestaras a lo que se te pregunte. Y siempre con respeto hacia tus amos. Lo entiendes ahora.

-Perdón mi amo. He entendido a la perfección cuales son mis obligaciones.

Pero que se creían esos dos. Estaba muerta de miedo, no sabía cuáles serían sus intenciones, pero con la fuerza que me había golpeado el culo era mejor que

siguiera sus indicaciones sin rechistar. Eran unos tipos enormes y no pretendía verlos enfadados.

Kuame se giró buscando una señal del señor gobernador, y este asintió con la cabeza dándole a entender a ese negro que podía dar comienzo con el

espectáculo. Comenzó sacándome la cremallera de mi top, y dejando mis tetas al aire. Las agarro con sus grandes manos y las estrujo a su gusto durante un rato.

Yo miraba hacia el suelo, ya que como bien me había explicado no podía mirarlos directamente a ellos, cuando noté como su hermano Raziq se deshacía de mi

parte de debajo de la ropa y me dejaba completamente desnuda. Kuame cogió otra especie de fusta, pero esta tenía en la punta una parte plana, como si se

tratase de la palma de una mano, y poniéndose a un lado comenzó a azotarme mis pechos ligeramente. No era mucho el dolor que me causaba, pero los golpes

sonaban por toda la habitación. Poco después Raziq hizo lo mismo con su fusta, pero este golpeándome en mi culito. Lo hacían bien acompasados, primero uno

azotaba mis pechos y acto seguido el otro me daba en el culo aprovechando el movimiento de mi cuerpo queriendo evitar el golpe. Mis pequeños gritos de dolor

se iban haciendo cada vez mayores, debido a lo dolorida que estaba. Cuando creía que no podría aguantar más sentí que cesaban sus golpes, y vi cómo se

ponían delante de mí. Cada uno de ellos agarro un pecho con fuerza y se dedicaron entonces a apretarlos y pellizcarlos. Yo cerré mis ojos. De pronto los dos se

abalanzaron sobre mis tetas y empezaron a chuparlas y lamerlas, hasta que sus bocas se pararon sobre mis pezones. Los lamian y chupaban con fuerza, hasta

que consiguieron ponerlos duros. Una vez lo consiguieron no dudaron en morderlos y tirar de ellos con sus dientes. El dolor era horrible, y ellos no cesaban aun

oyendo mis suplicas. Uno de ellos, aun no se bien cual, agarro mi rajita y comenzó a frotarla también con fuerza, agarrándome por veces el clítoris con sus dedos

y retorciéndolo. No contento con eso, también me daba ligeros golpecitos con la palma de su mano. Estaba ya exhausta de tanto dolor que me provocaban, mis

pies ya no conseguían aguantar el peso de mi cuerpo, así que me quede colgada por esa cuerda, notando como se me tensaban los brazos. Al notar como mi

cuerpo se rendía ellos cesaron en sus castigos.

-Muy bien Raziq, parece que esta maldita perra ya está preparada para continuar. Estoy seguro de que ya se mostrará más complaciente con nosotros. Y ahora

diles a nuestros jefes que eres una maldita perra y que te dejen ser sometida por nosotros o tendremos que continuar azotándote.

-Por favor señores, soy una maldita perra y les pido que me permitan ser sometida por estos malditos negros –dije yo ya casi sin fuerzas -.

-Por supuesto María, nos encantara comprobar como una señorita como usted se convierte en una perrita sumisa.

Obedeciendo a sus jefes los dos negros siguieron con su tarea. Me soltaron de la cuerda y me colocaron las esposas a la espalda. Uno de ellos me hizo ponerme

de rodillas, y acto seguido se colocaron los dos ante mí y comenzaron a desnudarse. Eran enormes, y tenían músculos por todo su cuerpo, pero eso no era nada

comparable con la visión que tuve cuando se quedaron desnudos. Ahí pude comprobar que el mito de las pollas de los negros no era falso.

10

Tenían unos miembros descomunales. Ni en ninguna película había visto algo parecido. No dudaron en reírse de mi cara de asombro. Tener esas cosas ante mis

narices me hacía encontrarme incomoda, y sabía que eso no iba a ser nada comparado con su tamaño al ponerse duras. Solo pensar en que querrían follarme

con tremendas pollas me hacía temblar de miedo. Ellos reían mientras jugaban con ellas delante de mi cara, y no paraban de burlarse de mí.

-Muy bien zorra –dijo Kuame agarrándome ahora por mi pelo- ahora tu tarea será conseguir ponernos las pollas bien duras. Queremos ver como una perrita

blanca lame un buen rabo negro. Quiero oírte rogar pidiendo carne negra en tu boca. ¿Seguro que deseas comerte estas morcillas verdad blanquita?

-Si mi amo –le conteste dirigiendo ahora mi mirada hacia el gobernador, el cual asentía con la cabeza disfrutando de lo que me estaba ocurriendo. El maldito

viejo disfrutaba viéndome así, y yo sabía que de nada valdría lo que había pasado si ahora no seguía su juego-.

Ahora sus dos guardaespaldas se agarraban sus penes y me golpeaban con ellos por mi cara, mientras no cesaban en sus burlas hacia mí. Yo sabiendo que debía

obedecerlos movía mi cabeza intentando tocarlos con mis labios, sabiendo que a todo hombre ya sea blanco o negro le gusta que una mujer utilice su boca para

jugar con su polla.

-No sigan así mis amos, y permítanme saborear sus grandes pollas negras –repetía yo resignada ya en este juego de sumisión-.

Fue Raziq el primero en querer probar el calor de mi boca. Empezó a darme golpecitos en mis labios con su pene, mientras yo me limitaba a estar quieta dejando

que el hiciera su juego.

-Saca tu lengua perrita y lame el capullo de la polla de tu amo.

Ahora me tocaba obedecer sus órdenes, y después de un segundo de indecisión, comencé a obedecer no queriendo recibir otro castigo por su parte. Empecé a

dar suaves lametones sobre aquella polla negra. Su hermano se entretenía mientras jugando a enredar la suya en mi pelo, hasta que Raziq me ordeno que ahora

debía dejar de jugar con mi lengua y empezar a chupar. De nuevo obedecí sus órdenes y comencé a chupar ahora la puntita de su pene. La metía en mi boca y

succionaba esa cosa intentando complacerle. Pronto su hermano quiso recibir el mismo trato y me puso su polla al lado de la de Raziq. Entendí entonces que era

lo que se proponían, así que comencé a mamar sus pollas saltando de una a la otra.

-Pues va ser verdad que las zorritas blancas son unas buenas comedoras de pollas. Ahora pon un poco más de entusiasmo y demuestra a nuestros

espectadores hasta dónde eres capaz de tragar un buen manjar. Demuéstrales como la chupan las mujeres casadas. –dijo en tono burlón Kuame, mientras me

cogía la cabeza intentando meter más y más su pene en mi boca.

Todo se empezó a acelerar un poco y ellos se entretenían un par de minutos cada uno intentando ver quien era capaz de meter más hondo sus pollas en mi

boca, mientras yo notaba como mi garganta se ensanchaba por momentos al introducir ellos todo eso lo más profundo posible. Mi cara estaba ya totalmente

llena de mi saliva, e incluso debía tener todo el maquillaje embadurnándomela. Fue entonces cuando uno de ellos me tumbo en el suelo de un empujón.

-Muy bien blanquita, ahora tu coñito va probar una buena polla. Abre bien esas piernas y prepárate para satisfacer a tu amo.

Yo sabía que ahora vendría la peor parte de la noche, pero aun así obedecí sus órdenes como era mi deber. Apoye mi cabeza en el suelo y flexione mis rodillas

hasta dejar mis pies en el suelo muy cerca de mi culo. Cerré los ojos y abrí mis piernas todo lo que pude. Kuame no tardo en ocupar su lugar y se puso de rodillas

entre ellas. Levanto un poco mis caderas y dirigió su polla a mi conejito. Empujo sin consideración ninguna hasta que consiguió meter la mitad de su enorme

pene, mientras yo mordía mi labio intentando soportar el dolor que me producía, así estuvo un rato haciendo suaves movimientos, hasta que de un golpe seco y

sin yo esperármelo, metió en mí el resto de su pene, haciéndome ahora sí, imposible aguantarme sin soltar un sonoro grito de dolor. Raziq no perdió su

oportunidad de unirse a la fiesta de nuevo y aprovechó mi grito de dolor para poder meter de nuevo su pene en mi boca. No me dejaron ni un segundo de

descanso, ahora uno follaba mi coñito sin ninguna delicadeza mientras el otro no perdía oportunidad de meter su pene hasta lo más profundo de mi garganta.

-Miren señores como disfruta una mujer casada al ser sometida a las voluntades de sus amos. Espero que esta explicación les esté resultando productiva.

-Creo que los tres estamos aprendiendo mucho de sus explicaciones tan gráficas. Y seguro que María estará encantada de poder contar con dos sementales

como ustedes para poder entretenernos con esta clase de dominación femenina –respondió mientras no dudaba en reírse el gobernador-. ¿Verdad María?

-Me alegro que les resulte educativa esta tortura a la que me están obligando sus guardaespaldas. Espero que estén de acuerdo en dar por terminada la clase,

yo no estoy acostumbrada a tremendo tamaño y creo que ya he tenido suficiente si no les importa señores –pude decir yo intentando que se apiadaran de mi-.

-Estaríamos dispuestos a ello, pero creo que no sería justo que lo hiciéramos sin dar la oportunidad a Raziq de poder probar los encantos del coñito de una

mujer blanca, ¿no crees?

-Está bien, es justo que él también me folle, no estaría bien que fuera el único que se marchara de esta velada sin poder hacerlo –no tenía más remedio que

darles lo que querían, así que quise ser yo la que llevara un poco la iniciativa- .

Me separe de esos negros como pude e hice que Raziq se tumbara en el suelo para poder ser yo la que lo montara, así podría llevar el ritmo de la penetración.

-Está bien mi amo, póngase cómodo y deje que su esclava blanca cabalgue sobre usted. Quiero regalarle un buen coñito blanco a su polla si me lo permite.

El no dijo nada y se limitó a dejarme hacer. Me puse de rodillas y lleve mi agujerito a su pene. Entonces empecé a dejarme caer lentamente sobre el mientras su

pene entraba en mi con algo más de facilidad que el de su hermano, dado que mi conejito estaba ya algo dilatado de recibir la anterior cogida. Cuando conseguí

meterme todo aquello dentro de mí, empecé una suave cabalgada sobre él. Quería dejar bien satisfecho tanto al negro como a sus jefes, así que le pregunte al

señor gobernador si le gustaba lo que veía.

11

-Creo que ha tenido usted una buena idea dejando que su guardaespaldas también pueda follarme, esta polla no se merecía quedase con las ganas, ¿no cree

señor gobernador?

-Seguro que Raziq le agradecerá su comprensión María, pero estoy seguro que Kuame estaría encantando de poder seguir recibiendo sus atenciones, ¿no te

parece?

-Otra vez tiene razón, seguro que le gustaría que se la chupara otro poco. Ven y acércate mi amo negro que te voy dedicar otra mamada si me dejas.

Él no se lo pensó dos veces y me puso su rabo delante de mi cara, y yo sin dejar de mirar al Gobernador abrí mi boca y empecé a mamársela otra vez. Ahora

estaba cabalgando sobre Raziq mientras su hermano me follaba la boca, y yo no apartaba mi mirada de ese cerdo del Gobernador y sus ayudantes, esperando

que todo aquel sufrimiento tuviera el resultado que esperaba. En ese momento note como se abría la puerta de la habitación y mis ojos se agrandaron como

platos al comprobar que por ella entraba Mario. Los dos negros no le dieron importancia al asunto ya que no cesaron en su cometido, y a Mario pareció

agradarle la visión ya que esbozó una ligera sonrisa antes de dirigirse al señor Gobernador.

-Veo que parece estar disfrutando de su visita a mi local, y por lo que veo sus guardaespaldas también.

-Pues la verdad es que me lo estoy pasando mejor de lo que me imaginaba, pero eso hay que agradecérselo a la señorita María. Creo que ha sido un acierto

por su parte haberla contratado. Hasta parece que ella también se lo está pasando bien. ¿No le parece Mario?

-Yo opino lo mismo, pero creo que eso se lo deberíamos preguntar a ella. Seguro que le ha encantado haber follado con ustedes. Tú que dices María.

-Pues yo me alegro de que los señores se lo estén pasando bien. No me imaginaba que unos hombres de su edad pudieran dejar tan satisfecha a una mujer. Y

menos me imaginaba yo que pudieran ser tan comprensivos para dejar que sus guardaespaldas pudieran disfrutar también de esta experiencia –conteste yo en

un tono un poco irónico- .

-Señor gobernador, creo que esta es la primera vez que María puede disfrutar de las atenciones de unas personas de raza negra si no me equivoco, pero

seguro que está encantada de poder hacerlo. Dinos María, ¿habías estado alguna vez con un negro?

-No, pero era una fantasía que siempre tuve, así que me alegro de poder estar haciéndola realidad –volví a responder yo queriendo ser complaciente mientras

chupaba como podía aquel pene mientras cabalgaba sobre el otro.

-Bueno señor gobernador, será mejor que les deje seguir con su espectáculo en privado.

-No se preocupe señor Mario, nos gustaría que nos acompañara si no le importa. Y seguro que a María tampoco le importa que lo haga.

-Pues si es lo que desean me quedare encantado. Siempre es agradable ver trabajar a esta chica. Es siempre muy atenta con sus invitados, y esta vez aparte de

cumplir su trabajo se le ve que está disfrutando de poder cumplir también con alguna de sus fantasías. Por cierto, ella siempre me dijo que le encantaría recibir

una doble penetración, y seguro que esta sería la mejor ocasión. ¿No te parece María?

Aparte mi boca de aquel pene como pude, no pudiendo creerme aun la idea que les acababa de dar a esos cerdos. En ese momento me hubiera gustado poder

soltarme de esos negros y darle a Mario la bofetada que se merecía, pero aún tenía mis manos atadas a la espalda y esos negros no querían dejar escapar a la

blanquita que se estaban follando. No supe que contestar, pero seguro que en mi cara notaron que no estaba totalmente de acuerdo. El señor gobernador y sus

ayudantes rieron la ocurrencia de Mario y pareció que les gusto su idea, ya que parecieron animarse. Sabía que no tenía escapatoria a su ocurrencia, Mario no

quería perder la oportunidad de volver a hacerme sufrir otra de sus ideas. No se me ocurría en ese momento algo para poder librarme de la propuesta, y sabía

que si quería que todo esto terminara debía seguirle otra vez el juego.

-Sí que es verdad que siempre tuve esa fantasía, pero me gustaría poder elegir yo con quien cumplirla si no les importa a los señores.

-Y con quien te gustaría realizarla –respondió Mario sin esperar ni un segundo- .

-Pues creo que me gustaría que tuvieran ese honor el señor gobernador y sus ayudantes, ya que ellos son mis principales invitados esta noche, y ya que le

hablaron tantas cosas buenas de mí esta noche, creo que son ellos los que se merecen el honor de iniciarme en esa práctica.

Yo buscaba contentar a los que de verdad me interesaban esa noche, y también poder librarme de esas pollas tan grandes de sus guardaespaldas. El señor

Gobernador se lo pensó brevemente y pronto me dio la respuesta a mi sugerencia.

-Te agradezco tu sugerencia, pero como bien has comentado antes, ya tenemos nuestros añitos, y no estamos en tan buena forma como para poder follarte

como te mereces, y una ocasión como la de iniciarte en una experiencia así se merece de profesionales, y se dé buena fuente que tanto Kuame como Raziq no es

la primera vez que le rompen el culito a una buena hembra como tú. Creo que nos satis facería más que fueran ellos quienes te cumplieran esa fantasía.

Ya estaban las cartas echadas, ya no se me ocurría nada para convencerlos, y debía tomar una decisión rápida, todo se estaba alargando más de la cuenta y la

única forma de terminar ya con todo aquello era someterme a sus guardaespaldas, así que una vez más tuve que aceptar lo que me iban a hacer y darles a ver

que me gustaba lo que me hacían, después de todo era por una buena causa, poder dar por finalizado el chantaje de Mario hacia mí.

-Está bien, después de todo ustedes ya me han cumplido una fantasía al dejar que me follaran unos negros, así que ahora debo ser yo la que los satisfaga a

ustedes dejando que sean ellos quienes me cumplan otra de ellas. Que mejor que disfrutar de una doble cogida con unas pollas como las suyas no.

-Así me gusta María, creo que has acertado, ahora pídeles a tus amos que te follen como te mereces, que estamos deseando verte bien llena de polla –sugirió

Mario- .

12

Levante ligeramente mi mirada buscando los ojos de Kuame y brindándole una sonrisa picarona le di otro ligero chupetón a su pene.

-Por favor mi amo, deje que este rico pene destroce mi culito mientras mi coñito se ocupa del de su hermano. Déjeme tener dentro de mí las pollas de mis

amos mientras destrozan a su sumisa esclava.

Kuame no tardo en aceptar mis indicaciones y se colocó detrás de mí. Yo me gire queriendo ver lo que me estaba a punto de ocurrir, y pude contemplar como

Kuame escupía sobre mi culito y con un dedo llevaba toda su saliva hasta la entrada de este. Mientras Raziq aprovechó a agarrarme fuerte por las caderas

haciendo que lo follara con más fuerza. Sentía como su polla entraba y salía con toda la fuerza que hacían sus manos sobre mí cuando note como un dedo de

Kuame empezaba a entrar en mi cerrado agujerito. Yo no podía evitar soltar ligeros gritos de dolor al meter ahora tres dedos en mi culo queriendo prepararlo

para su polla. Me follaba el culo con tres dedos con la misma fuerza y rapidez que su hermano empleaba en mi coño, y al mirar para nuestros espectadores vi

cómo se tocaban sus penes dando a entender que estaban excitados del trato que me daban sus guardaespaldas. Fue Mario el que hablo primero sugiriendo

que ya estaba lista para empezar con la verdadera razón de todo esto.

-Bien señores, creo que María ya está deseando que estos hombres le den el rabo que se merece y le hagan gemir de placer al sentirse llena como se merece

una buena putita sumisa como ella, ¿no creen?

-Seguro que si ella ya estuviera preparada se lo hubiera hecho saber a sus amos, así que creo que aún está queriendo disfrutar más de lo que le están

haciendo.

Me daba rabia reconocer que Mario tenía razón pero así era, estaba deseando ya que Kuame cambiara sus dedos por su polla, no porque me gustara la idea de

que lo hiciera, si no por poder acabar cuanto antes con ese martirio que me estaban haciendo.

-Si mi amo, follame ya el culito que quiero sentir tu polla en mi culo, darle a esta perrita la recompensa que se merece y déjenme disfrutar de las pollas de mis

amos rompiendo mi cuerpecito. Follarme entre los dos como me merezco, y dejarme recibir como premio la leche de sus pollas, se lo suplico mis amos.

Raziq soltó entonces mis caderas y agarro mis hombros tirando de ellos hacia su pecho para que mi culito quedara ahora si a la entera disposición de su

hermano. Kuame retiro entonces sus dedos y coloco el capullo de su gran pene negro en posición para encularme. No tarde en notar como se iba abriendo mi

agujerito al ritmo de sus pequeños empujones queriéndome provocar dolor mientras entraba poco a poco dentro de mí. Se me hizo eterno todo rato que estuvo

empujando hasta que consiguió meterla entera en mi dolorido culo, y hasta casi pierdo el sentido con el brutal dolor que me provocaba. Todos rieron y

aplaudieron a esos negros la hazaña que acababan de conseguir. Ya me tenían completamente llena con sus pollas. Los dos hermanos se detuvieron y miraron a

sus jefes haciéndoles ver que ya estaban los dos completamente dentro de mí.

-Muy bien María, -hablo el señor gobernador- ahora que has conseguido cumplir tu fantasía de tener dos pollas en tu interior seguro que estas deseando que

empiecen a follarte bien duro, así que dejemos que estos negros te follen como te mereces.

Los dos negros no tardaron en acatar la sugerencia de su jefe y empezaron a follarme con una fuerza brutal, haciendo que sus pollas entraran y salieran de mi a

gran velocidad, mientras yo notaba como sus huevos chocaban contra mi dando buena señal de que en cada embestida conseguían meterme todo su miembro

hasta el fondo.

-Muy bien zorrita, ahora nos intercambiaremos para que los dos podamos disfrutar de tan apetecible culito.- Ordeno Kuame-

Los dos salieron de mí y desataron mis manos para poder buscar otra postura. Raziq siguió tumbado en el suelo y me ordeno que me diera la vuelta de espaldas

a él y ahora fuera yo quien sentara mi culito en su polla. Hice lo que me ordeno sin rechistar y me coloque en cuclillas sobre su pene, me deje bajar lentamente

mientras con mi mano agarraba su pene y lo colocaba a la entrada del agujerito de mi dolorido culo. El agarro con fuerza mis pechos y tiro de ellos hacia abajo

para que el resto de mi cuerpo hiciera lo mismo y así me fui metiendo toda esa polla negra en mi culo, hasta que quede sentada sobre él.

-Ahora seré yo quien te folle por el coñito. –Reía Kuame mientras se colocaba de rodillas delante de mí-.

Ahora Kuame introducía su polla en mi conejito otra vez sin la más mínima delicadeza, y empezaban de nuevo una feroz cabalgada sobre mí. Mi cara se

desfiguraba por el dolor que me causaban en cada envestida, pero yo evitaba gritar para no darles el placer de verme sufrir con todo aquello, hasta que el

Gobernador tuvo su última gran idea.

-Esta chica nos va agradecer toda su vida el haberle regalado el placer de cumplir sus fantasías, y seguro que aún podemos mejorar todo esto. Si una de ellas

era que dos hombres se la follaran a la vez, seguro que aún lo disfrutaría más si un tercero le llenara también la boca, y creo que ella se sentiría halagada de que

fuera su jefe Mario el que tuviese ese honor. ¿A que no me engaño María?

Yo en ese momento ya estaba totalmente entregada a sus crueldades, así que le brinde la respuesta que seguro deseaba oír, y le respondí como pude en medio

de esa follada que me realizaban.

-Sí señor, denme el placer de poder recibir en mi boca el calor de la polla de mi jefe, que se lo merece por brindarme esta inolvidable velada. Acércate Mario y

follame tú también mi boquita que quiero sacarte hasta la última gota de leche que tengas.

Mario no tardo en sacarse su pene y poder follarme la boca como tanto le gustaba. Yo le hice una mamada como pude, dado que tanto Raziq como Kuame no

decaían en sus envestidas. Mario fue el primero en correrse, y no dudo en hacerlo sobre mi lengua, haciéndome tragar todo su semen mientras notaba como los

dos negros estaban también apunto de correrse. Kuame fue el siguiente, aunque él también quiso hacerlo en mi boca, y no dudo en sacarla de mi coñito y hacer

que le diera un par de chupetones antes de depositar una enorme corrida entre mi cara y mi lengua. Ahora ya solo quedaba Raziq para dar por terminada la

humillación que me estaban haciendo.

-Venga putita cabálgame con tu culito con más fuerza que quiero inundártelo como premio por tu buen trabajo.

13

Yo intente acelerar el ritmo de su cogida mientras el daba buena cuenta de mis pechos, y cuando ya estaba a punto de correrse agarro con fuerza mis pezones

tirando de ellos como queriendo arrancármelos mientras yo lo soportaba a duras penas no queriendo flaquear en cabalgarlo con fuerza, hasta que conseguí que

soltara todo su semen en mi interior. Yo caí rendida sobre el por todo el esfuerzo que había realizado y el me aparto tirándome al suelo a su lado.

-Chupa ahora mi polla y saborea mi leche mezclada con el sudor de tu culo –me ordeno-

-Si mi amo, deja que mi lengua limpie ese tesoro negro que me ha roto el culito. –Y sin más le limpie su pene con mi boca, aguantando las arcadas al notar los

restos de esa culeada que me acababa de hacer. Una vez acabe de limpiársela, se vistieron y ocuparon su lugar a las espaldas de sus jefes, habiendo quedado

satisfechos con la cogida que me acababan de realizar.

-Bueno señor gobernador, ahora si están de acuerdo ustedes y mi jefe Mario me gustaría poder retirarme y darme una buena ducha para poder dar por

terminada esta inolvidable jornada laboral.

-Creo que ahora si hemos terminado nuestra visita y estamos seguros que Mario te concederá el resto de la tarde libre, y así podremos continuar nosotros con

nuestras cosas. A sido un placer haber podido contar contigo para nuestra primera visita a este local, y esperamos que en una futura visita podamos disfrutar de

nuevo de su compañía si le parece bien.

-Me encantaría poder volver a servirles de azafata en su próxima visita si ustedes lo desean. Ha sido un placer que hayan disfrutado de mi compañía tanto

ustedes como sus guardaespaldas. Ahora me retiro y les dejo en manos del señor Mario, que seguro tienen muchas cosas de las que hablar.

-Discúlpenme señores, - replico Mario- dejen que acompañe un momento a la señorita a los camerinos y ahora les atiendo en mi despacho para tratar nuestros

asuntos.

Mario espero que me vistiera otra vez y me acompaño al camerino para despedirse de mí y dejar que me duchara con calma.

-Muy bien María, creo que has cumplido perfectamente tu cometido, y estoy seguro que tanto el señor Gobernador como sus ayudantes han quedado

satisfechos con tus servicios, seguro que hasta sus guardaespaldas lo han quedado después de lo visto hace un rato. Y para que veas que soy un hombre de

palabra aquí tienes un cheque a tu nombre con todas las deudas que tienes con el banco. Ahora podrás cancelar todos los préstamos y no tendrás que volver a

solicitar más mi ayuda. Espero que esto te haga verme de otra manera.

-Me alegra comprobar que después de todo tienes palabra, pero lo de verte de otra manera no sé a qué te refieres. Me has hecho humillarme en cada ocasión

que has tenido, se puede decir que me has violado, y me has hecho prostituirme con unos viejos y los negros que tienen de guardaespaldas. No sé cómo quieres

que te vea. Pero ahora ya todo se terminó, espero no volver a tener que verte. Solo te quedara el recuerdo de haberme follado contra mi voluntad.

-Me apena que lo veas así, después de todo gracias a mí no tendrás que desprenderte de tu negocio, y a cambio solo has hecho cosas que le podrías hacer a tu

marido y no te parecerían mal. A sido solo sexo y a cambio te llevas más dinero del que te pudieras haber imaginado que alguien pudiera haber pagado por ti,

pero respeto tus ideas, así que no te molestare más, ahora vuelve a tu casa y continua tu vida como si nada si quieres, pero recuerda que si te gusto la

experiencia y quieres repetirla alguna vez estas puertas están abiertas para ti.

-Eso no lo verán tus ojos, y ahora si no te importa me gustaría volver a casa con mi familia.

Me metí en la ducha y frote todo mi cuerpo dolorido intentando quitar del cualquier resto de lo ocurrido esa tarde. Y volví a mi casa dispuesta a olvidar todo lo

que me había visto obligada a hacer por una mala elección en mi primer trato con Mario, pero feliz por poder contar con el dinero necesario para poder cancelar

todas las deudas de mí negocio. Los días siguientes cobre el cheque y pude amortizar todas las letras, eso sí, tuve que mentirle otra vez a mi marido para

poderle ocultar de donde había sacado el dinero. Ahora ya han pasado unos meses de todo aquello y llevo mi vida con total normalidad, y no he vuelto a saber

nada de Mario, así que todo queda en mi memoria como un mal recuerdo con un final feliz.

Podia ser el final de la pobre historia de Maria,pero dudo que sea asi....

Es facil que todo pueda torcerse,y Maria no tardará en descubrirlo.

Yo ya tengo una continuacion a esta historia,y todo se complica aun mas para Maria,pero me gustaria que me comentarais vosotros situaciones por las cuales quisierais que tuviera que pasar nuestra protagonista.Muchas gracias por los comentarios y espero que la historia al menos os entretenga un rato.