Sometida a distancia

Ella es sometida por su Dueño en la distancia, se presta a sus caprichos en la terraza de un bar, sin saber que el esta muy cerca...

Era un día de sol, cálido, aunque no caluroso, perfecto para lo que había planeado para ese día. Ella había recibido instrucciones muy concretas de lo que tenia que hacer y de como debía ir vestida. El le había indicado que llevase un vestido de tirantes, de verano, no muy largo que la realzaba los pechos y dejaba al descubierto un espectacular escote, al que daba vértigo asomarse. Debajo del vestido no debía llevar nada, para que pudiera sentir su coñito expuesto al aire.

Tanto el pubis, como su ano, debían de estar perfectamente depilados y al aire bajo ese precioso vestido veraniego que llegaba hasta un poco mas arriba de las rodillas.

Ella se acercaría hasta la plaza y se sentaría en una de las terrazas que con el buen tiempo afloran en las ciudades. Se pediría algo para beber y al rato iría al baño, allí con cuidado se introduciría una bala vibradora en el coño, el mando de la bala lo tenia el, de modo que no sabía cuando se podría activar y comenzar la dulce tortura de sus entrañas, pero sabia que la primera vez que eso ocurriese, marcaría el comienzo del encuentro.

Ella aparco el coche cerca de la plaza, y se dirigió andando hacia una de las terrazas que poblaban la plaza, se sentó en la mesa mas apartada y se pidió un refresco, allí estuvo un rato, intentando controlar los nervios que la afloraban, no quería parecer ansiosa, ni tampoco demorarse mucho en cumplir con su siguiente instrucción, no quería fallarle a El, a su Dueño, quería hacerlo todo lo mejor posible para que el estuviera orgulloso de su perrita.

Cuando paso un tiempo prudencial se dirigió al baño para cumplir las siguientes instrucciones, saco la bala que tenia en el bolso, acaricio suavemente su clítoris, y un calambre de placer recorrió su espalda, se sentía tan excitada que notaba como sus jugos comenzaban a llenar su coño, y comenzó a introducirse la bala despacio, disfrutando del momento, la bala no encontraba ninguna resistencia en su camino, estaba tan húmeda que entraba sola.

La sensación de intriga, de  desconocimiento acerca de lo que le vendría y nervios por estar ante EL, hacia que desde hacia horas, estuviera muy caliente y deseando estar bajo su control y dominio, estaba impaciente y pronto podría calmar sus anhelos, en unos minutos estaría bajo su penetrante mirada, abandonada totalmente a sus caprichos, sintiéndose suya, y siendo usada, a su antojo, para que el disfrutara de su cuerpo.

Abstraída en sus pensamiento regresó a la mesa impaciente por ver con que la sorprendería esta vez, no se percato que EL no estaba muy lejos, hacia tiempo que la observaba sin ser visto camuflado en un rincón estratégico de la plaza, desde allí la miraba, analizaba a su preciado tesoro, la acechaba como un cazador a su presa. En poco tiempo seria suya y quería disfrutar el momento, cada instante que pasaba quería guardarlo en su memoria, pues disfrutaba tanto de la preparación de los encuentros, como de jugar con su perrita, sabia que ella haría todo lo que el la pidiera y eso le hacia sentirse excitado y orgulloso de su posesión.

Observo como nerviosa, jugueteaba con el móvil mientras se mordía el labio inferior, estaba muy cachonda, el se lo notaba, la conocía como una extensión de el mismo, la veía mirar a todas partes ansiosa por encontrar a su Dueño, ella estaba expectante a lo que podría ocurrir en cualquier momento, se debatia entre el miedo a lo que estaba por venir y el deseo de que la bala comenzara a vibrar dentro de ella, indicándola que EL estaba allí aunque ella no pudiera verle. Todos esos pensamientos hacían que cada vez fuera aumentando mas su nivel de excitación, hasta tal punto que el vestido ya empezaba a delatar su estado, pues al no llevar ropa interior los flujos empezaban a salir de su coño sin que nada los retuviera y eso la hacia sentirse mas guarra, estaba manchando el vestido como una vulgar cerda, a la espera que llegara su Dueño para que la tratase como ella se merecía, como a la zorra que era e hiciera salir la puta que llevaba dentro, esa que por si misma no era capaz de sacar pero que la hacia sentirse plena cuando el hacia que aflorase.

Tras unos minutos de espera, para que se sintiera mas excitada y mas desvalida, al estar sola sin bragas y con el vestido manchado por sus flujos, decidio que el juego iva a comenzar, EL activo la bala desde la distancia y pudo ver como ella daba un saltito por el susto, aunque se lo esperaba en cualquier momento, le pillo desprevenida, como todo lo que EL planeaba para ella. Sonrió y una mirada de deseo salio de sus ojos mientras trataba de buscar donde estaría EL.

Sus ansias aumentaron y se humedeció mas, eso le hizo sentirse mas puta, mas suya y le lleno de felicidad, mientras estaba absorta en sus mas bajos deseos su móvil comenzó a vibrar, y vio como en la pantalla iban a pareciendo mensajes de WashApp, que la indicaban nuevas instrucciones.

El mensaje decía: “ Hola preciosa, lo estas haciendo muy bien, tengo ganas de ver a mi zorra en acción, vete al baño súbete el vestido y espera instrucciones ”

Ella nerviosa, se apresuro a cumplir con la orden, salio camino al baño con toda la prisa de la que fue capaz sin salir corriendo, en parte por las ganas de cumplir la orden y en parte por que le daba vergüenza que alguien se percatase de la humedad en el vestido.

Una vez que estuvo en el baño se subió el vestido y comenzó a mirar ansiosa el móvil, esperando que la siguiente orden apareciera en la pantalla, pero lo que recibió no fue una orden, sino una imagen, descargo la foto y era una foto de EL, segundos después apareció la orden en la pantalla, “Que tal esta mi zorra calentorra, estas deseando que te use? De momento tendrás que esperar y conformarte con mi imagen, quiero que te masturbes mirando mi foto pero que pares antes de correrte, tu placer me pertenece y yo decido cuando y donde debes dármelo”.

Según leyó la orden, comenzó a frotar su clítoris con deseo, nerviosa por si entraba alguien en ese momento al servicio, aunque ella estaba en una cabina de WC podrían escuchar sus suspiros y jadeos. Continuó frotando su clítoris al tiempo que se acariciaba las tetas y pegaba pequeños pellizcos a sus pezones, todo bajo la penetrante mirada de su Señor. Sin apartar la mirada de la foto seguía acariciándose cada vez mas rápido. Noto vibrar de nuevo el móvil y leyó el mensaje “Estas disfrutando verdad guarra, hay que ser una puta calentorra para ir masturbándose por los baños de los bares. Quiero que te des una bofetada por cerda, y que no pares de masturbarte”, al leer la orden no vacilo un instante y se abofeteo la cara, sintiendo una mezcla de dolor y placer, estaba siendo usada a su antojo y la estaba poniendo muy cachonda, la bala la estaba haciendo estremecer, estaba a punto de correrse, comenzó a meterse los dedos por el coño y empezó a follárselo con los dedos, mientras no dejaba de mirar la pantalla del móvil con la foto de su Dueño.

Al poco estaba tan cachonda que poco le importaba que la pudieran oír los jadeos al otro lado de la puerta si llegaba a entrar alguien, notaba como estaba apunto de correrse, entonces paró, le costo reunir mucha fuerza de voluntad para no continuar, estaba tan cachonda que con un solo roce mas habría alcanzado el orgasmo, pero sus orgasmos no la pertenecían a ella, eran de EL y le había dicho que no se corriese, respiró hondo, se arregló el vestido, se limpio el flujo que la recorría las piernas y se dispuso a salir. Le costaba mantener la compostura, por que la bala seguía vibrando en su interior.

Fue andando como pudo intentando que no se le notase el orgasmo que estaba tratando de contener, al llegar a la mesa de nuevo se sentó como pudo, pero la sensación de estar a punto de tener un orgasmo a la vista de todos, le hacia sentir tan puta que le costaba retener el orgasmo.

El móvil volvió a vibrar de nuevo al tiempo que la bala comenzó a vibrar con mas intensidad, el mensaje decía “Lo estas disfrutando puta? Quiero que te corras ahora para mi, que me des lo que es mío, y procura que no se te note, tienes un grupo de chavales mirándote ”.

Al leer el mensaje una oleada de vergüenza le vino a la cara haciéndola sonrojarse, pero comenzó a pensar en EL y que por EL estaba dispuesta a hacer lo que le pidiera, confiaba en el y sabia que no la pediría nada que no fuera a ser capaz de hacer, el estaba usando su cuerpo para su placer y eso la hacia feliz, quería que el disfrutase de ella. Entonces se abandonó al placer y dejó que el orgasmo la colmase entera, sintiendo estremecerse por dentro y tratando que no se notase lo que estaba ocurriendo en su interior, apoyó el codo sobre la mesa y se llevo la mano a la frente, tratando de ocultar su rostro como si estuviese triste, pero le delataba la forma en que se mordía el labio inferior, le estaba costando controlar los espasmos que le estaba provocando en todo el cuerpo la bala que tenia en su interior y así estuvo hasta que todo paso.

Una vez que se había corrido, se relajo sobre la silla y la bala dejo de vibrar. Comenzó a mirar a su alrededor, avergonzada y temerosa de que alguien se hubiera podido dar cuenta, miro en todas direcciones pero toda la gente estaba a su aire y nadie parecía haberse dado cuenta, los chavales habían dejado de mirarla y pudo respirar tranquila.

Le había costado pero una vez mas EL la había hecho superarse a si misma, la hacia derribar sus barreras y hacia salir la puta que era, se sentía feliz, no le había fallado.

El móvil volvió a vibrar, “Ademas de zorra eres muy buena actriz, deberían nominare a un Goya por el papel de putita triste que acabas de interpretar. Eres una zorrita muy obediente y lo has echo muy bien te has ganado un premio, paga la cuenta y dirígete a los grandes almacenes, iras recibiendo mas ordenes...”