Sometida

Primera parte de una trilogía que yo veo muy interesante

Estaba hasta el coño ya. Aquel inútil no había atendido su llamada, seguro que estaría follándose a la secretaria del hotel

-Ugh...hombres, ven a una zorra bonita y ya tienen que estar detrás de ella con la polla caliente dispuestos a follársela y los demás mientras a esperar.-eso era lo que molestaba a Valentina.

Valentina estaba de viaje en Nueva York, sus padres tenían un conferencia y ella había ido con ellos, pero terminada la conferencia ella dijio de quedarse una semana más allí y sus padres no protestaron

Ella era una mujer que se acercaba a la treintena, alta, de cabello rubio, ojos azules, piel blanca, vestía un vestido rojo oscuro cubierto por un abrigo blanco que le pasaba de las rodillas, con curvas.

Sus padres eran ricos y ella también, era la hija mimada, por eso volvía al hotel con las manos cargadas de bolsas de compras, el chófer la había dejado colgada y cada vez se hacía más oscuro, se perdió, no supo cómo regresar al hotel

-Más cuidado señorita-dijo un hombre sentado en el suelo, ella había tropezado con él. El hombre estaba sucio, cabello gris y barba blanca, harapos y zapatos rotos

-Quítate de mi vista, haraposo-dijo ella corriendo más rápido, el hombre la miró mejor, no podía ser, él conocía a aquella mujer

Valentina corría para escapar de la mirada de aquel viejo verde, los edificios allí empezaban a bajar de nivel y la iluminación empezaba a escasear, de varios edificios salieron hombres que disimuladamente la seguían. Ella comenzó a ponerse nerviosa y empezó a correr y cuando vio que no le quedaba otra salida, torció a la derecha y se le cayó el alma al suelo, un callejón sin salida, no más que unos cubos y una tapia, detrás de ella los hombres bloqueaban el paso

-Mira tú quién vino hasta aquí, una ricachona-dijo un hombre. Estaba sucio, olía mal y estaba casi calvo, el poco pelo que le quedaba era gris

-Atrás-dijo Valentina sacando un spray de pimienta

-Quita eso de aquí-dijo el hombre dando un manotazo al spray

-Oye-dijo Valentina asqueada. Sentía miedo y asco a la vez

-¿Sabes?, los chicos y yo llevamos varios días de penitencia y necesitamos algo de diversión-dijo señalando al grupo de hombres detrás de ella

-Jamás, pordiosero-dijo ella con rabia

-Uhhh, se pone chula-dijo el hombre

La cogió de los hombros y la hizo arrodillarse

-De rodillas, puta-ordenó

-Suéltame-gritó ella revolviéndose

El hombre le dio una bofetada

-A partir de ahora me obedecerás sino quieres que tu linda carita sufra modificaciones-amenazó él con un cuchillo mugroso

-Vale, vale-dijo ella rindiéndose

El hombre cogió el costoso abrigo y lo abrió de golpe haciendo que todos los botones salieran disparados

-Menudo cuerpazo que traes, una 32d por lo menos-dijo el hombre. Le arrancó el vestido y sus pechos salieron a la luz de la luna

Mientras ella lloraba el hombre se sacaba la polla del pantalón, una polla larga y gruesa, aunque sucia y maloliente

-Chupa aquí-ordenó él

Ella asqueada llevó aquella polla a su boca mientras el olor entraba por su nariz y le daban arcadas, aunque el hombre le impidió retirarse y la empujó a seguir chupando su polla

-Bonito pelo-dijo él acariciando el suave cabello rubio de la mujer

Mientras esto ocurría los otros hombres cogían las bolsas que ella había comprado y miraban dentro cogiendo sujetadores y bragas, pasándoselos por la polla ensuciándolos y llenándolos de semen.

El hombre que le violaba la boca la apartó y se corrió en su cara

-Aghh, qué asco-dijo ella quitándose el semen de la cara

-Trágalo-ordenó él

-¿Qué?-preguntó ella

-Que te lo tragues-respondió él amenazante

Ella se miró los dedos llenos de aquella sustancia asquerosa y se los llevó a la boca

-Muy bien puta, muy bien, ahora túmbate en el suelo-ordenó él

La empujó de manera que quedase tendida en el suelo, le arrancó lo que le quedaba del vestido y vio aaquel coño depilado cerradito

-No llevabas bragas, qué guarra-dijo él

Le cogió las piernas y la acercó a él, le levantó el culo y lo puso a la altura de su boca de manera que ella tenía apoyada la cabeza y el cuello en el suelo. El hombre se dedicó a lamerle el clítoris mientras ella lloraba, los demás seguían ensimismados en sus ropas hasta que los más valientes se acercaron a ella y empezaron a tocarle las tetas, se sacaban las pollas y se la metían en la boca

-Marcos ¿te la vas a follar ya o lo hacemos nosotros?-preguntó uno

-Lo haré yo primero y luego vosotros como siempre-respondió el hombre que la había estado sometiendo

-Venga pues, que estamos hambrientos-dijo el otro

-Ya voy-dijo Marcos

Cogió a Valentina en brazos y la llevó hasta un cubo de basura, allí le abrió de piernas y se la metió con rudeza mientras ella soltó un grito de dolor

-Vaya, no eres virgen, a cuantos profesores debes de haber sobornado para que te pusieran un diez-dijo Marcos

-Sí, es de esas putas que en las noches de discoteca folla hasta con el dj-dijo el que le tocaba las tetas

-Lo tiene apretadito pese a todo-dijo Marcos penetrándola con más ímpetu

-¿Podemos follarla el culo?-preguntó otro

-Sí, cuando yo me lo haya follado-respondió Marcos

-Pues termina rápido-dijo otro

-Yo diré cuando acabar-dijo Marcos

Pasaban los minutos, a ella le parecieron horas hasta que Marcos se corrió

-No, dentro no-gritó ella, estaba en sus días

-Calla zorra, venga, vosotros, terminad-apremió Marcos a los pajilleros que se pajeaban sobre ella, se corrieron llenándola de semen por todas partes

Marcos se salió de ella y la levantó, dejándola expuesta a todos

-Podéis follárosla mientras yo le doy por el culo-dijo él

-No, por ahí soy virgen, por favor-suplicó ella

-Que te calles, coño-dijo Marcos dándole una bofetada

Volvió a levantarla tirándola del pelo y le abrió los cachetes, ella quiso gritar, pero en aquel momento un par de pollas se le plantaron delante y no pudo emitir sonido alguno, aunque soltó muchas lágrimas. Tenía 3 pollas en su interior, una por cada agujero, además masturbaba otras dos y el resto le tocaban los pechos y tiraban de sus pezones, que ya empezaban a estar doloridos. Cuando Marcos acabó con su culo se sumaron otros a él y este se retiró a comprobar bolsas y el bolso de la joven

-Vaya, mira quién es tu padre, podríamos pedir un rescate-dijo él

-No, nada de rescates, entonces no tendremos con quién follar-dijo otro

-Es verdad, mejor coger todo este dinero ¿te parece bien, puta?-preguntó él cogiendo todos los billetes de la cartera

Ella asintió con la cabeza mientras seguía siendo violada, no sabía cuántas veces habían acabado ya en su coño o en su culo, pero tenía la cara pegajosa de tanto semen que tenía en ella

-Mírala, tan arregladita antes y ahora hecha un guiñapo-se burló Marcos

En verdad, ella estaba sucia, con el cabello revuelto, el pintalabios borrado y el rímel corrido

-Bueno, ya está chicos ¿os habéis divertido con ella?-preguntó Marcos

-Sí jefe-respondieron ellos

-Pues tomarla que nos la llevamos a casa-dijo Marcos

-No podemos presentarla así en casa jefe-respondió uno de ellos

-Es verdad, está sin arreglar-dijo Marcos sacando su cuchillo

Cogió uno de los cabellos de la joven y lo cortó

-No, el pelo no-gritó ella, le había costado 15 años llegar a esa longitud

-Así aprenderás a desprenderte de lo material-dijo Marcos cortando más pelo

Su cabello quedó desigual, mal cortado, el mechón más largo le llegaba a la oreja

-Y la joyería-dijo Aurelio, un anciano muy próximo a la muerte

-También, ahora sí, a casa con ella-ordenó Marcos arrancándole los pendientes, los anillos y los collares

Entre todos cogieron a la mujer y se la llevaron del oscuro callejón mientras ella lloraba

Lo que Marcos llamaba casa eran en realidad una serie de tiendas de campaña mugrosas en el interior de un edificio abandonado

-Bienvenida a nuestra humilde morada-dijo Marcos

Allí había también mujeres, pero no eran como ella, eran mujeres vagabundas así que no podía suplicar por ayuda

-Así que esta es la chica-dijo la jefa, una mujer robusta, con tatuajes en sus brazos cabello moreno y corto y piercings

-Sí, Valentina Ramírez, 28 años, hija de Eusebio Ramírez-respondió Marcos

-Bien hecho, cariño-dijo ella besándole

Durante días estuvo en aquella comuna follando sin parar, con unas condiciones de higiene nulas y metiéndose rayas constantemente, ella que nunca había probado la coca ahora la tragaba en todos sitios, en el suelo, en las pollas de los vagabundos o incluso en los coños de las demás mujeres, se había descontrolado

No sabía cuántos días habían pasado, tal vez semanas, una, dos, tres, puede que hasta cinco semanas secuestrada, no lo sabía. Una noche en la que había acabado reventada se acostó en su parcela de suelo, fuera de la tienda de Marcos, estaba allí atada como una perra al alcance de cualquiera, de todas formas, todos los vagabundos la habían follado, en la oscuridad de la noche divisó una figura por la oscuridad que se acercaba a ella

-Más no, por favor-suplicó

-Silencio princesa-dijo una voz. Ella conocía esa voz, hacía mucho que no la escuchaba pero la conocía

La figura cogió la cuerda de su cuello y con un cuchillo la cortó, liberada, fue llevada fuera del edificio y acompañada por aquel hombre al que no vió la cara hasta que se alejaron de la zona pobre y entraron en una zona más iluminada, allí se quitó el pasamontañas que llevaba y le vio, su cabello gris y su barba larga y poblada

-Es usted-dijo ella

El vagabundo al que había pisado y había llamado haraposo, antes de que la violaran por primera vez

-Sí, soy yo-dijo él, se quitó su abrigo y se lo dio a ella para tapar su desnudez

-¿Porqué me ha sacado de allí? ¿Va a violarme?-preguntó Valentina arrebujándose en el abrigo

-No, venga por aquí-pidió el hombre

La llevó hasta unos edificios y allí subieron a una casa que si bien no era el Ritz se podía aceptar

-Pensaba que era pobre-dijo ella

-¿No me reconoce señorita Ramírez?-preguntó el hombre

-No, no mucho-dijo ella, aunque le sonaba muchísimo

-Normal, han pasado muchos años desde que la ví, yo soy Genaro-dijo el hombre

-El secretario de papá, te fuiste de casa cuando yo llegué a los 10 ¿qué te pasó?-terminó ella, por fin lo reconoció

-Su padre me echó, me ví obligado a mendigar durante algunos años y perdí a mi mujer y a mi hija-respondió él

-No lo sabía, lo siento-dijo ella, se acordaba mucho de la pequeña Nerea, la hija de Genaro, sería una niñita de unos 5 años por aquel entonces

-Su padre me acusó en falso de unas acciones que yo no había hecho, cuando me fui prometí que tu padre me las pagaría-dijo Genaro

-¿Y vas a cumplir tu promesa?-preguntó ella asustada

-Pensé hacerlo durante meses, pero la edad acabó por ablandarme y decidí desistir-dijo él

-¿Qué va a hacer conmigo?-preguntó ella

-Devolverla a casa, cuando hace unos meses me la encontré por la calle no me lo pdía creer y decidí seguirla, ví como la violaban y confirmé mis sospechas, era usted la hija de mi jefe. Se me ocurrieron muchas cosas que hacerle, pero usted siempre me cayó bien y no está bien que pague por los errores de su padre-respondió él

-¿Entonces?-preguntó ella

-Entonces te vas a dar una buena ducha y la ayudaré a volver a casa-respondió él

Se dio una ducha rápida de cinco minutos, observó su barriga de 2 meses de embarazada, una barriga pequeña, pero a ver como se lo explicaba a sus padres, seguramente en casa abortaría, quiso depilarse ya que iba toda llena de pelos pero Genaro le metió prisa para que saliera, le dio un vestido recatado y salieron de allí, era de amanecida cuando cogieron una lancha de un puerto. Genaro le pagó a un segurata para que les dejaran pasar y encendieron la lancha

-Volveremos a España en lancha, ya que no tengo para coger un barco-dijo él

-Podemos tardar mucho-dijo ella

-Una semana tal vez, hay comida de sobra-dijo él

-Hay más de 5,000 km-replicó ella

-Valentina, mi situación actual no da para muchos trotes, no puedo pagarte un pasaje en avión de 3 horas, esto es lo que hay-dijo él

-Ok ok, lo siento-dijo ella observando como la proa rompía las olas

Empezaron así un viaje de varias semanas en las que lo pasaron francamente mal, pero al volver la desilusión fue peor...¿Os quedáis para el próximo capítulo?