Solos por fin!!
El deseado momento llegó después de mucho tiempo
Solos por fin!!
Ya podían darle rienda suelta a su instinto más básico y el deseo sexual.
Entraron juntos en la habitación del hotel pero ella tan tímida como siempre no osaba dar el primer paso, él sin embargo, lanzado y directo la agarró contra su cuerpo mientras saboreaba la miel de sus labios; fue despojándola de sus ropajes y acariciando su cuerpo sabiendo que era el momento, tenía tantas ganas, por fin había llegado el día…
Claudia se hallaba de pie y desnuda en medio de la habitación mirando a aquel hombre maduro de pelo cano sin saber bien que hacer.
Se quitó la ropa y la tumbó en la cama, le daba besos por el cuello, lamia sus pezones y acariciaba su piel hasta llegar a su pubis, delicadamente separó sus piernas y contemplo lo que ansiaba, esos labios, todo sin vello y delicado, era todo para él y ella lo sabia, se dejaba hacer; pasaba su lengua recorriendo cada milímetro y notando como a cada pasada ella se estremecía mas, alzó la mano agarrándola fuerte del pecho y pellizcaba sus pezones suavemente, quizás no era el seno que ella deseaba pero él disfrutaba haciéndole notar que lo tenia y le gustaba; Claudia inmersa en su leve pero creciente placer deslizó la mano sobre su cuerpo para empujar la cabeza de él hacia su sexo, quería que notara como estaba bien caliente y mojada:
-Haz que me corra cabrón!!
Exclamó notando como en su interior empezaba el movimiento de fluidos.
-Ooo siiiii!!! Me vengo…
Desde esa primera explosión los patrones cambiaron.
Él disfrutaba sus flujos como cerveza fría en verano, su cara pegada a aquel coño era todo un cuadro, le chorreaba por todos lados como alguien que no sabe beber, introducía su lengua en busca de mas apretando sus nalgas pareciendo que la exprimiera, pero es que a él le volvía loco ver el placer en ella.
Subió con la boca aun bien mojada y frotándole con fuerza porque no quería que acabara aquella fiesta orgasmal pero Claudia no podía contener a la fiera que llevaba dentro y de un solo movimiento lo volteó en la cama y se puso sobre él, se apartó la melena a un lado, le agarró fuerte la polla y fue a buscar su boca, ella también quería notar la unión de la corrida y su saliva, estaba tan cachonda que lo iba a poseer.
-Vas a cabalgarme como amazonas?
-Callate!! Es mi turno!
Empezó a masturbarlo al mismo tiempo que acariciaba los huevos pero sin mas preámbulo se abalanzó cual depredador a su presa hacia su polla, estaba sedienta, ensalivo ese falo con tal ansia que en nada resbalaba por sus labios como si se tratase de un movimiento natural, no paraba con las manos y la boca de darle lengüetazos, chupones y lamidas por todas partes, estaba hambrienta:
-Te voy a follar como una cerda, has desatado a la guarra que llevo dentro!!!
-Así que me quieres follar puta?
-Voy a hacerlo pero recuerda, ahora mando yo!
-Si, soy todo tuyo perra, haz lo que callabas.
Claudia al escuchar aquellas palabras se cegó, subió a la cama y cogió su polla introduciéndosela todo lo que pudo, entró bien, como hilo en aguja, habían tantos fluidos de tantas partes entre sus sexos que se la metió como seda y en un par de metidas mas suaves se le puso a cabalgar al trote, moviendo esas curvas que volvían loco, él le agarraba entre la cintura y las nalgas, lugar que tanto le gusta coger; ella no paraba
-Uffff que polla…como me gusta follarte…
Paró y se volteó sin soltarla ofreciendo a la vista de él ese increíble culo, el cual deseaba cachetear. Después de un rato con el contoneo y el sube y baja, la agarró de la espesa melena, la giró y la puso a 20 uñas, se colocó tras ella y la frotó en señal de que ahora era su turno, le restregó la punta chorreante para acabar metiéndosela sin piedad, la siguió penetrando fuerte, azotándola y apretando sus tetas, era toda suya en forma sumisa, su perra.
No hacia falta decirse nada, se entendían muy bien en la cama para ser la primera vez, los dos tenían tan claro aprovechar el tiempo al máximo, no era nada fácil buscar esa situación debido a que él estaba casado; se lo hizo de varias maneras y con varios orgasmos pero entonces pasó lo que tenia que pasar, iba a correrse, pero ella no quería que su leche se desperdiciara y dándose cuenta de lo que estaba a punto de suceder se soltó y se lanzó a chupársela para que acabara en su boca; borbotones la inundaban sin dejar de relamerse y tragar, gozaban tanto los dos que fundieron su bocas en un beso guarro y de pasión sabiendo que habría mas, tanto ese día, como los otros que les siguieron…