Solo un suspiro (9)
...puse en práctica el olvido frágil, y eso me hiso quedarme con un recuerdo extraño, con una copia simple de lo que llamaba amor, por eso ahora no sé que podría recuperar, quizás termine perdiendo más...
CAPITULO 9
Señores pasajeros, les habla el Capitán, estamos a 10 minutos de llegar al aeropuerto internacional Comodoro Arturo Merino de Santiago de Chile, tenemos un poco de neblina, lo que hará el aterrizaje un poco incomodo, así que le rogamos permanecer en sus asientos, hora local 21 horas con 14 minutos, esperamos que disfruten su estadía en Chile…
Dieciocho horas de viaje, dos escalas y yo aún seguía con el nudo en la garganta, no sólo por Magnolia y mi gran incógnita de porque había decidido ir a refugiarse donde Diana, pero también mi preocupación por ella…una semana había pasado desde la última vez que la había visto y aun llevaba en la piel cada uno de los besos dados esa noche, sentada en el avión y mirando a mi hermano aún dormir, no sabía que estaba haciendo…es decir sabía la distancia que había recorrido, sabía que estaba en Chile para buscarla a ella, pero me sentía tan lejos de ese lugar, mi mente y pensamientos estaban con Magnolia y estaba a empezando a dudar si lo que hacía era lo correcto.
Teresa: Pablo despierta ya vamos a aterrizar – le dije mientras lo movía del hombro –
Pablo: ya Tete, que tengo el trasero partido al menos el sueño me hace olvidar que viajamos casi 24 horas – se volteó en el asiento y me dio la espalda –
Teresa: no fueron 24 horas sólo 18 así que no te quejes y ponte el cinturón
Pablo: ya va ya va – se acomodó y se puso el cinturón –
Mientras veía mi hermano como recogía las maletas, me acordé de la última vez que estuve en este aeropuerto, ya más de dos años que no pisaba este lugar y todo se veía muy cambiado, más moderno y hasta la gente parecía diferente…una semana tenía en mente, pensé primero un par de días sería suficiente para buscarla conversar con ella y regresar donde Magnolia, pero conociendo mi cobardía, decidí darme un plazo mayor y preferí que sea una semana…Pablo estaba súper enojado conmigo…lo hice venir por un par de días pero en el avión se enteró que sería una semana, el sólo me acompaño pues porque bueno es mi hermano, pero era un viaje que no me hubiera atrevido a hacerlo sola, si él no hubiera venido conmigo no me hubiera atrevido.
Pablo el pirata cibernético más decente que conozco, no sé cómo pero halló la dirección de Angela, aparentemente ya no vivía con los padres y ahora lo hacía con la novia…si aquella mujer por la que me dejo ahora compartía un departamento y las cosas se veían serias, no piensen mal, saber que ella tenía una relación así de estable de compartir piso y todo me vino bien, sabía que no habría flaqueo de mis recuerdos y tentaciones a que la encontrara sola…Pablo, es un gran hermano, pero sabía que su ansiedad de estar tan cerca de Alejandra y estar atorado conmigo en Chile lo ponía mal, pero es un hombre noble y un excelente hermano que no me dejaría sola así Alejandra le llorara y suplicara que lo hiciera, así era Pablo y por eso lo quería y protegía tanto.
Pablo: bueno que hacemos? Vamos de frente a buscarla y la ves y mañana nos vamos? – me dijo mientras esperábamos al taxi que nos llevaría al hotel –
Teresa: estás loco Pablo?, no, no puedo presentarme de improviso y mucho menos a su casa, que tal si le provoco problemas con la novia, es mejor que la busque en el trabajo y eso lo haremos mañana, ir a ver dónde va a trabajar y ya de ahí veremos
Pablo: haremos??...eso me suena a manada, hermanita yo te dije te acompaño pero en fuerza, espíritu y todo lo demás pero ir de acosador a ver donde trabaja eso ya es mucho no crees?
Teresa: Pablo por Dios, no es acoso, es solo ver donde trabaja nada más
Pablo: como digas…pero no te voy a acompañar
Teresa: entonces nos quedaremos más días en Chile
Pablo: ok ok, te acompaño pero que sea rápido si? De verdad quiero ver a Ale si?
Teresa: te lo prometo
Esa noche no dormí nada, y aunque no lo crean, no era Angela la que ocupaba mis pensamientos, sino Magnolia, de verdad la extrañaba muchísimo, me moría de ganas de llamar a Diana y preguntar por ella pero no quería sonar ni verme desesperada, pero siendo casi las 3 de la mañana no pude aguantarme más.
Teresa: Diana?...disculpa por despertarte
Diana: demonios Tete son las dos de la mañana que pasa? Llegaste bien?
Teresa: si si, sólo quiero saber cómo esta Magno
Diana: regreso a su casa, apenas le dije que partiste regreso a su casa
Teresa: ahhh…pero y tu porque no la acompañaste?
Diana: porque no
Teresa: pero si te dije que la cuidaras
Diana: Tete no seas paranoica, Magno es una mujer grande y madura, y mira tan madura es que te pidió hacer ese viaje así que no me jodas y déjame dormir que mañana trabajo temprano
Teresa: ok lo siento, tienes razón, pero Diana no lo olvides si?
Diana: olvidar que?
Teresa: tú promesa
Diana: no la he olvidado…mañana comeré con ella así que estaré al pendiente vale?
Teresa: gracias Diana, te dejo entonces, descansa cuídate un beso
Diana: bye
Las tres de la mañana y saber que Magnolia no estaba con Diana, me dio cierta tranquilidad, aún no sabía porque, pero sólo sentí un alivio al saber que Magno estaba sola…me volteé en la cama y vi esa revista encima de la mesa de noche, estaba tan desecha, toda con la carátula borrada, las puntas dobladas y todo, pero mi email seguía intacto escrito allí, llegue a pensar que la revista estaba maldita o algo, que se movía sola y se escondía sola también, ahora que la veo, pienso que quizás inconscientemente yo misma la haya preservado en mi casa y en mi vida, comencé a ojearla y cuando llegué a la mitad de ella encontré algo escrito que nunca me había fijado, no era mi letra y esa letra la podía reconocer a kilómetros de distancia, era de Angela y decía: no fue una casualidad sino el destino que nos unió 7/12, nunca había leído aquello, ni siquiera sabía que estaba escrito, nuestra fecha de novias y aquella frase que era tan nuestra…llámenme estúpida e ilusa, pero empecé a pensar que de verdad era el destino quien me estaba acercando a ella una vez más.
Teresa: ya Pablo la ves? – le decía a mi hermano mientras me escondía en su costado –
Pablo: ok Tete, ella fue tu novia no mía, de verdad no creo que pueda reconocerla, es más ni me acuerdo como era y tengo hambre – me dijo mientras se ponía a mi costado en esa esquina –
Teresa: te llevo a comer si la ves y te fijas en que auto se va para seguirla
Pablo: es que no sé, ha salido tanta gente de ese edificio…espera – mi corazón se desaceleró para luego empezar a latir como un caballo desbocado –
Teresa: que cosa?
Pablo: el portero tiene un sándwich que se nota riquísimo…Tete tengo hambre – le di un golpe en la cabeza y le cambié de lugar –
Teresa: eres un infante Pablo, tus hijos son más maduros
Pablo: si mis hijos se parecen a su madre
Teresa: espera
Me escondí más en el muro de esa pared en esa esquina y es que como olvidarla, era ella, con unos kilitos de más pero era ella, la misma piel, el mismo caminar, la misma sonrisa, sus manos, era Angela, salía calmada…mi corazón parecía un tambor que golpeaba contra mi pecho, casi lo podía sentir salir, estaba segura que si no tuviera a mis costillas aprisionando a ese órgano, mi corazón hubiera roto la piel y habría salido detrás de ella…no había duda yo aún sentía algo por ella aunque no estaba segura si amor era lo que aún sentía.
Pablo: la viste? – mi hermano me hablaba pero yo no podía despegar mi vista de ella – Tete responde la viste? – seguía en su pregunta pero yo no podía dejar de verla – TETE!!!!
Teresa: carajo Pablo cállate – miré de reojo y parece que ella no se había percatado del grito, pero no sólo eso, había desaparecido – puta madre Pablo, la perdí carajo tenías que gritar?
Pablo: estabas toda babosa viendo tenía que sacarte del trance
Teresa: ahora?, tendremos que esperar a mañana para seguirla
Pablo: que cosa? Eso sí que no eso significa más tiempo en Chile y yo me quiero ir a Perú ya!...déjame hablo con el portero
Teresa: pero Pablo – no esperó y vi como mi hermano cruzaba la calle y veía como intercambiaba unas palabras con el portero –
No sé cuánto tiempo se demoró, pero para mí fue una eternidad, sólo veía a mi hermano de lejos que hablaba tanto con el portero y yo muy cobarde sin atreverme a cruzar e ir por él…miraba a mi hermano desde lejos, miraba sus gestos y todo lo que hacía, y sólo me quedaba esperar…de pronto con una gran sonrisa en el rostro el regresó.
Teresa: que pasó Pablo? – lo jalé de los hombros para que se apoyara en la pared –
Pablo: nada hermanita…que tu hermano es un genio, y que lo sé todo
Teresa: a que te refieres que lo sabes todo – lo miré con duda y esperaba su respuesta –
Pablo: primero el desayuno que estoy famélico
Teresa: no me vas a dejar con ésta intriga, me dices ahora Pablo
Pablo: yo soy el de la información y exijo mi desayuno, sino pues vas tú y le preguntas al portero – estaba entre la espada y la pared, así que acepté su chantaje –
Teresa: vamos mal hermano
Pablo: yeeeeee el mejor jajaja
Fuimos a un café cerca de allí, y mi hermano decidió torturarme con el secreto de su información por más de una hora, vi a ese hombre comer de todo, que casi se podría llamar tragar…yo a las justas pude tomar un café, mi ansiedad y nerviosismo me estaba matando…Angela sin estar presente ni nada, lograba sacarme aquello que yo no demostraba con nadie, como aquella cita nuestra en Iquique, otra vez regresaban a mi esos nervios tan peligrosos y extraños…había pasado tiempo, no habíamos tenido ningún tipo de contacto pero ahí yo estaba con las palmas de las manos sudorosas, con el corazón latiendo a mil por hora y con un nudo en la garganta y aunque no lo crean con mariposas en el estómago…si todo eso se llama ansiedad…y ver a Pablo disfrutar cada bocado de su sándwich de jamón, y de su torta de chocolate y luego cada sorbo de su capuchino y jugo de naranja no hacía más que desesperarme más, pero él era el que dominaba la situación así que sólo me quedaba esperar…con alivio vi como el último bocado de esa torta fue desapareciendo en su boca y ni bien lo vi tragar me lancé a preguntar.
Teresa: ya tragaste como salido de la cárcel ahora si vas a hablar
Pablo: uyy que ansiosa hermanita, pero bueno, sólo porque ahora tengo la pancita feliz, te voy a contar lo que me dijo el portero
Teresa: apura Pablo!!!
Pablo: va, va…bueno resulta que si, que la señorita en cuestión vive con una “amiga”….pero el mismo se rió cuando me dijo “amiga” el sabe muy bien que son pareja, dice que desde hace casi un año viven allí…ósea sacando mis cálculos súper matemáticos es casi el mismo tiempo que ustedes terminaron – mi hermano tenía razón el cálculo yo ya lo había hecho y sentí un vacio en el estómago al pensar que ella no perdió tiempo en irse a vivir con Daniela –
Teresa: ya no importa los cálculos puedes seguir por favor?
Pablo: bueno…también me dijo que Angela trabaja en un laboratorio que queda no muy lejos de aquí, no supo explicarme bien lo que hacía pero ahí trabaja y hasta me dio el nombre se llama Laboratorios Pfizer, ves mi súper memoria?
Teresa: sigue Pablo…
Pablo: ok, ok, bueno la novia trabaja en una farmacia del centro y nada eso es todo…ahhh si y dice que Angela sale muy temprano y regresa muy tarde, y que a veces vienen juntas, pero la mayoría de veces cada una viene por su lado…ambas tienen auto, y eso es todo
Teresa: no puedo creer que te haya dicho todo eso y por casualidad no te dijo en que numero de departamento vive? – pregunté de manera irónica sin esperar respuesta –
Pablo: en el cuarto piso en el departamento C, dice que antes vivían en el quinto piso pero que ahora se acomodaron en el cuarto, no me dijo porque
Teresa: vaya Pablo, quien le dijiste que eras para que te diga todo eso?
Pablo: nada, sólo le dije que era un sicario y que mi encargo era Angela – me dio una mirada retorcida y sólo recibió un golpe de mi parte – yaaaaaaa duele sabes?...le dije que era un acosador y que me gustaban así blanquitas y que quizás era un asesino en serie también…auch Tete, duele carajo
Teresa: entonces deja de hablar estupideces y dime que le dijiste
Pablo: le dije que venía de un laboratorio americano y que la queríamos contratar pero que nosotros teníamos que hacer un verificación de que sea una persona correcta antes de la entrevista para proceder al contrato, y ya…me creyó todo eso, y como tengo pinta de extranjero y soy tan lindo que me dijo todo
Teresa: y estás seguro que no le dirá nada a ella?
Pablo: segurísimo, se lo dejé muy claro que si nos dábamos cuenta que ella estaba en sobre aviso de lo que estaba haciendo perdería el puesto
Teresa: vaya si que pensaste en todo hermanito
Pablo: no soy un improvisado….como crees que encontré a Alejandra…
Teresa: cómo?
Pablo: me convertí en un agente de seguros de vida, luego un abogado, y luego un agente de cobro de impuestos…jejeje…soy muy creativo
Teresa: y bastante mentiroso…estas seguro que somos hermanos de sangre?
Pablo: claro hermanita, los dos somos un par de estúpidos enamorados de imposibles que haremos posibles – me dio un abrazo, mientras me pedía la billetera para pagar la cuenta –
Sus palabras fueron extrañamente acogidas por mi cerebro, “ estúpidos enamorados de imposibles que haremos posibles” hasta mi hermano estaba seguro que yo aún seguía enamorada de Angela y yo la protagonista aún no quería aceptarlo….sería que él tenía razón?, todo para mí era aún borroso, necesitaba verla para saber que de verdad sentía, y ese momento ya no estaba tan lejano como pensaba.
Teresa: Diana!!!...me escuchas?
Diana: esteee…si Tete, algo de interferencia pero si te escucho que pasa?
Teresa: como esta Magnolia la fuiste a ver no?
Diana: si si, todo bien mujer, tu sigue con lo tuyo que yo cuido a Magnolia, yo te llamo si algo cambia ok
Teresa: ok, pero…
Diana: pero nada mujer…estoy en algo, te llamo luego si? Cuídate un beso suerte bye
Quince segundos de duración de llamada, algo extraño sentía que pasaba, mi instinto me insinuaba algo pero no estaba segura que era, las palabras de Diana no me convencían y temía que no cumpliera su promesa, yo necesitaba estar segura que Magno estuviera bien…puede sonar absurdo, y para cualquiera puede sonar hasta patético que yo después de ver a Angela pretenda regresar donde Magnolia como si nada, eso no iba a pasar, el día de la despedida yo comprendí que a Magnolia la había perdido, que esa mujer no era mujer de segundas intenciones, que si no iba bien con Angela yo no podía correr y regresar con ella, esa no era Magnolia, y yo tampoco me sentiría capaz de regresar donde ella como último recurso o salvavidas…el momento que yo decidí venir a buscar a Angela ese mismo momento yo había perdido mi oportunidad con Magnolia, y si aún yo quería una oportunidad con ella, pues debía regresar sin siquiera ver a Angela…Magno lo sabía, sabía que venir a ver a Angela era para desamarrar mi corazón pero no para regresar donde ella, ella sólo quiso hacerme el bien de cerrar el pasado, por eso dude de seguir en Chile desde que llegué, pero la curiosidad de mi latir, y de lo que vi, ahora no me dejaba partir.
Nos instalamos en el estacionamiento del laboratorio, mi hermano aburrido y cansado sólo pensaba en comer, y yo ya estaba harta de esperar, necesitaba saber algo más, a qué hora salía o algo, pero siempre he sido demasiado cobarde para estas cosas…si se trata de sacar conversación a una muchacha linda, nunca tenía pierde, si se trataba de coquetearle aunque sea una roca, no había problema pero ir a pedir algo que yo sabía era absurdo o que podría recibir una negativa, prefería evitarlo.
Pablo: Tete, tengo hambre…vamos a comer y regresamos si? – me dijo mientras abría su boca y con un dedo señalaba su interior –
Teresa: Pablo…por Dios, hemos comido hace 4 horas, es imposible que tengas hambre ya tan rápido – lo miré y le cerré la boca con mi mano –
Pablo: te dije que trajéramos algo…también tengo frio…este auto no tiene calefacción? – me dijo mientras prendía el aire caliente –
Teresa: si tiene pero hay que prender el auto para que salga caliente, y no lo podemos tener siempre prendido
Pablo: Tete no nos podemos quedar aquí para siempre…porque no vas a preguntar el horario de las farmacéuticas…anda ve – me miró con su cara de perro arrepentido –
Teresa: Y que le digo?
Pablo: que eres una peruana coqueta que se quiere follar a la farmacéutica y que la estas acosando para tirártela en el auto – me lo dijo con una gran sonrisa en el rostro –
Teresa: ja ja ja muy gracioso hermanito
Pablo: ya, ya no te enojes…todo sea por mí comida…voy a preguntar y después vamos a comer ok?
Teresa: vale pero depende de la hora
Pablo: vamos a comer sea la hora que sea ok?
Teresa: ok ok ok – le dije mientras abría la puerta del auto –
Vi como mi hermano caminaba hacia esa gran puerta de vidrio que daba entrada al laboratorio, se acomodó la camisa y entró en un segundo, nadie parecía impedirle la entrada a nada, definitivamente era un mentiroso muy convincente, no esperé mucho y a los pocos minutos salió y mirándome desde lejos movió la cabeza en negativa, se apresuró al auto y abrió la puerta y me dijo – no es buen día –
Teresa: que pasó?
Pablo: pues resulta que no es un buen día…tu farmacéutica hoy no viene
Teresa: pero entonces donde está yo la vi salir de su casa
Pablo: pues tendrá otro trabajo
Teresa: y ahora?
Pablo: a comer que te tengo una sorpresa pero si me llevas a comer
Teresa: que es?
Pablo: a comer…- me miró con mucha ternura que no pude negarme –
Teresa: vale vamos – encendí el auto y nos fuimos de allí –
En el camino nadie hablo, yo andaba muy pensativa intentando adivinar que era aquella sorpresa que mi hermano tenía preparada, manejé calmada, Santiago era una ciudad que conocía bien, viví más de un mes en esta ciudad y si bien el caos de su tumultuosa vida era bastante exasperante…era una ciudad de lo más dinámica para vivir, las calles me volvían a recibir, las esquinas en las que había estado aún parecían esperarme, había muchos sitios a los que había visitado, todo por concentrarme en cada día llevar a Angela a un sitio nuevo, diferente…ese mes que viví aquí había llegado a conocer la ciudad mejor que un lugareño, era una ciudad fantástica, muy iluminada pero también fría y seca, la gente no era muy alegre ni acogedora al contrario era desconfiada y algo arrogante, pero yo no compartía los recuerdos con esa gente yo compartía los recuerdos con ella y en ese mes en el que fui plenamente feliz…los recuerdos traicionan y ver esta ciudad otra vez me trajo a ese mes y todo lo que viví en él, y aunque me gustaba, me causaba miedo también.
“Déjate Besar” , cuando le dije el nombre a mi hermano casi salta del asiento, lo que causó una risa estruendosa en mí, “Déjate Besar”, era un restaurante bastante conocido para mí, uno de mis favoritos en Santiago, no tenía la mejor comida, ni el mejor ambiente ni nada, en definitiva no era el mejor, pero fue en ese restaurante donde Angela se atrevió a darme el primer beso público, para mí desde que eso paso era el mejor restaurante, además me gustaba que quedara encima de un cuartel de bomberos, y que todas las paredes sean ventanales, se podía ver la noche de Santiago mientras se cenaba a gusto, y la música nunca decepciono…así que allí fuimos, estaba bastante lejos del laboratorio, pero bien valía la pena aunque el estómago de mi hermano no pudiera entenderlo.
Llegamos en cerca de una hora, ya se hizo de tarde y el cielo de Santiago ya había oscurecido, no era noche pero el invierno causaba ese efecto en el cielo de esa ciudad, mirar ese lugar desde afuera me trajo tantos recuerdos, todo era nostálgico…era como si un par de fantasmas pasaran al lado mío, recreando todo lo que viví allí, a veces me parecía mentira que yo haya vivido todo eso, y mirarlo ahora como espectadora, me hacía mas escéptica de creer que yo haya dejado historia en todo ese lugar…entramos y nos acomodamos lo más cerca a los ventanales, el bar nos quedaba al frente y otra vez los recuerdos regresaban, ella y yo sentadas en esa barra riendo y compartiendo los innumerables tragos que nos repartíamos de mano en mano, en ese entonces era difícil no salir algo mareada de ese restaurante de tanto deguste de licores, miraba con recelo todo ese lugar y en cada rincón aún estaban los fantasmas de aquellos días felices.
Mi hermano no tardo en pedir media vaca para comer, se le notaba tan hambriento que hasta cierta vergüenza sentí cuando llegaron a la mesa casi 4 platos y yo aún no me había decidido a ordenar nada, era hombre, me decía en la mente, una capacidad fantástica la de él de comer como un barril sin fondo y no subir un gramo de peso – hay que aprovechar que aún no asimilo – me decía, pero a sus casi 40 años me era difícil pensar que su maquinaria de asimilación aún no haya empezado a funcionar, genética supongo, y le daríamos gracias a esa genética, porque sino mi hermano sería un King Kong de grasa y panza.
Teresa: te gusta el lugar?
Pablo: si, si, está muy bonito, muy romántico para mi gusto, pero eres niña que podía esperar – me lo dijo engullendo su trozo de carne del tamaño de su boca –
Teresa: bueno ya que tu barriguita está contenta, entonces ahora si me puedes decir cuál es la sorpresa? – le dije mientras me llevaba el tenedor a la boca y lo observaba fijamente –
Pablo: ahh si, me dieron en el laboratorio el horario de tu farmacéutica – me lo dijo con una sonrisa –
Teresa: que cosa?...pero tú qué haces para que todos te hagan caso?
Pablo: se llama encanto y poder de convencimiento
Teresa: mentiroso profesional yo le llamo
Pablo: bueno llámale como quieras, pero sirve
Teresa: si bastante…y que horario tiene Angela
Pablo: mañana trabaja hasta las 7 de la noche, así que creo que mañana será un buen día para que vayas a esperarla después del trabajo – me miro fijamente esperando mi reacción –
Teresa: - tomé mi copa de vino y mirando hacia el ventanal le di un sorbo – si tienes razón será mañana
Mi rostro observaba el horizonte, la noche mi mejor testigo de todo lo que había vivido, la noche mi silente testigo de mis lágrimas y sufrimiento, de mi rabia y decepción, la noche, siempre de noche…la música empezaba a sonar en el fondo de aquel lugar y la romántica melodía me hacía recordarla tanto a ella…mi vino se iba consumiendo y de pronto la primera frase de esa canción de fondo atravesó mi mesa “no sé qué va a pasar cuando regreses, cuando te vuelva a ver” mis ojos se abrieron y el trago de vino paso raspando mi garganta “no sé si sentiremos aún lo mismo”, mi hermano también escuchaba la canción y ponía la misma cara que yo, “sólo espero que tu como yo, todavía te mueras por estar conmigo”, aquellas canciones que parecen que están hechas para ti, qué crees que sólo tu las escuchas, ahora mi hermano también la escuchaba y se sorprendía igual que yo, “todavía te rías de mis tonterías y que todavía me sientas parte de tu vida”, mis manos apretaban esa copa y yo trataba de buscar el lugar por donde salía aquella melodía, “todavía me pierda entre tus fantasías…sólo espero que tu como yo sigamos enamorados”, me paré de la mesa y busque aún más con la mirada pero no hallé nada, ni un solo parlante de donde salía la música, había ido tantas veces a ese lugar y siempre había sido música en vivo, y ahora aquella canción.
Teresa: vámonos – le dije a mi hermano mientras me tomaba de un solo golpe el último sorbo de aquel vino –
Pablo: pero no he terminado de comer
Teresa: pídelo para llevar, voy a pagar – tomé mi bolso y me moví para ir a la caja –
Pablo: oye…escuchaste esa canción? – volteé para verlo con angustia –
Teresa: cállate y apúrate
Pablo: vaya que genio…ok – mi hermano se paro conmigo y pidió lo que le quedaba para llevar –
Subimos al auto y la melodía de esa canción seguía en mi cabeza, sacudí un par de veces la cabeza para sacarla, pero esa canción se negaba a irse, “no sé qué va a pasar cuando regreses y vuelva a estar frente a ti”, seguía moviendo mi cabeza pero era imposible, tenía esa canción metida sin permiso, “si ves nuestro caso está perdido, no habrá culpables no evites mirarme el tiempo paso”.
Pablo: escuchaste aquella canción – volteó a mirarme mi hermano –
Teresa: creo que la pregunta sería, si tú la escuchaste? – lo miré de vuelta esperando respuesta –
Pablo: claro que si, muy oportuna no?
Teresa: demasiado
Pablo: quizás sea una señal
Teresa: quizás debemos descansar para no pensar en señales o cosas sin sentido
Aquella noche tampoco dormí, esa noche quien me acompaño en la cama fue esa melodía y la revista, no quería pensar en cosas que no eran, eran coincidencias, eso era lo que pensaba en ese momento y en aquella noche, igual sabía que para el día de mañana todo habría terminado, yo habría hablado con Angela y todo esta incertidumbre estaría por fin terminada, mi plan era terminar con lo de Angela y regresar a recuperar de alguna manera a Magnolia, mi Magnolia, mujer más espectacular que ella ninguna…hacía mucho que ya no fumaba, pero aquella noche necesitaba algo que me ayudara a conciliar el sueño, bajé al bar del hotel y aunque estaba con shorts y una musculosa no me importo, necesitaba un trago y un cigarro.
Me senté en el primer lugar que encontré vacío, era un desastre, ni siquiera me había fijado que estaba descalza, pensé que a esa hora no habría nadie en el bar, pero que equivocada que estaba, el bar y el restaurante a las 2 de la mañana estaba tan lleno como si fueran las 10 de la noche; con algo de vergüenza me senté y pedí mi trago de inmediato.
Teresa: se puede fumar aquí?
Bartender: tienes que irte al último asiento, y para tu suerte esta vacio – me señalo con la mano el lugar y me dio una sonrisa coqueta –
Teresa: gracias – me cambie de asiento y todos me vieron como si fuera un bicho raro por la facha que llevaba –
Bartender: me dijiste whiskey no? – me dijo el muchacho mientras seguía con su sonrisa coqueta –
Teresa: si gracias, sólo hielo y dame un vaso con jugo de manzana si?
Bartender: vaya, primera vez que me piden eso
Teresa: soy muy particular en la forma de cómo tomo mis licores – lo miré y le guiñe un ojo –
Bartender: y una forma particular de vestir para tomar tus licores también no?
Teresa: jajajaja…me dio flojera cambiarme sólo por un trago y cigarro, se nota mucho?
Bartender: si a mí no me molesta no importa el resto, el que te dará los tragos soy yo no?
Teresa: - me sonreí – así es
Bartender: me llamo Ricardo
Teresa: Teresa – estreché su mano y me seguí sonriendo –
Ricardo: no puedes dormir?
Teresa: no, nada, ojala un trago me ayude a relajarme lo suficiente para poder agarrar el sueño – lo miré con algo de desgano –
Ricardo: tú no eres de aquí
Teresa: no, soy peruana pero vivo ya tiempo en Estados Unidos
Ricardo: lo supe por el acento, aunque tu acento es bastante encantador, no suena al típico peruano, me gusta
Teresa: me alegro, así me servirás otro trago con cariño no? – lo miré y le sonreí –
Ricardo: típica peruana…súper coqueta
Teresa: te molesta?
Ricardo: no, pero advierto que soy inmune – se rió y me puso el vaso con jugo y al lado el whiskey –
Teresa: no te preocupes no estoy en plan de conquista – lo miré mientras hacia una mezcla mágica entre mi whiskey y mi jugo de manzana –
Ricardo: uhmm entonces penas de amor son las que no te dejan dormir
Teresa: tú qué crees Ricardo? – lo mire mientras me llevaba el primer sorbo de mi trago a la boca –
Ricardo: lo que yo creo Teresa es que un chileno te ilusiono el corazón y ahora te cuesta dejarlo porque ya te tienes que regresar, me equivoco?
Teresa: bastante, la historia iría así, una CHILENA me rompió el corazón y se lo quedo y ahora vengo a recuperarlo para seguir con mi vida – su cara de sorpresa era bastante graciosa que no pude evitar reírme en una carcajada –
Ricardo: disculpa, yo no sabía…no te molesto más
Teresa: no te preocupes Ricardo, podemos seguir conversando no muerdo ni mato
Ricardo: uff que bueno – me sonrió y echó una pequeña risotada – y ahora no puedes dormir porque ya no sabes si quieres hacerlo todavía? Digo recuperar tu corazón?
Teresa: algo así, digamos que ya no estoy tan segura de que hacerlo sea lo correcto
Ricardo: miedo?
Teresa: petrificada – me terminé el whiskey de un solo sorbo –
Ricardo: porque todavía quedan rastros de felicidad?
Teresa: porque puse en práctica el olvido frágil, y eso me hiso quedarme con un recuerdo extraño, con una copia simple de lo que llamaba amor…por eso ahora no sé que podría recuperar, quizás termine perdiendo más – me miró atento y medito cada una de mis palabras – disculpa te estoy aburriendo
Ricardo: no no…te estoy escuchando, y lo único que te puedo decir es que no te quedes con la duda, ganes o pierdas, no te quedes con la duda – lo escuche atenta y sonreí –
Teresa: gracias Ricardo y gracias por escuchar y por el trago
Ricardo: te vas? Y tu cigarro?
Teresa: creo que romperé la abstinencia en otra oportunidad
Ricardo: si mejor, descansa Teresa – me dijo mientras me paraba de mi lugar –
Teresa: tu también – lo miré con ternura y me marché –
Pablo esta vez no quiso participar, el necesitaba encargarse de su negocio y el hotel se había convertido en su lugar de operaciones, fui sola, aún no era la hora Angela debería salir a las siete y eran recién las 3…decidí caminar por aquella ciudad que conocía muy bien, y sin pensarlo termine en aquel bar “el diablito”, un bar que Angela y yo adorábamos, estaba tan ridículamente adornado que era encantador…entré a ese lugar y no había cambiado nada, los mismos cuadros, y la decoración era la misma, lo único que había cambiado era el rincón de siempre, ya no estaba adornado por 10 frases pintadas en la pared, sino por cientos, ese lugar se había hecho popular con los años y ahora hasta comida daban.
Me senté en aquel rincón, ese rincón que era tan mío como de ella, era nuestro, lo encontramos acogedor que nos acostumbramos a sentarnos ahí, y hasta nombre le pusimos, ahora lo sentía tan extraño, parecía que nunca había estado allí pero al mismo tiempo parecía que mi vida entera estaba puesta sobre esa mesa…no sabía qué era lo que pasaría cuando la viera, no sabía si mi corazón reaccionaria y aceptaría que aun la amaba, o mi orgullo se interpondría o simplemente buscaría de verdad la amistad que nunca le di oportunidad, no sabía…tome la pajilla con forma de diablito y una servilleta con la imagen característica del bar y me las lleve conmigo.
Con la servilleta doblada sobre el timón, yo terminaba de escribir algo, la doble un par de veces más y tomando la pajilla también en mi mano, salí del auto y fui de frente a buscar el auto de Angela…fue fácil dar con él, del retrovisor colgaba un muñequito con su dibujo animado preferido…me acerqué a la ventana del conductor y apretando la servilleta con la pajilla la dejé puesta en la rendija de la ventana, regresé a mi auto y esperé.
Ya eran las 7 y de pronto vi a salir a bastante gente de aquel lugar, pero no la vi a ella, salí del auto y me puse a unos metros del auto de ella y de pronto la vi, con su sonrisa habitual, sonriéndole a todos y a todo, la noche parecía iluminarse con aquella sonrisa y risa tan particular, cuando ella reía todo su rostro se iluminaba y sus ojos verdes se hacían más verdes, y a pesar de la oscuridad del lugar pude distinguir muy bien aquellos ojos…mi corazón parecía acompañar el agrado que sentía al escuchar y ver esa sonrisa, estaba tan bella que era imposible no verla y no conmoverse, mi corazón me traicionaba y latía a mis por hora, las mariposas me golpeaban como si mi estómago fuera una bolsa de arena, y las manos me sudaban como si fuera una adolescente a punto de exponer en clase…llegó a su auto y un momento se detuvo a coger la servilleta doblada que había dejado allí, la tomó en sus manos, la abrió y la leyó detenidamente mientras que con la otra mano no soltaba la pajilla…que había escrito en aquel pedacito de papel? Pues aquello que era solo suyo y mio “sólo un suspiro basto”…cuando lo escribí no pensé que ella podría recordarlo, pero ahora, al ver la expresión de su rostro, y su mirada buscando por todo el lugar, me dio a reconocer que ella si recordaba…me escondí no quise que su mirada me hallara, sólo contemple cada detalle de movimiento y reacción que hacía…miraba la pajilla del diablito y se sonreía, recordaba todo estaba segura, cuando vi que su reacción no era de desprecio ni de amnesia, me decidí a ir a su encuentro.
Salí de la oscuridad que me había mantenido en el anonimato y caminando por detrás de otros autos que cómplices tapaban mi figura me fui acercando a ella, estaba casi a dos autos de distancia, y lo primero que se me ocurrió fue decirle “hola chilenita”, pero cuando estaba cerca lo suficiente para hacerlo un grito me alerto “mi amor!! mi amor!!” , mis reflejos de defensa al escuchar esa voz fueron automáticos, me agache detrás del único auto que me separaba de ella y la noche y la oscuridad jugaron a mi favor una vez más…era Daniela…vi como Angela en un acto veloz escondía la servilleta y la pajilla…y en dos segundos se encontraba con el abrazo de la que ahora era su mujer, se dieron un beso, que no pude aguantar ver por mucho rato…pero ahí estaban conversando de sabe Dios que, se abrazaron y besaron y me fue tan hiriente ver aquello que no pude contemplarla, sólo cerré mis ojos y esperé a que se fueran para salir de mi escondite…escuche las puertas del auto cerrarse, me paré de mi escondite y en la vuelta que dio Angela para salir del estacionamiento mi imagen se reflejo en su espejo retrovisor, y ella me vio, fueron segundos que me observó, los mismos segundos que yo no intente esconderme, sólo la observé y ella partió…caminé fuera de la oscuridad y vi como el auto se alejaba de mi y como ella voltio otra vez y esta vez si estaba segura que me había visto muy bien, pero no paro y yo decidí no seguir.
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HOLA con tod@s...espero que este capitulo guste...espero no haber demorado mucho, he estado enferma disculpen, no se preocupen no morire...hierba mala no muere, espero...jejeje...y si me toca que importa, no no no...tengo q terminar la historia primero JAJAJAJA...no se preocupen morire despues de terminarla JAJAJAJA, ya no le queda mucho a esta historia...así que no se pierdan ningun capítulo...jajaja...muchas gracias a quienes me han comentado, y a quienes siguen leyendo a pesar de mi demora y desgaste, GRACIAS muchas GRACIAS, por ustedes que me siguen leyendo es que sigo haciendo el esfuerzo...bueno les mando un besote gordote y super obeso cuidense mucho y que esten super, como yo espero estarlo pronto que la panza ya me tiene loca...un super abrazo y a vivir rico que para eso estamos...cuidense chau chau chauuuuuu