Solo un suspiro (8)

...necesitaba romper mi promesa para poder amar de nuevo, tenía que faltar a mi palabra para amar a Magnolia...

CAPITULO 8

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A veces todo como uno lo planea resulta siendo como uno no esperaba, a veces uno le pone el empeño necesario, el deseo, las ganas, la paciencia y toda la energía y simplemente aquello no sucede, cuando Magnolia se siente frustrada por algo, se pone ansiosa, y se deja llevar por su frustración al punto de verla tan decaída que crees que de verdad algo malo podría sucederle si no cambia su actitud…el tiempo que estoy con ella he llegado a verla en ése estado dos veces, cuando un paciente suyo se suicidó, y aunque todos tratamos de hacerla entender que no había sido su culpa, se sintió tan frustrada por la culpa que le costó regresar a la práctica; y la segunda vez que la vi así fue cuando yo no me decidía por venir a vivir con ella…en ambos casos fui yo quien solucione su ansiedad su estado perpetuo de abatimiento, pero ahora no sé qué hacer,  ¿como uno puede ayudar a una mujer a la que le acaban de decir que su cuerpo no está preparado para llevar un embarazo y que será difícil lograr uno?...cuando le dieron la noticia, estábamos las dos juntas agarradas de las manos, esperando una noticia totalmente diferente…esperábamos que sólo nos dijeran cuando empezaríamos a intentar tener ese bebe, pero fue todo lo contrario, vino el ginecólogo con la cara más larga que haya visto, y desde que lo vi entrar lo supe.

Algún tipo de problema interno evitaba a mi mujer la facilidad de embarazarse como cualquier otra mujer, pero quizás la diferencia de Magnolia con cualquier otra mujer no era el hecho físico sino que el deseo que Magno tenía por ese bebe era tan inmenso que la decepción fue igual de inmensa…sostuve su mano mientras el doctor le explicaba que habría que tratar con mucho empeño y esfuerzo y que si lograba embarazarse probablemente sería el único embarazo…mientras el doctor le explicaba los detalles y todo el procedimiento que se seguiría, yo miraba atenta a mi mujer queriendo cambiar de lugar para que no sufriera esa pena, pero era inevitable, en mi interior me decía “dijo sería difícil pero no imposible”, esa era mi vaga esperanza y de lo cual me aferraría para hacer sentir a Magnolia mejor, pero a pesar de eso ella se sumió en la tristeza y una semana después de la noticia ella seguía metida en su pena.

Teresa: mi amor!!!...ya llegué….Magno???!!! – busqué por el salón y la cocina y sólo vino a mi encuentro el perro, le hice un cariño y seguí buscando – Magno!!! Mi amor!!! – Desde lejos escuche su voz que me llamaba para que fuera al patio – ¿Qué estás haciendo aquí? Esta haciendo mucho frío vamos a dentro – le dije desde el umbral de la puerta de vidrio que llevaba al patio –

Magnolia: necesitaba aire – me miró con la misma mirada que no había cambiado desde aquel lunes – te sientas un momento conmigo?

Teresa: - me acerqué a ella y haciendo que se adelantara un poco en su silla me senté detrás y la abrace – quizás mi abrazo te quite un poco el frio – moví mi cabeza y alcancé a darle un beso en su cuello –

Magnolia: ¿Cómo estuvo el trabajo? – me dijo mirando a la nada –

Teresa: bien, ya sabes lo de siempre

Magnolia: Carlos ha estado yendo a curarse la mano?

Teresa: si mi amor, no ha faltado ningún día y su herida cada vez está mejor

Magnolia: me da gusto – su cuerpo tiritaba a pesar del calor que mi cuerpo trataba de transmitir –

Teresa: amor, vamos adentro, estas tiritando, no quiero que te resfríes

Magnolia: para lo que importa

Teresa: mujer ya basta…que el embarazo vaya a ser más difícil de lo que pensábamos no significa que te des al abandono, si al final tú no puedes, yo puedo y si no puedo pues adoptaremos, tenemos muchas opciones

Magnolia: tu no entiendes verdad? – se apartó de mi abrazo y se levantó de la silla y entró a la casa –

Teresa: Magno espera…

Magnolia: no es el hecho de tener un bebe….es que quería sentir un niño dentro de mí, la sensación esa de la que todas las madres hablan…eres tan egoísta Teresa – me decía mientras yo la perseguía por detrás a través de todo el corredor –

Teresa: no seas injusta mi amor – la tomé  del brazo y la hice voltear hacia mi – no es mi culpa mi amor, yo no hice esto – la miré con la mirada más compasiva que tuve –

Magnolia: estás segura?

Teresa: de que hablas?

Magnolia: tu gran deseo por no tener este bebe quizás si tuvo algo que ver – se soltó de mi brazo y entró a la habitación –

Teresa: Magnolia escucha lo que me estás diciendo….como puedes pensar algo así?...yo también estoy sufriendo con esto…no sabes cómo desearía cambiar de lugar contigo y ser yo la del problema para evitarte la pena – le dije mientras le contemplaba en su afán de buscar algo en el armario –

Magnolia: - volteó para verme y con una mirada fría me dijo – yo también desearía que fueras tu y no yo

Su comentario me dejó helada, no podía creer que Magnolia tuviera esos sentimientos y esas palabras para mi…me fui de esa habitación y me quede en mi oficina por largo rato observando aquella foto que tenía encima de mi escritorio…no podía creer que de haber estado tan contentas, tan felices todo se hubiera desfigurado hasta llegar a esto, una Magnolia irreconocible…y yo en el limbo de los sentimientos que no podía compartir con mi mujer….tomé la foto entre mis manos y ella regresó a mi mente, Angela, Angela, Angela….quería maldecir su nombre…si ella no se hubiera aparecido en mi camino, en mi vida, en ese avión, ahora amaría a mi mujer…al aire de esa habitación maldije el día que la conocí y el día que me enamoré de ella, Angela era la única culpable de haberme dejado un desierto en el corazón, un corazón sin ganas ni fuerzas de amar otra vez…tomé la foto en mi pecho y pedí sólo una cosa a Dios “hazme amarla hasta sentir que sin su latido no existe vida en mi”, repetí esa frase tantas veces en mi mente, no sé si para convencerme o porque de verdad deseaba que Dios hiciera eso por mi…sólo quería volver a sentirme como una mujer completa, sólo quería amar a Magnolia.

Enfermera: Dra. Torre, la buscan en la estación de enfermeras

Teresa: gracias Sofi, dile que ya voy si?

Enfermera: encantada doctora – me sonrió con una mirada pícara y yo correspondí –

Teresa: quien me busca? – alcé la voz llegando a la estación –

Diana: yo te busco…como estas Tete? – mi vista me traiciono y en un segundo volví a recordar que esa mujer era hermosa –

Teresa: gracias por venir Diana…gustas un café? – le dije mientras besaba su mejilla –

Diana: la verdad es que me intrigo bastante que me llamaras, ya estás por salir? – me dijo mirándome las manos en mis bolsillos –

Teresa: hace rato que salí…no quería ir a casa – baje mi vista y ella tomó mi mano –

Diana: entonces vámonos

No me dio tiempo ni de decir que me iba sólo me jalo por los pasillos del hospital y me obligó a salir y subirme a su auto, en el trayecto no dijo nada, ni yo dedique tiempo a pensar que decir, me dejé llevar por su actitud y en el auto partimos, yo sin saber a donde…sólo bastaron unos minutos de camino para que ella se orillara en una calle cualquiera y parara el auto.

Diana: que está pasando Tete?

Teresa: - me dijo sin siquiera terminar de estacionar – de que hablas Diana?

Diana: Tete me llamaste por algo no? – mi vista estaba fija en sus manos mientras apagaba el auto y volteaba a verme –

Teresa: es difícil de explicar

Diana: entonces empieza por lo fácil y de ahí vemos como le seguimos

Teresa: es Magno

Diana: que pasa?...está bien?...está enferma? Le hiciste algo? – su mirada fija en mi demostraba su verdadera preocupación algo que causó un desajuste en mi –

Teresa: supiste lo que el médico le dijo no?

Diana: si lo sé pero eso fue hace más de dos semanas, que pasa con ella?

Teresa: su actitud es errática, está mal humorada, he sido paciente con ella, no ha habido día que no la engría para que se sienta querida pero su actitud no cambia…y ha llegado a cansarme, que ya ni ganas de ir a casa tengo – me sobaba las manos mientras le decía esto –

Diana: es tu mujer Tete, tienes que tenerle paciencia

Teresa: cuanta paciencia?, cada vez que puede me hace sentir culpable…y eso me pone mal, me castiga por todo, pero es suficiente, estoy haciendo mi esfuerzo pero ya no puedo más – mis ojos miraban al frente y podía sentir como una lágrima quería salir –

Diana: quieres que hable con ella?

Teresa: podrías? – la miré con desesperación y duda –

Diana: lo haré, pero Tete aquí hay algo más…no es sólo el niño sabes que esto es un resultado de lo anterior no?

Teresa: lo sé, lo sé, pero ya Diana hasta cuando….estoy con ella pero ella parece que me detesta, dime qué puedo hacer, trate de todo para remediar pero parece que no es suficiente y la verdad estoy perdiendo las fuerzas de seguir intentando para solucionar – el temblor en mi voz demostraba lo mal que me sentía con todo –

Diana: no te preocupes hablaré con ella y trataré de ayudarte ok?

Teresa: Gracias Diana – me acerqué a ella y la abracé complacida y ella hizo lo mismo –

Dos días ya me decía mientras caminaba hasta la casa, Diana había hablado con Magnolia y me había pedido un par de días de soledad, así que dos días me ausente de la casa y fui a ocupar el sofá de mi hermano…dos días que habían sido un martirio para mí, quería saber de Magnolia, mi preocupación por ella, por su bienestar se había convertido en un pensar constante, de verdad me sentía tan culpable, que cuando recordaba aquel día me faltaba el aire y el dolor de estómago regresaba sin razón…dos días que tuve para pensar, y de pensar hice poco más que recordar, aún seguía buscando el punto de quiebre en mi relación con Magno, pero por más que me trataba de ayudar buscando, todo siempre terminaba en lo mismo…mi incapacidad de amarla y otra vez deseaba odiar a Angela, por haberme dejado rota y vacía, incapaz de volver a amar…la rabia me inundaba y lloraba amargamente por no poder corresponder a la mujer perfecta que era Magnolia…dos días que para mi fueron una eternidad…mi vida había sido tan funcional con Magno que ahora andaba perdida sin saber ni a qué hora despertarme para ir a trabajar, nada era correcto, me había acostumbrado al planeamiento de Magnolia que ahora no sabía qué hacer de espontáneo, todo estaba mal y yo sentía que me hundía en ese mal.

Dos días, sólo 48 horas bastaron para devastarme…me sentía perdida sin Magno, pero a la vez me daba cierta satisfacción poder hacer las cosas al natural sin premisas ni encabezados, ir en desorden leyendo el periódico y no esperar que nadie viniera a corregirme, a equivocarme sin sentirme algo inútil por la estupidez cometida…me sentía en ciertas cosas aliviada, pero en la gran figura, estaba asustada de que Magnolia decidiera de verdad dejarme…fue tanto el miedo de que pasara eso que no esperé a que ella me llamara para ir a la casa…sólo desperté ese tercer día y me paré frente a la puerta y toqué el timbre.

Teresa: - sentí los pasos hasta la puerta y como ésta se abría ante mí – hola Magno

Magnolia: - su vista estática en mí, me revelaba que de verdad no me deseaba allí – Hola Teresa, pasa por favor – con un ademán cortés me hizo pasar para luego cerrar la puerta –

Teresa: - entré y me senté en el sofá y esperé que ella se sentara a mi lado pero se sentó al frente – como has estado? – pregunté

Magnolia: bien gracias, y tú?

Teresa: bien también gracias

Magnolia: todo bien en el trabajo? – la miré fijamente y no pude aguantar más –

Teresa: ahh ya!! Mi amor, termina esto por favor…quiero regresar a la casa, te necesito, estoy perdida, te extraño mucho – me paré del sofá y me senté a su lado y tome sus manos entre las mías –

Se paró de mi costado dejándome con las manos cruzadas, me dio la espalda y comenzó hablar sin darme la cara mientras lo hacía.

Magnolia: porque quieres regresar?

Teresa: amor, te quiero…te necesito, estoy perdida sin ti, no sé hacer nada, mi vida eres tú y sin ti no tiene sentido, te necesito mi amor, te quiero mi vida, déjame regresar – me paré del sofá y la abracé por la espalda –

Magnolia: - tomó mis brazos que la rodeaban y los separó de su cuerpo dejándome parada lejos de su cuerpo – fue mi culpa – se volteó hacia mi – todo fue mi culpa…estas acostumbrada a mí que ahora no sabes que hacer sin mí.

Teresa: nooooo mi amor, te quiero y quiero estar contigo, odio esta separación te necesito – la tomé de los brazos y la traté de acercar a mi cuerpo pero no se dejó y se alejó –

Magnolia: por favor no lo hagas otra vez

Teresa: eres mi mujer, somos una familia, vamos a tener un bebé porque haces esto? – la miré intensamente mientras daba pasos cortos alejándose de mi –

Magnolia: no Teresa, no somos una familia ni vamos a tener un bebé

Teresa: - mis ojos se iban abrillantando por las lagrimas que querían salir y mi cuerpo se lleno de desesperación – no digas eso mi amor, sé que me equivoque, pero de verdad quiero ese bebé contigo, la familia, todo mi vida, te quiero por favor

La miraba desde lejos y su expresión era fría y distante, su piel estaba pálida y toda ella se le notaba demasiado seria, su mirada era fuerte, intensa como queriendo de verdad lograr meter en mi piel las palabras que derramaba su boca, verdades que quería dejar claras así causaran las heridas más sangrantes.

Magnolia: no Teresa…no te voy a negar que quiera un bebé contigo, pero no así – seguía dando pasos cortos, apoyó su espalda a la pared y desde allí me miraba –

Teresa: - traté de acercarme donde ella pero con una seña de su mano me detuvo – Magno, no entiendo por favor déjame regresar por favor

Magnolia: cuando regresaste después de la pelea, y me contemplaste toda la noche…sentí que todo iba a salir bien, pero me mentí

Teresa: no mi amor todo va a salir bien, vamos a ir hasta la china si es necesario para que se logre ese embarazo, y vamos a ser tres, y vamos a ser mucho más felices ya verás

Magnolia: eres feliz Teresa?

La pregunta salió de improviso y aunque sabía la respuesta correcta y adecuada para el momento, mi cuerpo y mi boca no entendieron mi intensión, sólo callaron cómplices de mi duda, la miraba a Magnolia como pidiendo ayuda para que ella sea la que sacara las palabras positivas, pero ella mirándome intensamente bajó la cabeza, había fallado…la prueba que quizás habría cambiado el rumbo de nuestras vidas…yo la había fallado.

Magnolia: lo sabía

Teresa: no no mi amor, soy feliz…te lo he dicho muchas veces, me haces muy feliz…somos felices

Magnolia: no lo eres, al menos no como mereces, y en eso si tengo culpa

Teresa: no mi amor, tú me haces muy pero muy feliz, eres mi vida, estos días sin ti me he sentido perdida, ausente de mi propia piel….por favor mi amor, no asumas cosas que no son – me acerqué hasta la pared donde se apoyaba y le sostuve la mano –

Magnolia: fue mi culpa Tete, lo que hice fue acostúmbrate a mí, y a que fuera yo quien ordenara tu vida, te acostumbre a mí, y eso es lo que extrañas, mi compañía, mi vida contigo…no tu vida conmigo – apretó mi mano y las lágrimas de sus ojos empezaron a salir –

Teresa: mi amor, no digas eso….y aunque sea así de ahí estamos construyendo…por favor

Magnolia: gracias, por todos los detalles que me diste la semana pasada, y todos los detalles juntos, las rosas, las cenas, las sorpresas, los regalos, las canciones al alba y los besos de media noche…te esforzaste tanto por hacerme sentir bien

Teresa: no lo hice por cumplir sino porque te quiero, te quiero mucho y de verdad– tomé su otra mano y la besé –

Magnolia: - soltó sus manos y se movió hacía el sofá y yo la seguí – aquella noche que me contemplaste toda, ya había tomado la decisión…te necesitaba entera y no a medias, y estuve decidida a dejarlo todo allí…pero sentí una pizca de amor en aquella noche que me dedicaste las caricias mas tiernas y puras, que tus ojos dibujaron mi figura y el calor que me dabas para arroparme y cuidarme…y me dije que podía ser que esa pizca bastara – se acomodo en el sofá y me señalo que ocupara el sitio al frente de ella –

Teresa: no es una pizca mi amor, yo te quiero y sé que con el tiempo ese gran querer se hará un gran amor, estoy segura y ese bebé ayudara a ese cambio

Magnolia: ese lunes mientras el doctor me decía aquellas cosas, lo asumí, era una señal que no pudiera tener ese bebe, y ahí me di cuenta, y viví esa semana tratando de armarme de valor para decirte esto..

Teresa: que cosa? – mis ojos se abrieron grandes y miraban más detenidamente los suyos llenos de lágrimas –

Magnolia: pensé que todo había quedado en el pasado, que los fantasmas no nos perseguían, que estábamos preparadas para afrontar al mundo juntas, que tu querer me bastaba, que revelarte mi amor no era necesario y que juntas seríamos una…pero que equivocada estaba…me hiciste soñar Teresa….tienes esa capacidad increíble de hacer soñar e ilusionar las mentes y corazones, eso no lo tienen todos, y con ese soñar que me enseñaste soñé que mi amar y tu querer funcionaria y bastaría…que podría hacerme sorda, cuando en las noches susurraras lo que no quería oír, que podría hacerme la tonta, que cuando te quedas en silencio mirando a la nada no piensas en ella, que podría hacerme la ciega, que cuando miras cosas que te traen el recuerdo no es a ella a quien dibujas…

Mordía mis dientes fuertemente, lo que pensé nadie se daba cuenta, ella lo sabía bien, mi subconsciente me había fallado mientras el sueño se apoderaba de mi cuerpo, mi mente otra vez me había fallado y había dañado lo más preciado que tenía, y había herido lo que nunca quise lastimar, y había calumniado a mi deseo y respeto hacia la mujer que quise mantener en un pedestal para que nada le sucediera.

Magnolia:…Teresa esto lo sabía hace mucho pero fui cobarde en dejar pasar el tiempo, incluso cuando recién te conocí ya sabía que esto era lo correcto, pero me cautivaste desde el primer día que quise sólo convencerte de que tu amor, nunca existió y que el amor no existía, en vez de ser valiente y llevarte donde debías ir

Teresa: de que hablas?

Magnolia: déjame terminar por favor, que esto es bastante difícil para mí…por favor… - me miro con compasión y ahí supe que la había perdido –

Teresa: está bien

Magnolia: yo no puedo enamorarte, no puedo ganarme tu corazón, aunque luche y quiera no puedo…porque tu corazón no está contigo

Teresa: de que hablas?

Magnolia: por favor déjame terminar – la miré y asentí – cuando Angela te dejó, no le pediste nada, y tú misma me dijiste que le diste todo que cuando se acabo te quedaste con nada, Teresa, le dejaste que se llevara lo más importante...tu corazón...no te atreviste a pedírselo de vuelta, dejaste que se quedara todo, no reclamaste nada, por eso ahora no tienes nada que dar, ni corazón que entregar

Teresa: Mi amor, lo que hablas no tiene sentido, nadie se puede quedar con un corazón, es discúlpame…ingenuo.

Magnolia: Ingenuo es pensar que no sucedió así, dime acaso si después de Angela, sentiste otra vez la misma ilusión, la misma compasión, la misma ternura, la mismas sensaciones tuyas tan propias de tu corazón tan noble?

Teresa: no, pero eso no tiene nada que ver con mi corazón, simplemente madure es todo mi amor por favor que estás diciendo?

Magnolia: déjame terminar por favor, lo que pasó es que yo no te guié bien, no dejé que cerraras puertas ni heridas, no te deje porque ya te quería, y por eso no lo hice, pensando que yo cerraría todas, pero que equivocada estuve, la única con poder de hacer eso eras tú, y ahora lo estoy pagando..

Teresa: amor no estás pagando nada – le sostuve la mano – yo te quiero y es verdadero

Magnolia: - sacó su mano y me miro fijo – pero no me amas y eso estoy pagando…no te deje cerrar, y ahora como tu psicóloga y no como tu pareja te pido por favor que cierres tus heridas y cierres tu pasado.

Teresa: de que hablas?

Magnolia: quiero que vayas a buscar a Angela, y que recuperes todo lo que dejaste con ella, se que en su momento no lo quisiste hacer pero no porque no quisieras pero por miedo

Teresa: AMOR!!! de que hablas miedo? Por Dios Angela está muerta para mi

Magnolia: sabes porque miedo?...porque no quisiste decepcionarte de ella, no quisiste jugarte el riesgo de encontrar una Angela que no era tu Angela, esa Angela de la que te enamoraste, de la que te ilusionaste, por eso no quisiste ir tras de ella, porque preferiste guardar el recuerdo de la Angela que te enamoro a el recuerdo de la Angela que te destruyo, pero es cierto Tete, la Angela que te dejó ya no tenía ni una pizca de la que conociste en ese avión, porque esa Angela del avión jamás te hubiera dejado

Teresa: por favor para!! Para!!! – me paré de ese sofá y me abracé el pecho mientras me alejaba de las palabras de Magnolia –

Magnolia: no huyas Teresa, no huyas….es verdad por eso te duele, la dejaste que se quedara con tu corazón porque querías que fuera de ella aunque estuviera hecho pedazos, quisiste tu que ella se llevara todo porque querías que así ella también guardara el recuerdo…pero así lograste que fueras incapaz de amar a nadie más…por eso ahora yo te digo y te pido…búscala y recupera tu vida

Teresa: cállate por favor – me caminaba de arriba abajo del salón escuchando con las lágrimas saliendo sin permiso – no quiero verla, ni buscarla, no sé nada de ella y así me quiero quedar, quiero estar contigo por favor…Magnolia, solo contigo mi amor, por favor

Magnolia: no puedo Teresa, y créeme esto me duele mucho más que a ti – escondió su rostro entre sus manos y la sentí sollozar –

Teresa: si te duele tanto, no me pidas hacerlo….NO QUIERO!!! – en forma de súplica mi rostro lleno de lagrimas se lo pidió –

Magnolia: no puedo…yo también estoy luchando – su rostro se deformo y el llanto era franco – no puedo – la miré y sin pensarlo me fui donde ella, me arrodille frente a ella y me abracé de sus piernas –

Teresa: te lo ruego por favor no quiero…te quiero a ti….TE QUIERO A TI!!!– mis lágrimas salían sin medida y mis brazos se aferraban a sus piernas con fuerza –

Magnolia: no hagas esto Teresa, por favor no lo soporto…entiéndeme por favor – me decía mientras trataba de zafar mis brazos de sus piernas – necesito que me ames, y cerrar tu historia con Angela será la única manera, por favor búscala y recupera tu corazón ese corazón que quiero que me ame como yo lo hago –

Teresa: - logró zafar mis brazos y se arrodillo conmigo en el piso y me abrazó – no quiero mi amor por favor

Magnolia: por favor Teresa, hazlo, no puedo vivir y seguir contigo sin que me ames, y mucho menos sin que tu dejes a Angela atrás, lo necesito para no volverme loca pensando que no eres completamente mía entiéndeme – se separo del abrazo y me sostuvo el rostro con sus dos manos – mírame, esto me duele, tengo miedo a perderte, que encuentres amor en ella otra vez o que recuperes tu corazón pero no me ames…pero prefiero eso a vivir así por favor….por favor

Mis ojos estaban abiertos pero no podía ver nada por las lágrimas, escuchaba las palabras de Magnolia y sus ruegos pero no podía entender, mi cerebro se negaba a entender las razones y las verdades que se decían, mi mente enclaustrada se negaba a darle razón a esa mujer que había utilizado su razón sobre su corazón para decirme que prefería poner en riesgo nuestra relación por mi salud sentimental, quería que recuperara mi corazón aunque ella también sabía que quizás tampoco ese corazón sería para ella.

Me paré de su lado, y la vi como se quedó arrodillada mirándome, me quedé unos segundos contemplando esa imagen y observando ese rostro lleno de lágrimas, y dolor…me di cuenta que la mujer que tenía al frente era la mujer más valiente que había conocido, y quizás la que más me había amado, su sacrificio no sólo le daba validez a su alma tan correcta, pero le daba validez al amor, ese amor que quise creer no existía ahora lo veía frente a mí…ella estaba dispuesta a dejarme ir por amor, por mi felicidad….si eso no era amor, entonces no sabía que era.

Teresa: no puedo…lo siento, sólo te quiero a ti…

Magnolia: entonces vete Teresa, y no me busques más – se paró del piso y con sus manos se limpió el rostro y fue hasta la puerta de salida – vete

Teresa: no hagas esto, nos queremos somos una familia….CARAJO TE NECESITO PARA VIVIR!!

Magnolia: - le grité con fuerza y dolor, pero ella sólo bajó la cabeza – te lo vuelvo a repetir…vete

Teresa: - me acerqué hasta ella y le di un beso sin permiso – te quiero, te quiero – le decía mientras luchaba con su rechazo –

Magnolia: - se soltó de mi y me empujó – VETE TERESA!!! o te juro que llamo a la policía – se limpiaba la boca con su brazo mientras sostenía con su otro brazo la puerta abierta –

Teresa: - en ese momento entendí todo y sólo salí de allí, y volteando a la puerta que aventó detrás de mí le susurré – Te quiero.

Sin saber a dónde ir, caminé sin rumbo, no sé cuantas cuadras fueron, pero el lugar donde estaba parecía el mismo lugar, todo se veía igual y es que mis lágrimas no dejaban de salir, no podía evitarlo, no podía controlarme, lloraba y lloraba mientras caminaba y la gente que se me cruzaba sólo murmuraba ¿cuál sería la razón?, caminé y sin darme cuenta estaba lejísimos de casa, ya estaba cansada de llorar y caminar así que dejándome caer, me senté en la acera…miré a la gente pasar para distraerme pero Magnolia no salía de mi cabeza, quería regresar corriendo donde ella y abrazarla y humillarme para rogarle que me aceptara de vuelta, y recordé todo otra vez y con los recuerdos de Magnolia, las lágrimas regresaron…me sobé los ojos para limpiarlos y miré al frente y casi me infarto de la impresión…estaba allí en aquel lugar, que casi había borrado de la memoria, aquel museo, salón de eventos y galería de arte…estaba frente a él y no pude evitar no entrar.

Crucé la puerta y los recuerdos golpearon mi mente, no era un lugar cualquiera, en ese lugar había hecho la promesa más seria, pura y sincera de mi vida, una promesa que mi mente maldijo pero que mi corazón se negaba a olvidar….entré despacio, y la luz tenue que iluminaba cada uno de los cuadros colgados de las paredes me daban bienvenida…ya no había ángeles decorando las paredes eran retratos de hombres, mujeres y niños, todos sonrientes o con una expresión de sorpresa, ninguna imagen era triste, pero aún así rodeada de sonrisas y ojos brillantes de alegría, yo me sentía más miserable…yo inundé ese lugar de tristeza…caminé mirando esas imágenes y de pronto me encontré en el sitio exacto, en el lugar preciso…y no hubo marcha atrás, estaba en aquel mismo lugar y el maldito recuerdo “te voy a amar para siempre” sonaba en un susurro en mi mente “te voy a amar para siempre” se repetía como un susurro en algún lugar de mi sentidos….me quedé ahí parada estática y no pude más…- PROMETI AMARTE SIEMPRE!!!! – grité mientras mis lagrimas caían y todos me miraba y finalmente lo entendí….aún la amaba aún sentía amor por aquella mujer, al fin entendí a Magnolia, necesitaba romper mi promesa para poder amar de nuevo, tenía que faltar a mi palabra para amar a Magnolia….me cubrí los ojos con las manos y lloré, lloré y lloré, y decidí buscar a Angela.

(toc toc toc)

Teresa: ábreme por favor – grité desde afuera –

Magnolia: por favor Teresa vete, te dije que no regresaras – me gritaba desde el otro lado de la puerta –

Teresa: lo sé, lo sé….por favor tengo algo que decirte, te lo ruego ábreme – seguí tocando con golpes suaves la puerta hasta que la abrió –

Magnolia: que quieres decirme – me dijo desde la puerta entreabierta –

Teresa: déjame pasar por favor

Magnolia: no Teresa, te dije que no por favor

Teresa: tomé una decisión – me miró fijo y en segundos dejo abrir la puerta por completo y me hiso entrar y yo rozando su costado entré – me puedo sentar?

Magnolia: hazlo por favor – me dijo cerrando la puerta quedando apoyada por su espalda a la puerta – dime que decidiste

Teresa: hice una promesa…y aunque hubiera sido  lógico romperla no lo hice, y eso me ata a Angela – me paré del sofá y me acerqué a ella – tengo que romper esa promesa para volver a ti – me acerqué a su cuerpo y la abracé – voy a buscara a Angela para terminar con esa promesa

Magnolia: - cerré los ojos mientras mi cabeza descansaba en su hombro y su rostro se acurrucaba en el mío – gracias

La abracé más fuerte y sentí sus sollozos, me separé de su cuerpo y la miré…mi Magnolia, con los ojitos cerrados y las lágrimas saliendo de esos hermosos ojos...acerqué mis labios y bese sus ojos, me mojé los labios con sus lágrimas saladas, besé el recorrido de sus lágrimas, fui bajando despacio con besos pequeños por sus mejillas y llegué hasta sus labios, sólo los rocé, no me atrevía a besarlos, pero cuando me iba a separar, ella me atrajo a su boca, y nos fundimos en un beso, aunque sus lágrimas seguían saliendo y mojaban mi rostro, pero no quise dejar de besarla, y ella tampoco lo intentó. La sostuve de su cintura y cargándola en el aire la llevé hasta la habitación…sabía exactamente que estaba sucediendo…Magnolia se estaba despidiendo y yo lo hacía con ella.

La llevé a la habitación y despacio la coloqué en la cama, la recosté delicadamente, y me quede mirándola mientras me acomodaba sobre ella, con mis dedos le acomodé el cabello de su rostro y despacio acaricié sus labios y luego sus mejillas, era tan hermosa, tan bella que me preguntaba cómo no enamorarse de ella….sin pensarlo y sin preverlo lagrimas salieron de mis ojos pero ella no se dejó llevar por ellas, y tomándome con sus dos manos me acercó otra vez a sus labios, nos besamos en un beso único, su lengua no buscaba con pasión la mía, había nostalgia, había tristeza pero mucho amor…yo correspondí como debía hacerlo, y la besé con ternura, con dulzura y con todo el cariño que tenía por aquella mujer que me había salvado de asfixiarme en el desamor, sus manos en mi espalda no apretaban sólo acariciaban y buscaban quitarme la camisa, yo por mi parte hacía lo mismo, acariciaba sus brazos hasta sus hombros para desprender esa piel de la camiseta sin mangas que llevaba…en minutos cortos ella y yo ya estábamos enredadas en nuestros cuerpos totalmente desnudas.

Las caricias se hicieron infinitas, nuestras bocas no dejaron de besarse, ni dejaron de intercambiar suspiros, no me atrevía a separarme de sus labios y ella tampoco me dejaba…entre beso y beso podía sentir sus lagrimas….ella no dejó de llorar pero aún así sabía que me deseaba amar y yo me dejé, bajé de sus labios a su cuello que llené de los besos más puros y tiernos que sabía y conocía y mientras me abrazaba a su cuerpo soplé esa piel, quise que mi aliento calentara aquellos lugares, sus suspiros eran tiernos, pero melancólicos, y aún así no dejé de hacerla sentir…besé despacio tan despacio que parecía que el tiempo no tenía lugar en ese momento…me acaricié las mejillas con la piel de su hombro y cuando llegué a sus pechos dejé que su pezón erecto acariciara mis ojos cerrados, hasta la piel de mis mejillas…su piel se erizó y para sentirla más la abracé fuerte a mi cuerpo y a mi piel que se calentaba aún más…bajé despacio y abriendo mi boca para dejar salir a mi lengua rocé ese pezón alzado...su piel se erizo aún más y yo abrí más mi boca para abarcar toda la extensión de ese seno…me abracé a su cintura y mi boca en succiones saboreaba sus montes, Magnolia sólo acariciaba mi cabello sin presionar mi cabeza, sus caricias eran dulces se notaban pero definitivamente esto era una despedida.

Bajé a su abdomen mientras mis manos se apoderaron de sus senos, besaba con la ternura que no sabía que llevaba adentro, me apoderé de su piel con mis caricias y buscando sus manos entrelacé mis dedos a los de ella, despacio la volteé en la cama y dejándome a la vista su espalda besé el centro de ésta, y con mi lengua dejé un recorrido que regresaría a besos hasta su nuca, bajé otra vez hasta sus nalgas las cuales besé con pasión y ternura, las apreté delicadamente y rocé mi piel con la piel de esas dos acariciando mis mejillas…bajé por sus piernas y entre caricias y besos llegué hasta sus pies, los cuales levanté entre mis manos y los besé…besé cada dedo, la planta de sus pies, sus tobillos para luego parar…me arrodille en la cama y vi ese hermoso cuerpo desnudo, y la observé por escasos segundos para luego cerrar los ojos y apretar fuertemente los párpados…quería llevarme esa imagen y mantenerla siempre…mientras tenía cerrado los ojos pude sentir su mano sostenerse de mi cintura que me jaló a su cuerpo otra vez, esta vez ella se volteó y atrajo mi rostro hasta su abdomen y dejando que llene ese lugar de besos, sus movimientos de caderas me dejó saber que lo que quería era que llegara a su entrepierna…hundí mi rostro en aquel lugar, para besar primero su ingle, y despacio y a besos cortos su monte de Venus donde me acaricié con la tenue línea de vellos y esperé que ella me llevara hasta donde deseaba mi boca….poco a poco ella dirigió con su mano el lugar donde quería que la besara y yo con total maestría abrí sus piernas un poco más y luego me abrí paso primero con mi lengua entre sus labios para descubrir la humedad de ese lugar.

Ella me jaló bruscamente y sacó de en medio de sus piernas, me atrajo hacia ella y poniéndome encima y frente a su rostro, se quedó mirándome unos segundos – te amo Teresa Torre, no he sentido amor hasta que te conocí y por eso te doy las gracias – me dijo sonriendo, para luego darme un beso apasionado…y así nos enredamos en esa cama hasta cansarnos de acariciar nuestros cuerpos, sus manos expertas me hicieron sentir su tacto en toda mi piel, sus labios besaron mis rincones y yo dejé mis suspiros hasta en el más escondido de sus pliegues, para terminar otra vez allí, en el lugar primero pero también el último lugar para contemplar…sus piernas sobre mis hombros sus manos en mi cabeza y yo con mi lengua envolviendo ese clítoris en el tornado que hacía mi maestría sobre ese pequeño pedacito de gloria…su abdomen subía y bajaba al ritmo de sus jadeos, mis manos se apoderaron de sus manos que entrelazadas no se soltaban, mi boca succionaba con vehemencia, y los jugos de la que todavía era mi mujer me llenaban la boca y la cara, mis pezones se alzaban más y mi piel ya de fuego vibraba con las contorsiones de sus caderas…me sacó de su entrepierna otra vez mientras mis dedos se negaban a salir de dentro de ella, pero sabía que ella también quería sentir, así que me rendí y sacando con delicadeza mis dedos pase a darle lugar a mi mojada rajita que encajando perfecta formamos una tijera maestra…se agarró de mis senos y yo con movimientos rápidos y apretados me frote con fuerza, cada jadeo y gemido me demostraban el éxito en mi labor mientras sentía que el vientre se me llenaba de fuego, abrí mis ojos y me encontré con una Magnolia atenta a mis gestos, me miraba con pasión, con lujuria, con deseo pero lo que más brillaba en su mirada era su amor por mí…me seguí moviendo y en una acrobacia me acerqué a sus labios mientras mis caderas seguían en su afán de hacerla sentir…la besé y no dejé sus labios y mis caderas no dejaron el ritmo…ella se aferraba de mi cintura y de mi brazo mientras yo trataba de abrazar más fuerte su pierna, sentía el calor casi explotar, y me separe un momento de sus labios para lanzar mi gemido sentido de placer, y al quedarme a solo unos centímetros de sus labios aspiré su aliento y abriendo los ojos, miré a mi mujer fijamente y ella me observó con igual intensidad, yo casi ya retorciéndome por el inminente orgasmo no dejé de mirarla y de pronto un te amo se escucho en la habitación unas uñas encalladas en mi brazo y cintura, con unos ojos cerrados apretados fuertemente y los pequeños golpes q daba aún contra mi entrepierna me dibujaron el orgasmo de mi mujer, yo seguí en el afán para hacerla aún sentir y sin casi verlo venir me corrí en un orgasmo exquisito…mi cuerpo seguía moviéndose para luego sólo dejarse llevar por la inercia para luego sólo dejarse caer al costado de Magnolia.

Mi pecho subía y bajaba tratando de obtener el aire que le faltaba en cada jadeo forzado…volteé mi cabeza y vi a una Magnolia con la mirada fija al techo…me acerqué a ella y a su oído y le dije – puedo abrazarte? – y ella volteando su mirada para observarme se escondió como una niña en mi cuello y su cuerpo se enroscó a mi cintura y mis piernas…su abrazo me abarcaba toda y yo sólo correspondí y la abracé con ternura, la cobijé en mi cuerpo y la protegí…besé su frente, sus ojos, nariz, boca y sus manos hasta sentir que todo su sabor me lo llevaba en los labios, luego olí su cabellera y apoyada y con mi nariz enterrada en su cabello cerré los ojos, deseando que mañana no fuera mañana y que esa noche durara siempre…me negué a dormir, luche con mi sueño porque sabía que si lo hacía Magnolia huiría de mi…así que luche, luche y luche pero no pude escapar y abrazada a ella me quedé dormida.

La luz de la mañana entraba y me obligó a abrir mis ojos y revolviéndome en la cama busqué a Magnolia y sin sorpresa, sólo había un espacio frio y vacio a mi costado…me paré despacio y vi una pequeña nota en la almohada que decía “no ha terminado hasta que haya terminado, buen viaje”….me envolví con la sábana y la busqué por la casa y no estaba, entonces entendí que esa ya no era mi casa y dándome vuelta en mis pasos tome la maleta cogí lo más que pude de ropa y con el sol brillando fuertemente con la mañana salí de allí sin poder despedirme de la mujer más valiente que había conocido en mi vida.

Pablo: ya Teresa, deja de ver, ella no va a venir…si en esta semana no te ha buscado, es por algo, no va a venir ahora a despedirte al aeropuerto – me dijo mi hermano mientras entrabamos a la fila para pasar por los controles de seguridad –

Teresa: le deje miles de mensajes…no ha regresado a la casa, he estado yendo todos los días, y cuando fui a recoger al perro vi que su ropa no estaba, no entiendo donde se fue – le decía a mi hermano mientras seguía buscándola en el horizonte –

Pablo: ya hermana, ya fue suficientemente valiente para pedirte que busques a Angela para que todavía sea masoquista y miré como te preparabas para irte

Teresa: si lo sé tienes razón pero al menos saber si está bien o donde está…un mensaje en una semana para decir “estoy bien” no es suficiente Pablo

Pablo: entonces sigue mirando a ver si se aparece por arte de magia – me dijo con un gesto irónico en su rostro –

Seguía la línea de gente hasta el sitio de revisión pero no podía dejar de pensar en Magnolia, no podía dejar de pensar en todo, todo pasó tan rápido, una semana de mi despedida con Magno y ya estaba rumbo a Chile, gracias a las averiguaciones piráticas de mi hermano ya sabía dónde estaba Angela, pero no sabía dónde estaba Magnolia…y eso me llenaba de dolor, quería proteger a Magnolia pero simplemente había desaparecido y aunque lo entendía no podía creerlo…seguí la línea con mi hermano por delante que no dejaba de hablar con Alejandra por el celular y cuando ya faltaba poco para llegar al detector de metales un grito a lo lejos me alertó – Tete!! Tete!! – escuche a lo lejos, volteé mi cabeza y mirada y estirando mi cuello por encima de la gente traté de ver qué mujer me gritaba, era un grito distante y no  podía distinguir a quien pertenecía pero de verdad deseaba que fuera Magnolia…me salí de la fila y en contra de las replicas de mi hermano fui siguiendo mi oído para encontrar la dueña de ese grito, pero fue mi sorpresa tal cuando la vi correr hacia mí – tengo algo que decirte!! – me grito Diana mientras trataba de recuperar su aliento por la carrera que se lanzo para alcanzarme

Teresa: Diana, eres a quien menos esperaba aquí

Diana: lo sé…pero hay algo que debo decirte, lo pensé mucho antes de venir pero era lo correcto – se quedó parada frente a mi mientras aún trataba de recuperar su aliento –

Teresa: - volteé para ver la fila que avanzaba rápido y a mi hermano que me hacía señas de que debía seguir – no tengo mucho tiempo Diana así que dime –

Diana: hay algo que yo no te he dicho y que he guardado aunque aún no sepa porque lo guarde pero creo que ahora lo debes saber

Teresa: dímelo entonces – volteaba y volteaba mi cabeza para ver a mi hermano mientras la apuraba a Diana –

Diana: cuando te dejó Angela y a la semana no querías regresar a tu departamento y fue tu hermano a recoger ropa por tu encargo…lo recuerdas??

Teresa: si si que pasa con eso?

Diana: el me llamo y me pidió que lo ayudara a elegir que llevar pues supuestamente yo te conocía más

Teresa: ok sigue

Diana: mientras estaba en tu departamento, sonó tu teléfono y yo contesté y sin esperar a que yo diga “alo” o algo ella habló….Angela habló

Teresa: - mis ojos se abrieron ampliamente y le dediqué todos mis sentidos a lo que Diana me decía – y que te dijo?

Diana: dijo tres cosas, primero que quería saber si estabas bien que tu celular no funcionaba y que se había matado buscándote, que se sentía muy mal y que estaba demasiado confundida y que por eso necesitaba hablar contigo, y que te extrañaba muchísimo

Teresa: y tú que le dijiste?

Diana: lo siento Tete…me arrepentí en ese momento, pero sentía que estaba haciendo justicia después de que tú me utilizaste y me engañaste…pensé que era la mejor forma de vengarme…pero después me arrepentí pero no fui lo suficientemente valiente para revelártelo.

Teresa: que le dijiste Diana? – la miré intensamente, y ella con los ojos brillosos me miró de vuelta –

Diana: le dije que te olvidara que tu habías regresado conmigo y le di las gracias, por haberte dejado porque ahora si serías feliz con alguien que valía la pena…ella no me dijo nada sólo colgó y yo me quedé con un par de frases más que le quería decir…lo siento Tete, se que estuvo mal pero sólo buscaba venganza y me pareció que aquello era la mejor manera…lo siento

Teresa: - bajé la cabeza y busqué la mano de Diana, para luego mirarla de frente – está bien, no puedo reclamarte, quizás yo hubiera hecho lo mismo…te disculpo y gracias por decírmelo ahora – me acerqué a ella y le di un abrazo y le susurré en el oído – discúlpame tu por haber causado tanto dolor – me separé de su cuerpo y agarrándola de los hombros la miré y le sonreí –

Diana: gracias, y ya no hay rencor ni nada

Teresa: gracias por eso…ahora me gustaría pedirte una cosa – su mirada de extrañeza no me sorprendió – no sé donde esta Magno pero por favor búscala y cuídala por mi si?

Diana: - me miró con ternura y tomó mi mano – está conmigo, está en mi depa, y si Tete prometo cuidarla

Teresa: vaya, gracias, yo la quiero mucho, y voy a regresar con ella ya lo veras

Diana: no afirmes cosas que no sabes, sólo haz lo que tengas que hacer – se acercó y me abrazó fuertemente – espero que todo sea para tu bien en ese viaje y yo cuidare a Magno de eso no dudes ni te preocupes

Teresa: gracias – le susurré mientras me zafaba de su abrazo – me voy, acabo de escuchar la ultima llamaba para mi vuelo

Diana: si claro, buen viaje – nos dimos un beso y regresé a la fila –

Me quedé mirando a Diana mientras me alejaba de ella, cuando de pronto, vi que ella me hacía señas y sacaba algo de su cartera…me metí entre la gente y regrese a su encuentro.

Teresa: que pasa? – le dije con voz enérgica –

Diana: olvide darte esto

Teresa: - me hizo abrir la mano y en ella puso la revista – pensé que la botarías – la miré con duda

Diana: tenías razón, algo sucede con esa revista, cuando la quise botar desapareció y cuando vine para acá la encontré por casualidad y entonces me dije que esta revista debía estar contigo y por eso la traje…

Teresa: - apreté la revista en mi mano y dándole un beso ligero me volví a despedir – gracias, y ya sabes cuídala

Esta vez me metí a la fila y ya no miré a atrás, miré la revista en mi mano y atenta a los gritos de mi hermano de que el avión nos dejaría…me fui perdiendo más y más de la vista de Diana, y desde lejos le di mi última despedida con una seña y no volví a mirar a atrás, y con esa revista en mi mano y mirando al frente, estaba decidida a afrontar lo que siguiera.

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Disculpen por la demora, ha sido una semana agitada, y con poco tiempo para mi, se que ya he dicho que publicaría más seguido y no lo hice, pero ahora si lo cumpliré, nuevos acontecimientos en mi vida, me han alegrado los días y por eso no he tenido tiempo, deben saber que su autora esta contenta jejeje con sonrisa de oreja a oreja, y aunque el capitulo no este muy para reirse, esta escrito con mucho cariño...muchas gracias a todos los que me siguen leyendo y comentando...ya lo he dicho y lo seguiré diciendo me dan alas para seguir en esta labor que no es mi profesión pero que me llena también de satisfacción...es un hobby que se ha convertido en mi terapia y que me ha hecho llenarme de muy buenas amigas a las que aprecio y quiero mucho y porque no...tambien me ha hecho conocer el amor, así que gracias por seguir estando y espero que no se vayan y sigan leyendo...un beso enorme para tod@s y a seguir escribiendo...cuidense mucho y hasta el proximo capitulo chauuuuuuuuu