Solo un suspiro (12)

...había casi olvidado, que los días eran mejores cuando despertaba a su lado...

CAPITULO 12

Comparación…pues quizás cabría una comparación, mejor dicho la única comparación sería “La Maja Desnuda”…y es que su cuerpo se miraba así, en medio de esas sabanas blancas, y sin nada más que su piel, Angela era un cuadro a dibujar…que su cuerpo desnudo sea lo primero que vean mis ojos por la mañana, había cobrado un nuevo significado esta mañana, su rostro apacible sobre la almohada, su brazo rodeando mi cintura y su otro brazo infantilmente acomodado bajo su mentón….era la mejor vista que podía tener por la mañana y es que me parecía increíble que ella estuviera allí, tan cerca mío, tan desnuda…Dios, había casi olvidado, que los días eran mejores cuando despertaba a su lado; no quiero sonar cursi ni nada, pero Angela tenía ese poder en mis días, y en mis mañanas, el sol era más claro, el cielo más azul…Dios…definitivamente estaba enamorada.

Acomodé mi cuerpo un poco más cerca al de ella, y volví a acomodar ese mechón de cabello rebelde de su rostro, sabía muy bien que en mi rostro se dibujaba la sonrisa más tonta que se pueda describir, pero a mí no me importaba, esa sonrisa y esa mirada eran de ella, y para ella y eso era lo único que importaba…me acerqué lo más cerca que pude a su rostro y sentí el aire que respiraba, acerqué mi nariz a su boca y aspire el leve aliento que se escapaba rebeldemente, estaban muy cerca nuestros labios, pero me parecía un pecado intentar despertar a un Angel como ella…mi angelito allí durmiendo hacía de esa cama el paraíso, mi cielo en tierra…pero entonces medite, que posiblemente si sería un pecado despertar a tan hermosa criatura, pero sería doblemente pecado si no era mi beso el que la despertara por la mañana, así que jugándome mi condena eterna por el semejante pecado que iba a cometer, acerqué mis labios, y cerré lentamente mis ojos, y en total oscuridad, me dejé guiar por su olor y aliento y de pronto la suavidad de su piel me atrajo como imán y sus labios tibios me acogieron al beso más delicado que he dado en mi vida…no me despegué de sus labios y de pronto su brazo me sorprendió moviéndose por mi silueta hasta mi hombro y luego mi cuello, y yo sin perder el tiempo hice lo mismo en mi “maja”…sentí claramente como sus labios se transformaban en una hermosa sonrisa que no podía ver pero sentía dibujarse sobre mis labios.

Teresa: - sonriéndome con ella y sin abrir los ojos dije – buenos días princesa

Angela: es la mejor forma de despertar – me dijo mientras abría los ojos, y me jalaba más cerca a su cuerpo –

Teresa: te parece? – pregunté abriendo también mis ojos, y sin dejar mi sonrisa – podemos volver a dormir para despertar así otra vez, que te parece? – le dije mientras le regalaba otro beso corto –

Angela: uhmm amor que ricos besos – me dijo compartiendo mi boca en más caricias –

Teresa: tengo otros besos guardados para un lugar especial en tu cuerpo – le di una mirada pícara mientras se lo decía –

Angela: uyyy y como serán esos besos me pregunto – me respondió haciendo un gesto delicioso con su boquita –

Teresa: déjame que te muestro – y levantando la sábana fui directo a su abdomen que llené de besos –

Angela: uyyy amor que rico…pero no me digas que esos son tus mejores besos – me dijo mirando hacia abajo –

Teresa: no acá tengo otros para ti

Y sin pedir permiso abrí sus piernas y siguiendo mi cadena de besos fui besando hacía el sur, cada beso que iba en bajada causaba un leve jadeo de mi mujer, y eso me daba más ansias y casi llegando al lugar que deseaba acomodé sus piernas encima de mis hombros – y de quien es la tanga blanca? – y mi hermano se encargo de arruinar el momento…Angela se tapó el rostro con la sábana y se enroscó como un gusano que a las justas tuve tiempo de salir entre sus piernas que seguro me agarraba en una prensa que me hubiera quitado el aire.

Teresa: - me moví a su costado y no podía dejar la risa contenida de ver a Angela toda avergonzada bajo la sábana, saqué mi cabeza y con una sonrisa miré a mi hermano – hola Pablo

Pablo: hola hermanita, parece que hubo acción no? – me dijo enseñándome la tanga que colgaba de su dedo –

Teresa: jajajaja, acción fue poco Pablito, fue un terremoto, jajaja – y a ese comentario le acompaño un empujón de Angela – ouch, perdón mi amor jajaja

Pablo: uy ya tan rápido un “mi amor” – me dijo tirándome la tanga a la cara –

Teresa: bueno, no lo consideraría rápido – lo dije tirando de vuelta la tanga y levantando la sábana para que mi hermano pudiera ver el rostro de Angela –

Angela: - se sacó las manos de la cara y con un gran rojo pintando su rostro miró a mi hermano avergonzada – hola Pablo

Pablo: pero si eres tu….- se sonrió y tiró una carcajada – jajaja hola Angela, así que esta tanga es tuya – volvió a levantar la tanga en su dedo –

Angela: ayy por Dios – se metió de vuelta bajo la sábana –

Teresa: jajajaja, no hermano, esa es mía…jajaja…ya amor no te avergüences tanto – me dirigí a ella y acaricié la silueta de su cabeza debajo de la sábana –

Pablo: bueno hermanita no dejes tus cositas hasta casi la entrada de la habitación – me miró agraciado –

Teresa: lo recordaré para la próxima – me sonreí con él – y Pablo recién llegas?

Pablo: no hermana, llegue anoche tarde, y escuche ruidos extraños así que no entre, y en el bar Ricardo me dijo que estabas acompañada así que me acomodé en otra habitación..y hasta ahora vengo porque pensé que necesitarían descanso después de la actividad nocturna

Angela: ay Dios – se escucho su voz debajo de la sábana –

Teresa: jajaja, tu siempre tan considerado Pablito, y si ya descansamos muy bien, y ahora a recuperar fuerzas comiendo, no mi amor? – sólo asintió la cabeza sin decir nada –

Pablo: perfecto, las espero abajo en el restaurante y esto – lo dijo enseñando la tanga otra vez – guardalo!!!! – me la tiró de vuelta –

Teresa: jajaja ok, nos vemos abajo – lo vi moverse hasta la puerta –

Pablo: ahh si – volteó para verme – de quién es la chaqueta de cuero en el piso?

Angela: mía – saco la cabeza de las sábanas – porque? – le dijo mirando a mi hermano –

Pablo: o tienes un vibrador que se les descompuso anoche o es tu celular, bueno nos vemos abajo – salió por la puerta sin mirar atrás –

Angela se quedó estática, apoyada en un solo codo sobre la cama, con la vista fija a la puerta que acababa de cerrarse; verla así con esa mirada tan fría y angustiante me dio miedo, pero no dije nada, sólo me quede ahí medio sentada en la cama observando su reacción, sabía muy bien que era esa mirada, ella estaba pensando, meditando, ella estaba tratando de buscar su razón, su lógica y eso era de mucho miedo, de mucho temor, porque sabía que aquello no me ayudaría en nada…vi como se acomodó mejor en la cama logrando sentarse adecuadamente pero su vista no dejó la puerta de la habitación, yo sentada a su lado no dejaba de observarla y temía lo peor, moría de miedo, sentía tanto miedo que hasta me sentía enferma, como flashes recordé la noche anterior, las caricias, los besos, sus miradas, sus palabras, sus susurros y ese final “aún te amo”, apreté los ojos queriendo que todo desaparezca y que quedemos sólo ella y yo y nada más, pero por más que lo intente aquello no sucedió y cuando abrí mis ojos vi como ella intentaba pararse de la cama y en un acto de desesperación tomé su brazo – no lo hagas – le dije mientras la miraba fijo, y ella ya ponía un pie fuera de la cama – por favor Angi, no revises ese teléfono, te lo ruego – ella me miró por segundos pero parecieron eternidades, y ella sólo se quedo viendo para luego bajar su rostro, para besar mi frente – todo va a estar bien – me dijo en un susurro y  yo cerrando los ojos aflojé mi mano y solté su brazo.

Vi su cuerpo desnudo moverse hasta donde estaba caída la chaqueta, vi todos sus movimientos, cada uno de ellos lo revise en mi retina al detalle…su mano sosteniendo aquel aparato, sus dedos rozando la pantalla, y su rostro, que cambiaba de expresión de acuerdo a la lectura de lo que ese teléfono contaba; mi corazón empezó a palpitar con desesperación, el miedo ya no inundaba mi cuerpo solamente sino todo el ambiente, doble mis rodillas y me abracé a ellas y recé, como desde pequeña no lo hacía, cerré mis ojos fuerte, y le pedí a Dios, que le quitara la razón al momento, que no hubiera un pensar, que Angela sólo se dejara llevar por el amor, y que no me dejara, pedí un milagro, pedí amnesia, pedí compasión, pedí misericordia…pedí hasta lo que no sabía que debería pedir, pedí por ella, por mí…y al final ya sólo rogaba por una oportunidad.

Angela: me tengo que ir – escuche en el fondo y poco a poco fui abriendo mis ojos –

Teresa: - la vi detenidamente como buscaba sus prendas – porque? – pregunté con dificultad –

Angela: tengo mensajes y llamadas pérdidas de Daniela, no sé qué le voy a decir, no sé, pero no la puedo dejar así – miré su parada encorvada que ponía cuando tenía la mente nublada –

Teresa: y lo que pasó anoche?, fue un recordar solamente…y ahora si te tengo que decir gracias estuvo bonito pero tengo que dejarte ir a tu vida modelo? – la miré con rabia y dolor –

Angela: Tete no sé, no sé, de verdad no tengo ni la menor idea de que hacer, yo…

Teresa: tú olvidas que dijiste anoche?....aún me amas dijiste, eso no significa nada? – la seguí con la mirada mientras caminaba como tonta por la habitación –

Angela: claro que significa, pero que hago con eso, ósea tu llegas de improviso, mueves cosas dentro de mí que pensé olvidadas, después pasa esto y que quieres que haga? Que deje a Daniela y me quede contigo? – su mirada era de incredulidad total lo que causaba un gran dolor –

Bajé mi mirada y no dije más, sólo escuchaba los ruidos que ella hacía al ponerse y acomodarse toda la ropa, cerré mis ojos y volví a maldecir aquel momento en que la conocí, me maldije a mí por haberme dejado llevar, por haberme entregado otra vez “soy una tonta”, me repetía en la mente, y como un disco rayado no dejaba escapar otra opinión, soy una tonta,  y es que era toda la verdad, apreté la sábana en los puños de mis manos cuando de pronto siento su mano posarse sobre la mía.

Angela: abre tus ojos – me dijo tiernamente y en un susurro –

Teresa: - yo obedecí y enfrenté su mirada – dime

Angela: - su mano acariciaba la mía y no me soltaba y sus ojos no dejaban mi mirada – te amo – me dijo en un tono suave y dulce que acompaño de una sonrisa –

Teresa: yo también te amo – le respondí casi instintivamente, y esas palabras se sellaron con un beso que protagonizó su boca, un beso que llevaba demasiado sentimiento para poder describirse –

Angela: - me dejó con la miel en los labios y se separó del beso – tengo que hablar con Daniela, no me puedo desaparecer, y el trabajo también – abrí mis ojos despacio y la miré tiernamente y acomodé ese mechón de cabello una vez más –

Teresa: tienes razón

Angela: voy a hablar con Daniela y regreso si?

Teresa: demorarás?

Angela: también tengo que ver lo de mi trabajo..

Teresa: hoy no trabajas, conozco tu horario

Angela: vaya señorita acosadora – me miró con gracia –

Teresa: lo siento – bajé mi mirada –

Angela: - con un par de dedos levantó mi mentón – tienes razón no tengo trabajo pero si clases, bueno no se cuanto demore hablando con Dani, pero a penas termine te llamo y vengo ok?

Teresa: - la miré convencida de sus palabras, la miré con total fe, le creí ciegamente, pero que estúpida que fui – si amor, espero por ti

Y en una maniobra la abracé fuerte y la hice caer de espaldas sobre la cama, mientras mis labios se ocupaban de darle un beso sentido, esos que ya en la noche la había tenido acostumbrada, esos que la dejaron sin aliento; con toda la fe de que mis besos quedarían tan marcados en su boca que ella no sería capaz ya de dudar ni de nada, y así un par de besos más duró, compartimos sonrisas, caricias y miradas sinceras, que me hacía creer que de verdad ella regresaría a mí, aunque en el fondo mi corazón ya sentía el espinazo, pero a pesar de eso quise ser incrédula de lo que mi corazón palpitaba y quise creer en ella, y así fue, la acompañe hasta la puerta de la habitación y sin dejar de besarnos nos despedimos hasta más tarde.

El desayuno fue caótico, mi hermano no dejaba de hacer preguntas, y yo no dejaba de pensar en Angela…sabía muy bien que mi hermano estaba preguntando aquello que él pensaba me dejaría con algo de esperanza o un poco más tranquila…mi hermano hacía el esfuerzo por rescatar las bondades de aquella noche con ella, se que trataba de salvar el momento y mis ansias, y destruir mis angustias, pero todo era en vano, mi café ya estaba frio y el apetito se fue a pasear por algún lugar de Chile, porque en ese hotel, en esa mesa, no estaba…al final mi hermano termino por desistir de las preguntas, y tal como yo, se quedó en silencio.

Los pensamientos me daban miles de vueltas en la cabeza…y le preguntaba a mi cabeza como era posible que volviera a caer en su mismo juego, como era posible que yo fuera tan estúpida de volver a cometer el mismo error, estaba ilusionada, enamorada, en pocas palabras, estaba idiotizada, pero yo misma me dije mientras cuchareaba mi café, pero también fui sincera con mi corazón, y no podía negar que la esperanza de que ella regresara no la dejaba ir, y para sacarme de mi ensimismamiento mi teléfono sonó, un número chileno y la esperanza regresó a mi– aló? Si quién es? – tenía la tonta ilusión que podría ser Angela – hola Teresa, soy Daniela – mis ojos se abrieron de par en par y mi cuerpo se paralizo.

Teresa: hola, disculpa que sea grosera pero primero como tienes mi numero y segundo para que me llamas? – mi voz de molestia era evidente –

Daniela: Angi se esta bañando y aproveche para buscar tu número en su teléfono, y te llamo para decirte que te alejes de mi mujer, ella es feliz conmigo, no te metas entre nosotras que tú no sabes de lo que soy capaz – su voz era amenazante pero no logró amilanarme –

Teresa: bien, pues fíjate que yo no estoy intentado, ni tratando, ni pensando meterme entre ustedes, yo nunca me he ido, así que no tengo que meterme, yo siempre he estado allí…y si hablamos de meterse fuiste tú quien se metió en la relación de Angela y mía – mi voz se quería quebrar pero me sujeté el pecho para darme fuerza – tú sabías que ella estaba conmigo y aún así te metiste

Daniela: ¿Qué relación? Esa relación a distancia, en la que con suerte se verían cada 6 meses?, a eso le llamas relación?, su primera y única relación con una mujer soy yo, yo que la puedo buscar todos los días al trabajo, que puedo dormir con ella todas las noches, que la puedo besar cuando se me dé la gana, que la toco cuando quiero y que le hago el amor cuando me place – su voz era hiriente, todo aquello me dolía y ya no sabía si podría aguantar –

Teresa: lo que yo tuve con Angela, no fue un chiste, ni una fantasía, yo fui su primera mujer, yo fui quien le enseño a soñar y a amar a una mujer, eso no es mentira, ella y yo nos amamos – medité mis siguientes palabras antes de decirlas, pero al final sólo quise hacerlo para que escuchara la verdad – y para que te des cuenta que lo nuestro fue muy real y sigue allí, anoche ella se entrego a mi otra vez.

Daniela: - un silencio inundó la línea, ahí supe que Angela no le había dicho nada – no me importa, la cogiste caliente, eso es todo, tenía ganas y tú fuiste su desfogue, pero al final regreso a mí, o es que se quedo contigo?....uhmm no verdad?….ella está aquí bañándose, para salir conmigo, apuesto que ni te ha llamado no? – una respiración larga se escucho en la línea y ella volvió a hablar – me lo imaginaba, ni siquiera te ha llamado, preciosa fuiste un polvo, una nostalgia, pero ya esta, ella regreso a lo bueno, a lo que vale la pena, regreso a MI así que no te ilusiones y deja de joder, y regrésate por donde viniste

Teresa: - sus palabras hirieron a pesar de mi fuerza para no ser lastimada, sus palabras tenían bastante veracidad, eran perfectamente utilizadas para lo que ella busco al llamarme…destruirme – puede que tengas razón, o quizás todo lo que digas sea una mentira, y Angela ni siquiera este allí y este viniendo para aquí, así que preferiré no escucharte más, buenos días Daniela que estés bien

Corté el teléfono, y un nudo se alojó en mi garganta, Daniela había logrado su propósito al llamarme, me había hecho dudar, y casi destruirme, mi hermano me miraba sin decir una palabra y es que lo que probablemente había escuchado fue suficiente para darnos cuenta ambos, que Angela había jugado conmigo, que Angela no regresaría donde mí…le di un sorbo a mi café ya frío y me levante de la mesa sin saber a dónde ir, mi hermano me sostuvo del brazo, pero mi mirada fue suficiente para hacerle entender, lo miré con el dolor y con la necesidad de estar sola, el es mi hermano, me vio nacer y casi me crio cuando pequeña, el me conocía como nadie, así que despacio me fue soltando el brazo y levantando una ceja me dio la venia para que partiera.

Un trago era lo que necesitaba, y ahí estaba yo otra vez en aquel bar, esta vez, no venía en el auto y no esperaba que Angela me viniera a rescatar de mi embriagues…estaba ahí sentada en aquel rincón frente a esa pared mirando todos aquellos escritos dejados en el muro, me preguntaba por todas esas dedicatorias, de novios, amigos, solitarios y muchachos locos que hallaban algún tipo de satisfacción al escribir sus facultades sexuales en la pared de un bar o el beneficio que les había dado la naturaleza al dotarnos de recursos sexuales bastante meritorios…era inevitable preguntarse porque lo hacían…allí estaba yo como tonta leyendo todas aquellas letras con un vaso de whiskey en la mano, era ya el 4to o 5to, y por alguna razón ese alcohol que en otra oportunidades lograba muy fácilmente adormecerme, en ese momento no había logrado nada, es más había logrado que todo mi sentir se agudizara y todo parecía doler más.

Cuando ya casi me había cansado de mirar aquellas letras, y ya era tiempo de servir otra copa más, un mensaje en esa pared llamó mi atención, no hablaba de los dotes sexuales de nadie, ni de cuanto amaban a alguien, ni el recuerdo de ninguna promoción, era un poema, perfectamente ubicado entre los insultos a alguien llamado Luis y un “Te amo para siempre” para una Nora, allí estaba un poema de Mario Benedetti bien colocado como no afectado por toda la barbarie de las palabras mal usadas alrededor… Te dejo con tu vida, tu trabajo, tu gente, con tus puestas de sol y tus amaneceres sembrando confianza …al leer esos primeros versos supe que era el adiós, que era un poema de despedida… te dejo junto al mundo derrotando imposibles, segura sin seguro, te dejo frente al mar descifrándote, sola sin mi pregunta a ciegas sin mi respuesta rota, te dejo sin mis dudas pobres y malheridas, sin mis inmadureces, sin mi veteranía, pero tampoco creas a pie juntillas todo, no creas nunca  este falso abandono, estaré donde menos lo esperes….estaré en un lejano horizonte sin horas en la huella del tacto en tu sombra y mi sombra, estaré repartido en cuatro o cinco pibes  de esos que vos mirás y enseguida te siguen…. estiré mi mano y con la yema de mis dedos fui tocando cada una de esas frases escritas como para lograr que esas letras entraran por mi piel... y ojalá pueda estar de tu sueño en la red esperando tus ojos y mirándote.

Mis dedos terminaron de tocar esas letras y recordé muy bien la última vez que había recitado ese poema, “chau numero tres”, lo hice aquella tarde en la que dejé de sentirme yo, aquel día en el que me di cuenta que debía aprender a vivir sin Angela, aquel día después de haber dejado a Diana en ese motel, esa tarde que aun conociendo el camino me perdí en todas la calles que me llevaron al río donde desee ahogarme en mis penas…fue allí frente a ese río cuando le dije adiós a ella, esperando que ella me rescatara, pero eso nunca llegó.

Inverosímil que en un bar uno descubra la razón de su existencia, inverosímil que en ese bar que era nuestro, me diera cuenta que ella ya nunca estaría para mí, que todos habíamos cambiado y ya los ideales no brillaban en nuestra vida como lo solían hacer, era como un presagio aquel escrito en esa pared, era tiempo de decir adiós a las viejas heridas y los antiguos amores, era tiempo que le diera un verdadero adiós para siempre a Angela.

Teresa: alo – conteste ese teléfono sabiendo a ciencia cierta que era ella – hola Diana

Diana: hola Tete – su voz era tímida y temblorosa – te llame ayer y creo que me apagaste el celular no lo sé

Teresa: si te lo apagué – dije con seguridad y sin rodeos – que quieres Diana?

Diana: Magnolia y yo recibimos tu mensaje, ella está destrozada y pues a mí no me afecta mucho, pero si me molesto que pensaras eso de Magnolia

Teresa: entonces no es cierto que tu y ella comparten más de lo que aparentan? – le dije con un tono de ira –

Diana: Teresa, te voy a aclarar dos cosas: la primera es que Magnolia es una mujer muy decente, y jamás te engañaría o te sería infiel, aunque tuviera todas las razones para hacerlo; y segundo, no te voy a negar que estoy enamorada de Magnolia desde hace un tiempo ya, pero no me he acostado con ella, eso sería vengarme de ti y yo a Magnolia la quiero bien – sus palabras salían con fuerza y lucha –

Teresa: - me dejó sin palabras que me costó con esfuerzo poder retomar la conversación – dime Diana como no pensar mal, Paloma…, y tu que no contestabas, ni nada, dime que podía pensar?

Diana: nada, eso debiste pensar, te prometí cuidarla y eso he hecho, he estado con ella todo el tiempo, para cuidarla no para aprovecharme de ella, y después de tu mensaje, la convenciste por ahora, a no perdonarte, y aunque sé que eso le durara poco, porque te ama, pero la diferencia de ese antes al ahora es que yo estoy dispuesta a luchar por ella, se que ella no te perdonará así de fácil, así que tengo oportunidad y la aprovecharé como el aire mismo para respirar – su voz era tenue pero firme y expresaba la convicción con la que hablaba –

Teresa: no me engañaron? – apreté los ojos fuerte y maldije mis malditas suposiciones y mi mente turbada por dejarse llevar por Paloma –

Diana: y sigues con eso….Magnolia no sería capaz, eres despreciable Teresa…con toda razón y seguridad te digo que ella es demasiado para ti – la rabia ahora inundaba el tono de su voz y la culpa mi corazón –

Teresa: Dios…tienes razón..Dios como pude? – mi mano se apoderó de mi frente y la golpeé un par de veces por mi estúpido pensar – soy una idiota, una estúpida…una…

Diana: ya basta!!...eres tú y simplemente eso…ahora cállate, y no llames a Magnolia, está demasiado dolida…

Teresa: claro porque te conviene no?

Diana: CALLATE!!!...que tú crees? Que yo me la voy a tirar aprovechando su despecho y pena?....yo no quiero un polvo Teresa, yo la AMO, y si la quiero enamorar, lo último que haría sería aprovecharme de ella…definitivamente irte a Chile te ha estupidizado….bueno solo llamé para aclararte las cosas, ni yo soy una mierda aprovechada ni Magnolia es una puta como seguro lo pensaste….y si alguien merece esos calificativos eres tu…por estar allá buscando a un pobre diabla que por cobarde nunca hará nada por ti, y dejaste aquí a una mujer valiente como nadie, que se sacrificó por ti, que estés bien Teresa, y adiós

El sonido del teléfono al colgarse se me metió en el oído, y yo no pude reaccionar, ni una palabra salió, pero la culpa y arrepentimiento se anido en mi alma y corazón, había cometido un error fatal, un error sinvergüenza y malintencionado, había fallado por donde se viera había fallado, no sólo no había podido lograr retener a Angela, sino que Daniela tenía razón ella se burlo de mi otra vez, y ahora me di cuenta que había herido, lastimado y hasta insultado  a la mujer más noble que había conocido….pero porque Dios??....porque???, como pude equivocarme tanto, como puedo saber, sentir y mirar mi error y seguir con Angela metida como un tatuaje en mi lóbulo frontal, como ella sigue tatuada en los coronarios surcos de mi corazón, porque?, si ya sé que su amor me hace mal, si ya sé que sólo es sufrir, si ya sé que no estaremos juntas nunca hasta la eternidad….porque el amor es tan cruel?.

Le di un golpe a la mesa con la copa que vacié de un solo trago y secando con el dorso de mi mano los vestigios del whiskey que se escaparon de mis labios y copa, me fui de ese bar, estaba adormecida por las copas de alcohol, whiskey con aire, no eran la combinación perfecta, mejor dicho eran imperfectos juntos, pero ya estaban procesándose en mi corriente sanguínea y causando las pequeñas inestabilidades de mi andar y equilibrio, pero no causaban desestabilizar mi pensar…pensaba y pensaba, en todos aquellos errores que por amor había cometido, desde el día uno con Angela, desde que le prometí amor eterno, desde que no me atreví a dejarla ir aunque me hacía daño, desde no dejarme llevar y ser feliz con Magnolia, todo era un error en mi vida, parecía que las decisiones no las tomaba yo, sino alguien más que se confabulaba contra mí y una vida de paz y amor, era yo mi propia enemiga, mi propia depredadora, y todo ya estaba llegando a su fin, ahora estaba sola mientras caminaba sin rumbo…..condenadamente sola y sabía que me lo merecía.

Llegué al hotel casi al anochecer, cuanto había caminado?, no lo sabía pero mis pies si estaban muy consientes de eso, porque sentía el dolor que irradiaba su fatiga, apenas le di vuelta a esa puerta rotatoria vi que todos me miraban, o es que tenía una cara demasiado desastrosa o es que de verdad ya empezaba a lucir como una muerta en vida, pero no me importo, caminé sin contemplar a nadie y subí directo a la habitación…en el ascensor no pude resistirme a tocar aquellas paredes metálicas y a través del tacto de mis dedos recobrar los vestigios de aquellas moléculas de amor fantástico que quizás quedaron de la noche anterior, y el recuerdo, el absurdo y canalla recuerdo regreso, y los besos y las ganas, y las ansias y los deseos y mi desespero…golpee con toda la fuerza que tuve esa pared metálica y sé que fue fuerte porque la mano me quedo adolorida y la pared con una curvatura nueva a su figura.

Apoyé la cabeza en la puerta y sin ganas pasé la tarjeta y la puerta se abrió, desde el pasillo al interior pude ver a mi hermano sentado en mi cama y a penas me vio se paró y fue a mi alcance, y mientras iba acercándome a él y el muro del pasillo se iba acabando, ella apareció al costado del ventanal, parada mirándome.

Angela: hola Tete – me dijo desde aquel lugar –

Teresa: ¿qué haces aquí? – la miré sin ganas pero mi corazón ya empezaba a descubrirme la emoción que sentía al verla –

Angela: te dije que regresaría – se fue acercando a mí y sin pensarlo me saludó con un beso en la mejilla –

Teresa: hola – le dije a penas sentí sus labios alejarse de la piel de mi mejilla –

Pablo: - mi hermano me miró meditabundo – yo me retiro y las dejo hablando tranquilas

Teresa: a dónde vas? – le dije como pidiendo auxilio –

Pablo: estaré en el bar, tengo que hacer unas llamadas, regreso hermanita – se acercó a mi y yo de un brazo lo jalé –

Teresa: - me acerqué a su oído y le dije en susurro – llama a la aerolínea, nos vamos mañana en el primer vuelo – la cara descompuesta no necesité verla, estaba segura que mi pedido lo sorprendió – en verdad Pablo hazlo por favor

Pablo: - se separó de mi mejilla y viéndome fijo – lo hare, las dejo – le dio un adiós con la mano a Angela y salió de la habitación –

Me quedé ahí estática, sin saber que hacer o decir, ella y yo a tan sólo unos pasos una de la otra, pero ninguna de las dos se atrevía a acercarse o decir algo, éramos como dos extrañas, que no tenían la menor idea  de que decir.

Teresa: a que has venido Angela? – me atreví a decir mientras me sentaba en un pequeño sofá al costado de la cama, sin perder la mirada en ella parada a un costado –

Angela: - me siguió la mirada y esperó a que me sentara – tenemos que hablar no crees?

Teresa: no hay necesidad, todo quedó claro, fue una cosa del momento, de la nostalgia, del recuerdo y pues nada más que eso…no somos amigas, sólo somos dos extrañas con recuerdos – la miré intensamente y ella se acercó y se sentó al filo de la cama frente a mi –

Angela: tienes razón no somos amigas, en algún momento ingenuamente pensé que podríamos serlo, en el mirador cuando me preguntaste si amaba a Daniela y me deseaste la felicidad, hasta pude imaginar que tus hijos me dirían tía – la miré y le sonreí con un gesto irónico – aunque me mires y sonrías así de verdad yo lo creí

Teresa: era absurdo pensar que aquello podía suceder, pero ya…dime a que has venido

Angela: - me tomó la mano y yo la separé de ella y me paré de mi sofá, alejándome de ella – tenemos que hablar no huyas – me gritó –

Teresa: huir? – volteé mi cabeza y después le siguió mi cuerpo y la enfrenté – huir?...Angela, he huido de ti desde que me dejaste, he huido de tu recuerdo, he huido de los besos que dejaste en mi, he huido de todo lo que significabas tu, y hace casi una semana dejé de huir, una mujer valiente, me hizo ver que debía dejar de huir, y lo hice, y ahora estoy aquí, no me hables de huir que yo he dejado de hacerlo desde que tome la decisión de buscarte – la miré intensamente y la quise deshacer con aquella mirada –

Angela: lo sé, lo sé….Tete yo lo he pensado, de verdad, cuando me fui de aquí en la mañana, estaba decidida, a dejar todo por ti, estaba decidida, a decirle a Dani que aún te amaba, me repetía aquello en la cabeza desde que puse un pie fuera de aquí, llegué al departamento esperando que ella me hiciera una escena, un escándalo o algo, pero lo único que paso fue que apenas abrí la puerta ella se me lanzó y me abrazó fuerte, muy fuerte, y me dijo que estaba muy preocupada, que pensó que me había pasado algo, y que estaba feliz de verme bien, feliz de que nada hubiera pasado….Tete, ahí me di cuenta, no la puedo dejar, ella me ama y yo también….no me preguntes como es que todavía te amo a ti y a ella también, supongo que son amores diferentes no lo sé, pero me dolió tanto verla llorar en mi hombro pensando que me había pasado algo, no puedo, ella no me ha hecho nada, no me ha fallado, además  a donde me iría por ti, dime?....que pasaría si te digo si, si me voy contigo…y me juego todo por ti…tu tienes tu vida allá y yo acá, no hablo ni del idioma sino que sería demasiado difícil empezar de nuevo allá y te soy sincera, no quiero, soy feliz en mi país no quiero irme de aquí, Tete – se quiso parar de la cama y yo con la mano le pedí que no lo hiciera y se volvió a sentar – yo ahora lo reconozco, me equivoque cuando te dejé y de la manera que lo hice, pero la distancia me mato, si te digo si ahora, eso no va a cambiar – me miro intensamente sin decir nada y así nos quedamos por segundos – lo siento es mejor que me vaya – se paró de la cama –

Teresa: - con una seña le pedí que se volviera a sentar en el borde de la cama – has hablado tu, creo que me toca a mí – la miré fijo y dando pequeños pasos hacia atrás, me alejé de ella y me apoyé en la pequeña mesa que adornaba el salón – la distancia, no es excusa Angela, ahora que te escucho, me doy cuenta que tu elegiste lo mejor para ti, lo más conveniente

Angela: era lo mejor para las dos – me dijo interrumpiendo –

Teresa: déjame terminar por favor…y no Angela, fue lo mejor para ti, para aplacar ese sentimiento de vacío que te dejaba cuando te alejabas de mi, cuando nuestras llamadas no eran de un cuarto de hotel al otro sino de miles de kilómetros, no, Angela, esa decisión nunca fue lo mejor para mi, y aún aquí, en este instante y momento, te lo voy a repetir de nuevo, no lo fue…no lo fue, mejor para ti si, en todo sentido, pero a mí me obligaste a renunciar a la mitad de mi alegría – Angela se llevó una mano al pecho y se quiso parar de la cama otra vez – no, por favor, siéntate, aún no he terminado – tomé aire y cruzando los brazos sobre mi pecho la miré – sabes?, nunca me diste la oportunidad de decidir juntas que era lo mejor, tu sólo encontraste a alguien que te ilusionó y buscaste la excusa para dejarme, todo por tus dudas y la distancia, si tú me hubieras dicho aquellas dudas que tenías, esos miedos, yo lo habría dejado todo por ti

Angela: jamás te hubiera pedido que renunciaras a nada por mi….estar allá era tu sueño

Teresa: mi sueño eras tú, donde estuviera mi sueño eras tú…que hasta ahora no te das cuenta?...a mí no me asustaba empezar de nuevo, no me molestaba, hacer todo de nuevo, para mí no era un sacrificio, sólo necesitaba que me lo pidieras

Angela: nunca lo hubiera hecho

Teresa: lo sé…pero en algo si me equivoque, debí venir cuando te lo dije, en esas veces que estuve a punto de comprar ese pasaje para venir a verte, lo debí haber hecho, quizás hubiera pasado lo mismo que ahora, me hubieras dicho que no podías y yo en ese entonces le hubiera puesto un final, pero fui cobarde, tenía miedo a esto, a esto que estás haciendo ahora, que yo habiéndote hecho vibrar en mis brazos, regresaras y me dijeras que no puedes, que prefieres esto, tu realidad cómoda y conjunta a seguir soñando conmigo.

Angela: lo siento Tete, nunca debía aceptar verte, ni nada

Teresa: no, no lo sientas, era mejor así, sino yo hubiera seguido alimentando tu recuerdo y quizás un hilo de esperanza, es mejor así matar todo, quemar todo, y que ni las cenizas queden…es mejor así, ahora si estoy convencida que el destino se equivoco contigo y conmigo…tu y yo no debemos estar juntas, ni en esta ni en otra vida – me moví de mi lugar y me acerque al ventanal, quedando de espaldas a ella –

Angela: es triste lo que dices, pero quizás tengas razón…o quizás sea yo que lucha contra el destino, pero no puedo deshacerme de mi vida, para vivir ilusiones – sentí que se paró de la cama –

Teresa: puedo preguntarte algo? – Lentamente volteé mí vista del ventanal –

Angela: - ella estaba parada en medio de la habitación mirándome – dime lo que sea

Teresa: ella me borro de tu piel?, dime si ella te ama como yo lo hago, dime si ella te roba el aliento en el primer beso, dime Angela, si ella hace explotar tu pecho cuando gritas de amor...dime por favor si lo hace – me fui acercando lentamente hacia ella y vi claramente su cuerpo temblar –

Angela: no me puedes preguntar eso, no es lo mismo, ella es otra persona tu eres diferente

Teresa: tú dices que la amas…entonces dime…tiene que hacerte sentir amor, cuando te ama, tiene que hacerte sentir un volcán dentro de ti, tiene que hacerte temblar las piernas con un beso, tiene que estremecerte el cuerpo con una caricia en tu cuello, un vibrar cuando se mete debajo de tu piel…es una pregunta Angela – me fui acercando más hasta quedar unos pasos lejos de ella – dime si lo hace, dime si el amor que tienes con ella es mejor que el nuestro, Dímelo!! – sus ojos se abrillantaban y mis músculos se tensaban, sabía la respuesta pero la quería escuchar de su boca –

Angela: - sus labios temblaban y sus manos que se querían esconder de mi se apretaban en un puño – Tete no hagas esto – la voz le temblaba – no te puedo responder eso, es diferente…

Teresa: - me acerqué aun más a ella y muy cerca a su boca le dije – eres una cobarde – salió en un susurro y después de decir eso me alejé unos pasos – siempre lo fuiste una cobarde, que sabe la respuesta pero no se atreve, cobarde…una burda cobarde…eso es lo que eres

Angela: no me insultes

Teresa: no es un insulto es una verdad…eres una COBARDE…y así como no te atreves a decir la verdad de lo que en verdad es tu relación con Daniela y lo que sientes por mí, eres una cobarde en tu vida, apuesto que has dejado ir cosas por Daniela, pero dime que ha dejado ir ella por ti?, seguro que tú te has amanecido esperándola, pero dime cuando ella se ha privado de un sueño por ti, seguro que ella te prohíbe todo pero tu toleras todo…no conozco a Daniela, pero estoy segura que ella es la de la decisión, la de la realidad, la de la cabezota pensadora, estoy segura que ella fue la que te quito la capacidad de soñar, de volar en una ilusión de sentir la libertad en tus alas, tú eras una luchadora social, querías combatir injusticias, irte de misión por América, ayudar a los que necesitaban, ahora eres una más del sistema, la que quiere dinero y nada más, eres una más de ese sistema que tanto odiabas, donde quedo tu calor, donde quedó tu ilusión, donde quedo el querer comerte el mundo con justicia, donde quedo Angela la de sueños de grandeza espiritual y humana, donde?...Angela el amor es libre, como un pájaro, cuando a el amor se le mete en una jaula, deja de ser natural, es un amor cautivo, cuando un amor se vuelve cautivo, deja de ser amor, porque pierde la gran facultad que te da el amor…y sabes cuál es?

Angela: - sus ojos brillaban y moviendo la cabeza me dijo que si – cual?

Teresa: la fuerza….el amor te hace invencible, te hace tan fuerte que nada te hace bajar la cabeza, trasmites tanta paz y alegría, que todos quieren estar a tu lado, el amor es poderoso, puede hacer reír a un desganado, llorar a un centrado, y desvariar al más cuerdo…el amor mueve todo, cambia todo y sobrevive a todo….pero cautivo, no es más que un animal viviendo una vida antinatural….gracias Angela, por darme ahora la oportunidad de poder volver a amar, y sentirme invencible una vez más…gracias – me alejé unos pasos de ella pero ella me sostuvo del brazo y me atrajo otra vez a ella –

Angela: - me miró con lágrimas en los ojos y se quedó segundos allí mirándome así – abrázame por favor – salió en un susurro y aunque entendí lo que dijo no sabía qué hacer –

Teresa: que dices?

Angela: abrázame – y sin preverlo se lanzó a mi cuerpo y sus brazos rodearon mi cuello y su cuerpo se pegó a mi calor –

La sostuve en ese abrazo y su calor penetró mi cuerpo, yo luchaba, estaba luchando para no corresponder ese abrazó, mi mente a patadas me obligaba a pensar la una y otra vez que esa mujer había destrozado mi corazón, mi corazón palpitaba amnésico de todo el dolor el muy traidor pero mi mente no olvidaba y me lanzaba a la vista y memoria, todas aquellas cosas, pequeños detalles y a grandes voces las imágenes más patéticas de mi vida, los momentos más miserables, y todo el sufrir en letras golpeando mis ojos y todo por ella…luchaba y sentía que podría no corresponder, que no volvería a caer….y lo hice…la aleje de mi cuerpo y de mi abrazo y la dejé parada ahí en medio de la habitación y fui hasta la mesa de noche de donde cogí aquella revista y tomándola en mi mano me acerqué a ella que aún seguía enroscada como esperando que regresara para corresponderle.

Teresa: toma – le dije enseñándole la revista –

Angela: que es eso – lo dijo limpiándose las lágrimas con las manos –

Teresa: nuestra revista…debes tenerla tu, tu debes botarla, quemarla o hacer lo que quieras con ella, aparentemente la revista no quiere que yo la destruya, entonces pensé que debías ser tu – mi mano seguía estirada con la revista y ella la tomó –

Angela: – la tomó y se quedo con la mano estirada – no entiendo

Teresa: no importa sólo quédatela si?, ya es tarde para ti, debes irte, Daniela seguro te está esperando

Angela: no así Tete, por favor, despidámonos como adultas si?, sin enojos ni nada

Por favor si? – me miró con ternura, y era tan correcto aquello que me acerqué a ella –

Teresa: Angela de verdad yo esp….- no me dejó terminar y me sorprendió con un abrazo fuerte y sincero –

Mis brazos a los costados de mi cuerpo no reaccionaban para devolverle el abrazo, otra vez la batalla de mente y corazón empezaba; mi corazón latía a mil por hora, estaba segura que ella podía sentir mi corazón casi salírseme del pecho, pero mi mente muy compañera mía y de mi sufrimiento me mandaba los flashes más nefastos, con graficas demasiado gráficas de lo que pasaría si la abrazaba, así que otra vez estaba yo ahí queriendo hacerle caso a mi corazón pero obedeciendo a mi mente para no perder la batalla.

Teresa: Angela de verdad es tarde, y yo creo que ya debes irte, Daniela debe estar preocupada, además tengo que arreglar todo para el viaje – sin soltarme despego su rostro de mi hombro y encaró mi mirada –

Angela: ya te vas? – sus ojos se tornaron opacos a pesar de las lagrimas que brillaban –

Teresa: si mañana temprano me voy, no tengo porque quedarme más, así que tengo que descansar y arreglar todo…bueno Angela – me moví de sus brazos que me aprisionaban pero no logré soltarme – Angela en serio tengo que hacer y tu irte por favor suéltame

Angela: Tete yo…

Teresa: Angela por favor suéltame – trataba de zafarme de sus brazos que me aprisionaban, pero ni mis más finos movimientos contorsionados lo lograban, ella me tenía aprisionaba casi cortándome el aire –

Angela: Tete yo de verdad….yo…

Teresa: - sentía que me faltaba el aire, su abrazo era demasiado fuerte, ya me sentía algo mareada – Angela por favor suéltame me estás haciendo da…

Y eso fue todo, ella me ajustó más a ella y sin verlo venir, sentir o nada, ella me estampo un beso brusco en los labios, yo me quedé estática sin corresponder a ese beso, no lo hice, las puntas de las esquinas de la revista que ella apretaba en mi espalda, las sentía clavar mi piel, a pesar del beso su abrazo no había bajado de fuerza ni intensidad, y su beso era demasiado brusco…traté de con mis manos zafarme de ella, del beso y el abrazo, pero no podía, me sentía débil por la falta de aire pero más débil por mi tristeza…luché juro que luche, mi mente no se cansaba de mandarme las imágenes más nefastas, los recuerdos más agrios, los desplantes, las miradas retorcidas, y los besos amargos,  pero nada de eso calló al aliento que salía de la boca de ella que sin querer se metía entre mis labios, aunque los cerré con fuerza, pero era inevitable, su aliento como humo hipnótico suavizó la entrada a mi boca y sin pensarlo verlo ni sentirlo, estaba yo ahí, besando a esa mujer con fiereza, con fuego, con ardor, con amor, mi corazón parecía que había adquirido manos y jalaba mis huesos más cerca al cuerpo de ella…el abrazo agresivo fue cediendo y el beso brusco se convirtió en un beso suave, dulce y tibio y mis brazos dejaron de luchar con su cuerpo y se acomodaron en su espalda a la que acariciaban sin descaro, sus brazos también se relajaron y sentí la revista caer.

Cuanto tiempo nos besamos, no lo sé, sólo sé que fueron eternidades para mi, su cuerpo componía cerca al mío la vida misma, estaba viviendo a través de ese beso, a través de esos brazos estrechándome, estaba viva y me sentía de maravilla…poco a poco me fui separando de su beso, terminando un beso que a las justas rozaba los labios y el inesperado “te amo” salió de sus labios y mi corazón alocado quería desgarrar mi piel para irse donde ella, me separé un poco de su boca y apoyando mi frente en la suya, subí mis manos y le sostuve el rostro con ambas y sin abrir los ojos me quedé allí en ese instante.

Teresa: pídemelo – le dije en un susurro –

Angela: que cosa? – Susurró después de mi –

Teresa: si tú me lo pides…sólo si tú me lo pides…pídemelo –mis manos se aferraban a ese rostro y las de ella a mi cintura –

Angela: no entiendo mi amor, explícame

Teresa: sabes lo que puedo hacer por ti?

Angela: que cosa mi amor?

Teresa: puedo hacerte creer lo increíble, puedo hacerte ver lo invisible, bajarte hasta el cielo, yo sólo quiero ser quien te dé el último beso, quiero vivir para llenarte al corazón de amor, yo mi amor te entrego mi vida…sólo pídelo – mis ojos cerrados se aferraban a no querer ver la realidad o quizás un sueño –

Angela: - su boca y aliento los sentí acercarse, y en un beso me entregó su aliento del cual me embriagué – te amo – otra vez susurró entre el beso – pero no puedo – volví a escuchar y eso fue suficiente –

No me separé de su abrazo ni de sus labios, sólo abrí los ojos, y por inercia la bese con los ojos totalmente abiertos, ella seguía queriendo llevarse de mi boca mi alma, mi aliento de vida, pero sus palabras fueron los detonadores a los mecanismos de defensa mejor desarrollados por mi cerebro, ahí estaba otra vez, a punto de perder la cabeza por una mujer que no valía la pena, mi corazón ajeno a esas palabras seguía latiendo como loco, pero mi mente ya menos adormecida empezó con las estocadas de recuerdos amargos, y la vista de mi subconsciente sangró otra vez al recordar el dolor, así que de un solo jalón la separé de mi cuerpo y de mi beso, ella se quedó estática con los ojos cerrados mientras yo de los brazos y hombros la alejaba más de mi, sus ojos se abrieron y me miraron con duda, con sorpresa, pero esta vez, así sea por su mirada de ternura o arrepentimiento, no daría marcha atrás…la miré fijo y en un segundo salió lo que había querido decirle desde que la vi en esa habitación – vete – lo dije despacio pero sabía que ella lo había escuchado.

Teresa: VETE!! – lo dije más fuerte –

Angela: Tete – me separé de ella y agachándome recogí la revista que estaba en el suelo –

Teresa: VETE, no quiero verte más y llévate esto contigo, y destrúyela, hoy yo le doy vuelta al destino, no fue casualidad encontrarte, pero si muy sensato pedirte que te vayas y te olvides de mi, como yo te borrare de mi vida, Angela desde el día de hoy tú no has existido ni existirás más en mi vida, ahora lárgate – mis ojos la miraba intensamente esperando que cogiera la revista de mi mano –

Ella se acercó lo suficiente para coger la revista y apretando esa revista a su cuerpo y sin dejar de mirarme, sólo se dio la vuelta para darme las espaldas y camino sin decir nada hacia la puerta, yo la seguí todo el trayecto, y de lejos podía escuchar sus sollozos, pero esta vez yo ya no lloraba más, yo al fin tome riendas de mi vida, y decidí no sufrir más por ella, por una mujer tan cobarde que no era capaz de enfrentar sus sentimientos, sus emociones, y los delirios que le causaban mi presencia, que no era capaz de vivir un amor de verdad por vivir su amor mediocre, una mujer así no necesitaba en mi vida, así que como llegó a mi vida por una casualidad, ahora la dejaba ir, sin premio ni gloria, deje a ir a una mujer demasiado mediocre para mi, una mujer que definitivamente no merecía mi amor, ni mi consideración ni nada mío…la miré fijo hasta que vi esa puerta cerrarse, y ahí se acabo mi fuerza, se acabó el poder de mi mente, allí termine yo destruyéndome bajo el dolor que me causaba verla partir otra vez, pensé que haberla escuchado decir adiós fue difícil pero verla partir fue aún peor.

Me quede parada no sé cuantos minutos con mi cuerpo estático y las lágrimas brotando como ríos, y en silencio me repetía una y otra y otra vez, “hiciste lo humanamente posible, no es tu culpa, es ella que es una cobarde”…me lo repetía una y otra vez en la mente, y aunque a momentos me hacía sentir bien porque sabía que había luchado por ella, algo que no había hecho un año atrás, ahora al menos podía decir que lo había intentado, y que había perdido, y que no había sido mi culpa, era ella que era una mujer conformista, de poca emoción y de mente fría y racional, yo soy todo un corazón, me enternezco con una mirada, con un toque, con un roce, vivo a traves de mi, la vida misma de los demás, porque me dejo tocar por la vida del resto sólo por el hecho de querer sentir un poco más lo de los demás, ponerme en el lugar de los demás por un momento, para entender su vida, su pensar y sentir…pero con ella, con ella no se podía, no había manera ella era fría, quizás nunca lo vi, o quizás yo si hice que cambiara un poco, no lo sé supongo que me quedaré con la duda eternamente, pero lo prefería.

La puerta se abrió y era mi hermano que entraba apresurado, yo seguía ahí en ese mismo lugar, en el centro de la habitación, en shock y con las lágrimas brotando; corrió hacia mí y me abrazó, me abrazó fuerte y no me soltó, yo aún en shock no entendía nada ni tampoco podía responderle, hasta que el hablo – todo va a estar bien – cuando dijo eso, me derretí, me dejé caer en el cuerpo de mi hermano y el sorprendido no me pudo sostener, y terminamos los dos arrodillados en el piso, los dos abrazados y yo en un llanto inconsolable en el hombro de él – ya Pablo, ya la dejé ir, ella no era para mí, y tenía que sufrir así para de verdad llegar a borrarla, amnesia seré ahora, no quiero saber nada más de ella – mis sollozos a las justas dejaban entender mis palabras, pero él las entendió perfectamente, todo había llegado a su fin.

El sol ya entraba por la ventana, mi cuerpo estaba adolorido por alguna razón, aunque aún no sabía porque, me levante y me aliste y en media hora ya estaba vestida y arreglando lo que faltaba de mi maleta.

Pablo: a mamá le encantará verte – me dijo mientras metía las últimas cosas a su maleta –

Teresa: supongo que sí, estas llevando algún recuerdo para Ale y Santi – mi hermano me miró y sonrió –

Pablo: es la primera vez que lo llamas por su nombre y no le dices “tu hijo” – se paró del suelo donde arreglaba la maleta y me abrazó –

Teresa: hey que pasa, es tu hijo, mi sobrino…es Santi – le dije mientras correspondía el abrazo –

Pablo: ay hermanita, nos va hacer bien estas vacaciones en Perú – se separó de mi y regresó al piso y a su maleta –

Teresa: tú te vas a Lima y yo a New York – su mirada se dirigió a mí casi atravesándome –

Pablo: - se paró del piso y se puso a mi altura – de que hablas?, los dos vamos a Perú, de que estás hablando Tete?

Teresa: no hermanito – puse mi mano en su hombro – yo me regreso a New York, no me siento capaz de enfrentar a mi madre con sus preguntas de Magnolia y todo, utilizaré este tiempo para estar sola y decidir de mi vida

Pablo: vas a buscar a Margnolia?

Teresa: claro que lo haré, para pedirle perdón

Pablo: reconquístala

Teresa: no puedo, se que Diana luchara por ella, y no le puedo quitar eso a Magnolia, Diana la ama, y yo lamentablemente no, debo dejar que ella intente, no me voy a alejar, Magnolia me hace mucho bien, pero no podría hacerla rebajarse, a estar conmigo cuando yo la tome como una segunda opción, si el tiempo nos ayuda y se da después, no la voy a dejar ir, esa mujer es excepcional única en ésta vida – mi hermano me abrazó y yo me acurruqué en su abrazo –

Pablo: está bien hermanita confió en tus decisiones, y tienes razón estar sola ahora te ayudará – se separó del abrazo y me dio una palmada en el hombro – quieres que llame a Magnolia y le diga que regresas o que te vaya a buscar?

Teresa: no, no Pablo, me iré a un hotel

Pablo: nada de eso, a tu depa no seas tonta, ahí está Lucas, esta solito, seguro que está harto de que Juan siempre lo lleve a caminar a la misma esquina – una sonrisa logró mi hermano de mi rostro –

Teresa: tienes razón – le di una gran sonrisa y cerré mi maleta –

El auto viajaba de prisa hasta el aeropuerto y yo miraba aquella ciudad con nostalgia, Santiago de Chile, una ciudad encantadora, cuando te acomoda el ánimo pero una ciudad desgarrante y cruel cuando el desaliento te acompaña, y ahí estaba yo adelantada viendo a una ciudad lúgubre.

Pablo: a qué hora llegarás mañana?

Teresa: temprano hermano, se que será un viaje aterrador de casi 24 horas pero no había otra cosa con tan poco tiempo

Pablo: lo sé, llamas igual cuando llegues si? Bueno…entonces adiós hermanita, nos vemos a mi regreso

Teresa: no adiós, que me vayas a salar el viaje, un hasta pronto te parece?

Pablo: me parece perfecto

Teresa: dale un abrazo a mi madre, a Ale y a Santi…diviértete y disfruta tu nueva familia

Pablo: lo haré hermanita – le di un abrazo y un beso y lo miré mientras me alejaba hasta mi puerta de embarque, lo miré con ternura y lo dejé allí –

La espalda me estaba matando y lo que necesitaba con urgencia era una ducha, 24 horas de viaje fue un martirio, conocí tres países pero los aviones son un asco para dormir y para despertar mucho más…abrí la puerta del departamento y obviamente fue Lucas quien me movió la cola y me recibió en la soledad de ese lugar que para ese momento olía bastante a ese can, miré un poco todo el lugar y no pude evitar recordar lo bien que lo había pasado en ese departamento, ahora lleno de aparatos y computadoras había adoptado una vista muy a la de mi hermano, pero aún tenía algún rastro de cuando fue mío, recorrí todo el lugar y busqué mensajes en el contestador pero parecía que nadie quería a mi hermano, nadie se preocupo por llamarlo…necesitaba un baño y eso hice sin esperar mucho….el agua caía por mi cuerpo y dejaba que el chorro de agua masajeara en algo mi espalda, estaba concentrada en mis pensamientos, en lo que haría de ahora en adelante, y de pronto la idea de ir a buscar a Magnolia me inundó la mente con mucha convicción, esta vez sería diferente me repetía, esta vez la amaría y estaba dispuesta a luchar por ella con Diana…un ruido me llamó la atención, traté de escuchar pero era la puerta que se abría y recordé que Juan no sabía que yo llegaría así que no le di importancia así que seguí en mis pensamientos mojados.

Con la toalla alrededor de mi cuerpo salí buscando a Juan – Juan!!!...hombre donde estas? – busqué por todo el salón y no lo vi – Juan donde te has metido demonios – no había respuesta, me metí a la habitación y cerré la puerta por precaución y dándole la espalda a la puerta me quité la toalla y empecé a secarme – eres demasiado hermosa desnuda – una voz detrás de mí me asustó, era esa voz, imposible de no reconocerla, volteé y enfrenté a la mujer que estaba frente a mí y cubriendo mi cuerpo con mis manos, la observé – cómo es que, que haces aquí?, quien te dijo que estaba aquí?, que haces aquí? – mi sorpresa era verídica, como podía ser que ella estuviera allí, podía ser que a pesar de todo ella estuviera allí? – yo lo sé todo, y te quiero conmigo eso es todo – se acercó despacio hacía mi mientras veía como sus ojos brillaban, y yo no podía creer que ella fuera la que estuviera allí, después de todo, era una mujer muy valiente, no había duda, se acercó hasta mis labios y se abrazó a mi cuello y yo a su cintura y la junté a mi cuerpo mojado, y la besé con ternura, con cariño, con añoranza – te extrañe muchísimo – le dije en un susurro y ella con su boca en mi boca – y yo a ti mi amor, y yo a ti – y en un beso más sentido nos fundimos, como debía ser…un beso que debía curar y hacer olvidar.

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Disculpen por la demora, problemillas de salud, nuevos acontecimientos en mi vida....:).....y despues nada, que tuve unos problemillas, pero ya esto, disculpen porque quedo un poco largo, espero se entretengan leyendo y nada, gracias por leer por comentar y estar pendiente, me da mucha satisfacción que mi historia se lea y se disfrute tanto, me esmero muchisimo por trasmitir lo que ustedes llegan a sentir así que ufffff soy una sentimental, romantica a morir si no se dieron cuenta ya, así que de eso hay mucho en la historia y seguirá...un beso gran para tod@s y rico a pasarla rico si tienen con quien, y si no, salgan, que esperan , que hacen leyendo esto, ya ya vayan a repartir amor que hace falta en el mundo...un besito grande cuidense hasta la proxima muuuuuuuuacksss!!!!