Solo un incendio (solo una nota 2)

Luego de su caliente encuentro en la biblioteca y su precaria despedida, no ha podido dejar de pensar en él, se ha metido en su pensamiento, de una manera completa y brutal, gracias al recuerdo de esa tarde, que ha quedado marcado con fuego y hachazos en su conciencia...

Ustedes sabian que yo seria esporadico, asi que solo les dejo que lean...

fue idea de un amigo lector de que hiciera una continuacion y pos aca esta espero les guste...

El tiempo sigue corriendo, pero aun así, ese momento no sale de su cabeza, como si hubiera sucedido ayer, y no hace casi medio año, rebobinándose una y otra vez con el número de repeticiones que haría un maniaco intentando comprobar que su locura está justificada, aun así no importa cuántas veces lo intente, seguirá siendo locura, pero parece haberle cogido un gusto mal sano al comprobar una y otra vez la sección de física y química de la biblioteca y ver, en trasparente, la escena que vivió en aquel entonces cierto chico caleño que aún seguía pensando que pudo haber hecho mal.

Ah repasado la escena muchas veces, se la sabe de memoria, al derecho y al revés, la ha escrito, muchas veces, tal cual como su memoria lo vislumbra y modestia aparte es alguien con una muy buena memoria, casi rallando en lo eidético, ha repasado el asunto no solo consigo mismo, también con amigos de confianza, entre ellos su tierno costeño desquiciado, que le insiste una y otra vez que olvidara el tema, que lo había hecho bien y que siguiera con su vida.

Pero Duvan era así, cuando tenía una espina, rasquiña o inconformidad con algo, no había poder humano que lo hiciera desistir hasta sacársela de su sistema.

Dicho caleño se encontraba en el mismo lugar, leyendo el mismo libro, misma hora de la tarde y misma posición, buscando con la pantalla de su celular, aun sin dar con su bombero, sin volver a saber de Jhonatan, de su bombero de ensueño, era como si se lo hubiera tragado la tierra, como si su existencia nunca hubiera tenido lugar en el mundo, seguía sin creérselo.

Luego de su caliente encuentro en la biblioteca y su precaria despedida, no ha podido dejar de pensar en él, se ha metido en su pensamiento, de una manera completa y brutal, gracias al recuerdo de esa tarde, que ha quedado marcado con fuego y hachazos en su conciencia, no hay noches en las que no rememore sus ásperas caricias y fogosos besos, no hay masturbaciones en las que su pene y su culo no deseen ser mamados y penetrados por la boca y vergas del bombero, del incendiario bombero, que le quito su virginidad por solo una nota.

Se levantó de su lugar eh hizo un extraño ademan de manos y dedos terminando por posicionar el dedo índice sobre la superficie de la mesa, imitando el mismo movimiento de cuando puso la nota adhesiva en la mesa hace 6 meses, con mirada cansada volvió a recorrer la biblioteca, esperando infructuosamente poder divisar esos ojos azules tan profundos, pero no encontró nada, solo los mismos de siempre, volvió a revisar  una vez más queriendo comprobar, por si había pasado por alto algún detalle, pero por dentro sabía que no, con desilusión camino lentamente a la zona más apartada de la biblioteca, la sección de física y química.

Mientras iba, deslizaba los dedos entre estantes y lomos que guardaban conocimiento eh historias, sentía la yema de sus dedos vibrar, tanto que leer, hace 6 meses no le hubiera importado quedarse todo el día entre todos aquellos volúmenes, absorbiendo todo sus conocimientos, pero ahora ya le tenía sin cuidado, lo único que le atrapaba ahora toda su atención, era volverlo a ver, volver a ver a Jhonatan.

Se acercaba cada vez más, su pecho subía y bajaba en respiraciones entre rápidas y lentas, en su cabeza empezó a reproducirse el mismo video, podía verlo, superpuesto en el mundo real, su respiración se agito y sintió como sus ojos se dilataron, como sus manos temblaban, como se editaba y se alzaba una erección en sus bajos fondos, apretado por sus pantalones cortos, los mismos que tenía ese mismo día, junto con la misma camisa, la misma gorra y los mismos zapatos de ese día.

Podía verlo, se veía a el mismo apoyado en la repisa de libros, podía verlo a él, con su chaqueta color caqui, su misma mirada mirándole a él, su, podía escucharlo, podía presenciar como empezaba a acariciarlo, sentía el mismo las caricias en su piel, sentía sus manos raposas repasando su piel, sus besos de fuego, toda su aura llameante y a la vez ignifuga, camino hacia la ilusión levantando el brazo, atravesándola, siguió adelante hasta donde le vio desaparecer, donde lo vio por última vez luego de que terminaran de haberlo hecho.

-- y fue aquí donde te vi por última vez – se dijo volviendo y mirando de nuevo la ilusoria imagen de Jhonatan follándole, penetrándole con su caliente miembro.

La erección en sus pantalones le dolía, debía liberarla, con su mano empezó a acariciarse la piel, pero sus caricias eran algodón, él quería las caricias rudas de su bombero, debía conformarse… empezó a repasar la piel, como recordaba que lo había hecho su hombre, tenia memorizado cada camino en su piel, cada una de las sendas recorridas por Jhonatan, las recorría a conciencia, agregando un poco mas de fuerza, queriendo emular las caricias calientes, veía  hacia la esquina y veía como el hombre seguía penetrándole, como seguía excitándole, y sacándole gemido tras gemido con cada embestida, con desesperación pero sin prisa saco su miembro duro, caliente y chorreante, empezando a masturbarlo y acariciarlo.

-- quiero que sean tus caricias… -- se decía a si mismo mientras seguía moviendo su mano en la extensión de su pene, usando su propia esencia extendiéndola por todo su miembro para intentar sentir lo mismo que sintió con Jhonatan, sentir ese incendio incandescente, empezó a masturbarse con suavidad pero apretando su miembro, mientras seguía mirando hacia la misma esquina, mientras seguía presenciando toda la misma escena con un morbo casi vicioso de como se lo follaban.

El pene erecto del joven pedía más de sus caricias, este acelerando su movimiento dejaba escapar gemidos ahogados que acallo metiendo dedos en su boca, para luego sacarlos y dirigirlos a su culo que esperaba ansioso por cariño.

Metiendo uno y luego otro empezó a simular follarse con su mano mientras seguía moviendo su otra mano en su miembro, su rostro rojo  por tanta excitación y frustración de no tener a su bombero follandole ahora mismo, penetrándole con furia su culo, para que compensara estos 6 meses de querer estar con él, de querer quemarse junto a el.

Aumento la velocidad todo lo que podía, queriendo llegar pronto al clímax, queriendo explotar mientras veía que el momento en su mente que sucedía en la esquina que nunca dejo de mirar estaba pronto a su fin, el momento en el que ambos se fundieron en un solo ser, en el que ambos explotaron en una única exhalación de placer liberando juntos las corridas más fuertes de su vida, fue en ese momento que Duvan dejo correrse tapando su boca para evitar que su grito se oyera más allá de lo que el umbral de la lejanía de la sección de física y química delatándole.

Su corrida cayó al suelo de la biblioteca, abundante, fuerte y caliente, el joven sin importancia seguía moviendo lentamente su mano alrededor de su verga mientras veía lo que pasaba después, como Jhonatan lo dejaba y se iba, vio como la ilusión de este pasaba frente a él y desaparecía al voltear la esquina, siempre se giraba para ver a donde iba pero apenas asomaba su mirada, Jhonatan ya no estaba.

Con decepción se limpió su mano y el piso con unas servilletas que tenía en su bolsillo, lanzo la pelota de papel hacia una papelera cercana, esta reboto y cayó cerca de un enchufe eléctrico, mientras su teléfono vibro en sus pantalones.

-- ¿hola? – contesto con algo de desgana sabiendo quien era

-- ¿Duvan? ¿Manito como estas? – pregunto al otro lado de la línea su costeño favorito.

-- bien creo… – dijo con suavidad

-- ¿¡que!? ¿¡No te oigo!? – grito Iver al teléfono, Duvan retiro el aparato de la oreja

-- Iver estoy en la biblioteca – exclamo en vos baja

-- uy perdón jejejeje – rio el costeño – ¿como estas?

-- eh estado mejor Iver – respondió apoyándose en el estante de libros – acabo de tener una no muy buena epifanía… de nuevo – se dejó resbalar hasta sentarse en el suelo.

-- ¿aun con eso?, Duvan deberías de dejar eso ya – dijo con preocupación, no le gustaba escuchar a su amigo con esos ánimos

-- Iver, por favor ahora no estoy para sermones – dijo con algo de molestia

-- ¿tonces qué?, ¿¡te vai’ a queda’ así!?, -- respondió el otro con rapidez, dejando sacar su lenguaje de la costa colombiana, siempre lo hace cuando se enoja – ¡¡llorando por un tipo que seguro no vale na’!!, andar de maricon llorón porque no tenei la verga de alguien habiendo muchos más que quisieran partirte el culo a vergajazos ¿!y tu llorando por un solo tipo!? ¿¡Eh!?, nojoda Duvan ¡¡ya reacciona carajo ombe!! –

El regañado aparto su teléfono de su cara esperando a que Iver terminara con su protesta, cuando hubo concluido volvió a poner su teléfono al oído.

-- En serio te dije que no estaba para sermones – dijo muy serio

-- Mira… --  respiro un poco – lo siento, pero es que me emputa verte así – dijo ya más calmado el costeño

-- Iver, si hubieras sentido lo que yo entenderías – dijo mirando por una ventana abierta donde hacía mucho viento

-- puede que no, pero puedo imaginarlo como para que te empeñes tanto en querer volverlo a ver – Duvan supo que Iver sonrió, y eso le hizo sonreír

-- oye, pero ya enserio… necesitas tener sexo con alguien más – comento Iver un poco más serio

-- ¿crees que no lo eh hecho? – Dijo mirando el teléfono – tu sabes que si –

-- osea, si lo sé, lo recuerdo… -- dijo algo apenado --… pero con tantas vergas que hay en Cali, me quedan tan grande que sigan así las cosas, viéndolo de esa manera ese tipo debei’ tene’ la verga de oro o que…--

-- jejeje me gusta cuando sacas tu lado costeño al hablar – dijo cerrando los ojos

-- sabes que es cuando lo amerita – comento divertido – hablando de vergas y hombres… ¿no has vuelto a hablar con otras de tus culeadas?

-- el enfermero, pero sigue en las mismas de ignorándome – dijo de manera cansada – y volví a estar con el policía, pero aun no nos hemos penetrado… --

-- ¡¡ay no manito!! – exclamo con desgana, Duvan volvió a apartar el teléfono de su oreja – ¿que en el interior son tai’ jodios con el sexo? –

-- oye no tengo culpa que acá no sean tan arrechos y lanzados como en Valledupar – dijo en voz baja de nuevo recordándole a Iver que seguía en la biblioteca

-- jajajaja, que puedo hacer – dijo Iver risueño recordando el cuento de los dos hombres que quisieron cruising con él, pero siguió su camino al ver lo tarde que estaba esa noche – y lo chistoso es que ayer dos tipos más en dos oportunidades me hicieron señas para follar con ellos jejejeje –

-- ¡te llegan como abejas a la miel! – exclamo el chico sonriendo

-- tu sabes que soy rico y dulce como la miel – Duvan sintió un pequeño choque eléctrico al escuchar eso, recordado ciertas fotos que Iver le compartió sin pudor – fuera de eso manito… te lo digo como amigo y hermano… deberías de dejar el pasado atrás con ese tipo – dijo con preocupación.

-- Iver yo…  carajo como fastidias con eso… -- dijo un poco cansado – hare lo que pueda ¿sí? – mintió un poco cerrando los ojos y mordiéndose el labio, no le gustaba mentir y mucho menos a Iver

-- supongo que es lo mejor que puedo recibir en respuesta con respecto a eso – Iver volvió a sonreír, aun sabiendo que Duvan mentía –

-- lo se… --

-- o de no señorito, me tomare la tarea de ir a Cali a romperte el culo yo mismo – dijo en tono sensual, tanto que Duvan trago grueso al escucharle

-- ¿ah sí? – Reto el Caleño al costeño – ¿y que harás? –

-- de la larga lista de cosas que podría hacerte – dijo moviendo unas hojas que tenía a la mano, como simulando revisar una lista muy larga – la verdadera pregunta es que no voy a hacerte – termino acercando su voz al auricular, el chico creyó sentir la respiración en el oído

-- eso no lo pongo en duda además… -- Duvan callo, le llego un olor extraño, un olor que no debería sentirse en la biblioteca, fuera de eso, estaba sintiendo un poco de calor

-- ¿Manito estas hay? – Pregunto Iver al escuchar el repentino silencio -- ¡¿Duvan?! –

Pero no escucho algo más que una exclamación muy molesta y luego silencio, dejando al Costeño demasiado preocupado.


Seguía en cama, se supone que debía de haberse levantado hace bastante, pero seguía ay, menos mal cuando no hay emergencia se puede hacer lo que se venga en gana, miraba hacia arriba mientras con una mano lanzaba una pelota y está por efecto de la gravedad volvía a su mano, su mirada azul intercambiaba en mirar la pelota y el techo, pero en su mente, dibujaba en el espacio frente a él a un chico de cabello en corte reggaetonero y de piel blanca acanelada, cerró los ojos suspirando y se puso a medio lado, mirando en su mesa un reloj con la hora.

-- carajo… -- el hombre de 37 años se levantó de su lecho, vistiendo una pantaloneta corta y roja su cuerpo entrenado por el ejercicio, las llamas y los desastres a los que ha tenido que enfrentar, se vistió con unos pantalones que saco de una maleta bajo su cama y se calzo unas botas negras de punta de hierro, luego una camisilla gris y salió de la zona de camas de la estación de bomberos de la zona norte de Cali.

Salió a la zona común de los bomberos donde estaba uno de sus amigos levantando pesas en una camilla, un moreno de unos 25 años de cabello corto pero con una trenza larga y decorada con cuentas de colores que salía del final del corte de este, su cuerpo sudado, marcado y oscuro se movía a ritmo lento mientras se escuchaba algo de dubstep de una radio cercana.

-- Camilo pensé que irías de tragos con los demás – dijo el hombre sentándose en una mesa alejada del otro bombero

-- eso me aburre siempre Jhonatan – Correspondió el moreno rascándose un poco su barba de candado y  secándose el pecho desnudo con una toalla cercana, vestía los mismos pantalones que Jhonatan y las mismas botas, de su cuello grueso colgaba una cadena con unas chapas, demostrando que había formado parte de alguna fuerza armada de Colombia – además no podría dejar solo a mi querido y viejo amigo – dijo riendo mientras tomaba un sorbo de un termo cerca de la radio y bajaba su volumen.

-- muy gracioso negro – dijo Jhonatan arrebatando el termo del moreno y dando un sorbo identificando leche achocolatada, pero esta tenía un sabor algo amargo, seguro debía ser chocolate amargo, la mezcla que siempre preparaba Camilo cuando hacia ejercicio, le devolvió el contenedor para abrir el libro que se encontraba frente a él en la mesa, entre las páginas de este había un lápiz y una hoja en blanco donde se encontraba garabateado un dibujo de un chico de nariz redondeada, sonrisa calmada y mirada brillante, a pesar de ser solo un bosquejo se podía vislumbrar el sentimiento en él.

-- ¿aun sigues sin saber cómo terminarlo? – Le dijo Camilo mirando sobre el hombro de Jhonatan – se ve que es alguien a quien quieres mucho

-- sé cómo terminarlo… lo que no se es como… -- Jhonatan dejo la frase a medias mirando el dibujo y empezando a sentir algo de culpa por su proceder… tal vez si hubiera sido más valiente, se hubiera quedado junto a su chico… junto a una de las personas más increíbles que conoció, a pesar de solo haber tenido sexo con él, sentía que su conexión fue mucho más profunda espiritual, que carnalmente.

-- lo se Jhonatan, recuerdo bien cuando lo vi acá buscándote – el moreno se sentó al lado del maduro – aún sigo sin entender porque me dijiste que le dijera no existías en nuestro cuerpo – el moreno tomo el libro viendo la portada de este –

-- es algo complicado Camilo – dijo el hombre trazando suaves líneas para definir más el dibujo

-- pues es la primera vez que dices que algo es complicado – dijo el moreno levantándose y colocándose una camisilla sin mangas de color gris, sacando afuera las chapas del ejército que tanto le gustaba lucir

Camilo tenía razón y a pesar de que Jhonatan no lo consideraba así, en el interior le daba la verdad, él siempre se había considerado un hombre de gustos y decisiones simples.

Siguió dibujando mientras recordaba cómo había comenzado una de sus ideas más simples, el ser bombero.

Él siempre había tenido todo lo que quisiera, su padre es dueño de una empresa mediana y nunca escatimo en gastos en tener lo mejor para sus dos hijos, Jhonatan y la hermana melliza de este, ella aprovecho todo eso y es una exitosa doctora, en cambio Jhonatan a la edad de 22 años había cursado los primeros semestres de cuatro carreras, pero ninguna le satisfacía

Fue hasta cuando su padre aburrido le dejo a su suerte, el con simplicidad busco lo primero que se le pudo ofrecer, en ese entonces conoció a Camilo, y su convicción de enfrentarse al fuego por la vida de otros, así convenció al maduro a enlistarse al cuerpo de Bomberos Voluntarios de Cali, sintiéndose mucho mejor, dándose cuenta de que pelear contra incendios le llenaba mucho.

El resto de sus decisiones fueron siempre simples, basadas la mayoría de ellas en una moneda, una pequeña moneda de plata antigua que un tío le había traído de un viaje por Roma, la moneda hermosa y siempre pulimentada la lanzaba cada que tenía una decisión, si caía la cara de la diosa Minerva no aprobaba la decisión, pero si caía el caballo con el sol que adornaba la otra cara, la aprobaba.

Desde entonces y así era que escogía los caminos a seguir, siempre había sido así, dejando que la suerte escogiera en sus simples decisiones… lo mismo fue cuando conoció al pequeño caleño, a Duvan… Jhonatan siempre se había considerado Bisexual, le gustaba el sexo y las conversaciones con cualquiera de los dos sexos, pero nunca pensó en enredarse con un menor de edad, es posible que fuera eso lo que le asustara, que Duvan fuera menor de edad.

-- ¿pero desde cuando un chico a esa edad le interesan los libros? – se preguntó con desgana y algo de ironía, a esa edad los chicos de ahora solo le interesan los Smartphone, el Facebook y otras mamadas, resulto que se enredó con un menor de edad que si piensa

Pero más que eso, fue su cuerpo, su sentir, ese chico sí que le había vuelto loco, siguió dibujando, recordando cómo fue todo, le gusto, valla que le gusto, esa fogosidad, ese calor, era mucho más intenso que cualquier incendio, pero era tan placentero, quería sentirle, quería volverle suyo de nuevo, una vez más, y luego otra y otra, más que eso, quería que fuera solo suyo, nunca nadie, ni hombre ni mujer le había hecho sentir de esa manera, nadie había revuelto tanto su conciencia al punto de la casi locura.

Pero el miedo, el maldito miedo a lo que dirá la sociedad, tuvo que hacer lo que hizo, retiro su credencial de la biblioteca, le pidió a la bibliotecaria que dijera que nuca había llegado, y a su mejor amigo en la estación que le cubriera si llegara el chico, contaba con suerte de que Camilo entendiera su condición sexual, pero no que este le apoyara estar con el chico, pero el miedo, el miedo le paralizaba el proceder.

Seguía repasando las líneas ya formando un dibujo más definido, nítido y cargado de emociones, recordó cuantas veces había lanzado la moneda romana en cuanto a esa decisión y en toda las veces el caballo le daba la vía libre para seguir, pero el miedo, impedía realizar esa decisión, esa simple decisión.

Empezó a concentrarse más en el dibujo, recordando cada curva como la del cuerpo de su lindo chico, de cómo la fogosidad le invadía con cada trazo, recordando cada beso, cara caricia, cada senda recorrida de su piel, cada roce de algodón de las manos del pequeño lector, cada línea de fuego que sentía entre ambos, lidiar con ese chico era como enfrentarse a un incendio, era tan excitante, le llenaba de adrenalina, pero a la vez era tan placentero, jamás había sentido tanta plenitud desde que se enfrentó a su primer incendio en un hospital infantil.

Ese chico le incendiaba, le envolvía su cuerpo en llamas y le encantaba, se sentía quemado pero a la vez tan a gusto, tan placentero, le abrazaba estando así en llamas destrozando su ropa y envolviéndole en las lenguas de fuego mientras le besaba, le tomaba en sus brazos, le cargaba y el chico envolvía sus piernas alrededor del torso del mayos, este le hacía bajar despacio en su verga y ambos se fundían en  una unión llameante de carne, espíritu y sentimientos.

Siguió Jhonatan absorto en su dibujo mientras imaginaba la incandescente escena y se apretaba su miembro en su pantalón de kevlar, empezó a tocárselo mientras no dejaba el lápiz y seguía dibujando más y más en el papel, mientras su lápiz hacia fricción sobre la hoja y dibujaba, imaginaba todo ese desastre natural y la calma interna de lo que se forjaba en su mente y se mostraba en su miembro, que ya estaba afuera, que quería sentir la suavidad de las caricias de ese pequeño chico con alma llameante; Acaricio con dedicación su pene en sus manos rasposas deseando que sea Duvan quien las acariciara, que sea el quien les diera el cariño que tanto reclamaban, seguía dibujando y definiendo más el dibujo, imaginando como se unía y penetraba al chico envuelto en llamas y seguía masturbándose con suavidad, esa suavidad que le mataba, que le hacía crecer el morbo de una manera increíblemente alta, seguía dibujando ahora más rápido y con mas presión mientras seguía masturbándose, en su mente seguía bombeando su miembro en el culo del chico, mientras ahora no solo ellos estaban en llamas, se encontraban en un lugar consumiéndose en un incendio, donde libros volaban quemándose y perdiendo sus cuerpos de papel por la inclemente mordida de las llamas, pero ellos seguían en su acto de unión, seguían besándose con el fuego en las bocas, en sus miembros y el resto de sus cuerpos.

Las letras y páginas se perdían en cenizas, los escombros caían alrededor de ellos pero llegaban pronto al clímax, pronto a sentir el fuego dentro de ellos, cada vez más fuerte más caliente y sofocante, más placentero y en un último empujón, Jhonatan exploto en el interior del chico que le abrazo derramando el fuego liquido entre ellos, pero cuando Jhonatan le miro para besarle se encontró con una calavera en llamas que le grito tan fuerte que le despertó de su sueño.

El hombre reacciono levantándose de la mesa de golpe, sintió en su pantalón la humedad característica de una corrida, el sudor frio en su frente, vio en su mano el lápiz, que estaba partido, el otro pedazo yacía sobre la hoja de papel y el dibujo casi terminado, la punta de carbón estaba rota también, no entendía todo y todo estaba en silencio, hasta que este silencio fue apagándose gradualmente dejando paso a la bulliciosa sirena de emergencia, Jhonatan escucho su señal de acción y dejo el lápiz en la mesa junto al dibujo, corrió hasta el tubo deslizándose en él y llegando junto a los camiones donde tomo unos pantalones más grandes puestos en unas botas aún más grandes, se ajustó su equipo y se colocó el chaquetón a prueba de fuego, tomo su casco y se subió al camión donde varios de sus compañeros le esperaban.

La sirena de la enorme maquina aprueba de incendio rugió y emprendió camino mientras por medio de la radio recibían las ordenes de apagar un incendio poderoso en la Biblioteca departamental de Cali.

-- ya oyeron caballeros – respondió Andrade, un Chocoano con sonrisa nívea y fama de derribar las vigas incendiadas con sus puños que iba copiloto y recibía las órdenes del capitán Sierra, el veneco líder del cuerpo de bomberos – los miles de libros debieron de avivar las llamas con fuerza, así que debemos ser cuidadosos –

Jhonatan se estremeció al escuchar que la biblioteca estaba en llamas y recordó su pesadilla, esperando que solo sea una fantasía onírica, se ajustó su casco y tomo una de las hachas de mano colocándola en la espalda, Camilo le miro algo preocupado, puso su mano sobre el hombro de Jhonatan en señal de apoyo, este puso su mano sobre la del moreno sonriéndole, siempre contaba de que su amigo le ayudara en los incendios, los conocían en la estación como “el dúo a prueba de fuego” y demostraran una vez más ese apodo.

El titán rojo rugió a través de las calles pidiendo camino de los otros conductores que con pronta reacción les permitían vía, dos autos sonaron sus bocinas a manera de ánimo para los guerreros de los incendios, todos ellos vieron como el humo se acrecentaba en el cielo por sobre los árboles y demás edificaciones, pero, lo que se encontraron era algo mucho más poderoso de lo que pensaban.


Duvan se escondía del fuego tras la puerta de servicio, el reducido espacio que pudo encontrar contra las llamas, pero el humo se filtraba bajo la puerta y eso le estaba asustando, había intentado tapar la puerta con la camisa, pero era inútil, trataba de mantener la calma, pero el calor le hacía imposible ese proceder, aun así lo intentaba, repasaba mentalmente como paso todo.

Estaba con Iver hablando por teléfono, sintió un extraño olor a quemado y algo de calor, no lo había notado pero uno de los estantes estaban en llamas, se levantó encontrándose con el muro de fuego, intentando retroceder pero se encontró con que el fuego se había extendido rápidamente por el sector, y había ya incendiado la mayor parte de este, al ser el área más alejada se le hacía difícil pedir ayuda, y sus esperanza decayeron cuando oyó la alarma y a la gente alejándose, quedando el solo y atrapado en las llamas, pensó que el sistema de aspersores apagarían el fuego y se salvaría, pero en su vaga conciencia recordó una conversación casual con la bibliotecaria sobre el arreglo de los sistemas anti incendios de la biblioteca, que “hasta que no pase un incendio acá, no lo arreglaran” irónicamente él fue el que dijo esas palabras y ahora se encontraba encerrado en llamas.

-- carajo piensa… -- se dijo con aparente calma al ver como se llenaba el pequeño recinto de humo, hecho una ojeada a todo el lugar esperando encontrar algo que le ayudara a salir con vida de aquel infierno en el edificio, pero todo lo que encontraba no le serviría, busco de nuevo con su mirada crítica y termino divisando lo que parecía ser un equipo antiincendios.

-- si carajo! – exclamo triunfante al precipitarse a la caja, abriéndola, se encontró con un hacha, un extintor pequeño y una manta ignifuga, reviso el extintor con esperanza pero esta se desplomo al encontrarlo vacío, luego de un momento de desilusión miro la manta.

El pensamiento fugazmente se le cruzo por la cabeza, pero era demasiado loco y arriesgado que lo intentara, aunque, pensándolo bien lo que intento en ese mismo lugar hace seis meses también fue loco y arriesgado, tomo su camisa de debajo de la puerta, apenas la retiro el humo se coló espeso por debajo de la puerta llenado rápidamente la habitación, acto seguido coloco la camiseta y se tapó la boca con un pañuelo, luego tomo la manta y se la coloco alrededor y con un último pensamiento a Dios, abrió la puerta para encontrarse con el infierno.

Miles de palabras y textos morían inocentemente por las llamas, se asombró mucho pero la adrenalina le hizo dar un paso adelante, empezó a andar con cuidado entre el laberinto de rojo y amarillo, intento ir a gachas para que el humo no le afectara recordando, las explicaciones del simulacro de incendios de los bomberos, al recordar esta palabra Jhonatan se le vino a la mente, instintivamente miro hacia la zona donde estaría la esquina donde lo hicieron, viendo como era consumida por las llamas, sintiendo que lo único que le quedaba de Jhonatan era consumido por el mar candente de fuego y papeles quemados, una desesperación le invadió haciendo que se bloqueara, pero el crujir de una viga le hizo reaccionar mirando hacia arriba y lo último que contemplo cuando reacciono fue un trozo de escombro llameante.


Ok el que sea una biblioteca era de suponer que el incendio sería difícil ya que el papel de los libros avivarían las llamas, pero esto, esto estaba a otro nivel de incendio, las personas presentes vieron como el fuego crecía como una criatura viva y volvía naranja el cielo al final lo inundaba de negro por tanto humo liberado, el camión llego resonado su poderosa bocina haciendo que los presentes se dispersaran a lugares más seguros, los uniformados bajaron presenciado a la enorme criatura de llamas, sintiendo como si rugiera, luego del primer asombro empezaron a maniobrar acordonando el área para impedir que más curiosos se acercaran al desastre.

-- ¡¡he avemaría pues ombe!! ¡¡Esto si es mucho incendio!! – exclamo el Paisa, un antioqueño que se unió hace poco al cuerpo como conductor del camión, que ayudo a Camilo y a Andrade con el quipo

Armaron las mangueras aprovechando dos hidrantes cercanos, varios civiles se acercaron a ayudarles en todo lo que podían, todos estaban en movimiento, todos excepto Jhonatan que seguía mirando el poder llameante explotando todo en el edificio de la biblioteca

-- ¡¡Calderón!! – exclamo El Paisa llamándole para que le ayudara a abrir el hidrante, pero Jhonatan no reacciono al escuchar su apellido, por alguna razón la pesadilla recorría en su cabeza mientras contemplaba el incendio

-- ¡¡Jhonatan quiubo pues!! – Camilo le tomo por el hombro haciéndole despertar y rápidamente dirigirse a El Paisa ayudándole con el hidrante, empezando a disparar descargas de agua a alta presión hacia las llamas sofocándolas

El incendio alrededor del edificio se amenguaba, pero el interior aún seguía siendo un infierno, que amenazaba con crecer y acercarse a las otras edificaciones aledañas, debían terminar con el fuego, cuando el exterior estuvo un poco controlado, se acercaron para disparar hacia el interior, pero uno de los civiles les detuvo informándoles que adentro aun habían personas atrapadas.

-- ¡¡Mierda!! ¡¡Calderón y Molina, acompáñenme!! – Andrade tomo un hacha y corrió hacia la entrada con Jhonatan y Camilo tras el también armados de hachas, el haber escuchado que seguían civiles en la edificación en llamas le hizo acercarse más a su mal presentimiento.

De un solo golpe de hacha entraron por la puerta derribada hacia el edifico envuelto en llamas, miles de libros danzaban quemándose por todo el lugar, los tres hombres empezaron a moverse rápidamente entre los estantes quemados y los montones de volúmenes reduciéndose a cenizas, encontraron a dos civiles tras unas vigas en llamas, Andrade lanzo un golpe de hacha apenas astillando las vigas, sin más puso su hacha en la espalda y retrocediendo dio un golpe fuerte rompiendo una viga, Jhonatan y Camilo ya lo habían visto antes realizar la hazaña pero nunca dejaban de sorprenderse cada vez que la veían.

El chocoano tomo a una civil y Jhonatan tomo al otro, empezaron a sacarles teniendo cuidado y con Camilo  yendo al frente por si debía derribar algún escombro, salieron rápido y volvieron a entrar para buscar más civiles, encontraron a la bibliotecaria atrapada bajo un librero y libros en llamas, había tenido la suerte de que el equipo anti incendios cayó cerca de ella y mantuvo a raya las llamas, al acercarse un estante estaba cayendo recibiéndolo rápidamente Andrade para evitar que los aplastara, mientras Camilo y Jhonatan se acercaron a la Bibliotecaria para salvarle, esta reconoció a Jhonatan y se alegró de verle, este la saludo y calmo para poder sacarla, Camilo levanto a punta de fuerza el pesado librero y Jhonatan intento sacarla con rapidez.

Pero una viga caía y casi golpea a Camilo, de no ser porque Jhonatan rápidamente tomo el hacha y corto la viga rápidamente antes de que cayera, Camilo que aun sostenía el librero le sonrió bajo la máscara, Jhonatan tomo a la Bibliotecaria rápidamente sacándola y cargándola en brazos, mientras que Camilo ayudo a Andrade a librarse del otro librero, los tres bomberos rápidamente salieron del incendio con la mujer en brazos.

-- ¡Sofía! – Exclamo el bombero bajándola en el camión – ¿estás bien linda? –

-- ¡¡oh Jhonatan que bueno verte!! –le abrazo como pudo entre tos – estoy bien querido, gracias a ti –

-- qué bueno, al parecer eras la última – sonrió Jhonatan pensando que la pesadilla solo era eso… un mal sueño y nada mas

-- si… -- la mujer empezó a mirar en todas partes, desesperándose cada vez más – oh no… -- la mujer palideció

-- ¿qué sucede? – le miro preocupado

-- Duvan… -- Sofía le tomo de los hombros desesperada -- ¡¡Jhonatan, sigue un chico adentro, se llama Duvan!! –

El hombre palideció al escuchar ese nombre, sin más que decir corrió hacia el incendio de nuevo, tomando un extintor de mano y un hacha, se lanzó a las lenguas de fuego de nuevo, dejando atrás el grito de Camilo intentando detenerle y los escombros tapando la única salida.


El chico despertó en medio aun del incendio intento moverse pero un dolor punzante le hiso desistir de su intento, miro como su pierna estaba atrapada por una viga en llamas y le estaba quemando la piel, este rápidamente intento zafar el pie a pesar del dolor, pero la viga era demasiado pesada y solo se hacía más daño del que ya tenía, llorando pensó que iba a ser su final.

No supo si fue suerte o algo así, pero un extintor rodo a su mano, este lo tomo y reviso, comprobando que estaba cargado, rápidamente retiro su seguro y apago las llamas que le lastimaban, dejando su pie al menos libre de las llamas, pero seguía atrapado por la viga, aun con el extintor intento apartar las llamas de alrededor, pero estas seguían avanzando, intento aún más esperando que alguien lo encuentre, aunque internamente lo dudaba, recordó que todos los que estaban se fueron apenas escucharon la alarma de incendio.


Jhonatan combatió contra las llamas esperando encontrar a su chico, a esto se refería el sueño, pero no lo permitiría, no dejaría que termine así, el final de todo esto debe ser diferente, salvaría a Duvan, cuéstele lo que le cueste, busco por todo el edificio oh hasta donde le podían las llamas y el derrumbe, aun así se las arreglaba para sortear cualquier obstáculo, peinando todo el destrozo de las llamas en busca del muchacho, pero no lo encontraba, donde quiera que buscaba no encontraba al chico, debía darse prisa y sacarle antes de que el edifico cayera o que decidieran apagar el incendio de adentro, si lo hacían la estructura se rompería y caería sobre ellos.

El hombre se estaba desesperando ya, debía encontrarle, tenía que encontrarle, rápidamente recordó, donde podría estar, corrió al lugar más alejado, el lugar donde el incendio se concentraba, rompió un par de estantes y salto otros dos…

Y lo encontró… estaba hay… desplomado… con los ojos cerrados…

Se acercó a Duvan, le toco el rostro, al lado de él había un extintor vacío, al parecer conto con la misma suerte que Sofía, le movió para ver si seguía consiente, pero este no reaccionaba, Jhonatan sintió como se le cerraba la garganta al verlo aun sin moverse…

El joven abrió los ojos, sintiendo que le movían abrió los ojos poco a poco y le sobrevino un acceso de tos por el humo, vio al frente y se encontró con una figura cubierta de un traje marrón y un casco, tenía un hacha en una mano y estaba cerca de él, le reconoció como un bombero, feliz intento moverse pero la viga se lo impidió, el bombero vio la reacción y rápidamente dio un hachazo a la viga rompiéndola y liberando al chico, este intento levantarse pero la herida de la pierna se lo impedía.

-- no… puedo… -- le dijo tomándole del hombro – mi… pierna… --

Jhonatan vio la herida y rápidamente saco un vendaje rápido de su chaqueta, lo humedeció un poco con agua que tenía en una cantimplora y le dio de beber a Duvan para que se recuperara un poco, envolvió el vendaje húmedo alrededor de la herida para que fuera tratada pronto

-- Duvan – llamo Jhonatan al chico, este le miro, el hombre se quitó el casco y el muchacho se sorprendió al ver a su bombero hay salvándole, haciendo su labor – mantente despierto – Jhonatan le puso el casco y lo cargo en sus hombros a caballo, para que la manta que tenía Duvan los cubriera a ambos, le entrego al chico el extintor que el tenia aun con carga y emprendieron la huida rápidamente.

Sorteando rápidamente todo el laberinto de fuego avanzando rápidamente hacia la salida, el edificio se caía más rápido esta vez, seguro que ya estaban lanzando las descargas de agua, Jhonatan corrió lo más que podía sus piernas entrenadas para los destrozos, saltando, deteniéndose, rodeando, Duvan le apoyaba lanzando descargas con el extintor para mantener las llamas a distancias de ellos, en un momento llegaron a la salida, pero esta se encontraba tapada por escombros, Jhonatan pateo dos veces pero era imposible, no tenía la fuerza suficiente y con Duvan arriba mucho menos podría lograrlo.

-- inténtalo – dijo el chico bajando de la espalda y tomando el hacha – cárgame en tus brazos retrocede y toma carrera –

Jhonatan obedeció aun sin comprender el porqué, tomo a su chico en brazos y retrocedió lo más que le permitía el camino, Duvan en brazos del bombero tenía el hacha preparada para asestar un golpe, pensaba que era una locura pero por alguna razón sabía que funcionaria.

El hombre se lanzó rápidamente, corriendo a todo lo que podía gritando lo más que podía, en el último momento Duvan con un grito asesto un golpe a la puerta y esta cedió por la fuerza del empuje de la carrera, ambos precipitándose afuera del infierno justo antes de que el edificio cayera en llamas.


El chico se encontraba recibiendo ayuda médica, Jhonatan seguía a su lado mientras los paramédicos atendían su pierna quemada, en tanto Duvan seguía tomando aire de un tanque que le facilitaron para poder limpiar sus pulmones de tanto humo nocivo.

-- estarás bien muchacho – dijo la rubia paramédico luego de atenderle, a Duvan se le hizo gracioso que una rubia supiera tanto siendo siempre que ellas no sabían mucho, pero se encontró que estaba usando un tonto estereotipo que quedaba mal

-- muchas gracias señorita – respondió el joven con la respiración baja por la inhalación de humo

-- de nada chico – sonrió y luego vio al bombero – eres alguien valiente Jhonatan, bien hecho – agradeció al bombero que obviamente le conocía

-- gracias a ti por atenderlo Lisa – dijo con una sonrisa

La rubia los dejo solos para atender a los otros heridos y ambos, chico y hombre se miraron fijamente, tanteando con cuidado el terreno, se miraban con sentimientos mesclados sin saber que decir, eran demasiadas emociones agolpadas en los cuerpos de ambos, tantas que se habían quedado sin habla.

Justo en el momento en el que ambos iban a hablar Camilo apareció agarrando a Jhonatan del cuello de la chaqueta ignifuga

-- eres un idiota o que??! – le increpo furioso – como mierda se te pasa por la cabeza lanzarte asi a semejante infierno!!

-- esto, Camilo... yo… -- Jhonatan intento explicarse pero el moreno le cayó con más improperios en los que destacaban la poca falta de buen jucios en tre alguna que otra grosería o insulto.

-- oye tú!! –

Camilo dejo de mirar a Jhonatan para averiguar quién reclamaba su atención, el chico lo miro con desafío sin decir una palabra, y Camilo vio la razón por la cual Jhonatan se enfrentó al incendio, miro a su compañero y suavemente soltó su agarre para abrázalo, el joven los miro sorprendido y el abrazado se sorprendió aún más por el proceder del moreno, este sin medir palabras soltó a Jhonatan y luego se acercó al muchacho, con cuidado por el estado de este le abrazo, Duvan enrojecido correspondió al abrazo, y luego escucho un susurro de Camilo.

Sonrió por lo bajo alegrándose de lo que le dijo.

Camilo se separó del joven volviéndose a acercar a Jhonatan, le dio un coscorrón fuerte en la cabeza

-- ten más cuidado la próxima – dijo retirándose

Jhonatan le miro alejarse y luego miro a Duvan, este le correspondió la mirada, luego se corrió a un lado y palmeo el lugar a su lado en la puerta de la ambulancia, el bombero obedeció y se sentó a su lado, viendo todas las maniobras de todos que terminaban de apagar los vestigios del potente incendio de la biblioteca.

-- fueron muchos libros inocentes que murieron – dijo el joven mirando todo, el bombero solo asintió con la cabeza

-- Duvan yo… -- intento comenzar

-- no digas nada – dijo el chico interrumpiéndole – debo irme ya – dijo tomando su celular que había estado todo el tiempo a salvo en su bolsillo, al parecer no había sufrido daño alguno, marco un numero y llamo esperando pero sin poner el aparato en su oído

Al instante Jhonatan sintió una vibración en su pecho reconociendo su celular, lo saco mirando un número que no conocía

-- ese es mi número, yo te contactare – dijo marchándose sin decir nada

El bombero se quedó estático mirando la llamada perdida en la pantalla de su celular, luego de un momento de vacilación agendó el número en la memoria del teléfono y miro como el chico se alejó con paso seguro, sin poder detenerle.

-- ¡Calderón! – Jhonatan exclamo al escuchar su apellido y se acercó a El Paisa que estaba junto al hidrante, se acercó a él ayudándolo, sin perder la vista de Duvan.


-- ¿iras a verle? – pregunto Camilo acostado en su cama al lado de la de Jhonatan, vestía solamente una pantaloneta suelta ya que hacia una calor algo fuerte esa noche.

Jhonatan solo asintió mirándose al pequeño espejo sobre la cama de ambos, vestía una camisa manga larga de color vino tinto metida bajo los jeans oscuros y zapatos negros de punta cuadrada.

-- ¿y el capitán si te dejo salir? – pregunto de nuevo el moreno, luego de su acto de héroe, Andrade debía dar su reporte e irremediablemente el capitán Sierra le sonto más de un “conchaetumadre” por poner en riesgo su vida, pero el hecho de haber salvado a Duvan hizo que se suavizara, pero debía hacer servicio comunitario por su insensatez

-- tuve casi que besarle el culo para que me dejara salir cuando recibí el mensaje de Duvan – dijo revisando de nuevo su teléfono, mirando el mensaje donde decía una dirección y una hora, luego de un mes completo de no saber de él, no sabía su dirección y no contestaba sus llamadas, tampoco sabía dónde encontrarlo, ya que el lugar que se le ocurría había sido consumido por las llamas.

-- valla – exclamo Camilo cruzando sus brazos tras su cabeza resaltando sus músculos entrenados

-- Camilo… crees que… --

-- estarás bien – respondió el moreno cerrando los ojos – ahora no hay nada que te lo impida creo – dijo aun con los ojos cerrados

-- es posible… -- dijo Jhonatan mirándose al espejo, encontrándose con su mirada azulina, una mirada que le devolvía algo de temor, pero unas ganas increíbles de ver a Duvan, de ver a su pequeño

-- vete ya – dijo Camilo golpeándole en el brazo para que se diera prisa, solo le quedaba una hora, y el lugar del encuentro era casi saliendo de Cali

-- ok, Camilo – el nombrado abrió los ojos – Gracias – le dijo Jhonatan sonriendo, el moreno solo sonrió y volvió a cerrar los ojos

El bombero salió de la estación despidiéndose de El Paisa que estaba sentado en la entrada del estacionamiento de los camiones tomando un café, el compañero le elogio por su elegancia y Jhonatan se rio subiendo a un taxi para llevarle a ver a su chico.

En todo el trayecto, Jhonatan pensó en todo lo que seguro hablarían, en todas las explicaciones que debía dar, en cómo le hizo para evitarle, y por qué lo hizo, sintió como todo se agolpaba a forma de nudo en su garganta, intento tranquilizarse viendo las luces de Cali durante la noche, era de las muchas cosas que lograban calmarle, ya un poco más tranquilo vio como cada vez se alejaba del casco urbano y se acercó al lugar al mirador Sebastián de Belalcazar, que increíblemente a esa hora de la noche se encontraba con poca gente.

Sintió un poco de ese horrible sentimiento, el miedo, se quedó mirando por la ventanilla el mirador con la estatua del conquistador apuntando a algún objetivo en específico.

-- ¿compa se baja o qué? – dijo el taxista mirándole, un hombre seguro en los 50 años con barriga prominente y calvicie incipiente

El bombero estuvo por decir que volvieran, pero recordó algo, busco en su billetera y saco su moneda, la miro con detenimiento y cerrando los ojos la hizo girar en el aire, al atraparla abrió los ojos y miro el resultado, con una sonrisa bajo del taxi, le pago al conductor dando las gracias y buenas noches y se dirigió hacia su encuentro echando en su bolsillo la moneda con un resultado negativo.

Jhonatan se acercó al lugar mirando lo vacío que estaba, le extraño eso ya que el mirador solía estar lleno de personas a esta hora, pero estaba extrañamente desolado, una que otra pareja rondando tomada de la mano pero nada más de eso, se acercó a la estatua y se apoyó bajo esta como decía el mensaje, y espero, pero no fue tanto cuando su celular sonó en un mensaje, cuando lo leyó se acercó al borde de la plazoleta y miro por debajo, mirando a Duvan, vestido de una camiseta polo blanca y pantalones marrones con mocasines, sobre una manta de a cuadros roja, al lado de este una canasta y un cubo pequeño con una botella de algún licor.

Jhonatan le miro y este a él, luego el bombero bajo la escalinata para acercarse al lugar donde estaba el pequeño, cuando estuvieron frente a frente el joven le tomo de la mano y le hizo sentar a su lado y con el silencio entre ambos, el silencio que les envolvía y que alguno de los dos debían romper de alguna manera.

-- Duvan… mira yo quería…--

-- ¿tenías miedo verdad? – dijo el chico interrumpiéndole

Jhonatan trago grueso al escuchar hablarle justo al clavo, justo en el pensamiento que le impedía verle, el que le mataba la conciencia todos los días, en los que hicieron falta 7 meses para poder vencerlos y estar hay con él, sintió un deseo irremediable de gritar todo, de soltar todo, pero al parecer no hizo falta cuando el pequeño recostó su cabeza sobre su hombro, le miro detenidamente  y este le miro a él, luego de todo este tiempo separados se acercaron detenidamente y se unieron en un beso.

Un beso que hizo que todo lo que quería contar desapareciera, que todo lo que quería contar ya Duvan lo supo, lo presintió y lo dijo todo en ese beso, todo el trabajo que paso buscándole, toda la locura que vivió por intentar dar con él, todo lo que tuvo que soportar de parte de su mente pensando que era su culpa, sintiendo eso Jhonatan dejo escapar una lagrima que el mismo Duvan borro de la mejilla del bombero, luego de eso este se dejó caer sobre la manta con el chico aun encima suyo, aun sin despegarse de los labios, aun sin terminar esa conversación muda en sus bocas.

No eran necesarias las palabras, nada más que las caricias y los besos se hicieron presentes en esa noche estrellada, iluminada por luces, arropada por el ambiente lleno de los sentimientos de dos corazones que estaban a punto de explotar con sus cuerpos, que están a punto de colisionarse en un choque estrepitoso de sentires, comenzando todo cuando el primer botón de la camisa de Jhonatan estuvo suelto.


Los cuerpos se encontraban repasándose nuevamente, las camisas estaban ya lejos de esos torsos desnudos que se tocaba mutuamente mientras las bocas sentían todas esas emociones que se cruzaban, luego de separarse Jhonatan contemplo el cuerpo Duvan, que le miraba sonrojado y excitado, una sonrisa se dibujó en los labios del Bombero y deslizo su mano por todo el torso del chico, este sintió de nuevo esas caricias raposas que tanto le encantaban, que tanto le hacían suspirar, por las que estuvo buscando y pidiendo todo este tiempo, el bombero sin más se levantó acercando su boca a la piel del chico sintiendo su calor y empezando a saborearla, morderla, lamerla, marcándola como suya.

El chico sintió todo ese deseo de posesión, se decían todo sin usar una palabra, sin usar la “efimeridad” de las letras sentía todo, y quería más, más de ese sentir, más de ser de Jhonatan, con sus manos sintió la fuerte espalda que lo cargo en medio del infierno que vivieron hace un mes, le éxito tanto pensar que estuvieron de esa manera, en medio del infierno y aun así salieron victoriosos juntos, eso le hizo pensar en lo que desea, y en lo que Jhonatan desea, pero no había que decirlo, no había que arruinar el momento usando vanas palabras de amor, no, el mismo acto diría todo.

Y asi fue, como ambos siguieron con su conversación, sin una sola palabra, solo sintiendo sus pieles y sentimiento en las caricias rasposas y delicadas, en los besos fogosos, en el sentimiento de estar juntos.

Jhonatan empezó a deshacerse de las siguientes barreras de ropa dejando a l chico desnudo bajo el, Duvan le miro, se veía tan grande sobre él, tan imponente, pero aun así tan frágil y tan necesitado de guía; Jhonatan veía los  ojos del chico, veía en él una madurez implacable, a la vez una inocencia tan delicada y un hambre increíble por conocer del mundo y la vida, quería que le guiara por ese camino, pero primero debía hacerle suyo para eso.

El bombero bajo para empezar a lamer el miembro del chico, arrancando sus gemidos que sin pudor alguno hicieron que cortaran el silencio del lugar, esos gemidos que elevaron la perversión de Jhonatan, que redoblo su esfuerzo de hacerle sentir a gusto a su pequeño erudito, empezó a repasar su dedo ensalivado por el culo de Duvan, para empezar a abrirle con este, el pequeño solo se dejaba hacer con tanto placer, lo único que hacía era gemir con fuerza por todo ese placer junto.

La lengua de Jhonatan volvió a recorrer ese cuerpo y a besar esos labios con deseo y placer, de seguir conversando con él en ese acto de entrega completo, en el que ahora el joven llevaba la palabra mientras mamaba con ahínco el miembro del bombero, sintiendo ese calor fogosos que es incomparable a los incendio que el dueño de esa verga enfrenta, luego de todo eso seguir degustando ese cuerpo anti desastres que le encantaba, sentir ese olor corporal le mataba y esos gemidos tan varoniles de Jhonatan le arrastraban a lo más profundo de la lujuria, pero esto seguía siendo una conversación, una plática de sentimientos, de entrega, de amor.

Y en la unión se consumó todo, cuando ambos se sintieron uno solo de nuevo, volviendo a sentir ese placer, Jhonatan volvió a sentir ese interior que le apretaba esa unión carnal, espiritual, celestial, que le hacía ser de la posesión de Duvan y ser de el al mismo tiempo, una entrega mutual y poderosa, ese vaivén que se sintió entre ambos los fusionaba, sus corazones latían al mismo compas, un compás lento, un adagio de estos sentimientos completos y fuertes; Solo se escuchaban gemidos, nada más ni palabras, ni peticiones, solo los gemidos de ambos en el acto, no había folladas locas, nada de penetraciones salvajes, era algo parecido al sexo tántrico, pero sin nada de esas pendejadas de respiraciones ni de penetrarse a la mitad o algo así, era un acto lento, tierno, con sentimiento, pero cargado de morbo y de placer.

Jhonatan le tomo de la espalda aun sin separarse de él y le apoyo contra el muro y siguió penetrándolo, manteniendo sus piernas levantadas con sus brazos y Duvan sosteniéndose del cuello fuerte del bombero, sin perder ese ritmo placentero y delicado, sin dejar de desconectarse espiritualmente y caer en lo meramente carnal.

El delicado movimiento se aceleró sintiéndose esa compenetración tan grande en ambos pero no dejaba de ser delicado, ese movimiento semi-acerado les estaba acercando a ambos a la liberación de sus sentimientos, a la unión total de sus seres, y en el último momento ambos susurraron al tiempo esa palabra que elevaba alto, y que podía dejarte caer muy bajo.

-- te amo –

Y ambos se corrieron soltando sus espíritus que se besaron sobre sus cuerpos carnales, y en esa estrega, todo miedo, locura, prejuicio, quedo atrás y solo quedo lo que ambos sentían por el otro.


-- ¡jajajajaja increíble! – grito una voz costeña al otro lado de la línea, Duvan tuvo que apartar el teléfono de él y Jhonatan para que el grito no los dejara sordos

-- ¿porque debes gritar siempre? – pregunto el pequeño caleño a su amigo de Valledupar, el bombero solo reía por conocer a ese chico loco del que habla siempre su pequeño erudito.

Ambos estaban en la estación, en la cama de Jhonatan, la habitación estaba sola y estaban compartiendo tiempo juntos llevando ya tres meses de conocerse y uno de ser novios, sin importar lo que dijeran todos, en la estación ya todos conocían al novio de Jhonatan y se llevaban muy bien con él, incluso el capitán Sierra, que era alguien muy costumbrista, tuvo que admitir que era una muy linda pareja.

-- es que todo lo que me cuentas es increíble jajaja – exclamo Iver, y pensar que el muy malvado de Duvan no le dio noticias de nada de eso, se lo tenia bien guardado el muy pendejo

-- bueno, lamento no habértelo dicho, debía pensar bien todo sabes? – dijo Duvan recostando su cabeza sobre el pecho de Jhonatan y este le dio un beso en la frente

-- ¿óime’ tu bomberito, le hiciste pasa’ bien mal sabe? – exclamo Iver recordando esos 6 meses de locura de Duvan por encontrarle

-- ya dije que lo siento Iver en serio – dijo Jhonatan apenado por haberle hecho pasar por tanto su pequeño – es solo que… --

No pudo terminar porque Duvan le beso para callarle, tan sonoro que Iver escucho a través del celular

-- ¡¡¡qué lindo!!! – exclamo el costeño al escuchar el beso

-- mira debemos irnos así que hablamos después manito – dijo Duvan para despedirse

-- Vale manito, te quiero mucho – dijo Iver eufórico – cuídense –

La llamada se cortó dejando a bombero y civil mirándose uno al otro, para luego besarse, para sentirse una vez más y entregarse por tercera vez en ese día, y que será siempre así en otros a días, de ahí en adelante, sin notas, sin locuras, sin miedos.

Y para todo eso, hizo falta, solo un incendio.

NUNCA DE DE CREER, NUNCA DE SOÑAR, NUNCA DE VIVIR...

Minos