Solo tu- 3 semanas
Juan y Nuria,deben decidir si empezar su historia de amor, o dejarlo todo atras.
Después de dejar a sus padres en el aeropuerto y despedirlos, nos fuimos directamente a casa.
Juan estaba tenso, puede que intentara que ella no lo notara, pero no era algo fácil de disimular.
Cuando llegaron a casa, Juan se fue directamente a su habitación.
Nuria se preparó un sándwich, se puso unos shorts y se fue a ver un rato la tv. Se estaba quedando dormida cuando oyó como Juan, bajaba los peldaños de la escalera y se sentaba a su lado, exhalando un largo suspiro.
- Niña yo - se frotó los ojos, intentando encontrar las palabras adecuadas- No se lo que me paso antes yo debí haberme controlado, y no lo hice, no tengo perdón. Discúlpame pequeña - dijo agarrándome las manos y poniéndolas sobre su regazo.
- Juan tengo algo que decirte Llevo mucho tiempo viéndote como algo más que el mejor amigo de mi padre - cuando vio la cara de desespero de él, apretó con mas fuerza su mano- Por favor, escúchame, yo te amo. Llevo amándote desde hace seis años, cuando me curaste la rodilla después de haber caído del columpio y no me reprochaste que me habías advertido antes. Solo me alzaste entre tus brazos, me llevaste hacia el baño y me curaste mi rodilla mientras cantabas tus canciones de Johnny Cash.- reí cuando el esbozó una de sus sonrisas picaras- Ya sé que esto está mal y que si mis padres se enteraran pondrían el grito en el cielo pero yo - Cerré los ojos y apoyé mi frente sobre su regazo- Te amo tanto Juan, ninguna mujer puede haberte amado más que yo, y ninguna nunca lo hará.
Juan puso su mano bajo mi barbilla y me obligó a alzar la cabeza para mirarlo a los ojos. Suspiró y finalmente apoyó su frente sobre la mía.
- Niña yo sabes que te quiero mucho, eres mi pequeña y siempre lo serás pero esto no puede ser nos separan mas de 20 años de diferencia y por no hablar de lo que dirían tus padre si se llegarán a enterar de lo nuestro -dijo en voz baja.
- Pero a mi todo eso me da igual, yo solo quiero saber si tu me amas, no importa la edad eso son solo números sin importancia, por favor eres tu, tu eres el
- ¿ El?- pregunto sin entender.
- Si, ¿recuerdas los cuentos que me contabas de pequeña? Cuando la chica veía al príncipe por primera vez y se enamoraban mutuamente solo con la mirada solo en esa pequeña fracción de segundo, todas las terminaciones nerviosas de su cuerpo cobraban vida y se llenaban con ese extraño sentimiento llamado amor ¿lo recuerdas? Tú me los contabas
- Lo sé niña lo sé pero - suspiro dándose por vencido- no voy a negar que te quiero pequeña, pero tampoco voy a ilusionarme con esto, se que es difícil y que podríamos salir muy perjudicados de esto
- Pero si no lo intentamos no lo sabremos, siempre me has dicho que luche por lo que quiero, por mis sueños asi que voy a luchar por esto, por ti, por nosotros nuestro amor se que puede con todo lo que se le ponga por delante es puro Te amo Juan
Juan la miró y finalmente, levantándola, la colocó sobre su regazo y la abrazó como si fuera su ancla en medio de un mar embravecido
- Mi niña Te amo mucho pequeña pero este sueño solo puede durar tres semanas .tenemos tres semanas para vivir nuestra historia .tres semanas- dijo mientras depositaba dulces besos en la sien, la mejilla, las cejas .de ella.- después, todo deberá terminar por nuestro bien y por el de tus padres
Me quedé mirando a mi único amor y sonriendo le dije:
- ¿Pues entonces deberíamos aprovechar estas tres semanas no crees?
Juan sonrió y finalmente, puso sus labios sobre los míos, y nos fundimos en un beso lleno de amor y pasión.
- Te amo niña Te amo mucho
Volvimos a besarnos, esta vez con más pasión.
- Vamos a dormir peque mañana será un nuevo día
- ¿Serás lo primero que vea al despertarme?
Juan sonrió y asintió con la cabeza. Me levantó en volandas y subió las escaleras conmigo en brazos.
Cuando llegamos a la habitación de invitados, me depositó suavemente sobre la cama y se tumbó a mi lado. Acomodé mi cabeza en el hueco de su hombro, que se adaptaba perfectamente a mí, y deje que su aroma me envolviera hasta caer en un dulce sueño.
Lo último que escuche antes de adentrarme en el mundo de los sueños, fue a Juan besándome en la cabeza y diciéndome lo mucho que me amaba.
Tenía razón Mañana seria un nuevo día y debíamos aprovecharlo al máximo.