Solo sexo en el motel

Te monto y así controlo mi placer, penetro con tu pene mi vagina a mi gusto, unas veces profundo, entra toda, en otras ocasiones solo penetra el glande, las sensaciones son muy placenteras.

Solo sexo en el motel

Te cabalgo como una poseída, te monto y así controlo mi placer, penetro con tu pene mi vagina a mi gusto, unas veces profundo, entra toda, en otras ocasiones solo penetra el glande, las sensaciones son muy placenteras, me muevo lentamente y de repente rápido; mis tetas se bambolean con los movimientos. Te inclinas y prendes tus labios en mi pezón derecho, oscuro y grande, mientras que con una mano acaricias y estrujas mi teta izquierda, con tú otra mano juegas con mis nalgas, pasas la yema de tu dedo índice por la entrada de mi ano, mientras amenazas con introducirlo, das un lametón a mi pezón u pellizcas levemente mi teta, al mismo tiempo introduces una falange en mi culo. Se dibuja una sonrisa en mis labios, cierro mis ojos y gimo.

Ahora mis movimientos son circulares en tu verga, la tengo toda introducida y me acaricio mi clítoris y mis gemidos cada vez son más fuertes; para estos momentos tengo dos de tus dedos introducidos en mi ano y empiezas a follar mi culo con ellos. Muerdo mi labio inferior, siento el placer, sigo con mis movimientos circulares sobre tu falo, tu inicias un mete y saca leve dentro de mi vagina.

Hemos perdido la noción del tiempo desde que empezamos a fornicar -- si los dos sabemos que solo es sexo, no me interesa nada sentimental contigo, yo sé que tu quieres que formalicemos nuestra relación, pero lo único que me interesa de ti es el sexo y lo sabes -- Creo que llevamos como media hora desde que entramos al motel, un lugar de paso, no muy elegante pero cumple su función.

Tratas de girar tu cuerpo, para que yo quede abajo, pero tus intentos no logran su objetivo, me gusta estar arriba y controlar los movimientos, tener el control de mi placer y de tu placer, en el forcejeo se sale tu pene de mi vagina, entonces te empujo con una mano y quedas totalmente acostado, rápidamente me recorro hasta que mi rajita húmeda queda cerca de tu boca, sacas tu lengua y con la punta acaricias mi clítoris, siento una descarga eléctrica y continuo con mis gemidos, después ya no solo es la punta, es toda la lengua, recurre toda mi rajita; con tus dedos abres mis labios mayores y mamas los labios menores.

Estoy en la gloria, mis gemidos se escuchan muy fuerte, apuesto que se escuchan en todo el motel, me estas dando mucho placer y pienso que no debo de ser egoísta. Me levanto, tu te extrañas, pero luego comprendes mis intenciones; me volteo y vuelvo a poner mi coñito en tu boca, me inclino, retiro el condón que traes puesto, entonces lamo la punta del glande, tomo con una mano tu gruesa verga, la manipulo unos instantes e inicio algunos lametones por la cabeza de tu pene, luego hago con mis labios una O y me meto tu glande y empiezo a bajar y subir mi cabeza, parece como si estuvieras follando mi boca. No podía esperar menos de ti, sé que sientes un gran placer con mi mamada, pero sigues dándome lengua en mi vagina, que te baña la cara de mis flujos.

Estoy consciente de que ya no vas a aguantar mas, ya llevamos mucho tiempo y conozco cuando te vas a correr, porque haces unos pequeños gemidos, no quiero tragarme tu semen, sabes que me disgusta, pero a ti te gusta que me los beba, así que solo masturbo tu verga y tu glande solo queda a unos centímetros de mi cara, no me agrada el sabor del semen, pero si me excita sentir los chorros de leche en mi cara y tetas.

Doy las ultimas meneadas y se disparan grandes chisguetes de semen blanco y espeso, puedo apreciar que tenías semanas sin eyacular; el semen cae en mi frente, mejillas y en mi barbilla cerca de mis labios; mientras tu te corres vuelves a probar tu valía y aunque estas teniendo un orgasmo brutal, sigues lamiendo mi coño, son lamidas violentas que me matan, yo también me voy a correr, pocos segundos después de terminar de eyacular, yo obtengo mi orgasmo, con descargas eléctricas en todo mi cuerpo, que recorre mi columna hasta llegar a mi vagina, arqueo mi espalda y grito muy, pero muy fuerte, dejo todos mis fluidos en tu boca, a ti si te gusta beber mis líquidos.

Nos tiramos unos segundos, después me bajo de ti y tu te incorporas junto a mí, me empiezas a besar y lamer los labios, entre esas caricias empezamos a probar nuestros propios fluidos que se depositaron en nuestras caras. En el faje que ha iniciado logras colocarte encima de mi y logras abrir mis piernas y colocarte entre ellas, mientras sigues acariciando mi cabello castaño oscuro y besas mi cuello y mis labios, a veces bajas un poco más y le das lametones a mis tetas.

Sé que me quieres follar en la posición del misionero, así que te intento quitar de encima de mi, pero por el orgasmo anterior mis fuerzas flaquean, tu aprovechas y me tomas de las manos y las sujetas fuerte, cuando separas un poco la cabeza de la mía te veo a los ojos y sonrío maliciosamente, sé que te gusta controlar y mandar y llevar la iniciativa, pero conmigo nunca has podido, eres mío, pero yo no soy tuya; así que te permito que me lo hagas así, para que creas por unos minutos que te pertenezco, nada más lejos de la realidad, por eso mi sonrisa maliciosa.

Además de que te permito que lo hagamos la del misionero porque te acabas de correr y tardaras más en volver a eyacular. Te exijo que uses preservativo, dudas un minuto porque piensas que es un ardid mío, que cuando me sueltes ya no me voy a dejar, pero entonces cierro mis ojos y me sujeto de los barrotes de la cama y sonrío nuevamente, así que rápidamente tomas un condón de la mesita y lo colocas lo más rápido posible en tu verga. Estas ya desesperado y me vuelves a sujetar las manos y te colocas de nuevo en la entrada de mi panocha mojada.

Comienzas a introducir tu cabeza y me besas los labios... mi vagina se abre para aceptar el miembro, cuando llevas la mitad aprieto mis labios vaginales, das un pequeño gemido, entonces empiezas a moverte, yo aprieto y suelto mis músculos y poco a poco va entrando hasta que toda mi vagina le da alojamiento a todo tu trozo de carne.

Con una mano sujetas mis brazos, al mismo tiempo con la otra mano tratas de acariciar mis nalgas, finalmente se posa en mi espalda baja ya que al arquearme por el placer se hace un espacio y me abrazas. Levanto mis piernas y coloco mis talones en tus nalgas, de esa forma, entra toda tu verga en mi coño y aprieto tu cuerpo al mío con mis piernas; es en estos momento cuando agradeces el ejercicio que hago y que me permite tener mucha elasticidad y buena condición física.

Bombeas y bombeas y yo gimo y grito de placer, acepto que me gusta tener sexo contigo, pero no te lo digo. Ya nuestros movimientos son frenéticos, llega un momento en que me pierdo y me siento en las nubes, pero de repente te sales de mí, yo estoy desconcertada y con voz entrecortada te pregunto. -¿Qué pasa? Me dices que quieres culearme. Hoy estas de suerte porque me has dejado super caliente y no soy yo; sin asentir, me volteo y me ayudas a ponerme de perrito, pero en un destello de cordura te digo que uses lubricante; me dices que no traes, yo no pienso cuerdamente y no recuerdo que yo traigo entre mis cosas. Me aseguras que no me preocupe.

Tomas mis nalgas con tus dos manos y las abres, empiezas a lamer mi ano, lo babeas y mojas abundantemente, yo siento muy rico, lo haces alrededor de un minuto y mi culo queda bien mojado, cambias de condón e introduces en dedo, luego dos y finalmente tres, al mismo tiempo que me besas el cuello y con tú otra mano acaricias mis tetas, mis pezones, luego mi ombligo y mi vagina.

Follas unos dos minutos mi culo con tus dedos, cuando sabes que ya esta bien dilatado los sacas, con esa mano me tomas de las caderas y me introduces el glande, sin dejar de estimular mi clítoris. Me introduces lentamente tu verga hasta la mitad, té quedas unos segundos quieto y sigues con tu trabajo hasta que la tenga toda adentro, nuevamente te quedas quieto y aceleras los movimientos en mi clítoris, gimo como una loca. !!!!

Entonces comienzas a bombear, lentamente con un ritmo cadencioso, me siento en la gloria, la verdad más por la manipulación de mi clítoris, pero lo del culo no esta mal, pienso. Nuevamente aparece un destello de cordura y decido demostrarte quien soy YO, por lo que empiezo a apretar mi esfínter y eso causa en ti un placer indescriptible, sigo apretando mi esfínter y me doy cuenta de que no aguantas más, aceleras tus envestidas y el dedeo en mi vagina, quieres que nos corramos al mismo tiempo, pero eso no sucede a causa de la excelente manipulación de mi clítoris me corro!!! en un orgasmo bestial con gemidos ruidosos y gritos, te araño la espalda... un minuto después tu te corres poniendo tus dos manos en mis tetas las cuales estrujas, y casi me causa dolor.

Nos relajamos después de un tiempo, te recuestas a mi lado me tomas de la mano y me besas mi cuello, mis mejillas, la frente y la boca; empiezas a hacerme mimos y a ponerte romántico, al principio me agrada, pero después me empalagas, quieres manejar mi vida quieres dominarme, deseas que iniciemos un noviazgo formal... me aburres, te doy un beso en la frente, me levanto, me dirijo al baño y antes de entrar al sanitario te digo: - Sabes que eso no va a pasar. Cierro la puerta del baño, oyes el agua de la regadera, enciendes un cigarrillo y te quedas pensado, seguramente en mi.