Sólo sexo

Eso que sueñas una y mil veces cuando lo has echo y que no puedes evitarlo.

-          Nos vemos en media hora en el campo, donde quedamos. Espero que no tardes. Besos – puedo leer en el mensaje que me ha mandado.

Apenas me ha dado tiempo a ducharme y a salir corriendo con el coche.

Después de tanto tiempo, por fin voy a poder follar con ella, tengo tantas ganas que llevo varios días sin dormir, tan solo sueño que estoy follando con ella y me despierto con un empalme que no se va hasta que no me pajeo y me corro.

Me estoy acercando al lugar donde hemos quedado y la veo fuera del coche, a pesar de que hace un poco de frío, está apoyada sobre el lateral, esperando a que llegue.

Tras parar el coche, me bajo y voy directamente a ella y antes de que me diga nada la beso, sujetando fuertemente su cintura con mis manos, mientras que siento como mi polla crece en mis vaqueros, apretando los aún más de lo que ya están.

Mis manos tocan su espalda, su culo y recorren su columna hasta que llegan a la altura del sujetador, el cual no está, sorprendiéndome con ello. Dejo su boca y continúo con su cuello bajando lentamente hasta su clavícula a la vez que voy desabrochando los botones de su camisa, pegando mi cuerpo al suyo, apoyándonos a su vez en el coche escuchándola hacer un leve gemido.

Sus manos están en mi cintura y me hacen cosquillas en la espalda, pero mi polla está al máximo y ya no puedo aguantar mucho más la presión con los pantalones.

Con cada botón que desabrochó siento sus enormes pechos más libres, sus pezones se han vuelto duros y mi boca los busca con afán, besándolos fuertemente, mordiéndolos y estrujando sus tetas.

Una de mis manos continúa en ellas, junto con mi boca, mientras que la otra baja hasta sus vaqueros. Le desabrocho el botón e introduzco mi mano en su interior, siendo la segunda vez que me sorprende, está completamente depilada, y eso me encanta, además de muy mojada.

Me hace dar un suspiro cuando siento que mi polla se ha liberado de los pantalones y sus manos la mueven de arriba a abajo, suavemente, sin prisas. Mis dedos entran y salen de ella con mucha facilidad y eso me está volviendo loco.

Abandono sus pezones y le bajo el pantalón hasta tal punto que pueda abrir las piernas. Le digo que se tumbe sobre el capo, hacia delante y boca abajo y mis manos acarician su espalda por debajo de la camisa, mientas mi boca y mi nariz se dirigen hacia abajo, hasta su sexo.

Una vez allí lo beso suavemente, sin prisas, muy despacio disfrutando de esta sensación, de este sabor. Mi boca ayudada por mis manos recorren cada milímetro de su sexo. Sus gemidos son cada vez más fuertes, y siento que en muy poco tiempo se va a correr en mi boca.

En efecto, apenas he usado mi lengua un poco y ha terminado por correrse, dando un gran gemido al hacerlo. Mientras que se estabiliza un poco, observo su cuerpo, sus grandes tetas y ese chochito depilado que quiero follar.

Me pajeó fuertemente pero ella no me deja seguir, se agacha frente a mí y lleva mi polla a su boca. La chupa suavemente pero con firmeza. Sus manos masajean mis huevos y siento que mi polla está más dura que nunca.

Siento que de un momento a otro voy a correrme por lo que la paro. Nos vamos a un lateral del coche y me da la espalda. Mis manos acarician sus tetas y la punta de mi polla está en su culo. Mientras beso su espalda ya que se ha quitado la camisa en algún momento sin darme cuenta, mi polla tiene vida propia y se frota entre sus nalgas, buscando una entrada.

Nos separamos y me pongo el condón, y sin perder tiempo y ahora si mirando su cara se la clavo, mi polla ha entrado en su coñito sin ningún problema y ha entrado hasta el final. Me muevo suavemente, sintiendo como las paredes de su chochito hacen presión en mi polla cada vez que la entro.

A media que pasa el tiempo, mis embestidas son más fuertes, más duras y más penetrantes, pero sin dejar de besarla, besar su boca, su cuello y estás enormes tetas que me encantan. Esto me está volviendo loco y por mucho que lo soñara, no es igual.

Mantengo una de sus piernas agarrada en el aire para poder penetrarla aún más al fondo y siento como está llegando al orgasmo de nuevo, va a volver a correrse y no puede remediarlo. Como sus piernas le fallan un poco, me separo de ella y la dejo respirar.

Mi polla está más dura que nunca y a este ritmo voy a tardar muy poco en correrme yo también. A pesar de que me encanta su chochito, quiero también su culo, por lo que con sus propios jugos juego en el interior de su coñito y busco su entrada trasera, para dilatarla un poco y así no hacerle daño.

Mientras juego para dilatarla, necesito pajearme un poco por lo que no podido evitar quitarme el condón ya que para poder pajearme he tenido que hacerlo, pero no me importa, quiero que sientas mi leche en su culo. Cuando creo que está lo suficientemente dilatado. Volvemos al capo del coche, se echa hacia delante después de darnos un fuerte beso e introduzco mi polla en su chochito para que se lubrique, pasando después a su culito.

Está muy apretado y poco a poco, sin prisas mi polla termina por entrar del todo. Es una sensación increíble, tengo la polla metida en su culo y me encanta.

Después de esperar un poco, comienzo a moverme suavemente, sacando un poco y volviendo a meterla, cogiendo velocidad y fuerza a medida que pasa el tiempo.

Como no puedo acariciar sus tetas, una de mis manos me sujetan a su espalda, mientras que la otra juega en su chochito, hago círculos en su clítoris, lo presiono fuertemente y luego suelto, e incluso introduzco mis dedos en su interior, sintiendo mi propia polla al otro lado de la piel. Estoy a punto de correme y se lo hago saber, hago mis movimientos más duros, más fuertes y..., Unos, dos, tres...

Termino por correrme, lo hago en su interior, en el interior de su culo y a medida que voy sacando mi polla, mi leche va cayendo por sus nalgas y sus piernas. Ella ha vuelto a correrse y apenas es capaz de mantenerse de pie.

Me despierto bañado en sudor y con una erección de los mil demonios. Otra vez he vuelto a soñar con aquella noche, la noche en la que me folle a mi prima y no puedo olvidarla, fue increíble, realmente ha sido la primera la última vez que follamos, pero cada vez que sueño con aquello tengo que terminar pajeandome fuertemente recordando esa noche, recordando su chochito depilado y mojadito.

Uno, dos y tres, termino por correrme tras la paja que necesito hacerme para que la erección se valla.