Solo pienso en ti

Relatos de mi perra: A veces, su marido sale y entonces empieza a pensar y...

Hola amo:

Mientras escribo esto siento todavia los latidos en mi coño de puta, varios orgasmos han dejado mi cuerpo de zorra relajado de momento y tanto mi coño como mi culo estan bien dilatados, creo q a mi amo le gustaria ver como estan ahora sus pertenencias.

Antes de salir del trabajo, por la tarde, hice lo que mi amo me dijo, subí al baño y me desnudé entera, oliendo mi tanguita antes de guardarlo en el bolso, me gusta ese olor a sexo, también guarde el sujetador y me volví a poner el vestido de punto que marca bien mis pezones prietos, incluso los pellizque un poco para que se pusieran mas prietos y se notara mi excitación. Salí a la calle con el abrigo abierto por si me encontraba con algún hombre que pudiera notar mi cuerpo desnudo debajo de la ropa. Mi coño estaba muy húmedo y sentia ese aroma a sexo, aquello me incitaba más a juntarme a la gente cuando me la cruzaba. Subí al coche y metí mis dedos en mi vagina comprobando lo mojado q estaba, los saque y los chupe pensando en mi amo.

Al llegar a casa me quite el vestido para ponerme un camisón de gasa blanco, transparente y, como me habia pedido mi amo, cojí mi collar de perrita y lo até a mi cuello, sintiéndome viciosa y puta, me miré al espejo y levanté el camisón para contemplar mi cuerpo, los pechos estaban prietos y firmes, los pezones duros sonrosados, el coñito bien depilado quedaba a la vista, descarado y deseoso de ser penetrado.

Me fuí a cenar y al terminar empezé a seleccionar objetos y verduras que luego iba a introducir en mis agujeros, como una buena guarra, como a mi amo le gusta. Escojí un platano verde, una zanahoria, un pepino, una botella de coca cola, un bote de ketchup, una vela gorda y el desodorante. Lo limpié todo bien y lo deje sobre la encimera de la cocina, junto con una botella de aceite.

Volví al cuarto y me quité todo, quedandome desnuda con mi collar rojo de perrita y busqué los juguetes q mi amo me pidió. Sin dejar de mirarme al espejo aprete mis pezones y los sobe para que se erizaran un poco más y puse los anillos bien juntando las uniones, moví las tetas para sentir moverse aquellas bolitas que cuelgan de los aros y los mojé con saliva. Luego bajé mis manos por mi cuerpo, tocándolo, sobandolo, como si fueran las manos de mi amo, hasta llegar a mi sexo, abrí sus labios y dí golpecitos a mi clitoris para luego excitarlo con mis dedos presionando en circulos, me metí dos dedos de golpe en mi coño hasta el fondo y los saque. Estaba empapado amo, así que cojí las bolas y las metí despacio mientras gemia de placer, movia mis caderas y mis pechos, queria parar pero no podia, sentí como me llenaba de jugo, como empezaba a mojarme los muslos. Suspire hondo, necesitaba tenerte amo, ese deseo me está volviendo loca.

Cojí la crema y me incliné sensual ante el espejo, como si mi amo me estuviera viendo, extendí crema en mi mano, una buena cantidad y unte ansiosa mi culo de putita, metiendo los dedos y dilatando poco a poco. Mi mano se deslizó hacia el cono anal que estaba sobre la comoda, lo toque con deseo al tiempo que mojaba mis labios, entreabriendo la boca, la mirada viciosa de puta delataba otra vez mi excitación, mis ganas de más.

Coloque el cono en mi culo y lo fuí metiendo despacio, deleitandome con ello, gimiendo, era mi amo el que me estaba mirando y eso me hacia sentir puta y sensual al mismo tiempo. El cono entró entero en mi culo y lo dejé allí. Me incorporé y fuí temblorosa hacia la puerta, la petición de mi amo golpeaba mi mente una y otra vez desde que me lo mandaste. Tenia que salir desnuda a la calle y lo iba a hacer con aquel cono puesto en el culo apretandolo, las bolas en el coño humedeciendolo continuamente, los aros en los pezones manteniendolos duros y grandes y aquel hermoso collar rojo de perrita, debia demostrarle mi entrega y estaba más que dispuesta a que mi amo viera lo puta que soy por él. Aquello me hacia sentirme bella, abrí la puerta y desde aquel momento mi pudor desapareció ofreciendoselo a mi amo.

Salí al rellano de la escalera y bajé, algo nerviosa he de reconocer, pero excitada al máximo. Me gustaba, seguí bajando la escalera y decidida abrí el portal y dí dos pasos al exterior. El frio erizó mi cuerpo, respiré hondo y me quedé allí unos minutos que me parecieron eternos, volví a entrar al tiempo que sentia como mi pulso se habia acelerado enormemente, el corazón se salía del pecho, sentía una corriente por todo el cuerpo. En el rellano de la escalera, mis dedos masajearon mi coño hasta llegar al orgasmo, luego aturdida aún, entré en casa y cerré la puerta. Estaba empapada amo, mis jugos corrian por mis piernas, apreté mi culo de zorra y el cono se encajó más, haciéndome volver a sentir ese escalofrio de puta viciosa, aún queria más.

Y allí estaban aquellos objetos, sobre la encimera fria de mármol, me senté sobre ella abriendo bien mis piernas, queriendo enfriar ese ardor que me quemaba el coño y cojí la botella de aceite, la lleve hasta mi cuello y dejé caer el liquido espeso sobre mi cuerpo mientras lo extendía masajeandolo, mi cuerpo brillaba y resbalaba, pasé la botella hasta la nuca y dejé que también se deslizará por mi espalda hasta el culo, queria estar bien untada para mi amo, iba a meterme aquellos objetos para él y disfrutaria haciendolo como una buena putita, el aceite seguia cayendo y embadurnando mi cuerpo .......de vez en cuando metia mis dedos en el coño y en el culo, para dilatarlos, abriendolos dentro, jugando en el interior de mi cuerpo, llenandolos de aceite para que la penetración fuera mas fácil, me deslizé hacia el suelo y me restregue en la baldosa fria, mis manos recorrian una y otra vez mis muslos, mi vientre, mis pechos.

Cojí el platano verde y lo fuí metiendo en mi culo, entraba muy bien así que lo hundí hasta el fondo y lo moví con fuerza, sentia que me iba a venir otro orgasmo pero queria tener algo mas dentro de mi, metí la zanahoria de golpe en mi coño y gimiendo de placer no dejé de mover mis manos, el platano en el culo penetrandome y la zanhoria embistiendo mi coño de zorra, como me gustaba amo, notaba las convulsiones en mi vagina, estaba todo resbaladizo y se juntaba el aceite con mis fluidos, el olor a perra era bestial y mi explosión interior también, me quedé tumbada en el suelo apretando mis piernas, necesitaba relajarme, aún quedaban muchas cosas por meter y los objetos que faltaban eran más grandes, tenia que seguir dilantando, abrir bien mis agujeros, el coño y el culo de tu puta iban a ser trabajados con esmero, preparandolos para ti.