Solo para muggles

Version para adultos de la historia de Harry Potter, Trata de breve periodo de estancia en La Madriguera y salida del Expreso de Hogwarts.

En el calor de la madriguera

Harry miraba a travéz la ventana de la casa de los Dursley en Privet Drive, extrañaba a Ron y Hermione, y a todos en Howarts, no podía esperar a que llegara Hedwig con noticias de ellos. Habían pasado varios días, semanas y él estaba encerrado en su habitación, mientras los Durley hacían su vida como si Harry no existiera, ya estaba harto de todo esto.

Esa misma noche, mientras miraba el techo como casi todas las noches lo hacía al no poder dormir, escuchó ruido frente a la casa, era el ruido del motor de un auto viejo. Se asomó extrañado por la ventana y vio una tenue luz y reconoció el auto del papá de Ron. Bajaron inmediatamente Ron, Fred y George y le hacían señas con las manos.

  • Hey Harry..! baja..! vamos a mi casa a pasarla bien esta última semana..! dijo Ron.
  • Ayúdenme a bajar mis cosas… - ok, vamos subiendo- respondieron ellos.

Los tres abrieron la puerta de entrada forzándola un poco, sabían que no podían usar la magia o serían castigados. Mientras subían por las escaleras, escuchaban murmullos provenientes del cuarto del tío Vernon, eran unos jadeos ligeros. Se detuvieron unos instantes para escuchar por la puerta pero Ron les recordó que tenían que ayudar a Harry así que se dirigieron a su cuarto. Los gemidos de los tíos continuaban y nadie podía adivinar la fuga que se estaba preparando.

Cuando terminaron de empacar, sigilosamente, empezó la fuga de la casa de los tíos. Descendieron por la escalera de madera que terminaba en medio de la sala, pero las traicioneras últimas gradas empezaron a crujir ante el peso de las maletas que estaban llevando. De repente los jadeos de la habitación de los tíos desaparecieron, la sangre se le heló a los cuatro prófugos. Se abrió la puerta de la habitación y salió el tío Vernon completamente desnudo y pudieron ver detrás de él y a la tía Petunia, que estaba arrodillada sobre la cama, de espaldas a la puerta y lograron distinguir con dificultad que de las partes íntimas le caían unas gotas. Los muchachos comprendieron que interrumpieron al tío Vernon en algo muy importante.

  • Donde rayos crees que vas..? quienes son estos intrusos? – grito fuerte el tío Vernon. Gritó tan fuerte que Dudley salió despavorido de su habitación con una revista para adultos en una de sus gordas manos.
  • Corran - gritó Fred, mientras Ron salía a toda carrera por la puerta.

Los cuatro muchachos salieron por el jardín y subieron con prisa las maletas al viejo auto, mientras el tío Vernon los seguía y gritaba desesperadamente. Tía Petunia miraba atónita por la ventana y veía como los cuatro niños arrancaban a toda marcha por la calle en medio de la noche. El tío Vernon continuaba insultándolos en medio de la calle sin percatarse de que los vecinos lo miraban y reían al verlo desnudo.

  • Vaya Harry, nos salvamos de una … - dijo Ron mientras manejaba como alma que persigue el diablo.
  • Interrumpimos en mal momento a tus tíos, tu tía debe odiarnos por dejarla a mitad de camino – dijo George. - No se preocupen, todos los días mis tíos se encierran en su cuarto y gimen como animales – dijo luego Harry.

Después de un par de horas llegaron a casa de los Weasley. Harry se sentía como si estuviera en su verdadera casa. Estacionaron el auto en la parte de atrás de la casa y entraron en completo silencio para no despertar a los papás de Ron. Los tres hermanos entraron primero y se dirigieron a la cocina.

  • Me muero de hambre - dijo Fred – mientras cogía un pedazo de pan y comía con desesperación.
  • Yo no tengo hambre – dijo Harry – Me sentaré en la sala a descansar un poco-

Harry se sentó en el sillón que esta junto a la ventana y se percató que alguien bajaba por las escaleras. Ginny salió en medio de la oscuridad. Descendió hasta el medio de la sala y tenía una sonrisa de alegría de ver a Harry en casa.

  • Hola Harry..! no sabía que venías, supongo que mis hermanos te trajeron – dijo ella en voz muy baja para que nadie la pueda escuchar.
  • Hola Ginny – dijo Harry con mucho nerviosismo y con palabras que apenas pudieron salir de su boca.

Ginny estaba completamente desnuda y al parecer no le importaba que Harry la viera así. Nunca se había percatado del bello cuerpo que cubría esa túnica. Tenía unos senos que recién se estaban formando pero ya demostraban la llegada de la adolescencia, un ligero vello púbico color rojizo, se veía que ya una mujer afloraba de esa pequeña niña a la cual Harry nunca había visto con otras intenciones.

Harry empezó a sentir un libido que jamás antes se le había presentado, era evidente que ya Harry también había entrado a la adolescencia. Ginny se acercó lentamente a Harry y le dio un beso en la mejilla . Sintió el olor a mujer, esa fragancia especial a sexo que emanaba el cuerpo de ella. Ginny se dio media vuelta y empezó a subir por las escaleras. Harry miraba absorto la redondez de sus blancas nalgas y esa pequeña cintura. Ginny volteó rápidamente y le dijo:

  • SShhh… mañana nos vemos, que descanses Harry – y continuó subiendo despacio como para que Harry tuviese todo el tiempo para poder admirarla.

Harry se sentó nuevamente en el sofá y no podía dejar de pensar en lo que había sucedido, deseando volver a verla.

Instantes luego en que Ginny desapareció en las escaleras, entraron en la sala los tres hermanos. Tenían la ropa con migajas y aún masticaban lo que les quedaba en la boca.

  • Nos vamos a dormir un rato, ya mañana nos juntamos y te contamos como fueron nuestras vacaciones – Goerge comentó mientras Ron y Fred subían las escaleras.
  • Tienes una frazada y una almohada en el sofá grande – Gracias – respondió Harry mientras en su mente solo estaba la imagen de Ginny.

Trató de dormir un poco pero el cuerpo desnudo que acaba de ver no podía dejarlo.… y deseaba tenerlo cerca nuevamente.

Harry empezó a escuchar mucho alboroto en la cocina de la casa de los Weasley temprano por la mañana, se levantó pesadamente y se dirigió a la cocina. Todos los miembros de la familia estaba reunidos.

  • Hola Harry..! dijo la Sra. Weasley – Te he preparado unos huevos revueltos y tocino, siéntate hijo, debes estar con hambre… - insistió la mamá de Ron.
  • Cuéntame, como estuvieron estas semanas en casa de tus tíos? – le preguntó el Sr. Weasley a Harry. – Sé que tus tíos son muy especiales contigo.

Harry lo miró y sonrió de una forma que todos entendieron que Harry no disfrutaba para nada en casa de sus tíos. Todos comían presurosos, como si en semanas no hubiesen probado bocado alguno. Harry notaba que Ginny lo miraba disimuladamente pero escondía su mirada cuando él lo hacía. Harry empezó a recordar a Ginny en la escalera..

  • Perdón – dijo Harry mientras arrojó al suelo por accidente la cucharita de la taza del Sr. Weasley – yo la recojo señor – dijo él presuroso.

Estando debajo de la mesa, lejos de las miradas de todos, se quedó mirando los pies descalzos de Ginny, eran pequeños realmente, luego empezó a subir la mirada poco a poco por sus piernas y notó que ella empezó a separar las piernas lentamente. Harry sintió nuevamente un hormigueo en su estómago. Continuó subiendo la mirada y la detuvo cuando Ginny separó las piernas y dejó a la vista de Harry sus partes intimas las cuales no estaban cubiertas por prenda alguna. Pudo ver claramente los vellos que la rodeaban y ver unos labios rosados, los cuales estaban húmedos, Ginny había jugado con ellos un rato antes.

Harry subió rápidamente a la mesa para no despertar sospechas de los demás, Ginny lo estaba mirando fijamente y le lanzó una gran sonrisa, como si tuvieran un gran secreto entre ellos dos y nadie pudiera saber.

Harry tenía movimientos torpes mientras tomaba su desayuno y ahora tenía la imagen de las partes íntimas de Ginny, deseando poder verlas otra vez.

Durante la semana previa a que comenzaran las clases en Hogwarts, los chicos salían a caminar por el campo, trataban de disfrutar los últimos días de libertad que les quedaba, sabían que este año iba a ser difícil por la cantidad de exámenes que les esperaba.

Una tarde, un día antes de ir a clases, los papás de Ron tenían que salir a una reunión en casa de unos vecinos, dejaron a los chicos en casa.

  • Vamos a casa de unos amigos de tu papá, por favor no hagan travesuras muchachos.. Fred, George , mucho cuidado con hacer algunas de sus locuras de siempre..! – les dijo la Sra. Weasley.
  • Harry, vigílame a los muchachos por favor – le dijo en voz baja para que ellos no pudieran escuchar – No se preocupe señora, me haré cargo – respondió Harry con una leve risa.

Ya estando todos solos, los cuatro muchachos salieron al patio trasero. Era un día de pleno sol y Harry sabía que todo estaría tranquilo.

  • Vamos a una casa abandonada que está al otro lado de la colina – dijo Fred – la encontramos Ron y yo la semana pasada y está increíble, es el "cuartel general"- George empezó a caminar e igualmente hicieron Fred y Ron.
  • Hey Harry..! acaso no vienes? – preguntó Ron – Los alcanzo en un segundo, voy a traer un libro que me regaló Hermione para enseñarselos..!! – ya Harry, te esperamos, es la casa más vieja que verás al otro lado de la colina – respondió Ron.

Harry entró nuevamente a la madriguera y subió por las escaleras para recoger el libro. Al pasar delante del cuarto de Ginny notó que estaba mirando por la ventana, viendo como sus hermanos desaparecían tras cruzar la colina. Harry se quedó inmóvil y mirándola.

Ginny volteó y lo miró fijamente, dejó caer lentamente el pijama.

  • Hola Harry, no ibas con ellos? – preguntó – vine a recoger un libro que me regaló Hermione el año pasado – respondió Harry totalmente nervioso y sonrojado ante el delicioso cuerpo que tenía en frente.
  • Pasa un segundito.. no seas tímido – ella insistió y salió a jalarlo de la mano.

Harry estaba helado por la sensación que tenía en el estómago y también extrañado completamente ante la actitud de Ginny.

Ella se le acercó muy lentamente, con una de sus manos iba buscando entre sus pantalones el miembro de Harry el cual no podía ser indiferente ante lo que sucedía. Ella lo sacó de inmediato, se arrodilló frente a él y de un solo bocado lo engulló completamente.

  • Ginny? Que estás haciendo? – dijo nervioso pero a la vez excitado – eres hermana de mi mejor amigo?

Ella subió la mirada sin sacar el miembro de su boca y continuaba succionándolo con fuerza. Lo soltó un momento y sin dejar de mirarlo directo a los ojos le dijo:

  • se lo hago a varios allá en Hogwarts, y nunca nadie se quejó de mi… a todos les gusta, dicen que soy única – ella le comentó como quien dice una noticia sin mucha importancia.
  • Neville trató de penetrarme el último día de clases, pero solo pudo hasta la mitad. Empezó a dolerme y me dijo que aún soy pequeña – ella dijo con una mirada directa a los ojos de Harry.
  • Asi que aún sigo siendo virgen – respondió Ginny y regresó nuevamente a lo que estaba haciendo antes.

Harry tenía la mente completamente revuelta, imaginando a los chicos de la escuela rodeando a Ginny mientras ella de rodillas comía sus miembros uno por uno. Y más excitó el imaginar a Neville tratando de hacerla mujer. Se excitó más aún tratando de imaginar los gemidos de dolor de aquel momento… Harry estaba en las nubes.

Después de un rato de tratar de engullir lo más que podía Ginny el miembro de Harry, se levantó y se colocó sobre le borde de su cama de rodillas y dándole una deliciosa vista de sus partes intimas. Sus labios estaban ligeramente abiertos y húmedos, tenían un brillo por el líquido que salía de su interior, parecían demostrar lo ansiosos que estaban de ser tocados. También pudo observar que era una vagina pequeña, le faltaba desarrollar pero que ya tenía deseos de mujer adulta.

  • Harry, trata de penetrarme.. quiero que tu lo intentes, pero hazlo despacio por favor para que no me duela mucho – dijo Ginny con una voz de casi súplica.
  • No me pidas eso Ginny, si regresan tus hermanos? Me mataran..!! – exclamó algo asustado Harry. Pero en el fondo tenía deseos de hacerlo y sentir el caliente interior de la pequeña.
  • Vamos Harry, quiero que tu lo hagas, acaso no te gusto? – preguntó algo alterada ella.

Harry se acercó despacio al borde de la cama donde lo esperaban unas nalgas redondas y blancas, y en medio de ellas unos jugosos labios a la espera de ser atravesados. Harry se colocó detrás de ella, miró con detenimiento la pequeña vagina que lo esperaba.

Colocó sus manos en la cintura y notó la ansiedad y a la vez el nerviosismo de Ginny. Colocó la punta de su miembro muy cerca de las partes de ella, hasta que su miembro tocó sus calientes labios.

  • Hummm… despacio Harry, no me vaya a doler mucho… ten cuidado por favor – pidió ella.
  • No te preocupes – respondió Harry pero sin intenciones de dejar de disfrutar del dulce cuerpo que tenía en frente.

Su miembro empezó el placentero camino que tenía ante él. La cabeza completa se hundió mientras Ginny suspiraba. Entraba cada vez más, casi llegando a la mitad y Harry veía como los labios se abrían mas para dejar pasar a su miembro. Faltaba poco para la mitad.

  • Harry, ten cuidado… despacio, siento que se me esta rompiendo… - decía ella con dificultad y disfrutando de cada centímetro del miembro de Harry que había logrado entrar en su ansioso cuerpo.

Harry miraba el rostro de ella mientras continuaba avanzando, ya iba un poco mas de la mitad y sentía lo apretado que tenía el dulce agujero. Ella lanzaba ligeros gemidos de dolor y de placer a la vez. Faltaba muy poco, hasta que vió como su miembro desapareció por completo en el interior de Ginny, pudo sentir el inmenso calor del cuerpo de ella.

  • Ay Harry, entró todo? – preguntó, mientras él respondía con la cabeza y con una expresión de placer en el rostro. – Se siente muy caliente – agregó ella mientras Harry trataba de entrar mas.

Harry empezó a retroceder ligeramente hasta casi dejar al descubierto la mitad y luego volvió a ingresar despacio. Pudo ver el rostro de placer que tenía Ginny y los gemidos ahogados que salían de su boca. Comenzó Harry a entrar y salir de aquel cuerpo que deseaba cada vez mas. El dolor de Ginny desapareció y todas sus emociones eran de puro placer, mirando a Harry de reojo como pidiéndole que continúe.

Harry entró y salió del cuerpo tantas veces que perdió la cuenta. Los labios de esa dulce vagina estaban inundados completamente ante tremendo gozo del cual estaban disfrutando.

Harry sentía que iba a estallar y veía a la vez como su miembro estaba cubierto por completo con los jugos de Ginny. El movimiento vaivén se aceleraba cada vez mas, Ginny se retorcía de placer como si deseara que eso nunca terminase, pero tenía que terminar.

El miembro de Harry entraba y salía con total frenesí, hasta que sujetó fuertemente el cuerpo de Ginny de las caderas y cada vez que arremetía lo hacía con una fuerza como si él completo quisiera entrar… sintió como unos fuertes chorros salían de su miembro y llenaban la dulce cavidad. Se quedó paralizado mientras esto sucedía y Ginny tenía la cabeza apoyada sobre la cama y sus manos sujetaban con fuerza las sábanas como queriendo romperlas.

Todo el laberinto cesó en la habitación, un instante de paz se apoderó de todas las cosas. Harry empezó a sacar su miembro ya sin vida del interior de Ginny. Ella se quedó de rodillas como estaba y con la cabeza pegada a las sábanas. Pudo ver como empezó a derramarse un liquido muy viscoso de sus partes y correr por el interior de sus muslos. Ella se desplomó hacia delante como si estuviera desmayada, su respiración era lenta y dejó escapara algunos leves suspiros.

Harry retrocedió y vio aquel cuerpo que minutos antes había tomado con frenesí. Ella volteó su cara mirándolo a penas le dijo:

  • fue increíble Harry, lo tenías tan caliente…! Sentí como entró todo completo..-

Ella sonreía luego de decir estas palabras y su cuerpo continuaba tendido sobre la cama.

-Hey Harry….! Harry…! Dónde estás Harry? – se escucharon gritos del jardín, eran los tres hermanos que buscaban a Harry porque se había demorado mucho.

Harry escondió su evidencia de lo que había sucedido antes, corrió al cuarto de Ron a sacar el libro que prometió enseñarles y bajó como un rayo por las escaleras.

  • Por qué demoraste tanto? – preguntó Ron – le estaba enseñando el libro a Ginny y no me percaté del tiempo, disculpen amigos.
  • No te preocupes Harry – dijo George mientras los cuatro iban caminando rumbo a la vieja casa sin nadie sospechar lo que había sucedido en la habitación de Ginny.

Harry caminaba y volvía a tratar de recordar cada detalle de lo sucedido cuando al voltear vio a Ginny por la ventana que se despedía de él con una sonrisa diferente, una sonrisa de complicidad a la cual respondió con una igual.

Expreso a Hogwarts

Llegaron muy temprano al andén 9 ¾ que los llevaría a Hogwarts. El sol recién empezaba a salir cuando sonó el silbato del tren. Toda la familia Weasley estaban con él, los papás de Ron como siempre vestidos con ropa muggle para no llamar la atención y ayudando a llevar los coches con las maletas de los chicos.

Fred y George estaban casi sonámbulos subiendo al tren mientras que Ginny estaba alegre y sonreía como si esperara ansiosa llegar al colegio. Harry arrastraba con dificultad las maletas que pesaban como rocas. Los sres. Weasley se despedían de ellos y deseando que no se metieran en problemas.

El tren corría rápidamente por las vías, los muchachos caminaban por el largo corredor buscando un camarote vacío. Harry iba al final del grupo caminando sin prisa a pesar de que los demás se estaban desesperando un poco.

Al pasar por un camarote, logró distinguir a Patil Parvati que se ponía la túnica delante de dos chicos de Slytherin que tenían una sonrisa en sus rostros. Harry nunca se había percatado de los grande que eran los senos de Parvati y de la redondez de sus también enormes nalgas.

  • Harry..! ven rápido..! aquí hay un camarote vacío..! – gritó Ron desde más adelante sin imaginar lo que Harry estaba espiando.
  • Ya voy enseguida – respondió –

Harry no pudo quedarse y contemplar dicho espectáculo pero se dio cuenta que Parvati no se estaba poniendo la túnica sino mas bien se la estaba sacando, y con el rabillo pudo observar como se puso de rodillas y empezó a jugar con los miembros de sus compañeros. No pudo seguir mirando porque Ron estaba a punto de ir por él.

  • Hola Harry..! que tal tus vacaciones? – preguntó Hermione a Harry que recién entraba en el camarote.

Estaban todos acomodando sus cosas en los estantes de arriba y tratando de acomodarse en el poco espacio que había.

  • Me fue bien… supongo. Por suerte me rescataron los chicos de la casa de mis tíos, la pasamos divertidos estos días.. – respondió tranquilamente Harry mientras Ginny soltaba una pequeña risa que nadie pudo percibir.
  • Hermione, me acompañas a buscar algo para comer en el comedor del tren? – le preguntó Ron – tengo un poco de hambre y de paso le traigo algo para mis hermanos…- agregó.
  • Esta bien, yo también tengo hambre – replicó ella.

A Harry le pareció extraño que ellos salieran del camarote porque nunca antes lo había hecho. Harry se quedó conversando con Fred y George sobre lo mucho que extrañaba subirse a su Saeta de Fuego para jugar nuevamente quiddich.

Unos vagones mas adelante Ron y Hermione caminaban con tranquilidad, pasaron delante de los camarotes de las otras casas pero todos estaban muy ocupados conversando sobre sus vacaciones.

Pasaron delante de un cuarto pequeño que parecía un lugar donde los elfos guardaban sus cosas, cuando de repente Ron jaló rápidamente de la mano a Hermione y se encerraron en el oscuro cuarto.

  • Que sucede Ron? De quien nos estamos escondiendo? – preguntó ella sin obtener respuesta ya que él estaba verificando que nadie los haya observado.
  • SShhh… ¡ siéntate sobre la mesa, no hagas ruido que nos pueden escuchar..! – dijo Ron en voz baja.
  • No entiendo que sucede Ron..! que hacemos aquí? – increpó Hermione muy nerviosa.

Ella se sentó en el filo de una pequeña mesa y Ron presuroso le subió la túnica hasta la cintura dejando a la luz unas rellenitas piernas que él ni nadie había notado nunca. Y empezó a acariciarlas y a besarlas con frenesí ante los atónitos ojos de Hermione.

  • Que me estas haciendo Ron? – ella exclamó bastante asustada.
  • Baja la voz que nos pueden oír… déjate y veras que voy a hacer, no te preocupes – agregó con una voz tranquila tratando de relajar a su amiga.

Empezó a besar cada vez mas arriba de sus muslos, mientras ella cerraba los ojos y se dejaba llevar. Al poder ver su ropa interior, esta estaba húmeda indicando que estaba reaccionado ante las caricias de Ron.

Luego la empujó ligeramente hacia atrás y le dijo que se echara, cosa que ella no desistió. Ahora ya podía ver claramente sus bragas y como esta se mojaba cada vez mas. Pasó la lengua por encima y Hermione respondió con un ligero gemido y una de sus manos agarró fuertemente los rojizos cabellos de Ron.

Empezó a jalar la ropa interior de ella para sacarla y tener todo el deleite de su vagina a la vista. Hermione no puso resistencia ante las acciones de Ron, mas bien, se veía presta a colaborar.

Ron tenía ante si unos carnosos labios que estaban separados y dejaban ver un interior húmedo. Había una pequeña mata de vellos en la parte superior que adornaba la tan deseada entrada. Se acercó lo mas que pudo e introdujo la lengua hasta donde ella podía salir de su boca mientras Hermione apretaba con fuerza sus cabellos.

Parecía como si Ron estuviese comiendo una fruta, se veía tal deleite en su rostro y paraba de lamerla. Hermione emitía unos gemidos muy cortos y estos eran atrapados con su otra mano para que nadie pudiese escuchar.

Ron lamía y relamía el interior de Hermione tratando de saborear hasta la última gota de los jugos que salían de ella.

Ron se alejó de aquella delicia que tenía en frente y Hermione levantó la vista, lo vió mojado desde el mentón hasta la nariz, estaba cubierto del lubricante que emanaba de ella.

  • Tienes un coño delicioso, voy a tomar hasta la última gota que salga… - le dijo Ron con una voz de haberse extasiado.
  • Mete la lengua hasta lo mas hondo que puedas – ella suplicó.

Pero Ron no lo hizo. Retrocedió un poco y de sus pantalones sacó su miembro que estaba listo para conocer el interior de Hermione. Ella lo vio y dejó escapar un suspiro de miedo y de deseo a la vez.

  • Por que me haces esto? – preguntó ella pero sin ofrecer resistencia.
  • No veía la oportunidad de poder hacerlo, no sabes cuantas ganas tenía de… – confesó Ron sin ningún tipo de remordimiento.

Ron se fue acercando a la vagina de Hermione que seguía emanando los deliciosos jugos que antes había probado. Acomodó su miembro, se aproximó despacio y empezó a empujar. Entraba sin mucha dificultad y pudo ver como desapareció todo completo en el interior del cuerpo que tenía frente a él.

Hermione se mordió los labios y empezó a gemir suavemente separando un poco las piernas para darle toda la ayuda necesaria a Ron..

  • Entró con facilidad…! – exclamó Ron – pensé que eras virgen..!
  • Estuve con Víctor, él me quitó la virginidad… - respondió algo avergonzada esperando no decepcionar a Ron. – pero no me lamió el coño como lo has hecho tu..! – agregó para hacerlo sentir mejor.

Pero no era necesario decir más, Ron entraba y salía del cuerpo de Hermione con mucho énfasis. Sentía como resbalaba por la cantidad de jugos que salían de su interior. Le levantó las piernas con las manos, la tomo de ambos tobillos y empezó una rápida carrera de movimientos oscilantes, mientras Hermione deseaba que lo hiciera con mas fuerza.

Ambos cuerpos se golpeaban con tal fuerza que tuvieron que bajar la marcha para no hacer tanto ruido.

Ron sujetó el cuerpo de Hermione y lo volteó sobre la misma mesa, los pies de ella tocaban el suelo escasamente. Ahora de espaldas a Ron, él pudo apreciar lo grande de sus nalgas y lo suave de su piel, situación que lo excitó muchísimo mas. Empezó a arremeter con furia, moviendo la pobre mesa que estaba a punto de romperse por tanto ajetreo que tenía que soportar.

Hermione cerraba los ojos y trataba de no dejar escapar gemido alguno que los delatara.

Siguió metiendo y sacando su miembro del delicioso coño tantas veces como pudo resistir, hasta que de repente lo sacó

  • Voltéate – le dijo a Hermione – ponte de rodillas rápido…! – dijo Ron apurado.
  • Que pasa Ron? – ella preguntó extrañada – Vamos, apúrate…!! – volvió a pedirle

Ella se puso de rodillas delante de Ron y este la cogió del cabello y le puso la cabeza de su miembro sobre los labios. Ella comprendió que iba a hacer asi que cedió ante los deseos de Ron.

Abrió su boca lo más que pudo e inmediatamente Ron introdujo completamente su miembro. Se quedó inmóvil mirando el techo y Hermione sintió como salían chorros de liquido dentro de su boca. Ella trató de no atragantarse y sin darse cuenta clavó las uñas en los muslos de Ron, que continuaba chorreando mas liquido en la boca de ella.

Cuando Ron terminó, bajó la mirada y retrocedió despacio. Pudo ver como se derramaban sus jugos de la boca de Hermione y caían sobre su túnica nueva.

Ella terminó de limpiarse la boca con la manga y empezó a acomodarse la ropa, igualmente hizo Ron. Esperaron unos minutos para que pudiesen recuperar aliento. Salieron al pasadizo tratando de pasar desapercibidos y lo consiguieron, avanzaron unos metros mas y llegaron al comedor que para su suerte estaba vacío. Comieron unos dulces y decidieron regresar al camarote con los demás.

  • Cuanto han demorado chicos – dijo Fred con cara de hambre. – me estoy muriendo de hambre – y Ron le entregó unos panecillos y chocolates que luego repartió a los demás
  • Deben haberse comido toda la mesa por todo lo que demoraron – dijo Ginny sin dejar de mirar por la ventana.
  • Esta manchada tu túnica Hermione..! – dijo Harry preocupado porque sabía que ella era muy cuidadosa con su ropa.
  • Estaba tomando jugo de calabaza cuando el torpe de Ron volteó para saludar a alguien y me golpeó el vaso con el codo – respondió rápidamente para evitar mas preguntas.
  • Ya te dije que lo sentía – gruño Ron – fue un accidente –
  • Por suerte tengo una mas, me cambiaré antes que lleguemos a Hogwarts… - y se fue al camarote de al lado que estaba vacío para cambiarse.

A los minutos regresó Hermione ya arreglada y justo a tiempo, sonaban los silbatos indicando la llegada del tren a Hogwarts. Todos se alegraron.