Solo los ambos sabemos lo que sucedió

De como en una noche le hice sexo oral a un gran amigo... Y quede con ganas de repetir.

A Sergi lo conozco aproximadamente hace un año y medio, recuerdo que la primera vez que nos presentaron no nos caímos muy bien, o más bien yo no le agrade mucho a él, igual ese no es el punto de este relato. Para quienes no me conocen, y dudo mucho que alguien de acá me conozca (mis dos relatos anteriores fueron eliminados, porque, no lo sé), mi nombre es Rafael, colombiano, de 28 años, abogado de profesión, para muchos inteligente y simpático, para mi alguien normal, mido 1,86 cms, cabello castaño, piel blanca, un cuerpo no atlético. La otra persona que involucra este corto relato, se llama Sergi, 19 años, colombiano también, aproximadamente 1,75 cms de estatura, delgado, de piel blanca, y para mí, muy lindo. Como les contaba, no llevamos mucho tiempo de conocernos, pero luego de muchas circunstancias nos volvimos demasiado buenos amigos, he de quererlo como un hermanito menor, y supongo que él me aprecia como un hermano mayor, en el tiempo que compartimos, tomamos mucho alcohol, comimos, salimos, rumbeamos, dormimos juntos, en fin, lo que hacen un par de amigos normales.

Por cosas de la vida él tuvo que mudarse de ciudad, y nos distanciamos por un tiempo, recuerdo que hace aproximadamente dos meses estuve de visita en la ciudad donde está residiendo ahora, y la pasamos bien, como en los viejos tiempos, se compartió mucho, de hecho, él se quedó a dormir una noche en el hotel donde me hospede, sin que pasara nada extraño, y eso que el alcohol lo teníamos en todas las neuronas.

Lo que sucedió, ocurrió hace pocos días cuando el vino a la ciudad donde vivo a hacer unas diligencias personales, como buen amigo, no lo iba a dejar dormir en un hotel, así que se quedó a dormir en mi casa, ya era normal que el durmiera en mi casa cuando vivía acá, así que no hubo problema, cuando llego a la ciudad lo espere en el aeropuerto, nos dimos el abrazo respectivo, lo lleve a comer a un buen restaurante, y luego me dijo que estaba cansado por el viaje, que fuéramos a casa a dormir, llegamos a mi residencia y como era costumbre el dormía en mi cuarto conmigo, encendimos el tv y nos colocamos a ver una película un rato. Con el transcurso de las horas nos quedamos dormidos. Debo decir que mi debilidad siempre han sido los hombres menores que yo, jóvenes, y el cuándo lo conocí me llamo mucho la atención, pero con el tiempo lo fui viendo de manera diferente, y pensé que ese deseo hacia él ya estaba controlado, cosa que no era así.

Recuerdo que él esa  noche no se quitó el jean que traía puesto, seguro tenía miedo de que yo intentara algo con él, o estaba cansado, la verdad, no le pregunte. Cada quien dormía en su lado de la cama, el con su cobija, yo con la mía, recuerdo que a media noche, aunque estábamos distantes nuestros pies se cruzaron, era agradable la sensación, ya que estaba haciendo bastante frio, así que nos quedamos en esa forma, la verdad no podía dormir, así que me despertaba por lapsos de tiempo, había momentos donde él se pegaba a mí, de espalda o de frente, y había momentos donde yo le daba un abrazo, y así.

A eso de las 4 de la mañana (se la hora porque me desperté y observe mi celular) el quedo de frente a mí, bastante cerca,  mi mano izquierda quedo muy contigua a su pene, por curiosidad lo toque, estaba erecto, y me gusto la sensación de grosor y largo que había allí, empecé a tocar, pero por miedo deje de hacerlo, él se movió y me dio la espalda, así que me volví a dormir, después de un tiempo desperté nuevamente y él estaba frente a mí, esta vez fue más grande la curiosidad reiteradamente procedí a tocar su pene, pero ahora fue demasiado intenso porque esta vez lo acaricie, y cuando deje de hacerlo, él lo movió, de tal forma que me sorprendí, por lo cual volví a acariciarlo para saber si esto había sido idea mía o era algo real, y no era una locura de mi parte cuando dejaba de hacerlo el volvía y lo zarandeaba, así estuvimos por un buen rato, hasta que decidí ir mas allá así que intente abrir su corredera por encima de la cobija, y lo logre, pude sentir mas su pene, pero solo estaba tocando tela, el seguía moviéndolo, después de muchas caricias metí la mano por debajo de las sabanas, y ya disfrutaba del contacto directo con el bóxer, continué tocando y luego introduje la mano por debajo del pantalón, no le quitaba el jean porque el aun traía puesta una correa, y temía ser muy brusco y despertarlo. Cuando de pronto el baja sus manos, me quede inmóvil, dije: se despertó y hasta aquí llego nuestra amistad, pero no fue así, lo que hizo me dejo atónito, él se despojó de la correa, abrió el botón del jean, se lo deslizo hacia abajo, se bajó el bóxer, y dejo toda su erección al descubierto por debajo de la cobija, esa verga se sentía muy linda, toda llena de líquido pre seminal, de solo recordar ese momento me estremezco y me excito. Empecé a masturbarlo, pero el agitaba su pene, como diciendo: quiero más, por lo cual procedí a meterme por debajo de la manta y pegue mis labios a la punta de su glande, pase mi lengua por todo el líquido pre seminal que había, me encanto su sabor, su olor, sentí como se estremecía, pero yo temblaba, no sé si por el frio, o por el nervio de empezar a hacerle sexo oral a alguien que le había tenido muchas ganas, pero que me había contenido por respeto a nuestra amistad. Mi boca envolvió su pene, y comencé a realizar uno de las mejore mamadas que he podido realizar en mi vida, ya me estaba arriesgando demasiado, además que quería dejarlo satisfecho y complacido, pero, quería comprobar que el estuviera consiente de lo que estaba pasando, él estaba acostado en la cama, y yo estaba mamándola encima, entonces decidí colocarme a medio lado, e hice que él se acomodara a esta posición, no tuvo problemas en hacerlo, seguido a ello empezó con un mete y saca profesional, uff, como se mueve ese muchacho, estábamos disfrutando los dos esa mamada, estuvimos quien sabe por cuánto tiempo en esas, a medio lado, después yo encima de él mamándola, viceversa, etc. Después de un par de gargantas profundas, llego lo más esperado, su eyaculación, que semen tan delicioso, llevaba casi 6 meses sin probar el semen de alguien, y que delicia y privilegio que el que probé fue el suyo, me quede con su verga en mi boca por mucho tiempo, calculo que fueron cerca de 5 minutos, le acomode su bóxer, y me recosté a su lado, el jean se lo deje abajo como lo tenía, y coloque mi mano izquierda sobre su pene que seguía erecto.

Despertamos y seguía con su jean abajo, no dijo nada, ya yo no tenía mi mano en su pene, la verdad se sintió una tensión extraña, pero nadie hablo, al rato me dijo que encendiera el tv, y nos pusimos a escuchar música, el resto del día fue normal, no hablamos sobre lo sucedido, pero ambos sabemos lo que paso, el regreso a la ciudad donde vive, pero hace unos días estamos como poco comunicados, le he escrito y me responde monosílabo, espero que no lo haya afectado lo que paso, porque es un gran amigo al que aprecio, ahora también me da pena cuando vaya a la ciudad donde vive decirle que se quede a dormir conmigo en el hotel. Lo que no hice todas las veces que dormimos borrachos, lo hice bueno y sano.

Gracias por leerme, y espero les haya gustado este relato, aunque más que eso, es como un desahogo. Espero sus comentarios.