Solo eso, recuerdos.
Esta historia narra una de mis primeras experiencias. No digo más, solo espero que lo vayáis descubriendo conforme yo lo cuento.
Hola, este es mi primer relato en esta página, la verdad es que llevo mucho tiempo leyendo relatos de otra gente y bueno, hoy decidí en esta noche de viento y lluvia contar una de mis experiencias personales, no seáis muy duros conmigo, os dejo libremente que comentéis que os ha parecido, si tenéis alguna queja o corrección sois bienvenidos de hacerla. Bueno comienzo mi relato.
Hoy me encontraba deprimido por la universidad, más bien, creo que es conveniente que primero me presente, me llamo Juan, tengo 18 años y bueno este es mi primer año en la universidad, sí, ya sé que todos pensaréis que es un desmadre pero no, el caso, es que hoy me encontraba muy mal, en unos de esos días que se podría considerar como "La regla de los chicos", no sé porqué accidentalmente o por cosas del destino, se me ha abierto la carpeta de imágenes y he decidido echar un pequeño vistazo. mi sorpresa ha sido al ver una foto de mi ex, si, seguro que no soy el único que tiene una foto de su ex en el ordenador pero que delante de sus amigos se hace el valiente pavoneándose de que ha olvidado todo rastro de esos recuerdos, emociones y sentimientos que quedaron embargados por el olvido. El caso es que me han venido mil recuerdos sobre esos días y me apetecía contarlos, así que allá vamos, aquí empieza la historia realmente.
Hace un par de años cuando tenía 16 aproximadamente, me encontraba en pleno apogeo de mi sexualidad, soy gay, pero hasta entonces no me había dado cuenta de nada, solo me fijaba en compañeros de clase pero porque yo creía que me daba envidia de esos cuerpos porque sinceramente no es que yo tenga un cuerpazo, soy normalito, un poco delgado, ojos verdes claros, pero luego conforme avanzó el tiempo me di cuenta de que me ponían muy burro y no lo podía evitar mientras que las chicas cada vez me llamaban menos la atención, supongo que ahí me di cuenta de todo, por supuesto mis padres no sospechan nada, ni creo que lo hagan nunca porque no soy el típico chico con pluma, sino, más bien todo lo contrario.
Desviando estos temas secundarios, caminando por los pasillos del instituto vi a un chico, que no llamaba mucho la atención, tímido como el solo, delgadito, bajito y así como latino con ojos marrones pero que era guapísimo, era eso o es que yo estaba ciego por ese flechazo a primera vista, me quede como un tonto embobado en esa preciosa carita de niño pequeño, tenía un año menos que yo y estaba en mi pasillo. Todos, absolutamente todos los días lo veía pero solo me fijé en él aquel día ¿Por qué? ¿Que hizo que pasara aquella condición? La verdad no lo sé, pero me encataba mirarlo disimuladamente. Pasaron los días y yo seguía mirándolo sin atreverme a decir nada, gracias a mis grandes dotes de espía había conseguido averiguar su nombre, Juan Felipe, donde vivía y si tenía móvil con WhatSapp.
Yo sabía que algún día me tendría que armar de valor para por lo menos decirle un Hola cordial, cual fue mi grata sorpresa cuando me agrego a Tuenti por aquel entonces, no sabía como me había encontrado pero estaba tan alegre que me puse a dar saltos en la cama, la rompí y me llevé una buena bronca de mis padres. Emepzó a hablarme pero con total normalidad y yo todo ilusionado a seguir hablándole, ese día me fuí bien contento a dormir al sofá, la cama seguía rota para mi favor.
Al día siguiente en el insituto lo vi y fue la primera vez que pude saludarle con total normalidad, estaba radiante, con una camisa abrochada vaquera clara, unos pitillos y unas converse verdes, fue el mejor día de mi vida. Recuerdo que era un viernes, esa misma noche le saludé con un tímido hola por el chat de Tuenti y le dije que si iba salir el sábado a la estación, a lo que el respondió que sí. (Os pongo un poco en situación topográfica, hay un sitio donde se va a hacer botellon, se le llama la estación, es un lugar como si fuera una calle muy laraga con dos muros no muy altos donde se apoyan las bebidas y se está un rato antes de irse a las discotecas, la luces son muy tenuas allí y es perfecto).
Paso el sábado y cuando llegó la noche, yo y mis amigos fuimos unos de los primeros grupos en llegar para pillar sitio, imagináos cuando ya estuviera todos y no tener sitio para dejar nada, tener que llevarlo todo en la mano es un fastidio, no logré verlo y era ya muy tarde, me iba a ir pronto a acompañar a una amiga a casa y ya me recogía, no apareció y mi decepción fue asombrosa. Más tarde cuando llegué a casa, lo vi en el chat de Tuenti y me decidí a hablarle, por lo menos lo tenía ahí que ya era bastante, me dijo que me había estado buscando y que no me había visto, decidí darle mi número de Teléfono para pasar a una relación un poco más personal, fue genial cuando me dijo que me hablaría por WhatSapp enseguida.
Pasaron los días y nuestra relación iba poco a poco, la verdad soy un chico un poco tímido que le cuesta abrirse pero con ese chico era imposible no hacerlo, tan dulce, tan ÉL. Yo sabía que tenía que ser bisexual o gay, un hetero no se comportaría de esa manera (Sin discriminaciones pero es así), le pregunté que si era bisexual, el alegó que quería probar con chicos pero que creía que sí. COJONUDO, ERA MI OPORTUNIDAD. Sabía que mis padres se iban a la noche siguiente pero no me atrevía a decirle que viniera a casa esa noche, así que seguimos hablando como si nada.
La noche siguiente estuve tonteando con é, en plan, si pudieras venir (Juan Felipe, mi chico, vivía un par de calles más allá de la mía, por tanto la distancia no era mucha, calculo que diez minutos), hablando a las 3 a.m me decidí a decirle que si quería venir, que estaba solo y me gustaría ver la tele un rato y hablar. Juan Felipe aceptó, DIOS LO IBA A TENER AQUÍ Y PF, estaba loco.
Llamo al timbre y corriendo fui a abrirle la puerta, pasó tímidamente, le enseñé la casa y estuvimos charlando un rato bajo el brasero, a las 5 a.m lo llamó su madre preocupada que se fuera ya, me apené mucho porque quería que se quedará más tiempo pero si no podía ser..
Pero atención, antes de irse me dío un piquito muy pequeño, tímido, luego paso con otro beso con lengua, yo no sabía besar con lengua, era mi primer beso así y debo confesar que lo hice desastrosamente mal, él se río mucho y me estuvo besando hasta que se quedo satisfechó y se fue. No hicimos nada pero estuve recordando la textura de sus labios, ese sabor a saliba que no era mío, esa sensación de empalmarse pero totalmente cálida, quería más, quería más de esa potente droga.
Quedamos muchas tardes en su casa, para tomar algo, pero nunca pasábamos de los besos, hasta que un día me lancé y le mordí el cuello, el me gimió un poco y al parecer le gustó, yo no quería ir muy rápido porque me dijo que no sabía si le gustaban los hombres aunque claro, yo ya lo tenía todo amueblado a que sí y si no, como me tenía de perro lo violaba ahí mismo. El caso es que seguí con pequeños mordiscos, suaves caricias, lo tumbé en la cama sin camisa, le desabroché los pantalones y se la chupé como un poseso, aún recuerdo esa calidez que desprendía su pene, no era muy grande pero no estaba mal, me encantaba sentir ese sabor a hombre en mi boca, no quería acabar nunca, luego fue su turno, el con la pasión de un latino me la chupó tan bien, no sé como hacía esas cosas con la boca pero me daba un placer inimaginable.
Desgraciadamente, esa fue la última vez que pudimos hacer algo, su madre junto con él al cabo de dos días se mudo a Colombia, mi sorpresa fue fatal pero bueno a día de hoy lo he superado y cada vez que veo una foto suya solo me traen buenos recuerdos la verdad, me alegra saber que todo acabó bien.
Ahora de vez en cuando nos hablamos por WhatSapp, la veradd no negaré que echo de menos algunos de esos ratos pero solo son recuerdos del pasado que de vez en cuando inundan mi cabeza.
Me alegra haber podido compartir mi historia con todos vosotros, espero que la hayáis disfrutado tanto como yo, gracias.