Sólo es un capricho
Los caprichos duran poco tiempo, pero se pueden hacer intensos.
Como un niño que mira el escaparate de una juguetería, sé que se me pasará, respiro hondo y se me irá. El tenerte tan cerca y no poder tocarte, sin duda ha llenado mi cabeza de estúpidos pensamientos. Sin saberlo te has apuntado un tanto en mi corazón, pero no te preocupes, un baño de agua caliente, espuma y velas aromáticas y te irás por el desagüe como el agua sucia. Quiero besarte pero en dos días me habré olvidado de ti.
Me acabas de abrazar y cuando te apartas un suspiro se va contigo deseando que el tiempo se hubiera parado un poco. Rápidamente la sensatez viene a mí y me acabo de dar cuenta, te ríes de mí y me haces sentir como un juguete idiota, me enfado contigo y refunfuño pero eso por supuesto sólo reafirma tu burla. Estúpida de mí, un día más y se me pasará. La enajenación mental es sólo transitoria.
Llega la noche y he soñado contigo, mis partes están húmedas y todavía queda para que llegue el sol. Un rato después sonrío conmigo misma por haberte utilizado como si un juguete a pilas fueses. Sólo es lujuría, me digo. Sucia y pervertida perversión. Unas horas más y se me habrá pasado. No dura más. Me vuelvo a dormir, y por supuesto sigues ahí, parece que no sabes cuando largarte.
Pasan las horas y todo controlado como Cenicienta que mira el reloj, unas pocos minutos, habrán dado las doce y se acabó el hechizo, habré ganado y tú ni si quieras lo sospechas, pero cuando me siento más segura y confiada, haces algo que me descoloca, una mirada intensa y una sonrisa amable y vuelvo a caer presa del deseo. Vuelta a empezar. El otro día un guiño, ahora esto y seguro que mañana será un beso en la mejilla. Me torturas y me dejas loca. Me creía mujer y vuelvo a ser un adolescente.
Menos mal que el desamor lo cura el chocolate. Suspiro resignada, vuelve a empezar la cuenta atrás, dos días más y me habrás dejado de torturar, si puedo estar dos días sin mirar tus labios añorando que me beses me habré curado, estoy segura de ello. Porque sólo eres un capricho, nada más.