Solo era un masaje inocente

Chico conoce chico, chico necesita masaje. Masaje acaba.....

Solo era un masaje inocente

Acabadas todas mis sagas , vamos a por el primer relato de sólo un capítulo. Muchas gracias por las puntaciones, mensajes y corres recibidos. No solo me hacen darme ganas de seguir escribiendo , sino que me la ponen dura.

GRACIAS


¡ Joder ! Fue mi primer pensamiento de esta mañana en cuanto me desperté e intenté moverme. ¡ Puto cuello ! Otra vez vuelve a dar por saco.

Llevaba una temporada muy buena, pero el entreno de ayer fue demasiado. Fue la primera vez que entrenaba con un chico que estoy conociendo ( también alumno del mismo gimnasio ), y qué , aunque os resulte extraño, sobre todo en el mundo gay todo se basaba en charlas, paseos, cenas, películas, pero aún nada de sexo.

También podía ser porque aunque se notaba esa atracción sexual, que había química, ninguno de los dos se atrevía a dar el paso ya que ambos veníamos de relaciones heterosexuales.

Para no ser menos quise tirar lo mismo que él. Y machaqué demasiado el hombro.

Llevo entrenando como cosa de dos años, en los cuales ya se han notado bastantes cambios, contando que comencé con 85 kg en 1,66 cm que mido. Era una mole de pura grasa que ahora se encontraba en 70 kg con un porcentaje de músculo bastante mayor que en un comienzo. Comencé tarde en esto del deporte, ya que pasaba la treintena, pero nunca es tarde para empezar sobre todo si la vida me cambio como cambió con el ejercicio. Me dio más confianza con lo que el poco pelo que tengo en la cabeza , en vez de acomplejarme, me lo rapo 2 veces por semana haciéndome parecer un pre madurito sexy, que acompañado de una barba de 3-4 días, ojos miel , grandes y pestañas largas, me convierten en un posible sugar daddy si tuviera pasta para ello .

En este gimnasio comencé y en él sigo. Fue donde conocí a Álex, un chico de mi misma edad, poco más alto que yo , no supera por mucho el 1,70. También con barba y  con un pelazo moreno que reluce en combinación con sus ojos del mismo color azabache.

Se mudó hace poco al pueblo donde vivo por tema de trabajo. Nos habíamos cruzado alguna vez por la calle, típico de pueblos donde es fácil ver a diario a todos tus vecinos, en los bares tomando algo, en el súper....hasta que llegamos a coincidir en el gimnasio.

Desde el primer día comenzaron las miradas al cruzarnos, las medias sonrisas, el coqueteo. Sí, coqueteo, aunque suene antiguo, pero las nuevas generaciones no sabrán lo que es eso fuera de la época de "ciberligar".

Esa sensación de miradas en la discoteca, el cambiar el MSN , o como mucho , si eras de los suertudos , el número de tlfn móvil o si no te quedaba otra , el fijo.

El día que entró en el gimnasio, en cuanto escuché la puerta y miré a través del espejo supe que los entrenos iban a ser diferentes, y al menos, vería carne fresca en las duchas.

Nuestra amistad, por llamarlo de alguna manera comenzó de la forma más normal posible. No fue en plan película romántica ni porno. De coincidir día sí y día también, vas saludando, comienzas con las típicas preguntas " clásicas ", pides ayudas con los ejercicios... Poco a poco vas preguntando algo sobre alguna rutina, las preguntas se hacen más personales. Y de sólo verte y hablar en el gimnasio, comienzas a charlar por Whatsapp, quedas para un café y así surgió nuestra relación, por llamarla de alguna forma.

Aún así esa tarde como me tocaba entrenar pierna y durante el día se me había calmado un poco, cosa normal porque se había calentado,  fui a entrenar.

-Ey, guapo, ¿ qué tal ? Te noto decaído , ¿ no ?- me dijo Álex acercándose a mí con su sonrisa blanco nuclear

-Si, ayer se me cargó el cuello entrenando, aparte de que ya llevaba unos días tocadillo, y me he levantado esta mañana bastante jodido- le dije llevando mi mano al cuello y moviendo la cabeza de lado a lado estirando para calmar la molestia.

-Estás mayor ya, tío. Vas a tener que cambiarte a las clases de mantenimiento para mayores- dijo dándome un pequeño empujón y riendo- Perdona, perdona- me dijo cuando hice una mueca de dolor causada por el movimiento de mi cuello cuando me " empujó ".

  • No te preocupes. Tranquilo. ¿ Vamos a poner el culo duro o qué ?- le dije dándole un pequeño cachete en el glúteo.

Me guiñó el ojo y fuimos a la Multipower a comenzar las sentadillas. Comencé yo, pero tuve que dejarlo porque al apoyarme la barra en la zona de los hombros me dolía demasiado. Álex me tuvo que ayudar a quitarme la barra de encima y apoyarla en el agarre. Para eso se tuvo que colocar detrás de mí y , por primera vez, sentí su polla rozar mi culo. No llevaba ropa interior o eso me pareció. Aunque sentí un escalofrío recorrer toda mi espalda y llegó hasta mi cipote, no le di importancia.

  • Mejor lo dejamos para otro día, ¿ no ?

  • No no, podemos seguir pero no apoyando nada en el cuello. Vamos a la de extensión de cuádriceps - aceptó aunque no de muy buena gana.

Esta la pude utilizar sin problemas. Me gustaba que se preocupara por mí, pero tampoco me encontraba tan mal como para no seguir.

Cuando le tocó a él, pude fijarme que cada vez que tiraba de sus piernas y apretaba los muslos se le marcaba aún más la polla en el pantalón. La vista se me iba y creo que se dio cuenta, ya que una de esas veces, al levantar la mirada el brillo de sus ojos y la sonrisa de su boca le delataban.

Seguimos entrenando un rato y nos fuimos a la ducha.

  • ¿ Te duchas hoy aquí ? -le pregunté

  • Sí, tengo que ir a trabajar hoy por la noche y no me daba tiempo a entrenar si me iba a duchar a casa- dijo a la par que se iba desnudando muy tranquilamente, como si le diera vergüenza hacerlo delante mía.

La verdad que estaba emocionado, era la primera vez que le iba a ver desnudo en estos más de dos meses.

Por fin se quitó la camiseta, pude ver su torso. Tenía algo de tripa, este flotadorcillo que cuesta la vida eliminar, algo insignificante. Unos pectorales muy bonitos con bastante vello que le daban un aspecto muy varonil y unas axilas también bastante velludas. El pelo que cubría su pecho seguía una línea que iba descendiendo hasta perderse debajo de su pantaloncito, el cual se intuía que escondía un buen matojo de vello negro coronando un rabo bastante llamativo. Y no me confundí. Al bajarse los pantalones y demostrar que no llevaba ropa interior pude ver todo lo que escondía. No, no era un pollón de estos que hacen un túnel para que pasen camiones, pero era preciosa, de estas pollas que dicen " cómeme ", y por poco lo hago.

Intentando disimular mi excitación y mi vista directa a su cuerpo, me di la vuelta para sacarme la camiseta y disimular la erección que comenzaba dentro de mis pantalones. Al subir los brazos grité

  • ¿ Qué te pasa ?- me dijo acercándose a mí

  • No puedo subir el brazo, me duele al hacerlo

Se situó detrás de mí, desnudo como estaba. Lo sabía porque notaba toda su polla balanceándose restregando mi culo, todavía con los pantalones puestos. Y me ayudó a quitarme la camiseta. Al hacerlo puso sus manos en mis hombros y me comenzó a masajear la zona. De vez en cuando su pecho rozaba mi espalda, esos vellos me acariciaban las escápulas y su aliento me hacía cosquillas en la nuca. Un ligero olor a sudor invadía el ambiente y me sentía en la gloria.

  • Lo tienes bastante cargado, la verdad. A ver, relaja el brazo a ver si puedo movértelo- dijo llevando mi brazo hacia el techo, pero el dolor fue tan fuerte que fue imposible.

  • No puedo, me duele, en serio, para- dije sentándome en el banco.

Quedé a la altura de su polla. No lo hice adrede , pero se dio así. Tenía toda su entrepierna a un palmo de mi cara, toda su hombría estaba delante de mi vista pidiendo ser devorada por mi hambre voraz. Pero el dolor era tan sumamente atroz que aunque me la hubiera metido él en la boca directamente, hubiera sido imposible.

  • Mira, nene, no lo suelo decir porque no me va mucho hacerlo y me lo saqué hace años, pero soy quiromasajista y podría calmártelo un poco para que pases el finde mejor y para el lunes te mire un fisio y te lo solucione.

  • No sé, no te preocupes. Ya pido cita con el fisio para el lunes y me tiro el finde drogado con analgésicos y ya está- dije con una sonrisa fingida

  • No, hombre,no es molestia. Mira , entro a currar en  una hora y salgo a las 8 de la mañana.

-Sé que es sábado y no querrás madrugar, pero si quieres me paso por tu casa al salir, te hago el masaje y ya desayunamos juntos antes de irme a dormir.

  • ¿ En serio no te importa ? - le dije luchando por no molestar y las ganas de que me tocara y de que me calmara el dolor

  • Joder, nene. Si me molestara no te lo habría ofrecido. No le digo a nadie que soy quiromasajista por lo mismo.

  • Vale, pero te invito al desayuno y te pago

  • No, no me pagas nada. Al desayuno, si quieres, me dejo que me invites, ¿ Vale ?

  • Ok- le dije quitándome las deportivas con los pies y poniéndome de pie para bajar mis pantalones y calzoncillos.

  • ¡ Hostias ! Que curradas tienes las zapas, huele hasta aquí - me dijo desde su sitio donde estaba sacando la toalla de su mochila dejándome la visión de un culo , chiquito, duro, velludo y muy apetecible.

Menos mal que era el vestuario de un gimnasio, que estábamos solos , porque sino la vergüenza de su comentario y la erección que intentaba ocultar cruzando las piernas , me habría matado allí mismo.

Dejé que se metiera en la ducha, a la cual tenía que volver a pasar delante mía y se inclinó para mirarme a la cara haciendo que su polla se moviera de lado a lado como un péndulo hipnótico, para por fin levantarme e irme a la ducha. Una ducha fría, claro, necesitaba que esto bajara antes de salir a vestirme. Funcionó.

Estaba dejando que el agua fría cayera sobre mi cuello para que me relajara el dolor, cuando me habló Álex.

  • ¿ Nene necesitas que te ayude a ponerte la camiseta ? Si lo necesitas salte ya que tengo que salir rapidísimo que sino no llego.

Salí de la ducha, menos mal que más relajado, y no me refiero al dolor de mi cuello solamente y vino directo a mí.

  • ¿ Es esta la que te vas a poner ? -dijo blandiendo una camiseta de súper héroes que tenía justo encima de la mochila.

  • Si, es esa.

  • Qué chula. Yo también tengo varias de este tipo, de dibujos. Mis amigos me dicen que si no soy ya mayorcito para ir con esta ropa. Claro que ellos parecen mis padres aunque son de mi edad- dijo riendo y acercándose a mi.

Se puso justo delante y me metió la cabeza en la camiseta, Levantó mi brazo dolorido y con mucho cuidado, casi como si fuera yo un niño chico al que viste su madre, introdujo mi brazo por la manga de la camiseta. Estaba muy cerca, demasiado cerca para lo que realmente necesitaba. No me importaba, pero me ponía nervioso y mi toalla, bastante fina podría chivarle todo lo que pasaba debajo de ella si se montaba una fiesta. Menos mal que pude controlar a la bestia y en un segundo ya estaba cogiendo sus cosas y saliendo del vestuario.

  • Te llamo en cuanto salga del curro, serán sobre las 7:30 , por si quieres poner el despertador y que no te levantes asustado con el sonido del teléfono.

  • Vale, si. Muchas gracias por todo. Que te sea leve el curro. Te veo en unas horas. Te paso la dirección por whatsapp.

  • Si, claro , ya me dices. Pasa buena noche y te veo en un rato- dijo saliendo por la puerta.

Me terminé de vestir, con bastante cuidado, y me fui a casa. En cuanto llegué , me preparé algo de cena para poder tomarme una pastilla para el dolor, e intenté dormir un poco.

A las 7:30 en punto sonó mi tlfn, llevaba ya un rato despierto porque el dolor no me dejaba dormir en cuanto se paso el efecto de la pastilla.

- Buenos días. Qué rápido lo has cogido. ¿ Estabas despierto ?

- Si, en cuanto se pasó el efecto d la pastilla y ano pude dormir.

- Lo siento, nene. En media hora como mucho estoy por allí. ¿ Tienes algún aceite o algo que valga ?

- Tengo uno de durex, no lo he utilizado para eso, pero bueno, creo que valdrá

Ambos nos reímos.

- Vale, no es lo mejor, pero algo ayudará. Te veo ahora en un rato.

Me levanté y me puse unos slip azules y un pantaloncito de deporte para recibirle. Total, es lo que necesito para el masaje. Sonó el timbre, justo a las 8 de la mañana.

  • Buenos días , guapo

  • Buenos días -le respondí con la mano en la zona del cuello que me dolía- Pasa anda. ¿ Lo hacemos en la cama , en el sofá o en el suelo ? Tengo una alfombra bastante mullida.

  • jajajajajaja. Cualquiera diría que me ofreces otra cosa- me dijo guiñando el ojo y sonriendo. Mejor en la cama , es más cómodo tanto para ti como para mí.

  • Vale, pues vamos al cuarto, entonces.

Me acompañó al cuarto. Saqué el aceite de la mesilla y lo dejé sobre esta. Me tumbé.

  • ¿ Tienes algún pantaloncito que dejarme ? Ponerme con vaqueros va a ser muy incómodo

  • Si, pero si quieres quédate en gayumbos. No hay problema

  • No habría problema, pero el tema es que no llevo. No suelo usarlos

Le miré lo más rápido que mi cuello me lo permitió , sorprendido, y me empecé a descojonar al ver su cara avergonzado.

  • No pasa nada, te dejo uno- dije levantándome y yendo al cajón a sacar uno. Se quitó los pantalones , pero no se le veía nada ya que la camiseta que llevaba era bastante larga y le tapaba todo.

Me volví a tumbar y sentí como Álex subía a la cama. Noté como su peso, aplastaba su lado de la cama. Sentí como su cuerpo pasaba por encima del mío para coger el aceite.

Escuché como frotaba sus manos para calentarlas y las posó sobre mis hombros. Estaba a mi lado, sentía sus velludas piernas rozando las mías ya que se había subido un poco el pantalón.

Sus manos apretaban mis hombros, y subían por mi cuello. Acariciaba cerca de mis orejas y volvía a bajar. Puso sus dos manos sobre el hombro que me dolía y comenzó a apretar con algo más de fuerza.

En algunos momentos el dolor era bastante fuerte y me quejaba. El apretaba un poco menos, pero no desistía d su intención.

  • ¿ Te molesta que me sienta sobre ti para poder hacerlo mejor ?

  • No, de hecho pensé que lo harías desde el principio

Se subió sobre mí. Sentí su polla sobre mi espalda baja, la zona lumbar. Y comenzó a apretar más aún. Desde esta postura podía hacer mejores movimientos y tratar mi cuello mejor. Llevaba mi brazo a mi espalda , sentía una mejoría, pero aún dolía. Continuó con su masaje a la zona de mi hombro y de mi cuello .

  • Ya me duele bastante menos

  • He notado que la contractura que tenía había amainado un poco.

Dijo esto pasando las manos por mi espalda alta, por la zona de los dorsales. Para ello su cadera tuvo que bajar más y ahora sentía su polla justo encima de mi culo. Dejaba caer el peso de su cuerpo contra el mío, haciendo que su polla se apretara más contra mi glúteo.

Notaba como me palpitaba y como mi polla crecía, menos mal que estaba bocabajo y no se notaba.

He dejado de sentir su polla. No, espera, se inclina sobre mi cuerpo para hacer más presión sobre mi espalda y ahora siento su polla dura en mi espalda. Por eso no la sentía, se le ha puesto dura y la tiene completamente para arriba, no para abajo como al principio.

Sus manos fuertes comenzaron a hacer menos presión bajando por mi espalda. Su cuerpo se apoyó sobre mis muslos. Sus manos ya pasaron a mi espalda baja, de vez en cuando acariciaba mi culo por encima del pantalón. La primera vez me puse tenso y lo notó

  • Perdona, nene. No quería molestarte

  • No, tranquilo. Es que me pilló desprevenido

  • Te he manchado un poco el pantalón. Espero que salga bien el aceite

  • No te preocupes. Sólo me lo pongo en casa

  • ¿ Para dormir, no ?

  • No , dormir , duermo desnudo. Me vestí para abrirte

  • Anda, yo también. Y vamos, por casa tampoco suelo llevar ropa

Decía todo esto continuando con su masaje. Ahora había bajado y me masajeaba los muslos, metía las manos dentro de mis pantalones, sin llegar a mi culo, pero sentía esas manos calientes acariciando mi cuerpo. Espero que no suba más porque mi polla aplastada dentro del gayumbo sobresalía por debajo de mi cuerpo entre mis piernas.

Pues....

  • Veo que te gusta el masaje, ¿ no ?

Había tocado mi rabo por dentro de mis pantalones

  • Lo haces muy bien, si. Y además me ha ayudado el relajar el dolor de mi cuello.

Volvió a meter su manos dentro de la pernera de mi pantalón y tocó de nuevo mi paquete entre mis piernas, ahora las mantuvo demasiado tiempo para ser un masaje

  • Date la vuelta que te masajeo el pecho y los muslos.

Se puso en una especie de 4 patas para dejarme cambiar la posición que tenía. Me puse bocarriba y mi polla ya no podía disimular mucho. Le echó un vistazo , pero no dijo nada. Se sentó directamente sobre ella y comenzó a masajearme los hombros y el pecho, en este caso las presiones fueron bastante más suaves. El movimiento de su cadera se compasaba con el de sus brazos con lo que parecía que me estaba pajeando con su culo. Desde esta posición su polla no dejaba nada a la imaginación, y si no fuera por su camiseta diría que se le salía por la cinturilla.

Sus manos pasaban por mis pezones que se pusieron duros, casi tanto como mi polla. Se sentó en mis muslos y comenzó a bajar las manos, me masajeó el abdomen haciendo círculos en la dirección de las tripas y metió un poco los dedos por la cinturilla. El problema de esto es, que la polla, en esta posición recuperó su lugar habitual en esta posición y al meter los dedos rozó mi capullo, ya algo húmedo.

-Mira, no va a hacer falta que utilice más aceite con esto- dijo haciendo que su mano dejara un hilo de precum de mi pantalón hasta sus dedos.

Volvió a meter sus dedos por la cinturilla de mi pantalón, ahora la mantuvo un rato más . Cómo pasó antes, la mantuvo más tiempo del necesario en estos casos, pero....

Le cogí de los brazos y le hice que todo su cuerpo cayera sobre el mío. Ahora sentía su polla sobre la mía. Y comencé a comerle la boca. Mis manos pasaban por su espalda fuerte y cogiendo de la parte baja de su camiseta se la quité. Volvimos a besarnos. Sentía todo el calor que desprendía su cuerpo sobre el mío. Nuestras bocas se habían vuelto locas en una lucha de pasión, metiendo las lenguas en la boca del otro, mordiendo , estirando de sus labios con mis dientes.

Mis manos estaban dejando llevar por nada, solo por disfrutar. Metí las manos dentro de sus pantalones y toqué ese culo velludo que me volvía loco desde que lo vi en las duchas. Tenía que ser mío.

  • Llevo queriendo esto desde el primer día que te vi- me dijo metiendo la mano dentro de mi gayumbo

  • ¿ Y por qué no lo hiciste ?

  • No sabía si querrías. Me parecías hetero , y nunca mandaste señales.

  • ¿ Qué nunca mandé señales ? Pero si se me iban los ojos por todo tu cuerpo cada vez que estábamos juntos.

  • No me daba cuenta.

Y volvió a comerme la boca. Con las manos en la cintura de mi pantalón comenzó a bajarlos , una vez lo suficientemente bajos utilizó sus pies para quitármelos. Me dejó desnudo totalmente y se desnudó del todo.

Me agarró haciendo que ahora fuera yo el que estaba sobre él. Abrí sus piernas y me metí entre ellas, mi capullo rozaba su raja, y sus vellos, empapados entre el sudor y el aceite de nuestros cuerpos resbalaba cada vez más. Me movía como si le follara aunque aún la tenía fuera.

  • Fóllame la boca- me susurró al oído

Me levanté, y apoyado sobre el cabecero le metí el rabo en la boca. Se la metía suave, despacio, notando como cada milímetro de mi falo salía y entraba , notando la diferencia de la temperatura del interior de su boca, con el exterior. Su lengua recorría mi tronco cada vez que salía de su ella. Le dejaba saborear mi capullo dejando ese manjar en sus labios, pasándolo como si fuera un pintalabios. De lado a lado. Me la agarré y le comencé a dar pollazos en la cara. Se volvía loco queriendo meterla en su boca, pero quería hacerle sufrir y sus brazos estaban cautivos con mis rodillas.

Me miraba a los ojos, y yo le devolvía la mirada. Ambas encendidas, lujuriosas, brillantes. Y dejé caer unas babas sobre mi capullo antes de volver a metérselo en la boca, esta vez hasta la campanilla sin compasión.

Volví a tumbarme sobre el besando sus labios, sus orejas, su mandíbula. Su cuello.

Me volvió a tumbar bocarriba. Estaba claro que estaba con un pasivo, pero un pasivo dominante. Metió su cabeza entre mis piernas y comenzó a comerme las pelotas. Agarraba mi polla y me las lamía. Se las metía en la boca y las dejaba caer para que rebotaran contra mi cuerpo. Sacaba su lengua, y al igual que un perrito bebiendo las daba lametazos. Sentía su lengua como una raqueta dando a una pelota. Golpe va , golpe viene. Siguió bajando un poco más y elevando mis caderas metió la lengua en mi culo

  • Mmmmmmmmm, siiiiii.... Qué rico lo comes, nene, sigue sigue.- le dije gimiendo , poseído por el placer que la lengua de Álex me estaba proporcionando.

  • Le tienes súper rico, guapo, lo estaría comiendo todo el puto día y me dio un ostión a mi agujero para seguir comiéndolo.

Metía su lengua muy dentro, tan dentro que podía sentirla casi en la próstata . De mi boca solo salían gemidos, gritos de placer.

Abandonó su lugar hasta el momento y volvió a poner todo su cuerpo sobre el mío. Ahora estaba más caliente que antes. Notaba su temperatura, me ardía.

Se colocó en un 69 poniendo su culo en mi cara a la par que se comía mi polla. Por fin tenía ese culazo velludo para mí y lo iba a aprovechar al máximo. Le abrí las cachas con las manos y vi ese tesoro, rosadito, palpitando recubierto de pelos pidiendo ser comido, follado, taladrado y todo eso le iba a hacer.

Metí mi lengua dentro. Le había gustado porque según la sintió dejó de darle amor a mi nabo para gemir como si hubiera visto un fantasma. Esto hizo que le pusiera más empeño a mi labor. Le abrí de nuevo las cachas, y como si de un polo se tratara le di un lametazo que llegó desde su perineo hasta su ojete. Apreté el tesoro con mi lengua y este lo apretó con mi lengua dentro haciendo que no pudiera sacarla sin hacer esfuerzo. Tuve que azotarle para que dejara libre mi lengua y funcionó. Lo que hizo que le azotara varias veces, cada vez más fuerte, más seguidos y sus gritos iban a la par.

Comencé a comérselo como si estuviera comiendo sandía, se lo embadurnaba con mis babas, le escupía , y lo volvía a besar . Me encantaba como sonaban mis babas en su agujero.

Aparté mi boca de su esfínter y miré esa obra de arte. Estaba abierto, probé a meter dos dedos y le cabían más. Esta fue la señal que necesitaba.

Le empujé contra la cama, le puse boca abajo y me tumbé encima. Agarré mi polla y llevándola a su agujero ....

  • ¿ La quieres ?

  • Dámela , métemela ya. Hazlo. Son muchos los días que me he metido dildos imaginado que eras tú

Dicho y hecho, noté el calor de su entrada en mi capullo y comencé a meterla, despacio, quería sentir como ese culo se tragaba todo mi rabo, poco a poco. Parecía que la estaba metiendo en gelatina caliente, húmedo, mojadito, blando pero apetitoso.

Cuando ya estaba a medio camino él fue el que movió su cadera follándose el mismo con mi polla. Dejé caer mi cuerpo para que no quedara ni un milímetro fuera de mi lugar favorito en este momento. Comenzamos a movernos al unísono, serpenteando , nuestros cuerpos llevaban el mismo ritmo, parecía una coreografía aprendida sin fallos.

Gemidos, alaridos, gritos de placer llenaban la habitación. Le apreté el cuerpo contra el colchón apoyando mi mano en su espalda. En esta posición , en la que él sin poder moverse recibía las embestidas, comencé a petarle con ansias, con furia.

  • Toma, traga polla. Tienes un culazo muy tragón, cabrón. ¿ Estaba muy hambriento ?

  • Claro que sí, solo podía pensar en tu comida y no se la dabas.

Me dejé caer contra su cuerpo, le comencé a comer el cuello según seguían mis embestidas.

  • Para- me dijo

Fue él quien comenzó a moverse, se movió quedándonos los dos de lado. Puso su pierna sobre la mía y su movimiento hacía que mi polla entrara y saliera de su culo.

  • Me corro, nene. Me corro- le grité al oído.

  • Préñame , hazlo dentro. Marca tu territorio.

Eso hice. Le cogí la cadera para que se quedara quieto. 1-2-3 embestidas, y....

  • Ooooogggghhhhh....dejé escapar todo mi lefa en su culo. Chorreaba saliendo de su agujero.

Le cogí la polla y comencé a meneársela hasta que me empapó la mano, las sábanas.

Nos quedamos un rato, aún dentro de él, quietos , recuperando la respiración y que le corazón volviera a sus pulsaciones normales.

  • ¿ Una ducha ? - le dije

  • Vale, pero tengo que confesarte una cosa

  • ¿ El qué ?- le dije algo incómodo

  • Me pongo cachondo cada  vez que me ducho y si no lo bajo....

Salimos corriendo al baño y cayó el segundo de la mañana. Aunque no el último del día.