Solo con mi hermano.
Después de esa primera vez con mi hermano, mi vida a cambiado ahora no solo tengo un hermano amoroso, si no también a un hombre que me da mas que amor y mas que las mejores cogidas que una mujer pueda desear.
Esta es la continuación de "Mi virginidad para mi hermano" y "Mi hermano conoce todo de mi".
Al día siguiente de que mi hermano complaciera mi calentura me mando a ver a la ginecóloga, en esta ocasión no me mando por un problema derivado a el uso de ropa que ajustara en mi intimidad o por algún problemita común, sino porque su “nena“ necesitaba un tratamiento para no quedar embarazada.
Vanessa una amiga se enteró por mí de mi relación prohibida (se lo conte ya que ella tiene un apetito sexual hiperactivo al igual que yo) y ella al igual que otras chicas que tengo añadidas en una cuenta alternativa de Facebook, opinan que a futuro puede ser un problema el que no pudiera tener relaciones con otros chicos (esto al sentirme exhibida, ofrecida o mal conmigo misma cuando alguien me ve desnuda o al tocarme sexualmente).
Es enero y tenemos que ir a la fiesta de una de mis primas, ese día mi hermano trabajo y ya que desde hace un año es supervisor tiene que quedarse hasta tarde, son las 3:00 pm y acabo de terminar de bañarme dejo caer la toalla al piso y me dispongo a ponerme la ropa interior compuesta de un cachetero y un brasier tipo top, escucho que llaman a la puerta de mi habitación “Quizá sea mi hermano que ha decidido dejar el extra de trabajo y salió temprano, además solo él tiene llave”, muy segura de mis pensamientos pido que pase. Es Fernando mi primo (hermano de la chava la cual aria la fiesta), me ha encontrado subiéndome el cachetero de espaldas, torpemente me agacho a recoger la toalla e intento cubrirme, me disculpo, pensé que era mi mamá que había dicho que tal vez vendría por mí, ¿cómo entraste?, el sin salir de su asombro y sin dejar de verme contesta, no te preocupes, estaba abierta la puerta, emm me esperas afuera mientras me termino de vestir, le pido apenada, a lo que él contesta, para que primita si ya te vi desnuda, al parecer te la depilas se me hace que eres bien zorrita, muy enojada le contesto, salte de mi habitación o le digo a mi hermano que te parta la cara es más lárgate de mi casa.
Me he quedado excitada, noto como mis pezones se han endurecido y mi cachetero esta húmedo, me tiro a la cama y me empiezo a acariciar mientras fantaseo con el “qué hubiera pasado si…”, voy a la habitación de mi hermano y tomo dos de sus boxers para avivar mi fantasía, mientras él llega.
6 de la tarde, estoy cachonda y mi vagina necesita ser castigada, llega mi hermano anunciándose, ya llegué princesa, le contesto un sí, le informo que su princesa está caliente y le cuento lo sucedido.
Mi buen amante sabe que debe de desnudarme y tranquilizar a mis demonios, así lo hace, pero esta vez deja inconcluso su trabajo solo se limita a acostarme en la cama, penetrarme, besar mis labios y pechos y decirme que me quiere. No hubo segunda ni tercera ya que suena mi teléfono, es mi mamá preguntando a qué hora llegaremos a la fiesta, en un rato más solo que mi hermano termine de bañarse y nos vamos, le contesto.
Llegamos a la fiesta y mi prima me dice que me presentara a su cuñado, a lo cual volteo a ver. (realmente el típico muchacho de pueblo, tratando de imitar a cantante de música regional), emmm disculpa Liz, pero no es mi tipo.
En distintas ocasiones el muchacho fue a pedirme que bailáramos y en cada una le decía que mi hermano ya me había pedido bailar con él.
Acéptale un baile al muchacho, dice mi papá. Con cierto desagrado acepto.
¿vives en dónde mi cuñada? ¿trabajas o le ayudas a los quehaceres a tu mamá? Esa y más preguntas terminaron por aburrirme.
La fiesta termino sin más novedad, me fui a casa tratando de que el muchacho no me viera ya que me había pedido mi número telefónico y no quería verme mala onda diciéndole que no se lo daría.
Días después recibo un mensaje de mis primas invitándome a una fiesta la cual sería el siguiente sábado por lo cual acepte, al llegar al lugar me di cuenta de que solo estaban los amigos de Fernando mi primo y dos de mis primas, “bueno están ellas y no creo que me dejen sola” pensé.
Te tomas un tequila prima ofrece Karla una de mis primas, no gracias, contesto, solo una además nosotras te cuidamos si te mareas, emmm bueno solo una.
Como sea me convencían para seguir tomando, en un momento dado me encontraba algo mareada y con ganas de orinar, voy al sanitario les mencione a mis primas a lo que dijeron que no me tardara, al salir me percate de que no estaban ellas, y mis primas, pegunte, no sabemos estaban ahí sentadas, me contestaron, después de 10 minutos de esperarlas les dije que me marcharía, a lo que ellos abogaron que me quedara un rato más quizá ellas fueron al baño u otra cosa pero que volverían, acepte quedarme pues no creí que ellos intentaran algo contra mi ya que ellos conocen a mi hermano y saben que no es alguien con quien pudieran pasarse de listos, además de que mi hermano pasaría por mí, ese era mi pequeño secreto.
Jorge me ofreció un trago de tequila con refresco de toronja, diciendo que él lo que esperaba a mis primas y le acepte pensando en que sería el ultimo que tomaría.
Carlos – en lo que esperas a tus primas baila con nosotros.
El tequila estaba haciendo efecto en mi por lo que acepte, los chicos se pusieron de acuerdo para ver quien bailaría primero conmigo.
Jorge fue el primero, al principio me tomo de la cintura pero poco a poco su mano fue bajando a mis nalgas, realmente no se si fue por el tequila o por lo caliente que me estaba poniendo pero no hice nada, después de terminar la canción fue otro chico y después otro que simularon los movimientos de Jorge, el último fue Carlos quien al principio hizo lo mismo pero posteriormente bajo un poco de mis jeans y subió mi calzoncito e intento meter la mano a los jeans, pero al ver que no pudo trato de besarme a lo cual en todos los intentos esquive su cabeza hasta que le dije que ya no quería bailar.
al ver que estaba molesta me dijeron que no pasaba nada y que siguiera tomando mi trago no supe si aún no había tomado mucho o si habían vuelto a llenar mi baso pero le tome, tenía que ir al baño nuevamente al salir y sentirme mareada me quede sentada en un sillón hasta donde me alcanzo Jorge quien me dijo, ya te cansaste de bailar y se sentó a mi lado, si ya me canse le conteste torpemente al momento en el que pasaba su mano abrazándome.
Jorge – apuesto que tienes calor, porque no te pones más cómoda.
no lo vi mal en el momento ya que si sentía calor.
Jorge – vamos te ayudo.
realmente sentí que si me ayudo solo que cuando yo sentí que ya me había quitado el suéter tipo sudadera el volvió a abrazarme y sentí su mano directo en la piel de mi hombro, por lo cual me agaché y vi que solo tenía el brasier, el cual el ya intentaba quitarme.
le dije que no, a lo que el contesto, no te preocupes hace calor y te estoy ayudando para que estés cómoda.
mis movimientos impidieron que siguiera intentando quitarme el brasier, pero el empezó a besarme la cara y los pechos por encima del brasier, pensando en que si hablaba duro y los demás chicos me oían quizá ellos si me desvestirían del todo, me quede quieta solo tratando de empujar a Jorge aun que para ese entonces mi receptividad era bastante, en un momento dado Jorge se levantó y se fue, pero regreso con los otros 3, empezaron diciendo que si tenía calor que era mejor que me quitara también el pantalón, a lo cual entre los cuatro me quitaron los zapatos y el pantalón e intentaron quitarme el calzoncito pero cruce las piernas lo que si lograron fue quitarme el brasier, me di vuelta, con una mano en los pechos y otra en mis nalgas para evitar que me manosearan los pechos y me bajaran el calzoncito que solo tapaba la mitad de mis nalgas.
Carlos – pero que buenas nalgas tiene.
Jorge – sí, está bien buena.
en eso sentí como me empezaban a acariciar las piernas, la espalda, las nalgas, intentaban tocar mis pechos y besar todo mi cuerpo, sentí que alguien puso su cara en medio de mis nalgas y lengüeteaba su respiración y mi excitación hicieron que por instinto empezara a mover las caderas como si me estuvieran comiendo la vagina.
Como pudieron me dieron vuelta y taparon mi cara, escuche pasos desde la entrada, sentí otra boca que me trataba de chupar los pechos, me sentía tan puta, tan golfa, exhibida, y a la vez tan excitada con ganas de que me penetraran, después de un rato más de magreo a mis pechos, labios y piernas volví a escuchar los pasos y las cuatro bocas que antes me besaban volvían al ataque, escuche que llamaban a la puerta, fue una sensación de “qué bueno que alguien ha llegado pero a la ves quería que la situación continuara”.
escuche la voz de mi hermano decir, ella no me mando mensaje, deja le llamo.
trate de gritar, pero uno de ellos tapó mi boca con su mano, se escuchó mi celular sonar.
sentí miedo al escuchar a mi hermano decir, déjame entrar!, ¡déjame entrar o te parto la madre!
se escuchó el inigualable sonido de su caminar. pero que mierda, dijo con voz furiosa, escuche como uno a uno trataron de atacarlo e igual escuchaba como se quejaban, me quite la prenda que usaron para taparme los ojos.
en eso mi hermano enojado me dijo, vístete, y así lo hice
(en mi primer relato mencione que mi hermano hace ejercicio, esto es porque su sueño de pequeño era meterse a la marina armada, pero al ver que prácticamente me dejaría sola decidio ejercitarse y estudiar JKD para cuidar de mi).
Nos subimos a la camioneta.
José – y supongo que hay una explicación para esto.
– si
le conté lo que había pasado.
José – pues lo siento, pero no vuelves a salir sola a eventos con tus amigos, amigas o tus primitas, que mierda es una burla o que carajo.
José – estas tomada, verdad?
– sí, no tome mucho, pero no sé por qué me maree rápido.
al llegar a casa me dijo, báñate, a lo que conteste con un sí.
al terminar y vestirme con una tanga liza y un baby doll de los que uso para dormir, fui a su habitación.
– estas enojado.
José – no enana hermosa, estoy molesto, molesto de encontrarte a cada rato en situaciones desagradables.
– no fue mi culpa, yo fui a distraerme un rato, pero al parecer me pusieron una trampa.
José – por eso no vas a volver a ir a ningún lado sola, ¿vale?
– sip, emmm me atiendes? (así le digo para darle a entender que estoy cachonda y que necesitó una buena ración de su verga)
empieza a quitarse la playera descubriendo el abdomen y pectorales donde me fascina descansar la cabeza como lo hacía cuando de pequeña me sentía triste, cuando tenía miedo, cuando no quería dormir sola ahora lo hacía por que la mujer tiene la necesidad de sentirse protegida, amada o para descansar después de a verse entregado a él como dudo que lo pueda hacer con alguien más, como solo podre a ser lo con el hombre que siempre la ha cuidado. Continuando con las zapatos y calcetines posteriormente su pantalón dejando ver que aun que el a veces dice que solo me lo hace por complacerme, me daba a enterar que su hermana vestida como hembra en celo, haciendo alarde de estar en su mejor etapa reproductiva, de sus poderosas caderas de hembra, le despertaba su virilidad capaz de mantener bien atendidas las necesidades sexuales de su pequeña princesa.
me comienza a besar como si disfrutara de la fruta más apetecible, más jugosa. empieza a bajar por mi cuello y mis dientes muerden mi labio inferior mientras siento como mi vagina empieza a exigir apresar en ella a la única verga que está dispuesta a permitir que la penetré y lo anuncia dejando salir jugos que humedecen la delicada tanga que cubre mi sexo.
con sutiles caricias a mi espalda me despoja del baby doll y empieza a darme a saber que mis pechos no solo sirven para alimentar sino también para ser contempladas, admiradas, disfrutadas y no encuentro mejor persona que el para que las disfrute, me sigue acariciando la espalda y su boca sigue bajando hasta llegar a la delicada tela de mi tanga la cual es arrastrada por las manos que acariciaban mi espalda, esa manos que pasan acariciando mis nalgas, mis piernas y mis tobillos hasta alcanzar el suelo.
su mirada enfoca a mi sexo casi sin bello, lo mira como lobo hambriento y se lanza a devorarlo, pero de la manera más tierna que me recordaba a aquellos días que me daba el beso de buenas noches en la frente, pero de manera tan apasionante que me recordaba que ahora soy una mujer con la necesidad de ser sumisa a mi hombre.
escucho a mi hermano decir, pero que éxtasis más embriagante son los jugos de tu vagina y me da vuelta haciéndome quedar a espaldas a el regalándole un beso a mi vagina, habré mis nalgas y le regala otro a mi culito, beso que me hace estremecer y me arranca un gemido el cual es delicado digno de una princesita, sube su rostro pegado a mis nalgas y se detiene en donde inicia la separación de mis nalgas y me regala otro beso, mi cara está gesticulando placer, deseo y jubiló, el sigue subiendo con besos por mi espalda hasta llegar a mi hombro en donde suelta mis hombros y me abraza de manera que sus manos toman mis pechos y sus labios se unen a los míos presentando su lengua traviesa a la mía ensañándole a jugar, una de las manos de mi hermano baja a mi vagina en donde empieza a juguetear con mi sexo, mis piernas se abren dándole seña de que tiene permiso de hacerlo, de que lo estoy disfrutando. me empuja tiernamente indicando que me acueste en la cama, así lo hago sube besando mis pies, tobillos, piernas e internándose en mis labios vaginales a lo que hago paso a mi hermano abriendo las piernas para él.
“Si, José cómeme la vagina”, empiezo a gemir con mayor frecuencia sin perder la delicadeza, estuvo comiéndome bastante tiempo hasta que apreté las piernas atrapando su cabeza, pues estaba teniendo mi primer orgasmo.
José – ven aquí hermosa.
sabía que era hora de pagar el favor, así que deje caer un cojín en donde pondría mis rodillas.
José – esta vez no te centres solo en mi verga, ¿vale?
sabía a qué se refería, lamí mi mano y lo masturbe con ella, posteriormente la trate de introducir toda en mi boca, fue imposible, le volví a masturbar mientras que le lamí los testículos, esas ricas bolas que me regalaban tanta leche, las introduje a mi boca, las besaba, las volví a introducir a mi boca mientras que la rica verga de mi hermano quedaba enzima de mi nariz y de mi frente admirada por mis ojos, le volví a mamar la verga me sentí muy cachonda y húmeda.
Jose – Así princesa, así insaciable y golosa hermanita, ¡Que rico lo mamas!
me levanté de mi posición y me senté en la cama abriendo las piernas.
“Cógeme” mi vagina está ardiendo y con sus jugos le indica a mi hermano que está ansiosa por recibirlo.
mi hermano toma mis piernas y se acerca dejando su verga en la entrada de mi vagina la cual con ayuda de los líquidos que emanan de ella hacen que sin esfuerzo esa verga entre en mí, entonces mi hermano me levanta y me pone enzima de un mueble y ahí me empieza a bombear, él sabe que esta posición me encanta pues me hace sentir su mujer, me hace sentir protegida por él, después de un largo rato así, me regresa a la cama en donde queda enzima de mí, con mis piernas lo aprisionó, estoy muy mojada, perdida en el placer que mi hermano me hace sentir, por inercia mis manos toman las sabanas las cuales sujeto con fuerza, llega mi segundo orgasmos, mi hermano suprime mis gemidos con besos en poco tiempo más el también termina llenando mi interior con sus rica leche.
Mi hermano sabe que aún no me satisface del todo, sabe que a mi vagina le gusta que le den guerra y me comienza a comer los pechos, se levanta de la cama y a mí me hace ponerme en 4 en la orilla dejando mi culo y vagina a su disposición, me empieza a acariciar las nalgas y dos de sus dedos se introducen en mi vagina la otra mano se encargó de complacer a mi clítoris, la excitación y las manos expertas de mi hermano hicieron que tuviera mi tercer orgasmo, sentí como las paredes de mi vagina aprisionaban a los dedos invasores que me llamaban de placer.
José – me dejas cogerte Laurita.
realmente no sé qué había pasado por la mente de mi hermano o porque lo preguntó, pero muy excitada le dije que sí.
Se sentó en el borde de la cama con los pies sobre el piso, me senté sobre él, dándole la espalda, después me levanté y puse su glande en mis labios vaginales me empalé deliciosamente, me moví en círculos mientras apretaba la verga de mi hermano con mis músculos vaginales, controlando la presión como si se tratara de mi boca o de mi mano, Literalmente yo me estaba cogiendo a mi hermano, los dos gemíamos cachondamente con los ojos cerrados. después de un buen rato así sentía que nuevamente estaba por tener otro orgasmo, esta vez explote en jugos, mi vagina le daba a saber a mi hermano lo buen amante que es, momentos después mi hermano volvió a llenar mis entrañas con su leche caliente
esta vez nos quedamos acostados un rato, en mi mente no había nada, me sentía en un sueño irreal, volteé a verlo, estaba lleno de sudor, le sonreí de una manera tierna y a la vez coqueta con el dedo en los labios.
me acerque a él y puse la cabeza en pecho, no tardo mucho tiempo para darme la vuelta de manera que nuevamente estaba con la espalda hacia él, tomo mi pierna y la subió a la de el de manera que quede abierta de piernas me penetro e iniciamos el ritmo, solo lograba escuchar ese delicioso sonido de mis nalgas chocando con su cuerpo.
después de unos minutos, decidí volver a cabalgarlo y así lo hice, me tomo de manera que volvimos a unir nuestros labios, mientras uno de su dedo empezaba a estimular mi culito, pensé que tenía en mente desvirgármelo, pero no, se limitó solo a meterme el dedo, después de esto me levanto haciendo que me pusiera en 4 nuevamente solo que esta vez el me indico como.
José – abre bien las piernas, para las nalgas y pon la cara al piso.
me tomo de la cintura y empezó a embestir de manera violenta, pero cuidando no lastimarme, dos o tres nalgadas y posteriormente con una mano estimulaba mi clítoris y con la otra mano amasaba mis pechos a su antojo.
estallamos juntos en un último orgasmo, en un río de jugos y esperma que emanaba de mí una vez que mi hermano saco su verga de mi interior, terminamos cansados y solo jalamos las sabanas de la cama para quedar acostados en el pisó de donde no nos levantamos hasta el día siguiente.
Algunos lo pueden llamar incesto, locura o de mil maneras diferentes, pero quien dicta nuestros sentimientos.
Yo decidí entregarme al hombre que siempre ha visto por mí, como el mismo me dijo. “Yo siempre te he hecho el amor, al cuidarte, al preocuparme de ti, al educarte y mil cosas más”.