Solas tu y yo Final 1/2

Final parte !

Holas!!!!

Bueno aquí les dejo… la final parte 1… el trascurso de la historia esta igual tal cual lo pensé, así que aquellos que no les ha de gustar lo siento, pero siempre me imagine esto desde el principio de la creación de este relato, lo único es una pequeña modificación que… Gracias a una par de amigos Fran y Danii creamos!!!

Disfruten leyendo como disfruté escribiendo

P.D. NikaB aja hasta cuando con la espera, a danni una especial dedicatoria… a Fran eres un vacan, Lili gracias por defenderme ejjeej mi abogada!!! Kisses.

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CLAUDIA

Beatriz continuó hablando pero ninguna de sus palabras fueron entendidas por mi cerebro, no podía ser… era imposible… no… no… mil veces no… ¿Acaso por negarlo dejará de ser realidad? Cuelgo la llamada y vuelvo a sentarme en el sofá, mi estado de shock aún está latente, miro fijamente la pared del frente. No sé… las palabras pasean en mi mente, ninguna… ni una sola… alcanza describir ni un centímetro, ni un ápice mi sentir, mi sentimiento de pérdida, vacio, soledad y tristeza… simplemente no se pueden representar, describir o imaginar. No podía llorar, es impresionante, pero ni una sola lágrima podía salir de mis ojos, la tristeza… me arropaba en sus brazos, mi corazón no estaba roto por la mitad, estaba pulverizado… todo este hervidero de emociones que recorre mi cuerpo y no puedo expresar de ninguna manera… mis sentidos congelados y sin dominio

Camino hasta la alcoba, que tantas veces fue testigo silencioso de nuestro amor, mi cuerpo cae sobre la cama, llamadas al celular, el timbre a reventar… una almohada sobre mi cabeza, mis heridas están abiertas de par en par… y ni siquiera puedo pronunciar su nombre, la nostalgia de los momentos vividos, de los besos compartidos… pasan las horas, entra la noche con su manto sombrío, no enciendo ninguna luz… mi alma esta en penumbras, mi corazón destrozado, mi cuerpo… con ganas de morir, una fuerte lluvia golpea la ventana de mi cuarto. Así como se mojan las calles, empiezan a fluir mis lágrimas como un río caudaloso, quejidos silenciosos y un terrible mareo… todo ahogado por los truenos incesantes. Mientras la lluvia cae por la ciudad, mi rostro, mis cabellos y las sabanas de mi cama se humedecen

En este momento de desolación pienso en ti, voy y busco la botella de vodka… corto unos limones, unas naranjas… veo nuestra foto en la puerta de la nevera, de esas instantáneas... cuando pintamos la casa y aparecemos en la imagen abrazadas y llenas de pintura por todos lados, tú en mis brazos y nuestros ojos brillando de felicidad… la agarro y te toco… empiezo a beber, beber y beber… cada trago me quema la garganta pero tu recuerdo se hace más vivido, te veo… -¡Estas hermosa!- Un limón me corta la imagen, miro la copa… tu rostro se dibuja… - ¿Por qué no estás junto a mi? De tenerlo todo, ahora no tengo nada… te necesito tanto, te deseo tanto… - ¡NOOOOO! – Lanzo la copa, la veo estrellarse contra la pared y me rio de los pedazos que caen en el suelo… así se siente mi alma, cortada en mil pedazos… sin que nadie los recoja… sentir el corazón tan vacio… me duele… me duele el pecho… Tu presencia falta en mi vida, entre sueños te veo… tan vívido… que no sé si es real. Caminas, pero cada vez que intento alcanzarte para abrazarte, te alejas más y más

Despierto… boca abajo en el sofá de la sala, un fuerte dolor de cabeza, mucha sed, una botella vacía en mi mano… veo tu libreta sobre la mesa y los recuerdos del día anterior, me golpean uno tras otro… estas muerta… ya no estás conmigo… las ilusiones del futuro, nuestros planes, todo tirado a la borda por un maldito accidente. Veo los mensajes que llegan al celular

Andrea: Claudia ya nos enteramos, todos estamos mal… pero deja que estemos contigo, no cometas locuras

Andrea: Ábrenos la puerta… tamos todos aquí afuera.

Andrea: Vendremos mañana, quizás kieras estar a solas

Andrea: Tamos en camino del funeral… ya sabes… nos encontramos… en la noche

Vuelvo a tirarme en el sofá, mi mirada se abstrae… me haces falta… tu sonrisa, tu cuerpo, tu aroma… esa forma en que me miras… un nudo en la garganta… -¡Mas bien me mirabas! – Digo al aire. Solo me ha quedado tu recuerdo, los recuerdos de lo que fuimos, llevo un cigarro a mi boca, y en cada bocanada que exhalo, te respiro a cada segundo. Me han robado un pedazo de mi vida, te robaron… te quitaron… creyendo que con eso, mis sentimientos se irían, al contrario, ahora esos sentimientos aprisionan mi corazón y no lo dejan respirar, esos sentimientos que te reclaman a cada momento, a cada segundo… -¿Cómo voy a seguir sin ti? ¿Qué camino he de tomar? –

Prendo el portátil y empiezo a escribir, nuestra historia… la tuya y la mía, nuestro amor, con cada letra, palabra y oración, siento mi corazón partirse en mil, rememorando cada día, la forma en que nos enamoramos, nuestro primer beso, la primera vez que pude tocar tu cuerpo, cuando nos separamos por tú estúpida familia, cuando regresaste conmigo… busco entre las páginas de tu diario y anoto tus pensamientos y cada letra que pusiste, tal cual la escribiste, traspaso tu sentir… sonrió por tus ocurrencias, por tus dudas, toda tú esta en esta pequeña libreta.

..

El tiempo pasa, me obsesiono… no me levanto ni a tomar agua… continuo escribiendo… toda nuestra vida escrita en este documento de Word… luego de varias horas de intenso trabajo termino, llego al presente, a este día… Pero tú vives en mí, Mariana, estás dentro de mi piel, con ganas de arrancármela para no sentir este amargo dolor que me deja tu partida

Llegan nuestros amigos, es bastante tarde, pero aparecen todos

  • ¿Qué ocurrió aquí Claudia? – Pregunta mandona Andrea
  • ¡Pues que crees!... me emborraché… - Le contesto
  • Toma, te traje esto… - Fonchy me entrega una botella… me alegro, exactamente lo que le pedí, Whisky
  • ¿Cómo se te ocurre traerle eso? – Dice Laura
  • Claudia esta en duelo, si se quiere tomar una licorera se la traigo… - Concluyó Fonchy.

Todos hablan pero no me importa, empiezo a beber nuevamente… llevo la botella hasta la mitad, me observan como esperando que diga algo, pero solo me dedico a tomar y a fumar, Laura me dice que en la tarde fue el entierro, aún sigo sin creerlo, sigo pensando que va a entrar por esa puerta y me dirá que todo fue un engaño o algo así… pero ¿Quién mas para darse cuenta de algo que la enfermera, ó Laura que está en ese mundo?

  • El funeral fue bastante… sobrio… - Decía Laura
  • Pero hizo falta… la verdad… el amor de ustedes era demasiado hermoso… - Contestó Andrea.
  • ¡Vamos al cementerio! – Dije sin dudar… todos se miraron unos a otros - ¡Vamos ya! – Me encontraba bastante mareada… miré a Fonchy… - ¿Aún tienes tu guitarra? – Asintió con la cabeza y nos fuimos para el cementerio.

En el camino, sentía sus labios, ¿Por qué al tomar la siento más cerca de mí?, si estuvieras aquí… no estaría así… no me sentiría así, continúe bebiendo sin control, ebria hasta no lograr enfocar ninguno de mis sentidos… ebria como hace tantos años no lo estuve… ebria y dolida… Siento que el auto se detiene, antes de que se bajara alguien, abrí la puerta y comencé a caminar… a mitad de camino me devuelvo los miro, entre risas y lágrimas… -¿Onde… la ent… hip… enterraron? – Fonchy me indicó el camino… Observé la tierra recién puesta, una lápida de mármol blanco… "

Q.E.P.D. Aquí yace nuestra adorada y bien amada hija

"

  • Que Hijueputas viejos estos… ¿Adorada?, ¿Bien amada?... ¿Quién coño puso esto así? – Pateé la lápida
  • ¡Cálmate Claudia! – Gritaron todos
  • Que se calmen los muertos… la mujer de mi vida está allí – Señalé la arena – Se está volviendo polvo, en vez de estar conmigo… - Lloré amargamente y caí de rodillas sobre su tumba, palpé la tierra, observé el sitio donde estaba su cuerpo… - ¡No tenías porque morir!... no tu amor… menos así… sin poder darte esto – Saqué la caja con el anillo
  • ¡Dios mío! Claudia no te hagas esto… - Se acercó Andrea
  • ¡NO ME TOQUES!... Debo… despedirme… déjame dejar mi dolor aquí. – Le quité la mano a Andrea de mi hombro y seguí hablando - ¡Mariana!… aún siento el calor de tus labios en mi boca, el ardor de tu abrazo en mis brazos, la nostalgia me está matando… pero me mata más, el hecho que no estamos en el mismo lado del ciclo de la vida – Un escalofrío me recorre por la nuca y baja hasta mi espalda – Esta maldita tristeza, Mariana… - Toqué mi pecho - No creí jamás que sentiría esto… y hoy aquí… prefiero que fuera así… no me imagino yo allí tirada, muerta… y tu sufriendo esto… es mejor que si esto tenía que ocurrir, si el destino era tan chistoso como para hacernos esto, fueras tú la que estés descansando en paz, mientras yo me muero en este infierno por tu ausencia, amor
  • Claudia, dime ¿Qué quieres hacer? – Fonchy se colocó al lado mío
  • Saca la guitarra… - Me acerqué a su oído y le susurré
  • ¡Vámonos ya Claudia! –
  • ¡No!, primero… lo último que puedo darte… - Las notas de la guitarra inundaron el lugar, Andrea abrazó a Laura… y las notas de una vieja guitarra y la voz que aún me quedaba… empecé a cantar

No quiero estar sin ti, Si tú no estás aquí

Me sobra el aire. No quiero estar así

Si tú no estás, la gente se hace nadie

Si tú no estás aquí no se

Qué diablos hago amándote

Si tú no estás aquí sabrás

Que Dios no va a entender por qué te vas

No quiero estar sin ti. Si tú no estás aquí me falta el sueño

No quiero andar así

Latiendo un corazón de amor sin dueño

Si tú no estás aquí no sé...

Qué diablos hago amándote

Si tú no estás aquí sabrás

Que Dios no va a entender por qué te vas

Derramaré mis sueños si algún día no te tengo

Lo más grande se hará lo más pequeño

Pasearé en un cielo sin estrellas esta vez

Tratando de entender quien hizo

Un infierno el paraíso

No te vayas nunca porque no puedo estar sin ti

Si tú no estás aquí me quema el aire

Si tú no estás aquí no se...

Qué diablos hago amándote

Si tú no estás aquí sabrás

Que Dios no va a entender por qué te vas

Si tú no estás aquí

La canción termina, la despedida es inevitable, Fonchy me levanta… el esfuerzo físico y mental del día, mezclado con toda la bebida ingerida me hace caer dormida en el auto. Una vez más entre sueños, siento a Mariana llamarme, buscarme… esta vez no pude verle el rostro y mi desesperación por buscarla llegó al extremo… desperté… empapada de sudor, el sol entrando por la ventana, el guayabo (resaca) me impedía levantarme de la cama. No lograba ubicarme ni en el tiempo, ni en el espacio, Andrea aparece con un plato de sopa… me ayuda a sentarme en la cama, bebo cada sorbo… sintiendo como el alma vuelve a mi cuerpo. No puedo evitar sentir, que Andrea está esperando para darme un sermón

  • ¡Ya estás bien! – Afirma, obligándome levantar y metiéndome al baño
  • Eso no sonó a pregunta, pero sip… gracias… - Me desvisto y entro a la ducha, el agua tibia recorriendo mi cuerpo, me hacía sentir bien… pero este apartamento tiene a Mariana impregnado por todos lados y como una boba mis lagrimas se confunden con el agua que cae de la ducha.
  • ¿Estás llorando? – Pregunta Andrea
  • ¡No!... estoy celebrando porque soy soltera… - Respondí con rabia
  • ¡Dios Claudia! Juro que te aguanto porque sé que estas mal
  • Entonces no me aguantes… déjame sola
  • De ninguna manera, vamos a turnarnos para hacerte compañía por lo menos estos días, ayudarte a recoger las cosas… de… Mariana

Abrí la puerta con violencia… -¡Ni se te ocurra tocar nada!- Mi vista fija en ella, la obligó a quedarse quieta

Realicé la rutina normal, luego de dos horas estábamos sentados en la sala, mi jefe con su esposa apareció, los saludos y sentimientos de pésame respectivos fueron llegando por amigos cercanos, mis primos de la costa viajaron, Armando y Gabriel, Mauricio estaba en altamar. Tenerlos a todos reunidos nuevamente, en tan corto tiempo, me sentí un poco animada pero a la vez

Mi jefe me hizo una seña y fuimos hasta la habitación que una vez fue de mi madre, pero que Mariana había acondicionado como un estudio. Me senté en el escritorio

  • ¿Cómo te sientes? – Preguntó sin rodeos
  • ¡Ay! Mas o menos
  • Bueno… ¿Ese era el anillo que le ibas a dar a…? – No termino de preguntar
  • ¡Sí!... No lo pudo ni siquiera ver… - Toqué el anillo que colgaba de mi cuello, en una cadena que me había entregado Andrea hace años.
  • Realmente lo siento, ustedes… tú eres como una hermanita… ¿Cómo te puedo ayudar?...
  • Lo de Santa Marta… ¿Cuándo empieza?
  • Alrededor de mes y medio
  • Creo que es lo mejor, una ciudad nueva, gente nueva… dedicarme al trabajo es lo mejor – Agarré una botella del estante y serví un par de tragos
  • Es bueno que te alejes, pero no te vuelvas alcohólica ahora… - Dijo en broma. Bebió su trago y me pidió otro… - Recuerdo cuando me servías tragos…Jajajaja
  • ¡Acompáñeme a tomarme esta botella! Por los viejos y mejores tiempos
  • ¡Claro!... Pero… hablando lo de Santa Marta, vamos a hacer una compra de una maquinaria pesada y si quieres… ve y revísalo, así sales de Bogotá por una semana. – Colocó una tarjeta negra sobre el escritorio - ¡Gasta lo que necesites! – Asentí y nos embriagamos hasta el amanecer.

Llego a la hermosa ciudad de Medellín, el vuelo duró menos que lo que me demoró en llegar de un sitio a otro en Bogotá, el clima de la ciudad mucho más ameno que la capital, me abrazó cariñosamente al salir del aeropuerto. Detengo un taxi y al mismo tiempo que entro por una puerta, una muchacha entra por la otra.

  • Este, disculpa… el taxi es mío – Le digo a la joven
  • ¡NO!... el taxi es mío… yo me monté primero – Responde altanera
  • ¡Estás loca!... bájate
  • Bájate tú… viejita
  • ¡Cállense las dos! Definan quien se baja, para irnos – Nos interrumpió el taxista. En ese momento la observo detalladamente. Una chica de estatura baja, a lo sumo 1.60, mirada profunda, labios perfectamente delineados, femenina en todo su esplendor, cabello corto alborotado, varios mechones en su frente de un negro intenso, lleva unas gafas oscuras, maquillaje suave pero sexi… me impresionó por un momento
  • ¿Vamos juntas en el taxi? – Preguntó sacándome de mis pensamientos.
  • ¡Está bien! – Ambas dimos nuestras direcciones, primero me llevaban a mí y después a ella. En todo el camino no hablamos nada, observé la ciudad por la ventanilla, mucho más hermosa… definitivamente.

Sin decirnos una palabra, arribé al hotel Dann Carlton, una suite ejecutiva, bar abierto… una semana completa, Medellín y yo… Jajajaja. Duermo el resto de la tarde y cuadro las citas con las concesionarias que nos están vendiendo los equipos. Arreglo mi ropa y empiezo a buscar la libreta marrón, me había dedicado a leer las primeras páginas de lo único que me quedaba de Mariana pero no la encontraba… decidí buscar luego, bajé al bar y empecé a beber cocteles… 53 cocteles en la carta, así que… tenía que empezar temprano. Al llegar a la mitad, veo a la misma chica de esta mañana, vestida diferente, pantalón blanco que no dejaba nada a la imaginación, botas grises, blusa manga larga, ceñida al cuerpo de un modelo que la verdad no puedo describir, color gris, ese porte con el que caminaba, me pareció impresionante. Dejé de observar y seguí deleitándome con mis cocteles

  • ¡Buenas noches! – Dijo muy cordial, a diferencia de lo grosera que fue en la mañana
  • Claro, no está ocupado – Prende un cigarro y bebe brandy.

Guarda silencio por un largo rato y yo tampoco decido hablarle

  • ¿Siempre eres así de seria? – Pregunta
  • Con la gente que no me llevo bien… obvio
  • Disculpa mi reacción esta mañana, venía llegando de Argentina y tuve problemas con mis maletas
  • ¡Disculpa aceptada! – Seguí sin darle la cara
  • Creo que esto es tuyo… - Me entregó mi agenda marrón – No sabía cómo entregártela y recordé que este era tu hotel, pero luego no sabía tu nombre… así que lo busqué… ya luego… no pude dejar de leerlo
  • ¿Lo leíste todo?
  • La mayoría… debe haber sido duro, enamorarse de una mujer y que la familia de uno… fuera capaz de hacer todo eso… - Me reí
  • ¡No lo escribí yo!... fue… - Tragué saliva – Mariana, ella era mi novia
  • Entonces eres… Claudia… de quien ella habla ¿Cierto?
  • Sí… soy yo
  • Un placer Claudia, mi nombre es Daniela

Hablamos por largas horas, después de todo no era tan fría y banal como parecía… al contrario, era hasta cierto punto tímida, una mujer tan exuberante y ¿Tímida? Eso no se lo creería nadie, agradecí su compañía, la acompañé hasta su auto, pero me sorprendió con un beso… bueno más bien un pico… se fue sin más, reaccioné demasiado tarde, solo sabía su nombre, de todo lo que hablamos ninguna tocó algún tema relacionado con nuestras vidas actuales… demasiado loco esto

Los siguientes días realicé todas las diligencias laborales, por las cuales estaba en la ciudad. Revisé los equipos, todos cumplían con lo establecido, fue más rápido y sencillo de lo que me imaginé, me quedaban dos días libres en la ciudad por lo que decidí, conocer las discotecas de Medellín. Fui a una zona, donde según me contaron, estaban los mejores sitios de rumba, un jean, botas negras a mitad de la pantorrilla, una camisa manga larga de cuadros rojos con negros, maquillaje suave pero que resaltar mi mirada, perfume, mi cabello suelto, que por cierto en Medellín, había decido volver a cortármelo así todo roquero, todo crazy

Caminé por enfrente de varios bares, bebí una cerveza en uno, llegué a otro y un sitio interesante desvió mi mirada, un letrero inmenso con el contorno de dos chicas sosteniendo el nombre, llamó poderosamente mi atención, sumado con el nombre… Jajajaja ***"

Daniela’s Girls "* . Un tipo de seguridad en la puerta me pide mi documento de identidad… ¿Acaso tengo cara de niñita?, de mala gana le di mi cédula y decido entrar.

Un pasillo largo, con banderas gay por todos lados, fotos de mujeres besándose, un gran poster de Britney y Madonna con el beso que se dieron, el bar está parcialmente vacío, una gran barra en un extremo, luces, flashes, mesas alrededor de todo, el tema del bar… azul y blanco, muy lindo por cierto, una chica atiende la barra y me siento a una silla de una muchacha que tiene un jean gris, cazadora grisácea, camiseta verde con letras en grande amarillas, chavos negros con cordones verdes, ojos de un azul intenso, cabello castaño oscuro, tez blanca

En frente de la barra, ubicada sobre un asiento muy cómodo, me dirijo a quien atiende - Tequila doble, por favor, y una cerveza Heineken… ¡Gracias! - La bar tender me sirve el trago, lo tomo directo y seco... el amargo sabor, me despierta a la realidad... nuevamente en un bar... hace mucho tiempo de la última vez que venía sola a un sitio de estos, suena una buena rola… un rock en español

Empiezo a beber la cerveza, la espuma sobre la superficie del líquido, el color dorado e intenso me hipnotiza... una pequeña burbuja desde el fondo corre presurosa hasta la cima del vaso, para explotar y esparcirse en el tope, continuo bebiendo sin control hasta que una tipa que parece un tipo se abalanza sobre mí.

  • ¡Hola guapa! ¿Por qué tan solita? – El sonido de su voz no puede ser más grave, porque sería imposible
  • Porque me da la gana... - Contesto de mal genio, esperando que con eso le baste y le sobre para dejarme en paz.
  • ¡Vamos!, ven a bailar conmigo, para que te alegres – Intentó hacer un movimiento con su cadera que me revolvió el estomago, creo que un robot tiene más cintura y más gracia.
  • ¡Estás loca!... si crees que voy a bailar contigo... después se me calienta la cerveza... y una cerveza caliente es un asco… sigue con tu camino... estoy segura que encontrarás a otra que desee bailar contigo - Toda la ironía sale expulsada de mis labios... Vuelvo a voltearme sobre la barra, pero una de sus manos aprisionó mi hombro, algo dijo entre dientes, pero la verdad no le entendí nada y tampoco me interesaba entenderle, el hecho de que interrumpiera mi momento de tranquilidad y soledad fue la gota que rebasó el vaso, sin pensarlo y sin dudarlo, agarré fuertemente mi cerveza y la lancé directo a su cara....

Tuve tan mala suerte, que la tip@, se adelantó a mi movimiento y esquivó la cerveza antes que le cayera encima. Para colmo de males, no solo no le cayó... sino que la joven sentada a un asiento del mío, fue quien terminó mojada completamente... -Trágame tierra, que se abra un hueco y me absorba – Pensé - La fastidiosa de la trunck se fue gritando mil y una vulgaridades, lo único que hice, fue sacarle el dedo del medio en respuesta a sus sandeces.

Con mucha pena y sinceridad, le pedí disculpas a la joven, quien pago por la culpable. Su actitud relajada y tranquila, me dio confianza dejé de sentirme mal por lo ocurrido, decidí entonces, invitarla a tomar unos tragos, primero para no estar sola y segundo para resarcirme por haberla mojado toda.

Suavemente se quitó la cazadora, puedo notar que es una chica muy linda, con un corte de cabello todo punk, bastante gracioso, aunque hace juego con toda ella. No pude evitar recordar, mis tiempos, esos en los que usaba camiseta y andaba en chavos para arriba y para abajo, su mirada inquisidora me colocó algo nerviosa, así que ordené los tragos, ella estaba tomando ron y yo por mi parte estaba dándole al tequila con Heineken. Nuevamente me choqué con su mirada, azules… azules como el mar, azules como las playas de Cartagena… como ese día que estuve con Mariana… -¡No pienses esas cosas ahora! – Mi tristeza era imparable, traté por todos los medios de que no se diera cuenta, pero no sé si fue suficiente.

Empezamos a beber de forma incontrolable, brindábamos por todo, tequila y ron… que combinación… lo más lindo de México, con lo de nuestra tierra, sentía el calor del licor en mi sangre, pero aún me sentía con plenitud de mis facultades. Su sonrisa parecía fingida, como si tratara de hacerse la dura… yo conocía bien eso… yo lo vivía todos los días… desde que

Le pregunté sin vacilación que qué hacía en este sitio, ella también cargaba su tristeza, su desolación, todos llevamos una cruz a cuestas y el mejor remedio para olvidarnos que cargamos con algo tan pesado, que a veces queremos tirar y dejar allí… es… EL ALCOHOL

Con el paso de los minutos, nos presentamos… la chica se llamaba Samantha… de cariño empecé a decirle Sami, al momento de estrechar su mano, nos miramos como tontas, quizás buscando la tristeza que nos unía, no era un sentimiento de amor, de pasión o de sexo, era puro y llano entendimiento, pude ver reflejado mi dolor en otra persona, alguien que quizás entendiera, sus ojos vieron mi cadena, la chispa de la curiosidad se mostró en su mirada y en su rostro.

Me burlé de que me mirara de esa forma, se veía tan indefensa, como si le hubieran hecho mucho daño, no sé porqué, pero siento una empatía enorme… y pensar que años atrás, hubiera aprovechado esta situación para llevarla a una cama. Aún seguía mirando mi anillo, aunque nunca me imaginé que preguntaría por él, eso si me sacó de casillas, rememoré cada segundo, mi despedida de Mariana en el cementerio, todas las ilusiones rotas, eso fue un golpe bajo, quería matarla por hacerme recordar lo que trato de olvidar todas las noches con alcohol. Recapacité… estoy en otra ciudad, lo más probables es que nunca vuelva a ver a Sami, así que demonios… bebimos nuevamente.

Le mostré el anillo que llevaba y no pude evitar, sentirme triste, era normal este sentimiento en mi vida, pero no así, como si quisiera contarle todo a una perfecta desconocida… me preguntó por el anillo y le iba a responder

  • Significa... la historia de un gran amor... un amor que cambio mi vida, un amor que me transformó por completo, me hizo mejor... pero mejor en todo... y colgado en el cuello, porque la mano que podía tenerlo... ya no esta... - Mi voz se quiebra, quiero llorar… pero no me dejo y sigo bebiendo, ya no siento bien mis manos y un fuerte calor sale de mi rostro.

Hablamos por largo rato, entre tema y tema… llegó al punto… ¿Qué hacía aquí… sola y abandonada?, yo también tenía curiosidad, así que opté por hacerle un trato, ella me contaba y yo le contaba… narré mi historia de la forma más resumida que pude, pero no pude llegar al final, no pude decirle que Mariana había muerte y que no estaba conmigo, creo que terminó creyendo que me había dejado, pero eso no me importaba mucho, aunque ella no estuviera conmigo, sentía que éramos novias, la muerte no mata un sentimiento.

Luego me contó que la hicieron sufrir, que se enamoró nuevamente, y que ese amor le corresponde, hasta allí iba todo bien… pero… empezó a decir a una cantidad de cosas que me dieron rabia, ira… pero sobretodo mucho pesar… ¿Cómo es posible? La chica de la que habla Sami la ama y ella no se lo ha dicho, no solo no se lo ha dicho, sino que se rinde ante el ex-novio y una enfermera de pacotilla… ¿Dónde tiene los pantalones esta niña?, tanta fuerza que muestra, tanta madurez y control, lo que es… es una vulgar cobarde. Con toda la impotencia que me dio, le dije hasta del mal que se iba a morir, evidentemente me contestó con piedras en la mano, trató de levantarse e irse… me reprochó que yo no fuera valiente, por haber dejado ir al amor de mi vida, tonta esta… -¡Ella murió!- le grité.

Regresó y hablamos, del amor, de lo que le pasó a Mariana, pero pues… su rostro de pensativa con lo que le estaba diciendo, quizás animarla a arriesgarse, animarla a amar, le dije muchas cosas

  • Busca a tu chica, grítale que la amas, que la extrañas, que la quieres contigo... que estas dispuesta a hacer por ella... lo que no has hecho por ninguna...¡DEJAR DE SER UNA COBARDE!... lánzate a los brazos del amor, porque al final, lo que te queda es eso... el miedo no sirve de nada, el amor es más grande que eso... si no eres capaz deja a esa mujer en paz, porque no la mereces, si no eres capaz de luchar... Vívelo, yo no puedo, no tienes idea... despertar todas las mañanas y saber que la personita que amas no está a tu lado y tener la esperanza muerta porque nunca lo estará... TU LA TIENES AQUÍ... ¡DIABLOS! ¿Acaso eres tan ciega para no verlo?... – Lo admito, creo que me extralimite, pero me dio cólera, como alguien se enfrasca en pequeñeces y simplemente no hace lo que le dicta el corazón y ya.

Ya a esas alturas el tequila había llegado a mi cerebro, se me dificultaba coordinar mis movimientos, pero aún estaba bien, eso lo dice todo ebrio. Veo entrar a una mujer espectacular, tan perfecta, tan linda, tan familiar que me pareció increíble que fuera cierto, alta, delgada, escultural, jeans, camisa blanca manga tres cuartos, un cinturón debajo de los senos que la hacía ver como una guitarra, que hermosura… pero no podía dejar de pensar, de sentir… cierta familiaridad, al verla de frente sus atributos se hicieron más imponentes… parecía

Saluda a Sami y me observa de arriba abajo, su mirada me intimida pero me hace sonreír, aún me miran con deseo las mujeres… Jajajaja, lo bueno es que aún me doy cuenta

  • Cris, ella es Claudia – Me la presentan, extiende su mano para saludarme y me sonríe, sexy… muy
  • ¡Mucho gusto Cris! - La miro... como si la conociera de antes, es raro... se me parece a alguien pero... no se...
  • Igualmente – Otra paisita, es que ese acento que tienen estas mujeres es para enloquecerse - ¡Mmm!... veo que llegué muy tarde, comenzaron hace mucho rato sin mi – Mira a Sami y continua hablando -¿Vos pensás que yo no tengo nada más que hacer? ¡Ha pasado 1 hora 40 minutos! y nada que daba con este puto lugar, ¡Sami! y tu celular apagado, como siempre... – Continuó mirando a la recién llegada.
  • Digamos que he tenido a Sami entretenida, que pena que hayas pasado tanto tiempo sin poder llegar... ¿Coctel, trago, tequila, ron?... - La miro fijamente, que ojos tan lindos, grises... tristes... - Pensándolo bien, deberíamos irnos a una mesa... ¿Qué opinan?

Busqué al mesero, mientras Sami y Cris hablaban. Luego de hacer los arreglos respectivos nos cambiaron a una mesa apartada, con un sofá en U y una pequeña mesita en el centro, el lugar se encontraba parcialmente iluminado y ya estaban algunas parejas bailando en la pista. Me acerco a las chicas y les indico el camino hasta la mesa.

  • ¿Qué les parece? Estamos mejor aquí ¿No? - Mi mirada no se despegaba de Cris
  • Cris... de Cristina... digo ¿no? - Le sonreí pícaramente
  • ¡Eeeh!, ya regreso, no demoro - Dijo Sami levantándose con su celular en la mano
  • ¡Así es! - Sonrió mirándome del mismo modo
  • Nos dejaron solas por lo visto - Le comento a Cristina -¿Que vas a tomar?... - Me muevo hasta quedar al frente de ella, su apariencia... es tan... familiar... se parece tanto... – ¡Nahhh! creo que estoy borracha – Pensé, descartando la idea que se formaba en mi mente.
  • Yo sigo con tequila – Mira mis labios… -¿Qué estará pensando Cris, para verme así? – Me pregunté mentalmente.
  • Pero te tienes que emparejar... yo he tomado mucho, mucho... así que no se ¿Qué vas a hacer... para alcanzarme...? - Dije con gracia... no podía despegar mis ojos de sus labios, de su cuerpo... -¿Que me está pasando?- Medité unos momentos
  • ¡Ummm...! - Apenas estaba a escasos centímetros de mí. Agarró la botella y sirvió medio vaso, pero de los normales, realmente me impresionó - ¿Con esto basta? - Dijo, después de tragar toda la cantidad de licor.
  • ¡OHH!... La paisita toma bastante... - La miré con descaro, los efectos del alcohol afloraban mis más bajas pasiones, sentí que era infiel y cambié de postura... tratando de mantenerme a raya.
  • La ocasión lo amerita - Susurró, algo dentro de mí, pensó que deseaba besarla pero seguí sin prestar mucha atención.
  • ¿Cris quieres bailar?... para bajar el trago... – Me levanté y le tendí la mano.
  • Si prometes que no eres de las que no sabe bailar y se rinde a media canción, porque no puede seguirme el paso – Su sonrisa me cautivó
  • ¡A ver!... mi primos son de la costa... vamos a ver si tú – La señalé - Me llevas el paso... - Me acerqué demasiado a ella, pude ver sus ojos detalladamente...
  • ¡Humm!, está bien, acepto - Asintió coquetamente.

Apretó su mano, el contacto de su palma con la mía... me electrificó... la suavidad de sus manos, la textura de su piel, es hermosa esta niña... Avanzamos hasta la pista de baile y suena un reggaeton. Mis manos se acomodan en su cintura, seguimos moviéndonos lentamente, frente con frente, sus brazos recorren mi espalda... la letra de la canción no ayudaba mucho a mis hormonas... " Sudados los dos perdí el control... yo solo sé, que te siento... solo sé que te siento ". Nuestras caderas se acercaron lo más posible, la estreché junto a mí con fuerza pero no brusco, ella cantaba la canción... sus susurros en mi oído me desesperaban... sus manos se aprisionaron en mi nuca, su olor... este olor lo he sentido antes... mis recuerdos se mezclan, ya no se qué hago...

Se gira y me da la espalda, coquetamente se recuesta contra mi cuerpo, agarra una de mis manos y la hace recorrer su cintura, sus caderas, las piernas… despacio... sin prisa, tan perfecto, que siento que tiemblo... Con la otra mano libre, retiro su cabello hacia el otro extremo, mi respiración en su cuello, su transpiración me enloquece, acelera mis hormonas, con el baile coloca una de sus manos en mi pierna, la sube y baja... -!Estoy perdiendo el control!- Pienso. Nos separamos, la veo bailar y me sonríe... -¿Qué estará pensando?- Cierro los ojos, pero ya no es ella... o sí es ¿ella?, veo otra vez y no me lo creo, te conozco... eres tu...El trago, las luces, el baile, su cuerpo... dejo de ver la realidad para sumergirme en mi sueños... sueños gobernados por una mujer... por la mujer... Mariana, mi Mariana, nos acercamos nuevamente...

La canción termina, inicia una electrónica, levemente más baja que yo, no nos separamos, miro sus ojos, sus labios entre abiertos, ladea el rostro un poco y con toda la pasión desbordada cierro la distancia entre nuestras bocas, me apodero de ella con fuerza, con gusto... su lengua choca con la mía, iniciamos un baile de sensaciones, de deseo desbordado, el calor de mi cuerpo se manifiesta de forma natural, la estrecho contra mi ser, siento que me empuja y llego hasta lo que parece un sofá, seguimos besándonos, más por deseo que por otra cosa, nuestros labios continúan conectados, disfrutando de un beso... Mariana… cuanta falta... cuantas ganas por besarte otra vez... tus labios perfectos, un beso ideal... su lengua, su sabor... me enloquece, me aprisiona, me estupidiza... Siento que llega una persona. Ambas nos separamos, dudosas de seguir o no, nuestras miradas fijas… los ojos de Mariana no son grises.

  • ¡Tú no eres Mariana!- Le susurro...
  • ¡Tú no eres Luisa! - Me responde...

Mi soledad vuelve y me enfrenta a la realidad, Cristina se sienta... bebe un trago y sale corriendo para el baño... Sami me observa con un signo de interrogación...

  • ¡Se parece demasiado!... a Mariana - La observó apenada. - ¡En serio!... lo siento mucho... - Mis lagrimas caen - ¡Siento como si hubiera sido infiel! -No vuelvo a tomar... no puedo tomar... mi corazón está hecho trizas y otra mujer no me lo va a arreglar. - Sami lo siento... dirás que soy de lo peor...
  • Claudia… ¡Yo no Puedo Juzgarlas… a ninguna de Las Dos! No te preocupes por mí. Comprendo – Escuché decir a Sami

Sami se levanta al ver que Cristina no ha llegado, un fuerte dolor de cabeza se dispara en mí. Escucho una canción que me recuerda a Mariana y me hace sentir peor de lo que ya estoy... -¡Mátenme!... deberían matarme en verdad-

Sami regresa, me cuenta que al parecer Cristina se fue porque no aparece por ningún lado, me ofrezco a llevarla en taxi... no se niega. Salimos del lugar, con el olor a alcohol impregnado en todo nuestro cuerpo y nos dirigimos hasta su casa. El camino transcurre en un silencio total, el taxista ni radio llevaba, luego de 20 minutos de camino, entramos a una cuadra de puras casas... Escuchó a Sami decir en donde detenernos y nos bajamos del taxi.

  • Sami, un placer... este es mi numero - Le doy una tarjeta.
  • Llama cuando estés en Bogotá ó cuando vayas a Santa Marta
  • Claudia ¡Relájate! no puedo ni entender por lo que estás pasando. Un Gusto conocerte – Me da un abrazo de despedida. La veo bastante intranquila.
  • ¡Oye! - le grité, desde el taxi
  • ¿Sii? – Se dio la vuelta, con la cazadora en el brazo y sonriendo.
  • ¡El amor todo lo puede, todo lo alcanza… El amor es suficiente...! – Sonreí