Solas tu y yo (7)

... En el capítulo anterior, Mariana y Claudia estuvieron juntas por primera vez... desataron sus deseos, su pasión incontrolada... el amor que las abriga continúa su camino...

CLAUDIA

No estoy segura que hora es… solo que tengo hambre… mucha hambre, me levanto de la cama y todo esta oscuro, llego hasta la cocina del yate y encuentro a mi primo Armando, dándole un mordisco a un súper sánduche.

  • ¡Aja prima!...
  • Te vas a atragantar con eso, dame uno de esos por fa… - Me senté frente a él.
  • Mmm… es…te… hasta que te dejas ver, un día escondida pues
  • Es que… bueno tú sabes primo
  • Si me lo imagino, tu cuello tiene una "marquita"… jajájajá
  • Bueno vengo a comer… dame algo… tengo mucha hambre… - Me pasó la mitad de su emparedado y me miró fijamente.
  • Claudia, soy el primo mayor… - Antes que continuara lo interrumpí
  • "Eres el primo mayor y por tal motivo debes decir lo que piensas en los momentos decisivos de nuestras vidas" – Lo remedé… nos burlamos y luego nos quedamos callados.
  • ¡Bien!, como lo digo… sin que suene ofensivo… tu sabes que Mariana me cae bien y todo ¿no? – Asentí, cambiando mi expresión… sentía mis venas latir, como cuando te van a decir algo que no quieres escuchar
  • Ella es linda, nos ha tratado súper bien y todo… pero… - Tanto misterio para decirme algo. - ¡HABLA DE UNA VEZ! – Le grité
  • Ella es millonaria prima… - Vio mi cara de signo de interrogación y me hizo una seña para que no hablara
  • ¡A ver!... es millonaria, tiene el mundo a sus pies, es de una familia respetable… era hetero hasta que te conoció… ¿Entiendes prima? Ó ¿Necesito plastilina para explicarte?... – La verdad me caía como un balde de agua fría en el rostro, mi expresión de felicidad fue cambiando por preocupación, claro que sé lo que significa… no soy bruta… siempre las primerizas son un complique… aceptarse… sobrellevarlo, decirle a los amigos… cuando se entera la familia… sumado a la incertidumbre de saber si la que esta al frente es o no el amor de tu vida… claro que lo se
  • ¡Entiendo! – Me levanté… -¡Se que la amas prima!, no lo digo por malo… no quiero que sufras… y menos que se odien al final… llévalo con calma… - Asentí y seguí hasta la habitación.

Mi cabeza empezó a dar miles de vueltas en menos de 48 horas subí al cielo y baje a la normalidad… estas dormida… hermosa… divina… tu respiración suave y tranquila, va en plena contradicción de todo lo que estoy pensando… te abrazo por la espalda y no quiero pensar más, respiro tu aroma y quedo dormida.

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Estos días finales de vacaciones, que hemos pasado juntas en Cartagena, pueden resumirse en los mejores de mi vida, desde que hablé con mi primo no he querido pensar, ni siquiera imaginar por un segundo todo lo que puede suceder, pues que normalmente sucede con las chicas primerizas… -¡Por algo siempre me he dicho no a las primíparas! – Pensé… una sonrisa en mi rostro… -Aunque toda regla tiene su excepción jajájajá-

  • Ya mañana nos vamos… - Le digo a Mariana que sale del baño… con un hermoso y provocador baby doll
  • Ciertamente… pero debemos aprovechar este último día. – Realizó un movimiento de cintura y dio una vuelta para que la observara
  • Claro… aprovecharlo – Recalqué la frase. Se colocó una bata encima y se sentó en la cama
  • ¡Estás rara!... desde que regresamos de nuestro pequeño viaje en altamar… ¿Qué te pasa? – Me preguntó con angustia en su voz
  • Nada… - Miré tu rostro y en él se dibujaba una mueca de querer matarme - ¡Esta bien!, tengo algo… pero me siento idiota preguntando esto
  • Mmmmm… ahora si que estoy perdida, soy tu novia amor
  • ¿Novia? – Intenta levantarse y la agarro por la mano - ¡Lo siento!, debes entender que es la primera vez que tengo novia oficial, la palabra me da risa
  • No te desvíes del tema Claudia… ¿Qué pasa?... tenemos confianza… no quería presionarte, esperaba que me dijeras cuando estuvieras lista… pero ya… dime.
  • ¿Para donde vamos Mariana?... Somos novias… ¿Hasta donde?... Es tu primera relación, nuestros amigos, tu familia… ¿Qué vamos a hacer?... ¿Estas lista para lo que se viene? ¿Me amas lo suficiente?.. ¿No tienes miedo? ¿Estas segura de mi?... – Yo realizaba miles de preguntas, dando vueltas por la habitación y tocándome las manos, me dio un beso para callarme
  • ¡Cálmate!... Pensé que yo era la confundida… Te amo y punto… pues… a mi familia no le voy a decir nada… y me gustaría que mantuviéramos un bajo perfil, no quiero que nadie se meta en esto… Imagino a cuantas diciendo que tu eres promiscua, que ¿Qué hago contigo? ¿Qué no eres de mi condición? Y un sin fin de bobadas... a ti, en cambio, te dirán… que soy una niña ricachona, que te estoy usando, que no soy sincera contigo, que solo es una probadita de niña rica que quiere revelarse a sus padres… mantengamos esto fuera del resto… y con respecto a lo del miedo… sí tengo miedo Clau… no estoy lista para salir y gritarlo a todo el mundo… ¿Me entiendes?... se lo que siento por ti… pero no estoy preparada para pelear con todos… no todavía

Creo que me aceleré demasiado, esto es un camino… no es de un día para otro que va a pelear con los siglos y siglos de costumbre… la sociedad ve a un hombre con una mujer… y todo lo diferente a eso es bicho raro… no entender esto… sería una tontería.

  • ¡Si, te entiendo!, ¿Cómo no hacerlo?... Mi vida estoy aquí contigo… Y bueno… "Solas tu y yo"… jajájajá, sin nadie mas

Sentí un beso rápido llegar a mis labios, sus manos sobre mi cuello, retire con soltura la batola que se había colocado pocos minutos antes, la tomé por una mano y la hice dar una vuelta muy lentamente. – ¿Te he dicho que eres hermosa? – Le pregunté mientras mi mirada subía desde sus pies, pasando por sus torneadas piernas, su cola… mmm, sus senos… - Eres divina… eres una fruta prohibida pero deliciosa… contigo si paga pecar – Le dije con la mirada perdida en su cuerpo. - ¡Clau, me haces sonrojar! Además eso es una canción –

La miré con morbo… -¿Solo sonrojar?, en un ratico me dirás otra cosa – La besé con mucha sensualidad, mientras sus manos me sacaban la camisa… - ¡Fuera baby doll! – Le susurré al oído.

Estaba desnuda y con rapidez me terminé de quitar la pantaloneta, nos besamos con furia y la puse contra la pared, su cuerpo temblaba, sus manos en mi cabello me estaban volviendo loca, coloqué mis manos en su cintura y la apreté a mi cuerpo, de un tirón la levanté por la cintura, mientras sus piernas se entrelazaron a mi cuerpo, mordía, lamía y acariciaba con mi lengua su cuello, sus hombros, el lóbulo de la oreja y el inicio de su pecho, mis manos descansaban en su cola y la apretaba con fuerza

-¡Claudia! Me estas volviendo loca – Una de sus manos me arañaban la espalda y con la otra apretaba mi cuello para que siguiera besándola. Me retire un poco.

  • Tu me vuelves loca a mí, tu aroma, tu piel… este deseo que me mata y me da vida - La cargue unos pasos y caímos sobre la cama

La observé por un momento, su cabello revuelto, sus ojos deseosos de que siguiera con lo que hacía, sonreía y disfrutaba este momento con ella, me sentía en una burbuja… todas las burbujas se revientan… o ¿NO?... me tomó de la mano y me sacó de mis pensamientos, algo de lucha para ver quien quedaba arriba, una vuelta, dos vueltas pero al final me ganó, esta sobre mí, siento su peso sobre mi sexo, sus manos recorriendo mis pechos, al cabo que con mis manos masajeaba suavemente su clítoris y con la otra acariciaba sus brazos, sus hombros, gemía de placer y me excitaba más y más… se recostó a mí… y con algo de dificultad logré tocar la entrada de su vagina, estaba totalmente mojada, me mordió los labios y me pedía que no hiciera nada todavía, con la otra mano jugaba con su cabello y su espalda… luego de muchos besos, mordiscos y palabras subidas de tono, se levantó sobre mí y comenzó a moverse lentamente, mientras mis dedos entraban y salían del centro de su ser, esta conexión tan profunda que tenía con ella, jamás en la vida la había sentido, cada molécula de mi ser fusionándose con su piel era simplemente indescriptible, enviciante… después de estos días, de estar juntas, había descubierto su punto máximo de placer, comencé a rozarlo suavemente sin presión, reaccionando a sus movimientos, mientras más rápido se movía mas presión ejercía.

Su excitación me hizo perder el control con nada, su piel transpirada, su rostro de placer conjugado con una ternura me impactaban, sentir que con cada beso y caricia dejaba una parte de mí en ella… -¡Te amo! – Alcancé a decirle, seguido de una explosión en su cuerpo que me afirmaba que tenía un orgasmo.

Se recostó sobre mi, dándome miles de besitos, modulando su respiración, diciéndome una y otra vez que me amaba, que le encantaba estar conmigo… se acostó al lado mío… pasé un brazo por debajo de su cabeza y ella colocó la suya sobre mi hombro, entrelazamos nuestras manos y hablamos durante horas

MARIANA

Simplemente perfecto, las mejores vacaciones de mi vida… del calor abrazador de la costa, al frío intrépido de la capital y al mayor frío de mi casa, tanto silencio… me había acostumbrado en estas dos semanas a la voz de Claudia, a sus abrazos por mi espalda, sus besos en mi cuello, toda su ternura desbordada… nunca me hubiera imaginado que detrás de esa faceta dura y distante que muestra, se escondiera un corazón romántico y cariñoso.

  • ¿Cómo te fue… en tu plan colombiano? – Me preguntó despectivamente
  • Bien, madre… muy bien… Cartagena maravillosa… deberías ir, te lo recomiendo
  • No, ¿Cómo se te ocurre?, Europa, Australia… Fuera del país… aquí no hay nada que sirva – Se sentó en el estar de mi habitación.
  • Bueno, Mariana… venía a decirte que tu padre regresa de su viaje de negocios… y viene con un invitado para morirse… el hijo de uno de los empresarios, nuevo socio de tu padre, así que te pido que no te escapes como la última vez.
  • Tu… yo… no… - Empecé a tartamudear, que susto… se enteró cuando me fui.
  • ¿Acaso no sabes hablar?, yo se todo lo que pasa en esta casa

Salió de mi habitación y yo tenía el corazón en la mano… ¿Y si se enteraba de lo que hice en Cartagena?... ¿Sabrá que ese día me fui a la casa de Claudia?, pero… ¿Cómo se enteró?... no

..

Estábamos en la sala mi madre y yo, esperando la llegada de mi padre y el invitado, tenía colocada una falda en cuero, a media pierna color marrón, una blusa manga larga con la línea central del mismo material y color de la falda, botas altas, cabello suelto

  • Muy buenas noches – Dijo mi padre entrando, detrás un joven alto lo acompañaba.
  • ¡Buenas noches papá! – Corrí a saludarlo con un abrazo, me presentó al hombre que lo acompañaba y quedé anonadada, que guapo… Bastante alto, atractivo, facciones masculinas, además parece que se ejercita bastante bien. Tiene los ojos azules, intensamente azules, almendrados y grandes. Su cabello negro como el carbón y liso. Labios carnosos y su piel blanca. - ¡De infarto este tipo pensé!
  • Mucho gusto mi nombre es Eduardo Larrionda – Me tendió la mano, con un perfecto español.
  • Igualmente, soy Mariana – Le devolví el saludo.
  • Sr. Castilla, de todo lo que conversamos, no me había informado que tenía una hija tan esplendorosa y bella.
  • Pues, Eduardo… quería que juzgaras tu mismo – Caminaron hasta la sala y Eduardo no dejaba de mirarme, tendría algunos 29 años, hablaron de los negocios que cerraron en Europa y Asia, del viaje de mi madre y otras cosas que no presté atención.

Luego de la cena, Eduardo le preguntó a mis padres si podría salir conmigo a dar una vuelta en la ciudad, me parecía perfecto, así saldría de la casa… fuimos a un sitio chic y nos quedamos allí hasta la media noche, un poco prepotente y vanidoso pero de fácil conversación.

  • ¿Tienes novio? – Preguntó levantando las cejas
  • Novio, no
  • Eso significa que podemos salir nuevamente – Colocó una mano sobre la mía
  • ¿Me estas preguntando o afirmando? – Retiré mi mano, y la coloqué en mi pierna, no me había gustado su acción
  • Preguntándote Mariana, claro esta
  • Si es como amigos, me parece una buena idea, no quiero, ni busco una relación con nadie – Mentí, o quizás no… no busco ninguna relación porque ya la tengo jajaja.
  • Bueno como amigos… pero no será siempre así
  • ¿Cómo?
  • No, nada – Lo había escuchado pero me hice la desentendida.

CLAUDIA

Al fin en mi casa, mi cama, mi cuarto, mi frío… ese calor me tenía loca… jajájajá, mi mamá me preguntó como me fue y todas las otras preguntas que se le ocurrieron, pero no le dije nada, que quedamos como amigas… etc. Etc. todos lo cuentos que pude inventar, pues lo inventé para que ella se quedará tranquila.

En unos días iniciamos nuestro último semestre en la UN, al fin se acaba la universidad, empieza la vida laboral, buscar trabajo… ¿Dios?... buscar trabajo… Apenas Fonchy supo que llegué, me mandó un mensaje de texto para encontrarnos en un nuevo bar de rock, salimos esa noche, me sentía extraña sin Mariana, pero cada quien en su espacio y sin levantar sospechas

La verdad no pensé que sería tan difícil, esta primera noche de rechazar a las chicas, guardar las distancias, resistirme a los encantos femeninos… fue una locura, pero satisfactorio… pasé con honores esta prueba, aunque el juicio de inquisición que me tenía Fonchy era más loco todavía

Estos tres días antes de empezar la universidad, no había podido verme con Mariana, puro BB, hasta allí… ya había pasado mi primera hora de clases y me volvía loca por verla otra vez, ¿Cómo haríamos para que nuestros amigos no sospecharan nada?.

  • Mi vida… me haz hecho una falta enorme – Mariana se sentó en frente de mí, jamás nos saludábamos de beso antes… y hacerlo ahora… pues no
  • Tu también Claudia… horrible esto – Coloqué mis manos sobre la mesa y ella tenía las suyas al frente, nuestros dedos se rozaron y nos quedamos mirando, mi corazón latía desesperado y observé como apretaba la mandíbula
  • ¿Cómo vamos a aguantar esto Mariana? – Le pregunté mordiéndome los labios.
  • No tengo ni idea pero intentémoslo – Me tomó una mano – Allí vienen Fonchy, Laura y Andrea

Hablamos un rato, mirándonos de reojo, sin ser evidentes, Fonchy nos contó de sus orgías de vacaciones, Laura y Andrea como que empezaban un rollo, no se sabía si era serio o no, pero salían desde hace dos semanas. Entre risas y juegos, vi aparecer por la entrada de la cafetería a un tipo, con una rosa… jeans ajustados, camiseta blanca y una chaqueta marrón… ¿Este tipo quien es?... Lentamente se acercó a nuestra mesa… ¿A quien busca?

  • Buenas, buenas… - Dijo parándose enfrente de Mariana
  • Me dijeron que estabas aquí, vengo para ver si puedes almorzar conmigo…
  • Le entregó la rosa a Mariana… lo peor es que ella lo miraba… Sentía hervir la sangre, entrecerré los ojos, las chicas chiflaban y no se que decían, Fonchy me dio un codazo y me preguntó al oído que quien era ese tipo
  • Eduardo, te presentó a mis amigos… Alfonso, Laura, Andrea y Claudia – Me miró y le sonreí hipócritamente. Mariana me miró con ojos de pena y de culpa… ¿Qué pasaba aquí?
  • Mariana, pero que amigo tan buen mozo, deberías presentarlos más seguido – Dijo Andrea viéndome, yo le sonreí.
  • Chicas un placer conocerlas, de haber sabido que Mariana estaba con sus amigas hubiera traído un detalle para cada una de ustedes – El mío te lo puedes meter por el asterisco, me dije mentalmente
  • Sobre el almuerzo, no estoy segura Eduardo
  • ¡Niña ve!, se tomó la molestia para venir… no puedes ser tan mal educada – Dijo Fonchy.
  • Claro niña… esas propuestas no se desprecian – Apoyaron Andrea y Laura. Mariana me miró, como si se encontrara esperando mi apoyo… ¿Acaso esta loca?... si es lo que quiere… se lo voy a dar.
  • Bueno Mariana, ni que tuvieras planes con nadie… deberías irte

La miré con rabia, con dolor, con ganas de ahorcarla, me devolvió con la misma intensidad la mirada y sin ninguna duda se levantó y se fue con el tal Eduardo… -¡Ahhhh! Pero bueno… soy su novia y se va con este tipo… - Sentir estos celos tan bravos, una desazón en el pecho, como tu sangre circula y circula sin parar por tus venas y tu cerebro bloqueado… no puedo pensar nada, solo me come la rabia… siento ese hormigueo por mis manos

  • ¡Bueno Claudia! ¿A ti que te pasa? – Me empujó Andrea
  • Nada… ¡VALE!, déjame en paz
  • ¡Uy niña pero que genio! – Remató Fonchy
  • Si tengo mal genio lo tengo y punto… Mejor me voy de aquí… ¡Adiós! – Agarré mi libreta y comencé a caminar fuera de la universidad.

Estoy caminando cuando siento una mano sobre mi hombro… mínimo es Andrea para restregarme en la cara que estoy enamorada de una hetero… no me la aguanto

  • ¡Ya Andrea!... ¡Deja de jod… - Me doy media vuelta pero no es ella
  • ¿Cuál Andrea? Soy yo mi vida… - Como nunca me dio un beso en la mejilla, como un sartén caliente bajo un chorro de agua fría, sentí que mi ira se apagaba.
  • Creí que estabas almorzando.
  • ¿Cómo se te ocurre que me voy a ir con Eduardo?... Quiero estar contigo… en tu casa… a solas… - Sonreí

MARIANA

Voy saliendo de la universidad con Eduardo y algo dentro de mi me dice que esta mal lo que pienso hacer, por más rabia que tenga porque Claudia me dijo "vete"… estoy segura que no lo decía de corazón… estoy segura que lo decía de la boca para afuera

  • Eduardo esto a mi no me gusta… yo no soy un objeto que tu llegas y buscas a tu conveniencia.
  • ¡Nena! Pensé que te gustaría que viniera a buscarte para almorzar por ahí
  • No, no me gustó… no llamas sino que apareces… para colmo en frente de mis amigos, que obviamente presionan para que me venga contigo… La verdad no estoy de ánimos… Y no soy Nena, soy Mariana – Lo mire desafiante a los ojos.
  • ¡Bien! Mariana… lo haremos como tu digas, te llamaré para acordar vernos
  • Que te vaya bien Eduardo… ¡Bye!...

Giré y comencé a caminar hacia el paradero de buses de la universidad, si haz de salir, tienes que llegar hasta acá… esperare… La veo a lo lejos, me acerco por la espalda y hablamos un rato, creo que se le pasó la rabia, sus ojos vuelven a ser los de siempre con esa intensidad que tanto me hipnotiza, nos montamos en mi carro y llegamos a su casa.

Pasamos toda la tarde a solas, besándonos, tocándonos, en definitiva un rato para nuestro amor, sin estorbos… sin complicaciones… sin problemas… y solo ¡Dios sabría cuantos se nos vendrían encima!