Solas tu y yo (4)
Entre risas se volteó y quedamos de frente, nos miramos a los ojos un silencio acompañó el momento, mis manos estaban en su cintura, miré sus labios, sus cejas me quedé como una estatua, solo viéndola, luchando contra mi misma para no dar ese paso, solo un pasito nos separaba, me distanciaba del tesoro de sus labios
MARIANA
Hemos llegado al final del semestre, todos estamos corriendo con los finales. Fonchy está histérico, Claudia vive tomando café y yo pues yo me la paso pensando en ¿Qué demonios es lo que siento? Todo este tiempo ha sido un suplicio, una tortura lenta, ver a Claudia, desear que se acerque más a mí y no lo hace, desear sentir sus labios, todos los días me digo lo mismo, que no siente nada por mi, que es mi amiga, pero suenan tan repetidas esas excusas que ya no se que pensar. Me siento tan frustrada, porque, durante estos meses no me ha dicho nada, no me mira distinto, es que ni siquiera me saluda con un beso, solo levanta la mano y ya, ¿Acaso soy tan fea, tan poco apetecible? ¿No puedo conseguir que se fije en mi?, ni siquiera Claudia con todo lo libertina que es, intenta algo conmigo
Estoy estudiando uno de los últimos finales, pero aún en estos momentos pienso en ella, mi mejor amiga mi mejor amiga, que me gustaría - no, otra vez no Pensé. Deja de pensar estas cosas Mariana, termina este diseño y ya Concluí. Terminé el proyecto al cabo de dos horas, tenía toda la tarde libre, así que decidí llamar a Claudia.
- ¡Clau! ¿Qué haces?
- Terminando de estudiar los dos finales que tengo mañana, Drenaje y Pavimentos.
- ¿Tienes dos finales el mismo día?... Le pregunté asombrada
- ¡Ajam!... Bueno dime ¿Para qué llamabas?...
- ¡SI QUIERES NO TE LLAMO! Le grité
- Bueno, me llamas para gritar Mariana, ¿Qué te pasa?, últimamente andas histérica, todo te molesta, por todo me gritas no te entiendo ni cinco.
- Contigo no se puede . Dije en voz baja
- Contigo tampoco y chao Sentí como me tiraba el teléfono.
¿Qué me pasa?, cada vez que hablo con ella es para pelear, como si con eso se me fuera a quitar lo que tengo aunque pensándolo bien ¿Qué es lo que tengo?...
- ¿Señorita?
- Si, entra
- Su madre necesita hablar con usted ¡Ufff! viene mi madre a decirme quien sabe que, no estoy para aguantármela
- ¡Mamá!...
- Mariana, estoy programando las vacaciones para final de semestre, nos vamos en un crucero por el mediterráneo, dura un mes y es solo para gente exclusiva. ¿Qué opinas?...
- Bueno - dije apática.
- Sube esos ánimos, irá mucha gente de dinero y de poder solo quería informarte desde ya, para que organices todo.
- Mamá, ¿Por qué nunca me preguntas como me va en la Universidad?
- Porque eso no me interesa, termines o no lo que estés estudiando, te vas a casar con un hombre prestante, así que eso sobra Ya me voy tengo una cita con unas amigas en el Spa - Quedé en shock con su comentario, nunca entenderé a esa señora, ¿Qué es lo que tiene en la cabeza?
- No todo es dinero, madre
- Pero bastante que ayuda Mariana
- No a ser feliz - Observe su asombró, hizo una mueca y salió de mi cuarto.
CLAUDIA
Estos meses han sido difíciles, pero ya se acercan las vacaciones de mitad de año, creo que separarme de Mariana por este tiempo, va a ser lo mejor, la tensión que siento cada vez que estamos solas, esta llegando a niveles incontrolables, siempre aprovecho los momentos en que se encuentra de espaldas ó que no pueda verme, para dejarme llevar, así sea momentáneamente por lo que siento. Enamorarse es para valientes definitivamente, cuanto daría por no sentir este desespero, esta angustia parar por un segundo, este río de emociones que nubla mi mente ¡Dios!, gracias que se termina el semestre y cumplí como amiga, no le he faltado el respeto, ni la confianza que nos tenemos, pero difícil si que ha sido difícil.
Llego a la universidad y directo para los dos exámenes que tengo esto esta fácil, hice este ejercicio ayer jajajaja mi celular vibra, lo miro sin que el profesor se de cuenta "Buena suerte Clau, mejor éxitos", era Mariana, hoy salimos de todos estos finales y por lo que me dijo se va para el mediterráneo, bien lejos, aunque su mensaje me produce felicidad y en mi rostro se dibuja esa sonrisa que solo ella sabe sacar.
Aparezco en la cafetería y allí están mis dos mejores amigos, hablamos un rato de cómo nos fue, de lo bueno y lo malo del semestre, de los planes para las vacaciones, les comenté que iba a trabajar todo el mes en el bar, luego de un rato Fonchy se fue a sustentar un proyecto y me quede a solas con Mariana.
- ¡Vamos a tu casa a celebrar!...
- ¡eh!... yo - Me tomó por sorpresa, había evitado de todas las maneras estar a solas con ella y de repente me arrincona con su propuesta.
- ¡No pongas esa cara Clau!, si no quieres lo dices y ya. Esa mirada acabó con mis defensas, no podía decirle que no.
- Esta bien
Llegamos a mi casa, pasado el medio día, que tensión tan grande, no sabía a donde mirar, estaba lindísima ese día, un jean ajustado color caqui y una blusa verde militar manga larga acampanada. Su mirada destellaba felicidad, pero mi corazón no me daba descanso, estar ahí tan cerca, pero a la vez tan lejos, sin poder tocarla
- ¿Qué piensas?... Mientras decía eso me ponía un poco de helado en la nariz
- ¡Nada!, oye pero no me ensucies ¡ven acá! Tomé un poco de helado con la punta de mi dedo y trate de ensuciarla, empezó a correr por la casa, pidiéndome que no lo hiciera, pero yo asentía y le decía que sí. En un momento intentó cruzar por la sala y la atrapé por la cintura, se colocó de espaldas y en cuclillas, la abrace con mas fuerza y sentí ese subí baja en la punta de mi estómago, mi nariz olfateo su olor, ese aroma que me enloquecía cabecee para ambos lados tratando de volver a la tierra y seguí tratando de ensuciarle la cara con el helado, al final, logré tocarla en la mejilla.
Entre risas se volteó y quedamos de frente, nos miramos a los ojos un silencio acompañó el momento, mis manos estaban en su cintura, miré sus labios, sus cejas me quedé como una estatua, solo viéndola, luchando contra mi misma para no dar ese paso, solo un pasito nos separaba, me distanciaba del tesoro de sus labios di un paso, pero para atrás y rompí ese hilo que invisiblemente nos conectaba.
Ambas actuamos como si nada pasara, coloqué unas palomitas en el horno microondas, mientras ella seleccionaba una de las películas que tenía.
- Quiero ver esta Me mostró "Como si fuera la primera vez"
- Pero si esa película es vieja, bonita pero vieja, veamos otra cosa.
- ¡No!, esa es la que yo quiero Me dijo en tono de niña chiquita, irresistible en verdad, asentí y empezó la película. Es muy bonita, como la conquista el protagonista, todos los días eso es amor
Durante toda la película estuve tiesa, no pude concentrarme en ningún momento, varias veces coincidimos al sacar palomitas y rozaba su mano, tragaba saliva y mi respiración se incrementaba, empezó a darme un terrible dolor cabeza, pues obviamente producto de la tensión, como me esta enloqueciendo el tenerla tanto tiempo y solas ¿Cómo es posible?, ¡Rayos! Estoy enamorada de ti Mariana, pero mi amistad es mas grande primero amigas, segundo amigas no haría nada para arriesgar eso, aunque implique vivir en este sufrimiento
MARIANA
¿Por qué no la besé?, podía hacerlo, estábamos cerca, estábamos de frente, solo era vencer este pánico que tengo y ya , perdí la oportunidad Ahora estamos viendo película, pero nada no estoy viendo nada, trato de estar pendiente cada vez que va a agarrar palomitas para tocarle la mano, que sensación tan agradable, el roce de sus suaves manos bésame por favor solo bésame Claudia.
Se acabó el video, Claudia se levantó, apagó el DVD y se reclinó contra la pared y tratamos de hablar, pero eran demasiadas banalidades, se tocó la cabeza y me dijo que tenía dolor de cabeza, me levanté, era el momento de irme ella se sentía mal.
- ¿Te duele mucho?
- Si supongo que es el estrés de los finales
- Será mejor que me vaya entonces - Me levanté.
Sentí que ese momento pasó en cámara lenta, le di la espalda por un momento, no la iba a ver en dos meses ¿Y si en este tiempo conseguía novia?, solo un beso eso es lo que quiero, no quiero mas nada levanté mi mirada y por primera vez deje de esperar que me deparaba el destino y lo quise tomar por mis propias manos. No podía irme sin saberlo sin estar segura que no sentía nada por mí
Tomé fuerzas, respiré hondo y me volteé, me acerqué con temor, vi su sonrisa, el miedo se borró y solo el deseo de probar sus labios, se clavó en mi mente, di un paso, el segundo y al fin el tercero, estaba al frente de ella, ligeramente más alta que yo, solo unos centímetros más, la miré a los ojos, coloqué mis manos alrededor de su cuello y la besé, sin dudarlo y sin pensarlo, besé sus labios algo dentro de mi explotó, fuegos artificiales dentro de mi estallaron, una sinfonía con la melodía mas perfecta sonó en mi oídos, mis rodillas flaquearon, subí al paraíso y luego volví a la tierra ¿Pero como?... No me responde el beso, se queda impávida, fría como un hielo, sin moverse una lluvia de culpa cae sobre mis hombros, me avergüenzo de lo que acabo de hacer, lo mejor que he sentido y lo peor también no siente nada por mí.
Me aparto con la voz quebrada, tomo mi mochila y salgo - ¡Adiós!, lo siento Llego hasta la puerta de la entrada y me quedo allí unos segundos, tal vez venga a buscarme, quizás solo es cuestión de tiempo nada pasa, no aparece termino de bajar las escaleras una lágrima se escapa de mis ojos, es claro y evidente no sientes nada por mi Claudia, mi corazón esta partido, ¿Que haré con esto que siento, que no cabe en mi pecho y que claramente no es correspondido?
CLAUDIA
Se esta acercando a mí, le sonrío, veo seriedad en su mirada y algo distinto picardía me coloca los brazos en el cuello ¿Qué vas a hacer ahora?, pestañeo y siento sus labios, me quedo sin respirar, no puedo moverme, cierro los ojos, que suavidad se aleja se va
¿Qué acaba de pasar?, Mariana me besó, pero ¿Por qué se fue así?... No la besaste, tonta La respuesta me cortó los pensamientos, salgo detrás de ella, no está coloco la mano en la perilla de la puerta para salir, pero me quedo plantada pensando ¿Estarás segura de lo que hiciste? ¿Será la película que te puso sensible?, - haz algo ya y deja de pensar ahora Claudia Salí y no había nadie
Me pasé las manos por la cara y llegué a sentarme en el sofá de la sala, recordé su beso, tan tierno, tan deseado, no podía quitarme la sonrisa del rostro, demasiada felicidad solo fue un contacto pero valió la pena todo el sufrimiento desde que la conocí por ese mágico momento.
Mi madre llega y se queda observándome, le sonrío y caigo en cuenta que ya son las 6pm Debería estar en el trabajo, hablamos cuando venga mamá Salí directo al trabajo, pero con el corazón reconfortado, no quería pensar en que significaba, ni a donde iríamos ahora, solo quería rememorar lo que sentí.
Entro al bar y la dueña esta plantada en la puerta esperándome, con una actitud de muy pocos amigos, me recalca mi llegada tarde y que hoy debo atender la barra, que me apurara. El bar estaba lleno, aunque era temprano, supongo que como todos, celebrando el fin de semestre. Sirvo tragos a todos, bastante movida la noche, como a las 11pm, llega Catalina, que estaba en su fin de semana libre, pidiéndome dos vodkas.
- Aquí están Le di los dos vasos y un extra de buena gente.
- Gracias, estoy con una chica lindísima pero esta pasada de tragos desde hace ufff - Me río con ella y la veo alejarse.
La sigo con la mirada para ver con quien esta, quien es la "lindísima" según ella, quedo estupefacta, entrecierro los ojos para ver si es cierto lo que estoy viendo ¡ES MARIANA!, con Catalina ¿Qué haces aquí con ella?, mi primer impulso fue ir hasta allá, pero mi jefa me puso la mano en el hombro y me reprochó. Apreté la mandíbula y seguí observando, algo dentro de mi se quebró ¿No significó nada que me besara ese día? ¿Solo quería eso?, que tonta he sido solo quería probar y yo con mis cuentos morales de ser su amiga respire hondo y seguí viéndolas, se tomaron el trago y Catalina le hablaba la oído.
- Señorita, una copa de vino - Me pidió un señor.
- Si, señor Tome la copa de vino y alcé la mirada a donde se encontraban ellas, Catalina se acercó y la besó. No pude con la rabia, mis ojos se empañaron y partí la copa en mi mano. Llegó la jefa y comenzó a sermonearme, no podía escuchar nada de lo que decía, pero si vi, cuando Catalina comenzó a caminar hacia la puerta llevando, casi cargaba a Mariana.
- ¡Esto no lo voy a permitir! Comencé a caminar hacia la puerta
- ¿Para donde vas? Si sigues con esa actitud mejor no vuelvas Me gritó mi jefa, me giré para tenerla de frente y le grite. -¡RENUNCIO!
La cantidad de personas me dificultó llegar hasta la entrada del bar, pero a la salida del local las encontré.
- ¡Alto!... Dije mirando a Catalina
- Hoy no te puedes unir somos ella y yo, ¿Verdad nena? Le dio un beso a Mariana
- No te la vas a llevar y punto. Contesté desafiante y evitando que siguieran caminando.
- ¿Y tú quien eres? ¿La defensora de las ebrias?... Me preguntó mientras me empujaba con su brazo libre.
- ¡SOY SU AMIGA! Y no voy a dejar que se vaya contigo, así que lo hacemos a las buenas ó a las malas. Mariana alcanzó a sentarse en un muro bajo que estaba en la salida. Catalina se acercó.
- Mira, Claudia, yo no me meto con tus chicas, ni tu con las mías esta nena se va conmigo ¿Además a ti que te importa? No medí mi fuerza y le di un fuerte empujón que la dejo sentada en el pavimento
- ¡SE VA CONMIGO Y PUNTO! Si quieres pelear, pues hagámosle
- ¡YA!, no peleo por mujeres, para eso hay más mujeres que hombres pero esta me las vas a pagar No te olvides me debes una
- Lo que digas - Tomé a Mariana por la cintura y ella me colocó su brazo en el hombro, comenzamos a caminar hasta el parqueadero.
Luego de unos minutos en su camioneta, se había quedado dormida, el dolor era como una estaca en el corazón, pero no iba a permitir por nada del mundo que le pasará algo malo. Agarré su celular y llamé a Carmenza, le comenté la situación y me pidió que entrara por la parte de atrás, donde ingresan los pedidos a domicilio. Llegó hasta allí.
- ¿Cómo esta la niña Mariana?
- La niña Mariana esta ebria, jajajaja. Nos reímos, me indicó por donde llevarla, una vez adentro, me dijo que la Sra. Castilla estaba en casa.
Cruzamos el salón, mientras ella iba delante de nosotras, parecíamos unas infiltradas caminando lentamente y en silencio, tenía el corazón acelerado y una gota de sudor me comenzó a bajar por la frente, con una seña me iba avisando si podía cruzar o no, al llegar al pasillo apareció la Sra. Castilla, Carmenza entabló una conversación y en el preciso momento en que la Sra daba la espalda, pasamos directo a su habitación, - Que haría esta vieja si nos ve en estas pensé. Logré colocarla en su cama, le quite los zapatos y la arropé.
Cuando llegué a la puerta para salir, sentí pasos. -¡Demonios! Me preocupé, salí corriendo y me escondí al lado de la cama, - camas modernas no tienen espacio para meterse abajo -
- Sra. Castilla, le dije que la niña estaba en cama durmiendo
- ¡Si ya veo!, mañana la despierta temprano, vendrán unas visitas a almorzar y esta todo listo para que le arreglen el cabellos, las uñas, en fin todo perfecto.
- Si, señora. Como usted ordene. Que susto tan grande, ahí si hasta presa me hubieran metido.
Salieron de la alcoba, me levanté y te miré. ¿Por qué me besaste? ¿Solo querías probar?, si supieras lo que siento mejor me voy, le doy un beso en la frente, la miro con nostalgia y salgo de allí, por el mismo camino por el que entre.