Solas tu y yo (3)

¿Por qué es tan dificil descubrir que se ama?, en las situaciones de celos y posible perdida es que se siente el amor a flor de piel...

MARIANA

Luego de pasar la tarde con Claudia y su madre, llegué a mi casa con una sonrisa espectacular, era maravilloso compartir así en familia, charlar, reírnos, fue muy divertido. Al cruzar la entrada de mi casa, aparece Carmenza muy preocupada y en un susurró me dijo que mi madre me había estado buscando toda la tarde, que la habían llamado del club para saber que pasó conmigo, que no fui al entrenamiento de tenis. ¡Uy!, no había llamado a Roger para cancelar, llegué directo al salón y ahí estaba sentada mi madre tomando té.

  • ¡Mariana!, ¿Hasta que te dignas en aparecer? – Me preguntó en su tono autoritario
  • ¡Hola!, mamá… - Le di un beso en la mejilla y me senté en el sofá de al frente
  • ¿Para que te dimos ese celular?, no eres capaz de contestar, ni avisar que estás haciendo.
  • Si mamá, ya sé… Lo siento… - Me levanté para salir de allí
  • ¿A dónde vas?, ¡Explícame!, ¿Dónde estabas?...
  • Estaba en la Universidad estudiando madre.
  • ¡Ya veo!, Mariana, si necesitas algo de esa universidad dile a tu padre, para eso aporta todos los años mucho dinero… Además podemos contratar cualquier profesor para que te ayude en tus proyectos. No sé porque ese afán tuyo de estudiar si sabes que trabajarás en una de las compañías tu padre.
  • ¡MAMA!, Ya te dije que quería ser profesional
  • Pues no tienes la necesidad, con lo bien posicionados que estamos puedes casarte con cualquier hombre digno y de sociedad, que te provea de todo lo que necesitas.
  • ¿COMO TU MAMA?... – Me tapé la boca… ¡Dios! Se me salió lo que pensaba
  • ¡JOVENCITA!, Soy tu madre, hazme el favor… - Mi madre se levantó y me dio la espalda – Ya puedes retirarte, ¡Ah! Y hoy viene a cenar Gabriel, el hijo del ministro, ya ordené que te sacaran el vestido negro, debes tenerlo en tu cuarto.
  • ¡Si!...
  • Si, ¿Qué?...
  • Si, señora. – Hay que rabia con mi madre… Siempre ordenándome y diciéndome que hacer, pero es la segunda vez que soy capaz de contestarle… Bueno, Gabriel por lo menos no es tan mala gente, no como el anterior "futuro" esposo que me había conseguido mi madre.

Estuve en la tina aproximadamente una hora, me coloqué el dichoso vestido negro que escogió mi madre y baje a cenar con ellos. Aunque comparar esta cena fría, rutinaria y protocolar, con la tarde sencilla y amena que pasé ese mismo día… uffff no tenía punto de comparación. Más tarde, esa misma noche, salí con Gabriel a caminar por los jardines de mi casa y me contó que estaba saliendo con una muchacha no aceptada por sus padres y que para darles gusto vino a esta cena. Le ofrecí mi ayuda y nos reímos de las cosas de nuestros padres, que afán con ser elitistas.

UN MES DESPUES

CLAUDIA

Estas semanas que han pasado han sido… ¿Cómo definirlo?, bueno… interesantes jajajaja, haciendo un resumen, nos hemos vuelto el trío dinámico, Fonchy, Mariana y yo. Hablamos todos los días, antes de entrar a clases y nos quedamos en la universidad otro rato después. Mariana me ha contado de todo sobre su vida, sus sueños, sus expectativas, sobre su familia, ese tema ha sido eterno, parece ser, que la madre es insoportable, quiere que Mariana haga exactamente las cosas como ella quiere y me da mucha rabia que esa "vieja" sea tan metida, me ha dicho sobre sus ideas de pareja ideal, evidentemente hombre, aunque cada vez que me cuenta, como le gustaría que fuera, siento un ardor en la boca del estomago, trato de disimularlo y supongo que lo hago bien, hasta el momento no me ha dicho nada, ni insinuado nada.

Aunque hay cosas muy extrañas que me pasan cada vez que estoy con ella a solas, estoy segura que he logrado manejarme a la altura, pero no dejo de pensar en sus labios, que deseos tan tenaces por probarlos, uffffff… Bueno esas ideas son muy malas en mi cabeza, es la primera amiga que tengo, confío en ella, le he contado todo sobre mí, aunque al principio vi en su rostro sorpresa por todas las travesuras que he hecho, al final, nos reímos de todas esas cosas. He aprendido a conocerla, a saber sus gustos, supongo que esto es ser amigas, estar ahí en las buenas y en las malas.

Ese día en particular, estábamos en la universidad y ella tenía que preparar un examen de Estructuras, una materia que había escogido de electiva, pues evidentemente yo estudio Civil, así que le dije que la podía ayudar. Quedamos a encontrarnos en la cafetería para ir a su casa, cuando avanzaba la clase comenzó a caer un fuerte aguacero, al rato el profesor dio por terminado el tema y salí directo a la cafetería.

  • Que lluvia tan dura
  • Si, Clau… tengo el carro parqueado al frente de la UN, para llegar hasta allá nos va a tocar mojarnos.
  • Mmmm… y ¿Quién dijo miedo? – La miré pícaramente y ella me siguió
  • Pero esta muy fría… nooooo, ¿Cómo?... me voy a mojar
  • ¡VENTE! – La jale por la mano y estábamos corriendo, intentado llegar hasta el otro extremo de la cuadra, bastante lejos… Cuando llegamos a la camioneta, yo estaba muy mojada. Entramos al carro y sacudiéndonos el agua, entre risas, hubo un momento de silencio – si fueras otra te daría un beso – pensé decirle pero sonaría muy raro, además no puedo traicionar su confianza, es mi amiga.
  • ¿Qué piensas Clau?...
  • No, nada… Tengo un poco de frío
  • Esto fue una locura… - Me miro con esos ojos, sentí que un calor me recorría el cuerpo y se me erizaba la piel – Pero gracias

Prendió el carro y nos fuimos hasta su casa, a todas estas, yo nunca había llegado a su casa, era la primera vez que iba. Luego de 15 minutos, en donde ninguna dijo nada, entramos en una cuadra, donde se observaba una gran casa al fondo, un guardia revisó el carro y abrió una reja, por la cual pasamos, llegamos a la entrada de la casa y me impresionó lo grande de la edificación, luego de pasar el vestíbulo y llegar al salón principal, su madre apareció.

  • ¡Mariana!... ¿Qué haces toda mojada? – Nos detuvimos en seco y Mariana se colocó al lado mío.
  • Bueno mamá está lloviendo.
  • ¿Qué clase de respuesta es esa?, ¿Acaso no tenías un paraguas?
  • Estaba en el carro… no lo llevé conmigo – Me tomó de la mano y empezamos a caminar mientras decía – Nos tenemos que cambiar porque luego nos resfriamos

La dejamos hablando sola, llegamos hasta su cuarto, me pasó una toalla y empecé a secarme el cabello, la cara y los brazos. Era una habitación grandísima, creo que era del tamaño del apartamento donde vivo, mientras observaba todo, ella sin más se quitó la blusa y yo me voltee dándole la espalda.

  • ¡AY! Claudia como si nunca hubieras visto una mujer, además no estoy desnuda
  • Claro, claro – Pero tú no eres cualquiera – esto último lo pensé.
  • Ya me cambie, puedes voltearte.

Empezamos a estudiar, pero cada vez que le explicaba algo, tenía que acercarme y sentía como todos mis sentidos se nublaban, su olor, el roce de su brazo con el mío, su sonrisa cuando entendía algo que le explicaba ó esa mueca de signo de interrogación cuando no le quedaba claro, definitivamente estaba sintiendo deseos por ella, pero estoy segura que es por mi abstinencia sexual y porque he compartido demasiado con ella, si llevara mi vida como siempre la he llevado, no tendría estos sentimientos… esto es una bobada realmente… no más mente a estas cosas.

MARIANA

Estas semanas han sido hermosas, a pesar del carácter frio que tiene Claudia con todo el mundo, para mí es muy buena amiga, tiene sus cosas, como por ejemplo que le da una vuelta a todo, piensa las cosas por delante, por detrás, para al final terminar haciendo algo distinto.

Ayer estuvo en mi casa explicándome unos temas, sentía cierta tensión en el ambiente, yo estaba nerviosa, cosa normal cada vez que estoy con ella, pero además sentí unas ganas enorme que se acercara más a mí, intenté varias veces ponerle un anzuelo, pero siempre se quitaba y no me decía nada, ¿Será que no le gusto ni un poquito?, aunque si se me acercara saldría corriendo, no sé ¿Por qué hago estas cosas?, es posible que ¿Me guste?

Mariana piensa bien lo que estás diciendo, ¿Te gusta una mujer?, bueno pero un gustico no es malo… - que tonterías me inventó – claro que está mal, yo soy heterosexual, no puedo estar sintiendo esto, ¿Qué me está pasando? – basta ya Mariana – pero si me gusta… ¿Por qué no?, aunque eso es una pruebita y ya, no me voy a quedar con una mujer para toda la vida, probar y ya… pero… es posible… que ella no quiera conmigo, es decir, conociendo a Claudia ya me hubiera insinuado algo, pero cada vez que me dejo llevar, de ese volcán de sensaciones que me produce, ella se comporta como si nada – Esta bueno ya de estas locuras. Fonchy se acerca donde me encuentro y me saluda.

  • ¡Aja niña!, esa carita pensativa
  • No, nada – Le mentí, no quería contarle a él, aunque me podría decir algo que me sacara de la duda, pero, corría el riesgo que le dijera a Claudia y allí fijo, se dañaba nuestra amistad.
  • Pues, estoy seguro que no es nada, ustedes las mujeres cada vez que dicen nada es algo.
  • Bueno te cuento, conocí a un niño que me gusta, pero no sé si gusta de mí
  • ¡Viste!, yo lo sabía… - De repente Claudia aparece atrás de mi sin darme cuenta.
  • Claudia nuestra amiga tiene un enamorado – Dijo Fonchy sonriente.
  • ¿En serio? – Me preguntó Clau, por primera vez noté que su mirada no estaba brillante como siempre, se sentó al lado mío y no me vio a los ojos. – Bueno, cuenta amiga.
  • Pues, es lindo, pero no sé si gusta de mi, ¿Cómo hago para saberlo?
  • Eso es fácil querida, mira… le das un beso y ya… si te responde listo
  • ¡AY FONCHY! – Le gritó Claudia, todos quedamos sorprendidos con su reacción – Si le da un beso a un hombre, obvio que se lo devuelve ni que fuera gay.
  • ¡Niña!, pero no me tienes que gritar
  • Mira, Mariana… si el tipo no te insinúa nada, ni te da una pista es que no quiere nada contigo y punto… Y me voy tengo clases – Claudia se levantó y se fue prácticamente corriendo.
  • Esta mujer está cada día más loca, anda de unos arranques… últimamente todo le fastidia – Dijo Fonchy señalándola
  • Es verdad, no había caído en cuenta, a mí también me pelea por todo.
  • Ustedes dos pasan peleando… jajajaja, eso no es nuevo… yo creo que es por la falta de sexo, pero no se lo digas
  • Jajajajaja. – Nos levantamos y nos fuimos a clase, es decir, que como Claudia no se me había insinuado, claramente no quiere nada conmigo, ella misma me lo dijo. Eso me hizo sentir triste, al final era cierto, Claudia no me ve con esos ojos.

CLAUDIA

Llegué a la cafetería para darles una sorpresa y la sorprendida fui yo, a Mariana le gusta alguien, trágame tierra, no aguanto esta rabia, ahhh, quiero gritar, salir corriendo y para colmo de males me pregunta, que como hace para saber si el tipo gusta de ella, que estupidez, me voy de aquí. Le gusta un tipo… ¡Maldición!, que rabia, que ira, que clase ni que nada, me voy al bar, quiero un tequila.

Cuando llego al bar, empiezo a tomar y no dejo de pensar, una y otra vez en lo que me dijo "me gusta un tipo, quiero saber si me gusta", bebo un trago, otro trago y otro más. Mi celular suena y suena, ya luego de mucha bebida, me siento terriblemente ebria, termino contestando, no sé quién era, pero me sentía relajada. A la hora llegan Fonchy y Mariana.

  • ¡Epale!... ¿Cómo están mis amiguitos?... les pongo el brazo en el hombro y casi me voy de boca.
  • Estas ebria Claudia
  • Claro que si… tomate un traguito Mariana
  • ¡Vámonos ya! – Me dijo fuerte Fonchy.

MARIANA

Claudia esta ebria, llegué con Fonchy a buscarla y llevarla a su casa, pero no le hacía caso a nadie.

  • No me voy Fonchy, no quiero… - Intentaba focalizar su mirada pero no podía.
  • ¡Hazlo por mí!, por favor Clau. – Creo que la convencí, me mira y me sonríe, luego de unos segundos viéndome, asiente.

Nos fuimos hasta la casa de Claudia, antes de llegar, Fonchy se bajó en la vía, ya que iba a una fiesta, le dije que no se preocupara que podía llevarla a su casa. Al llegar, le saque las llaves del jean y abrí la puerta, al parecer no había nadie, la llevé hasta su cuarto y la coloqué en su cama. –Solas tu y yo, una vez más – Pensé. Intenté quitarle los zapatos pero no me dejó, se sentó en la cama y me miró, sentí una tristeza tan grande.

  • ¿Qué te paso Clau?
  • Nada, nena, nada
  • No puedes tomar por nada.
  • Tú no lo entiendes… y tampoco lo vas a entender
  • Háblame somos amigas. – Me acerqué a la cabecera de la cama y me senté allí, la mire a los ojos, buscando en ellos alguna respuesta, pero solo veía tristeza y dolor, quise abrazarla, pero el miedo me ganó, quise besarla, pero la vergüenza pudo más. Con el silencio, cerró los ojos y al cabo de unos minutos se quedó dormida.

La deje allí y salí de su casa, me gustas mucho Claudia y tu no sientes nada por mí, que pesar siento en mi ser, no tengo ganas de nada. Con esa actitud llego a mi casa y de una vez mi madre intenta decirme algo de Gabriel, no le digo nada y me voy directo a mi habitación, no estaba para sus estupideces. Caí en un pesado sueño y solo podía pensar en ella, deseando un solo beso, por lo menos, aunque fuera uno nada más.

Al día siguiente, ella no apareció por la universidad, quise llamarla pero cada vez que sacaba el celular para marcar su número, me arrepentía… que tonta me sentía, ni siquiera había pasado a mayores con Claudia, es que ni un flirteo o un juego para yo ilusionarme, alguna pista de que no era indiferente a mí, pero no como amiga sino como algo más

Pasaron 3 días sin saber de ella, este suplicio era interminable, su ausencia era un gran hueco en mi alma, pensaba en su risa, en sus chistes, en ese extraño sentido del humor, que me sacaba una sonrisa todas las mañanas, y yo con mi estúpido miedo no era capaz de buscarla, Fonchy tampoco sabía nada, sentada en una de las bancas del coliseo, pensaba en que por lo menos debería tener una foto de ella

  • Hola, Mari… - Era su voz, estoy segura – compostura Mariana – Pensé… con un tono casual pero no de sorpresa le contesté.
  • ¡Amiguis!, creí que ese guayabo te había matado.
  • Se le agradece las llamadas… - Me miró con esa intensidad de siempre, me derritió con ese gesto, traté de no poner cara de idiota.
  • Pues, tome un fin de semana, alejado de todos, me fui a una finca con unas amigas. – Hizo ese gesto levantando las cejas, un ápice de rabia se disparó en mi ser, yo preocupada y ella con sus "amigas".
  • ¡Ahh! Y uno preocupado aquí por usted
  • Pues no podías estar tan preocupada porque no me llamaste – Se colocó seria y siguió. – Yo creí que las amigas llamaban para ver como se sentía uno, pero nada… - Sus palabras me dolieron, vi tristeza en su mirada, quería pedirle disculpas, pero fui una cobarde y guarde silencio.
  • Pero no te preocupes, fue un fin de semana provechoso – Me dijo viéndome intensamente.
  • Me alegra la verdad.
  • Solo venía a saludarte, voy a clases. Bye.

¿Bye?, ¿Ni siquiera me va a decir con quien estaba?, ¿Qué estaba haciendo? – bueno no soy nada de ella, no tengo como reclamarle pero la rabia dentro de mi creció y le dispare sin pensar.

  • ¿ACASO NO ME VAS A DECIR CON QUIEN ESTABAS Y QUE ESTABAS HACIENDO?
  • Mmmmm, no… todos tenemos nuestros secretos y ese es el mío.
  • Entonces… atragántate con tu secreto. – Se echo a reír y siguió su camino

CLAUDIA

No recuerdo mucho de ayer, tomé bastante, tengo un mensaje de Andrea en el celular, "Este fin d semana The L party. Lugar: Finca Lesbos". Llamé a Andrea y le dije que iría, este fin de semana me tocaba descanso en el trabajo era perfecto, me expresó que la temática era representar a una de las protagonistas de la serie y con una pequeña insinuación me lanzó que iría como "Carmen".

  • Bueno entonces yo voy como Max, jajajaja, Carmen y Max no tuvieron nada nunca.
  • ¡Graciosa!, disfrázate de Shane y vamos juntas, por favor, por favor… - Me gritó por celular.
  • Mmm, bueno pensándolo bien es lo que más me pega, ni Bette, ni Tina, uffff ni Dana, ni Alice y mucho menos como la loca Jen… bueno por descarte ganó Shane entonces.
  • Listo te paso a buscar en dos horas.
  • OK, oye sin compromisos.
  • Si, ya se

A ver, me coloqué un jean negro ceñido, una camisa manga larga blanca, y una chaqueta negra… bueno listo pensé, apareció Andrea en mi casa y cuando entró a mi cuarto, me miró de arriba abajo y sacó una bolsita amarilla.

  • Te hace falta esto y quedas perfecta… Aunque deberíamos desordenarte el cabello. ¿Nunca has pensado en cortártelo?
  • No me gusta el cabello corto, por lo hombros está bien – Me deje hacer lo que quiso, hasta cuando según ella, ya me parecía a lo que quería. – Ahora sí, el toque final, esta corbatica

Salimos a la fiesta, durante el viaje en carretera, Andrea parecía una grabadora, solo quería apagarla que mujer para hablar tanto, miraba mi celular para ver si por lo menos Mariana se interesaba en mí, pero era evidente que no, que debería estar pensando en su tipo, pues yo también iba a pensar en tipas

El tiempo fue eterno con Andrea, pero al fin llegamos. Era una tremenda rumba, mujeres por todas partes y ¡QUE MUJERES!, bailamos, tomamos, dos chicas hicieron striptease, pero lo único que quería yo, era un mensaje de Mariana, algo… pero nada llegaba.

Esta vez sí tome con moderación, hicieron un concurso de las que más se parecían a las The L Word y Andrea ganó como Carmen, prácticamente cuando dijeron ahora las de Shane, me empujó y me tiró al frente, nos hicieron tomar una cerveza, dar la vuelta, sentarnos en una silla y al final llamaron a una "Carmen" por cada "Shane", obviamente Andrea se puso en frente de mi y luego a dar un beso. Todas empezaron a besarse, pero la verdad no me nacía hacerlo, la presentadora me miraba y yo le dije -¡No voy a hacerlo!, lo siento Andrea – y salí corriendo de allí.

Andrea se acercó, estaba segura que me iba a hacer un show, pero eso si no me lo iba a aguantar.

  • Andrea si vienes con tus shows dramáticos, ábrete.
  • No, venía a verte. ¿Qué te pasa? – Esa actitud calmada, me hizo ver que había juzgado muy duramente a Andrea.
  • Nada, solo que estoy confundida.
  • ¡A ver!, en este mundo todos, saben de todos, dicen por ahí que tienes tiempo que no sales con chicas
  • ¿Quién dice eso? – La miré, mientras bebía una cerveza.
  • Eso no importa, lo que quiero decirte es que si estas confundida es por alguien ¿Cierto?
  • Si… alguien
  • ¿Qué sientes por ella? – La mire con duda, pero al final, que carajos.
  • Mmmm, es difícil de describir, hay cosas que siento, que he sentido antes, pero otras que nunca había sentido y eso es lo que me confunde. Cuando estoy con ella, es como si prendieran la luz en un cuarto a oscuras… todo se ve claro, todo se ve hermoso… sonrío de solo pensarla, cuando estamos solas, siento que todas mis defensas quedan neutralizadas y soy yo tal cual soy… me invade una inmensa ternura y un afecto indescriptible solo con su mirada, en los pocos momentos que puedo tocarla o que me toca, un corrientazo, mejor dicho, un rayo atraviesa mi cuerpo y cada centímetro de mi ser solo me grita que quiero estar con ella, sencillamente me controla en todos los niveles, tanto mental, como en mi corazón, como en mi alma… es indescriptible… - Suspiro y sonrío – Y no puedo negar que la deseo, y eso es lo confuso, no es solo querer tener un contacto físico con ella sino una fusión con su alma y la mía, a veces, pienso en lo sublime que debería ser besarla… en tener sexo con ella
  • Corrige… hacer el amor… - Me interrumpe – Con lo que describes y como lo describes le harías el amor, lo que tienes es simple
  • ¿SI?, a mi no me lo parece… como se quita
  • Eso no se quita, se llama amor, enamorarse… ¿Acaso no lo ves Claudia?... Estas enamorada
  • Pe… - Me quedé pensándolo y en un momento recordé todas esas escenas de novelas, a mis amigos cuando me decían como se sentían y la verdad golpeó mi cara de la manera más sorprendente – Es cierto, estoy enamorada… jajajaja
  • ¿De qué te ríes?
  • Que es un amor imposible, ella es hetero… estoy enamorada de una hetero… Cupido es gracioso. ¿Por qué me escogió?
  • Yo sé porque – Me miro con tristeza, me dio un beso en la mejilla.
  • Andrea… - Caí en cuenta que Andrea sentía algo más por mi – Andrea… - Se detuvo a unos metros. – Lo siento.
  • Yo lo siento más, lucha… no te rindas – Se fue, estaba segura que iba llorando

Descubrí el problema de mis males, estaba enamorada de Mariana, una mujer hetero que resulta ser mi amiga… esta historia ¿Puede ser peor?... ahhh claro que si… a ella le gusta alguien… hice con mi mano una figura de pistola me la puse en la sien y disparé… - muerte lenta – pensé.