Solas tu y yo (12)

y todo se sigue complicando!!!

MARIANA

Llegamos a su casa… le pido un último beso, un último momento de felicidad entre ella y yo, un beso para atesorar en mi alma, para recordarla el resto de mi vida… hablo, digo y expreso todo el libreto ordenado. Mateo, el guardaespaldas, se queda para escuchar todo lo que hablo con Claudia, salgo corriendo… pienso – ¡Ojala! Todo lo que te he dicho te lo creas - Pero no… sales detrás de mi y me tomas por el brazo, no puedo parar de llorar, tiemblo y encuentro una salida para que te alejes de mi, para romperte el corazón, tratando de no herirte más… me sueltas… aprovecho para salir huyendo de ti, unos minutos más y no hubiera podido alejarme

Entro a la camioneta, mi padre me espera con una sonrisa de satisfacción, mis ojos inyectados en lagrimas y rabia, contra aquel que dice que me ama, pero que me esta causando el mayor sufrimiento jamás experimentado.

  • Mateo, ¿Mi hija hizo todo lo que acordamos? – Preguntó mi padre con voz áspera
  • Si, señor
  • ¡Excelente! Esperemos que la muchachita esa, tenga suficiente con esto…
  • Me mira – No dudaba nunca que harías lo que te pedí, deja de llorar de una buena vez que no se ha muerto nadie.
  • ¡Se murió mi corazón! – Le dije gritando - ¿Acaso no lo ves? Ya nada importa, estoy muerta por dentro… me haz resuelto la puta vida… ¿Me vas a prohibir llorar también?... – Siento un golpe en mi rostro, que me voltea la cara hasta la ventanilla
  • ¡NO SE TE OLVIDE QUE SOY TU PADRE! ¿Quién te crees para hablarme así?...
  • ¡Tu hija!... – Otro golpe en el rostro, me deja mareada

Un tenso silencio se apodera del viaje de regreso, las mejillas me ardían de los golpes recibidos, mis lagrimas caían… una tras otra, intentaba pensar que sería lo mejor… nunca podría ser feliz con Claudia, mi familia jamás lo permitiría

Pasan los días, en un estado vegetativo… me levanto, voy a la universidad, regreso a la casa, como, duermo, me baño… sigo una rutina… todo impuesto, todo supervisado, todo medido… mi padre no me quita la vigilancia de encima, no puedo ir a ningún lugar sin la compañía del fulano Mateo, creo que no entra al baño conmigo porque es hombre sino me sostuviera el papel… jajaja… es lo único que me ha hecho sonreír… Me he sentado por horas pensando en Claudia, saber como esta… solo quiero saber si esta bien, no he podido frenar mis lagrimas por ella, por sentir su ausencia en mi vida, ni un solo día dejo de pensar en sus besos y sus bromas

  • Señorita, me informan que el Sr. Eduardo Larrionda se encuentra abajo esperándola – Me sacó de mis pensamientos.
  • ¡Claro! Dígale que ya bajo.

Baje las escaleras y allí se encontraba con mis padres, ellos dichosos por su presencia, yo fingiendo una sonrisa

  • ¡Bueno este viernes tendremos una cena!... Vendrá toda la crema y nata de la alta sociedad y anunciaremos su compromiso – Hablaba mi madre emocionada
  • ¡Perfecto! No puede ser mejor – Mi padre apretaba la mano de Eduardo. - ¿Compromiso? – Pensé
  • ¡Mariana! Me alegra que al fin me hayas aceptado... – Sonreí y asentí con la cabeza… - ¿Aceptarte?... Que hombre tan ciego – Me dije para mis adentros.
  • ¡Vámonos amor! Los novios deben estar un tiempo a solas… - Mi madre se fue con mi padre del salón y quedé a solas con Eduardo.
  • ¿Te gustaría hacer algo por ahí? – Preguntó Eduardo intentado verme a los ojos
  • No – Dije entre dientes
  • ¿Quieres cenar?
  • No se
  • ¿Y si vamos a una fiesta? Tu amiga Laura me mandó una invitación de un sitio nuevo
  • ¿Laura?... mmmm – ¿Y si allí estuviera Claudia? Me muero por verla
  • Está bien… vamos a donde tú digas.

Quedó en recogerme a las 10 de la noche… pasé el resto de la tarde imaginando un nuevo encuentro con Claudia, ¿Podría resistir estar tan cerca pero tan lejos?, ¿Y si la encuentro con otra mujer?... pensar estas cosas me hace mas daño que bien, mejor dejaré a ver cómo pasan las cosas.

CLAUDIA

Siento que camino, voy por un largo corredor y a los lados muchas puertas, intento acércame a alguna de ellas pero están cerradas, llego hasta el final y veo una escena… como extraída de un cuento de terror, me veo a mi misma llorando… Mariana diciéndome cosas, una camioneta arrancar y yo muriendo de pena y dolor

Me levanto de golpe, empapada en sudor, un pañuelo húmedo en mi frente y un terrible dolor de cabeza que me parte el cerebro en dos. Me recuesto contra la cabecera de la cama y el frío de la pared, me causa placer en la parte de posterior de la cabeza. Miro el nochero y veo varios sobres vacíos, algunas cajas de pastillas y un jarabe. No hay que ser brujos, tenía fiebre, tremendo dolor de cuerpo, sentía escalofríos y ese dolor en la garganta tan feo, no quería ni hablar.

Luego de despertarme… mi pesadilla era real, Mariana me había mandado a la porra, sentía que mi corazón dolía, una nostalgia y melancolía tan grande que no podía describirlo, sentía el cielo nublado sobre mí… y a lo lejos ella… trataba de ordenar mis pensamientos pero solo había dolor, un corazón partido en miles de pedazos por creer en algo que siempre pensé que no debía creer… ¿Vale la pena este sufrimiento? ¿Vale la pena este dolor?... lo peor de todo es que me río y pienso - ¡Claro que si!... si tuviera que sufrir 100 años de soledad solo por un minuto con ella… los pasaría divinamente – No puedo negar que el escuchar las palabras… esas palabras de ella con otra persona, de ella… diciéndome que no me ama… generaban miles de lagrimas en mis ojos… pero aún cuando mis ojos estaban inundados del dolor que brotaba de lo más hondo de mi pecho, en mis labios una sonrisa por vivir la época más maravillosa... irónico ¿no?...

Pasan los días, de la misma manera que una tormenta coloca el cielo oscuro, los rayos y centellas asustan a las personas y el fuerte viento mueve todo a su paso, estos primeros días viviendo su ausencia fueron muy similares, pero luego sale el sol… me siento más calmada… o aparento más calma, de cualquier manera me siento bien… fuerte… lista para la nueva vida que me espera… la vida no se puede acabar con este traspié ¿No?

Estaba soltera nuevamente… esto tenía que aprovecharlo, me arreglé bien chévere, llegué a la universidad, caminaba con seguridad y hasta prepotencia por los pasillos… arribé hasta el sitio de siempre y hablé largo rato con Fonchy, me dijo que no había visto a Mariana hace días, que yo tampoco aparecía… que por qué no le contestaba el teléfono, en fin… le dije que las cosas entre Mariana y yo había llegado a su fin y que estaba lista para abrir nuevas puertas

Una mujer hermosa entra a la cafetería, pelirroja, con esas pequitas sexys, cabello engajado, piel blanca… un espectáculo andante… Fonchy me empuja con el codo y me dice:

  • ¡Aja amiga!... ahí esta… lista para tus dotes seductores
  • ¿En serio? ¿Esa chica tan linda es?...
  • Confirmado… una amiga mía es la ex… - Asiento con la cabeza y le sonrío.
  • Manos a la obra pues – Fonchy me coloca una mano en el brazo y me mira seriamente - ¡No engañas a nadie!... Aún amas a Mariana amiga… pero si otro cuerpo te ayuda a borrarla… pues no soy nadie para decirte lo contrario pero… piénsalo bien

Qué manera de dañar mi estado de ánimo, la sonrisa que llevaba se desdibujó de mi rostro, camine en línea recta hasta la pelirroja, pero por dentro era un mar de dudas, me acerqué a su mesa le sonreí, mire sus ojos y por un momento sentí que veía a Mariana… - ¡Lo siento! En otra oportunidad será - Me alejé con un profundo sentimiento de ira… que puta porquería… ¡Maldita sea! Diablos… no puedo parar esta cascada de emociones… entro al primer baño que encuentro

No me doy cuenta de las lágrimas que caen de mis ojos hasta que chocan en mis manos, - puta vieja para hacerme llorar como una niña chiquita, ¿QUE CARAJO ES ESTO?, ¿AMOR? ¿Es así de trágico?... - pensar que diría antes que esto es un drama… distinto cuando uno lo vive

Alzo la mirada y veo mi expresión, unas ojeras marcadas, más pálida de lo normal, los ojos rojos, mis labios partidos y sin color. Esta mujer me ha puesto así… soy un desastre viviente, siento una terrible desesperación empezar a encenderme por dentro, mezclada con rabia e impotencia por no poder parar de sentir lo que siento, cierro los ojos y con toda la ira que recorre mi cuerpo cierro los puños y doy un fuerte golpe contra la imagen desgastada que veo enfrente de mi… el espejo se parte en pedazos, varios trozos entran en mi mano, sangre corre por el lavamanos… no siento dolor, veo el rojo contrastar con el blanco porcelana, me río… - Lo que me faltaba, herirme yo misma… - Veo la herida de mi mano y un tremendo vidrio se incrustó en mi mano izquierda entre el dedo anular y medio.

Un par de niñas entraron y ante lo visto, salieron corriendo y gritando, a los cinco minutos una enfermera apareció… preguntaban varias cosas y yo no decía nada, solo miraba mi herida con gracia. Me llevaron hasta una sala de urgencias, algunos puntos y varios vidrios sacados de mi mano, un vendaje suave, algunas pastillas para el dolor y para mi casa.

Al final del día, llegaron mensajes de texto preguntando qué había pasado, con quien había peleado, que qué estaba pensando… mejor dicho… el chisme de la semana… no le conteste a ninguno, me tiré en mi cama, cerré los ojos y sentía la mano latir… no me había tomado las pastillas y el efecto de la anestesia estaba pasando, el dolor en la mano me entretenía para no pensar en otras cosas… creo que todos saben de qué otras cosas me refiero

Suena el timbre y me saca de mis pensamientos. Salgo y aparece Andrea… una cara de preocupación sin igual, me agarra de la mano y la observa, la voltea, la gira y concluye.

  • La gente diciendo que te querías suicidar… ¡Que chismosos!
  • ¿Qué me quería suicidar?... ¡Por favor! Tampoco estoy tan mal… - La invité a pasar, se fue directo hasta mi cama y se lanzó sobre ella.
  • ¡Habla Claudia!... Ya pasamos muchas cosas juntas… así que tengo todo el derecho de joderte la vida… - No pude evitar reírme y recordar las muchas veces que Andrea me parecía fastidiosa e insoportable, para terminar siendo una gran amiga… el mundo es irónico ¿No?
  • ¡Nada que decir Andrea!... Estoy vuelta #$%#...
  • ¡Imagine que dirías eso! – Se levantó y empezó a sacar ropa de mi closet, encontró un pantalón estilo rapero, bolsillos grandes y ancho de color marrón claro, una camiseta mangas cortas blanca con un grabado "All you need is rock" con una guitarra eléctrica al lado y una chaqueta con gorro blanca, pegada al cuerpo.
  • ¿Por qué te gusta vestirme siempre así?
  • Porque te ves genial… - Se acercó y me ordenó que me cambiara
  • ¡Oye tu novia!... ¿No se va a molestar? – Le pregunté mientras me intentaba quitar la franela que tenía puesta, pero la molestia en la mano no me dejaba.
  • ¡No creo! Tuvimos una pelea y hoy estoy soltera… - Decía mientras me ayudaba a quitar la camisa y el jean.
  • ¡Ya veo!... ¿A dónde vamos?...
  • Es una sorpresa, pero te tengo otra

Bajamos y llegamos hasta su nuevo carro, un Renault 4 rojo, usado pero este si era de ella, sus papas se lo habían regalado de cumpleaños. Debían ser las 11 y algo más de la noche, la fría brisa capitalina me golpeaba el rostro, me inyectaba un frío por las venas que siempre me encantaba, las luces de la gran ciudad se iluminaban a nuestro paso, algunos transeúntes caminaban con la cabeza cabizbaja, los altos e inmensos edificios se levantaban sobre nosotras como gigantes de cuentos de hadas, sonrío… por primera vez en días… prendo un cigarro - ¡Gracias en verdad! - Miro a Andrea y ella asiente con la cabeza.

Después de 15 minutos llegamos al bar de siempre, un sitio que aún nos preguntamos si es gay o no, ya que muchos heteros les da por venir… aparcamos el carro y entramos al lugar, muchas caras conocidas, algunos no tan discretos, al verme empezaron a susurrar. Andrea me tomó de la mano y llegamos a una mesa, reservada por ella

Tragos iban y venían, llegaron algunos amigos de ella, hablábamos de todo un poco, un rato para divertirse, me acerco a Andrea y pues lo irremediable que sucede cuando tomas cerveza y trago… ir al baño

Entro al baño y luego de usarlo me encuentro de frente con la causa de mis penas, estoy algo tomada, pero en plena facultad de mis acciones, la observo de arriba hasta abajo, la ignoro y llego al lavamanos, agarro un poco de jabón y empiezo a lavarme la mano, la otra la tengo vendada.

  • ¿Qué te pasó en la mano? – Me pregunta suavemente.
  • ¡Nada que te importe! – Me acerco al lugar donde están las toallas de papel y saco una, sigo sin verla a la cara, no creo que lo resista después de todo.
  • ¡Claro que me importa! – Levanto la mirada y empiezo a burlarme.
  • ¿Te importa?... Mira Mariana… si estamos claras en algo, es que eso ya no es de tu incumbencia, así que ahórrate el drama… - Me dirigí a la puerta
  • ¿Es cierto? ¿Tratabas de matarte?... – La invención de la gente ha sido máxima, pero… que Mariana se crea eso… sí que es el colmo, me detengo y me acerco a ella, comienza a caminar para atrás pero llega hasta la pared, mi rostro a 5 centímetros del de ella, la miro fijamente a los ojos… como me encantaría perderme en ellos… coloco una mano sobre la pared y con la otra acaricio su rostro.
  • ¿Realmente crees que me voy a matar por ti?... – Sentía el fuego de su piel y mi sed pedía desesperadamente beber de ella, solo un beso… así sea robado. Sus labios entreabiertos, listos para solo dejarme llevar

Llego hasta su oído - ¡Si quieres un beso! Tendrás que buscarlo… - Me separo y camino hasta la puerta, giro el cerrojo, pero su mano me jala con fuerza, sus labios buscan los míos con desespero y violencia, termino recostada a la puerta por el fuerte empujón que me dio, un beso que me corta el aire, sus manos en mi rostro, todo mi ser reacciona ante su presencia, la abrazo… siento sus lagrimas caer en ese beso tan deseado y tan buscado, un beso que me lleva a la locura, que nos hace olvidar que estamos separadas… un beso con matiz violento pero sensual, brusco pero maravilloso… en fin un beso que enciende el motor de mi pecho, que no para de latir por ella… no sé cuánto tiempo pasó, pero empezaron a golpear en la puerta.

De la misma manera que el beso se dio, así se alejó. Empezó a llorar desconsolada y cayó sobre el suelo. Me acerqué pero no me dejaba tocarla, mi corazón se hizo trizas al verla en ese estado.

  • ¡Cálmate Mariana! Querías un beso y ya
  • ¿Cr… Crees que solo quiero de ti un beso? – Me preguntó histérica – ¡TE QUIERO A TI! Y sigues sin entender nada
  • ¡Bueno pero si tú me terminaste! ¿Se te olvidó o qué?, ¿Qué hay que entender de eso? Andas con Eduardo y yo también estoy con alguien… sigue tu vida como yo sigo con la mía… (que mentira pero bueno no podía decirle que sigo llorando por ella)
  • ¿Estás con alguien ya?
  • Bueno… tengo mis necesidades Mariana, deja el show
  • ¿Estás con otra?, ¿Tan fácil me olvidaste?...
  • Pues eso te lo puedo preguntar yo a ti, ¿No corriste a los brazos del tal Eduardo?...
  • Es diferente
  • ¡Ahhhh! Es diferente… ¿Eso es todo lo que puedes decir?... Claro es diferente porque tú eres la niña rica que puede jugar con quien quiera y yo tengo que seguir a tus pies, no seas idiota.
  • ¡Cómo te odio Claudia!
  • ¡Me acabas de besar!... a no ser que tu odio se demuestre con besos, hablas de la boca para afuera
  • ¡Eres despreciable!...
  • Yo no ando enamorando a nadie, para luego dejarla tirada como un bolsa de basura.

Andrea apareció

  • ¡Mariana! ¿Estás aquí?... – Giré mi cabeza para verla – Esa pregunta es como evidente.
  • ¡Claudia! Vamos te estás demorando aquí, con gente que no tiene nada que ver
  • Si… ¡Vámonos!...

Salí con furia del baño, una cerveza hasta el fondo, seguido de dos tragos de tequila, para bajarme ¿la excitación? ¿La rabia?... ¿la mezcla de todo lo que tenía?, como sea pero era para bajarme esa cosa que se forma en la garganta… que no te deja hablar… y que quieres que desaparezca

Al salir Mariana del baño, para mi sorpresa estaba con Eduardo, al parecer estaban discutiendo, manoteo de Mariana, lenguaje corporal de Eduardo algo violento, en fin… decidí mirar para otro lado, bailar con Andrea y un par de amigas que llegaron. Evité encontrarlos el resto de la noche y seguí bebiendo hasta más no poder. Ya no sabía ni donde estaba, ni que hacía, pero era divertido salí en brazos de una de las amigas de Andrea, para encontrarnos de frente con un espectáculo un poco deplorable, Mariana empujando a Eduardo, este gritándole algo que no alcance a entender, metiéndola a la fuerza al carro - ¡Rayos! Y me dejo por eso – Pensé con risa.

Andrea me rescató de los brazos de la extraña y me llevó hasta su carro, la sentarme sentí mucha pena y dolor por Mariana, ¿Cómo es posible que se deje tratar así?... fue su decisión… pero me gustaría verla bien por lo menos.

MARIANA

Eduardo pasó por mí a la hora acordada, pero antes de que eso ocurriera, un extraño mensaje a mi correo llegó por parte de Laura… "Amiga parece ser que Claudia intentó matarse, dicen que se fue a un baño y se cortó con el vidrio del espejo… Amiga tu ex estaba loca o qué". Quedé tan perturbada por su mensaje, que a pesar de todos mis intentos por buscar una manera de comunicarme con ella, no lo pude lograr.

Cruzaba los dedos porque estuviera bien, porque estuviera fuera de peligro… sentir esta culpa… -Hubiera sido mejor decir la verdad… ¿Y si Claudia se mató por una mentira? – Estas y otras cosas rondaban mi mente, estaba decida a buscarla y decirle la verdad, que mis padres sabían todo y tenía miedo, demasiado miedo de lo que podía pasar, toda la ira de mi padre cayó sobre mí y no quería que ella sufriera

Con estos pensamientos fui hasta el lugar de la fiesta, era conocido… el bar favorito de Laura, llegamos alrededor de las 10:30pm, busqué por todo el lugar, pero ni rastro de Claudia, al parecer no vendría

  • ¡Mi amor!... estas divina, ven vamos a bailar
  • No estoy de ánimos, lo siento… - Una y otra vez traté de quitarme de encima a Eduardo pero no lo lograba, me pedía besos, abrazos… me estaba volviendo loca. Cuando por fin miro a la entrada y la veo aparecer, esta hermosa… ese look descomplicado y sencillo que tan bien le queda, sentí un deseo terrible de ir a saludarla, no obstante, no tenía las fuerzas para hacerlo, tenía que encontrar el momento adecuado para buscarla, sin levantar sospechas.

Al rato la veo caminar hasta el baño, rápidamente me escabullo de los brazos de Eduardo y espero en el baño… la veo salir y no me ve, se lava las manos, veo una venda cubrir su mano izquierda, me muerdo la lengua para no preguntarle nada, su aroma… sus movimientos… observo todo… deseando que el tiempo se detenga, que un terremoto abra la tierra y solo quedemos en este baño encerradas para siempre, su cabello suelto… su piel blanca y tersa, esa sombra en los ojos que la hace ver tan atractiva, mis manos empiezan a sudar… no vine para embobarme

Caigo en cuenta que está saliendo del baño y no puedo evitar preguntarle qué le paso, me contesta con tres piedras, discutimos… se acerca a mi… como deseo sus labios… me insinúa que si quiero besarla tengo que buscarlo, sentir su cuerpo tan cerca del mío… no pude lograr controlarme, una cosa decía mi cabeza y otra muy distinta hicieron mis manos, la busqué con toda la pasión, un desenfreno total, la bese como nunca, pero como siempre, mi lengua buscó la suya, el contacto de sus labios con los míos, sus manos tomando mi cintura y llevándome a los parajes que siempre recorría solo con un beso… no pude evitar llorar de la emoción y de la tristeza, al saber que este beso era todo lo que podía robarle, pero vine hasta aquí para decirle todo, para que supiera que aún la amo, que todo lo que dije en su casa fue porque mi padre me obligó, que mi familia haría hasta lo imposible por nunca permitir que fuera feliz a su lado. Pero en vez de eso, me dice que tiene otra mujer, que tienes sus "necesidades", me quiebro por dentro… otra ya disfruta de lo que fue mío, otra duerme en sus brazos… ESA OTRA DEBERÍA SER YO

Andrea aparece y se va… dejando pedazos de mí dispersos por todo el lugar, no hay tristeza más grande, Claudia ya no es mía, ni yo de ella… Eduardo me arma un alboroto por dejarlo tirado en ese sitio, se da cuenta que es un sitio también de gays y empieza a despotricar, me levanta la voz varias veces diciendo que se quiere ir, pero yo quiero seguir viéndola, aunque esas imágenes me partan el alma, bailar y tomar con dos mujeres, no es una, sino son dos para colmo de males, las abraza… les da besos en las mejillas, una hasta le tocó en la cola

No podía mas, ya no aguantaba esta situación y accedí a los deseos de Eduardo de irnos del lugar, salimos del bar, me abrazó por la espalda y me recostó contra el carro.

  • ¡Bueno Mariana! Podemos ir a un lugar más privado, solitos los dos
  • ¡Estás loco!... quiero irme a mi casa
  • ¡Vente conmigo!... así conocerás otras cosas de mi que de seguro te gustarán - Agarró una de mis manos y la colocó en su entrepierna.
  • ¡Estas chiflado!... No me voy a ir contigo a ninguna parte y suéltame – Lo empujé, pero su corpulencia no me dejaba, apretó mi mano con fuerza en su entrepierna y solo quería llorar de la repulsión que sentía.
  • Tranquila te aseguro que te vas a gustar… Estoy muy bien dotado… te llevaré al cielo
  • ¡Hay gente viéndonos Eduardo! Compórtate – Miró para atrás y por encima de su hombro alcance a ver a los amigos de Claudia y a ella misma observando todo.
  • ¿Qué importa lo que digan estos nacos?... No son nadie... - Trató de besarme
  • ¡Puede que no sean nadie! Pero no se comportan como machos en celo – Retiró su cuerpo de mí y me ordenó que me montara al carro, la expresión de Claudia y Andrea lo decían todo, me quería morir

Entré al carro y Eduardo aceleró bestialmente el vehículo, llegamos a mi casa y antes de bajarme me dijo.

  • Hasta ahora he soportado tus desplantes pero cuando seas la Sra. Larrionda, quieras o no quieras vas a satisfacer a tu macho en celo

Salí corriendo hasta mi alcoba, sin quitarme la ropa, caí sobre la cama, llorando sin parar… pensando en lo que me depararía el destino al casarme con un hombre como Eduardo, Claudia con sus "amigas", mi vida echa un desastre… tenía que ser yo quien se tenía que suicidar, entre lagrimas quedé dormida