Solas tu y yo (11)

¿Que hacer... cuando todo se sabe?...

CLAUDIA

Nada que hacer, fui a su casa y no estaba… camino hasta el parque cercano, mientras voy dando pasos con el alma al aire, arrastrando los pies en el pasto, llevando a cuestas la desilusión de no poder hacer lo que quería… Escucho un auto chillar las llantas sobre le pavimento y lo primero que pienso - ¡Allí están los niños riquillos buscando como matarse en las vías! – Giró para ver que pasa, veo las placas… es el auto de Mariana

Por puro instinto salgo corriendo, el corazón en la mano, -¿Qué carrizo esta pensando para frenar así? – Pensé. Me acerco hasta la puerta del carro y la veo, en menos de un segundo verifico que no tenga ninguna herida, suspiro y nuestros ojos se chocan en una mirada intensa, que hermosa se ve, el cabello revuelto, sus mejillas sonrojadas, imagino que por el susto… tantas palabras que decir y solo atino a regañarla por la frenada tan brusca que da, me toma por el rostro y se abalanza sobre mis labios… un beso… excitante.

Nos fuimos a una residencia que conocía, hicimos el amor como si nunca la hubiera tocado en la vida, mmmmm… es que solo recordarlo… me provoca otra vez… Quedamos rendidas, abrazadas bajo las sabanas, con nuestros cuerpos desnudos y sintiendo el calor de nuestra piel junta.

Pasaron horas, cuando al fin se despertó.

  • Mmmmm, que cansancio tengo – Susurró, mientras me abrazaba por el hombro
  • ¡Haz dormido y dormido! – Le retiré un cabello en la frente y lo toque la nariz - ¡Dormilona! –
  • ¿Yo dormilona? – Me preguntó sonriente
  • ¡Sip! Son las 9:30pm y no parecía que te fueras a levantar – Se levantó asustada y corriendo
  • ¿COMO? ¿SON LAS 9:30PM?, no puede ser… tenía que encontrarme con mis padres, para una cena a las 8:00pm… Dios me han tenido que llamar.
  • ¡Cálmate nena! Ya llegaste tarde – Intenté tranquilizarla
  • ¡TU NO ENTIENDES! Ayúdame por favor.

Lo histérica que se puso por llegar tarde a una cena familiar, sinceramente, no lo entendí, pero acabábamos de salir de una pelea de ultratumba, así que contuve mi espíritu terco y le seguí la corriente. Llegamos al lobby y canceló el tiempo en la habitación con su tarjeta de crédito, ninguna tenía efectivo suficiente. Por el afán que llevaba, le pedí que me dejara en la parada de autobús, nos dimos un beso, me pedió disculpas por su actitud psico, pero que sabía que la iban a regañar por su impuntualidad.

Me fui a mi casa feliz, dichosa, no cabía de la emoción… en el bus sonaba un vallenato de esos de Diomedez… muerte lenta… se me hizo eterno ese viaje… luego de un tiempo llegué hasta mi casa.

  • ¡Madre!... ¿Cómo va todo?...
  • Bien… pero a ti te fue mejor por lo visto… - Empecé a caminar hasta mi cuarto, pero me frenó – Una amiga tuya vino y me dijo que no se iría hasta verte, esta en tu cuarto
  • ¿Cuál amiga?... Gracias… ya voy a ver

Giré la perilla de la puerta y entré… cual sería mi sorpresa encontrarme a Luisa en mi cama en ropa interior.

  • ¿Tu qué haces aquí y así? – Le pregunté tirándole una sabana encima.
  • Vine por ti… por lo que me debes… - Se quitó la sabana y se puso de rodillas sobre la cama, con el cabello suelto… uffff… que tentación… no voy a negar que Luisa es una mujer divina, ojos negros, cabello negro azabache, curvas y medidas perfectas, piernas bien torneadas y un trasero para morirse, la imagen de ella sobre mi cama en rodillas, con una ropa interior roja pasión súper coqueta, me descontroló bastante.
  • ¿Estás loca? ¿No ves que mi madre esta allá afuera? – Le pregunté sentándome en la silla del escritorio.
  • ¡Pues esas excusas tontas jamás las dijiste antes! Muchas veces hicimos el amor hasta amanecer en esta misma cama, en tu baño, hasta en la sala… no me digas esas bobadas. ¿No te gusta lo que ves?
  • De gustarme a quererlo hay un gran trecho… - Pasé mis manos por mi cara, sabía que esto iba a terminar mal.
  • ¡Ven! Hagamos cositas malas
  • ¡NO QUIERO! ¿No fui lo suficientemente clara? Tengo novia
  • ¿Tienes novia? Pues yo no tengo… tranquila que no se va a enterar, además estoy segura que no se mueve como yo. – Empezó a bailar de forma provocadora de un lado para otro, se quitó el br Asier y me lo tiró a la cara.
  • ¡La verdad es que estas loca!...
  • Loca por que tus manos toquen todo esto – Pasó sus manos por su cuerpo.
  • ¡No lo voy a hacer! – Corté tajantemente, me levanté y busqué su ropa – Toma cámbiate y vete para tu casa.
  • ¿Por qué no quieres hacerme el amor? – Me preguntó haciendo pucheros.
  • Porque amo a mi novia, porque a ti nunca te hice el amor, tuvimos sexo… y bastante, pero el amor solo con Mariana… - Le tendí la mano con su ropa
  • ¿La perra esa acaso es mejor que yo? Esa lo que es…. Es una vagabunda, una perdida, solo va a jugar contigo y tu como una buena huevona detrás de ella – Le dio un manotazo a la ropa y cayó en la cama, había colmado mi paciencia ya… una cosa es que haga estas locuras, pero otra muy diferente es que se atreva a decir idioteces de mi novia
  • ¡Mira Luisa! Lárgate… te lo deletreo… L – A – R – G – A – T – E… me importas un reverendo culo, así que si tienes dignidad o algo que se le parezca, yo como tu me voy cambiando y me voy por donde vine. – Me acerqué a su cara y le grité
  • ¡Claudia!... eres de lo peor – Trato de tirarme algo de la mesa de noche y luego buscó para golpearme. La tomé fuertemente por las manos – Bueno si no te quieres ir por las buenas te iras por las malas – Me coloqué por su espalda, con una mano la agarra por la cintura mientras pateaba, con la otra abría la puerta de mi habitación, mientras Luisa gritaba y lanzaba improperios a diestra y siniestra.

Mi madre estaba en la sala, solo se quedó como espectadora mientras sacaba a Luisa, prácticamente desnuda de mi casa, la puse en la puerta y se la cerré en la cara, le sonreí a mi madre.

  • ¡Ya vuelvo! – Recogí toda su ropa y regresé, abrí la puerta nuevamente y se la tiré - ¡Ya!... la basura hay que sacarla - Mi mamá miraba todo con gracia pero no me decía nada.

Nos quedamos en la sala hablando de todo un poco, de lo que me había pasado, de la loca de Luisa, en fin… una actualización madre e hija, al rato me fui a mi cuarto a dormir.

MARIANA

Me fui volando para mi casa, entré y llegué hasta la sala, mi madre sentada esperando mi aparición, me observó de los pies a la cabeza, con expresión fría y dura me dijo - ¡Mariana! ¿Cómo nos haz podido hacer esto?... Estoy tan decepcionada de ti… tu padre te espera en el estudio – Caminé hasta el estudio pensando en que la reacción de mi madre era una exageración por una tonta cena, pero con lo dramática que es

Giro al final del corredor, paso dos puertas y llego hasta la puerta del estudio, doy dos toques y mi padre me dice que pase. Esta sentado en un sillón de cuero color vinotinto, de talle alto, en frente el escritorio tallado a mano con varios papeles sobre él, un par de lámparas con luz tenue, dos sillas al frente del escritorio de cuero, que hacen juego con todo el inmobiliario anterior, al lado derecho una mesa de billar tela negra y un inmenso mueble desde el piso hasta el techo, con libros y trofeos de caza de mi viejo.

Al momento de entrar, estaba encendiendo su pipa y el olor impregnaba el recinto.

  • ¡Buenas noches padre! – Le dije guardando diplomacia
  • ¡Siéntate Mariana! – Me senté en frente de él. Cruce mis manos y empecé a hablar
  • Padre ya se que estas molesto, pero solo era una cena, no volverá a ocurrir.
  • ¡Yo se que no volverá a ocurrir! – La mirada de mi padre era distante, rígida y soberbia. – Desde que volví de mis viajes de negocios por el Oriente, he notado que estas muy cambiada, hasta diferente a la Mariana que dejé –
  • Las personas cambian o ¿No?
  • Las personas cambian para bien, no para mal… somos una familia de sociedad, prestante, de estatus alto y de poder.
  • ¡Si eso lo sé!
  • Por lo tanto tus acciones son vistas bajo lupa por toda la alta sociedad, así que hija, cuéntame ¿Qué pasó hoy? ¿Por qué no llegaste a la cena? – Su mirada se fijó en mis ojos y un nerviosismo me recorrió la medula.
  • ¡Bueno!... Tuve que hacer un trabajo de la universidad y se me fue el tiempo – Mentí descaradamente
  • ¡Ya veo! – Mi padre se levantó hasta el minibar que tenía, tomó una botella de whisky y se sirvió una copa, tanta parsimonia y silencio me estaban desquiciando, regresó y se sentó nuevamente. - ¿Ultima palabra? – Solo asentí
  • Nunca pensé que llegarías a mentirme tan descaradamente, todo lo sé, todo lo veo… cada paso que das y con quien lo das… – Alzó la voz y siguió – Si estabas realizando un trabajo, explícame ¿Qué significa esto? – Tomó un sobre y lo colocó sobre el escritorio. Empecé a sacar lo que estaba adentro, unas fotos mías, en mi carro, en el parque en la universidad, pero no había nadie en ellas.
  • ¡Son fotos mías Padre! No entiendo… ¿Qué tiene que ver esto?...
  • Pues mira estas entonces… - Tiró varias fotos adicionales sobre el escritorio, una se cayó al suelo y antes de ver las otras, la que cayó, la tomé en mis manos. Abrí los ojos de la impresión, éramos Claudia y yo en mi carro dándonos un beso. El corazón comenzó a latirme a miles de kilómetros por hora, corrí a ver el resto de fotos y en todas estábamos Claudia y yo, entrando a su casa, en el parque, hasta el beso que nos dimos en la tarde del día de hoy, entrando a la residencia… había un recibo de mi tarjeta de crédito… todas las pruebas
  • ¡Papá! Yo… - Levantó la mano en señal de que me callara.
  • ¡No digas nada!... Sales con una persona de tu mismo sexo… DE TU MISMO SEXO… hace tiempo, tus cambios me hicieron pensar que ocultabas algo, pensé en un hombre de bajo recursos, por lo que te puse un investigador… para mi sorpresa he descubierto, no que sales con un hombre, SINO CON UNA MUJER… mi hija una… triste desviada, una pervertida, una contranatural… Pero el dinero todo lo resuelve… desde mañana tienes cita con el mejor sicólogo que encontré, vendrá todos los días a verte, Mateo, mi chofer y guardaespaldas estará contigo las 24 horas del día
  • Pero papá, lo que siento no es malo… es maravilloso
  • ¡MARIANA TE CALLAS LA BOCA!... Tú eres una CASTILLA, de una familia decente y prestante… NINGUNA HIJA MIA VA A SALIR CON OTRA MUJER… ninguna, ¿Me estas entendiendo? – Me gritó fuertemente, nunca lo había visto tan molesto – ¿Me entiendes? Te he dicho.
  • ¡Si señor! Pero ¿Qué va a pasar con ella?
  • Con la Srta. Claudia, no va a pasar nada, no soy ningún hampón, ni matón. Vamos a ir ahora mismo y evidentemente vas a terminar eso que tienen… la "relación" que llevan.
  • Yo la amo papá – Dije entre lágrimas, sintiendo pena, decepción… mi corazón destrozados, mis manos temblaban, sentía la cara arderme, mis venas latir dentro de mi cabeza, mi familia… mi padre despreciándome… no podía soportarlo
  • Me importan tus lágrimas, tú vas a hacer lo que se te ordene, porque eres parte de esta familia, ¡EN ESTA CASA MANDO YO!... y esta discusión se acabó aquí, prepárate porque tienes que acabar con esto de una vez. No sabes lo que es el amor, del amor no vas a vivir, ni vas a viajar y tener todos estos lujos que posees. Ve a arreglarte esa cara y vamos enseguida donde la tal Claudia.

Caminé hasta la puerta del estudio pero mi padre no terminó de decirme todo lo que había planeado.

  • Una cosa antes, la próxima semana anunciaremos tu noviazgo con Eduardo, es la persona que quiero para ti y ya basta, creí que tenías sensatez en medio de esas dos orejas, pero por lo visto no piensas correctamente… nosotros que te hemos dado todo, vienes a… - Se detuvo como pensando lo que diría – A relacionarte con esa clase de personas
  • Pero no me gusta.
  • Pues que te vaya gustando, prácticamente estamos a los pasos de una fusión de su empresa y la nuestra, esta interesado en ti y ya he hablado con él para resolver esta situación, ese será el padre de mis nietos… Espero que no le comentes tus desventuras con esa mujer… ¡Hija! – Comenzó con un tono más sereno y pausado - Cuando se te pase esta bobada, esta niñería, me agradecerás por no permitir que tu vida se fuera al infierno por una decisión basada en meros sentimientos. Antes de irte entrégame tu celular y las llaves del carro.

Le entregué todo lo que me pidió, fui hasta mi cuarto corriendo, me tumbé en la cama y empecé a llorar, tomé el teléfono fijo para llamar a Claudia, pero me atendió un operario, me dijo que no tenía ordenes de dejar salir ninguna llamada sin la autorización de mi padre… encerrada en mi propia casa, sola, abandonada

Mis padres se enteraron de todo, me encontraba en estado de shock, no podía ir en contra de mi familia, yo amo a mis padres… no puedo… pero Claudia… ¿Qué hago?, lucho por lo que siento… pero la familia siempre será familia… Y ¿si las cosas con Claudia se desvanecen?… ¿Y si descubro que todo era una etapa en mi vida?… pero… ¿Qué estoy haciendo?... ¿Qué quiero realmente? Mi padre entró en la habitación y nos pusimos en marcha hasta la casa de Claudia.

No podía dejar de pensar en como había empezado el día de hoy, peleada con Claudia en la mañana, en la tarde en reconciliación, amándonos… disfrutando la una de otra y ahora en la noche, mi familia con pleno conocimiento y mi vida un caos total.

Continuaba en mis pensamientos, con los ojos hinchados, mi cabeza un caos… jamás he estado en contra de los deseos de mi padre… ¿He de hacerlo ahora?...

MARIANA

Escucho el timbre sonar incesantemente, pero bueno… ¿Acaso la gente no tiene horas normales de llegar a una casa?... ¿Será la tonta de Luisa otra vez?... me levantó, buscando el interruptor de la luz, me tropiezo con la punta de la cama. - ¡Ayyyy Hijueputa vaina! – Voy brincando hasta la sala, enciendo una luz y pregunto quien es

  • ¡Soy… soy… yo Mariana! – Escuché detrás de la puerta, la abro y me dirijo a abrazarla.
  • ¡Nena! ¿Qué haces aquí a estas horas? – Entra hasta la sala y evita que la abrace, un tipo alto… vestido completamente de negro se queda en la entrada.
  • ¡Ese… tipo!... – Señalé al hombre, mientras hacía muecas con la cara, me tocaba los ojos y me di una cachetadita para terminar de despertarme.
  • Es un guardaespaldas, era muy tarde para venir y pues… necesito hablar contigo
  • ¿No podías esperar hasta mañana?... ¿Qué es tan urgente?... – Me acercó a ella, se encuentra sentada en el sofá con la mirada perdida, viendo el piso.
  • ¡Antes de decirte lo que vengo a decirte!... dame un beso – Le sonrío
  • No te creo que vengas para un beso nada más
  • ¡Solo dame un beso! Por favor… - Su voz se quebró, no entendía nada… pero… me acerqué a ella, le tendí una mano y se levantó hasta mi altura, la miré a los ojos, una pequeña sonrisa se esbozó en sus labios, una mirada triste, ausente, nunca la había visto tan descompuesta como en ese momento. No tengo idea porque… pero sentía como si me apretaran el corazón contra el pecho, como cuando te falta el aire… Con mi mano derecha toco su rostro suavemente, su piel se eriza, cierra los ojos para sentir mejor, me siento dichosa pero a la vez, extrañamente triste, mis manos llegan hasta el lóbulo de su oreja, y avanzo hasta el cuello. Una de sus manos toca mi antebrazo, la siento fría… entreabre sus labios y abre sus ojos, para vernos, me acerco, tan lentamente que alcanzó a sentir su respiración agitada, su olor… rozo sus labios con delicadeza y un electroshock me invade el cuerpo, siento como si fuera la última vez que la besara, nuestras lenguas se despiden… ¿Se despiden?... no lo entiendo… pero es lo que siento… el beso cambia lentamente de suave a apasionado y con ambas manos, Mariana me toma por el rostro y se aparta. Veo lágrimas caer por sus mejillas y aparta su mirada de mí.
  • ¡RAYOS! ¿QUE PASA?... – Grité.
  • ¡Claudia! Hoy he pensado todo lo que vivimos, todo lo que hemos pasado y he caído en cuenta… que lo nuestro no tiene futuro… - Mi cara empezó a tornarse de todos los colores - ¡No vamos a ningún lado! – Comenzó a llorar y hablaba entre lágrimas – Tu… yo he sido… no te merezco… tenías razón… solo quería probar… solo quería vivir… solo quería una experiencia distinta en mi vida
  • ¿Estas hablando enserio? – Le pregunté, sentándome enfrente de ella. Un nudo en la garganta, varias lagrimas cayendo sobre mis mejillas, me toco el rostro y me doy cuenta que estoy llorando. Sus ojos se clavan en mi, Mariana me trata de tocar la cara, pero la retiro – Trago saliva intentado borrar con eso, las ganas de llorar.
  • ¡Lo siento!... perdóname
  • ¡No es cierto!... me estas mintiendo… dime la verdad… ¿Qué pasó realmente? – La tomo por lo hombros y la obligo a verme… - Mírame Nojoda… - Me mira - ¡Dímelo en la cara! Dime que pasó.
  • ¡NO ENTIENDES…! NO TE AMO… - Sus palabras hicieron eco en mi cabeza
  • ¿Cómo te diste cuenta?... ¡Hoy hicimos el amor! No seas tan cínica de venir a decirme eso ahora.
  • ¡Ya te lo estoy diciendo! FUISTE UN JUEGO Y PUNTO… - Salió corriendo de mi apartamento.

Pasaron dos segundos y salí tras de ella, descalza… tenía una sudadera blanca y una camisilla negra, bajo las escaleras en un santiamén, la tomo por el brazo a las afueras del edificio, justo antes de llegar a su camioneta.

  • ¡ME VAS A EXPLICAR BIEN ESTA VAINA! – Se gira rehuyendo mi mirada.
  • ¡QUE QUIERES QUE TE EXPLIQUE! Deja de ser estúpida e ilusa… ¿Cómo piensas que estaremos una persona como tu y yo de aquí a un año?... ¿Me puedes dar la vida que tengo? ¿Puedes tratarme igual o mejor que como estoy en mi casa? ¿Me puedes ofrecer lo que me da Eduardo? – Mi rostro cambia, apreto la mandíbula….
  • ¿Qué tiene que ver Eduardo?... ¿Acaso… tu… el…?
  • ¿Cómo crees que me di cuenta que no quiero nada contigo?... – Mi corazón se quebró
  • Tuviste sexo con Eduardo
  • ¡Claudia! Aléjate de mi, no quiero verte más… mi futuro es con Eduardo… no contigo
  • ¡Háblame! Maldición… ¿Hoy también estuviste con Eduardo?... – La tenía sujetada por el brazo fuertemente
  • ¡SI!... ¿ES LO QUE NECESITAS ESCUCHAR PARA DEJARME EN PAZ? – Asentí con la cabeza – Entonces si, hice el amor con Eduardo… entre un hombre y una mujer… UN HOMBRE

Liberé la presión que ejercía sobre ella, me miró… y se fue… caminé hasta su camioneta y la vi alejarse por la cuadra… no podía pensar nada… toqué mi rostro con las manos y empecé a llorar en mitad de la calle, a las 2:30 am… - Que chistosito sería Dios si me manda un chaparrón - No había terminado de pensar lo gracioso que sería, cuando una lluvia inesperada empieza a caer, no podía moverme de donde estaba… solo quería que pasara un carro y acabara con esto que sentía, el dolor puede causar tantas reacciones y yo solo quería estar ahí en la mitad de la calle, con un frío que me carcomía los huesos. Mis lagrimas se enjugaban con las gotas de lluvia, tremendo chaparrón caía… estaba completamente empapada en la mitad de la calle, sin moverme… sin dirección… sin un motivo para hacer algo por lo menos, no tenía rabia, no tenía tristeza… solo vacío, un hueco en mi pecho… donde se supone que va un corazón… ¿Cuál corazón?... Mariana se lo llevó

Siento una cobija sobre mí

  • ¡Hija!... ven… - Camino por inercia - ¡Te vas a enfermar con este frío! – Llegamos a la casa… me quita la ropa y empiezo a estornudar y toser

Lo último que recuerdo es ella tomándome la temperatura, mi visión es nublosa… a lo lejos una conversación… caigo rendida en los brazos de Morfeo