Sola en la Ruta

Eran las dos y veinticinco de la mañana y estaba sola dentro del auto. Era la primera ves que viajaba sola al Sur...

Eran las dos y veinticinco de la mañana y estaba sola dentro del auto. Era la primera ves que viajaba sola al Sur y cometió el grabe error de no hacerle un chequeo al auto antes de emprender el viaje.

Un poco asustada y molesta intento arrancar el auto, pero este hizo un sonido seco y nada más. El auto no tenía batería. Se dio vuelta sobre el asiento delantero y busco su bolso en la parte de atrás del auto, sabia que tenia el celular en algún sitio y que era la única oportunidad que tenia para pedir ayuda mecánica, ya que hacia 2 horas que había pasado la ultima estación de combustible y según el mapa de la próxima no estaba a menos de doscientos cuarenta y tres Km. Prendió el celular y un símbolo titilando le indicaba que no había señal. Con el abrigo puesto salio del auto y noto un frió seco y una brisa fuerte, por suerte tenia ropa de invierno, unas botas altas, unos jean de corderoy y un suéter de su hermano que si bien le quedaba un poco grande, era muy abrigado y le daba un poco de seguridad en ese momento.

Se dirigió a la parte trasera del auto y recordó que su padre le había comprado un kit de primeros auxilios y unas balizas. Saco estas últimas y las coloco como decía el papel dentro de la bolsa, “Colocar la primera a cincuenta metros del auto, la segunda a treinta y la última a diez.”

Noto que sus manos se congelaban y busco en el auto un par de guantes y se le ocurrió que quizás de alguna manera algún cable se habría soltado o algo por el estilo.

Llego a la parte delantera del auto, tardo unos segundos en encontrar la forma de abrir el capo. Cuando lo hizo ratifico que la situación la superaba, ya que no tenía el mínimo conocimiento de mecánica. Mas enojada que antes cerro del capo violentamente y se metió dentro del auto.

Paso una media hora, se había puesto los auriculares para escuchar un poco de música y con una pequeña linterna leí una novela, cuando en el espejo retrovisor vio una luz que se acercaba por la ruta. Rápidamente salio del auto y con la linterna le hizo señas.

Cuando el vehículo cruzo la primera baliza vio que este era una camioneta destruida y que solo le funcionaba el faro izquierdo; la patente era vieja y noto que en la parte de atrás traía algún tipo de carga de vegetales o algo así.

Con un fuerte ruido de frenos la camioneta se detuvo a unos 5 metros de su auto y vio como la puerta se abría lentamente, como quien no quisiera la cosa. Un hombre con sombrero y un abrigo muy grande se acercaba hacia ella con un palo en la mano. Un escalofrió recorrió su espalda y empezó a retroceder lentamente estirando una mano hacia atrás para tantear el picaporte del auto. Pero ya era demasiado tarde el sujeto estaba a un metro de ella y la sujetaba por su hombro izquierdo. Ella grito del susto pero este se silencio estrepitosamente cuando un fuerte puñetazo se estrello en su estomago, todo se hizo borroso y como si fuera en cámara lenta se desplomo en el frió pavimento.

Entre sueños y con un fuerte dolor en el estomago recobro el conocimiento poco a poco. Tenía mucho frió e intento acurrucarse pero esto fue imposible, estaba amordazada y tenia las muñecas atadas a un caño. Se encontraba boca abajo y noto que no tenia las botas, ni el suéter. Sacudió fuertemente las piernas pero una voz surgió de uno de los rincones oscuros del cuarto. Era una voz grave y carrasposa pero no de un gran volumen que le indico que se tranquilizara. Asustada, obedeció sin dudarlo. Su mirada buscaba en el oscuro cuarto al dueño de esa voz pero ella no podía encontrarlo. Era una situación desesperante estaba aterrada y sabia en el fondo de su ser cual era el final de todo esto. De pronto sintió una mano en su cintura, volvió a sacudirse con fuerza pero y sintió una fuerte presión en la espalda a la altura de sus omoplatos. Volvió a girar la cabeza y vio una cabellera negra y grasosa, un leve jadeo salía de la boca del hombre y una nube de vapor acompaña al mismo.

La mano que él tenia sobre su cintura comenzó a descender por entre sus glúteos un grito desesperado surgió de su boca pero la mordaza que tenía amortiguo el sonido transformándolo en un gemido grave. La mano del sujeto comenzó a masturbarla sobre el jean de corderoy que tenia puesto, cada movimiento se hacia mas intenso y a su vez aumentaba la presión sobre su vagina.

Ella no podía sopórtalo y por mas que intentaba retenerlo con cada movimiento de la mano un gemido salía de su boca.

El no emitía sonido alguno, parecía que en ese cuarto solo estaban sus manos. Tras unos diez minutos, se detuvo y se alejo de ella. Ya no sentía fría y se le hacia muy difícil concentrarse y darse cuenta en la situación en la que se encontraba.

Un sonido metálico cortó el silencio, alguien se acercaba y pudo notar que tenía un cuchillo de un tamaño importante en su mano derecha. Se inclino sobre ella y comenzó a cortarle la camisa incluyendo el corpiño muy lentamente. Una vez que este termino tomo los restos de la camisa y junto con el corpiño, se los quito dejándole el torso desnudo. Volvió a agitar sus piernas fuertemente pero esta vez sintió todo el peso del hombre sobre ella. Realmente era un sujeto enorme o eso fue lo que ella creyó ya que su peso comenzaba a asfixiarla. Le susurro al oído que se calmara o tendría que usar la fuerza y ella vio como la hoja del cuchillo pasaba lentamente por enfrente de sus ojos y pudo ver el reflejo de una sonrisa de dientes sucios en el.

Lentamente, él se levanto apoyándose sobre la espalda de ella. Una vez arrodillado detrás de la joven le apoyo su bulto y empezó a frotarse mientras que una de sus manos acariciaba la espalda de la chica. Ella comenzó a llorar esperando que esta pesadilla acabara lo más rápido posible. Sentía el bulto apretado contra su cola y como este se deslizaba arriba y abajo con un ritmo casi hipnótico. Las lágrimas habían marcado un surco en sus mejillas y con los ojos entre abiertos un gemido de clemencia salía de entre los trapos que tenia en su boca.

Cuando el se detuvo, con gran rapidez desabrocho el pantalón de la chica y tomándolo por ambos lados los deslizo hacia abajo llevándose consigo la ropa interior. Un hermoso culo quedo ha descubierto, las manos del hombre parecían haberse multiplicado ya que ella sintió como le sobaban la cola desesperadamente.

El silencio fue interrumpido por el cierre del pantalón del sujeto. Fue el sonido más aterrador que había escuchado en su vida y tras unos segundos sintió como este apoyaba su pene entre sus dos nalgas. Por el frió, ella sentía que el pene que recorría su cola de abajo hacia arriba estaba hirviendo. El hombre escupió sobre sus tres dedos y comenzó a lubricarla y luego a masturbar a la joven.

Entre sus dedos el clítoris de la chica se anunciaba cada vez más y se podía notar levemente como la vagina se abría dejando ver aun mejor unos finos labios de color rosa pálido.

Con el pulgar comenzó a dibujar círculos sobre el ano de la joven, esta muy asustada frunció sus glúteos y cerro fuertemente las piernas, pero era imposible superar la fuerza de este hombre. Con sus dos manos este abrió las piernas de la chica sin demasiado esfuerzo y continúo con lo que estaba haciendo. Tras otros cinco minutos ella sintió como el introducía dos dedos dentro de ella y comenzaba a cogerla con ellos, comenzó suavemente pero a cada segundo el movimiento se volvía mas fuerte y violento. Esto fue demasiado para ella y por mas que lo intento se corrió en un orgasmo realmente húmedo. Agitada y un poco desorientada por este fuerte orgasmo cayo sobre su costado izquierdo dejando ver sus pequeños pero hermoso senos.

En la oscuridad del cuarto la punta del pene se posaba sobre su pecho izquierdo y la mano del hombre volvía a masturbarla mas suavemente pero con un ritmo incansable.

Toda húmeda y muy agotada le era imposible siquiera volver a la posición anterior ya que sus piernas casi no le respondían, pero de pronto un brazo la rodeo sobre su cintura haciéndole recordar el fuerte dolor que sentía en su estomago y en menos de dos segundos ya estaba en la misma posición que antes.

Sintió como la punta del pene se depositaba entre los labios de su vagina y como suave pero decididamente la penetraba. Este movimiento no se detuvo hasta que la pelvis del hombre hizo tope con su cola. Ella sentía como una o dos gotas de sus propios fluidos corrían por la parte interna de su muslo hasta sus rodillas.

Luego el pene volvía a salir y a entrar. Tras unos 8 minutos de este incansable vaivén un dedo penetro en su ano produciéndole un fuerte orgasmo, sus piernas volvieron a flaquear pero una mano la sostenía firmemente evitando que cayera al piso.

El hombre retiro su pene de la vagina, este estaba bañado en los fluidos de la joven y sin mayores tapujos lo introdujo en el ano de la chica.

Todos sus músculos se tensaron y un fuerte dolor recorrió su espalda desde la base hasta la nuca, las lagrimas brotaban de sus ojos y el fuerte movimiento de el hacia que las ataduras en sus muñecas la lastimaran. De pronto cuando ella ya se había rendido, el sujeto quito torpemente el pene de su ano y se corrió en sus nalgas y parte de su espalda con un fuerte gruñido. Con el pene ya flácido se encargo de esparcir su semen por entre las nalgas, se puso de pie, guardo su miembro en el pantalón, la desato y con una manta la cubrió al notar que la joven había perdido el conocimiento.

Cuando ella se despertó estaba dentro de su auto y completamente vestida, eran las 11 de la mañana y se encontraba a unos metros de una estación de servicio. No tenia rastros de lastimaduras en sus muñecas y su camisa estaba intacta. Pero se percato de que entre sus piernas había una extraña e incomoda sensación de humedad y estaba envuelta en una sucia manta que no le pertenecía.