Sola

Encontré un perro callejero después de haber cambiado de domicilio y jugamos un rato

Llegue a una casa nueva, pues mi relación anterior no había funcionado bien, teniendo un pequeño trabajo que podía costearme una pequeña casa alejada en un pequeño pueblo, solo una habitación con cocina, pequeño patio que daba a la calle, pues no había una puerta real, solo un gran terreno por la parte de atrás que daba a la calle y el baño, no podía pagar nada más, entonces me sentía deprimida y pasaba mis días en aquel patio, las personas pasaban, los carros y los animales, en el fondo se escuchaban los pollos, gansos y demás animales de granja.

Veía como perros se acercaban y andaban en jauría, entonces lo vi… un hermoso perro completamente negro, parecía un pastor alemán… me parecía muy extraño que nadie lo hubiese adoptado aun, me pase algunos meses tratando de ganarme su confianza hasta que empezó a comer en un traste en mi patio y me dejaba acariciarlo, iba y venía, pero generalmente ya dormía en las cercanías, me enferme de covid y en ese tiempo él empezó a dormir conmigo en la habitación…  me recupere, pero cuando llegaba la noche él rascaba la puerta para entrar a dormir conmigo.

Una noche en particular no llego… yo me preocupe mucho y fui a buscarlo, cuando lo encontré estaba mal herido, lo lleve a mi casa y lo cuide el tiempo que pude, pues tenía que seguir yendo a trabajar, él se recupero. Después de eso él solía estar junto a la casa tan pronto yo llegaba a casa, me encariñe mucho con él… después de varias noches así se escucho una jauría de perros fuera de la casa, él estaba inquieto y me pidió salir, cuando abrí salió y yo lo seguí, note que era un grupo de perros tratando de montar a una perrita, en ese momento me excite viendo el turno de mi perro, por un fugaz momento me imagine que él me intentaba hacer lo mismo… en ese momento lo apartaron, no logro su cometido, pero siguió intentando, entonces trate de jalarlo a la casa pensando en aquella otra ocasión en la que lo lastimaron, él me gruño, sin saber qué hacer y en mi desesperación note que la perrita había hecho pipi en un lugar un poco alejado, tome un poco y con eso atraje a mi perro a la casa, entonces lo metí al cuarto y note que seguía su punta afuera.

Te quedaste con ganas ¿Verdad? – Le pregunte, sabía que no respondería, pero yo estaba tan excitada, empecé a masturbarlo como lo haría con un hombre, entonces él empezó a engrosarse, empezó a sacar un liquido entre transparente y blanco, entonces… creció la bola… yo no sé nada de perros, así que en ese momento, viéndolo tan grande frente a mi trate de meterlo en mi boca, pero él hizo un sonido de dolor, decidí dejarlo así, rato después se deshincho y durmió en el piso junto a mi cama.

Después de esto empecé a masturbarlo constantemente antes de dormir, había leído que con premios él podría lamerme, así que en varias ocasiones compre unos, lo subí a la cama y me unte en varias de mis zonas erógenas, él lamia y yo me retorcía en mi placer, varias veces trate de ponerme en 4 para que me penetrara, pero nunca funciono, aunque lo ponía atrás y lo masturbaba ahí, no me hacía nada.

Un día después del trabajo se me ocurrió, lo metí al baño y ahí le rasque la pansa, mientras lo hacía empecé a masturbarlo, pronto se hincho y yo, que ya estaba desnuda hice que se introdujera en mi, él hizo un pequeño gemido y después me vio a los ojos, empecé a moverme y se sentía tan bien, su verga caliente y grande estaba dentro de mi y aunque no era él quien se movia escurria de todo el semen que entraba en mi, tan caliente, tan rico, tome premios y los puse en mi boca, él los tomaba juntando su lengua con la mia y me sentía en el extasis absoluto  mientras me movía mis tetas rebotaban y él se quedaba viéndome hasta que termine, lo deje estar adentro un rato en lo que se deshinchaba.

Después de eso lo hicimos un par de veces más, ahora estando yo en 4 y me lo metia por atras, mi ano se dilataba con su bola de una manera tan plasentera, era lo mejor de la vida, yo sangraba un poco, pero no podia sentirme mejor, mis costillas siempre estaban rasguñadas, pero siempre lograba venirme, cosa que nunca paso con mi exnovio... ame a ese perro... hasta que… al parecer… mis vecinos lo envenenaron y lo aventaron a mi patio.