Sol Naciente V: ¡Feliz Cumpleaños!
"literalmente, me sentía como una ficha del juego que todos mueven a su antojo"
Me disculpo por la tardanza, es que he estado ocupado y bueno mi vida esta digamos pasando por una serie de evetos desafortunados. aqui el 5to capitulo espero les guste...
Santiago:
Si realmente quiero conquistar a Christopher voy a necesitar ayuda y ya se a quien pedírsela. Samanta es aparte de mi madre una de las personas más calculadoras que conozco, además cuenta con una gran habilidad para convencer a las personas y lo más importante, a pesar de nuestras diferencias es la única persona en la que confió ciegamente.
- ¿a qué debo tu visita, hermanito? –pregunto con sarcasmo al encontrarme en su cama cuando terminaba de vestirse.
- Sam, mi querida hermana ¿como estas?, ¿alguna vez te había dicho que te quiero?- le dije sarcásticamente.
- La misma cantidad de veces que te lo he dicho yo a ti –dijo entre risas- ahora si, ¿que necesitas? porque la única forma de que tu entres en mi habitación es que necesites algo de mí, ¿o me equivoco?
- Pues no, tienes toda la razón, tan acertada como siempre. Pues bueno… necesito que me ayudes con… -comencé a decir.
- Con Christopher. –me interrumpió, yo asentí.
- Es que ya no se qué hacer, me trae loco. No entiendo que puedo hacer para conquistarlo, ayúdame Sam
- Ya me lo suponía yo, está bien te ayudo pero no pienses que todo lo voy a hacer yo.
- Claro hermanita, dime ¿Qué tengo que hacer? –pregunte con cierto entusiasmo.
- ¡En público! –dijo pensativa- no hay nadie que se resista a una declaración de amor en público. –dijo con tono alegre y esperanzador.
- ¿Me estás diciendo que para conquistar a Christopher tengo que declararme en público?- pregunte sorprendido.
- ¡Claro hermano! Piénsalo, a menos que tu orgullo no te permita hacer algo así.
- No claro que no es eso, si tú dices que va a funcionar yo lo hare, pero ¿Cuándo?, ¿en dónde?
- No se piensa, yo cumplí con darte una idea. Ahora necesito que salgas porque me tengo que ir ya a la casa de Christopher ya y eso de dejarte solo en mi habitación no me parece muy buena idea. –dijo lanzándome un beso
- ¿A casa de Christopher?, y ¿Qué se supone que tienes que hacer tu ahí? –le pregunte totalmente extrañado.
- Eso mi querido hermanito… no es tu Problema. –me giño un ojo- ahora sal de mi habitación por favor.
Esa es mi hermana, digna hija de doña Úrsula Oddo, sinceramente si no es por toda la ropa negra y ese maquille que le dan una apariencia gótico-punk diría que es algo así como una reencarnación antes de la muerte.
Christopher
Apenas llevaba dos semanas de conocer a Samanta y ya éramos inseparables, verdaderamente Sam -como me gusta llamarla- es una persona encantadora. Ese Miércoles paso con Rodolfo a buscarme en la universidad porque según ella Necesitábamos ir de compras, recorrimos una gran cantidad de centros comerciales y miles de almacenes. Curiosamente ella solo compro en par de tacones –extremadamente altos a mi parecer-, en cambio a mi me hizo probarme diferentes trajes, de los cuales compro dos.
- Sam, ¿para qué son estos trajes? Sabes muy bien que me gusta más la ropa deportiva.
- Si eso lo sé, pero Santiago me pidió personalmente que tú debías ir de traje.
- ¿Santiago? Que tiene que ver el en todo esto.
- ¿no te lo he dicho? Disculpa cuñadito –odio que me diga así- ten, -me dijo entregándome un sobre- esta es tu invitación.
- ¿invitación?
- ¡sí!, mi hermano cumplirá 20 años este sábado y piensa celebrarlo a lo grande.
- Ten –dije devolviéndole el sobre- no pienso ir.
- Deberías guardarlo porque mi hermano le dará órdenes a los guardias de no dejar pasar a nadie sin invitación, ya que es una fiesta de disfraces y necesitaremos tener un control de invitados.
- Y según tu hermano ¿mi mejor disfraz es un traje? – pregunte entre molesto y confundido.
- No tonto, es solo que él quiere que tú vallas vestido así.
- Dile a tu hermano que no voy a ir –dije extendiendo mi mano con la invitación.
- Muy tarde cuñadito –ahí estaba de nuevo- ya Rodolfo tiene órdenes de ir a buscarte porque sabíamos que te negarías.
- Te odio, sabes.
- Los dos sabemos que en el fondo me amas, como todos los demás. –dijo entre risas. Bueno cuñado hasta aquí te acompaño debo ir con José (otro chofer) a comprar unas cosas para la fiesta.
- Si quieres puedo ir contigo, no tengo problema. –le dije
- No, quiero que la fiesta sea una sorpresa para todos, la estoy organizando toda prácticamente yo sola.- dijo despidiéndose.
Esos días siguientes transcurrieron con normalidad, gracias a dios marcos y Santiago cumplieron mi petición: no aparecer por mi departamento. Bueno excepto por el hecho de que mi departamento parecía un jardín de cuentos de hadas debido a los múltiples ramos de flores enviados por marcos. y Santiago que al enterarse, volvió la cosa como una competencia: si marcos me regalaba un chocolate el me regalaba una caja, marcos me enviaba un ramo de Flores, Santiago dos arreglos inmensos (ya el repartidor de la floristería y una de mis vecinas mayores me veían de forma extraña), marcos me dedicaba una canción y Santiago me enviaba el CD original y así… por un momento pensé que yo ya no les importaba porque solo se concentraban en superar al otro.
Ese sábado me desperté muy temprano por un mensaje que me llego al celular –debo considerar seriamente la idea de apagarlo por las noches-.
“buenos días cuñadito, recuerda estar bello hoy por la noche, Rodolfo pasa por ti a las 7:00pm. Te quiere, Samanta”
Por lo visto, Sam también dio por hecho que si voy a la fiesta –pensé. Mientas desayunaba decidí abrir el famoso sobre con la invitación, en esta última aparecía la imagen de un payaso algo escalofriante (vestido de blanco y negro, y con unas lágrimas aparentemente de sangre saliendo de sus exagerados ojos grandes) y la palabra CARNAVAL en letras grandes y rojas. –evidentemente todo esto salió de la retorcida mente de Sam- me dije a mí mismo entre risas.
Luego de mucho pensar decidí ir a la fiesta ya que, un poco de distracción en estos días de tanto stress no me haría nada malo, además el único inconveniente es Santiago y sinceramente no creo que se atreva a hacer algo delante de tanta gente. Me vestí y fui a la peluquería donde “casualmente” me encontré con marcos, que aunque intente esconderme logro verme por uno de los espejos del establecimiento –eran muchos, por cierto.
- ¡Hey Christopher! –grito entusiasmado. Yo me hice como que no escuche por un momento, pero luego todo fue muy obvio y no me quedo más remedio que saludarlo fingiendo una cara de asombro.
- ¡Hola! Marcos, ¿Qué haces aquí? – pregunte estúpidamente.
- Vine a hacer un deposito, ¿Qué mas voy a hacer aquí bobo? Cortarme el cabello, por supuesto. –contesto divertido.
- Y, ¿ya te vas? – pregunte esperando con ansias escuchar un: SI
- Sí, bueno eso iba a hacer hasta que te vi.
- Marcos… ¿Qué te pedí por favor? –le pregunte con tono cansado
- Si, si ya sé que me pediste que te dejara pensar las cosas pero no creo que por llevarte de regreso a tu casa valla a desordenar tus ideas ¿no?
- Es que al salir de aquí voy a comprar unas cosas.
- No importa, ¡te espero! No tengo nada más importante que hacer.
Trate de tardar lo más posible, incluso compre comida para la semana en un intento de lograr que se cansara y se fuera, cosa que no funciono. Ya en casa me invito a salir, y yo por supuesto me negué, ya cuando se disponía a salir vio la invitación sobre la mesa.
- ¿Qué es esto? – pregunto de tal manera que pude percibir cierto grado de molestia en su voz.
- Una invitación a una fiesta.
- Y, ¿piensas ir? –dijo viendo los trajes que tenia aun en uno de los muebles. El grado de molestia iba en aumento.
- No sé, aun lo estoy pensando. Le mentí
- Claro… a mi me pides que te deje tranquilo pero ¿viene este “tipo” –hizo énfasis en esta palabra- te invita a su fiesta y tu sales corriendo? - Pregunto ya claramente enfadado. Me disponía a contestar pero él me interrumpió tirando la invitación al piso y dejándome solo.
Eran algo poco más de las 5:00PM cuando me metí a darme una ducha y aprovechar de afeitarme antes de comenzar a alistarme para la fiesta, dure más de treinta minutos para salir del baño y comenzar a vestirme, escogí el traje negro y la camisa blanca con una corbata color azul eléctrico –bastante llamativa- me peine estilo “La cresta” para el cual use bastante gel para el cabello debido a que mi cabello es liso y me cuesta mantenerlo fijo. Cuando termine me pare frente al espejo y me sorprendí a mi mismo al ver lo bien que había quedado, al estar vestido mayormente de negro me veía más blanco haciendo que mis ojos grises se vieran mucho más bellos.
Pude ver por mí ventana uno de los autos de la familia de Santiago por lo que supuse que Rodolfo había llegado a por mí, baje Rodolfo me vio de arriba abajo con una sonrisa extraña y lo único que me dijo fue: -el Sr. Santiago va a estar muy feliz. De camino a la fiesta conversamos muy poco, me entere que trabaja para la familia desde los 18 pero siempre ha vivido hay pues su padre también fue chofer y jardinero de la casa.
- Joven, su invitación. –me dejo cuando llegábamos a la casa.
- No la tengo, seguro la deje –dije preocupado.
- Y ahora? Creo que no lo van a dejar pasar –dijo serio. Bah! Usted es invitado de honor claro que puede pasar.- dijo entre risas
Baje del auto, no sin antes agradecerle a Rodolfo por llevarme quien me dijo que no había problema pues lo hacía encantado. Seguí el camino que dirigía hacia la parte trasera de la casa perfectamente iluminado, al llegar pase debajo de un inmenso arco de globos blancos, negros y rojos al momento que mis ojos se abrieron como platos al igual que mi boca: a lo largo del jardín se encontraban diversas tarimas con contorsionistas, magos, leones, tigres, un hombre con una serpiente que debía pesar más que el, creo haber visto panteras, acróbatas y una mujer que se pasaba objetos filosos por su bikini, realmente el lugar parecía un autentico circo. Además habían instalado una inmensa pista de baile que aun estaba vacía y otra donde estaba una torta de 5 pisos a cuadros blancos y negros con pequeñas carpas de circo a los lados, el personal encargado de servir a los invitados estaba al igual que estos, disfrazado. Pude observar hadas madrinas, princesas, arlequines, caballeros, payasos, domadores, vaqueros, y hasta una “Marilyn Monroe”.
Salude a algunos conocidos de la universidad y me fui a dentro de la casa en busca de Sam pero desgraciadamente me encontré con la persona que menos quería.
Samanta
Termine de cerrar mi ajustado corsé morado el cual poseía un prominente descote, casi hasta el ombligo, lo único que no permitía que se abriera era un bonito laso con pedrería en el busto y comencé a colocarme la falda ( a la cual no se le debería poder llamar así pues apenas llevaba unos pequeños volantes en la parte delantera y por detrás un inmenso laso) me coloque las medias de mayas que me llegaban hasta medio muslo y se conectaban con la falda por medio de unos sexis tirantes, me puse el liguero en la pierna izquierda. Me coloque unos guantes de seda que me llegaban a la mitad del brazo, continúe con un bonico collar de perlas y dos pulseras en la mano izquierda, proseguí con un pequeño moño en mi cabello con muchas plumas y termine con mis tacones punta de aguja y una boa de plumas moradas también. Salí de la habitación y baje las escaleras rumbo al jardín donde se encontraba la fiesta, al pasar junto a la cocina escuche algo que me dejo fría.
- ¿Qué haces aquí?, ¿acaso no fui lo bastante clara la ultima vez? ¡fuera de mi casa! ¿qué quieres?, ¿aumento mi oferta? –pregunto mi madre a ritmo acelerado.
- Ya le dije que no quiero su dinero, vine solo porque sus hijos me pidieron que lo hiciera.- contesto una voz que para mi sorpresa era la de Christopher.
- Te exijo que te vayas ya mismo!! – dijo mamá claramente ofuscada.
- Mire señora no quería llegar a esto pero si quiere que me vaya… sáqueme usted misma de la casa. Contesto Christopher fríamente.
- Mas te vale que te vayas “pordiosero” si no quieres tener problemas, más te vale que no te metas conmigo.
- Prefiero ser un pordiosero como usted dice a una sanguijuela como usted que le absorbe la vida a todos los que están a su alrededor. –contesto Christopher. –bien- pensé yo.
- ¡a mi tu no me faltas el respeto! Dijo mi madre antes de que oyera un sonido que claramente identifique como una cachetada.
- Agradezca que yo si tengo principios señora, -dijo con voz quebrada Christopher- pero mejor me largo de aquí antes que no pueda seguir conteniéndome.
Y salió rápidamente de la cocina en dirección al jardín y yo lo seguí.
- Christopher espérame. –le grite
- Sam –dijo intentando mostrar una sonrisa, pero las lágrimas en sus ojos y la marca en su cara no ayudaron mucho- te estaba buscando.
- Y en cambio te encontraste con mamá. Te pido disculpas por ella.
- ¿de qué hablas, disculpas por qué?- pregunto haciéndose el confundido.
- Vamos! Escuche todo lo que te dijo en la cocina, pero por favor no le hagas caso, solo ignórala. –le sugerí. Ahora vamos que Santi ya debe estar allá afuera.
Christopher
Sam tenía razón ya Santiago se encontraba afuera conversando con compañeros de la universidad. Esa noche se veía especialmente bello aun más bello de lo normal, apenas me vio se dirigió hacia nosotros.
- Me alegra que vinieras –dijo sonriendo
- Si bueno, no creas que esto significa que me gustas. Dije secamente
- Ya vale, si quieres no me acerco en toda la noche pero diviértete, disfruta. Te lo mereces. –dijo embobándome con su mirada.
- Tranquilo hermanito que yo me encargo de eso. Dijo samanta
La noche transcurrió entre risas, bailes y demás. Verdaderamente samanta debería dedicarse a organizar fiestas –pensaba cuando samanta subió a la pista junto con el DJ interrumpiendo la música.
- Hermano quiero que sepas que mañana vamos a que escojas tu nueva camioneta, cortesía de nuestro papi – dijo feliz mientras se escuchaban los aplausos de los asistentes.
Luego cuando ya eran aproximadamente las 5:00am y ya no quedaban muchos invitados cuando Santiago subió a la pista con el Dj también.
- Quiero que todos los presentes se enteren que me enamore, que me enamore perdidamente de una persona, pero esa persona duda de mí y mis sentimientos, te pido por favor que me des una, solo una oportunidad para demostrarte todo lo que siento y si no lo logro bueno te dejare en santa paz, pero por favor no me dejes sin intentarlo. Quiero que al igual que ustedes –dijo viendo al publico- todos se enteren que te amo, Te Amo Christopher. –dijo al momento que una incandescente luz de un reflector me iluminaba entre la multitud.
Escuche risas y murmullos mientras todas las miradas se clavaban sobre mí, busque a mi alrededor pero no encontré a Sam, me fui rápidamente –casi corriendo- al interior de la casa, necesitaba esconderme lo primero que pensé fue en la habitación de samanta. Al pasar frente a una de las puertas vi algo que me dejo atónito. Mi estimadísima Sr. Úrsula se encontraba en una cama con el vestido subido hasta la cintura mientras un joven desconocido –al menos para mí- le propinaba una sesión de sexo oral. Ese deseo de venganza se apodero de mí y me hizo tomar mi teléfono y tomar tal vez unas 3 o 4 fotografías, -tal vez en un futuro me sirvan, pensé- seguí mi camino y entre en la habitación de Sam me senté en la cama y teclee rápidamente mi teléfono para enviarle un mensaje a marcos: Sácame de aquí por favor, te lo ruego. Y al cabo de un minuto recibí su respuesta: ya mismo salgo, espérame un momento ya llego.
Samanta
Llevaba más de 20 minutos afuera discutiendo con Edward –mi ex novio- al cual invito mi madre en uno de sus maravillosos intentos de mantener las apariencias y mi noviazgo con el hijo de uno de los socios más importantes de mi padre. La cosa ya se estaba pintando fea pues Edward me tomo de los brazos y me estaba besando salvajemente contra mi voluntad pegándome a su auto.
Gracias a dios apareció un desconocido (al cual no recuerdo haber visto en la fiesta) y me quito a Edward de encima tuvieron una fuerte discusión, uno que otro golpe pero nada grave. Después que Edward se fue pude observar a mi salvador: un hombre alto, fornido no mayor de unos 24 años calcule, muy atractivo y con un sexi lunar cerca de sus labios. Desgraciadamente antes de poder presentarme mi desconocido salvador se fue apresurado al interior de la casa.
Marcos
Le escribí un mensaje a Christopher avisándole que ya había llegado y que lo esperaba afuera, el apareció inmediatamente pidiéndome que nos fuéramos de ahí rápidamente, caminamos hacia la salida y nos cruzamos con Santiago.
- ¿A dónde vas? Y ¿Qué hace este aquí? –le pregunto a Christopher con la mirada fija en mi.
- Marcos esta aquí porque yo se lo pedí ya no soporto estar aquí y mucho menos te soporto a ti. –contesto Christopher enfadado, vámonos marcos- me dijo
- Christopher por favor no te vayas. – le dijo Santiago
- Déjame en paz! – le contesto este enfurecido mientras caminaba en dirección al auto.
Ya en el auto, camino a mi casa (decidí llevarlo ahí porque no me parecía dejarlo solo en el estado en que estaba) Christopher no menciono palabra alguna, lo único que hizo fue llorar. Llegamos a mi apartamento y rápidamente le di un vaso con agua para que se calmara y él me conto todo de la declaración pública de amor de Santiago entre lagrimas, lo lleve a mi cama y lo acosté para que descansara y yo me fui al mueble de la sala. Después como 15 minutos llamaron y tal como me lo supuse era Santiago…
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hasta aqui el 5to capitulo. comenten y valoren.. :D y si alguno me quiere dar una idea la puede enviar a lifeyourlife01@hotmail.com y yo la tomare en cuenta.. Saludos :*