Sol Naciente IX: Vueltas de la Vida.

Dicen que lo peor que le puede suceder a un chico gay es enamorarse de uno que no lo es... pero en mi caso lo peor es enamorarme de un Chico que si es gay...

Holaaa!!! como estas? jejeje No estaba muerto, estaba de parranda :P jajaja disculpen el inmenso retraso, pero estoy en epocas de examenes en la facu... sumenle a un horrible malestar que me tuvo encama por 3 dias, mas mi madre para la que segun "ESTOY PASANDO DEMASIADO TIEMPO FRENTE A LA PC"  y me castigo por una semana completa :S jejeje mil disculpas intentare que no vuelva a suceder :P... aqui otro capitulo de la historia espero que les guste :) les invito a comentar y  valorar. les repito: sus comentarios son los que animan a los escritores :)... recuerden que si alguno quiere darme una critica, positiva :D o negativa :(  o simplemente hablar un rato! :P me  puede escribir a mi Msn: lifeyourlife01@hotmail.com sin mas que decir... el Relato:

Marcos.

Eran cerca de las 6am de ese día viernes y me encontraba yo haciendo las últimas revisiones de rutina a mi carro antes de partir, hasta ahora todo iba bien, pues no encontré ninguna falla en el auto y estaba justo en la hora que había pensado para salir, temprano: para evitar el tráfico en las salidas de la ciudad y porque duraría aproximadamente  7 horas rodando.

-          Bueno creo que ya está todo listo…

-          Que si hombre, ya vete que se  te va a hacer tarde. –dijo Manuel sonriendo con cierto todo de regaño.

-          Y… ¿Por qué tanto apuro? ¿tantas ganas tienes de quedarte en mi casa?. – le pregunte divertido. Pues sí, estos días mientras yo no estuviera Manuel se quedaría en mi apto. El es la única persona con quien haría esto ya que nos conocemos hace mas de 5 años, trabajamos juntos y además es mi gran amigo...  de mi entera confianza.

-          Sabes que si hombre, bueno no es por tu casa, sino por el televisor que te gastas además de otros lujos  jajaja.

-          Solo te pido que por favor, no me ensucies las sabanas. – le respondí entre risas.

-          Qué bien me conoces. Si, tal vez traiga a una de las chicas jajaja pero tranquilo que las lavo antes que regreses jajaja.

-          Más te vale, porque si no, no habrá próxima vez ¿entendido? – le dije fingiendo seriedad.

-          ¡Entendido mi capitán! – me contesto riendo.

-          Bueno ya mejor nos vamos, porque de lo contrario tú llegaras tarde al trabajo y a mí se me hará difícil salir de aquí. – a continuación nos dimos un abrazo en forma de despedida.

-          Está bien, nos vemos en unos días. –me dijo al tiempo que los dos subíamos a nuestros respectivos autos. Salimos del estacionamiento, el hacia la izquierda y yo a la derecha en dirección a la autopista.

Luego de más de 4 horas en carretera decidí parar en una estación de servicio para comprar algo y desayunar, y porque la vejiga estaba a punto de explotarme, según el noticiero que estaban pasando en ese momento en el televisor del restaurante donde entre, había un accidente en la vía, como a 40 minutos de donde me encontraba… cosa que me retrasaría bastante.

Alex.

-          Ahhh para, para, ¡por favor!

-          Cállate y aguanta! –grite furioso.

-          ¡no! Ya por favor no quiero seguir, me duele demasiado. Por lo menos hazlo un poco más suave ¿no?

-          Ah ¿quieres que sea más cariñoso? – dije fingiendo compasión

-          Si por favor… -contesto sintiéndose aliviado- ahh – volvió a gritar cuando lo volví a clavar esta vez si hasta el fondo.. – ya, suéltame eres un salvaje – me grito pidiendo clemencia.

-          ¿Qué pare? Claro que voy a parar, solo es pera un poco que aun me falta.

-          Ya, déjame ir Alex por favor, me duele, suéltame te lo ruego… ¿porque me haces esto? Te apuesto que a Christopher no lo tratabas así. – escuchar esto último me enfureció y en forma de venganza comencé a moverme aun mas rápido.

-          No, a él no lo trataba así, y sabes por qué, pues porque él no se quejaba tanto. –terminando de decir esto comencé a descargarme en su interior.

-          Hasta que al fin,  eres un salvaje, un animal, la verdad no sé porque sigo haciendo esto contigo. – me dijo Lucas con cierto tono de rabia, mientras se tiraba en la poca grama que había en el terreno de su padre, mi tío.

-          Ya deja de quejarte tanto, sabes que esto te gusta.

-          Si puede que me guste, pero ya me estas cansando con tu salvajismo, no te sorprendas cuando un día te diga que no.

-          Jajaja, sabes que eso nunca va a pasar. Los dos sabemos que no puedes vivir sin esto.- dije mientras meneaba mi pene de lado a lado.

-          Ni que fueras el único en el pueblo. –me dijo irónico.

-          Si, tienes razón, tal vez no soy el único ni el mejor, pero lo que importa es que a ti te fascina como te lo hago yo, o ¿me lo vas a negar? – le dije con aire de victoria.

-          Bueno, sí. Pero te juro que algún día me vengare. – dijo ya sonriendo.

-          Bueno, bueno deja de decir estupideces de una buena vez y dime algo: ¿todavía sabes donde guarda mí tío el arma? – pregunte con malicia.

-          Sí, pero ¿para qué quieres saberlo? – me pregunto claramente confundido.

-          Tu solo limítate a conseguirme el arma… mientras menos sepas mejor para ti.

-          Y ¿Qué pasa si me niego? – pregunto intentando parecer valiente.

-          Pues si te niegas la vas a pasar muy pero muy mal primito. – le respondí con malicia. Mientras como demostración lo tome desprevenido y le introduje 2 dedos en su culo y hice ademan de abrirlos.

-          Aaaaa, ya, ya sácalos, sácalos, está bien yo te consigo el arma de papa pero sácalos, aaaa . –dijo justo cuando la primera lagrima de dolor se asomo en sus ojos.

-          Así me gusta primo, tu siempre tan obediente, sigue así y puede que esta misma noche te de tu premio. -Dije con lascivia.

-          Dios quiera que eso no pase, por favor. –dijo sollozando causándome más risas.

-          no sabes lo que me excita cuando te pones así jajaja.

-          LUCAAAS – escuchamos la voz de mi tío a lo lejos….

-          Corre, vístete, rápido. –me dijo este alarmado.

-          ¿Y para qué? – pregunte sin preocupación alguna.

-          ¿Cómo que para qué? Para que no nos descubran idiota ¿para qué más?. – me dijo claramente asustado.

-          Será a ti… de mi ya no es nada nuevo. – le dije despreocupado.  La verdad me gustaría ver como reaccionaria mi tío tan macho al saber que su hijo es un marica como me dice a mí, si que disfrutaría eso.  Ya que si bien me dio trabajo, no me trata de maravilla, y además el trabajo me lo dio gracias a las suplicas de mamá.

Santiago.

Amaneció y como siempre yo me encontraba con todo mi esplendor en su máxima expresión.  U hoy tenía algo de acción con Christopher o me volvería loco, de eso estaba seguro.  Llamaron a desayunar... di gracias a dios porque el señor Simón no podía comer con nosotros debido a que tuvo que salir temprano por no sé qué cosa. La comida estuvo muy buena (a pesar que no es lo que acostumbro comer). Me complació darme cuenta que le caigo muy bien a la mama de mi Christo y a la seño María, esta ultima incluso me demostraba su aprobación  con sonrisas cómplices cuando estaba con Christopher,  y preparando su chocolate  para ocasiones especiales solo para mí.

Isabela decidió no ir ese día al colegio, por lo tanto estaríamos los cuatro juntos todo el día, aunque hubiese preferido estar a  solas con Christopher.   A eso de las 11 de la mañana estábamos saliendo de la casa rumbo al pozo “el milagro” a petición de Samanta  no sin antes recoger lo que nos preparo doña maría para comer, lo que para ella era “un almuerzo ligero”  parecía más bien una comida para un batallón completo.

Luego de almorzar, Christopher me dijo que me llevaría a conocer un lugar aun mas especial para el que el pozo en sí, el lugar es como una especie de colina rodeada de infinidad de arboles y flores, el lugar es realmente hermoso, pero aun más hermosos eran los ojos de Christopher con ese brillo que le causaba estar ahí. Estuvimos buen rato ahí sentados admirando el paisaje, bueno el admiraba el paisaje y yo al él. Cabe aclarar que desde que llegamos al pozo no había desaprovechado ninguna oportunidad para insinuarme, pegarme al él, tocarlo, besarlo, hasta acomodarme la entrepierna justo frente a él como propinándole un espectáculo. Varias veces cuando estábamos dentro del agua me saque el pene para que lo viera mientras las chicas no estaban... pero no logre nada, absolutamente nada… ¡maldición!

El tarde transcurrió normal, entre risas, unos buenos chapuzones y intentos de seducción fallidos de mi parte, aunque las chicas me ayudaron por momentos no sirvió de nada, cuando llegamos a la casa a eso de las 4 de la tarde todos casi automáticamente se fueron a los cuartos a bañarse yo por mi parte intente entrar en la habitación de Christopher, cosa que fue imposible pues estaba cerrada por dentro. Me dirigía a mi habitación ya resignado sin pensar en…

-          Sssssssshhh joven Santiago, venga. – escucho la voz de la seño maría desde uno de los cuartos.

-          Si, dígame María ¿para qué me necesita? – le pregunte curioso.

-          Para nada joven, más bien tome -dijo extendiéndome su mano con unas llaves.

-          ¿Qué es esto? – pregunte ahora si confundido.

-          Esas son las llaves de la habitación del niño Christo, tome, pero no diga que yo se las di.

-          ¿de verdad?

-          Si joven, tome y valla, aproveche pero recuerde, a mi no me ha visto.

-          Claro, claro, gracias María - dije antes de estamparle un beso en la frente sacándole una sonrisa.

Entre en la habitación y lo primero que escuche fue el sonido del agua cayendo… ¡perfecto! Al entrar al baño visualizo su silueta a través del cristal de la puerta. ¡Dios que sexy se veía!  En esos momentos se estaba poniendo jabón por lo que no me vio entrar, abrí la puerta con absoluto cuidado y silencio y entre situándome detrás de él.

-          Idiota, ¿Qué haces? Me asustaste, ¿Qué quieres? – me interrogo cuando mi pene rozo sus nalgas haciendo que volteara y me encontrara ahí, con el...

-          ¿tú qué crees que quiero? – le pregunte tomando su mano y llevándola hasta mi pene.

-          Santiago...

-          Por favor, solo esta vez. – le dije casi en ruego.

-          ¿y que ahora te la pasas todo el día así? – me pregunto dirigiéndose claramente a mi erección.

-          Eh bueno… es que en tanto verano el pobre ya tiene vida propia, de verdad lo intento pero no puedo controlarlo, es más fuerte que yo. – le dije con sonrisa inocente- vamos –le insistí.

-          Que no, por favor no insistas..

-          Vamos, tan solo una probadita ¿siii?.

-          Jajaja ¿Qué te pasa? ¿estás urgido o qué? Jajaja. –me pregunto conteniendo las risas.

-          Digamos que algo así… pero ven, mejor vamos a la cama ahí te explicare mejor. – le dije con voz seductora sacándolo de la ducha.

Christopher.

Ahí me encontraba, a merced de Santiago, quien me estaba llevando a la cama… la verdad hoy tuve que contenerme en repetidas ocasiones para no caerle encima y comérmelo. Y ahí estábamos besándonos sobre mi cama, aun medio mojados. Santi comenzó a comerme la oreja para luego bajar por mi cuello… (En realidad esto no causaba gran sensación en mí, pero solo por estarlo haciendo Santiago me excitaba  de sobremanera).  Siguió bajando rápidamente pero dedicándose bastante también a mis pezones. Hasta llegar a mi pene,  le dio un par de lamidas y siguió bajando… y comenzó a lamer mis bolas, una por una, las dos a la vez… todo con cuidado de no lastimarme, comenzó a bajar nuevamente hasta llegar a mi culo, quien rápidamente empezó a recibir una fenomenal mamada… sin duda los dos grandes atributos físicos de Santiago son su Gran pene y su Hábil lengua.

En eso estuvo un rato hasta que lo considero pertinente y comenzó a introducir un dedo… y devolvió su boca nuevamente a mi pene y esta vez lo lamio con dedicación, mientras introducía otro dedo en mi interior. Yo por mi parte que en esos momentos  estaba prácticamente al margen, decidí hacer algo… lo recosté en la cama, me senté sobre el y comencé a hacer lo mismo que el al principio, no se si no le gusto o de verdad estaba urgido pero tomo mi cabeza y la dirigió rápidamente a su entrepierna. Comencé a introducir su pene en mi boca intentando propinarle el mayor placer posible, lo saque lentamente y comencé a darle pequeños y débiles mordiscos a lo largo del tronco, esto pareció gustarle pues comenzó a gemir muy fuerte.

No aguanto más y coloco sus dos manos en mi cabeza haciéndome meter todo su pene (o lo que me cabía) en la boca. Empezó a moverse rápido y a gemir frenéticamente. Yo dejando a un lado los gemidos de Santiago, pude escuchar claramente como una camioneta se estacionaba en las afueras de la casa al igual que pasos en el corredor.

-          Santiago llego alguie…

-          Sshhh…

-          Escucha lleg…. – intente decirle.

-          Sshhs – me volvió a callar.

-          Santi, ya en serio escucha. – le dije en tono más serio, sacando su pene de mi boca.

-          Sshhs.. no seas mal educado –gimió- ¿acaso nunca te enseñaron que hablar con la boca llena es de mala educación? – me dijo con una sonrisa chula. Que me causo gracia.

-          Ya, Santiago debemos bajar.

-          Si, si ahorita. En un momento solo déjame terminar. – dicho esto  se introdujo nuevamente en mi y comenzó a mover sus caderas más rápido y sus gemidos se intensificaron. El clímax estaba cerca. –aahhh, Dios que bueno es esto- dijo casi gritando justo antes de descargarse en mi  boca. Me levante a buscar la ropa pero Santi me halo por el brazo, tirándome en la cama donde me beso apasionadamente.

Marcos.

Como pude y preguntando en el pueblo llegue a la dirección que hace días me llego por mensaje de texto, el sitio era realmente bonito y por extraño que parezca me parecía… ¿conocido? Intente bajarme de mi auto para preguntar si esa era la casa de Christopher pero dos enormes perros me lo impidieron, espere cerca de 5 minutos hasta que salió alguien seguramente a saber el porqué el alboroto de los 2 animales, a mi encuentro salió una señora (más o menos de la tercera edad).

-          Buenas tardes – le dije cordialmente- ¿esta es por casualidad la casa de la familia Prado? ¿aquí es donde vive Christo…

-          Si aquí mismo es –me interrumpió-. Con tono de amargura.

-          Será que me hace el favor de llamarlo, dígale que un amigo vino a verlo.

-          Con gusto le digo que un amigo lo busca, pero ¿podría decirme el nombre de ese amigo? – me pregunto con mala cara.

-          Marcos, mi nombre es Marcos... – le dije sonriente. La cara de la señora cambio rápidamente de amargura a asombro y posteriormente a molestia.

-          Así que usted es el famoso Marcos, déjeme ya le llamo a mi niño Christo aunque dudo mucho que lo pueda atender en estos momentos ya que se encuentra ocupado con su NOVIO – levanto el tono de voz en esta última palabra.

-          ¿novio? –pregunte tragando saliva.

-          Si su novio… y pase de una buena vez antes de que me canse de retener a los perros.

Santiago.

Luego de terminar el ardiente beso que nos dimos, Christopher comenzó a vestirse alarmado por los ladridos de sus “dos pequeños amores”, que de pequeños esos perros no tenían nada. Salimos de la habitación el delante de mí y comenzamos a caminar en dirección  a la sala cuando escuchamos “MI NIÑO TE BUSCAN”  de parte de la señora María, cuando llegamos a la sala fue realmente cómico (y gratificante, al menos para mí) encontrar a marcos viéndonos con una ridícula cara de sorpresa al percatarse que yo estaba con Christopher y que ambos teníamos es cabello mojado. Otra cosa que me causo gracia fue ver que Christo al encontrarse con marcos se llevo una mano a la boca como para limpiarse restos de lo ocurrido en su cuarto. Sinceramente tuve que contenerme para no empezar a reírme a carcajadas delante de aquella escena, en otras circunstancias lo hubiese hecho… pero ahora que había logrado algo con Christopher no quería echar a perder todo de nuevo.

-          Ok, creo que aquí estoy de sobra. Me voy a la habitación de Samanta a ver que hacen ella e Isabela. – dije antes de tomar a Christopher y darle un beso, además de darle un apretón de nalgas cuidando de que Marcos me viera  detalladamente. Y justo antes de salir de la Habitación  le guiñe un ojo a marcos, retándolo.

-          Santi… -me dijo Christopher.

-          Déjalo- le pidió marcos.

Samanta.

Mientras salía de la ducha escuche el grito de Isabela causado por la repentina entrada se Santiago al cuarto, quien la encontró terminando de colocarse la ropa interior. Al parecer este había entrado a ver como ovamos pues en la sala  se encontraba Christopher hablando con Marcos (su contrincante).

-          Aaaaa, idiota, toca primero por lo menos, casi me ves desnuda. – le grito Isabela a Santi apenas entro en la habitación.

-          Jajaja discúlpame, aunque de todos modos… jajaja capaz y me enamoraba jajaja. –le contesto el tan irónico como siempre.

-          ¿Qué me estas queriendo decir? ¿no te parece que tengo buen cuerpo? – le pregunto esta provocándolo al dar una vuelta para que la observara por completo.

-          Jajaja que estas como quieres… no se niega, pero te hace falta lo más importante –señalo su entrepierna- jajaja. Dijo antes de tirarse a en la cama.

-          Jajaja Santiago contrólate por dios santo jajaja. – le recrimine cuando Salí del baño.

-          Ella comenzó. – me contesto él con una mal fingida voz infantil entre risas.

-          ¡hey! ¿no te da pena?- me pregunto isa al ver que me quite la toalla para comenzar a vestirme sin ningún pudor frente a Santi.

-          ¿con quién con Santi? Jajaja no para nada… con él es absoluta confianza. – le conteste con una sonrisa.

-          Exacto entre mi hermana y yo no hay ese tipo de ridiculeces, nos conocemos perfectamente como para tener pena – le dijo Santi a Isabela- es mas, si quieres para comprobarlo… me desnudo yo también. Jajaja – al terminar de decir esto hizo como para quitarse la ropa.

-          NOO gracias, no es necesario. Les creo jajaja – contesto esta rápidamente para detenerlo.

-          Jajaja, bueno, bueno ya ( el sonido de mi celular que sonó casi al unisonó con el de Isabela me interrumpió).. ¿Quién será?

-          Es Christo y dice : “bajen ya! Situación incómoda”.- Santi al escuchar esto salió rápidamente de la habitación, seguramente pensando que Marcos podía estar haciéndole algo a Chris.

Isa y yo, por nuestra parte salimos mas pausadamente, despreocupadas… justo en el instaste que pase por la puerta de la estancia mi cuerpo se estremeció, no podía creer lo que veía.

-          OH POR DIOS, OH POR DIOS, OH POR DIOS- dije antes de salir corriendo, logrando no ser vista por los presentes, menos por isa.

-          ¿Qué te pasa Sam? – no conteste, estaba sorprendida- ¿Sam, que te pasa? – me pregunto mas calmadamente cuando  entro en la habitación y me vio sentada en la orilla de la cama.

-          ¿me juras que no dirás nada?  - le pregunte con tono amenazador.

-          Si, te lo juro pero ¿qué pasa? – me pregunto mostrando gran preocupación.

-          ¿Sabes una cosa? Dicen que la peor cosa que le puede pasar a un chico gay es: enamorarse de uno que no lo es…

-          ¿y por qué me dices esto? – me pregunto claramente confundida.

-          Y pues me imagino que esto es lo peor para una chica –continúe- fijarse en un Chico que es gay… Isabela, ¿no te das cuenta? El chico de la fiesta, del que tanto les he hablado… ¡es Marcos!

-          ¿queeeeeee? ¿Sam, me estas jodiendo verdad? – me pregunto asombrada.

-          No, desgraciadamente no Isa, es marcos el chico que me gusta ¡es Marcos! –dije comenzando a desesperarme.

Christopher.

Estaba “hablando” con marcos en la sala, o mejor dicho contestando todas sus preguntas, con Santiago a no más de 2 metros de distancia vigilándonos alerta, Cuando nuestras miradas se cruzaron, con un gesto le indique a Santi que fuera por las chicas. Después de tan solo unos escasos pero interminablemente largos 5 minutos. Apareció Santi nuevamente esta vez acompañado de Isa y Sam (esta última con los ojos llorosos) –respire aliviado-

-          Isa ven te presento, es el marcos, Marcos ella es Isabela.

-          Mucho gusto. - le dijo esta con un beso en la mejilla.

-          Y ella es Samanta o Sam como le digo por cariño. hermana de Santi, Santiago. – corregí rápidamente antes de presentarlos oficialmente.

-          Mucho gusto dejo marcos intentando besarle la mejilla pero ella lo detuvo estrechándole la mano.

-          El gusto es mío. –contesto secamente desviando la mirada.

-          Espera… - dijo este tomándola de la mano con fuerzas causando que esta volteara nuevamente – tu eres la chica de esa noche ¿no?, la de la fiesta.

-          Si la misma. – contesto Sam  con una sonrisa que a mi parecer estuvo totalmente fingida.

Las cosas estaban así: no sé cómo pero marcos me encontró. Las últimas palabras que este cruzo con Sam me revelaron que él fue el chico que intervino entre Sam y su ex en la fiesta de Santi. Por lo cual se convertía automáticamente en el famoso enamorado del que tanto hablo Samanta. Ahora lograba comprender porque todos quedamos en absoluto silencio, solo viéndonos. Sobretodo Marcos que claramente no entendía nada, lo único que se podía escuchar era una apenas audible risa de Santiago que debía ser por lo incomodo de la situación o por la cara de marcos al no entender nada. Y como si fuera poco…

-          Buenas tardes. – dijo mi padre sacándonos a todos de nuestros pensamientos.

-          Ehh hola pa! – le conteste rápidamente.  Mi padre como toda respuesta me hico un gesto con los labios preguntándome quien era el personaje que estaba con nosotros.

-          Marcos, el es mi padre Simón. – este hizo un gesto extraño al oír el nombre.

-          Mucho gust… - volteo a saludar.

-          ¡Marcos Sevilla! –exclamo mi padre, ahora si confundiéndome.

-          Ya va, espérense ¿se conocen? – pregunte sin poder entender nada.

-          Claro que sí, mi padre que en vida también fue abogado, prestó sus servicios a tu padre y su fimia durante muchos años.

-          Exactamente, 37 años para ser precisos, cuánto tiempo sin verte – dijo abrazando a Marcos alegremente.- la última vez que vi a este muchacho tendría no sé, ¿14 años? Tenías tu apenas  6 años. – me dijo como queriendo hacerme recordar, pero a mí esto seguía pareciéndome increíble.

-          Que gusto volver a verlo Don Simón. -Le expreso marcos.

-          Deja las estúpidas formalidades marcos llámame simplemente Simón- le contesto. Debo aclarar que para Santiago si era “DON”. Hablando de Santi, este estaba con la boca abierta observando la alegría de mi padre al hablar con Marcos.

-          Claro Don, digo Simón. – corrigió rápidamente.

-          Discúlpenme pero tengo que ir a darme un baño. –nos dijo papá o bueno le dijo a marcos.

-          Claro valla tranquilo Don Simón, disculpa es que no me acostumbro. Le contesto este.

Mi padre se marcho dejándonos a todos en la estancia aun mas Confundidos. Nadie decía ni hacia absolutamente nada. Yo, en un intento de suavizar el habiente llame a mi Vieja para pedirle que preparara un poco de su chocolate especial para que marcos lo probara y para comer con galletas.

-          No hay. – me contesto secamente viendo a Marcos.

-           ¿Cómo que no hay vieja? Si esta mañana le preparaste a Santiago.

-          Sí, pero ya no hay. – me repitió con mala cara.

-          Ya Christopher si no se puede hoy, bueno lo probare mañana.

-          No mañana tampoco, pues se me acabo y mañana no tengo tiempo que perder como para salir a comprar más.  Y ya me retiro debo terminar la cena. –le contesto claramente amargada a Marcos.

-          Vieja… -le recrimine.

-          Ya, ya me voy tranquilo. Me contesto esta, y podría jurar que al dar la media vuelta cuando su mirada y la de Santi se cruzaron, mi vieja le guiño un ojo a Santi justo antes de que este riera burlonamente de Marcos.

La cena, bueno la cena estuvo relativamente tranquila, si por tranquilo quiero decir que mi padre se paso toda la velada hablándome sobre la infancia y los valores de Marcos, como intentando metérmelo por los ojos, mientras  que mi madre y María aprovechaban cualquier oportunidad para intervenir haciéndome preguntas sobre Santi.

Gracias a dios se hicieron las 10:00PM rápidamente y cada uno de los presentes en la casa se retiro a sus respectivas habitaciones, Marcos Dormiría del mismo Lado que las Chicas y yo, gracias a la insistencia de mi padre que se excuso con que la única habitación disponible de  su lado estaba muy retirada de las demás.

Amaneció el día sábado, y yo me desperté con el cantar de los gallos, pero no tenia ánimos para levantarme y encontrarme con mi padre para que me vendiera a marcos nuevamente,  así que decidí no levantarme y quedarme en mi habitación hasta más tarde. Salí finalmente de mi cuarto a eso de las 09:30 am  debido a unos gritos repentino que al callarse dejaron la casa deshabitada. Salí a ver qué paso, pero no encontré a nadie, fui a la cocina en busca de mi vieja, preocupado me fui a su cuarto donde la encontré rezando con lagrimas en los ojos.

-          ¡Vieja! ¿Qué paso? ¿Por qué lloras?

-          Ay mi niño, Jacinto uno de los peones vino a avisar que tu papá tuvo un accidente con el caballo parece que alguien le disparo al animal y este lanzo a tu padre al suelo antes de caerle encima.

-          Pero ¿quién?  ¿Cómo? ¿Dónde?

-          No se mi niño. Pero su mamá está en el hospital junto al joven Santiago que amablemente se ofreció a llevarla, y las chicas.

Rápidamente me fui a mi habitación a darme un baño, vestirme Y salir al hospital donde estaba mi padre, me puse lo primero que encontré en mi closet, y me fui lo más rápido posible. Debo aclarar que me tenía que ir caminando, al menos hasta  el pueblo, ya que yo no sabía manejar, y no tenía ni siquiera una bicicleta.

-          ¿A dónde vas tan apurado? – esa voz, esa voz era inconfundiblemente la de Alex.

-          ¿Qué quieres? Ahorita no estoy para nada, necesito ir al hospital lo más rápido que pueda. – le dije al observarlo sobre unos de los arboles que están a las lados del camino.

-          ¿al hospital? Y porque ¿Qué tienes? – me pregunto con expresión vacilante.

-          A mi nada pero a mi papá si, al parecer alguien le disparo pero le dio fue a su  caballo y este le cayó encima y no sé qué otras cosas más. – le dije ya empezando a caminar apresuradamente de nuevo.

-          Si, es una lástima, siempre he tenido mala puntería. – esas palabras me dejaron helado.

Alex.

Se que fue una estupidez decirle a Christopher que yo fui quien causo el accidente de su padre pero ver su cara con la noticia es algo que no me podía perder. Sé que intentaría hacer algo contra mí pero, no hay ninguna prueba que me inculpe.

Christopher se encontraba en la cima de una alta torre. Y si quería verlo caer necesitaría actuar con precisión, porque todas incluso las más fuertes estructuras pueden colapsar y caer si se debilitan una a una sus columnas.