Sol Naciente. II: El Dilema
¡Wao! Exclame- déjame decirte que te ves muy pero muy bien, aunque mejor te verías sin toda esa ropa, en esa cama, jadeando exhausto junto a mí y pidiéndome que te de mas.
Christopher
Termine de abrir el paquete- muy bien sellado por cierto- y encontré un laptop. al abrirlo encontré otra nota, (está pegada en la pantalla):
“ Al igual que esta, todas las cosas que deseas serán tuyas. Tan solo tienes que decirme: si”
Sinceramente, me mata su forma tan segura de hablar –y honestamente, ¿a quién no le gusta sentirse deseado?-. Pero por otra parte me molesta que me trate como un objeto.
Ring, ring, ring –el sonido del timbre interrumpió mis pensamientos de nuevo- Salí a ver quién era y encontré a marcos.
- Hola –me dijo alegremente con una amplia sonrisa-
- Hola- conteste algo tímido, colocando las manos en la espalda, aprovechando así de meter las 2 notas en los bolsillos del pantalón.
- ¿alguna vez te habían dicho lo lindo que te vez cuando pones esa cara de niño tímido? – mi única respuesta fue una media sonrisa- vamos, por favor dime que tienes.-continuo-
- Es que… es solo…-intentaba decir algo, pero no lograba articular palabra. Lo único que lograba hacer era en pensar en ese beso con marcos, la nota de Santiago, el beso de Santiago, su regalo, el golpe que le di. Todos estos pensamientos pasaban por mi mente en ese instante intercambiándose entre sí muy rápidamente-
- ¿es que?, te arrepientes de nuestro beso ¿es eso? – pregunto rápidamente, pero sin ningún aire de reclamo-.
- No!, no, no es eso… es solo que todo esto me tomo por sorpresa, pero no me arrepiento de nada. –el suspiro aliviado-
- Uff, menos mal que es por eso, porque por un momento creí que mis planes se habían ido al suelo.
- Que planes. –le interrogué-
- Acompáñame y veras. –me dijo-, y a continuación me llevo hasta su auto, y en este hasta su casa. Cuando llegamos me pidió que lo esperara afuera y luego de 5min me dejo pasar. Lo que vi a continuación, fue una de las cosas más lindas que alguien haya hecho por mí en mi vida. Al entrar puede observar una mesa en el centro de la habitación, con tan solo dos sillas, una en cada extremo. Además en la mesa habían tres velas encendidas acompañadas de una botella de vino y dos copas.
- Espero te guste mi sorpresa. –me dijo- pero yo no salía de mi asombro ante aquella escena, que parecía sacada de una de las películas mas románticas de la historia.
- ¿Todo esto es para mí? – pregunte, aun sin poder creerlo.
- Si, esto además de todo mi ser si tu quieres. ven no te quedes hay, siéntate en la mesa conmigo.
La velada fue muy bonita, sobre todo cuando me dijo:
- Desde el primer momento que te vi me dejaste fascinado, tu sonrisa desoriento todos mis sentidos, en el momento que tuve tu carnet en mis manos sentí una inmensa emoción porque así tendría la excusa perfecta para buscarte, cuando te vi salir por el portal de la universidad el día que te busque a cada paso que dabas mi nerviosismo iba en aumento, esa tarde junto a ti fue la más perfecta de todas y para finalizar… ese beso que me ha robado el sueño de estas últimas noches pero que me encantaría repetir aun si eso significa no volver a dormir jamás. –esto último lo dijo muy cerca de mi oído, por un momento temí por mi vida, llegue a pensar que sufriría un ataque al corazón.-
Luego de esa declaración me beso… sus besos eran dulces, suaves, tiernos. No sé cómo pero cuando quise darme cuenta estábamos los dos en su cama, besándonos y recorriendo nuestros cuerpos con las manos del otro, el bulto que había en su entrepierna estaba comenzando a tomar muy buena forma lo que me animo a comenzar a desvestirlo… el ya estaba solo en bóxers y ya me había quitado la camisa, entre sus dientes coloco el seguro de mi pantalón y lo abrió. Me quito el pantalón, levanto una de mis piernas y comenzó a lamer desde mis pies y fue subiendo poco a poco mientras daba pequeños mordiscos. Llego al elástico de mis bóxers y se preparaba para bajarlo y… de repente volví a sentir ese nerviosismo.
-para!! –grite alarmado.
- ¿Qué pasa?, ¿hice algo mal?, ¿te lastime? –pregunto el asustado en poco más de un segundo.
Deberías estar agradecido que no hay un computador cerca –pensé- no tu no. Es que… discúlpame, no puedo hacer esto.-le dije
-dime la verdad! ¿Qué hice mal? Discúlpame es que no me medí, tú me excitas demasiado y… -le interrumpí.
-NO. Tu no hiciste nada malo, mejor discúlpame tu a mi pero no puedo, lo siento de verdad pero no puedo estar contigo, al menos no aun. –esto lo dije vistiéndome y tomando mis zapatos para irme.
- ¿Adónde vas?, sinceramente crees que voy a dejar que te vayas a esta hora?
-lo mejor es que me valla, de verdad no quiero seguir incomodándote.
-incomodarme? Quien te dijo que tu presencia me incomoda?.- tomo un par de almohadas una cobija y camino hacia la sala.
-a dónde vas?. –le interrogue-
-a dormir al sofá, a donde crees?
-no, no, no, si alguien dormirá en el sofá ese seré yo. –le quite las cosas, corrí al sofá donde y me acosté. Cerré los ojos y pude sentir como sus manos levantaban mi cuerpo cargándolo hasta la habitación nuevamente, me dejo suave pero rápidamente en la cama y se fue en dirección a la puerta donde me mostro unas llaves y con una amplia sonrisa dijo: -solo para estar seguros. Y se echó a reír.- para cuando llegue a la puerta, está ya estaba cerrada.
Esa noche dormí muy poco, desperté a las 6:30 am cuando sonó la alarma de mi celular la cual no desactive porque se me olvido que este día entraba tarde a la universidad. Escuche que unos pasos se acercaban a la habitación, supuse que era Marcos así que me hice el dormido pero medio abrí un ojo para poder verlo, mientras con la toalla secaba su aun mojado cuerpo.
Era alto, delgado y fornido, ancho de torso y espalda, sus brazos eran fuertes y voluminosos; al agacharse a secar sus pies los músculos de sus hombros se flexionaron de tal forma que mi pene dio un salto y ante mi vista apareció su culo. Su rosado y lampiño –al igual que todo su cuerpo- culo. Cuando se dio vuelta para coger unos bóxers azul celeste y negro que estaban sobre la cama pude ver su pene algo morcillón debería estar alrededor de los 17cm, alce un poco la vista y vi sus abdominales que aunque no estaban extremadamente marcados le daban un toque sexi. Se paro frente un gran espejo que reflejaba su cuerpo entero y prosiguió a ponerse un traje color ceniza, al cabo de un rato cuando se disponía a ponerse la corbata dio media vuelta y soltó: - vamos, ya deja de hacerte el dormido, tu entrepierna te delato minutos después que entre al cuarto. Jajaja –yo aun haciéndome el dormido trate de quedarme lo mas quieto posible- el al ver que no reaccionaba levando uno de mis brazos y coloco un papel, acto seguido salió del cuarto y apago la luz. Espere unos 5minutos y abrí los ojos para leer el papel: “en el horno tienes el desayuno y en el refrigerador tienes algo de jugo, espero lo disfrutes… te quiere Marcos”.
Santiago
Ese día me levante particularmente temprano, pues gracias a una de las ilusas que botaba la baba por mi conseguí la dirección de Christopher, por la cual tenía pensado pasar “casualmente”, intentado cruzarme con él y ofrecerme a llevarlo a la universidad.
Eran las 10:30 am y Cansado de esperar, decidí ir a averiguar si ya se había ido. Los sonidos proveniente del interior de su departamento me indicaron que aun estaba ahí.- ¿Qué hago? ¿Me regreso a seguir esperando o le llamo?, me cuestione.- me di cuenta que mientras pensaba ya mi mano había tocado la puerta y un grito me aviso que ya Christopher venia. Se abrió la puerta y apareció con tan solo una pequeña toalla negra enrollada en la cintura.
-puedo pasar?
-que hacer aquí? Tarado. – me pregunto con un tono algo molesto.
-puedo pasar? –le repetí- me contesto con un simple gesto y haciéndose a un lado.
-menos mal que vienes, así te puedes llevar de una vez tu regalo.
-ya te dije, si no la quieres entonces tírala, regálala, haz lo que quieras pero no me la regreses porque no la voy a aceptar- torció los ojos y puso cara de enfado por no encontrar las palabras para responderme.
-voy a la habitación, necesito vestirme para que luego hablemos…
No pude resistirme, espere unos minutos y me dirigí hacia su habitación. Lo encontré terminando de subirse los pantalones luego de colocarse la camisa.
- ¡Wao! –Exclame- déjame decirte que te ves muy pero muy bien, aunque… mejor te verías sin toda esa ropa, en esa cama, jadeando exhausto junto a mí y pidiéndome que te de mas.
- Sal de mi habitación, hablo en serio.
- Y ¿quién te dijo que yo no hablo en serio? – le pregunte mientras me mordía el labio inferior.-
Cuando se acerco a indicarme la salida, lo tome fuertemente entre mis brazos y lo bese, pidiendo por favor que no hubiera ningún objeto cerca con el que pudiera golpearme. Pero como respuesta Christopher poso sus brazos alrededor de mi cuello y correspondió a mi beso, mientras nos besábamos caminamos un poco y caímos sobre su cama, comencé a quitarle su camisa rápidamente mientras él me quitaba la mía. Fui bajando hasta llegar a su cuello al cual le di fuertes lamidas y pequeños mordiscos causando que Christopher se estremeciera. Llegue a sus pezón derecho y repetí el procedimiento que hice en su cuello mientras al pezón izquierdo le daba pequeños pellizquitos. Baje sus pantalones y bóxers de un solo tirón pues me desesperaba ver lo que tenía entre sus piernas, su pene dio un salto invitándome a tenerlo entre mis manos, lo tome y le di un par de sacudidas y me deleite viendo como brotaba el liquido pre-seminal de su interior, no aguante mas y empecé a darle lametones los cuales alternaba con pajas mientras lamia sus huevos –perfectamente depilados- los introduje uno a uno en mi boca, no sé que me volvía mas loco. El olor de sus huevos o los gemidos que daba de placer.
Con sus manos comenzó a jugar con mi cabello, en un momento me sujeto con fuerza e introdujo más de la mitad de sus 17cm hasta mi garganta de una forma muy brusca, esto muy lejos de molestarme, me éxito de tal manera que ya me dolía mi propio pene encerrado en mis bóxers los cuales retire rápidamente y comencé a pajearme.
Al ver esto Christopher que se encontraba concentrado en la mamada que le estaba dando cambio de posición de tal manera que quedamos en un perfecto 69. No tengo palabras para describir lo que sentí cuando se metió mi penen a la boca por primera vez, su mamada a pesar de que se notaba un poco de inexperiencia de su parte, me estaba propinando un gran placer tanto así que temí correrme en ese momento, para evitarlo le di vuelta y comencé a recorrer con mi lengua toda su espalda hasta llegar a su culo –que al igual que su pene, estaba depilado- no resistí tanta tentación y hundí mi boca entre sus nalgas haciendo movimientos circulares con mi lengua muy cerca de su ano.
¿Qué sería más excitante en estos momentos? Ver como se contraía su ano a cada lengüetazo o los gemidos – casi gritos- que daba de tanto placer. Coloque un dedo justo en la entrada de su ano y ejercí un poco de presión, pero no logre que entrara, di un par de lamidas más pero falle nuevamente, y entre gemidos Christopher me dijo:- en mi closet, primera gaveta a la derecha-. Busque rápidamente y encontré un recipiente de crema para el cuerpo. Unte un poco en mi dedo y volví a ejercer presión y esta vez sí entro, Chistopher arqueo su espalda y dio un grito que rápidamente ahogo contra una almohada, su grito más que de dolor fue de lujuria pura, repetí el proceso esta vez con otro dedo y luego otro. Cuando logre introducir 3 dedos sin casi ningún problema decidí que ya era hora.
Le di vuelta suavemente, coloque dos almohadas debajo de sus caderas, sus piernas sobre mis hombros y le dije:
-¿estás listo, te sientes bien?
- ¡ya! Hazlo de una vez. Penétrame, poséeme, hazme tuyo. Por favor
Tenerlo así rogándome que se lo metiera me éxito aun mas, coloque mi pene en la entrada de su ano comencé a empujar, lenta pero firmemente. Cuando ya tenía poco más de la cuarta parte dentro coloco sus manos en mi cadera, impidiéndome avanzar más. Me recosté un poco sobre él para besarlo y así lograr relajarlo un poco, retiro sus manos y puede avanzar más cuando la tenía a la mitad me susurro al oído que ya no podía aguantar más. – no es por presumir, pero no todo el mundo resiste un pene como el mío.- comencé a sacarlo y meterlo suave y lentamente pero sin pasar de la mitad, el ano de Christopher estaba muy cerrado, apretando así me pene causándome un inmenso placer, cuando note que este se había acostumbrado empecé a embestir más rápido y más fuerte. Luego de, no se unos 10 minutos (realmente no llevaba la cuenta) le dije al oído: - ya lo tienes por completo adentro – y él para estar seguro con sus maños toco su ano y mi pene y así se aseguro que era cierto y me dedico una sonrisa de las más bellas, angelicales y a su vez la más morboso que vi en mi vida.
Al cabo de 15 minutos cambiamos de posición, esta vez era yo quien estaba acostado boca arriba y el abrí sus nalgas y con estas su ano lo mas que pudo y se sentó sobre mi metiéndose todos mis 21cm de un golpe. Me cabalgaba de una forma salvaje mientras daba gritos de tanto placer. En un momento intento probar apretar su esfínter lo más posible mientras brincaba sobre mí, Amigos… que sensación más rica y placentera. Estuvimos así un rato hasta que empezó a correrse ¡sin tocarse! Fueron 6 grandes chorros de semen de los cuales, los primeros dos llegaron a mi cara y mi boca. Causando que su ano se contrajera aun más haciéndome acabar a mí también. Unimos nuestras voces en un grito que aplacamos con nuestras lenguas.
Christopher cayo rendido sobre mi cuerpo, nos quedamos así un rato hasta reponernos.
Christopher
Abrí mis ojos y lo primero que vi fue el cuerpo de Santiago descansando bajo el mío, intente moverme tratando de no despertarlo pero este abrió los ojos y me abrazo.
- ¿Aun sigo siendo un tarado? – me pregunto con un tono divertido y con un hermoso brillo en sus ojos.
- ¿Qué hora es? –pregunte algo preocupado.
- Alrededor de la 1:30 PM, algo bastante tarde como para ir a la universidad –dijo esto y me beso mordiéndome el labio.
- ¡mierda! Mejor me levanto a cocinar algo.
- Nada de cocinar mejor alistémonos para salir a comer a un restaurant. Yo invito.
Nos bañamos juntos, entre besos, caricias, lamidas y chupones (tuve que apartarlo para que no me dejara marca en el cuello). Salimos rumbo al restaurant, cuando llegamos me di cuenta con gran asombro que era justamente al que me llevo Marcos días antes.
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Literalmente, me sentía como cuando era niño y fui por primera vez a una heladería, donde tenía que decidirme entre chocolate y mantecado. Pero esta vez la cosa estaba mucho más difícil.
Por un lado estaba Marcos, tan amable, tranquilo y cariñoso. Siempre como un caballero dispuesto a esperar por mí. Haciéndome sentir especial y ofreciéndome una estabilidad emocional.
Pero por otra esta Santiago, tan egocéntrico, despreciable y con esa manía de tener siempre lo que quiere. Un “Chico Malo”, que en algunas Ocasiones – y no sé qué tan seguido- me trata como a un objeto sexual, cosa que el fondo me gusta.
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espero les haya gustado este capituo. aunque llevo mucho tiempo leyendo relatos en esta pagina, esta es la primera vez que escribo. Por favor comenten, diganme si estoy bien o estoy mal, si alguien quiere aportar alguna idea bienvenida sea jejeje.