Sol

Cómo la cubierta de un barco puede convertirse en el lugar perfecto para dejar liberar tu pasión...

Mucho sol.

Un cielo celeste que se refleja en un mar de un azul perfecto.

Las olas mecen el barco en un suave murmullo que me adormece.

Tendida en la proa, inundada de esa paz y tranquilidad que solo el mar es capaz de darme.

Me incorporo para volverme un poco. El está ahí, tras la cabina. Separados por unos pocos metros, pero cada uno en su propio mundo. No parece reparar en mi presencia, y a mi no me importa demasiado la suya.

El sol..

Sólo el bikini se interpone entre yo y el maravilloso astro... Quizás debería quitarlo..

Miro otra vez atrás. El sigue en su mundo, ahí liado en sólo Dios sabe qué cosas.

Quito el lazo del cuello y lo dejo caer. El calor directo en mis pechos me hace sonreir. Termino de desabrocharme la parte superior.

Ahora van las braguitas.. Me siento como una niña mala, que se supone no ha de hacer lo que hace pero.. Aun así las bajo. De forma suave se van enrollando mientras se deslizan por mis piernas.

Ahí estoy, desnuda, sintiéndome liberada por primera vez desde hacía mucho. La sensación es plena.

Me unto un poco de aceite que resbala por mi cuerpo. Unto un poco más por mi pecho, donde se notan las marcas del bikini, y por mi pubis, blanco y sin vello alguno. Hacer esto me excita, pero no puedo prestarle atención. Necesito estar tranquila.

Me tumbo y dejo que el sol se convierta en mi amante. Noto el sudor entre mis piernas. Se desliza hasta encontrar otro tipo de humedad en mi cuerpo... Que sensación..

Me adormezco..

No sé cuánto tiempo llevo así. Pero sé qué me ha despertado...

Noto el calor de su lengua endureciendo mis pezones. Juega con ellos despacio, casi sin rozarlos. Los lame de forma lenta, casi con miedo a dañarlos.

Su mano izquierda baja por mi cuerpo, buscando la humedad que sabe encontrará. No abro los ojos, sólo quiero concentrarme en lo que estoy sintiendo.

Empieza a besarme bajando por mi barriga. Sabe que siempre me perdió su boca y juega con esa ventaja... Se detiene en mi pubis, que mordisquea, como si quisiera comérselo.

Noto un hilillo de flujo correr por mi entrepierna. Estoy muy excitada, y él lo sabe.

Separa mis piernas, sin encontrar resistencia. Besa mi coño con delicadeza. Me da sólo un lametón, con toda su lengua, que me hace gemir.

Sigue, por favor, le suplico mientras le miro.

El me sonríe y vuelve a hundirse en mi. Empieza a lamer mi coño, que cada vez está más caliente. Su lengua recorre cada centímetro de esa zona que tanto placer me da. La mete y saca de mi vagina, queriendo secarme, pero sólo consigue mojarme más.

Besa mi clítoris, lo chupa poniéndomelo aún más duro, mientras siento que un dedo tímido se mete en mi culito. Creo que no puedo más..

Mi pierna roza una poya que está muy dura.. Por mi. Eso me excita..

Su lengua empieza a coger un ritmo frenético que me hace estremecer y gemir más fuerte. . El sigue, sigue, haciéndome retorcer.. Voy a correrme, le digo, lo cual hace que me chupe con más ganas, que siga aún más rápido. Su lengua devorando mi coño.. Me bebe toda.

Se levanta y me mira sonriente. En su boca se reflejan unos hilillos. No es saliva. Me encanta su mirada, me dice que hay más.

Se acerca poniéndose encima mía. Me besa y noto mi sabor en su boca. Mi lengua se enreda con la suya, mientras noto su poya rozando mi coñito, que se contrae, volviendo a desearlo, pero esta vez de diferente forma.

Fóllame, le pido.

El me abre más las piernas, esta vez de manera más brusca, sabe que eso me gusta.

Su capullo juega entre mis labios un rato, para después buscar un lugar donde meterse.. Lo noto entrar, lento, seguro, sin prisas.. Noto cada centímetro de su poya en mi interior, dura, con ganas de ser calmada. La saca y se detiene:

Chúpamela.

Mi boca, que lo desea, obedece enseguida.

La lamo despacio, notando de nuevo mi sabor en su miembro. Juego con su capullo y la meto en mi boca. Se la empiezo a comer con ganas, sacándola de mi boca y lamiendo sus huevos.. Me gusta hacerlo disfrutar, pero él no quiere terminar así, no esta vez.

Me separa, dejándome con ganas. Me tira de espaldas y me arrastra por las caderas, con fuerza.. Lo veo venir..

De pronto mete su poya, de un solo golpe, chocando sus huevos contra mi culo, lo que me hace soltar un pequeño grito de dolor-placer.. Empieza a meterla de forma salvaje, me aprieta contra él. Mi coño parece querer tragárselo..

Sigue, con más fuerza, casi haciéndome daño, lo que me hace gritar, pero nadie nos oye. Sólo el mar, mirándonos follar como perros.. Se agita dentro de mi, volviéndome loca, haciendo que me corra de nuevo. Mis músculos contrayéndose hacen que él se excite más y eso me pone como una loba en celo.. El sonido de su poya entrando y saliendo me vuelve loca..

Oigo sus gemidos contra mi cuello. Mis piernas enredadas en su espalda, no lo quieren soltar. Mis pechos duros, plenos de excitación, rozan contra el suyo. Mis uñas se le clavan, muerdo sus hombros.. No puedo más, pero no quiero parar. Sé que él está a punto.. Lo noto.

La quiero en mi, me oigo decir.

Sabe qué significa. Saca su miembro. . Verlo así, mojado, resbaloso, duro.. Me gusta. Lo acaricia, con fuerza, le gotea, está deseando salir... Y sale..

Su leche salpica mi cara, cayéndome un poco sobre los labios.. Qué bien sabe. Sobre mis pechos un liquido blanco y espeso, que tomo con mis dedos y lamo, complacida.

Se tumba junto a mi, agotado. Le beso el capullo, bebiéndome sus últimas gotas. El me acaricia los pechos, extendiendo su jugo como si de crema se tratase, con un movimiento insinuante y sensual, que me hace acelerar.

Se abraza y queda quieto junto a mi.

¿Esto ha pasado? Me pregunto, mientras el sol baña nuestros cuerpos desnudos, sudados, oliendo el uno al otro...

El mar nos acuna, con ese vaivén adormecedor, tan sensual...