Sofía y Olivia. Capítulo 3: Afrontando la realidad

Olivia es ese soplo de vida que surge inesperado y que enseña a Sofía, una escritora madura a la que admira, el verdadero placer de vivir, saborear y sentir el sexo en su máxima expresión

“AFRONTANDO LA REALIDAD”

La mañana siguiente a la fiesta supuso un golpe de realidad para Sofía. Se preparó una taza de café y se quedó apoyada junto a la ventana del salón. Las imágenes en aquel baño, teniendo sexo con Olivia, se agolpaban en su cabeza. Nunca había deseado a alguien de aquella manera. Su cuerpo reaccionaba de forma desmedida ante las miradas, las caricias y los besos de esa chica. Después de aquel encuentro en el baño, salió de la fiesta y pensó que su reacción fue producto de un calentón, de la bebida o de sentirse sola. Quizá se dejó llevar porque se sentía alagada por el simple hecho de que una chica muy guapa, mucho más joven y que además la admiraba como escritora, se sintiera atraída por ella. Pero lo cierto, es que todo eso eran excusas porque Sofía deseaba mucho a Olivia. No podía dejar de pensar en ella ni en su cuerpo y cada vez que lo hacía, el suyo reaccionaba sin piedad. Cuando recordaba aquella escena en el baño, Sofía empezaba a estremecerse, sus pezones se erizaban y sus labios se mojaban sin remedio. Era consciente de que aquella situación la superaba y tenía claro que era hora de afrontar la realidad. Ahora le tocaba comprobar si todo eso que sentía, se podía repetir con la misma intensidad. Tenía que averiguar si Olivia, era para ella como ese juguete de reyes que abres con mucha ilusión y energía pero que sólo te dura ese día. Esa misma tarde, Sofía mandó un mensaje a Olivia.

  • Hola Olivia, ¿qué tal? Espero que todo genial. Eh, nada te escribo por si te apetece quedar alguna noche para tomar una copa, cenar o algo así. Perdona, llevo mucho tiempo sin ligar y se me da fatal jeje. La verdad es que me gustó mucho lo de anoche, me gustaría verte de nuevo en un ambiente más relajado y sin que nadie pueda pillarnos jeje. Bueno, espero tu respuesta, besos.

Por su parte, Olivia salió encantada de la fiesta de cumpleaños de su amiga Eva. Nunca se hubiera imaginado que pudiera encontrarse allí a Sofía y menos, que también ellas dos, fueran amigas. Aunque después de la primera cita, tenía la intuición de que volvería a encontrarse con Sofía, lo veía bastante difícil. Y por supuesto, en el caso de que pasara, no esperaba que fuese tan pronto. Pero dejando a un lado las cábalas y las intuiciones, la única verdad es que esa escritora la volvía loca. Desde el día que la vio en la presentación sintió una atracción muy fuerte por ella. A Olivia no le importó lo más mínimo, que Sofía fuera mayor que ella ni tampoco que nunca hubiera tenido una relación sexual con una mujer. De hecho, a decir verdad, fueron dos cosas que añadían bastante morbo a la situación. Aunque a priori todo parecía bastante en contra, Olivia sintió desde el principio que Sofía se sentía atraída por ella. Como le dijo en la fiesta a Sofía, ella no creía en las casualidades y por eso el destino las puso a las dos juntas en aquella fiesta la cual le sirvió a Olivia para comprobar que su intuición no le fallaba. Aunque ya había estado con otras chicas, la pasión que sintió en aquel baño con Sofía era desconocida para ella y eso la desconcertó. Nunca había sentido su cuerpo tan desbordado por otra persona y le sorprendió mucho más al verlo también reflejado en Sofía. Lo que no tenía tan claro Olivia es que la escritora diera un paso adelante para que hubiera una nueva cita. Ella ya dio el paso en la fiesta y prefería que ahora fuera Sofía quien moviera ficha. Sobre todo porque nunca le gustó insistir ni incomodar a los demás y porque en caso de que se diera, quería que las dos estuvieran relajadas y a gusto. Con esa duda en la cabeza, Olivia se metió a darse una buena ducha y despejarse un poco. Al sentir el agua caliente caer sobre su piel, no pudo evitar recordar como la lengua de Sofía humedecía sus pezones y los mordía con sus labios. Sus dedos se metieron hábilmente en su sexo buscando cada rincón de placer. Al recordar todas esas sensaciones, Olivia puso la ducha muy cerca de su coño, dejando que el chorro de agua hiciera de vibrador y masajeara su clítoris. Mientras, agarraba sus pechos con fuerza y rozaba sus pezones erectos.

Estaba muy cachonda y su orgasmo no tardó mucho en llegar, haciendo que su corrida resbalara por sus piernas hasta llegar al desagüe. Al salir de la ducha, Olivia vio que había llegado un mensaje a su móvil. Era Sofía y le estaba proponiendo una nueva cita.

¡¡Esa es mi escritora favorita!! –Dijo Olivia eufórica.

  • Sí, ya veo que llevas mucho sin ligar jeje. Acepto encantada tu propuesta aunque no me ha quedado del todo clara jeje. Pero bueno ya pensamos algo concreto y nos ponemos de acuerdo. A mí también me encantó lo de anoche y lo repetiría sin dudarlo, pero estando más relajadas. Pues nada pienso un plan concreto y te vuelvo a escribir, ¡¡menuda alegría me has dado Sofía!! Cuídate, besos.

Al recibir el mensaje, Sofía empezó a reírse a carcajadas. Aparte de lo más evidente, que era la reacción de su cuerpo por la atracción que sentía por Olivia, Sofía sentía que esa chica la llenaba de vitalidad. Era muy natural, sin muchos filtros y con un desparpajo que asombraba. Olivia era de esas personas que desprenden luz propia y con las que da gusto compartir momentos de vida. Ella sin embargo era una persona más reflexiva, más calmada y con un mundo interior muy grande. La combinación le resultaba muy interesante aunque de momento, Sofía no se planteaba nada más que no fuera disfrutar de la siguiente cita con Olivia.

  • ¡¡Hola Sofía!! Bueno a ver qué te parece la propuesta. He pensado que podemos ir a cenar a un restaurante italiano que conozco y luego irnos a una de esas cuevas “granainas” donde ponen buen flamenco, para tomar una copa. ¿El viernes te viene bien? Bueno ya me dices como ves el plan…muakkk

  • ¡¡Hola guapa!! Pues el plan me parece genial y sobre todo mucho más concreto que el mío jeje. Sí ok, el viernes me viene bien, así que si quieres, me pasas la dirección del restaurante y nos vemos allí sobre las nueve. Si prefieres otra hora me escribes y me dices.  ¡¡Un besote!!

A Sofía, siempre le gustaba estar antes de la hora cuando tenía una cita y más con lo nerviosa que estaba. Llevaba un traje informal de seda en color rosa con un estampado blanco. Debajo de la chaqueta una blusa negra con escote y unos zapatos de tacón. El pelo lo llevaba recogido pero informal, a juego con el traje, la verdad es que estaba radiante.

Olivia llegó al restaurante unos minutos pasadas las nueve. Ella había elegido llevar una falda ceñida a la cintura de color azul marino con lunares blancos, un top blanco con un escote increíble y unas sandalias de tacón color beige. El pelo suelto y como complemento llevaba un collar plateado, muy bonito, tapando un poco su escote. Según se acercaba a Sofía, pudo comprobar como ella la miraba con deseo.

  • ¡¡Pero bueno Olivia qué guapa vienes!! ¡¡Menudo estilazo!!

  • ¡¡Muchas gracias Sofía!! Tú también estás increíble. Bueno pasemos que he reservado mesa, ya verás que bien se cena aquí y si es en buena compañía todavía mejor jeje.

Se notaba que las dos habían pasado esa barrera inicial y la conversación fluía de una manera muy natural entre ellas.

  • Bueno cuéntame Sofía, ¿a qué te dedicas? Que yo todavía no sé nada de ti.

  • Pues soy periodista y estoy trabajando en un periódico local de Granada en la sección de sucesos. La verdad es que me apasiona mi trabajo aunque también he pensado alguna vez en escribir un libro. Quién sabe, lo mismo ahora que conozco a una escritora me animo jeje.

  • ¡¡Ah pues muy interesante!! Por mi parte encantada de ayudarte con lo del libro sobre todo si es de novela erótica jeje.

Las miradas empezaron a calentar el ambiente y el deseo entre las dos era cada vez más notable.

  • ¿Sabes por qué te he dicho de venir a este restaurante Sofía? Porque además de la comida que está muy buena y el ambiente es muy agradable, el mantel de la mesa es largo y llega hasta el suelo. No se lo digas a nadie pero me acabo de quitar las bragas en el baño jeje. Te lo digo porque soy periodista y ya sabes la información es poder jejeje

  • ¿En serio Olivia? No te creo, me estás mintiendo para que me de vergüenza y me ponga como un tomate jeje

  • Compruébalo. Levanta el mantel y mira por debajo de la mesa, a ver si miento o no jeje. Mis piernas están abiertas por si te atreves a hacerlo.

  • ¡¡Diosss me muero de vergüenza Olivia!!

Sofía se agachó, disimulando que se ajustaba el zapato y levantó el mantel. Allí estaba Olivia, mojada, sin bragas y con las piernas abiertas para que Sofía pudiera deleitarse con las vistas.

  • Ves como no te mentía Sofía, ¿te han gustado las vistas? No digas nada, si es que sí quítate el zapato y rozas mi clítoris con tus dedos. – Dijo Olivia mientras se mordía el labio inferior y miraba a Sofía.

Sofía estaba muy cachonda y le encantaba el juego que había empezado Olivia. Se quitó el zapato disimuladamente y empezó a rozar con suavidad el clítoris y los labios de Olivia. Notaba como los dedos de su pie se humedecían y como Olivia se movía en la silla del placer que estaba sintiendo en ese momento. Siguió palpando por sus pliegues hasta que pudo introducir el dedo gordo en su interior, moviéndolo de arriba abajo. Notó que ella también estaba chorreando y que su tanga estaba empapado.

  • Ufff que rico eso que me estás haciendo con tu dedo. Seguro que tu coño también está empapado. Me encantaría gatear por debajo de la mesa y comértelo aquí mismo. ¿Te gustaría?

  • La verdad Olivia es que no me gustaría, me encantaría. Me pones muy cachonda y eso me vuelve loca. Si quieres puedo llamar a un taxi ahora mismo y tomamos esa copa en mi casa, ¿qué te parece?

  • Joder Sofía no pares de mover el dedo, creo que me voy a correr aquí mismo mmm. Lo de tomar esa copa en tu casa me parece una idea estupenda. Acepto encantada. Tú también me pones muy cachonda, no te imaginas cuánto.

  • Vale pues llamo ahora mismo mientras sigo contigo pero tú no te pongas las bragas cuando salgamos.

Sofía llamó al taxi y en menos de media hora estaban en su casa para continuar lo que habían dejado a medias en el restaurante.

En cuanto entraron en casa de Sofía, se quitaron los abrigos y empezaron a besarse con mucho deseo. Sus lenguas se buscaban desesperadas y sus labios se mordían desatados. Olivia cogió de la mano a Sofía y la llevó hasta el sofá. La sentó de golpe y se subió al sofá. Pegó sus muslos a la boca de Sofía y se levantó la falda hasta la cintura. Sofía agarró sus glúteos con fuerza y acercó su boca hasta su coño. Empezó a chupar y morder sus labios mientras Olivia la cogía de la cabeza y ejercía más presión. La boca de Sofía se mojaba más y más. Olivia estaba a punto de correrse por segunda vez en la noche pero Sofía también estaba muy excitada y no tardaría en hacerlo.

  • ¡¡Ohh joder Sofía sigue comiéndomelo!! Me voy a correr en tu boca.

  • Apriétame fuerte con la cabeza Olivia yo también me corro.

La explosión de Olivia recorrió la boca de Sofía que al notarlo no pudo evitar correrse también. La noche acababa de empezar para ellas y tenía pinta de ser muy larga y por supuesto de no ser la única. El placer se había apoderado de ellas y las dos querían mucho más. Al afrontar la realidad, Sofía se había dado permiso para descubrir junto a Oliva, el verdadero placer del sexo.