Sofía, sometida por su nuevo jefe 2

El nuevo jefe de Sofía descubre la sumisa que ella siempre ha querido ser . Dedicado a mi amiga Sofía , lectora de todorelatos , que me ha inspirado esta historia contandome lo que más le gusta que le hagan

Sofía 2

Permanecía de rodillas delante de su jefe mirando al suelo en señal de sumisión. Tal como le había enseñado, estaba en la posición número tres. De rodillas, mirando al suelo, pero solo los ojos, la boca abierta con la lengua fuera, ofrecida para su amo. Las manos atrás abriéndose las nalgas para una posible inspección de su Amo.

Don X caminaba alrededor de ella, generando tensión con el simple echo de esperar sin decir nada.

Había llegado aquella mañana con cierto nerviosismo, pero no el lógico que tiene cualquiera el primer día de trabajo. Ella era plenamente consciente de que aquello no era solo un trabajo. Había descubierto una manera de gozar que hasta ahora nunca había sentido, y para sorpresa de ella misma le había gustado mucho. Mucho. Nunca había tenido un orgasmo como el del día anterior.

Tal y como le habían indicado el día anterior se vistió encima de aquellas tangas que tenían un vibrador justo encima de su clítoris.

Apareció a las diez en el restaurante y empezó a trabajar tal como los encargados de sala le indicaban.

Hasta las once no ocurrió nada anormal, pero cuando menos lo esperaba sintió como el punto que había encima de su clítoris empezaba a vibrar.

Se les escapo un agudo y pequeño grito de sorpresa que disimuló lo más rápido que pudo.

Cuando levantó la cabeza Don X la miraba con una sonrisa socarrona desde la mesa en la que estaba desayunando. Sin dejar de mirarla bebió de su taza al mismo tiempo que ella sentía como la potencia aumentaba.

No era solo una vibración, una pequeña carga magnética, parecido a lo que se siente cuando un peine esta cargado de electricidad estática estimulaba su clítoris. Estaba completamente húmeda, era inevitable. Por si fuera poco el morbo de intentar que los demás no descubrieran que le pasaba aumentaba aún más su excitación. Repuesta de la sorpresa continuó con su tarea intentando que no se notara.

Don X se dirigió al encargado de la sala:

  • Dile a la nueva que me traiga un café

Cuando Sofía se acercaba con el café sintió como la vibración y el cosquilleo eléctrico duplicaba su potencia en un segundo. No puedo evitarlo, el temblor de sus manos hizo que el café y la taza cayeran al suelo.

Se quedó paralizada mientras miraba a su jefe a los ojos. El aparato no ceso de vibrar y ella tuvo un orgasmo silencioso, a fuerza de contener los gemidos, que le hizo caer al suelo, movimiento que ella disimuló recogiendo los pedazos de la taza que había en el suelo.

Se hizo un silencio en el restaurante. Todos vieron como normal que el jefe le dijera que después de la jornada se tenía que quedar para hablar con ella.

Sofía se apresuró en acabar de recoger los trozos y salió disparada para el lavabo.

Allí sin atreverse a quitarse el tanga se lo apartó y se masturbó furiosamente, mordiendo la servilleta que llevaba en la mano para que no se oyeran sus gemidos. El orgasmo fue brutal, no pudo evitar meter un dedo en su ano y otro en su vagina mientras estimulaba el clítoris con la palma de su mano.

Movió dentro y fuera sus dedos a toda velocidad mientras sus jugos resbalaban por la cara interior de sus piernas y las lagrimas se le saltaban de puro placer.

Cuando consiguió calmarse se lavó con cuidado, se arregló el pelo y la ropa y salió del lavabo. Todo el personal, menos Gloria, pensaron que había estado en el lavabo llorando. El resto de la jornada no le exigieron demasiado y la trataron con cierta distancia, evitando sacar el tema de la taza rota.

Cuando acabó la jornada y todos se fueron Gloria vino a buscarla y la llevo al despacho del jefe.

  • Antes de hablar de lo de esta mañana – le dijo Don X – has de aprender las cuatro posiciones que yo considero básicas en mis esclavas, desnúdate, déjate solo los zapatos.

Sofía obedeció rápidamente para no aumentar el aparente enfado de su jefe.

  • Bien, grábate esto que te voy a decir, por que solo tendrás una oportunidad de aprenderlo. Cada error en la ejecución será castigado.
  • Si, Amo
  • Yo llamo a la primera postura "Inspección". Cuando yo te lo ordene permanecerás ante mi de pie, con las manos tras la nuca, las piernas abiertas, el tronco ligeramente, solo ligeramente, inclinado hacia delante, lo justo para que el culo quede ofrecido y la boca ligeramente abierta. Mirarás hacia el frente y solo me miraras directamente si yo te doy permiso. ¿Lo has entendido?
  • Si , Amo
  • La segunda es "inclinada", de pie, sin doblar las rodillas cojeras tus tobillos con las manos, mantendrás las piernas abiertas noventa grados y permanecerás así hasta que se te diga lo contrario ¿Lo has entendido?
  • Si, Amo
  • La tercera es "sentada" permanecerás arrodillada con las manos atrás abriéndote el culo y tu coño por si quiero tocarlo. Inclinarás el cuerpo ligeramente, solo ligeramente, hacia delante y mantendrás la boca abierta y la lengua fuera ¿Lo has entendido?
  • Si , Amo
  • La cuarta es "ofrecida" Con las rodillas en el suelo pegarás tu cabeza a suelo y levantarás tu culo poniéndolo en pompa para que lo utilice a mi antojo ¿Lo has entendido?
  • Si , Amo
  • Vamos a ve si es verdad. Uno.

Sofía obedeció al instante adoptando la posición que le indicaba su amo.

Don X caminó a su alrededor satisfecho. Su esclava aprendía muy rápido.

Alargó la mano y Gloria le acercó una fusta. Sofía miró fijamente la fusta con temor pero no se atrevió a decir nada.

Don X corrigió la postura de las piernas golpeando ligeramente en la parte interior de los muslos de Sofía. Cuando abrió las piernas pudo apreciar la calentura que había generado en ella. Tenía su coño visiblemente empapado. Golpeo un par de veces casi con ternura el clítoris de Sofía y esta se retorció de placer.

Sofía no podía creerlo, jamás hubiera pensado que aquello le provocaría un placer tan intenso. Pensó con una sonrisa interior que dejaría caer la taza más a menudo.

Alargó la mano y Gloria se inclinó para coger la fusta con la boca.

Don X se acercó a Sofía y cuando esta creía que la iba a tocar susurro a su oído:

  • dos

Aquello la pillo por sorpresa, pero tubo los buenos reflejos de agarrarse los tobillos rápidamente. Su culo y su coño quedaban completamente abiertos por la postura y sus tetas colgaban hacia delante.

Su jefe aprovecho la postura para medir la humedad de su coño metiendo dos dedos hasta el fondo que entraron sin ninguna dificultad por que estaba completamente lubricado.

  • tres

Sofía casi se arrojó de rodillas al suelo abriendo el culo con sus manos

Y adelantando su boca con la lengua fuera

  • cuatro

Apoyo las manos y la cabeza en el suelo y su culo quedo completamente ofrecido.

Don X la miró satisfecho.

  • tres

Sofía volvió a la posición anterior.

Respiraba con un ligero jadeo mientras, sin atreverse a levantar la vista podía oír como su jefe caminaba con pasos lentos a su alrededor.

El silencio y no saber lo que iba a pasar la excitaban más todavía. Tenía una sensación de liberación dejando su voluntad y su destino en manos de otro.

Ya nada dependía ella, si obedecía, todo estaba bien, y si no obedecía recibía un castigo. Simple. Si añadía que aquellos castigos le generaban placer, era la situación perfecta. Solo podía ganar.

  • He provocado que tiraras la taza, no voy a castigarte por eso. Además, estoy impresionado con la velocidad a la que aprendes. Pero no puedo dejar sin castigo que te hayas corrido sin mi permiso.

Vas a demostrarme que eres capaz de aguantar hasta que yo te diga.

  • Si , Amo

Le hizo una señal a Gloria y esta se acercó con un doble vibrador a Sofía y se lo introdujo a máxima potencia sin demasiadas contemplaciones.

Don X se acercó a ella y sacando su pene empezó follarle la boca, Sofía apretaba los labios deseando proporcionarle más placer a su Amo.

Mientras Gloria estimulaba el clítoris de Sofía con los dedos. Sofía sabia que no aguantaría, aunque el orgasmo brutal de por la mañana le proporcionaba unos minutos de ventaja. No poder utilizar las manos para ayudar a que su Amo se corriera antes equilibraba esos minutos de ventaja.

Se esforzó en estimular con la lengua el glande de su Amo al mismo tiempo que entraba y salía de su boca. Los dos vibradores a toda potencia hacían muy difícil aguantar.

Sentía como el pene de su amo se iba hinchando anunciando la explosión de semen y sin sacárselo de la boca grito

  • permiso para correrme, señor

  • Aún no

Sofía ya no podía más, le costaba mucho aguantar cuando sintió que el orgasmo de su Amo era inminente y le pareció que escuchaba la mejor frase que había escuchado en su vida.

  • Ahora , perra

Su amo explotó en su boca descargando abundante semen que a ella solo le dio tiempo a tragar en parte y se dejaba ir , manchando las manos de Gloria con su abundantes jugos , mientras el semen resbalaba de boca llenando su cara y sus tetas mientras ella gritaba sin que la polla en la boca pudiera silenciar apenas sus gritos.

Gloria se corrió segundo después, acabando la masturbación que se había proporcionado a si misma mientras estimulaba el clítoris de Sofía.

Cuando los tres se calmaron Don X se sentó satisfecho en el sillón de su despacho mientras observaba como las dos mujeres se vestían y acababan de recomponer su ropa.

  • Estoy muy satisfecho – dijo Don X – mañana seguiremos tu adiestramiento. Harás tu jornada normal y luego volveremos a la disciplina.

Sofía se marchó a casa con una sensación de plenitud. Disfrutaba obedeciendo.