Sofìa

Una experiencia que nunca me imaginè, mi relaciòn con un travesti.

Había tenido una semana de trabajo estresante ya que las ventas no repuntaban y me centré en recortar los gastos no prioritarios, pero ya era viernes y sin darme cuenta casi las 10:00 de la noche, cerré la oficina me subí a mi auto y me dirigí a mi casa, no estaba muy entusiasmado en llegar ya que mi esposa Andrea se encontraba de vacaciones con su novio y regresaba hasta el domingo.

La calle estaba solitaria y adelante iba un taxi, al llegar a un semáforo una chica de excelente figura con unos pantalones súper apretados y una blusita corta y ajustada y de gran melena trata de parar al taxi pero éste no se detiene, veo que se molesta y sin pensarlo bajé la ventana y le ofrezco llevarla a lo que ella acepta, ya en el auto me comenta que se llama Sofía y que se disponía a dar un paseo al centro de la ciudad, que bien, le dije, y la invité a tomar una copa.

Llegamos a un bar, tomamos una mesa y empezamos a charlar y a beber unas copas, nos levantamos a bailar, ya cerca pude disfrutar del rico aroma de su perfume, delicadamente pasé mi mano por su culito que estaba bien paradito, así continuamos una y otra pieza, pedí la cuenta y abordamos mi auto, me acerque, tome su bella cara y cuando me disponía a besarla me separó, no entendí porque razón lo hizo ya que estaba seguro de que ella también lo deseaba y me dijo, ¿estas seguro de querer besarme? A lo que yo asentí, pero es que no te has dado cuenta que no soy lo que tus ojos ven, la intriga crecía en mi y le rogué que ya me dijera que pasaba, Sofía se acerca y me dice al oído, soy hombre o mas bien travestí, mi asombro fue evidente.

Yo nunca había tenido un encuentro de este tipo, todos habían sido heterosexuales, por lo tanto no sabía como reaccionar, entonces Sofía me pregunta, ¿quieres continuar o así quedan las cosas y cada quien por su lado? La tomo de los hombros y le planto un largo y ardiente beso y ella responde de igual manera.

En un momento dado ya estabamos revolcándonos en la cama de mi casa, me la mamó como nadie lo había hecho y probé su lindo culito, todo en una atmósfera de intenso erotismo pero a la vez de gran ternura, Sofía me trataba de una manera única, sentía su delicadeza en cada caricia por mi cuerpo y me hizo olvidar que esas manos y esos besos eran de un hombre.

Al despertar por la mañana me encuentro sobre el buró una charola con el desayuno, se veía delicioso y Sofía salía del baño recién bañada envuelta en una toalla, me dio los buenos días y me dijo que tenía que irse a su casa para cambiarse de ropa, pensé que no tenía caso ya que estaba el guardarropa de mi esposa, y se lo ofrecí, le dio pena pero insistí y además eran de la misma talla.

Escogió un mini vestido blanco, muy entallado y una tanga de hilo dental del mismo color y unas sandalias blancas altísimas, por último se arregló el pelo y maquillaje, se veía realmente hermosa.

Terminamos el almuerzo, y nos salimos a pasear a un centro comercial, me daba cuenta de las miradas lujuriosas de los hombres y pensaba "si supieran que no es lo que creen", pero que caray, lo que realmente vale es lo que tus ojos ven y eso es una hembra bellísima.

Regresamos a la casa e inmediatamente iniciamos a hacer el amor, realmente lo disfrutaba, tenia ante mi el culo mas hermoso que había visto, incluso que el de Andrea y eso ya es decir mucho. Con la ayuda de un lubricante fui penetrando lentamente mi verga y Sofía gritaba de placer, una vez que se la metí toda, inicié los movimientos de mete y saca hasta que ya no pude mas y me vine dentro de ella (o debo decir él?).

De esta manera pasamos todo el Sábado, pero llegó el domingo y mi esposa Andrea y su novio llegaron mas pronto de lo programado, encontrándonos a Sofía y a mi dormidos en la cama, el escándalo no se hizo esperar, que ironía, mi esposa si puede darse el gusto de tener novio y salir de vacaciones con él y yo no podía divertirme igual, Rogelio (su novio) la calmó y ya serena le presenté a Sofía, Andrea la miró fijamente y le preguntó, quien realmente eres? Sofía le contestó que era correcto en lo que se imaginaba, soy travestí, quien lo dijera dijo mi esposa, pero si estas bellísima, quiero conocerte mejor, discúlpame por mi reacción, pero primero vamos todos a desayunar y ahí me contaras como conociste a mi marido.

A partir de ahí, hemos hecho una relación muy estrecha al grado de que Sofía se vino a vivir con nosotros disfrutando y compartiendo la cama los tres ya veces los cuatro.