Sodomizando a su alumno (II)
La jovencita trans sigue aprendiendo y el vicio continúa.
Sodomizando a su alumno (II)
Miguel, el profesor, y Marcos, la adolescente aspirante a ser transexual, continuaron viéndose de vez en cuando. La chica (recordamos que a Marcos siempre la tratamos en femenino), tras algunos meses de tratamiento con hormonas había ido mejorando en su aspecto y parecía más femenina, más aniñada, más delicada. No le hacía ascos al sexo y se beneficiaba a su profesor cada vez que podía.
Miguel había decidido que era hora de que la chica aprendiera más cosas, que se soltara definitivamente en su sexualidad, que conociera otras experiencias y que comenzara a volar sola, sin tener que depender de él.
Así que se lo explicó un día con detalle a la chica, que aunque algo recelosa acabó aceptado la propuesta. Y esa propuesta consistía en un encuentro con otras dos personas, una de ellas Encarna, la señora gordita mayor, que alguna vez era amante de Miguel y por otro lado esa transexual tan deliciosa (Julia), que tanto le gustaba a Marcos, y que una vez, a traición, había penetrado a Miguel sin su consentimiento aprovechando que estaba borracho.
La idea de invitar a Encarna, la madura gorda, no lo entendía bien Marcos.
- ¿Por qué tiene que venir ella? ¿Es bisexual, le gustan las trans?
- No, cielo. Es heterosexual como yo, pero juguetona y traviesa. Le gustan los hombres con locura, pero se permite alguna excepción porque es muy liberal. A ti te vendrá bien, así alguna vez también habrás tenido algún contacto con una mujer.
- Ufff… Me da algo de asco esa señora tan grande… Pero bueno, si tu quieres, vale. Lo que me encantará será conocer a Julia, es como mi ídolo, mi diosa, espero ser alguna vez como ella.
- Ten en cuenta que Julia es tanto activa como pasiva, tienes que estar preparada para cualquier cosa, pero te vendrá muy bien para soltarte ya definitivamente.
- Vale, vale, espero estar a la altura y no quedarte en mal lugar.
En el día y hora convenidos llegaron a casa de Miguel las dos visitantes, Encarna y Julia. Marcos ya estaba hacia largo rato, algo ansiosa por los nuevos acontecimientos. Tomaron unos refrescos, sentados en el saloncito. Miguel y Marcos en uno de los dos sofás biplazas y enfrente, al otro lado de la mesita, en el otro diván igual, las recién llegadas. La madura gorda traía puesto un vestido de verano, algo corto y estaba sentada de forma descuidada, enseñando descaradamente los poderosos muslos. Julia, la bella transexual tenía por el contrario un vestido largo, pero muy escotado. Los senos sobresalían por arriba, levantados por un sujetador más bien pequeño para su talla. Ambas parecían muy contentas de haber sido invitadas y reían por cualquier cosa.
Es sorprendente lo que es la inclinación sexual de cada persona, tan diferentes unas de otras. Miguel estaba muy pendiente de los muslos de Encarna, se estaba excitando con aquella cantidad de mujer. Se la había follado ya muchas veces, pero aún así la seguía deseando a pesar de su edad y ese corpachón de tanta envergadura. Encarna era muy buena en la cama, excelente amante, de esas que no se cansan y que no dicen que no a nada. Por el contrario, Marcos solo tenía ojos para Julia, que estaba realmente bellísima, en el esplendor de su 32 años y totalmente desarrollada ya como transexual. La miraba con auténtica admiración, embobada. Tanto que al final Julia tuvo que hacerle un comentario.
- ¿ Te gusto, cariño? ¿Me ves bien?
Marcos tartamudeó un poco, azorada.
- Sí, claro, sí… me gustas mucho, mucho…
- Te gustaría ser como yo, verdad… Ya me ha hablado Miguel de ti, te veo muy bien, apuntas maneras, llegarás lejos, seguro.
- Gracias, gracias…
Tras un rato de conversación Miguel ya decidió que había que pasar a algo más que palabras. Era el momento de pasar al dormitorio. Las dos invitadas pasaron primero por el baño, para prepararse y asearse bien, hacía calor y era necesario refrescarse. Miguel y Marcos ya habían pasado por la ducha y esperaban en la habitación, ambos desnudos.
Apareció primero Encarna, la mujer grande. Era alta, 1,77 de estatura, mujer caderona, de mucho esqueleto. Aunque le sobraban bastantes kilos, más que gorda era eso, grande. Culo enorme y pechos también tremendos, gruesos, pero aún apetecibles. Llevaba puesta una toalla de baño enrollada sobre el cuerpo. Se metió en la cama y una vez tapada con la sábana dejó caer la toalla al suelo.
- No es que me de vergüenza –aclaró-, es que no quiero que la niña se lleve una impresión desagradable al verme desnuda.
Ciertamente el poderío de la mujer, desnuda, podía amilanar a cualquiera que no estuviera ya ducho en mujeres grandes. Apareció después Julia. La trans no era tan tímida, y entró al dormitorio totalmente desnuda, salvo los zapatos de tacón que realzaban su silueta. Todo un lujo de mujer, espectacular, preciosa. Un cuerpo perfecto, con suaves curvas, cintura bien marcada, pechos (operados, claro) realmente increíbles. Las piernas torneadas, bronceadas, de cine. El culo respingón y duro. Se notaban bien las horas de gimnasio. Su cuerpo era su medio de vida y lo cuidaba bien.
Pero lo más espectacular era su falo, un miembro realmente monumental. Caía con mucho poderío por debajo de sus gruesos testículos. Aún así, en reposo, era algo digno de ver, una estaca sobredimensionada que dejó a Marcos absorto, sin palabras, con los ojos sumamente abiertos no quitaba ojo de tal espectáculo.
- No tengas miedo, tranquila, cariño… - Julia procuró tranquilizar a Marcos
La naturaleza es a veces sorprendente. Un cuerpo de auténtica mujer había sido dotado, en lugar de con un coño que era lo que procedía, de una verga y encima enorme, que se movía descaradamente de un lado a otro mientras su dueña se paseaba por el dormitorio. Había allí tres pollas, y de tres tamaños. La mayor, con diferencia, la de Julia, luego la de Marcos, también muy llamativa, pero algo menor. Y un poco más pequeña la de Miguel, el único hombre heterosexual, resulta que tenía algo menos de falo.
Miguel invitó a Marcos a acostarse, junto a la madura.
- No, no me gusta… -algo apurada la chica, se resistía- Ya sabes, yo me considero mujer, no soy lesbiana.
- No importa, Marcos, Siempre hay que hacer alguna excepción, al menos que sientas el contacto de un cuerpo femenino, aunque sea una sola vez. Luego ya tú decidirás en el futuro.
Accedió por fin la jovencita trans, con evidente desasosiego. Encarna levantó un poquito la sábana, sin destaparse, lo justo para que Marcos se colocara a su lado. Así lo hizo la chica, sin arrimarse apenas. Encarna le pasó el brazo por detrás del cuello y de los hombros y juntó ambos cuerpos. Marcos sudaba.
- ¡¡ Qué calor, qué calor da esta mujer…. ¡¡
Marcos tenía siempre buen humor, aunque la situación fuese apurada. Todos rieron con su ocurrencia.
Encarna apretó bien a la chica con su cuerpo y un poco puesta de lado le echó por encima uno de sus enormes muslos. Al mismo tiempo la teta que quedaba arriba se desparramó por encima de la cabeza de Marcos, que tuvo que apartarla un poco para poder respirar.
- ¿Qué te parecen mis tetas, cielo?
- Muy grandes, muy grandes…..
- Jajajajajaja… Pero a que son suaves, eh…
- Sí, sí, eso sí, suaves y blanditas.
Nuevas risas de todos. Julia estaba sentada a un lado de la cama, junto a la cabecera. Miguel estaba sentado a los pies. Ambos miraban con regocijo la curiosa escena. Quizás por estar Julia cerca, con su cuerpo delicioso, le proporcionaba a Marcos un estímulo sexual, motivo por el cual su miembro estaba algo erecto. Encarna se dio cuenta al bajar la mano y agarrarlo.
- Ayyyyyy…. ¡ Pero si la tiene medio tiesa, y bien grandecita ¡ Al final te gustan las mujeres, verás…
Con la enorme fuerza de su brazo, Encarna tiró de la chica y se la colocó encima, abriéndose totalmente de piernas. Apartó la sábana quedando los cuerpos desnudos. El cuerpo de la madura, enorme, sobresalía a ambos lados del cuerpo de la chica, que quedó arriba con su culito tierno, las piernas juntas, como miedosa de tocar las de la mujer. Encarna la abrazó por el cuello y enterró su cabeza entre la almohada y su cuello, sin que pudiera moverse. Marcos respiraba agitada. La madura metió la otra mano entre los cuerpos y agarró la polla de la chica, colocándola a la entrada de su sexo. Estaba muy excitada y el enorme coño estaba hinchado y rezumando jugos. Tras hacer coincidir la cabeza de la polla de Marcos con su entrada, le agarró con ambas manos del culo y tiró de ella hacia arriba, mientras por su parte bajaba las caderas. Con ese movimiento era inevitable que la polla, aunque estuviera medio rígida, entrase por la dilatada abertura de la hembra. Encarna siguió empujando a la chica con un movimiento de vaivén para que el miembro entrase y saliera. El morbo de estar follando con una jovencita trans era muy grande y Encarna estaba a punto de correrse, pero la jovencita trans, bastante asqueada consiguió zafarse del abrazo y bajarse del enorme cuerpazo.
- Lo siento, lo siento, perdona Encarna, pero no me gusta nada esto.
- ¿No te agrada mi coño, cielo?.
- No.. No me gusta eso tan encharcado, tan baboso…
- Jajajaajajaa - nuevas risas de todos-.
- Nada, está visto, a Marcos no le van las mujeres.
- Es que yo soy una mujer, ¿ cómo me van a gustar las demás?
La jovencita aspirante a trans se queda ahora en la cama, al lado de Encarna, boca abajo, algo relajada ya del mal momento que le han hecho pasar.
- Yo sé bien lo que le gusta a esta niña - dijo Julia-.
Sin más preámbulos se colocó encima de Marcos, sujetándola con su cuerpo atlético. Imposible escapar. Julia cogió el bote de lubricante que estaba sobre la mesilla y engrasó bien el culo de Marcos y su propia polla.
- Préparate, putita, que te voy a feminizar definitivamente, después de hoy ya serás mujer completa.
Julia es bis, activa y pasiva. Y cuando se pone activa y está muy excitada, puede ser violenta penetrando. No tiene límites, no conoce la ternura cuando se está follando a alguien. Miguel es delicado, tiene precaución, se la folla despacito, muy pendiente de ella. Todo lo contrario de esta transexual que va a saco, con mucho poderío. Miguel ya probó esa enorme polla, a traición, menos mal que con la tremenda borrachera que tenía le fue más llevadero.
Desde su posición, sentado a los pies de la cama, Miguel observa el tremendo miembro de la transexual, ahora ya totalmente erecto. Se nota a simple vista su terrible dureza, las venas hinchadas, largo y grueso.
No hay problema, no se dobla, puede vencer la resistencia de cualquier agujero y así sucede ahora. Solamente el lubricante salva algo la situación para Marcos, aunque solo sea un pequeño alivio. Julia se agarra el miembro, lo apunta al culo de la chica, lo deja ahí quieto un momento mientras agarra a la niña fuerte por las muñecas. Luego aprieta fuerte, con decisión, sin detenerse, abre la carne sufrida de la joven, la penetra sin compasión y sigue entrando hasta que su pubis choca contra las nalgas de la niña, que grita con desesperación.
- ¡¡ No, nooooooooo, por favor, para, paraaaaaaaaaaa, no puedo, es demasiado grande…… ¡¡
- Aguanta, cariño, aguanta, tiene que ser así, después de meterte esta tranca ya serás toda una profesional, no te asustarás ya de nada.
Marcos intenta descabalgar a Julia, se remueve en la cama, patalea. Pero la transexual es musculosa, fuerte, la tiene totalmente aprisionada. Ha clavado las rodillas en la cama, con los brazos estirados se mantiene erguida, sujetando las manos de Marcos que está inmovilizada. Aprieta fuerte con sus caderas, insertando el poderoso miembro por el dolido conducto.
- Para, paraaaaaaaaaaaa, para….. No puedo, no puedo más, me vas a matar, joder, así no me gusta, nooooooooo….
- Estás solo acostumbrada a la polla de Miguel, querida, y eso no es bueno, ahora sufres pero esto te servirá para gozar mucho con cualquier hombre, ya verás.
Miguel desde atrás observa los cuatro testículos que se bambolean con los movimientos y apretones de Julia, al tiempo que contempla el poderoso miembro enterrado totalmente dentro de Marcos, no queda ni un milímetro fuera. Si no lo viese, le parecería imposible que ese pollón hubiese entrado entero en Marcos y un día, hace ya un tiempo, en su propio culo.
Miguel se apiada algo de la chica.
- Julia, quizás vas muy fuerte, deberías aflojar un poco la presión, está sufriendo mucho.
- Esta nena, querido, es mucho más putita de lo que crees, aunque lo disimule, verás como tengo razón y aguanta bien.
Miguel está entrando también en una poderosa erección, se resiste las ganas de ponerse detrás de las dos trans y penetrar a Julia para que reciba el mismo regalo que está dando ella, pero se contiene porque en ese momento tiene que concentrarse en feminizar a Marcos.
La que sí está curiosa y calentorra al máximo es Encarna. Puesta de lado, observa la salvaje penetración de Julia a Marcos. Es mujer experimentada pero nunca había visto nada igual. Su coño muy abierto sigue chorreando. De manera insinuante mira a Miguel y este capta el mensaje. Se agarra la polla desafiante y sube a la cama dispuesto a follarse una vez más a la madura, que al verlo venir se pone boca arriba y se despatarra totalmente, mostrando orgullosa toda su intimidad, muy bien cuidada, el sexo muy bien depilado y grueso por la excitación.
Marcos sigue gimiendo y Julia sigue apretando con toda su fuerza.
- Me duele, me duele, joder, es muy grande, muy grande….
- Calla, putita, calla. Eres una zorra y lo sabes, tienes que aguantar no te queda más remedio.
La escena es tremenda, cuatro amantes en la misma cama, menos mal que es amplia y fuerte. Ya está Miguel encima de Encarna que lo recibe gozosa. Aquí no hay molestias ni dolores, la madura puede con todo y recibe de un solo golpe el vigoroso empujón de Miguel, que se la clava hasta el fondo al tiempo que se agarra entusiasmado a los enormes pechos, que se agitan como flanes con los empujones del hombre. Ahora se mezclan los quejidos de ambas, los de Marcos de dolor y los de Encarna de placer. Los dos amantes que dominan hacen también exclamaciones de gozo.
- Así, Encarna, así, jodía guarra. Mira que eres buena en la cama, cacho puta, me haces gozar como ninguna. Eso, eso, apriétame bien el coño, asiiiiiiiii, tú sí que sabes, grandísima puta.
Encarna tiene bien entrenados los músculos del coño y abraza con ellos la polla de Miguel, que aguanta como puede para no correrse. Para enfriar algo el miembro, de vez en cuando el hombre se retira del interior de la mujer, se agacha y baja con la boca al sexo femenino, dando a la madura una buena sesión de lengua. Ella es multiorgásmica y entre subidas y bajadas y apretones en las tetas, se ha corrido ya dos veces en poco tiempo.
Por su parte Julia está quieta sobre el culo de Marcos. Sigue apretando y la niña tiene ya el culo entumecido y tan resignada a su suerte que han mermado sus quejas. Aguanta con valentía la penetración, al ser inevitable. Miguel, encima de Encarna lo observa y se lo comenta a Julia.
- Creo que ya la tienes dominada, eres buena domando a las potras jóvenes.
- Está buenísima tu putita, querido. Riquísima, vaya culito estrecho y tragón, la muy zorra, para lo jovencita que es. Esta me va a superar a mi en viciosa y guarra.
- Jajajajajaajajaj, seguro que sí…
Viéndola ya domada, Julia ahora adopta una postura menos enérgica y se vuelve un poco más tierna con la chica, cosa que ella agradece.
- ¿Estás ya mejor, cariño? ¿Te duele menos?
- Algo menos sí, un poco menos.
Marcos suda copiosamente, apretada entre la sábana húmeda y la piel cálida de Julia.
- Muy bien, mi vida, muy bien. Ahora ya tienes el culito dilatado, ahora te voy a bombear un poco, ya verás como te va gustando.
Julia retira su poderosa tranca del cuerpo de la chica y vuelve a aplicar en su culo y en su propia tranca más lubricante. Luego la vuelve a insertar de nuevo hasta el fondo. No hay protesta ahora, solo un leve gemido de Marcos, La poderosa transexual ha soltado ya las manos de la joven, no hace falta ya sujetarla, está vencida. Julia se deja ahora caer con todo su peso sobre el cuerpo de la chica, quiere sentir toda su piel, su espalda tersa y sudorosa. La niña por su parte siente ahora los duros pechos apretando en sus hombros y le encanta la sensación. Se relaja más y su enculadora lo nota.
- Eso es, mi niña, eso es… Muy bien, muy bien, enhorabuena.
- ¿ Lo hago bien, que te parece? – Pregunta Marcos, ansiosa, deseosa ya de agradar a su hembra dominante-.
- Los has hecho de maravilla, felicidades. Eres ya toda una mujer, me haces disfrutar muchísimo, cariño.
Julia le da ahora besos tiernos a Marcos en el cuello, en las orejas. La niña ya totalmente calmada empieza a excitarse y sobre la sábana arrugada su miembro va creciendo hasta entrar en erección completa. Julia mantiene un bombeo persistente, continuo, a ratos lento y suave, otras veces vuelve a darle fuerte pollazos para que no se cierre. A la niña ya le da lo mismo, todo lo que hace lo recibe bien.
- ¿Ya estás gozando, eh, putita? Me encanta que lo hayas conseguido.
- Sí…. Si sigues así, me voy a correr.
Julia gira un poco ambos cuerpos hacia el lado donde están Miguel y Encarna, para descubrir la polla dura de Marcos.
- Joderrrrrrrrrrr, como la tienes, querida, que alegría…Mirad, mirad, la niña tímida, que pedazo estaca, la muy puta.
Miguel y Encarna, que siguen a lo suyo, follando también a tope, vuelven a reír al observar el acontecimiento. Ahora Julia se folla a la niña un poco de lado y al tiempo le agarra y le acaricia su miembro, con la mano engrasada de lubricante. Ahora sí, Marcos se permite exclamar su gozo.
- Ahhhhh, que rico, que ricoooo… Sigue así, despacito, bien, bien, me encanta, que delicia, como se nota que sabes..
- ¿Ves, Miguel, como goza tu niña?. Ya te dije que es más putita de lo que crees.
- Ya veo, ya…. – Miguel habla entrecortado mientras bombea el coño de Encarna, a punto ya de derramarse dentro de la mujerona-.
La madura lleva ya cuatro orgasmos y no quiere más sexo.
- Termina, Miguel, tengo ya el chichi escocido….
Miguel bombea más rápido y en un momento suelta todo su esperma hasta el fondo de la matriz de la mujer, que nota perfectamente el potente chorro.
- Joder, tío, te has corrido como un burro, estabas bien cargado. Me encanta recibir tu regalo, eres todo un hombre, que suerte que me folles.
Descabalga ahora para que la madura descanse de su peso, volviéndose a sentar en la cama. Ambos amantes se vuelven ahora a mirar a la pareja de trans, para no perderse el final.
Marcos tiene los ojos cerrados, concentrada, disfrutando del potente enculamiento. Desde atrás, Julia, ahora más atenta, observa su cara que tiene el semblante placentero y acelera el ritmo del masaje al pene de la chica al tiempo que ella bombea más rápido en su trasero.
- No puedo más, Julia, no puedo más, me corro ya… Asíiiiiiiiiiiiii, eso es cielo, asiiiiiiiiiiiiiiiiii, ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, no pares, sigue, sigueeeeeeee….
Un potente chorro de semen sale proyectado del miembro de la chica, que salpica incluso a la madura, que recibe el impacto con deleite.
- Vaya, con la niña, que eyaculación, lástima que no le gusten las mujeres, me hubiera encantado recibir también dentro ese esperma, que desperdicio…ajajaa.
Julia no se queda atrás en su goce, y coincidiendo con los últimos chorros de la eyaculación de la niña aprieta fuerte abriendo sus nalgas y quedándose quieta. Se está también vaciando, pero en este caso no se desperdicia el semen, queda depositado muy dentro de la joven. Luego, tras un momento de relax, saca despacio el miembro y el recto de Marcos vuelve poco a poco a recuperar su estado normal.
- Tremendo, tremendo -Julia hace la valoración del acto- Uno de los mejores polvos que he echado, quien lo diría, yo que no daba un duro por esta nena cuando la he visto, pensando que no iba a dar nada de si. Pues riquísima, de veras, me ha hecho gozar como ninguna. Tienes suerte, Miguel, que sea tu putita.
Ya no dice más la transexual, porque entra en un estado de reposo total y abrazada a Marcos se queda dormida un buen rato, mientras la niña también se adormece gozosa, feliz de que la transexual a la que tanto admira haya gozado con ella.
Fue una impresionante sesión de sexo, con cuatro amantes en la misma cama. Ninguno de ellos lo había experimentando. Pero a veces las cosas buenas suceden solo una vez y no volvió a repetirse de esa forma. Es más, se suele decir que no metas a un tercero dentro de un dúo y eso fue lo que ocurrió con Miguel y Marcos. La chica se desentendió de su profesor, ya que había aprendido mucho y quería seguir aprendiendo de la persona que mejor podía enseñarla, Julia. Así que Miguel perdió el contacto con su alumna y supo que se había ido a vivir una larga temporada con su adorada transexual, desde luego que la polla de Julia bien lo merecía y con ella Marcos se había vuelto viciosa.
Miguel tampoco la echó mucho de menos, tenía suerte con las mujeres y no le costó nada sustituirla por otras. También siguió follándose a Encarna de vez en cuando. Cambió también de lugar de residencia por motivos de trabajo y en cierta ocasión que volvió a Madrid unos cinco años después, se llevó la sorpresa en plena Gran Vía. Observó venir de frente a una preciosa mujer, despampanante, que llamaba la atención tanto por su físico como por su forma de vestir. Alta, bien proporcionada, elegante, que marchaba del brazo de un hombre bastante maduro. No pudo evitar fijarse bien en ella y sus miradas se cruzaron. Miguel la reconoció, era Marcos, ya totalmente convertida en trans femenina al máximo. Se paró y se volvió para mirarla y ella también volvió atrás la cabeza para dedicarle una sonrisa, le había igualmente reconocido.
Miguel le había dicho cuando la chica iba a sus clases y aún no estaba feminizada que cuando lo estuviera y fuese una bella transexual, le gustaría quedar con ella.
Desde ese encuentro fugaz en la calle, Miguel no cesará en hacer todo lo posible en localizarla. Volver a poseerla, después de tanto tiempo, se convertirá ahora en su nueva obsesión.