Sociedad femdom 02
Los convertidos o sumisos
Saúl era bastante joven cuando sobrevino el cambio, se desató la locura de las violaciones en masa para ser una liberada, él aún no estaba en edad fértil por lo que pudo escapar. Sus padres murieron en los disturbios por lo que su tutora legal era su tía Carmen, hermana de su padre que era soltera y ferviente defensora del nuevo régimen que se hizo cargo de él. Le colocó su cinturón de castidad el día de su décimo cuarto cumpleaños después de comprobar durante el año anterior si ya tenía erecciones para poder subastarle más adelante como se había convertido en costumbre.
Durante toda su tardo infancia dedico su tiempo de aprendizaje a las tareas de la casa que su tía le obligaba con mano de hierro a realizar y que veía reforzadas con lo que le enseñaban en el colegio acerca del cuidado de los hijos, del marido y como ser un esposo dócil y entregado.
Hoy es su décimo octavo cumpleaños, un día bastante importante ya que llega al momento en el que debe casarse o al menos estar prometido a alguien. Como su tía no lo había prometido antes esta tarde pasaría a la subasta obligatoria entre las madres de las otras niñas en edad. Su tía esperaba sacar bastante dinero ya que Saúl era muy guapo y estaba muy bien entrenado. Tenía el certificado de buenas costumbres y modales y había obtenido las máximas calificaciones en el cuidado de hijos y de la casa.
-Bueno Saúl, hoy es tu gran día, vas a hacer ganar un montón de dinero a tu tía y me vas a perder de vista
-Si tía Carmen, espero que estés contenta conmigo
-Eso espero, no he trabajado todos estos años para mantenerte machito engreído. Prepárate y ve al salón para comenzar la subasta. Estas en la segunda subasta por lo que aún tenemos tiempo.
Hice lo que me pedía y fui a mi habitación para ponerme la túnica y el bañador que todos debíamos llevar ese día. La túnica era blanca y el bañador era solo un tanga con un tubo en el que se metía el pene haciendo que con solo mirar se supiese si estaba empalmado y saber el tamaño y el grosor ya que era elástico y se ajustaba al tamaño fielmente.
Todas las madres que iban a pujar habían pagado bastante solo para estar allí, digamos que eran la elite pudiente y por lo que nos habían dicho sacar buenas notas daba esa posición. A los que habían sacado malas notas o simplemente eran gorditos o feos y no habían pasado el corte de la profesora quedarían para subastas más bajas y si ni siquiera eran comprados ahí pasarían a engrosar las filas de los burdeles con los que a veces habían sido violados por su madres, tías, hermanas o vecinas y que no habían podido demostrarlo.
Para llegar a esa subasta había tenido que pasar varias pruebas, las notas en el colegio y demostrar que no estaba convertido. De eso se había encargado mi tía que vigilaba día y noche su inversión.
-Saúl, ven al salón. Ya está preparada la cámara, va a empezar la subasta
La subasta consistía en que todas las mujeres con hijas en edad de casamiento ya fueran liberadas o neófitas, ya que a ellas no se les exigía que fueran vírgenes, podían según su poderío económico elegir al marido de su hija pujando por él en la subasta. No había limite, el estado se quedaba con la inscripción, en la subasta en la que estaba encuadrado ascendía a 100.000€. Si alguno no era elegido o no había puja por su precio de salida iría a la subasta inferior o bien para mujeres no casaderas, divorciadas o que necesitaran concubino. Esperaba que yo no necesitara ir ahí y que me consiguiesen una esposa que me quisiese y que no me repudiase.
Fueron presentándonos a todos uno a uno por lo que teníamos que desfilar con la túnica, luego con el bañador y después totalmente desnudos y sin el aparato de castidad que solo nos podíamos quitar para la subasta o para revisiones médicas y siempre en presencia de nuestra tutora que tenía la llave y la combinación de 6 dígitos necesarios para abrirlo.
A mí me toco desfilar en 4ª posición, no estaba mal. El 4º de 20. Mi tía estaba muy nerviosa esperando el resultado de mi puja. En la televisión podía verse el precio que tenia de salida. 250.000€. También salían las peticiones y ordenes de las mujeres que iban a pujar como, date la vuelta, o acércate a la cámara, etc… este proceso duro aproximadamente 5 minutos y comenzó la puja.
Empezaron por Aarón que era quien más puntuación tenía. Duró algo más de 5 minutos y alcanzó los 3 millones de euros. Mi tía no dejaba de beber cerveza y frotárselas manos.
Los 2 siguientes no alcanzaron ese precio y quedaron en 1,2 millones y 1,5 millones respectivamente. Era mi turno, esperaba que hubiese interesadas en mí
-Vamos Saúl, es tu turno jaja. A ver cuánto me dan por ti
Al principio iba despacio, subía de 100.000 en 100.000, habían 7 interesadas en mí, según subía la puja iban retirándose cuando ya no tenían dinero o su interés por mí no era tan grande. Cuando llego a 1 millón, quedaban 3 pujadoras y subía de 300k en 300k. En 2 millones se quedaron solo 2 mujeres que seguían pujando hasta que una de ellas hizo la oferta definitiva. 4 millones de euros.
Mi tía estaba sin aliento y yo no quería mirar fueron 20 segundos de infarto hasta que una de ellas declinó y fui adjudicado por 4 millones de euros. Automáticamente llamaron a mi tía para arreglar los papeles de boda al día siguiente y que me trasladase a casa de mi suegra para la boda y noche de bodas del día siguiente allí mismo.
Continuará