So much for a sweet revenge 7

Tres semanas sin recibir noticia alguna de Erika, se había marchado de mi apartamento y desde esa mañana no la había visto, no me había llamado, mejor dicho, no sabía nada de ella, y me estaba desesperando.

perdon por la demora por lo corto, yo se que prometi que los haria mas largo, pero estoy hasta el cuello de trabajos en la universidad, pero prometo el proximo, lo hago mas largo ,solo que deberan esperar un poquito

Erika

Tres semanas llevaba sin hablar con Ana después de la noche más maravillosa de mi vida, Me marche a la mañana siguiente sabiendo que tenía que dejarla sola para que asimilara todo lo que estaba pasando en su vida, tres semanas sin verla sin escucharla, sin su risa tan única, sin esos ojitos de se vuelven pequeñitos cuando ríe…era una tortura saberla tan cerca y tan lejos, pero que podía hacer?...yo no la había llamado por que se que necesita espacio para pensar...y ella porque no me había llamado?...arrepentimiento?...vergüenza?...se sentía incomoda?...estos y muchas otras razones se me cruzaron por mi cabeza. Y así, pensando, había dejado pasar tres semanas encerrada en casa apenas saliendo de mi cuarto.

  • levántate Erika...vamos llevas días sin salir de la casa…levanta tu trasero y vamos!!! – pablo acababa de llegar con una gran sonrisa en su rostro, tan apuesto como siempre y con su muy ben sentido del humor.

  • no quiero pablo...en serio, no ando de humor para salir...ni nada. – me miro y se sentó a un lado mío en la cama.

  • no te estoy preguntando si quieres...te estoy diciendo que nos vamos ya...necesitas salir tomar el sol, respirar un poco de aire, y contarme que es lo que te tiene así –

-eres un chismoso!!!!! Le avente una almohada a la cabeza y él respondió igual, después de una guerra de almohadas y que el saliera victorioso, me hizo levantar, no con muy buen ánimo, me hizo tomar una ducha y arreglarme, tomo las llaves de mi moto y salimos de casa. – por qué vas a manejar tu? –

  • porque tú eres un peligro!!! – nos pusimos los cascos, encendió la moto, y salimos sin rumbo conocido para mí.

Después de unas buenas horas de trayecto sin saber a dónde íbamos, pablo por fin detuvo la moto frente aun parque que parecía mas bien un bosque, tenía varias mesitas y bancas, pero en su mayoría, era una espacio abierto lleno de arboles, había bastante gente, pero el parque era tan grande que daba espacio para que todos estuvieran cómodos, era un sábado en la tarde.

Pablo y yo bajamos de la moto y nos adentramos en el parque, nos sentamos en una de las mesas que no estaba ocupada, estábamos uno al lado del otro, recosté mi cabeza en su hombro a lo cual el paso su brazo por mi espalda a forma de abrazo.

-que pasa Erika?...mis tíos están preocupados por ti, dicen que no has salido en semanas y que apenas comes. – cerré mis ojos y suspire profundo llenado de aire mis pulmones.

  • es complicado pablo…me enamore –

  • uy!!! Eso sí que es terrible!!! – dijo con sarcasmo, reí con él y me quede mirando hacia el frente. – y cuál es el problema? –

  • El problema es que me enamore de alguien con quien no tengo la mas mínima oportunidad…y aun sabiéndolo cometí el error de ponerme en una situación en la que salí lastimada – pablo no dijo nada, solo guardo silencio por unos minutos.

  • que tan lastimada? – pregunto

-mucho, pablo…– me reacople en mi asiento y lleve mis manos a mis rostro. – Ahhh!! Como pude ser tan estúpida???!!!!, sabía que ella nunca iba a sentir lo mismo por mi!!! – dije mas para mí que para pablo. – la amo pablo...la amo y tratando de demostrárselo, salí lastimada….no sé que voy a hacer con todo esto que estoy sintiendo. –

  • es Ana, cierto? – me miro con ternura.

  • si...es Ana….como lo supiste? –

  • fue la única de tus amigas que buscaste cuando llegaste… - me miro y sonrió con ternura, como si me comprendiera – y estás segura que no te ama? –

  • si…estoy segura…ella está enamorada de otra chica -

Ana.

Tres semanas sin recibir noticia alguna de Erika, se había marchado de mi apartamento y desde esa mañana no la había visto, no me había llamado, mejor dicho, no sabía nada de ella, y me estaba desesperando.

Ese día me la pase pensando en lo que había pasado, lo había pasado bien, de eso no cabía duda, pero lejos de lo físico hubo algo mas, no sé muy bien  a ciencia cierta cómo interpretarlo, se que el alcohol ayudo de cierta manera, pero no lo justifico, tampoco justifico la falta de contacto físico desde que Katherine y yo terminamos, simplemente fue…diferente, Erika despertó en mi un fuego que nunca antes había sentido, hacer el amor con ella fue simplemente de otro mundo…hacer el amor con Erika, no había sido sexo, esa noche me amo y yo le correspondí, o por lo menos así lo sentí.

Los días siguientes los pase como anestesiada, de la universidad a la casa y de la casa a la universidad, trataba de hacer todo lo que tenía pendiente en la universidad y cuando lo terminaba me ocupaba haciendo cosas pendientes de mi casa, visitando a mis padres, los cuales se asombraron pues no iba muy a menudo. Pero trataba de mantenerme ocupada, para no pensar, no pensar ni en Erika ni en Kathy ni en mis sentimientos ni en los de nadie…en nada.

Tenía la necesidad de hablar con Erika, pero no sabía que decirle, no tenía ni la menor idea de cómo afrontar la situación, si bien ella me había dejado todo muy claro, también tenía yo muy claro que no podía hacerle eso a ella, si ella sentía algo por mi y seguíamos con nuestra amistad como si nada, era más que seguro que ella saldría lastimada, no importa como lo pusiera, ella sentía algo por mí y yo por ella….y yo por ella qué?...

Por otro lado estaba Kathy, no sabía que se le había metido en la cabeza pero no perdía oportunidad para repetirme cuanto me quería y cuanto me extrañaba, lo peor era que aun seguía con Juan y que aun me seguía lastimando verla con él, pero no podía evitar sentir como mi corazón se quería salir de mi pecho cada que ella se acercaba a mí y me miraba con esos ojos que siempre habían sido mi perdición y que parecían ser tan sinceros, cuando sus labios susurraban en mi oído o cuando pasaba por mi lado y rosaba su mano con la mía…me derretía cada que estaba cerca de ella.

Era sábado en la mañana y estaba preparándome para ir donde mis padres, cuando mi celular repico.

  • diga? – conteste.

  • hola amor!!! – supe de inmediato quien era, era esa misma voz y esas palabras las que hacían mis días felices hace mucho tiempo.

  • Kathy? – pregunte casi pensando que ya estaba empezando a tener alucinaciones auditivas.

  • no me digas que ya te olvidaste de mi voz – pregunto como si estuviera molesta.

  • no…no es eso…es que…pasa algo? – pregunte aun sin salir de mi asombro.

  • tiene que pasar algo para que te llame?...o es que estabas esperando la llamada de alguien mas?... –

  • no...Es solo que me tomo por sorpresa tu llamada… -

  • ah bueno...espero que una sorpresa agradable…es que no me aguante, no soy capaz de no verte hasta el lunes y la verdad me estás haciendo mucha falta...y quería saber si tal vez podríamos salir… - mi asombro era tal que no logre responderle nada, Kathy parecía estar pasando por un periodo amnésico en el cual había olvidado todo lo ocurrido en los últimos meses….

  • Kathy…estas bien? –

  • si...por qué? –

  • Katherine…a que estás jugando? –

  • no estoy jugando a nada…acaso no puedo verte?...Ana, todo lo que te he dicho  es en serio, te extraño...te extraño mucho…por favor, déjame verte hoy…si? – quería ser fuerte y decirle que no, que yo no quería verla, que me dejara en paz y siguiera con su novio…pero era Katherine, sabía que no podría negarme a ella, era como una adicción no podía dejarla…simplemente no podía.

Cerré los ojos y suspire hondo.

  • está bien…donde quieres que nos encontremos? –

  • no te preocupes…yo paso por ti en media hora...está bien? – su voz había tomado un tono más alegre.

  • está bien…te espero – colgué antes de que dijera algo más.

Llame a mis padres para decirles que no podría ir, y termine de arreglarme. A los 30 minutos exactos el timbre del comunicador estaba repicando..

-diga? –

  • hola amor…ya estas lista? –

  • si claro Kathy...ya bajo – colgué, tome las llaves de mi apartamento y una chaqueta, pues el día estaba frio, baje y vi a Katherine esperando en su auto.

Después de un buen tiempo de trayecto, en el que después del saludo ninguna dijo ninguna palabra, llegamos a un parque enorme que solíamos visitar cuando aun estábamos juntas, inmediatamente lo vi, la nostalgia se apodero de mi, al recordar los días en que las dos tomadas de la mano caminábamos buscando un lugar donde sentarnos y pasar la tarde entre bromas y besos. Bajamos del carro y caminamos hacia un enorme árbol bajo el cual había una mesa, nos sentamos y Katherine se hizo a mi lado.

  • quieres tomar algo? –

  • no...estoy bien, gracias. – dije mirando el lugar recordando de nuevo todas aquellas veces en las que había estado con ella allí, como podíamos pasara horas mirándonos sin decir nada o hablando de nada importante, abrazadas mirando los niños jugar…eran tantos recuerdos felices, que solo quedarían en eso, en recuerdos. Mis ojos se llenaron de lagrimas y Katherine pareció notarlo pues de inmediato se acerco a mí y me abrazo.

  • pasa algo malo? – me pregunto con genuina preocupación en su voz.

  • no es nada, Katherine – dije tratando de limpiar mis lagrimas, ella me dejo de abrazar, tomo mi mentón y me hizo mirarla.

  • no llores por favor – dijo con una expresión de preocupación – si no te sientes a gusto aquí, podemos irnos a otro lugar – sonreí y negué con la cabeza

  • está bien...es solo...que este lugar me trae muchos recuerdos – baje mi mirada que se había vuelto a llenar de lagrimas.

  • lo siento Ana.- dijo con una voz apagada subí mi mirada para verla y me encontré con sus ojos esmeralda llenos de lagrimas. – siento haberte lastimado como lo hice, créeme que es de lo que más me arrepiento en mi vida, siento todas las lagrimas que has derramado por mi culpa…por favor créeme cuando te digo que no quería hacerte tanto daño. – para cuando termino de hablar, sus rostro ya estaba bañado en lagrimas que resbalaban por sus mejillas pesadamente. Solo verla así me rompió el corazón.

  • Kathy…no llores por favor. – limpie sus mejillas y la mire directo a los ojos, me encantaba verme reflejada en sus ojos.  – Ya paso…no llores por favor.- me quede mirándola al igual que ella a mí, y por un segundo sentí como si nada hubiera pasado y solo hubiera sido un mal sueño, cerré mis ojos al sentir las manos de Katherine en mi rostro, me deje llevar por la calidez de sus manos su respiración pegando contra mi rostro, sus labios rosando los míos.

Fue un beso tierno, solo rozábamos nuestros labios, era perfecto, abrí mis ojos lentamente y mire a Katherine que aun los tenia cerrados, su rostro adornado por una media sonrisa, sonreí al igual que ella y la abrace escondiendo mi rostro entre su hombro y cuello, aspire para llenarme de su perfume y levante mi cabeza para quedar mirando por encima de su hombro y encontrarme con unos ojos negro que cargaban tanta tristeza en su mirar, que podía sentirla en mi pecho…Erika.