Sleepy hollow
Una versión del famoso libro de Washington irving, y de la película de Tim Burton. que narra las aventuras en un pueblo del siglo XIX donde están ocurriendo cosas extrañas
En lo más profundo de una de las inmensas ensenadas de playas que el Hudson acaricia en sus orillas orientales, se produce un enorme ensanchamiento al que los viejos marinos holandeses llamaron en tiempos Tappan Zee; para navegarlo, recogían las velas prudentemente mientras invocaban a San Nicolás. Justo allí se alza una pequeña aldea con su puerto recoleto, a la que algunos dan el nombre de Greensburg, pero a la que la mayoría de la gente llama Tarry Town. Recibió este nombre, por lo que sabemos, en tiempos antiguos; se lo dieron las buenas mujeres de un villorrio vecino, pues era en las tabernas de Tarry Town donde sus maridos se demoraban muy largamente en los días de mercado. No muy lejos de esta villa, acaso a un par de millas, se abre un valle pequeño, al que acaso haya que llamar Sleepy Hollow, simplemente a una lengua de tierra entre las altas colinas, que desde luego no tiene igual en todo el mundo. Por la tranquilidad que allí se respira. Un arroyuelo cruza el valle con su rumor delicioso que le obliga a uno a descansar.
Allí, ningún ruido turba tu paz, salvo, acaso, el canto súbito de una codorniz o el repiqueteo de un pájaro carpintero en cualquier árbol, nada más; el resto, tranquilidad plena. Habituales en esas tierras las cacerías, en los bosques preñado de nogales no muy altos que derramaban su sombra a uno de los lados de aquel pequeño valle. Este lugar, desde tiempos remotos, desde que se asentaron aquí los primeros colonos holandeses, se conoce como Sleepy Hollow, sin duda por las características tan peculiares de los descendientes de los colonos holandeses, gente apacible, serena, acaso indolente... También desde antiguo se llama a los mozos del lugar, en los pueblos vecinos, los muchachos del valle soñoliento. Realmente, es como si esta tierra estuviera envuelta en una atmósfera de ensoñación y calma densa. Algunos cuentan que fue hechizada por cierto doctor alemán en los primeros tiempos de los asentamientos de colonos; para otros, fue un antiguo jefe indio, mago o profeta de la tribu, el que encantó la región antes de que la cubriesen. Y ciertamente parece este lugar, aún hoy, envuelto en un poderoso hechizo que llena de extrañas fantasmagorías las cabezas de esas buenas gentes que lo habitan, haciéndoles caminar de continuo en una especie de duermevela.
Creen, por supuesto, en los más raros poderes; suelen caer a menudo en trance y tienen visiones; escuchan en el aire voces y músicas indescifrables... No hay vecino que no tenga noticia de algún hecho extraordinario o que no se sepa alguna historia maravillosa, o que no pueda señalar qué paraje alberga entre sus profusas sombras algún espectro acechante; las estrellas fugaces y los meteoritos de fuego a menudo cruzan el valle, acaso por todo ello, con más frecuencia que en cualquier otra parte de la región; podría decirse, pues, que aquí el demonio de la pesadilla y sus figuras diabólicas tienen el mejor escenario posible para ejecutar sus danzas y morisquetas. El espíritu dominante, sin embargo, el que más influjo tiene sobre la imaginación de las gentes, el que parece someter a todos los espíritus que habitan los aires, es un fantasma, auténtico rey de esta región encantada; un fantasma decapitado que se aparece a lomos de un caballo... Para algunos, no es otro que el espectro de un soldado que sirvió en la caballería de Hesse; un soldado al que una bala de cañón arrancó de cuajo la cabeza en una batalla de la Guerra Revolucionaria y que aún galopa, como llevado por el viento, en las noches más oscuras. Sus dominios, empero, no son únicamente los del valle, y muchos aseguran haberlo visto por caminos más alejados y especialmente en las cercanías de una iglesia apartada del pueblo. Los historiadores de la región más dignos de aprecio aseguran que, tras haber estudiado en detalle todas las versiones que se dan sobre el jinete decapitado, y tras haberlas contrastado, han llegado a la conclusión de que el cuerpo de aquel soldado recibió sepultura en el camposanto de aquella iglesia junto a la que se aparece, sí, pero que su fantasma vaga por las noches y pena en busca de su cabeza en lo cenarios que fue campo de batalla; después, antes de que amanezca, ha de regresar a su tumba... Por eso atraviesa a galope tendido el valle poco antes de que comience a clarear el día. Así es como se interpreta, de común, esta superstición legendaria, que tanto alienta las historias que se dicen unos a otros los habitantes de esta región en sombras; así es como se dio al espectro el nombre de El Jinete sin cabeza de Sleepy Hollow. Los que pocos saben son las auténticas fechorías del jinete, aniquilando a los campesinos que se lo encuentran, decapitándolos con su hacha. En una de esas noches oscuras, donde la niebla tapaba el camino, una joven campesina caminaba por los senderos con un cántaro de agua, la oscuridad se le había echado encima cuando volvía del arroyo. Su nerviosismo hacían que el cántaro temblara entre sus brazos, y el trasparente liquido se fuera vertiendo. Un estruendoso ruido de galope la hizo soltar el cántaro, que cayendo al suelo se rompió en un estrepito rudo seco. La joven salió corriendo atravesando la maleza del campo, había dejado el sendero para atajar y llegar a su casa, mirando hacia atrás vio una figura montada en un negro corcel, con los ojos rojos. El caballo bufaba ruidosamente mientras se acercaba velozmente a ella, mientras notaba como se clavaba la mirada de sus terribles ojos rojos. La joven miro adelante y avanzo lo más rauda que pudo pero mientras el demoniaco ser seguía acercándose a una velocidad brutal. Para cuando estuvo a su alcance, el seseo del acero cortando el aire, en ese momento tropezó con una rama del suelo y la hizo que se cayera al suelo, por suerte para ella, pues el golpe del hacha la habría cortado la cabeza, pero en vez de eso había hecho que se clavase en un tronco. La joven en el suelo se volteo para ver a su agresor, era un ser demoniaco, sin cabeza que había desmontado de su inferna corcel y se acercaba a ella.
- Por favor......dejar que me valla, yo no le hice mal a usted. dijo ella, mirando al suelo, muy atemorizada
Su sorpresa fue cuando a escasos pasos de ella, oyó como su cinturón y su pantalón se caían al suelo, la joven levanto la mirada y vio el miembro del ser, tieso, apuntándola a la cara, la joven no sabía qué hacer, su sangre se había helado, podía discernir la figura de unas lapidas, había llego a la Old Dutch Church. Junto a esta se encontraba el campo santo donde la joven aldeana se había tropezado y caído y viendo de fondo una hilera de lapidas. El demonio seguía de pie a escaso metro de distancia, completamente inmóvil, con su pesada capa negra ondulando lentamente en el aire mientras su infernal aparato seguía apuntando a la cara de la joven, sus pesados botas de cuero se movieron a la vez que sus poderosos brazos actuaron, agarraron los ropajes de la joven y sin aviso de varios tirones hizo que se desprendieran de ellos, ahora la desnuda, aterrada la joven sollozaba pidiendo clemencia, pero en su oscuro y frio corazón el jinete no la tenía la agarro apretándola contra su tórax, la joven noto como su miembro presionaba su cuerpo, lentamente fue caminado sin esfuerzo entre las lapidas y la tiro encima de una losa de frio granito. La joven tendía sobre la superficie notaba como su cuerpo se helaba como el ser deslizaba lujuriosamente su mano por su vientre desnudo hasta llegar a uno de sus senos, la chica no sabía que la ocurría, pero notaba como sus pezones se endurecían y no sabía si era del frio, del miedo o de la situación y sin saber cómo había sucedido, que sintiera un exquisito latigazo sexual al notar el contacto de sus dedos entre su pezón erecto. Se extendió violentamente por todo mi cuerpo, mientras luchaba por controlar sus gemidos, temblando de excitación.
- ¡¡¡¡¡Ahhhh, ¿Q.qué fue… eso?!!!!!!!
Su otra mano la separaba los labios de su vagina, irrumpiendo en su interior, simplemente, era placer en estado bruto inyectado directamente en su torrente sanguíneo, poniendo una expresión de angustia mientras por su mente desfilaban las más indecentes y depravadas imágenes sexuales,
- Ssueltame, maldito. Atino a decir la joven en un momento de cordura y zafándose brevemente de las caricias del jinete logro incorporarse.
Pero en medio de la más absoluta desorientación, luchando desesperada por librarse del ente, este la volteo, dejando su abdomen pegado contra el granito, las garras la agarraron las muñecas y las amarraron fuertemente en su espalda, inmovilizándola. La muchacha estaba como loca, respirando agitadamente mientras se retorcía contra la presa que la fuerte mano le hacía en sus muñecas. Ella pataleaba, pero aún faltaba lo peor...dejando en alto sus firmes nalgas completamente expuestas. Sintió que algo duro, grueso y resbaloso se deslizaba entre estas hasta llegar a su, presionándolo agresivamente pero sin penetrar. Y de nuevo un brutal latigazo sexual estremeció su cuerpo, haciendo que se retorciera descaradamente contra la lápida en medio de los mas indecentes impulsos que la invadian, sintiendo como el poderoso miembro del Demonio emitía un calor que la quemaba por dentro y que se volvía cada vez mas irresistible.
- Oh Dios… s.se siente… caliente, no, no me metas tu miembro… oh Dios.
El Demoniaco ser sabía que mi voluntad se estaba cayendo a pedazos y que todo era cuestión de tiempo, y en ese momento comenzó a frotar vigorosamente la gruesa cabeza de su miembro contra el apretado agujerito, en deliciosos círculos que crecían y disminuían, preparando pacientemente su culo para su castigo, hasta que después de unos leves envites la joven gemía desconsolada, el miembro del jinete lo paso por entres sus labios, impregnándolos de su flujo. Para volver a posicionarlo en la entrada de su pequeño orificio, en ese momento el espectro agarró can la mano libre la cabeza entre y de forma humillante la obligó a apoyarla contra la lápida, en un gesto que parecía representar su sumisión, y entonces comenzó a enterrar su grueso miembro en su culo sin piedad, centímetro a centímetro.
- Ahh, Ddios… duele detenteeee
se mordí los labios mientras temblaba de excitación, sintiendo como la poderosa polla se deslizaba cruelmente entre sus nalgas y la presión en sus intestinos aumentaba cada vez más, hasta que después de algunos agónicos segundos las caderas del espectro se apretaron contra su cuerpo y supo en ese momento lo que era el dolor, al sentir dentro de ella todo el miembro, pero él no se movía, y su dolor se detenía entonces el empezó un sutil movimiento de vaivén, a la que las caderas de la joven se acomodaban mejor al tránsito del miembro en su interior, después de varios acometidas leves el jinete apreso la melena de la joven, echándola hacia atrás, sus pechos redondos, blancos y de tamaño medio quedaron libres de la prisión de piedra que los retenía y a la vez que su mano libero las de la campesina, esta las puso para apoyarse en la losa, mientras el apretaba con firmeza uno de los senos de la moza. Sus caderas se movían agresivamente y comenzaron a bombear en su culo a un ritmo brutal, casi insoportable. Mientras los gemidos eran de placer ya y se retorcía en éxtasis contra la lápida mientras unas gotas de sudor resbalaban por su rostro, mientras su cuerpo recibia cada acometida, su pecho libre se sacudía de atrás para adelante con cada acometida Simplemente, el placer era demasiado, y el poderoso golpeteo en sus entrañas la estaba volviendo loca, ya no sentía dolor, ya solo era placer can cada invasión de ese miembro en su ano, en una cadencia hipnótica que se multiplicaba al sentir como su ano se apretaba vigorosamente alrededor de la verga que cruelmente lo profanaba. El jinete seguía montándola vigorosamente, con sus caderas dando poderosos golpes contra mi cuerpo una y otra vez mientras ella abría la boca de forma sexual y pasaba la lengua por los labios, jadeando tiernamente.
- M.mas, más… más, más… no te detengas
sólo el sexual sonido de los rebotes en sus firmes nalgas recibiendo su castigo y sus débiles gemidos interrumpieron la paz del antiguo cementerio, hasta que de repente el Jinete se apretó contra ella cuero, comenzado a escupir su diabólica semilla en sus entrañas.
- Oh… Dios. Gemio mientras pataleaba de forma infantil y apretaba el culo con impotencia, sintiendo como el líquido invasor quemaba deliciosamente las entrañas mientras entraba en cantidades en su cuerpo
Y el infernal ser la mantuvo completamente inmovilizada mientras sus caderas daban suaves pero vigorosos movimientos contra su cuerpo, terminando de inyectar su semen, hasta que finalmente lo logró y con un movimiento brusco salió de ella, con más dolor aún, empezó a brotar de su culo el semen el brutal ataque termino y el jinete recupero sus ropajes, su hacha y volvió a su descomunal caballo, montando en el embravecido salió al galope. La joven puso una mano en su culo, y noto algo espeso y asqueroso, al verlo era la mezcla de sangre y semen que brotaba de su ano, al incorporarse la joven apenas podía caminar, la dolía el cuerpo, sus piernas y la ardía su culo, pero al menos pudo salvar la vida, el camino hasta su casa fue arduo y duro, en medio de la noche, la luna llena alumbraba el sendero mientras veía como su padre armado con una escopeta la llamaba, ella apenas podía articular palabra, así menos gritar.
Cuando vio que su progenitor la vio ella se detuvo y callo exhausta. Su buen padre la cubrió y la llevo a casa donde descanso esa noche. Pocos eran los supervivientes de los ataques, y la gente de la aldea lo sabía. A la mañana siguiente el padre de la joven fue a hablar con el alcalde pidiendo ayuda, le contó lo sucedido salvo las fechorías que el jinete ejerció a su hija. Una persona adelantada a su tiempo, incrédulo de las supersticiones y de los métodos arcaicos lucha contra los maleantes con modernas técnicas. Técnicas que para su tiempo eran herejía, Ichabod Crane, inspector de policía de nueva york. Pero sus superiores no lo querían a su alrededor, pues les cuestionaba las arcaicas técnicas y aborrecían las nuevas prácticas del joven. En octubre del año de nuestro señor 1799, es enviado por sus superiores a una aldea al norte del estado de Nueva York, Sleepy Hollow, para investigar una serie de asesinatos en que las víctimas se han encontrado decapitadas. el juez que le mando, le aviso que en dos semanas habían aparecido el cuerpo de tres personas decapitadas, y la violación de otras cuatro doncellas. Se puso en camino al norte dirección a Sleepy Hollow, una aldea bañada en bruma, en mitos y leyendas. Que se trasmitían en el tiempo de padres a hijos. Estaba al cargo de la investigación de las decapitaciones de miembros respetados de la aldea, así de la violación de varias muchachas. A pesar de sus quejas y oposiciones no tuvo más remedio que embarcarse en lo que aún no sabía, sería la mayor historia de su vida, la cual cambiaría su manera de pensar y su manera de ver el mundo. El trayecto seria de dos días en carromato, donde va apuntando en un cuadernillo todo lo que sabe del caso, en su diestra la bolsa con sus herramientas. Según su carromato avanzaba por la carretera y después de un primer día aburrido y tedioso ve ovejas pastando en las praderas cercanas al Hudson. Según se adentra más en su misión deja los verdes prados por gigantescas formaciones de árboles, al llegar a ellas veía a los leñadores en las fronteras del bosque talándolos. Alto de metro setenta y ocho, su pelo enmarañado del color del castaño, no muy largo. Ojos color marrón miraban a todos los sitios, escrutando todo a su vista intentando comprender cada movimiento que su retina grababa en su cerebro. Su cuerpo es bueno para alguien de su edad. El tiempo trascurría mientras llegaban a su destino. La noche caía por la ladera de una colina, llena de trigo amarillo. Campos de trigo a ambos lados de la carretera, y a través de uno de ellos una figura borrosa, montando una bestia negra de cuatro patas largas, a sus oídos llegaron los gritos de súplica de un hombre, dando la orden al cochero de que detuviera los caballos. Bajo del carromato corriendo en dirección a los gritos. Mientras recorría el trayecto por el trigo tapado por una extraña bruma, al salir de él vio una casa de una planta y de una sola estancia, una casa hecha de troncos, tosca y rural; en los cristales de la única ventana, varios de ellos parcialmente rotos, a escasos metros de su entrada un cuerpo, sin cabeza, en el suelo huellas de cascos, profundas en la tierra. Ni un sonido se oía, solo a lo lejos una respiración siniestra, que después de un silencio congelador fue roto por un tenebroso relincho. Un fuerte galope alejándose de los hechos hasta que desapareció por completo. Ichabod utiliza unas técnicas de investigación novedosas, aunque hasta ahora no probadas, en la victima según se acercan algunos lugareños. Después de unos instantes llega un carro para llevarse el cuerpo del fallecido sin la cabeza. Que como en las leyendas el jinete se las de trofeos. Llega a Sleepy Hollow armado con su bolsa de herramientas científicas solo para ser informado por los ancianos de la ciudad de que el asesino no es de carne y hueso, sino más bien un guerrero de ultratumba sin cabeza que cabalga por la noche en un enorme corcel negro. Esa noche se instala en una habitación en la casa de la familia más rica de la aldea, los Van Tassel.
Esa noche se despierta con una de sus frecuentes pesadillas, una en concreto de su padre torturando a su madre, la mira desde el umbral de la puerta, el joven Crane ve como su padre fustiga a su madre desnuda mientras ella le realiza una felación a él. Al levantarse escucha los gemidos del cuarto de al lado, se dirigió a los ruidos y desde el marco de la puerta vio como la joven Katrina, sentada en la cama con piernas súper abiertas, tenía un poquito de vello, pero cortito y arreglado. De su interior se veía brillante, estaba lubricada y no sabiendo el por qué, su miembro empezó a despertar viendo como la joven se autosatisfacía, dándole ganas de recoger la gotita que salían del interior de la joven. Viendo cómo se tocaba en círculo con tres dedos, apretando y gritando y cuando notaba el subidón del orgasmo paraba, y metía dos dedos en la vagina en forma de gancho, solo las puntas de dentro movía, él estaba muy cachondo viendo a la mujer mientras seguía tocándose a la vez que gemía y sacaba los dedos de su interior chorreando, acercándolos a sus labios los lamio y volvió a metérselos dentro de ella. Con una mano se abría los labios y con la otra se masturbaba y repetía la acción de meter dos dedos de golpe y los sacaba con un hilo de líquido que restregaba en el clítoris sin parar, con los dedos en forma de gancho se tocaba suave arrastrando las yemas en su interior de dentro a fuera. Su pelvis se agitaba como si la estuviesen follando despacio y disfrutando. Sacaba los dedos mientras ahora con la otra mano me calmaba las tetas duras del placer que tenía, gemía y se chupaba los dedos para una vez limpios los volviera a meter dentro de ella. El joven investigador no podía aguantar más y saco su miembro erecto y empezó a masturbarse viendo el espectáculo de la joven holandesa. La joven notaba que no podía aguantar más y aceleró en su cometido, levantando la cabeza vio una funesta sombra moviéndose , pero ella tenía otra intención más cercana, no pudo aguantar más y de su interior salió un chorro acompañado de un gemido ahogado, mientras se retorcía en la cama, otro chorro salió fuera de su vagina, salieron dos chorros más largos que iban cayendo hacia la puerta, mientras seguía retorciéndose sin dejar de tocarse el clítoris, se levantó como pudo, yendo a gatas por el suelo hasta la puerta, al abrirla vio al joven Crane con miembro fuera, ella aún se agitaba por su corrida, se había arrastrado por sus flujos, pudiendo parecer orina, pero el olor salado era indiscutible de sexo. Ella se lo metió en la boca, notando mientras iba engulléndolo el cómo crecía en su boca. El tiempo pasaba y el pene de Ichabod expelía ingentes cantidades de fluido preseminal y lubricante sobre la lengua de Katrina, sintiendo como este le escurría por la comisura de los labios, empapando su pecho, comenzó a girar su lengua alrededor del glande rápidamente, acariciando su frenillo con la punta de esta, para luego estirarla fuera de su boca hasta llegar a sus testículos, repitiendo el proceso una y otra vez. La maniobra funciono a la perfección, en poco tiempo estaba al borde, con los ojos apretados, intentando resistir durante más tiempo los “mimos” que la joven le dedicaba a su miembro. dándose cuenta de esto, aumento la velocidad de sus movimientos, acariciándole la parte interior de los muslos con sus suaves y finas manos, al tiempo que movía su lengua con desesperación de arriba abajo, de un lado a otro, succionándole el glande con los labios, intentando por todos los medios hacerlo acabar. Ichabod se encontraba al límite, Katrina le venía succionando el miembro desde hacía poco, pero era experta en eso y el joven hombre no ponía resistencia a las caricias de su lengua sobre su miembro, sobre su glande , mirándole con su hermoso rostro juvenil de grandes ojos color marrón, cosa que le excitaba sobremanera, aunado esto al ocasional roce de sus dientes contra su glande
- Aquí viene, aquí viene, ¡aquí vieneeeeee!- gemía Crane , al tiempo que sujetaba la cabeza de la joven
Katrina sintió como el pene de Ichabod se contraía dentro de su boca en reiteradas ocasiones expeliendo sobre su lengua un viscoso fluido de sabor fuerte y salado. Al terminar el, la joven Van Tassel retiro el miembro de entre sus finos y lindos labios y según este se deslizaba por su lengua hasta sacarlo por completo, después de ello aun con la boca abierta, escupió el contenido de su boca en sus manos, escasa mucosidad blanquecina mezclada con la saliva se apelotonaba en sus manos, después de terminar de expulsar todo , se acercó las manos a sus senos, y restregó la mezcla entre sus pezones, duros y oscuros apéndices sobresalientes de sus jóvenes y tersos pechos. Acto seguido cerró la puerta ante la mirada incrédula del investigador Ichabod Crane. Este volvió a su cuarto y tumbado en la cama su mente reemplazo las turbulentas imágenes de las torturas de su madre, con la dulzura de los labios de la joven. La mañana siguiente unos gritos le despertaron, levantándose de la cama vio como la joven Katrina estaba en su alcoba, portando un balde de agua para su higiene personal. La joven lo dejo en una mesa de madera, el joven neoyorquino no sabía que hacer, pues en su mente le venía las escenas de la noche anterior, sin miramiento la joven anfitriona se acercó a él le destapo, como imaginaba, tenía una buena erección. El sin saber qué hacer en ese momento, si bajarse los pantalones, o levantarse. Pero todo se fue al trasto cuando entro sin aviso una doncella de la casa para buscarlo
- Disculpe la intromisión señor Crane, pero el alcalde y el doctor le esperan abajo
- No pasa nada.