Situaciones totalmente inesperadas

Yo estaba tranquilo jugando en mis mis chats eróticos, pero esta jovencita vio a cambiar mi noche.

Situaciones totalmente inesperadas

Es la 1:30 de la madrugada. Estoy acomodado sobre la cama, con el laptop sobre las piernas, chateo con dos amigas que me ayudan a pasar mis largas noches de insomnio. En mi situación de prejubilado tengo muchos ratos perdidos y he encontrado para las noches este refugio donde encontrar cauce para mis ganas de relación.

Entro en una sala donde soy muy conocido porque me muestro muy amigable y a cada cual le trato de dar lo que creo espera de mí. Casi siempre termino conversando con Maira_43 y SS_azul. La primera está empeñada en contarme lo que “no” hace con su marido, pero le encantaría hacer. Y la segunda es una viuda romántica y sensible, que busca el regocijo de mi amable compañía, con mis alocadas bromas y mi tranquila conversación.

A cada una le doy por separado el tipo de conversación más adecuada. Con Maira_43 muchos días terminamos haciendo sexo virtual. A ella le gusta mucho que la trate con rudeza, utilice expresiones malsonantes y que le describa como practicaría sexo con ella en las formas más diversas. Lleno su fantasía de situaciones eróticas y según ella se lo pasa muy bien conmigo, tanto que muchas veces termina con la mano entre las piernas.

Yo le aconsejo que vaya a despertar a su pareja y de rienda suelta a su calentura, pero a menudo me confiesa que se siente más estimulada con las cosas que le digo y las escenas que le sugiero.

Por el contrario SS_azul tiene un carácter extremadamente dulce y si no me hubiera dicho su edad y situación familiar pensaría que estoy chateando con una adolescente que todavía espera encontrar su amor platónico.

Se oye un ruido en el pasillo que llama mi atención pues siempre estoy solo en casa. Enviude hace unos años y mis hijos y demás familia solo vienen de visita de vez en cuando, así que me ha extrañado que haya alguien deambulando por ahí. Levanto la vista y descubro  a alguien espiando desde la puerta.

Esta tarde empezaron a caer unas gotas y como la previsión meteorológica era que iba a llover copiosamente Salí a recoger las sillas del jardín. Me asomé a la valla y a unos cien metros vi una tienda de campaña instalada en un sitio que suele inundarse. Enseguida me puse en marcha para ir a avisar que ese era un sitio peligroso para acampar.

Después de la sorpresa inicial los ocupantes me agradecieron el aviso. Eran dos chicas y un chico que había decidido pasar el fin de semana acampados junto al mar. Mientras hablamos del riesgo que suponía tener la tienda plantada allí, la lluvia arrecia y nos calamos hasta los huesos.

En esas circunstancias les ofrezco pasar la noche en mi casa a resguardo de la lluvia y sin riesgo de que los arrastre una avenida de agua. Rechazan mi oferta en primera instancia pero vista la intensidad creciente de la tormenta, recogen la acampada y me acompañan.

Después del remojón y para entrar en calor, una buena ducha con agua caliente y les doy ropa seca que encuentro rebuscando en los cajones.

Una de las chicas es muy menudita, con la cara muy graciosa y bonita. Parece una adolescente y le puedo prestar una camiseta deportiva de uno de mis nietos. La otra es mucho más “redonda” y necesita ropa de talla mayor así que le presto un jersey mío y unos pantalones de chándal. El chaval, que parece noviete de esta última chica, lo acomodo con ropa de alguno de mis hijos.

Enseguida cogemos confianza y los acomodo para pasar la noche en mi casa. Los tres están encantados con la experiencia y ya están imaginando como lo contaran a sus amigos. Dormirán en una habitación donde hay dos camas amplias. Cenamos y después de un rato entretenido de charla se van a dormir pues dicen que por la mañana temprano quieren ir de excursión si el tiempo lo permite.

Nunca hubiesen imaginado que su salida de fin de semana iba ser una aventura en la que se libran de una avalancha y un desconocido los invita a pasar la noche en una casa residencial de primera línea de mar. En fin, experiencias para luego poderlas contar.

-          “¿Quién anda ahí?, pasa, pasa”, le digo con tono afectuoso y tranquilo.

La que entra es Sandra. Viene descalza con solo la camiseta larga que le llega justo a tapar el culete.

-          “¿qué haces a estas horas con el laptop?, ¿eres escritor o algo parecido?, he visto que escribes mucho.

-          “Como te he dicho me entretengo las noches chateando con mis amigas, lo que me ayuda a pasar las largas noches de soledad”, respondo.

-          “Las salas de chat escribiendo están pasadas de moda. Ya nadie entra”, “para pasarlo bien y ligar es mucho mejor con el móvil” , dice convencida y con un cierto tono de reproche.

-          “¿me dejas probar a mí? Ya verás cómo nos divertimos”, me dice al tiempo que me arrebata el portátil, se sienta a mi lado y se lo coloca sobre las rodillas.

Tras leer los mensajes que van entrando y dar un repaso de los anteriores, ya es capaz de hacer un retrato bastante acertado de mis dos amigas. Tras contrastar algunos datos conmigo se pone a chatear con ellas en mi nombre.

Me da miedo que se le vaya de las manos y arruine mi relación con mis amigas, pero le cedo el control, introduciendo una buena dosis de caos en esta monótona situación. Espero no arrepentirme de esta decisión.

Sandra resulta ser mucho más incisiva que yo, pronto lleva a mis dos chat-amigas a sus respectivos limites, mientras yo sigo las conversaciones muy entretenido.

A Maira_43 ya le ha dado un masaje por todo el cuerpo que ha derivado en tocamientos en su zona intima que mi amiga agradece con evidentes signos de complacencia. A SS_azul la tiene expectante ante la situación de voyerismo que le ha planteado.

A medida que las conversaciones se van calentado, Sandra se envalentona más y más. Me ha cogido mi mano y se la ha puesto encima de la pierna. Un minuto más tarde ha decidido que mejor la pone entre sus piernas para que le sobe la rajita por encima de la braguita.

Ya veis, todos estamos ocupados. Maira_43 imaginado como serian mis caricias sobre sus labios,  SS_Azul intrigada por lo que podrá imaginar en esa escena que se avecina, yo acariciando la rajita de esta muñequita que tengo a mi lado, y Sandra repartiendo juego como si fuera la diosa de la fiesta. Todos contentos.

Siento como su braguita se humedece, sus labios se dilatan y mis dedos me deslizan suavemente. Mis amigas están enardecidas y no paran de escribir pidiendo más caña.

Sandra se detiene un instante para quitarse las bragas y bajarme los pantalones. Luego ambos volvemos a la tarea, yo le sobo la rajita, ella escribe en el chat y cuando puede le echa mano a mi polla que ya está enorme.

Después de manipular en el teclado unos instantes, Sandra consigue que pasemos de un lento chat escrito a un video chat donde mi webcam pasa a ser la protagonista indirecta.

Ante la sorpresa mis amigas estallan en aplausos. Me las imagino mirando la pantalla estupefactas al ver por fin lo que tantas noches habían deseado.

Coloca el portátil a un lado de la cama con la webcam enfocada hacia nosotros. Tras comprobar el encuadre para los dos juntos, se acerca a la cámara y dice:

-          ¿Ves bien la imagen? ¿se oye bien?...

No sé cómo lo hace pero tiene abiertos simultáneamente los dos chats, de manera que ambas pueden ver lo mismo, pero no se ven entre sí.

-          “¿estás preparada para ver a tu amigo haciendo algo que te va a gustar mucho? Ponte cómoda pues esto va a durar un buen rato, y le vamos a hacer que sufra un poquito

Veo los comentarios de mis amigas, las noto muy alteradas como presintiendo que algo poco visto va a suceder delante de sus narices. Todo son exclamaciones, letras mayúsculas y signos de aprobación.

Me encanta contemplar como su manita se cierra alrededor de mi polla con suavidad pero con firmeza.

Veo como en la pantalla aparece perfectamente encuadrada la zona de mi pubis. Destaca mi polla completamente erecta coronada por un capullo gordote y brillante debido a que esta inflado al máximo.

Momentáneamente la pantalla es ocupada por la cabeza de Sandra, que se ha inclinado sobre mi entrepierna para que su boca engulla la polla y la bañe de saliva. Cuando se despeja la pantalla aparece toda mi polla coronada por un impresionante capullo lleno de babas. Ahora si que está bien preparada para recibir un buen meneo.

Con parsimonia pero con ritmo estable, comienza un intenso masaje de sube y baja que hace que su mano se desplace desde la punta hasta la base y alternativamente. Quien me iba a decir que esta mocosa iba a pajear de esta forma tan deliciosa.

Voy siguiendo los comentarios que van poniendo mis amigas en el chat. SS_Azul se ha desconectado unos instantes al principio, quizás asustada por lo que ha visto, pero enseguida se ha vuelto a conectar, participando activamente en los comentarios que se suceden uno tras otro en la pantalla.

Cualquiera diría que van al mismo ritmo que la mano de Sandra que no deja de hacer diabluras.

Yo estoy encantado, dejándome hacer y exhibiéndome como nunca pensé hacer.

Sandra busca con destreza la mejor postura para que el encuadre quede perfecto, sin descuidar por un momento sus frotes con una o con las dos manos, y siempre manteniendo las babas necesarias para que el deslizamiento sea suave.

Como era de esperar Maira_43 comparte con nosotros que se está masturbando de una forma frenética mientras nos contempla. Nos dice que está empapada y que hacía tiempo que no sentía tanto gusto. Ni tan siquiera follando con su pareja dice que ha sentido tanto gusto.

SS_Azul más comedida dice que se ha metido los dedos y que se está masturbando mientras nos ve.

Después de juguetear largo rato con sus dos manos y su boca, siento que estoy a punto de explotar. Sandra se detiene, recoloca el portátil reorientando la cámara web para que recoja la nueva escena, se coloca a horcajadas sobre mi dejando que mi polla se hunda poco a poco en su coñito.

Este le toma su tiempo, pues ya os he dicho que tiene un cuerpo muy menudo y su coño se debe adaptar. Tras unos suaves empujones consigue progresivamente alojar mi polla dentro de su cuerpo. Después de hondos gemidos lo consigue por completo y empieza un suave trote que nos llena de placer a los dos.

En pantalla las líneas del chat saltan a un ritmo frenético. No llego a leer lo que escriben pero todo son signos de admiración y vocales repetidas.

Sandra descabalga y se acomoda de nuevo pero esta vez apoyándose en mi pubis dándome la espalda. También sabe galopar la condenada en esta nueva posición.

Incrementa el ritmo y la amplitud de los movimientos. La cama empieza a crujir como no recuerdo haberlo oído nunca antes. Se levanta un buen trozo hasta casi que mi polla se sale y luego se deja caer con fuerza. Sus cachetes mojados cada vez que chocan con mis piernas emiten un chasquido electrizante.

Lo la tomo por sus pequeñas caderas y la acompaño con fuerza en sus movimientos. Su culo chasquea, la cama cruje, ella resopla y jadea como una posesa, yo solo puedo con voz entrecortada decir: “qué rico, que rico”.

Sandra se inclina hacia delante hasta reposar su cuerpo sobre mis piernas, jadea y levanta la cadera lentamente para liberarse de mi polla que la está rompiendo por dentro. Su coño rezuma miel, que recoge con la mano y lo muestra a la cámara.

Las líneas de comentarios vuelven a saltar enloquecidas. Supongo que lee algo que le llama la atención, quizás alguna petición de alguna de mis amigas. Toma el portátil y lo acerca para que recoja en primer plano mi polla.

Una vez cogido el encuadre se pone a la tarea. Ahora pretende ordeñarme, sacarme hasta la última gota de leche que pueda tener almacenada en los últimos años.

Con gran maestría se concentra en la tarea, buscando que las espectadoras puedan disfrutar también de la escena desde primera fila.

Después de tantas inesperadas e intensas sensaciones no aguanto mucho sus envites y exploto en tres o cuatro avenidas hasta salpicar sobre sus piernas y vientre. Ha sido memorable, cierro los ojos y disfruto del momento.

Cuando los abro Sandra está despidiendo la sesión con mis dos chat amigas que dicen estar muy complacidas.

Giro la cabeza y en la perta de entrada de la habitación veo a Marta, la amiga de Sandra, que parece haber estado contemplando la escena sin atreverse a decir nada.

Quizás la cama ha crujido en exceso.

Bueno en otra ocasión os contare como continua esta inesperada historia.

Deverano