Situaciones inesperadas de un escritor amateur 4

Continúo la historia con las partes VI y VII. Este relato tiene mas acción que los anteriores, espero les guste.

Parte VI

Me encontraba nervioso. Ahora la situación no era solo con mi prima, si no que su amiga también entraba al juego. Faltaba menos de unos minutos para que llegara Karen y yo seguía dudando. Sabía que hasta ahora no habíamos pasado de "jugar", no había mantenido relaciones con Luisa. Pero que poco puede la razón contra el deseo.

Faltando minutos para que Karen llegara pedí una pizza por teléfono y seleccioné algunas películas de entre las muchas que tenían mis tíos. Al poco rato escuche el sonido del timbre y a mi prima bajar por las escaleras para recibir a su amiga. Yo me quede en la salita de la televisión sentado en un amplio sofá. Mentiría si dijera que estaba calmado.

Vi entrar a Luisa seguida de Karen. Esta última se veía espectacular. Era mas bajita que mi prima y casi igual de delgada. Tenía un cuerpo muy sugerente. Llevaba unos pantalones delgados de color claro bastante ajustados, tanto así que marcaban su ropa interior. Yo que padre de esa niña no la dejaba salir así a la calle ni loco. En la parte superior tenía puesto una especie de chalequito que la cubría del todo.

  • Hola - Me dijo en el tono mas meloso y coqueto mientras se acercaba a mi para saludarme.

  • Hola linda - Respondí tratando de disimular mi nerviosismo y aparentar una seguridad de la cual adolecía.

Acerque mis labios a su rostro mientras ella se pegaba a mi, le di un pequeño besito en una de sus mejillas. Dios! que rico huelen las adolescentes pense.

  • Ven un rato conmigo a mi cuarto. - Dijo Luisa a su amiga - Quiero hablar un ratito contigo.

Karen acompaño a Luisa pero antes de salir de la sala se volteo y dándome la cara se quito aquel chalequito. Debajo llevaba un sexy top súper escotado. Podía verle su linda pancita y sus suculentos pechos apretujados en la pequeña prenda. Eran unos pechos de buen tamaño y por lo ajustado y escotado del top estos se exhibían lujuriosamente ante mi.

Ambas chicas desaparecieron luego de mi vista dejándome sumamente turbado y excitado. Luego de unos minutos llego la pizza. Al rato estabamos los tres en la sala de la televisión con una pizza caliente, una película de terror, un sofá no muy grande y la sensación de que algo iba a suceder.

  • ¿ Que película es ? - Pregunto Luisa.

  • La Maldición de los muertos - Respondí, pensado que titulo mas estúpido para una película de bajo presupuesto no podía existir.

  • Ayyy Rafito, ¿ no tienes otra cosa ? - Dijo Karen con un tono meloso y adulón.

  • Mmm, si quieres fíjate ahí en el cesto, tienes varias películas - Le conteste.

Karen con Luisa se pusieron a rebuscar entre las cajas de las películas buscando algo mejor.

  • Veamos esta! - Dijo Karen triunfalmente mientras esgrimía la caja de un DVD.

  • ¿"Greta en París"? - Pregunte mientras leía la caja que me mostraba Kaen. No la conocía pero era obviamente una película Francesa.

  • Esta bien. - Menciono Luisa - Ya la he visto, estoy segura que les va a gustar. - Una sonrisa picara se escapo de sus labios.

Nos acomodamos los tres en el largo sofá, yo en medio y con las jovencitas a cada uno de mis lados. A mi derecha tenía a Luisa, pegada junto a mi, podía sentir su castaña cabellera cosquillear con mi brazo. A mi izquierda estaba Karen. Era inevitable echarle miradas indecentes a esa niña/mujer, se veía demasiado provocativa. Mis ojos recorrían a cada momento sus indecente escote, me relamía pensando en tener esas dos suculentas frutas en mis manos.

Karen se daba cuenta de mis miradas, nada hacía por evitarlo. Yo no me preocupaba de que se diera cuenta, sabía que si había venido así era por que quería que la mirasen, para que si no. Luisa también se daba cuenta de lo prendado que me tenía el cuerpo de su amiga, ella parecía no molestarse.

Resulto que la película era de corte erótico, bastante fuertecita. Yo ya estaba bastante excitado tanto con la película como con la situación en que me encontraba. Karen poco a poco se me había pegado y podía sentir claramente su cuerpo y su suave respiración. Ya no me preocupe de ocultar mi erección, al contrario, trataba de mostrarla.

De repente sucedió lo inevitable. La mano de Karen se poso delicadamente en mi bulto como tanteando mi reacción. Yo agradecí que la niña fuera la que iniciara las acciones, no me sentía lo suficientemente valiente para dar yo el primer paso. Como vio que yo no decía nada ella continuó. Con gran pericia logro desabotonarme el pantalón y extraer mi pene de debajo de mis calzoncillos. Yo no quitaba los ojos de la película.

La mano de Karen tomo decididamente mi verga e inicio un suave masaje. Yo voltee un momento hacia ella esperando encontrarme con sus ojitos oscuros pero me sorprendí de verla concentrada en la película. Miré a Luisa y ella con su mirada pareció aprobar la situación. Seguí entonces yo, al igual que Karen, las incidencias de la película. Decidí también tratar de darle un poco de placer a la dueña de esa mano tan generosa. Lleve pues, mi propia mano hacia una de las piernas de Karen, la recorrí todo lo que pude, la sensación era agradable. Dirigí poco a poco mis caricias hacia su entrepierna. Juguete un rato por encima pero me di cuenta de que si deseaba lograr estimularla tendría que entrar en contacto con su piel desnuda.

Metí sin miramientos mi mano por debajo de su pantalón y busque colarme entre sus bragas, ella se movió un poco y separo las piernas para darme libre entrada a su zona intima. Hasta aquí seguíamos ambos sin mirarnos, con los ojos en la pantalla, pero concentrados en lo que hacían nuestras manos. Como repito, Karen era hábil, me masturbaba muy lentamente, paraba de rato en rato para darme un respiro, masajeaba mis testículos, me recorría con los dedos desde la base hasta la cabeza, la niña era toda una experta, se notaba que no era la primera vez que lo hacía.

Pude por fin meter toda mi mano por debajo de sus bragas. Me sorprendió en sentir la piel suave de su pubis y perfectamente depilada para la ocasión. Este descubrimiento me excito bastante. Pose mis dedos sobre su cálida vulva, la refregué por encima muy despacio en círculos, luego con curiosidad introduje lentamente dos dedos para explorar aquel agradable coño. Roce sus labios y los acaricié, luego con sumo cuidado los separe y busqué tanteando el lugar donde debía estar el clítoris. Tengo que decir que mi exploración era un tanto difícil, sentía ese coño seco y sabía que sin lubricación mas que placer le podría provocar molestias a Karen.

Saque mi mano y se la lleve a su boca, ella me miro y yo igual. Tras un momento se percato de lo que quería. Abrió su boca y se metió en ella mis dedos, todos y cada uno , succionándolos de manera sensual, dejándolos humedecidos y chorreantes de tibia saliva. Luego de esto regrese a su entrepierna, esta vez utilice mi otra mano para levantar un poco sus pantalones y bragas y dejar camino libre para que mi mano se clavara en esa tierna raja depilada.

Mis dedos se hundieron con facilidad en su sexo. La saliva era el perfecto lubricante que necesitaba. Separe de nuevo sus labios y con mi dedo índice recorrí la línea de su coño hasta toparme con el pequeño apéndice apenas perceptible. Tantee insistentemente una vez que lo descubrí y lo recorrí con mi ensalivado dedo. Note al momento el cambio en su cuerpo, este se estremeció, me dejo por un momento de masturbar para disfrutar de lo que yo le hacía ahora. Empece un suave masaje a aquel punto, trate de ser delicado y no incomodarla con roces fuertes. Subía y bajaba, luego pequeños círculos. Habíamos vuelto los ojos a la película y nos dedicamos a esperar cada uno quieto con su mano hasta que en la pantalla se diera alguna situación de sexo. Era fácil pues cada tres por tres había sexo en la película. Cuando sucedía esto empezamos a darle mayor insistencia a nuestra masturbación.

Comencé ahora a sentir la lubricación de su vagina, sentía aquel cálido flujo humedecer mis manos. Nuestras respiraciones eran ahora fuertes. Yo tenía mi pene extremadamente sensibilizado, tanto así que tuve que poner freno a la masturbación que me hacía si no queríamos acabar ahí. Yo no dejaba de acariciarla y sentía como levantaba ligeramente sus caderas sobre el sofá queriendo sentir mi mano mas profundamente. Ya había hurgado un poco en su cueva, era estrecha y sumamente cálida. Deje una rato el clítoris y hundí mis dedos arrancándole un profundo suspiro. Empece a sacar y meter con decisión dos de mis dedos, al rato note que no lograba satisfacerla como lo hacía antes con su botón, así que regrese al ataque sobre su clítoris para tratar de hacerla venirse.

Probé diferentes maneras de frotarle el clítoris hasta que hacerte con la ideal. Su coño parecía una laguna, las bragas estaba empapadas y su cuerpo se estremecía. Instintivamente volvió a empezar a masturbarme rápidamente. No tuve tiempo de aguantar más y termine corriéndome en su mano. Yo sin darme por vencido seguí atacando su duro clítoris sin piedad hasta arrancarle, al fin, un profundo orgasmo que la hizo cerrar las piernas. En oleadas de placer sucumbió en aquel sofá emitiendo pequeños quejidos sumamente excitantes. Nos calmamos ambos y luego de unos segundos retire mi mano empapada en flujo de aquella hambrienta cueva.

Por fin voltee hacia mi prima, que con sus grandes ojos café había mirado toda la escena sumamente complacida.

Parte VII

  • Eso fue delicioso - Me dijo karen con una voz cortada y con el rostro acalorado - Nunca me habían hecho algo igual

  • Tu no te quedaste atrás - Le dije - Eres una experta.

Terminada la película me puse de pie y dirigiéndome a Luisa le dije

  • Me voy a dar una ducha

  • Anda primito, no te preocupes

Karen me siguió con la mirada y yo la evite.

Entre al baño principal de la casa, rápidamente me deshice de mi ropa y me metí en la ducha. Sentía el agua caliente golpeando sobre mi cabeza, me relajaba bastante. Había dejado la puerta abierta esperando a que Karen se animara a visitarme. No había calculado mal, al poco rato tenía a la amiga de mi hermana parada cerca a la puerta de la ducha recorriendo con su mirada mi cuerpo desnudo y húmedo.

  • Puedo entrar - Me pregunto dudosa

Yo no le respondí, saque medio cuerpo de la ducha y con mis manos comencé a desnudarla, como si se tratase de una niña a quien su mama le va a dar una ducha. Jale el top hacia arriba con fuerza haciendo saltar prácticamente a sus dos deliciosos pechos. Ella me ayudo con su pantalón y yo con decisión le baje las húmedas bragas tirándolas a un costado. La cogí de las mano y la metí a la ducha conmigo.

Su cuerpo era una delicia. Tenía unos pechos generosos, que debido a la estatura y complexión de ella le quedaban bastante grandes. Caían un poco, pero se veían hermosos, tenían unos pezones oscuros semierectos, altamente provocativos. Su trasero no era tan bello como el de mi prima, pero estaba bueno, eso sin duda. Comenzamos a lavarnos uno al otro, mas que lavarnos nos tocábamos queriendo descubrir nuestras formas. Yo no dejaba de amasarle sus suculentas tetas, pasarles el jabón y pellizcarle los pezones, ella me recorría con sus manos, por mis brazos, mi pecho, la cabeza. Mi pene allá abajo no daba signos de vida aún, a pesar de que la mano de Karen me lo aprisionaba y sobaba, lo tenía aún cansado luego de aquella paja de la cual había sido víctima.

Por fin busque sus labios y ella me correspondió con deseo. Nos abrazamos sintiendo como resbalan el agua entre nosotros, como nuestros cuerpos se encontraban y se amoldaban. En eso sentí una mano extraña en mi hombro, era Luisa. Al parecer mi prima no había querido quedarse fuera del juego, yo agradecí que se animara a participar. Estaba tan desnuda como el día que vino al mundo. Su cuerpo era para componer un poema. No era vulgar, mantenía cierta armonía, tenía los pechos justos para su tamaño, todo en su lugar y perfectamente ensamblando. Perdí la mirada en lo que se veía de su curioso coño, estaba cubierto por finos vellos del color de su cabellera, sus piernas y muslos eran imponentes.

Sin pensarlo y quererlo habíamos armado una trío. Karen había demostrado ser toda una puta como me lo había dicho Luisa. Por otro lado Luisa aún no parecía muy decidida, había llegado hasta aquí con el claro objetivo de unirse a nosotros, pero yo seguía viendo en sus ojos algo de duda, sabía que aún era virgen y que empezaba a descubrir de manera practica lo que era el sexo.

Me separé de Karen para dedicarle mimos a mi prima. Ella me abrazo, nos pegamos sintiendo nuestros cuerpos desnudos y no besamos apasionadamente. Mi prima en mis brazos se sentía tan frágil pero a la ves tan hembra, nunca me hubiera imaginado una escena así con ella.

Estabamos pues medio entreverados en el reducido espacio de la ducha, ya nadie se preocupaba de enjabonarse, solo nos dedicábamos a acariciarnos y besarnos. Para alegría mía mi compañero de allá abajo empezaba a despertar de su letargo y se unía a la fiesta. Cada vez que me dirigía a Karen esta se me pegaba fuertemente y me subía una pierna como deseando que la cogiera ahí mismo, yo me aguantaba y la hacía sufrir, solo tanteaba mas no intentaba aún penetrarla. Por otros lado Luisa solo me cogía de los hombros y me atraía hacia su boca, sus besos eran mas tiernos y mas profundos, empezaba a sentir amor por esa pequeña.

Cuando me di cuenta que ya nadie aguantaba mas en esa situación les propuse salir e ir a algún sitio mas cómodo. Una vez fuera de la ducha nos cubrimos con las toallas y procedimos a secarnos. Luego bajo propuesta de Luisa decidimos continuar en la habitación de sus padres. Era la habitación con la cama mas grande. Una vez ahí, Karen, desnuda y aún húmeda, se me abalanzó, la recibí en brazos y nos besamos como si quisiéramos devorarnos. Sus manos bajaron y se aferraron a mi miembro el cual jalaron atrayéndome hacia la cama. Karen se tiró de espaldas permitiendo poder contemplarla en todo su esplendor, sus pechos aplastados, su cuerpo ligeramente arqueado, abriendo las piernas para recibirme.

Me monte sobre ella llevado por el deseo. La cogí por las piernas y la acomode, lleve una mano hacia su coño pudiendo comprobar la disposición de este para ser penetrado. Lo sentí caliente y chorreante. Mire a Luisa quien se había sentado a un lado de la cama, igual de desnuda que nosotros, estaba tumbada de espaldas hacia el respaldar dela cama. Tenía las piernas ligeramente abiertas y note que una mano se perdía en su entrepierna, estaba estimulándose manualmente mientras sus ojos se deleitaban viendo como yo y Karen nos enredábamos buscando la consecución de nuestro placer.

Decidí no esperar más, tome a Karen, quien se encontraba notablemente excitada, por las nalgas. Se las apretuje y la atraje hacia mi, tome mi verga por la base y la coloque en la entrada de su lujurioso agujero. No hubo necesidad de hacer fuerza, mi miembro se hundió como absorbido por una cueva tibia y resbalosa. Empece a embestir y Karen a mover sus caderas. Nuestro ritmo se volvió violento. Yo iba y venía mientras mis manos sobaban sus insolente tetas. Veía los ojos de ella cerrarse con cada embestida mía, emitía pequeños quejidos que me volvían loco.

Aminore la marcha tratando de disfrutar del momento, sintiendo lentamente como mi pene se abría paso dentro de su coño. Luisa se me acerco, se puso a un lado mío y comenzó a besarme, notaba como su mano seguía moviéndose en su sexo. Me distraje por un momento interesándome ahora en mi prima, pero su amiga no deseaba ser desatendida, me atrajo con sus manos y termino haciendo que me tumbara sobre ella. Volví al ataque con mis movimientos, ya al borde de un segundo orgasmo esa noche. Luisa se separo y se tumbo, abierta de piernas, enseñándome como movía hábilmente sus dedos sobre su coqueto coñito. Notaba la humedad en sus dedos y en la comisura de sus labios vaginales, se frotaba el clítoris con el dedo medio de manera tan sensual que parecía estar escribiendo poesía sobre su sexo.

Yo intente alejar mi mente para tratar de no correrme aún, solo veía el coño de mi prima y sus dedos, era una imagen muy fuerte. Abajo mío karen parecía ahora poseída, sentía como un orgasmo la devoraba. Yo no aguante mas y logré sacar mi miembro cansado e inflamado justo a tiempo para estallar sobre su pecho, sexo y piernas en una lluvia de semen.

Me tire de espaldas mientras los gemidos de mi prima inundaban el ambiente, yo no tenía fuerzas para más, solo la veía de reojo a un lado mío moviendo con fuerza su mano, restregando salvajemente su sexo y arrancándose el placer a trocitos. Por fin dejo de moverse y se derrumbo a mi lado, mirándome a los ojos y sonriéndome con satisfacción, yo le devolví la sonrisa. No me pare de la cama, me quede ahí y dormí.

Caímos en un sueño profundo. En aquel reparador sueño que solo después de una buena sesión de sexo se puede dar. El domingo por la mañana estabamos los tres, uno al lado del otro, desnudos y pegajosos. Sentía como si lo de la pasada noche hubiera sido una especie de sueño. Pero no, ahí estaba yo, y ahí estaban Luisa y Karen. Nunca me hubiera imaginado terminar compartiendo cama con mi prima y su amiga en un festín carnal. Miré a Luisa quien parecía llevar buen rato despierta. Karen estaba tumbada espaldas a mi lado, ella seguía profundamente dormida. Me senté en la cama y empece a acariciar la espalda de karen, subí por su cuello y luego comencé a besárselo. Lentamente ella se despertó, volteo su rostro a mirarme y yo me acerque para darle un cálido beso en los labios.

  • Vaya noche la de ayer - Me dijo ella con un tono de cansancio.

  • ¿Si... te esperabas eso cuando decidiste venir a visitarnos?

  • No, bueno... deseaba que pasara algo y paso, y de que forma

  • Sonrío mientras se incorporaba en la cama.

  • Bueno, ha sido muy bueno, ganas de repetir no me faltan - Dije esto último mientras miraba hacia abajo para indicarle que mi miembro empezaba a erguirse para la batalla

  • Ay Rafo, tú no te cansas he?.

Yo lleve mis manos y comencé a acariciar sus hombros y luego baje a sus pechos, ya tenía ganar de follarme de nuevo a esa jovencita viciosa, pero ella al principio pareció dispuesta, pero termino alejándome cariñosamente.

  • No, no... no puedo, ya es tarde, debo regresar a mi casa, le dije a mis padres que estaría temprano hoy, no creas que no quiero volver a hacerlo contigo, pero creo que mejor lo dejamos para ora ocasión

La amiga de mi hermana salió de la habitación en busca de su ropa que tirada yacía en el baño de la casa. Yo miré de reojo y constate que ya era un tarde. Mis tíos no llegaban hasta la noche, pero era mejor dejar todo arreglado cuanto antes, no se les ocurriera venir mas temprano.

Luisa estaba sentada sobre la cama mirándome, yo en posición similar divagaba mientras recorría con mi mirada su joven y macizo cuerpo. Que bella era!, que joven y linda. Empece a acariciar mi miembro mientras la miraba, ella sonrío y se me acerco gateando sobre la cama. Yo le pase la mano sobre su cabeza dejando libre su rostro de algunos cabellos castaños que lo cubrían. Se me acerco y me dio un pequeño besito en la boca, bajo su mano hacia la mía y me ayudo a frotarme el miembro.

  • Siempre la traes dura, ¿acaso nunca se cansa ?

  • Primita, esta así por ti, aún te espera sabes..

  • Jajaja, ya quisieras...

  • Y tú no?

Ella callo y retiro su mano de mi.

  • Estoy sucia, la corrida que me di ayer fue brutal, verte ahí mientras te follabas a Karen... uff, me puso a mil.

  • Oye, por que siempre haces lo mismo - Le inquirí en tono alegre mientras tomaba su mano y la volvía a llevar hacia mi pene - Siempre empiezas y nunca terminas...

  • ¿ Quisieras que te la chupara ? - Me dijo ella llevando sus ojos hacia mi sexo

Los ojos se me iluminaron y mi miembro sufrió una repentina alegría

  • Pues te quedarás con las ganas - Continuo Luisa dando luego unas pequeñas carcajadas.

Se incorporo y salió de la cama rápidamente evitando que la atrapara.

  • Pronto!, pronto Luisa!, hemos llegado a un punto sin retorno - Dije gritando fuerte para que me escuchara donde quiera que hubiera ido.

Continuara...

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