Situaciones inesperadas de un escritor amateur 2

La 3era 4ta parte de este relato. Rafo tiene por fin un encuentro mas cercano con su prima cuando este le ayuda a escribir su relato. Continua con lo sucedido al día siguiente.

Situaciones inesperadas de un escritor amateur

Parte III

Abandone mi relato inconcluso sintiéndome cansado y turbado por lo sucedido hasta ahora con Luisa. Me dirigí a la cocina, me prepare un emparedado mas y luego ordene todo para cuando llegaran mis tíos. Ellos habían salido a una reunión, iban a llegar tarde así que no pensaba esperarlos. No encontraba a Luisa por ningún lado, debía estar en su habitación en el segundo piso. Me quede en la salita de la TV viendo una película vieja hasta que escuche la voz de mi prima llamar.

  • Raaafo, ven.

Su voz me sorprendió y luego emociono, yo no sabía ya lo que iba a suceder. Llegue hasta la puerta de su habitación donde estaba ella. Vestía una camiseta blanca que solía usar como pijama, esta le llegaba hasta un media altura de los muslos. Tengo que admitir que mi prima tenía unas piernas de vicio.

  • Pasa y mira, te estoy imitando, yo también tengo vena de escritora - se sonrío mientras lo decía

Vi que su computadora estaba encendida y que tenía el procesador de texto ejecutando. Luisa me invito a sentarme y revisar lo que había estado escribiendo. Yo a estas alturas estaba un poco nervioso y no sabía bien en que me estaba metiendo. Me acomode en el asiento que tenía frente al pequeño escritorio del computador abarrotado de discos, revistas y otras chucherías.

Leí en voz alta la última parte del texto:

"…Isabel había dejado entreabierta su puerta y haciendo esfuerzos por no dormirse esperaba a que sucediera lo que ella había planificado. Su primo Walter, un chico delgado, alto y de pelo rizado estaba ya de pie en su puerta. Entro sigilosamente y se sentó en la cama de ella observándola. Isabel sabía que estaba ahí, lo sentía sobre su cama, podía oír su incesante respiración. Con mucho cuidado el tomo las sabanas que la cubrían y las retiro lentamente descubriendo poco a poco el sugerente cuerpo de su prima de 15 años.

La poca luz que se colaba por la puerta era suficiente para distinguir sin problema cualquier forma. Isabel llevaba una camiseta de pijama de verano, era delgada y holgada, abajo solo tenía unas bragas blancas de aspecto infantil. Walter no pudo contener la erección que le produjo ver a su prima y..."

Ahí acababa por el momento la historia.

  • Que te parece primito - me dijo ella esperando una respuesta favorable

  • Pues no es mucho, pero esta muy bien escrito para ser el primero

  • Ay gracias... y oye, que te parece la historia

  • No sé, me parece algo familiar... a ti no?

La sonrisa picara apareció en Luisa y esta se me acerco por la derecha y sin que yo lo esperara se sentó sobre mi, en el mismo asiento donde estaba. Pude sentir su cuerpo acomodándose sobre el mío, su respingón trasero asiendo presión sobre el bulto de mi pantalón.

  • Ayúdame a terminarlo - me dijo en un tono suave volteando su rostro hacia el mío y casi rozando la oreja

Yo pase mis brazos a cada lado de ella como abrasándola y puse mis manos sobre el teclado. Empece a escribir continuando el relato.

"Walter no pudo contener la erección que le produjo ver a su prima y... dejándola totalmente descubierta sobre la cama se tomo un tiempo para contemplarla. Isabel fingía que dormía, tenía miedo de abrir los ojos y encontrarse con la mirada de su primo. Ella sabía que el actuaba con su consentimiento y que era mas que seguro que se daba cuenta que no dormía, pero aún así no deseaba hacer nada, quería quedarse ahí y dejar que su primo actuara.

Luego de un momento esperando una respuesta de su prima, Walter llevo sus manos con cuidado a la cabeza de ella acariciándola con ternura, luego de eso bajo sus manos y muy delicadamente toco el cuerpo de su prima por encima de la camiseta. Isabel estaba excitada y no podía aguantar mas sin lanzarse a los brazos de su primo para ser tomada como ella quería. Se contuvo y siguió dejándolo hacer a él. Walter tomo la camiseta por debajo y la jalo hacia arriba desnudando la parte superior del cuerpo de ella. La visión de aquellos maduros y bien formados pechos era sublime. El los acaricio y luego con ternura los beso"

  • Me estoy poniendo caliente Rafo - dijo Luisa sin ocultar un tono sugerente en su voz

Yo me encontraba como un volcán, sentía que mi pene no podía estar un minuto mas apretado en mis calzoncillos y en mi pantalón. La presión del trasero de mi prima era una sensación agobiante y a la vez excitante. Sabía muy bien que ella debía estar sintiendo mi dureza en medio de su redondo culete. Acerque mi boca hacia la oreja de ella y le dije en un tono suave casi murmurando.

  • Hasta donde quieres que llegue Walter con su prima ?

  • Ella quiere que el la tome en sus brazos, que la termine de desnudar, que la bese y que finalmente le haga el amor.

Mis manos se movieron automáticamente sobre el teclado:

"Walter hizo ha un lado las sabanas y acomodándose mejor se coloco a un lado de su prima sobre la cama. Se desabotono el pantalón y lo tiro hacia abajo. Un prominente miembro tenso se erguía en las sombras de su parte inferior. Él cogió con ambas manos las bragas de su prima, las jalo del elástico y con suavidad descubrió una hermosa y tierna entrepierna poblada de un sedoso vello castaño oscuro.

Isabel se encontraba intensamente deseosa y movida por las fuerzas del placer abrió sus piernas ofreciéndose a su primo. Walter la tomo por el trasero y se acomodo sobre ella rozándole los muslos con sus piernas. Acerco su boca a la de Isabel y la beso delicadamente esperando una respuesta, volvió a besarla pero esta vez mas atrevidamente. Ella no pudo contener mas su pasividad y recibió los labios de su primo enredándose con el en un apasionado beso".

  • Isabel es virgen ? - pregunte acariciando la oreja de Luisa con mis labios

  • Siiii - dijo ella en un suspiro - Luisa estaba notoriamente excitada.

"Isabel enlazo con sus piernas a Walter y se entrego totalmente a su prohibido amante. Noto el duro miembro de su primo rozar sus muslos y luego tenerlo tensado contra su pubis. Sus manos jalaron la camiseta de él dejándolo completamente desnudo. Ella acaricio su espalda, el contorno de sus hombros y sus fuertes brazos. Se volvieron a besar con lujuria y deseo, encontrándose ambas lenguas en un duelo encarnizado. El momento se hacía muy largo penso Isabel, sentía su sexo totalmente húmedo y palpitante. Walter adivino lo deseoso de su prima en sus ojos ahora abiertos y suplicantes y empezó el laborioso trabajo de desflorarla.

Empujo y empujo haciendo notar su presencia allí abajo, sintió la humedad y calidez de aquella cueva hambrienta y sintió también la barrera de la virginidad. Los movimientos de vaivén ya habían comenzado y poco a poco Walter tomaba aliento para asestar el golpe final. Y así sucedió. Con decisión él avanzo sin piedad e Isabel recibió con ardor aquel pedazo de carne caliente. El dolor e incomodidad pasaron tan rápido que ella ya no los recordó, solo sentía la cálida sangre manchar sus muslos y el duro pene de su primo moviéndose dentro de ella. Los embestidas eran decididas y profundas.

Isabel pudo sentir como su cuerpo alcanzaba el punto mas alto de placer y sucumbía en un ahogado gemido que Walter acallo besándola amorosamente. Su primo había aguantado milagrosamente hasta limites insospechados para su propia persona, pero al fin le llego el momento y termino en un rugido gutural. Rápidamente desenvaino su espada de la suave funda que era la vulva de su prima y derramo su semen fuera para evitarse complicaciones futuras..."

Aleje mis manos del teclado y en el estado afiebrado en que estaba solo atine a abrazar a mi prima sintiendo la calidez de su cuerpo. Ella me busco con la boca y nos dimos un torpe beso. Yo no pensaba mucho y deseaba actuar mas, aunque el miedo a hacer lo que mi cuerpo me pedía era grande. Luisa pareció darse cuenta también de lo que podría pasar y se alejo de mi. Se puso de pie y camino dudosa hacia la puerta, yo fui detrás de ella y la volví a rodear con mi brazo por la cintura, la atraje hacia mi y busque su boca, esta vez el beso fue intenso.

  • Debemos calmarnos Rafo - me dijo ella alejando su boca de la mía

  • Es que acaso no quieres...

  • No es eso, es que es algo extraño... sabes, yo estaba jugando contigo pero ahora creo que las cosas se salieron de control.

Trate de aclarar mis ideas y pensar en lo mejor. Imposible, mi razón no funcionaba. Solo deseaba a mi prima con una intensidad jamas antes conocida en mi. En tanto Luisa se había alejado y ahora estaba sentada en su cama. Yo me acerque y me senté a su lado mirándola suplicante. Si por mi fuera la hubiera arrojado sobre la cama y la habría tomado por la fuerza, pero aún la cordura no me había abandonado totalmente y decidí quedarme quieto y callado esperando su decisión.

De repente sin decir nada ambos ella llevo una de sus manos hacia mi entrepierna y apretó su mano sintiendo mi dureza.

  • Lo sentía durísimo en mi trasero todo el rato que estuvimos sentados en la silla.

Luego de decir esto me bajo la cremallera y torpemente intento sacar mi pene de su cárcel. Yo tuve que ayudarla y al rato tenía mi miembro expuesto apuntando hacia el cielo. Los ojos de Luisa lo exploraron detenidamente, luego con la mano derecha lo rozo, lo acaricio y por ultimo lo tomo por la base y empezó a masajearlo. Era bastante inexperta, eso se notaba, y a pesar de que yo estaba complacidísimo de su iniciativa le pedí que se acercará y le di instrucciones de como tocarme.

  • Suave y lento primita, me tienes bastante excitado, si lo haces muy rápido vas a terminar conmigo

Ella sonrío sin dejar de frotar mi pene ahora con mas habilidad. Yo me acerque y la volví a besar. Sus labios eran miel pura, dulces y cálidos. No podías quedarme quieto y mis manos buscaron su cuerpo. Primero acaricie su cuello y luego baje con mi boca para besarlo. Luego mis manos palparon sus blandos pero firmes pechos sobre su camiseta.

Me sentía en el cielo. Yo había tenido varias experiencias sexuales con otras chicas, pero esta era especial. Yo mimos me sentía un poco torpe, dudaba y Luisa se daba cuenta. Ella si no parecía tener mucha experiencia, esto hacía mucho mas excitante aquel encuentro.

Las cosas no siempre suceden tal como en los relatos que escribo amigos míos. Lo inesperado sucedió. El claro sonido de la puerta de la cochera al ser abierta llego a mis oídos y a los de mi prima.

  • Carajo! - dijo ella incorporándose - mis papás llegaron

Yo me quede sentado aún un poco aturdido y con mi verga al aire.

  • Guárdate eso y sal de aquí, si mis padres nos encuentran nos matan, bueno, a ti te ira peor, yo puedo escudarme en que soy una menor seducida por un malicioso joven de veinte años - sonrío mientras decía eso y jalo de mis manos tratando de que abandonase su habitación.

Ya solo en mi habitación, con un asunto pendiente entre mis piernas, no pude hacer otra cosa que maldecir mi suerte y pensar que algo como esto nunca le hubiera sucedido a Willian, el protagonista de mi relato.

Parte IV

Esa noche luego del encuentro con Luisa conocí lo que era el insomnio. Les juro que no pude pegar el ojo hasta casi las tres y media de la mañana. Mi cabeza hervía literalmente y no podía sacarme a mi prima de mis pensamientos.

Al día siguiente, sábado, mis tíos iba a visitar a otro de mis tíos en su casa de campo. Se iban a quedar un par de días. Yo me había excusado de ir diciendo que tenía que terminar unos trabajos de la universidad. Por otro lado yo sabía que Luisa si iba a ir, así que al despertar de ese día pensaba pasarme el fin de semana solo.

Eran como las 10 de la mañana cuando desperté y salí de mi habitación rumbo a la cocina. Mis tíos debían haber partido temprano ese día, me habían dejado una nota que decía cuando regresaban y que cosas me habían dejado para comer esos dos días. Me prepare un desayuno frugal y me dirigí tal como estaba, en pantalones cortos y sin nada encima, a mi habitación con la intención de acabar de una vez por todas con es maldito relato al que ya empezaba a tomarle antipatía.

"Willian por fin había dejado atrás a su esposa y al conde, nada le había impedido escapar con su joven amada como el lo había deseado. Era tiempo de buscar un nuevo lugar lejos de las miradas inquisidoras del conservadurismo puritano. Él y su joven amante podrían al fin vivir su amor sin reproches de nadie. Jazmín ahora dormía plácidamente recostada sobre su hombro. El suave y cadencioso sonido del tren en el que iban lo adormilaba también a él.

FIN"

  • Mierda, al fin termine con esto, el final no ha quedado muy bien hilado que digamos pero se entiende y creo que no había ya nada mas que agregar - dije esto para hacia mis adentros

De repente un escalofrío me recorrió el cuerpo, la sensación de una mano sobre mi hombro me hizo saltar de mi asiento del susto. Era Luisa.

  • Te mato niña, es que no puedes pasártela así a asustando a la gente!

Mi tono fuerte y serio debieron asustarla un poco. Trate de calmarme y regrese a mi asiento sin dirigirle la vista. Al rato mi prima se había acomodado sobre el escritorio de cara a mi y escudriñando el monitor de la computadora. Por un momento olvide mi enojo y pose mi vista descuidadamente sobre el joven cuerpo de Luisa. Llevaba una faldita corta bastante airada, que debido a la posición en que estaba me dejaba apreciar perfectamente sus torneadas y perfectas piernas.

  • Mmmm, veo que ya acabaste, ahora lo vas a publicar ? - me dijo en su tono curioso

  • Pues si, lo envío y espero a que lo revisen y terminen publicando.

Mi voz era ahora calmada. Comencé a recordar lo del día anterior.

  • Tú como estas primita... luego de lo de ayer?

  • No pude dormir

  • Igual yo

Luisa seguía mirando la pantalla leyendo lo que le restaba de mi relato. Yo por mi parte no podía quitarle los ojos de encima a sus piernas y a sus provocativos muslos que semidesnudos se exhibían a centímetros míos. Con atrevimiento y sin prudencia puse mis manos sobre las piernas de mi prima y con suavidad las separe. Espere resistencia de parte de ella pero al notar que al contrario, ella cooperaba, puse mas decisión en mi forma de actuar.

Una vez abiertas sus piernas pude ver en medio sus blancas bragas de algodón. Subí mis manos acariciando la tersa piel de aquellos monumentos de muslos y deje al descubierto su entrepierna cubierta por su coqueta ropa interior. Ella seguía mirando la pantalla como si nada hubiera pasado y me invitaba inconscientemente a proseguir mis tocamientos. Entonces movido por mi excitación lleve mi mano y la pose sobre la parte central de sus bragas, sintiendo lo cálido de su sexo debajo.

  • Quita oye - me dijo apartando mi mano de ahí pero sin ser muy decidida.

Yo volví a atacar y toque sus bragas. Ella cerro las piernas y dejo atrapada mi mano que inmovilizada quedo por sus poderosos muslos.

  • Vamos Luisa, que pasa... ?

  • Como que que pasa... jejeje, crees que yo soy una calentona que anda todo el día con ganas de que le metan la mano primito, tú si que eres un atrevido.

Luisa aflojo las piernas y yo pude recuperar mi mano. Hasta ahora ella no se mostraba cortante ni molesta. Por el contrario me había dejado hacer sin problema alguno. Claro que la situación a diferencia de ayer había cambiado.

  • No me gusta como acabas la historia, parece muy súbito el final, había lugar para un par de encuentros más no crees ?

  • No creo, hubiera sido aburrido alargar el relato. Lo importante ya había sucedido, ahora no quedaba mas que cerrar el telón.

Ella se incorporo, se acomodo su falda y camino hacia afuera de la habitación. Yo la intercepte con mi mano y le dije:

  • Oye Luisa, no te vayas... por que no terminas lo que dejaste inconcluso ayer ?

Ella me miro desde su posición un tanto extrañada.

  • Acaso no acabaste tu solo después ?

Yo reí pero ella no lo hizo.

  • Si, pero no es lo mismo... vamos, no seas mala, no te pido nada que no quieras o que no hayas hecho antes.

Dije esto ultimo mientras me tocaba sobre mis pantaloncillos el paquete en plena forma. Ella se libro de mi mano y salió de mi habitación sin decirme nada. Yo me incorpore y fui detrás de ella. La seguí hasta su habitación, ella me cerro la puerta detrás pero sin ponerle cerrojo, yo la abrí y continúe mi persecución insistente. Luisa siguió sin mirarme y se tendió boca abajo sobre su cama y se puso a revisar una revista. Yo dándome cuenta de que a pesar de su negación no ponía resistencia mayor me tendí a un lado suyo y me quede contemplando otras ves sus piernas y el comienzo de su insolente trasero.

Con mis manos inicie un sensual masaje sobre sus piernas, empezando por sus pantorrillas, subiendo poco a poco, deleitándome con su piel y abarcando todo lo que podía, subí hasta llegar a su trasero, subí la falda y lo deje expuesto, solo tapado por sus pequeñas bragas. Le dedique un homenaje digno de su belleza. Lo amase, lo frote, lo acaricie e incluso llegue a peñiscarlo. La respiración de mi prima se hizo mas fuerte y escuche un suave suspiro de placer. La tenía en mis manos literalmente.

  • Ayyy Rafo... eres... eres un maldito, por que me haces esto
  • dijo en medio de suspiros

  • Eres bella primita, yo la verdad nunca antes te había visto con los ojos con los que ahora lo hago.

Ella se dio media vuelta y se acomodo un poco sentándose sobre la cama.

  • A ver primito, sácalo para que acabe lo de ayer

Yo presto me baje el pantaloncillo y extraje mi dura y gruesa verga. Luisa como poco desinteresada comenzó a masajearme lenta y decididamente el pene.

  • Así Luisita, lo haces bien

  • Te gusta primito, eres un cochinote sabes... - lo dijo riéndose.

Lleve mis manos a hacia sus pechos y comencé a sobárselos mientras ella seguía dedicada a hacerme una lenta paja. Lleve una de mis manos por debajo de su camiseta para poder sentir el contacto de su suave piel, mas me tope con su sujetador. Trate de quitarle la camiseta al tiempo que ella le daba mayor velocidad a los movimientos sobre mi pene.

  • Despacio Luisa, despacio - le suplique

Mi prima no me hizo caso y al contrario imprimió mayor fuerza y velocidad en el movimiento de su mano. Yo sentía que estaba a punto de correrme pero no pude hacer nada más y al fin sucedió lo que tenía que suceder. Un gemido de placer escapo de mi boca al momento que eyaculaba sobre la mano de mi prima. Manche también su cama y mis pantaloncillo.

  • Vaya primito, que rápido acabaste

  • Que mala eres - me queje - lo has hecho a propósito, te dije que despacio.

  • No te quejes y estate agradecido

Mi prima se puso de pie y procedió a tratar de limpiar su mano y la colcha de la cama. Yo complacido y a la vez decepcionado también me puse de pie acomodándome el pene dentro de mis pantaloncillos.

  • Me voy a dar una ducha primita, no quieres acompañarme ?

No, yo ya me duche temprano - fue su cortante respuesta

Continua en el sgt capitulo.

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