Sistema binario

... Encontré que estaba sentado con el torso desnudo sobre el Contramaestre Lucas Carrillo Esparza y le había abierto la camisa para poder ajustar con sus manotas los dos oscuros pezones que sobresalían de su bien formado pecho y de la abundante pilosidad negra y ensortijada

Año terrestre 2,067 (15 de enero fecha terrestre – 20:34 horas)

El daño había sido catastrófico, la enorme nave había perdido la capacidad de escapar a la enorme fuerza del campo gravitatorio de un sistema binario eclipsante. Habíamos viajado por 7 meses y 12 días terrestres probando una nueva tecnología que nos permitía extraer una serie de raros elementos cósmicos del aro de acreción del intercambio de masa entre ambas estrellas. Nuestra nave era en realidad una enorme estación minera de última tecnología, que había sido remolcada para ser colocada en órbita del sistema y nuestras computadoras y reactores trabajaban a toda potencia, estabilizándola ante la constante influencia de sus fuerzas de atracción de dos estrellas que giran juntas. Un enorme asteroide, que no se detectó a tiempo, atravesó nuestro campo deflector y no solo dañó uno de los propulsores sino también el sistema que nos protegía de las enormes temperaturas y la radiación.

Éramos 39 tripulantes de los cuales solo 4 sobrevivimos luego del impacto, ante la posibilidad de perder toda la estación, sellamos varios de los compartimientos del área de carga y metalurgia y los expulsamos del complejo, desde el puente y por medio de las cámaras de vigilancia pudimos ver cómo, sin la protección de la campana deflectora y ante el daño provocado por el impacto, esa sección de la nave prácticamente se calcino desintegrándose.

Un llamado de emergencia había sido emitido 30 minutos terrestres después del incidente y solo recibimos respuesta luego de 29 horas, la nave más cercana no tenía la capacidad de llegar hasta nosotros antes de ser atraídos a la zona donde la nave iba a ser incinerada por el enorme calor. El capitán, un tipo de familia polaca apellidado Dudek, nos dio la noticia a los que quedábamos bajo su mando, teníamos poco más de 3 días y debíamos prepararnos para el desenlace, nos pidió calma y nos dio órdenes de respetar ciertos protocolos de la nave para no generar problemas que aumentasen la tensión y el desesperación propia del momento que nos tocaba vivir pero nos dio carta abierta para hacer lo que quisiéramos, provisiones teníamos de sobra y nos abrió el acceso a cualquier instalación que antes estuvo restringida.

81 horas antes de llegar al punto de desintegración.

Luego encargarnos de 8 de los cuerpos de nuestros compañeros que quedaron en esta parte del complejo, de pasar una revista a lo sucedido y hacer un diagnóstico general de la situación por fin nos pudimos ir a descansar. Aun incompleta, la estación era enorme y planificamos reunirnos solo a horas muy puntuales por lo que no me cruce más con los otros tres tripulantes, me la pase sin hacer nada, comí poco y estuve pensando en mi familia y en las cosas que no había podido hacer nunca, entré a la empresa pensando conocer mundos nuevos y a mucha gente, tenía solo 42 años y era un tipo buen mozo, no había tenido contacto íntimo con nadie desde que estuve en la colonia más cercana y ahora iba a morir sin poder sentir ese tipo de cosas otra vez y sin volver a ver el lugar en el que nací. Se supone que con los avances de la tecnología los viajes a distancias tan lejanas ya eran seguros, pero este tipo de operaciones siempre significaban un enorme riesgo. Lloré un poco a solas pero en general me sentía tranquilo, no estaba muy seguro o creo que al menos todavía no asimilaba el hecho de que todo terminaría.

61 horas antes de llegar al punto de desintegración.

El Capitán Adam Dudek encontró muerto al Oficial Lothar Simeone en su cabina, el tipo había escrito un largo testamento con un mensaje de despedida para su familia y se había suicidado tomando un potente medicamento de la sala médica, el contramaestre Lucas Carrillo Esparza y yo ayudamos a envolverlo en una bolsa de la morgue y a expulsar su cuerpo de la nave por uno de los ductos de evacuación, el capitán no quiso hacer mayor ceremonia porque vimos que el Contramaestre estaba muy afectado, para ese momento además la nave permanecía en una trayectoria estable pero sufría fuertes remezones cada vez a intervalos más cortos.

53 horas antes de llegar al punto de desintegración.

Luego de el penoso incidente del oficial, me fui a dormir a las cabina de uno de los jefes, como obrero metalúrgico me tocaba vivir en un pequeño camarote pero ahora habían muchos dormitorios libres, salí a comer algo un par de veces, no tenía mucho hambre, como no había mucho que hacer estuve andando por la estación pero volví al camarote, me bañe y caí rendido.

Desperté por lo menos luego de unas 4 horas, justo con un violento remezón que hizo sonar toda la estructura de la estación. Me vestí y salí a ver si los otros dos tripulantes estaban cerca. En uno de los comedores encontré al Contramaestre Lucas Carrillo Esparza completamente ebrio y lo levanté para llevarlo a un camarote próximo, él era un tipo latino de unos 48 años, 1. 85, moreno, un poco calvo pero de barba espesa y macizo que se la pasaba siempre en el gimnasio de la nave, para mí que mido 1.70 mt resultaba muy difícil cargarlo así que lo lleve arrastrando, jalándolo por debajo de los brazos a través la cubierta, que se encontraba muy caliente y en penumbras, cuando me di cuenta que el capitán nos había visto y se acercó a ayudarme.

No me diga qué…?

. No, no, no Capitán… Solo está muy ebrio.

Tripulante… Cuál es su nombre completo?

. Señor soy Franco Rengifo… Señor!

Franco, vamos a llevarlo a una cabina de la cubierta 2, ahí todavía funcionan el climatizador y la energía al cien por ciento.

. Señor si Señor!

Solo cuando salimos del elevador pude ver con claridad que el Capitán llevaba solo un bóxer muy ceñido y una camiseta sin mangas pero tenía puesto su gorro de capitán y las botas del uniforme sin ajustar y sin calcetines, era un tipo enorme, de casi 2 metros y unos 57 años pero era la primera vez que lo veía así y pude notar que tenía un cuerpo realmente poderoso y cubierto de vello tan rojo como su cabello y la barba que ya estaba empezando a crecer en su rostro. Era tan grande que sin mucho esfuerzo pudo levantar al contramaestre para subirlo a la cama.

Esta cabina estaba en la zona de los oficiales así que además de amplia tenía una hermosa vista al exterior, la mampara de metal translucido y polarizado dejaba ver el poderoso sistema cósmico que pronto nos destruiría, me quedé extasiado viendo el espectáculo pero realmente me sorprendí, cuando al voltear a ver al Capitán, encontré que estaba sentado con el torso desnudo sobre el Contramaestre Lucas Carrillo Esparza y le había abierto la camisa para poder ajustar con sus manotas los dos oscuros pezones que sobresalían de su bien formado pecho y de la abundante pilosidad negra y ensortijada…

. Señor qué hace?

Le pregunte sorprendido…

Qué pasa Franco… No se ha dado cuenta de que ya no estamos en una situación normal?

. Si claro pero usted no puede hacer esto Señor!

Mire Franco en unas horas vamos a morir, el Contramaestre está inconsciente y la verdad no creo que esto ahora le importe. No voy a esperar lamentándome y si se      ha dado esta oportunidad no me voy a hacer problema y la pasaré lo mejor posible… Usted no tiene porqué juzgarme así que si quiere participar es bienvenido y si no,    pues le recomiendo que salga y me deje tranquilo.

No supe que decir, el Capitán Adam Dudek siguió con lo suyo y pude notar que en su bóxer se había formado un bulto enorme, pensé muchas cosas y decidí que debía irme del lugar… Mientras caminaba desconcertado por la cubierta vino otro remezón, también se apagó la luz pero volvió de inmediato y por primera vez desde el accidente también sonó la alarma de evacuación. Con eso pensé que en lo que me dijo el Capitán, estaba a punto de morir y era mejor estar acompañado, alguna vez siendo joven había experimentado con un compañero de la escuela y recuerdo que fue divertido pero no lo repetí nunca, ahora no había tocado a nadie en mucho tiempo y a lo mejor podía pasármelo bien a pesar de la agonía en la que nos encontrábamos.

Volví por el corredor de la cubierta 2 y cuando entre a la cabina encontré a Contramaestre Lucas Carrillo Esparza completamente desnudo, boca abajo y con las piernas bien separadas sobre la cama mientras el Capitán estaba agachado detrás tocando sus nalgas con ambas manos mientras le lamia el peludo ano con una intensidad que no había podido imaginar, cuando se abrió la puerta corrediza solo se detuvo un momento para voltear a verme  y decir…

Tripulante…Tiene permiso para hacer o pedirme lo que quiera.

No sabía que hacer pero el culazo del Capitán Adam Dudek estaba apuntando hacia arriba y la estirada tela del bóxer dejaba ver la sombra de la raya de su casi cuadrado trasero con sus huevazos apretados por la tela y eso empezó a excitarme, el tipo tenía un cuerpo increíblemente fuerte, una espalda robusta y anchísima, la cintura estrecha además de muslos y pantorrillas notablemente gruesos, me acerque por detrás y primero lo toque tímidamente pero luego hundí mis dedos en su culo sin bajarle el bóxer, el Capitán gimió de placer y volteó al Contramaestre Lucas Carrillo Esparza para chuparle la verga mientras yo me calentaba buscando y explorando entre sus piernas y sobre su ropa interior. A pesar de estar tan alcoholizado, la lamida de culo y la mamada de pinga habían provocado en el Contramaestre una notable erección y el Capitán me jalo hacia adelante para poder mamarnos la verga simultáneamente.

Los que estábamos en la habitación éramos tipos bien parecidos y como cualquier navegante espacial estábamos en muy buena forma, el Contramaestre Lucas Carrillo Esparza tenía un hermoso cuerpo velludo,  musculado por el gimnasio y era el más aventajado de los tres, con 21 cm de una pinga dura y huevos bien robustos, el Capitán Adam Dudek era el mayor pero mantenía un físico envidiable y su verga de 19 cm, era realmente gruesa y se veía tan tiesa que sus venas estaban a punto de reventar. Me olió y lamio las bolas, el culo y las axilas pidiéndome luego que le lubrique el ano con la boca para poder comerse la verga del Contramaestre. Nunca había hecho eso y fue realmente intensa la reacción del Capitán y la arrechura que me causó el sentir el olor de su ano y su cuerpo retorcerse con mis caricias, le lamí el culo con furia mientras le jalaba los testículos. Estoy seguro de que tenía el culo virgen y no estaba listo pero decidió sentarse sobre el Contramaestre, se puso en cuclillas, tomando la verga del dormido oficial, y se la clavó en el culo, gritó y gimió pero no paró hasta tenerla toda adentro y de ahí volvió a jalar mi verga para poder mamarla mientras cabalgaba sobre el contramaestre, le saqué la pinga de la boca y me puse a su costado para tomar su masturbarlo y ver desde atrás como el falo del Contramaestre entraba y salía de su agujero, el Capitán, sin temor de ser escuchado, gritaba y rugía de placer mientras yo aprovechaba para acariciarlos a los dos. De rato en rato el Contramaestre se movía o se sobresaltaba por la estimulación que el ano del capitán le daba, al bajar y subir, aprisionando su gruesa verga, fuertes contracciones en su estómago y un gemido sordo  nos hicieron saber que había eyaculado y el Capitán me dijo:

Quiero sentir la leche de los dos adentro Tripulante Rengifo!

. Señor si señor!

Culéeme con fuerza y no pare hasta venirse…

Obedecí al Capitán, que se había puesto en cuatro delante mío y lo clave lo más fuerte que pude,  me quité el mameluco y los calzoncillos que traía puestos y lo ensarte tomándolo por hombros, empujé se cabeza contra la cama y lo ataqué con un ritmo constante, él gritaba y  yo me sacudía, no había tenido sexo en meses y la intensidad del momento me hicieron eyacular una carga de semen increíble. El Capitán se siguió pajeando con mi verga de 17 cm adentro hasta que también se vino, convulsionando mientras yo le ajustaba muy fuerte ambas tetillas y le lamía las orejas desde atrás.  Cuando liberé su ano, pujó botando un tremendo chorro de mi leche mezclada con la del Contramaestre  luego solo me abrazó y me besó, estaba extasiado con mi cuerpo carnoso, redondeado y completamente lampiño, no paraba de lamerme y de revisar mi piel y mis nalgas con sus manos, nos quedamos así mucho rato, estábamos agotados pero seguíamos excitados y me di cuenta de que durante todo ese tiempo me había olvidado de la real situación que estábamos viviendo.

Llevamos al Contramaestre al baño, nos metimos los tres al pulverizador de agua y nos aseamos muy bien, mientras yo sostenía al oficial el Capitán lo baño, seguía muy borracho y reaccionó poco. Me impresionaba lo peludos que eran mis compañeros, el Contramaestre Lucas Carrillo Esparza era un tipo muy masculino con un cuerpo firme y fibroso cubierto de mucho pelo concentrado en el pecho, estomago, piernas y antebrazos, tenía una barba hermosa y se notaba que era un tipo preocupado por su físico, el Capitán Adam Dudek por otra parte era enorme y grueso y su cuerpo estaba casi completamente cubierto de mucho pelo rojo que se extendía incluso por su cuello, hombros y espalda.

Al salir nos secamos bien, dejamos al Contramaestre  desnudo sobre la cama limpia y nos fuimos a revisar algunas cosas, al comedor a traer provisiones y pasamos por la sala clínica para recoger varias medicinas y cosas que ibamos necesitar. Fuera de la cabina la situación se había puesto más caótica, las alarmas seguían sonando y los sacudones habían hecho que la estructura de la dañada nave iniciase su colapso, funcionaban todavía los sistemas vitales de las cubiertas 2 y 3, la estación de filtración y las zonas de los comedores pero ya los elevadores, los hangares y la cubierta 1 no tenían energía ni calefacción. Como el centro de comando electromecánico se perdió durante el accidente los robots de apoyo y mantenimiento de toda la nave dejaron de funcionar y ahora se encontraban por todo sitio, inmóviles como estatuas. Ambos estábamos desnudos caminando por la enorme nave, solo con los zapatos puestos y los hombros cargados de cosas, pero nos dimos tiempo de parar a manosearnos y besarnos varias veces, al llegar a la cabina el Capitán le dio unas esferas de agua al Contramaestre con una cápsula contrarrestar los efectos del alcohol, varias capsulas de alimento concentrado y algo para dormirlo unas horas más, lo mismo hicimos nosotros para poder descansar un poco, el Capitán Adam Dudek y yo abrazamos al Contramaestre Lucas Carrillo Esparza, y nos quedamos los tres dormidos sobre la cama.

41 horas antes de llegar al punto de desintegración.

Un fuerte movimiento nos despertó de pronto y también el agudo sonido de las alarmas, el Contramaestre Lucas Carrillo Esparza, saltó de la cama y corrió hacia la puerta pero se detuvo al darse cuenta de que estaba desnudo, sin embargo quedó aún más sorprendido al vernos igual y darse cuenta de que estábamos en la misma cama.

Qué está pasando aquí?

Cálmese Contramaestre, cálmese y se lo vamos a explicar.

Le dijo el Capitán y entre los dos le contamos lo sucedido, mientras él nos miraba atónito y sin saber que decir, le aseguramos que había pasado solamente eso y que como que éramos los únicos que quedábamos no quisimos dejarlo solo, que entendíamos si estaba molesto pero que el final estaba cerca y que sería mejor estar juntos. El Contramaestre Lucas Carrillo Esparza entro en un fuerte estado desesperación y se echó a llorar, nos dijo que se dio cuenta de que no podía afrontar la situación y que junto con el Oficial Lothar Simeone, habían tomado la decisión de quitarse la vida pero que no tuvo el valor de ingerir las pastillas, que habían sido muy amigos y que no nos dijo nada antes para que no pensáramos que era un cobarde y que por el sentimiento de culpa, empezó a beber hasta que quedó inconsciente y no sabe que paso después.

Nos dijo también que no le importaba nada pero que le hiciéramos el favor de dormirlo, que no quería sentir, que no podía quitarse la vida y que a cambio podíamos hacer con su cuerpo lo que quisiéramos pero que lo durmiéramos y nos quedáramos a su lado hasta el final. Nos sentamos los tres y lo abrazamos tratando de calmarlo y consolarlo, estábamos desnudos pero eso de verdad no importaba, fue un momento muy tierno, nos contamos muchas cosas y compartimos sentimientos muy personales, los dos lo besamos en la boca, lo acariciamos, lo tocamos muy íntimamente y lo acompañamos mientras las potentes somníferos que le dimos hacían efecto. El Contramaestre Lucas Carrillo Esparza se quedó dormido en los brazos del Capitán que además lo besaba con dulzura en los labios al tiempo que yo acariciaba su peludo cuerpo. Le pusimos un parche programable de los inductores al sueño que se usaban para los viajes largos, las sustancias de ese tipo habían avanzado mucho y solo debíamos administrarle unas gotas para despertarlo un poco para comer o darle capsulas de alimento concentrado.

Lo que siguió luego fue que se desató una orgia desenfrenada, utilizamos el cuerpo del Contramaestre Lucas Carrillo Esparza a nuestro antojo pero con la idea de que participe de nuestro placer y lujuria, no queríamos hacerle daño y por eso primero los dos nos dedicamos a lamerlo por completo, era muy difícil mantenerlo con la verga erecta por los somníferos pero con la estimulación de ambos lo logramos. Yo fui el primero en penetrarlo pero lo hice despacio para que fuera dilatando sin sufrir con la invasión y luego de varios minutos cambiamos su cuerpo a una posición que le permitió al Capitán volver a ensartarse en su verga. El Contramaestre ahora solo estaba muy dormido pero era notorio que podía sentir nuestras acciones y de hecho con mi verga en el recto alcanzó una erección notable que el Capitán disfruto al máximo, cabalgándolo durante largo rato con mucha fuerza, desde mi posición yo podía tocar a ambos y llené el cuello y los hombros del Capitán de marcas de mis dientes y mis labios, estuvimos así un buen rato hasta que se levantó para clavar su verga gruesa en mi culo. Conmigo no tuvo piedad y me la metió de un solo empujón, la mezcla de dolor y placer fue intensa, la experiencia de meterle la pinga a alguien al tiempo que te desfloran y bombean el recto por primera vez me supero por completo, sentía mi cuerpo hervir de placer en mi pelvis y dejé al Capitán tomar el control, sus movimientos empujaban su pinga muy profundamente en mi recto y esos embates me obligaban a su vez a llegar muy adentro del culo del Contramaestre, por eso no pude evitarlo más y me vine justo cuando el Capitán eyaculaba dentro de mí y la pinga del Contramaestre Lucas Carrillo Esparza disparaba gruesos cordones de semen sobre su propio pecho.

Así seguimos por una hora más, penetrándonos mutuamente, mamándonos, besándonos y tocándonos, los tres teníamos el culo inflamado, nos habíamos venido varias veces y estábamos exhaustos y cubiertos de sudor, saliva y lefa de nuestros compañeros pero eso nos hizo ignorar lo que pasaba a nuestro alrededor, hacía mucho calor y al revisar una de las computadoras vimos que la mayoría de las redes de soporte vital estaba fallando, se cortó la energía y nos quedamos solo con las luces de emergencia. El Capitán Adam Dudek y yo conversamos un rato de lo que íbamos a hacer en el tiempo que todavía teníamos, buscamos en la red una cabina o camarote cerca del puente de mando en donde todavía funcionaban todos los sistemas y también una ruta porque automáticamente se habían ido sellando compuertas en todas las cubiertas por las fallas del sistema.

El Capitán levanto el cuerpo desnudo del Contramaestre Lucas Carrillo Esparza sobre uno de sus hombros, yo tomé las últimas provisiones que necesitábamos y evacuamos el lugar en el que estábamos, eso nos tomó como 40 minutos porque tuvimos que subir escaleras y tomar muchos corredores, parando a ratos por los movimientos violentos de la nave o para tomar capsulas de agua y descansar por el peso que llevábamos, en el camino el contramaestre se orino sobre el Capitán así que cuando llegamos a la cabina donde nos quedaríamos hasta el final, lo primero que hicimos fue sentarnos en el baño a orinar y evacuar pero ayudados por unos buenos enemas, despertamos un poco al Contramaestre para darle alimentos concentrados, agua y también para bañarlo. Nos dimos cuenta de que lo podíamos mantener un poco despierto pero inconsciente así que fue la única vez que aprovechamos y nos lo tiramos parados en el pulverizador de agua, fue muy excitante mamarle la verga mientras el Capitán le daba por el culo hasta recibir toda su leche en mi boca, para acto seguido escupir y usar ese mismo semen como lubricante en mi culo para comerme su duro y gran aparato hasta hacerlo venir dentro mío.

Limpios y frescos pero agotados lo llevamos a la cama y disfrutamos otra vez de un momento de mucha ternura, nos besamos y nos acariciamos, el capitán me cargó como a un niño y nos fundimos los tres en un fuerte abrazo, me encantaba sentir el cuerpo fuerte y peludo de esos dos machos frotándose contra el mío, El Capitán Adam Dudek y yo nos colocamos también un parche con inductores de sueño que el programó con mucho cuidado y nos quedamos todos dormidos.

26 horas antes de llegar al punto de desintegración.

Según lo programado el Capitán Adam Dudek despertó por una hora, nos administró líquido y alimentos concentrados y antes de volver a dormir por los efectos del parche nos mamo la pinga, nos culeó por un buen rato y también se clavó vi verga para calmar las ganas de su deseoso culo.

18 horas antes de llegar al punto de desintegración.

De acuerdo a lo programado me desperté y administre nuevamente las dosis de líquido y alimentos a mis dos compañeros pero antes de tomar las mías les lamí las tetillas, los pies y las axilas y luego los puse boca abajo sobre la cama y los penetré varias veces, alternando mi verga entre el agujero del Capitán y del Contramaestre, teniendo cuidado de no venirme ni de hacerlos eyacular.

11 horas antes de llegar al punto de desintegración.

El Capitán y yo despertamos al mismo tiempo, La nave ya se había inclinado ligeramente y su estructura sonaba constantemente, sin embargo la computadora central seguía funcionando y redirigía todos los recursos y la energía a la zona en la que estábamos y al campo de fuerza. Varias horas antes ya habíamos planeado lo que haríamos y empezamos la preparación para lo que venía.

Dejamos al Contramaestre solo en la cabina por un rato para ir al puente de mando a revisar que instalaciones todavía se podían utilizar, la alarma de evacuación seguía sonando por los altavoces y la nave vibraba todo el tiempo. Desde que nos encerramos los tres juntos estuvimos siempre desnudos, no había razón para llevar ropa y ahora andando por las instalaciones solo llevábamos las botas de trabajo y nuestras mochilas por lo que el Capitán me acorralo en uno de los corredores y me obligo a mamarle la pinga, los pezones y cada una de sus húmedas axilas, ese trato me excitó tanto que mi ano se abrió por completo y mientras me culeaba con toda la fuerza de su enorme cuerpo, mi verga erecta no paraba de largar grandes cantidades de líquido, zarandeándose sin control, me culeo empujándome contra una de las paredes hasta que logró hacerme eyacular sin siquiera tocar mi pene, me saco la pinga y se pajeo hasta venirse sobre mis nalgas mientras introducía tres de sus dedos por mí ya abierto agujero. Por eso cuando llegamos al camarote le dimos unas gotas al Contramaestre para despertarlo un poco y también se lo comió a él, El Capitán estaba como loco y fue una de las pocas veces que nuestro inconsciente compañero gimió y se quejó por nuestras maniobras.

El sexo entre los tres se convirtió en una batalla campal, era imposible no tener una verga en la boca o en el culo y aunque el Contramaestre Lucas carrillo Esparza no se movía y estaba solo un poco despierto, estoy seguro de que disfruto de nuestra última orgia. El Capitán Adam Dudek aprovecho su ventaja de tamaño para movernos y obligarnos a hacer todo lo que quiso, me acostó sobre las espaldas del Contramaestre tomando mis piernas por los tobillos y nos penetró pasando su dura verga de un culo a otro, nos mamo el picho, nos besó y al final se volvió a ensartar la enorme pieza del Contramaestre Lucas Carrillo Esparza y me pidió que lo clave yo también, eso hice y me moví dentro de él, dos pingas era algo para lo que no estaba preparado y se le rompió el culo pero eso era lo que quería, podía sentir su recto palpitando ajustado, lleno con el miembro del contramaestre y con mi verga estirándolo más allá de sus límites pero no me detuve, el Capitán gritaba y temblaba de dolor y placer mientras yo sentía que la pinga de nuestro querido Contramaestre convulsionaba, dándonos lo que le quedaba de semen, pude sentir el caliente liquido lubricando mis empujones y me vine llenando a mi Capitán mientras él también eyaculaba por última vez.

Los tres estábamos agotados y quedamos con el culo muy abierto, tendidos sobre la cama por un largo rato, húmedos y en una atmosfera con olor a culo, semen, sudor y sexo. Yo no podía dejar de tocarlos pero ya no teníamos fuerzas y nos quedamos los tres inmóviles por un rato disfrutando de nuestra compañía, ya ni siquiera sentíamos el movimiento de la nave ni los ecos de las alarmas… El Contramaestre Lucas Carrillo Esparza estaba muy drogado pero aún así pudo decir algunas palabras entrecortadas:

Gra… Gracias por cuidarme y por todo lo que he sentido… Los amo… Los amo a los dos.

. Yo también los amo… A usted Contramaestre Lucas Carillo Esparza y a usted mi querido Capitán Adam Dudek, sé que no estoy solo y no tengo miedo.

Les dije tocándolos y acariciando sus rostros… El último en hablar fue el Capitán pero antes nos dio un beso profundo a cada uno y luego se colocó entre los dos y nos abrazó contra cada lado de su pecho peludo.

Son lo mejor que me ha pasado en la vida, estos últimos tres días me he sentido más hombre y más libre que nunca…Nada puede ser mejor que estar juntos.

3 horas antes de llegar al punto de desintegración.

Los parches inductores de sueño programado, nos administraron una última dosis y nos quedamos profundamente dormidos, el Capitán Adam Dudek  se encontraba boca arriba en el centro de la cama, abrazando al Contramaestre Lucas Carrillo Esparza y a mí, el Tripulante Franco Rengifo. El sistema de energía auxiliar falló finalmente y se detuvieron todos los propulsores de la nave y cayó también lo que quedaba de la campana deflectora con lo que la estación inicio su vertiginoso descenso hacia el centro del sistema binario A4R – 92, de la nebulosa AD – 392.

Punto de desintegración.

Una sonda ubicada a unos 213,000 km del lugar de la catástrofe registro en video, como un pequeñísimo destello, el momento en que la estructura colapsó desintegrándose. Luego de muchas reuniones, pericias, estudios y de varios meses de trámites burocráticos, la empresa dueña de la estación espacial y las entidades gubernamentales terrestres y de la colonia en la que se habían construido las instalaciones, emitieron un informe que calificó como “circunstancias fortuitas” a los hechos que desencadenaron la destrucción de la estación y la perdida de la vida de los 39 ocupantes. Todos los oficiales fueron ascendidos de manera póstuma y sus familias junto a las de los tripulantes y empleados recibieron compensaciones económicas del seguro.

En una ceremonia de homenaje en la colonia espacial en la que se encontraba la base de la empresa minera, la esposa del Capitán Adam Dudek, contó a todos por una comunicación desde la Tierra, que su esposo era un hombre fuerte, intenso, muy serio y trabajador pero a la vez tierno, sensible  y amoroso y que así debían recordarlo… Qué piensan ustedes?

ADOLFH