Sirviendo a mi amigo hetero 3

Con David disfrutamos después del cumple de Agus, rompiendo unas cuantas barreras más

Buenas, celebro poder retomar este mis aventuras con mi amigo hetero David. Para leer relato directamente anterior podéis tomar este link ( http://www.todorelatos.com/relato/133435/ ). Simplemente recordaros que mis relatos son basados en la realidad. Sin más, os dejo disfrutar.

Como comenté en el relato anterior, se acercaba el cumpleaños de mi nuestro amigo Agus, al que no veíamos mucho desde que tenía novia. Junto con David y Marc, Agus había sido de nuestro grupo de amigos desde tercero o cuarto de la ESO. Ya que hacía tiempo que no le veíamos teníamos pensado ir a cenar juntos y quizás tomar unas copas en un sitio cerca de ahí con buen ambiente y precios ajustados (al fin y al cabo... todos estábamos en la Universidad y teníamos que ahorrar). La cena fue agradable en uno de esos restaurantes dónde ponen demasiada sal en los platos para que pidas más bebida. Entre la sangría y las copas que vendrían luego iba algo perjudicado y no podía conducir de vuelta a casa, así que tal como “tenía planeado” le pregunté a David si podía quedarme a dormir, a lo que me dijo que ningún problema.

Cuando ya nos habíamos despedido de nuestros amigos, fuimos andando hasta su casa que no estaba muy lejos de allí. Yo podía notar que mi corazón latía con fuerza. Me llegaban recuerdos de las últimas dos veces que había mamado a David, y el pensar en ese rabo perfecto y esa leche me estaba poniendo a mil. Creo que los pensamientos de David no andaban mucho más lejos que los míos, porque a veces me echaba una mirada cómplice. Con David siempre he podido hablar de todo, pero en eso que hablábamos de quizás ver una serie. Por aquel entonces seguíamos Fringe y queríamos ver si había salido el nuevo episodio (era bastante tarde y es posible que ya lo hubiesen sacado en EEUU). Pese a que la sugerencia de ver algo en la TV era inocente, yo no podía pensar en otra cosa que imaginarme a David en el sofá dejándome servirle mientras él mira porno…

Llegamos a su casa cerca de la 1 de la madrugada, y mi pedo ya había desaparecido. Me enseñó dónde dormiría yo y me dijo que se iba a poner cómodo. Yo comencé a bajar al salón dónde David ya estaba en ropa de ir por casa y vi que se estaba preparando un porro. Me preguntó si me importaba y le dije que no (al contrario... me ponía burro pensar que se iba a fumar un porro ya que sabía lo que eso significaba...). Pusimos la tele y la verdad es que no hacían nada, aunque en algún que otro canal estaban los típicos mensajes de contacto para sexo o incluso porno. Vi que David tenía una mano medio dentro del pantalón y los calzoncillos, y eso hizo que se me empezase a poner dura. Estábamos sentados de lado y una de las veces que miré pude ver cómo me pilló mirándole el rabo ya que se empezaba a marcar. “Te están entrando ideas...?” Me dice, a lo que yo simplemente sonreí y asentí. “A mí también. ¿Por qué no haces eso que se te da tan bien? Pero esta vez quiero que te desnudes completamente.” No sé por qué, pero el hecho que mi mejor amigo me diese una orden tan directa, me hizo sentir muy sumiso, vulnerable y a su entera merced... lo cual no puedo más que esperar que esa fuese su intención ya que me encantaba. Lo hice sin rechistar mientras él se quitaba la camiseta y se bajaba los pantalones, quedándose en unos calzoncillos negros que le favorecían con su tez morena. David es muy moreno y yo soy tirando a blanco, esto a veces me hace pensar en la amistad entre Turk y JD en la serie “Scrubs”, pero nuestra amistad tiene un punto más erótico que (en mi sentido) la hace mejor.

Yo estaba desnudo ya y sentado en el sofá, mientras que David estaba delante de mí con un bulto más que apetitoso, “¿Por qué no te sirves tú mismo?” me pregunta David, a lo que yo respondo acercando mi cara a ese bulto caliente. El aire huele a porro y a hombre, y ahora mismo no hay quien me pare. Aprieto mi cara contra su rabo aprisionado en sus calzoncillos, mientras le miro con una cara de lujuria y de zorra. Empiezo a lamer a través de la tela y a notar cómo su rabo crece aún más. Acerco mis manos y empiezo a tocar ese bulto que ya está casi al 100%. Con mis dedos bajo la tela hasta el suelo y su rabo sale disparado hacia mi cara. No dudo dos segundos en metérmelo en la boca y sentir esa polla deliciosa pulsar, caliente en mi lengua y garganta. Puedo notar el líquido preseminal de David en mi lengua… anda muy caliente y mi mamada no está ayudando mucho a remediarlo. Mientras David gime yo me trago ese rabo como si no hubiese mañana, y a efectos prácticos, no lo hay. No es siempre que puedo disfrutar del rabo de mi mejor amigo, así que las pocas oportunidades que tengo las aprovecho al máximo. Con mi mano izquierda le sujeto sus bolas, peludas y de macho mientras con la derecha le empiezo a masturbar mientras sigo sirviéndole con mi boca. Sé que David está disfrutando y me ordena que me masturbe. Lo hago mientras le miro a los ojos con su rabo en mi boca… Sé que le pone, el verme sumiso y sediento por su rabo y su leche. Él sabe que puede hacer lo que quiera conmigo y que lo voy a obedecer. Es quizás por eso que me dice que vayamos a la ducha, que quiere probar algo.

Yo ando súper caliente, y estoy ya en ese modo sumiso en que haré lo que me pidan. Entramos en la ducha juntos y me pongo de rodillas de nuevo a mamar. Su rabo está algo salado del líquido preseminal y lo devoro con avidez. Enciende la ducha y empezamos a embadurnarnos de jabón. David me hace dar la vuelta y empieza a acariciar mi culo. Me dice lo bueno y respingón que es y las ganas que tiene de metérmela. Puedo notar sus dedos en la entrada y me estoy poniendo muy burro, pero sé que su rabo es grande y que mi culo es (normalmente) bastante estrecho… Noto su polla bien dura acercarse a mi entrada y a él poner sus manos abriendo mis nalgas. Mil pensamientos cruzan por mi cabeza y tengo unas ganas enormes que me clave ese pedazo de carne hasta el fondo y que me haga suyo corriéndose dentro de mi. Noto como su glande intenta penetrar y lo consigue un poco, pero yo estoy algo nervioso y no he tenido la preparación necesaria. Ambos sabemos que no va a funcionar, pero lejos de dejar que esto nos desanime David suelta que tiene una idea. Nos secamos rápidamente y bajamos al salón.

Allí le sigo mamando y poniéndosela más dura que nunca. Me hace girar de una forma un tanto forzosa y me pongo, según me ordena de rodillas, en el sofá y con el culo en pompa. Esto me hace sentir muy vulnerable, y es algo que me gusta. Noto que David está detrás de mí y noto que su rabo caliente está tocando mis nalgas y él lo está pasando de una a la otra y por mi culo. Esto me está poniendo a mil y él lo nota. Empieza a masturbarse mientras toca mis nalgas grandes y redondas. Las exprime y las abofetea lo que me hace sentir aún más dominado. Puedo notar que el ritmo al que se masturba va aumentando a lo que yo aumento el mío. Nuestros jadeos se sincronizan y puedo notar que ambos vamos a llegar al clímax juntos. Le oigo gritar y noto su leche caer a borbotones en mis nalgas, culo y espalda y yo nada más notar su leche caliente tocar mi piel empiezo a correrme desesperadamente gimiendo y sintiéndome su puta mientras él pasa su rabo y juega con su leche en mi espalda. Me giro y le veo con una cara de satisfacción y me dice “Han quedado unas cuantas gotas aquí…” señalando a su rabo que aún está durísimo. No dudo en girarme completamente y ponerme ese rabo en mi boca mientras cojo restos de mi espalda y me los llevo a la boca… ¡La leche de David no se puede desperdiciar! Al cabo de un rato me dice que me puedo duchar e ir a la cama, que me he portado muy bien.

Esa noche no pasó nada más, ya que ambos estábamos exhaustos, pero podía notar que David estaba cómodo y que habíamos roto otra barrera, haciendo que nuestra amistad evolucionara fuera de los tabúes y las etiquetas. Él es mi amigo y no dudaré en hacer lo que pueda para ayudarle, y si encima disfruto yo, ¡aún mejor!