Sinergias

En una fusión de empresas hay que buscar sinergias. Y mas si te encuentras frente a frente con...

Sinergia.

Esa era la palabra de moda en nuestra empresa tras la fusión con otra empresa del sector (mas bien absorción por su parte). Diariamente se emitían comunicados a los empleados en los que esta palabrita no podía faltar, y a veces en varios párrafos. Todos deberíamos poner de nuestra parte para que la fusión fuera como la seda y aprovechar las sinergias del resultado.

Básicamente, lo que venía a decir es que dejásemos que vampirizasen nuestra base de clientes y nuestro know-how y a cambio, sólo algunos afortunados, mantendrían su puesto de trabajo, en peores condiciones, naturalmente.

Quizás yo era de los pocos que seguiría sin mayores problemas ya que nuestro departamento de seguridad informática era, sin lugar a dudas, mejor que el de la gran empresa que nos compraba, y todo ello gracias a mi ya que desde mi incorporación hace ya unos tres años como responsable de este departamento había mejorado sustancialmente tanto los métodos de trabajo como la resolución de muchos problemas que persistían desde hacía tiempo.

Aún así, seguía teniendo alguna incertidumbre al respecto ya que en la empresa lo que hacíamos era poco valorado, cuando precisamente que no tuvieran noticias nuestras significa que lo estábamos haciendo bien.

En otros departamentos poco a poco fueron desembarcando responsables de la empresa que nos había comprado y cambiando algunos procedimientos y equipos, con la consiguiente salida (despido) de algunos responsables, hasta que tocó el turno al mio.

Una mañana nada mas llegar al trabajo recibí una llamada de la secretaria del Director General de que me esperaba a las 11:00 en su despacho. A pesar de que me había visto seguro en mi puesto comencé a tener serias dudas de mi continuidad en la empresa. No es que me preocupase por la parte económica ya que tengo un curriculum envidiable y muchos contactos y en mi mundillo soy bien valorado, pero es que el trabajo lo tenía al lado de casa y el sueldo era considerablemente bueno para lo que hoy en día se paga.

A las once en punto estaba llamando al despacho del Director. Me abrió la puerta la secretaria y me hizo pasar.

  • Que tal, Ignacio! - me saludó el Director con semblante risueño - ¿Como va el control de ciberdelincuentes?

  • Pues ya ve, don Manuel, se hace lo que se puede. Me conformo con que usted no tenga noticias de ellos -respondi sonriendo yo tambien.

  • No creas que no lo sé, Ignacio, y lo mucho que lo valoro! - dijo tratando de parecer creible.

  • Lo sé, lo sé - yo creo que no lo parecí en absoluto.

  • Como bien sabes, en la fusión con X debemos de buscar las mayores sinergias posibles - otra vez la palabrita, lo sabía- y hemos pensado los responsables de X y yo mismo que tu departamento... nuestro departamento -dijo haciendo un alto- de seguridad es perfectamente capaz de asumir no sólo nuestro quehacer sino parte del suyo.

Vaya! Resulta que sí que valoraba mi trabajo. Hizo que suspirase algo aliviado. Ya solo faltaría que creyese que yo estaba en ese plan, no sólo el departamento en sí.

  • Mañana vendrá personal de seguridad de X para que os conozcáis. Te van a contar como tienen montado ellos esos lios vuestros y quieren ver como lo hacéis vosotros.

  • No se preocupe, don Manuel, creo que podremos hacernos cargo de cosas suyas -dí por hecho que tendría mas responsabilidades.

  • Bueno, pero hay que contar con su gente, Ignacio -dijo echándome un jarro de agua fría-. Sinergias, recuerda, sinergias!

Me fuí hacia mi despacho con la puñetera palabrita en la cabeza y consciente de que lo del día siguiente era una inspección en toda regla. Había que preparar papeleo y tener todo en orden, no fuera que nos pillaran en algún renuncio que diera con mi culo fuera de la empresa.

Estuvimos Carlos (uno de los chicos que trabajan conmigo) y yo hasta las 10 de la noche preparando toda la docuemntación posible y ordenando el departamento, que dicho sea de paso, falta le hacía. A Nuria, una chica que esta haciendo sus prácticas de la universidad se le ocurrió ir a comprar un ambientador a una tienda cercana. En definitiva, dejamos el despacho listo para revista.

Al día siguiente, sobre las 10:30 de la mañana me avisaron de Recepción que tenía visita. Por el tono que empleó supe que se refería a la "inspección". Bajé el par de plantas que me separaban meditando por algún cabo suelto que hubiera dejado pero no encontré motivos de preocupación así que llegué en busca de los responsables bastante relajado.

Pero lo que vi desde luego me puso mas bien nervioso... Los responsables de X que venían a verme no era sino un pibón impresionante de 1:80 m. de estatura, cabellos rubios, cintura de avispa y un pecho de infarto.

Se dió la vuelta a un gesto de la recepcionsta y pude ver un rostro bello, sereno, casi diseñado, diría. Era, en definitiva, una mujer perfecta.

  • Hola, eres Ignacio?

  • Si -respondí titubeando-, y tu?

  • Soy Ana, responsable de seguridad informática de X. Bueno, ya sabes, teníamos una reunión hoy.

  • Si, esto.., claro -dije yo tembloroso.

Joder, y es que me esperaba a un friki o a un señor entrado en años con su barriga, calva, traje y corbata arrugada y esas cosas, pero no a un pedazo de mujer envuelta en un traje de sastre gris ajustado que permitia intuir todas las partes de su anatomía y unos tacones de vértigo.

Caminamos sin apenas cruzar palabras hacia mi despacho y en el trayecto imaginaba la cara que pondría Carlos. El sí que era el típico friki con su camiseta negra, pelo lacio, gafas no muy limpias y demás. Yo, a pesar de mi trabajo, cuidaba bastante mi aspecto por lo que nadie me podía encasillar en ninguna de las categorías que he citado antes.

  • Estoy de veras muy interesada en conocer vuestro trabajo. Sois muy buenos, eh? - dijo Ana mientras caminábamos tratando de parecer agradable.

  • No te preocupes -respondí como indiferente- tenemos todo perfectamente documentado.

  • Bueno, -me replicó frenándose en seco- se trata un poco de conocernos, nosotros a vosotros y viceversa, para ver como podemos mejorar la seguridad conjunta.

Los muy cabrones!! Me habían mandado un monumento de mujer para que me desconcentrase y encima tenía dotes psicológicas. Había captado que estaba a la defensiva. Y lo peor es que justo en ese momento no sabía como reaccionar.

  • Claro, perdona, me refería a que una de las cosas mas importantes es tener todo documentado -mentí como un bellaco tratando de salir del apuro.

  • Además -proseguí-, tenemos que conocernos mejor, claro.

Al decir ésto me pudo mi parte irracional. No, no lo dije de un modo profesional sino como un tío que esta mirando a una mujer impresionante, y creo que ella lo captó perfectamente. Y es que tras mi divorcio hacía casi un año que no cataba hembra.

  • Claro, claro - dijo con una sonrisa en la que interpreté cierta aceptación de una propuesta no profesional.

Entramos al despacho y como yo intuía, la cara de Carlos era un poema. La boca abierta y los ojos despatarrados. Nuria por su parte se quedó petrificada; Supongo que no se esperaba que una mujer así se dedicase a esos temas.

El que echó una ligera mirada y volvió a lo suyo, o al menos aparentemente, fue Miguel. Bastante tenía con ser anti-sistema y lo que había en la puerta era otra opresora capitalista, sin mas.

Ya hechas las presentaciones, ofrecimos a Ana una silla a mi lado para contarla un poco nuestras tareas diarias. Departimos así mas de una hora en la que preguntaba temas estrictamente profesionales y mis respuestas eran anotadas, bien para implementarlas ella o para buscar después en internet de qué la estaba hablando, ya que yo intuí que sus conocimientos en la materia no eran muy profundos.

Tras la explicación nos levantamos para ir a ver algunas salas donde tenemos máquinas. Bajamos al sótano y entramos en la sala donde tenemos los Racks de comunicaciones, que es una sala bastante estrecha. Después de explicarla la arquitectura de red que teníamos y el propósito de toda la cacharrería que había me dí la vuelta para salir y me topé con ella.

Sin querer (creedme) mi mano fué a parar a una de sus tetas, y en ese corto espacio de tiempo pude apreciar la firmeza de su pecho. No pude evitar una fugaz erección de la que ella se percató y aunque quiso dar a enterder que no lo había visto, yo supe que era consciente de ello.

  • Huy, que torpeza... perdona, no me he dado cuenta que ibamos a salir -me dijo.

  • No, perdóname tu a mi, no te he avisado y ... -dije tratándo de excusarme.

  • Claro, que con conocernos no me refería a esto - contestó ella queriendo quitar hierro al asunto pero lanzando una fugaz mirada a mi entrepierna.

Pero, al contrario, no hizo mas que echar a volar mi imaginación pensando en lo que ese traje escondía.

Pasamos a otra sala de ordenadores que por motivos técnicos está a muy baja temperatura. Al cederla el paso pude observar con todo detalle su trasero que invitaba a la lujuria. Ya dentro de la sala, y no se por el frío reinante o por mi propia imaginación calenturienta pude apreciar como en sus pechos se marcaban sus pezones. Y lo peor de todo es que no conseguía apartar mi mirada de ellos.

Si no me jugase el puesto me hubiera lanzado encima de ella a pesar de los 5ªC de la sala, pero me contuve, aunque creo que mis miradas furtivas a su anatomía no pasaron desapercibidas.

  • Uff, salgamos, hace un frio horroroso.

  • Si, claro -repliqué- pero es que esta sala es para los ordenadores, así debe ser.

  • Pues sí, siendo así, menos mal que hace frío -dijo lanzando una nueva mirada a mi entrepierna en la que se percibía una ligera erección.

Ya cuando salimos, de vuelta a mi despacho la conversacion que aparentemente era técnica no dejaba de tener, para mi, dobles interpretaciones. Un rato después Ana se tenía que marchar y quedamos que al día siguiente fuera yo a visitar sus instalaciones.

  • Bueno, pues encantada con lo que he visto -dijo Ana-, la verdad es que me ha gustado mucho lo que me has enseñado y estoy segura que otro día me podras enseñar cosas que no hemos podido ver.

  • Claro -dije con una sonrisa bobalicona-, aún te quedan cosas por ver y te las enseño cuando quieras.

  • Mañana en mi oficina tendremos tiempo de ver mas cosas. También te tengo que enseñar mis dominios.

  • Allí nos vemos a las 10, te parece?

Quedamos para el día siguiente y durante el resto del día no me podía apartar de la cabeza la imponente imagen de Ana, y desde luego, varias repentinas erecciones, que convenientemente calmé en casa por la noche a mano.

Para el día siguiente me vestí con mi mejor traje para la visita a la oficina de Ana. Puntual, como suelo ser habitualmente, estaba en la puerta. Me hice anunciar y unos minutos mas tarde vi como de un ascensor salia Ana vestida con una falda de tubo negra y una camisa azul clara que la marcaba mas que el día anterior su perfecto cuerpo.

Me debí quedar boquiabierto porque al acercarse a mi lo primero que me dijo, con una sonrisa fué:

  • Despierta! Ya estoy aqui.

  • Uf.. es que esta noche no he podido pegar ojo -dije tratando de salir del embrollo.

  • Yo tampoco, la verdad - me dijo mientras dirigía sus pasos de nuevo al ascensor.

Yo la seguía al tiempo que apreciaba de nuevo su culo, ese día mas perceptible que el anterior.

  • Fíjate -decía Ana- toda la noche pensando como mejorar lo que ayer vi en tu oficina.

  • Yo te puedo echar una mano, mujer!

  • Como ayer? - dijo guiñandome un ojo ya en el ascensor.

Yo no sabía dónde meterme... El caso es que aunque el juego de las dobles interpretaciones me encantaba pero jugaba "fuera de casa" y un traspié me podría costar el puesto.

  • Lo de ayer??? -pregunté haciendome el tonto.

  • El caso -trató de salir ahora ella del lío- es que vi cosas que me gustaría hacer aquí. Bueno... me da la impresión de que las tienes que hacer tú.

  • Y que es, en concreto?

De pronto la conversación derivó en lo puramente técnico hasta que llegamos a su despacho. En su equipo, frente al cual pasamos, quitando a un chaval con pinta de huraño, el resto todo eran chicas - cosa muy extraña, de veras, en departamentos de seguridad informática- y todas de muy buen ver. Yo, la verdad, me estaba quedando un poco perplejo, pero me mantuve a la espectativa.

Una vez pasamos a su despacho ella cerró la puerta tras mi paso.

  • Bienvenido a mis dominios! - dijo sonriente.

  • Uau!!! Vaya despacho! Es sólo para ti?

  • Mio solamente. ¿Sorprendido?

La verdad es que en la empresa X se veía que se manejaba dinero y todo era a lo grande. Ojala yo pudiera tener un despacho así para mi solo.

  • Fíjate que ni nos hace falta ir a las salas de ordenadores - dijo mostrandome unas pantallas en las que estas salas se veían a la perfección -, así no pasamos tanto frio.

  • No seas exagerada, además, hay veces que es necesario ir.

  • Pero solo cuando sea imprescindible -respondió-. Para el resto es mejor sin tanto frio.

En ese momento me lanzó una mirada sin disimulo a mi entrepierna.

  • Además, en esas salas hay cámaras. En mi despacho no - remató con una mirada desafiante.

  • O sea, que nada de lo que pase aquí se ve fuera? - pregunté.

  • Ni se oye -contestó.

  • Vamos, que si saco mi ordenador y me meto en tus sistemas nadie lo sabría?

  • Habría que ver si puedes. Incluso podría ser que los sistemas de Y (mi empresa) fueran vulnerables a un ataque.

  • Por eso no tengo miedo. Suelo tenerlo bien resguardado. Pero en X (su empresa) tenes mas huecos que tapar.

  • Dicho así, estas dudando de mi competencia? - me preguntó.

  • No, se que eres muy competente. Pero igual me dejas probar a colarme en tus sistemas.

La cosa iba ya desvariando e incluso las manos empezaban a moverse.

  • Antes de dejar que entre alguien hay que comprobar de quién se trata -dijo agarrándome el paquete a lo que yo respondi con una erección casi inmediata.

  • Y a la hora de colarse en los sistemas hay que ver primero en que entorno nos movemos -dije yo poniendo mis manos en sus tetazas.

Tras la camisa pude palpar dos sugerentes tetas sin sujetador que aún así se mantenían perfectamente firmes (yo diría que operadas).

  • Y bien? Ver en entorno hace que quieras colarte?

  • No lo dudes... lo estoy deseando.

Ya sus manos masajeaban mi polla a placer. Yo desplacé una de las mías a su cuello y la atraje hacia mi y comencé a besarle el cuello. Su respiración se agitaba por momentos, y su ritmo cardiaco igual, según notaba al palpar su pecho.

  • De momento vas bien, creo que te podrás colar en mis sistemas -dijo agitadamente.

  • Pero no descuides tu retaguardia, es una máxima de seguridad -continuó diciendo.

La verdad es que no sabía a que se refería y no me preocupé de ello. Por contra busqué con mis labios los suyos y le metí la lengua hasta la campanilla.

Sus manos seguían jugueteando con mi polla y masajeándome el cachete del culo al tiempo que las mías manoseaban sus tetas, ya por dentro de su camisa con una de ellas que había conseguido soltar un botón.

La piel de Ana era tersa y firme. Su cuerpo estaba trabajado como jamas había visto con otra mujer que tuviera en mis manos.

De pronto comenzó a quitarme el cinturón y a desabrochar mi pantalón, que por gravedad cayó de inmediato al suelo. No tardó nada en agacharse y con sus labios comenzó a besar mi polla, primero con besos muy suaves pero cada vez mas intensos.

Yo, gracias a una mesa que tenía justo a mi espalda pude apoyarme y relajarme para dejarla hacer. Y lo que hacía lo hacía muy bien. En poco mas de un minuto había engullido mi polla y ahora al tiempo que la abrazaba con sus labios jugaba con su lengua con ella.

Madre mia! que mujer! Ademas de guapa, tenía un cuerpazo impresionante y encima la chupaba magistralmente. ¿Que mas se podía pedir?

No hizo falta que la cogiese la cabeza ya que el movimiento que ella misma imprimía hacía que fuese una follada en la boca en toda regla, y así pasó, que unos minutos mas tarde yo estaba cerca del punto de no retorno.

  • Para, para -le dije- que me voy a correr!!

  • Hummm... si te corres ahora como vas a entrar en mis sistemas luego?

Dicho esto se aplicó a mamar con mas intensidad, como si quisiera sorber mi interior. Y yo, pobre de mi, no pude aguantar mas... me corrí llenando su boca de semen.

Ana siguió limpiandome la polla y tras ello se separó y con restos de semen en las comisuras de sus labios me dijo:

  • Dificil lo vas a tener ahora...

  • Ufff... tu espera un rato y verás.

Se incorporó y lentamente me fué quitando la ropa que me quedaba hasta quedar completamente desnudo. Así como estaba me empujó hacia un sillón e hizo que me sentase en el.

En ese momento me di cuenta de que aparte del botón que yo la había quitado toda su ropa seguía en su sitio, pero empezó a contonearse y a moverse sensualmente al tiempo que iba desabotonando el resto de botones. Me dió la espalda y de un par de movimientos bruscos se deshizo de su camisa, la cual salió despedida.

Se dió la vuelta y por fin pude ver sus tetas. Preciosas! como toda ella. Y firmes, muy firmes.

Echó sus manos atras y con otro contoneo fué bajando su falda hasta quedar a sus piés. Bajo ella había un liguero negro decorado con encajes. Con sus zapatos de salón con un tacón de, calculo, unos 10 cm y sus medias con algunos detalles bordados resultaba una figura mas que sugerente, y ya, cuando se volvió de espaldas, al ver como el tanga que llevaba le desaparecía entre los cachetes del culo fué cuando recuperé mi erección.

  • Te he tenido que enseñar el camino para que puedas volver a intentar entrar en mi sistema? - pregunto Ana con sorna.

  • Es que estas buenisima, joder... - respondí.

  • Y ya verás cuando pruebes todo -contestó.

  • A que estamos esperando??? -dije.

  • Así lo tienes muy facil -dijo- y me consta que eres un tío al que le gustan los retos, cierto?

  • A que te refieres?

  • Déjame tus manos.

Yo extendí mis brazos ofreciéndola mis manos.

  • No, levántate y date la vuelta.

Así lo hice. Ella me cogió las manos por detrás de mi y con mi propia corbata me las anudó.

  • Qué es lo que te traes entre manos? -pregunté

  • Déjame y ya verás...

Del suelo cogió su falda de tubo y la metió por encima de mi, dejándome no solo inmovilizado sino, como no pasaba del todo por mis hombros, sin poder ver lo que hacía.

La sensación de indefensión con una hembra así hizo que me excitara un poco mas de lo que estaba aunque tenía cierta incertidumbre por lo que podria pasar.

Ana entonces me agarró por los hombros y me giró, dándome un empujón a continuación. De pronto creí que me iba a dejar los dientes en el suelo pero caí en blando en el mismo sillón en el que había estado sentado, pero cabeza abajo. Noté después como me agarraba de mi cintura y empujándome un poco mas me dejó en una posición en la que mi parte trasera quedaba totalmente a su merced.

Entonces recordé cuando me dijo que iba a ver si mis "sistemas" eran vulnerables. Vamos, que me iba a profanar el culo la muy sádica. Traté de revolverme pero todo fué inutil. Entre sus piernas y una mano que me sujetaba me era imposible moverme.

  • Déjame! Que estas haciendo? - grite

  • Se trata de ver que sistema es mas vulnerable.

  • Pero.. que es lo que vas a hacer? Sueltame!

  • Calla! Además nadie te va a oir, recuerdas?

Dicho esto noté como uno de sus dedos se posaba sobre mi ano y tras un ligero masaje pugnaba por introducirse. Lo consiguió sin apenas problemas por mas que intenté resistirme. Poco a poco ese dedo iba profanándome más al tiempo que el volumen de mis protestas crecía. Todo era en vano. Y lo peor de todo... seguía con mi polla completamente empalmada.

Ya su dedo entraba y salía de mi sin problemas y lo sacó para intentar meter ahora dos. La costó algo mas, y a mi recibirlos, pero al rato entraban y salian de mi culo fácilmente. Comenzó a girarlos y a masajear mi interior.

Mis gritos, no sé si por que daba por inutil el protestar o por que la sensación no me acababa de disgustar, fueron reduciendose hasta el punto de confundirse con gemidos.

Entonces sacó sus dedos y acto seguido noté como algo mas voluminoso pugnaba por entrar en mi. Al igual que antes traté de oponer resistencia pero tras unos breves empujones mi ano fue cediendo a la presión y aquello fue invadiéndome. No era ni un dedo ni dos, ni incluos tres... aquello era mas grueso porque al poco sentía punzadas de dolor. Ahora si que mis gritos eran claramente gritos y llamadas de auxilio, que por otra parte no salían de aquel despacho.

Lo que fuera que me estaba violando no paraba. Era muy poco a poco pero no dejaba de, en cada empujón, meterse un poco mas. Por otra parte las sensaciones de dolor iban cesando y de nuevo los gritos volvían a confundirse con gemidos.

Un momento estuvo parada Ana hasta que sacó un poco lo que fuera para al poco volver a meterlo. Tras repetir unas pocas veces esta maniobra ya mi ano estaba acostumbrado a ese tamaño y ni que decir tiene que las sensaciones no eras nada desagradables, mas bien al contrario. Y lo mas curioso de todo es que mi polla estaba a reventar!

  • Si te esta gustando! no hay mas que verte la polla - dijo Ana.

  • Joder... déjame -dije de modo poco convincente.

Hasta ahora una mano suya me había estado sujetando la espalda pero ahora noté como otra mano me cogía de la cintura, al tiempo que comenzaba un mete-saca que resultaba cada vez mas placentero.

Ana iba incrementando la frecuencia de sus empujones al tiempo que jadeaba mas profundamente. Yo, aunque trataba de evitarlo, gemía como una auténtica putita mientras estaba recibiendo una enculada en mi, hasta hace unas horas, virgen culo.

Viendo ya mi predisposición, Ana me subió la falda que me apresaba. Mis manos seguían atadas pero ahora por fin si que podía ver, y lo que vi me dejó impactado. No solamente estaba yo empalmado, sino que al mirar detrás de mi (os recuerdo que estaba en el sillón cabeza abajo con las piernas en el suelo) vi que tras mi polla había un par de testículos, que se movían al ritmo de las embestidas de Ana, y no eran los míos.

  • Que es lo que me estas metiendo? -exclame.

  • Algo placentero, para que lo disfrutes

  • Pero...

  • Calla y disfrútalo, puta!

El caso es que me callé y seguí disfrutando como un pibon como ese me estuviera clavando una polla.

Ana siguió embistiendo con mas intensidad cada vez. A mi las oleadas de placer me iban llegando con mayor frecuencia hasta que me descubrí a mi mismo siendo el que acompasaba los movimientos de pelvis de Ana con los mios, con la intención de ser penetrado mas aún.

  • Que bueno! - dije casi como sin querer.

  • Te gusta mi polla, putita?

  • Siiii, joder, ahhh

  • Pideme mas polla -dijo Ana casi frenando en seco sus movimientos.

Yo intente con movimientos mios compensar los suyos pero no era lo mismo. Unos segundos de intentarlo, que me parecieron minutos, mande mi orgullo a tomar por culo y dije:

  • Vamos, fóllame

  • Pideme polla, puta!

  • Dame polla, dame fuerte, joder! - exclamé.

Entonces Ana volvió a la carga embistiendo con fuerza. Yo creí que moría de placer y gemía como loco. ¿Como coño no había probado eso antes a mis años? El caso es que estaba disfrutando como nunca.

Minutos mas tarde Ana jadeaba mas intensamente y embestía casi con violencia hasta que explotó en una corrida que pude sentir en mi ano, dejándolo completamente inundado.

  • Ahhh... que gusto!!! - exclamo Ana mientras empujaba como enloquecida.

De pronto se quedó quieta y tras un momento de reposo fue sacando de mi culo su polla lentamente. Que vacío me sentí en ese momento. Al salir del todo, tirando de un cabo de la corbata que tenía anudadas mis manos estas se soltaron y cayeron como muertas. La verdad es que me había dejado desarmado por completo y permanecía en esa ridícula posición a pesar de notar que ella se había separado de mi un par de metros.

Hice acopio de fuerzas y por fin me levanté y me giré. Frente a mi estaba el portento de mujer que ya sabía pero entre sus piernas sobresalía un orgulloso mastil de unos 20cm, calculo, que me apuntaba.

  • Joder... que polla! -exclame- es mas grande que la mía.

  • Y ha sido capaz de invadir tus sistemas, recuerda - dijo Ana sonriendo.

La verdad es que en ese momento me quede extasiado viendo ese contraste. ¿Como podía ser que la mujer que hasta hace una hora era la mujer 10 tuviera un pedazo de polla como esa?

  • La puedo tocar? - dije.

  • No solo puedes... debes de tocarla. He profanado tus sistemas y me debes respeto.

Yo, aún extrañado por sus palabras, acerqué mi mano e instintivamente la llevé a su polla. Era la primera vez que tocaba una distinta de la mia. Estaba dura, muy dura, pero era suave y sin un solo pelo alrededor. De tocarla a masajearla solo había un paso y lo dí. Al poco rato estaba casi de rodillas casi embobado masturbando ese pene que hace nada estaba en mi culo.

  • Bésalo

La orden era escueta, y sin saber aún ahora por qué lo hice, lleve mi boca y sin preámbulos abracé con mis labios ese tronco de carne. Sus manos se acomodaron tras mi nuca y me fueron marcando el ritmo de la mamada que la estaba haciendo.

Estaba completamente perdido. Del machito triunfador que había entrado en el despacho solo quedaba una putita mamadora. Y el caso es que a mi polla parecía gustarle el juego ya que en ningún momento perdió la erección.

  • Hasta el fondo. Cómetela toda.

Yo hacía esfuerzos por acatar la orden pero me era imposible... mas de una vez me vinieron arcadas. Eché la vista arriba y vi a Ana triunfante, sonriendo mientras yo me afanaba en tragar toda su polla.

  • Así, así, inténtalo. Y mastúrbate con mi polla en la boca.

Digamos que me ayudó, mas bien me forzó, a metermela hasta la empuñadura, y ahí se mantuvo un rato saboreando su triunfo. Sacó un poco mi cabeza y comenzó un mete-saca frenético mientras yo me masturbaba pero de la calentura que tenía, tarde poco en correrme al tiempo que podía notar como se iba excitando cada vez mas hasta que de improviso se corrió en mi boca.

  • Trágatela toda... no dejes escapar nada. Es tu premio.

Como pude me tragué toda su corrida, lo cual debo decir que no me desagradó. A ella se la veía radiante y feliz.

Se sentó en el sillón y mirándome desafiante dijo:

  • Ves? Me habías subestimado. Has sucumbido ante mi...

  • Pero yo...

  • Vamos, tranquilo. De aqui no va a salir nada. Por eso no te preocupes.

  • Buenos es que ... -trataba de hablar.

  • A no ser que quieras mas fiesta otro dia con invitados.

  • No! -dije tajante.

  • No qué?

  • Que no quiero invitados.

Ana terminó la conversacion mientras se levantaba diciendo:

  • Vale, vale, sin invitados, entiendo -dijo Ana dando por supuesto que con ella si.

Y era verdad, desde aquel momento ya estaba esperando que me sodomizara de nuevo. Tan bella y tan viril... que vicio!!!

Me hizo un gesto para que nos vistiéramos y al poco rato, y sin palabras de por medio, ya estabamos con la ropa puesta los dos.

Cambiando el gesto y el tono de la conversación tal y como había hablado hasta ahora me dijo:

  • Y bien, ¿Te han gustado nuestras instalaciones? ¿Crees que nuestros departamentos podran colaborar?

  • Claro, de hecho las instrucciones son buscar mayores sinergias y creo que tu departamento y el mio son apropiados para eso.

Con un apretón de manos nos despedíamos, aún en su despacho cuando le dije:

  • Y descuida, que el agujero de seguridad que has descubierto lo dejo abierto para ti.

  • Si, claro, de hecho mañana me gustaría inspeccionarlo de nuevo. Podrias pasar por aqui sobre las 13:00

  • Como no?, aqui estaré.

Ni que decir tiene que el día siguiente y otros mas pasé por su despacho hasta que, una vez completada la fusión de empresas, me mudaron a ese mismo despacho.

Y os preguntaréis, ¿Al final pude entrar en su sistema? Si, pero con el ordenador (el de verdad, vamos). Ella siguió entrando en el mio con su otro "ordenador".

Al final don Manuel, mi ex-jefe, tenía razón. Hay que buscar sinergias.