Sin tragos, mi tío me dio un sexo extraordinario
Mi tío me trató como puta primero, luego me hizo el amor, me lo hizo tan rico que cuando lo recuerdo, no me queda más que tocarme, él tenía razón, no me olvidaría de todo lo que pasó jamás, no solo no lo olvido, si no que, ahora, me gusta más
Ya era mujer, mi tío me hizo su mujer, mientras mi mamá estaba cuidando a mi abuela en el hospital, me sentía adolorida, esa noche, mamá le pidió a mi tío que fuera a cuidar a mi abuela, que ella no podía con todo, que todos eran unos irresponsables, etc.
Yo me quedé toda la noche recordando, me dolía todo el cuerpo, estaba molida, pero como que se me estaba antojando probar, esa sensación de placer era tan rica, pero tocarse con tanto dolor era imposible, al día siguiente, al volver durmió toda la mañana y parte de la tarde y mamá y yo salimos a hacer algunas cosas, esa noche, volvió a quedare, pero cuando me miraba, se notaba su sarcasmo, su morbo y sus ganas, yo traté de no verlo a los ojos.
Finalmente, nos volvimos a quedar solos, mamá tenía que volver al trabajo y yo al colegio, sería la última noche que pasáramos juntos, luego que mamá se fuera al hospital, me dijo que fuera a su cuarto, yo fui en bata recién bañada, no estaba borracho, era bueno, estaba en calzoncillos me llamó y me preguntó como estaba, le dije que bien, me dijo que me tomara una pastilla, me la tomé.
Me pidió que me quitara la bata, lo hice, me pidió que me metiera a la cama y lo hice me abrazó y me acarició, me pidió perdón, que no era el tiempo, pero que estaba tan linda y que siempre le había encantado, luego de acariciar mi cuerpo y ya estar medio prendidilla, me beso me subió encima de él y me jaló el cuello, no dejaba de besarme, con su legua dentro, succionando, sentí como su bulto crecía debajo de mí.
Le metí la mano en el calzoncillo y le acaricié la verga, me pidió que le besara el cuerpo y lo hice, hasta su cosota se la bese, le quité el calzoncillo y me levantó del pelo suave y me jaló de nuevo hacia él y siguió besándome, un rato más rosándome con su platanote bien paradito y durito, acariciándome, como siempre, cuando jugábamos.
Me dio vuelta y me quedé debajo, no dejó de besarme, luego siguió con todo mi cuerpo, tal como yo lo había hecho, hasta los pies, me mamó los pechos, los lamía, luego los chupaba, solo me beso suave por encima de mi cosita, me beso las piernas los pies, regresó a mi cocha y empezó a lamerme como si fuera un heladito, yo jadeaba, me estaba excitando muchísimo.
Me miró la cosa, se rio burlonamente y me dijo, “ya te deje abiertito el hoyo, hay que usarlo más, que esta bien apretadito”
Volvió a comerme la concha, yo acariciaba su cabeza, y levantaba las caderas con su lengua dentro, lo hacía bien rico y de repente no soporté más y termine en su boca le dije “que rico coges”, se incorporó y me besó, de nuevo, me abrazó y me dejó entrar la cosa de un solo golpe, bien pegadito a mi boca y mi cuerpo, a duras penas respiraba, se movía dentro de mi despacio, no tan duro, sentía bien rico, lo abrace con mis piernas y mis brazos, no dejaba de besarme y penetrar, me estaba gustando tanto.
Me estaba volviendo loca ese ritmito rico, me dolía suavecito, dejé de besarlo y le dije voy a acabar, no me dejó de abrazar y no cambió el ritmo, me miraba serio a los ojos, me dijo “dame tu placer, quiero gozarte, quiero que disfrutes, quiero que tu cosita este muy mojadita mi amor, me gustas tanto, te deseo tanto, ¿sientes como me pones de duro? Nunca goce de hacérselo a alguien como contigo, he desvirgado a varias, pero nunca disfruté tanto, esto es la gloria mi amor, estas bien apretadita y lo estoy gozando, yo jadeaba y lo miraba extasiada, no dejaba de darme, sin cambiar ritmo, se miraba tan lindo, con los ojos rojos de placer, jadeando y sudado, no pude más, chillé, el me apretó toda la verga sin moverse dentro y yo terminé más rico, no dolía tanto y era como un orgasmo dulce y prolongado, “gózame mi amor, estoy para darte placer y hacer que tu cuquita se vuelva loca”.
Lo solté cansada, me embistió unas cuantas veces, lo que hizo que mi placer se prolongara, salió de mí, con su verga venuda, peluda y gorda toda mojada de mí, como pude me acomodé arrodillada entre sus piernas, lo miraba y acariciaba su cuerpo, luego me quedé viendo su verga parada y mojada, finalmente, cuando pude respirar, baje para limpiarlo y hacer que su placer quedara en mi boca.
Se la mamé despacio, mientras él con las manos sosteniendo su cabeza, me miraba, yo subí la mirada para ver su cara morbosa y sería, disfrutar de mi boca en su pollota, una quinceañerita, se le estaba entregado y quería dejarlo bien satisfecho, me había dado tanto placer que quería hacer lo mismo, le acariciaba los huevotes, el gemía de placer, sin decir nada, con las piernas bien abiertas y ligeramente dobladas.
Lo mamé un rato y finalmente me tomó del pelo y me apretó contra su vientre, me ahogaba, me la metió toda hasta la garganta, no dejó que me moviera, solo me dejó allí lo apreté con los labios, medio succioné, ya que tanto le gustaba que se lo hiciera con la vagina, le acaricié los huevos, y se vino en mi boca, “que rico mamas, nadie me mamó tan rico, ni estuvo tan dispuesta a complacerme y darme placer, me encanta tu boquita, me encanta dejarte llena de mi”, aunque ya no le salía leche, no me dejó mover, hasta que se le aguadó en mi boca, al sacarla, mucha saliva, semen salió y su placer, en su mayoría me lo tragué, me había gustado tanto tragar leche, que con gusto me lo hubiera ordeñado de nuevo.
Me pidió que me acostara y lo abrazara, dormimos abrazados un rato, luego se dio vuelta y dormimos hasta la madrugada, cuando ya estaba repuesto y listo para más sexo.