Sin ti y aún contigo
Comienzo a tocarme, me imagino siendo tomada por ti, me imagino siendo deseada y humillada ante un amor más grande que cualquier otra cosa en ese mundo vil y ruin en el que ahora me encuentro. Mis manos recorren mis pechos, mis pezones, aquellos que tu lengua conocía tan bien...
Sola, así me siento, así me he sentido desde el día en que te fuiste, huiste de mi vida, dejando una esperanza nula de encontrar de nuevo la felicidad.
Me hundo en las sábanas que aun recuerdan tu nombre, las almohadas que aun conservan tu olor, el olor a sexo, a toda la pasión que desbordábamos juntos aquí, en esta cama, en donde, ahora tu lugar está vacío y nunca se ha de volver a llenar. Te mentiría si dijera que nadie a dormido aquí conmigo, que no rompí la promesa de jamás traer a otro hombre aquí, he querido olvidarte, borrar este olor tuyo de mi piel, eliminar la escéncia de aquel tu cuerpo que embriagaba, que embriaga al mío con sólo mirarme.
Comienzo a tocarme, me imagino siendo tomada por ti, me imagino siendo deseada y humillada ante un amor más grande que cualquier otra cosa en ese mundo vil y ruin en el que ahora me encuentro. Mis manos recorren mis pechos, mis pezones, aquellos que tu lengua conocía tan bien, mis pezones que ahora se encuentran erectos, erectos para ti, dispuestos a que vuelvas a jugar con ellos, los lamas, los succiones, los muerdas. los toco de la forma en que lo hacíais tú, tratando de igualar la manera en que me hacías sentir, pero nada es suficiente, nada eres tú.
Deslizo mis manos por mi vientre e imagino que ahora lo estás besando, que tu lengua crea círculos para jugar con él, que tu aliento se siente por toda mi piel y yo ruego por que llegues a donde quiero que estés, a donde tú sabes que exploto, me conoces tan bien. Continuo mi camino hasta tocar el vello de mi pubis, perfectamente recortado, como a ti te gustaba, como tantas veces me lo pediste, y como siempre, te complací en tus deseos. Me siento muy húmeda y mojada, tus recuerdos siempre me llevan a un grado de pasión desesperante, siento mis fluidos salir desesperados de mi vagina, rogando por que los toque de una vez, me complazco a mi misma, me toco suavemente, localizo mi clítoris y comienzo a masturbarme, primero hago pequeños círculos en torno a el, imagino tu lengua, chupando, succionando, haciéndome tuya, totalmente tuya, como lo fui siempre,
Llevo mi otra mano hasta ahí y comienzo a penetrarme, primero con un dedo, suave, sintiendo la textura de mi flor de 16 años, 16 años que a ti no te importaron y me tomaste mucho antes de besarme, mucho antes de siquiera hablarme, fui antes mucho antes de saber quien eras tú. Las embestidas de mi mano son cada vez más fuertes, más te pienso, más te deseo en ese momento, tal vez mucho más que nunca de lo que te desee, sigo masacrando mi clítoris y penetrando a mi misma, muriendo en el ansia de que seas tú.
Siento que estoy a punto de llegar al clímax y mi ritmo se hace mucho más acelerado ahora, un gemido ahogado sale de mi pecho y siento la eyaculación salir de mí, como tantas veces salieron enzima de tu miembro que de aquella forma animal me hacía suya, me penetraba y me hacía querer más, cada vez más, me corro y el orgasmo que siento es tan intenso, tal vez mucho más intenso de los que tuve contigo, me corro y siento toda la dicha que me es arrebatada día con día en que no te tengo. Silencio, todo es silencio, la cama está mojada debido a mi eyaculación, debería pararme y cambiar las sabanas, pero no lo hago, me gusta oler a sexo, al sexo que aun sigues provocando sin estar aquí, estar con ella que es ella para ti sin que yo sea nadie, sólo un recuerdo, ella, a la que tocas y le haces el amor, tal vez como lo hiciste alguna vez conmigo.