Sin tabús 1: Una amiga especial
Intentando abrir mi vida sexual conozco a una maravillosa chica transex que me va descubriendo los placeres del sexo bisexual
Esta es mi historia. La historia de un chico que descubrió un nuevo mundo lleno de sensualidad, morbo y placer sin ningún tabú y quiero contarla porque me cambió la vida. Yo era un chico normal, me conservo bien porque me gusta mucho hacer deporte y procuro ir bien vestido, pero no soy un seductor que cada semana se ligaba a una chica nueva. Simplemente había salido de vez en cuando con alguna chica como cualquier joven tímido.
Aunque no había tenido muchas experiencias sexuales, tampoco era una persona inexperta en el sexo, incluso había tenido una novia que me había penetrado con su consolador, y habíamos hecho un trío con otro chico. Así que me podía considerar un chico de mentalidad abierta que no había tenido problemas de, en algún momento de mucha excitación, jugar con la polla de otro hombre. Pero lo que viví estos días fue algo que cambió mi ser completamente.
Tenía una época, como casi toda mi vida, con poca actividad sexual. Había salido con alguna chica pero eran relaciones insulsas que no me llenaban. Así que decidí meterme en una web que se usan para conocer gente y ligar. Había muchos chicos y pocas chicas, como pasa siempre, y la mayoría de la gente parecía que quería más chatear que quedar para conocernos en real.
Pero todo cambió cuando Candy respondió a mis mensajes. Era una chica preciosa, morena, con una dulce sonrisa, elegante y con un cuerpo perfecto. Candy era una mujer transexual femenina y muy atractiva. Era toda una mujer con la que yo no tuve ningún reparo en quedar con ella para conocerla y que si conseguía seducirla estaría encantado pues para mi era una mujer cien por cien.
Quedamos una tarde de manera improvisada a tomar un café en un pequeño bar y superó todas mis expectativas, era mucho más guapa, elegante y atractiva que en las fotos y sentí una inmediata atracción por ella. Congeniamos muy bien, hablamos de muchas cosas con total confianza e incluso nos contamos experiencias y anécdotas sexuales íntimas como si nos conociéramos de toda la vida. Candy me comentó que le excitaba mucho hacer un trío con dos chicos y yo le comenté que ya había hecho un trío con una exnovia mía y otro chico y que no me importaría volver a repetir la experiencia. A Candy le encantó la idea y cuando a la salida del bar nos despedimos nos dimos un beso y un abrazo que a mi me electrificó. No digo que me empalmó porque llevaba un buen rato super empalmado sólo por estar a su lado. Para mi fue un beso maravilloso.
Los siguientes días estuvimos en contacto y fuimos incrementando nuestra confianza. Me volvió a comentar su fantasía de hacer un trío con dos hombres e incluso que yo besara y chupara la polla al otro chico. Yo me excitaba tanto pensando en su cuerpo y en hacer el amor con ella que todo me parecía bien, incluso cuando me sugirió que mirase porno gay. Empecé a hacerlo y le confesé que me fijaba en esas pollas grandes y duras que salían en las fotos y eso a ella le gustaba. Incluso ella misma me envió algunas fotos de pollas y de chicos follando y me decía que le gustaría verme a mi en esa situación. Confieso que, aunque no me considero gay, me excitaba imaginarme un trío y sentir por un rato una polla dentro de mi boca o incluso más cosas. Pero eran sólo fantasías.
Hasta que un día Candy me llamó de repente y me dijo que iba a quedar con un amigo suyo que era bisex, que le había hablado de mi y que quería conocerme. Que viniera y así podría besar a otro hombre como yo deseaba y que podría tocar y chupar una polla de verdad.
No lo dudé, su sugerencia me la tomé como una orden. Candy me hablaba con tanta seguridad que parecía que me conocía mejor que yo mismo y sentí que debía obedecerla sin pensar más.
Fui corriendo a su casa, la polla me dolía porque la tenía durísima dentro del pantalón todo el trayecto, y cuando me abrió fue espectacular. Alta y elegante nos besamos con pasión y me acarició notando mi bulto. Estaba claro que esa tarde iba a tener sexo, y que mi sueño de hacer el amor a Candy se haría realidad, un sueño que deseaba muchísimo.
- mmm Jorge, vienes muy excitado. Me encanta lo varonil que eres y lo durita que tienes tu polla pero hoy vas a probar a ser muy gay - dijo Candy mientras me acariciaba mi paquete.
No respondí, estaba hipnotizado y me sentía que tenía que obedecer todo lo que me decía. Me cogió de la mano y me llevó hasta el salón donde estaba su amigo Rober.
- Entra Jorge, te presento a Robert, le he hablado de ti y está deseando conocerte- dijo Candy abriendo la puerta del salón.
Entré con la intención de saludar a Robert dándole la mano, pero me quedé helado al ver que Robert estaba sentado en el sillón totalmente desnudo acariciándose su tiesa polla. Yo estaba paralizado pero Robert me saludó
Hola guapo, encantado de conocerte, Candy ya me ha dicho que te gustan mucho las pollas así que nos vamos a llevar muy bien - dijo Robert acariciándose su polla de arriba abajo.
ho ho hola - acerté a balbucear sin moverme.
Ven Jorge, no te quedes parado, desnúdate y acércate para que podamos estar juntos los tres- dijo Candy mientras me desabrochaba la camisa y me llevaba hasta el sillón.
Sin decir nada me desnudé completamente y noté que mi polla estaba excitadísima. No sé porqué la situación me estaba excitando muchísimo aunque yo estaba muerto de vergüenza. Candy me besó con tanta pasión que me olvidé de todo incluso cuando ella me empujó mi cabeza hacia abajo hasta tocar con mis labios la polla de Robert.
- Chupala amor, chupa esta rica polla que es para ti, chupala que estas deseando sentirte gay por un día - me iba diciendo Candy mientras acariciaba mi durísima polla - tienes una polla riquísima, sé que eres muy macho, pero hoy quiero que te sientas muy maricón, chupala amor.
Abrí la boca y empecé a chupar la punta de Robert, pero en seguida Candy empujó mi cabeza y me entró toda la polla en mi boca. La sentí caliente, dura, me llenaba toda la boca y me pareció agradable. Noté como se iba poniéndo más dura y me gustó saber que mi felación le estaba gustando a Robert.
Antes de que pudiera pensar sobre la situación Candy se puso a chupar mi empalmadísima polla. Uff fue increible. Jamás había disfrutado tanto. Era sin duda la mejor mamada que me habían hecho en mi vida. Candy era maravillosa y se notaba que chupaba mi polla con deseo. Se notaba que ella también estaba excitadísima por la situación y eso me agradó mucho porque yo sentía la obligación de complacerla y obedecerla en todo. Era maravilloso.
- Que polla más rica tienes Jorge, ya te la había notado por debajo del pantalón, pero ahora que la chupo es una verdadera polla de macho - me decía Candy con voz cada vez más excitada - pero hoy voy a convertirte en una verdadera maricona y voy a hacerte que desees más y más pollas ya lo verás. A que estás disfrutando con la polla de Robert en la boca?
Yo estaba descontrolado, me moría de placer notando la mamada de Candy y a la vez yo mismo chupaba con más y más deseo la polla de Robert, me la pasaba por la cara, la admiraba y me la volvía a meter dentro de mi boca inmediatamente como si chuparla me fuera la vida.
Como decía Candy me estaba sintiendo muy gay, pero no me importaba, era el deseo de mi amada y yo lo estaba disfrutando.
Aún con la polla de Robert en mi boca noté como unos dedos se introducían en mi culito y me lo llenaban de lubricante. Era Candy, que inmediatamente después y sin dejarme sacar la polla de Robert de mi boca, me introdujo en mi culo un consolador grandecito. Fue toda una sensación porque , aunque mi culito ya había sido penetrado por otros consoladores, este era más grande aunque con lo excitado que yo estaba y lo bien lubricadito que Candy me había puesto el culo, me entró con mucha facilidad.
Robert dejó paso a Candy que me metió su polla entera en mi boca. La polla de Candy era maravillosa, mucho más grande que la de Robert no me entraba en la boca, pero la chupé como si fuera el mayor de los manjares. Yo estaba a cuatro patas chupando la preciosa polla de Candy y Robert movía el consolador en mi culito.
- Te gusta maricón? - decía Candy mientras empujaba mi cabeza con fuerza para que me entrara toda su enorme polla en mi boca - di que te gusta, quiero oir que deseas una polla, quiero notar que hoy eres muy gay.
Yo estaba totalmente sometido, sólo sentía placer chupando la deliciosa polla de Candy. - sí si quiero tu polla amor - decía cuando podía abrir la boca y respirar - quiero muchas pollas, deseo mamar y que me follen.
Ni yo mismo sabía porqué decía esas cosas, pero creo que las sentía realmente.
- Sí putita, así así, que bien mamas - decía Candy con voz entrecortada- me estás dando mucho placer, eres mi macho-gay, me encanta haberte convertido en una maricona. Voy a hacer que chupes muchas pollas y que te empotren tu dulce culito las pollas más grandes.
De repente noté como me sacaban el consolador y volví a notar inmediatamente mi culito lleno. Era Robert que me estaba follando mi culito. Yo estaba sorprendido, eso no estaba en mis planes, estaba siendo follado por una polla de un chico y me la estaba metiendo hasta dentro agarrándome mis caderas con sus manos. Afortunadamente su polla no era muy grande y mi culito estaba muy lubricado por lo que entró con mucha facilidad y confieso que me estaba dando mucho placer.
- mmm que culito más tragón tiene mi putita - decía Candy mientras yo seguía chupándosela aunque me estaba ahogando - ya sabía yo que te iba a gustar mucho mi amigo Robert.
Yo estaba disfrutando como nunca de la situación, pero saqué la polla de Candy de mi boca porque me estaba ahogando de lo grande y gorda que la tenía. En ese momento nos recolocamos todos, Robert sacó su polla de mi culito y Candy se puso detrás mío. Me agarró fuertemente de las caderas y sin que me diera tiempo a decir nada me clavó su enorme polla en mi culito. Solté un grito y los ojos casi se me salen. Candy me había abierto mi culo completamente y de un empujón había metido toda su polla hasta el fondo. Se pegó a mi tanto que noté sus huevos golpear contra los míos y sus duros pechos presionando mi espalda.
El culo me dolía, notaba que su polla me quemaba y me desgarraba mi culito, sólo se suavizaba con los dulces besos que Candy me daba en el cuello mientras me susurraba al oido lo maricon que yo era.
Te gusta mariquita? , me encanta convertirte en gay, sé que lo estás disfrutando, pide más polla, dimelo - me decía Candy mientras aceleraba el ritmo de su penetración empotrando su polla que cada vez estaba más dura en mi culo.
Sí, sí, lo deseo, aaggg, quiero más pollaaaas, agggg - yo pedía más polla entre gemido y gemido de dolor y de placer.
Ante mi petición Robert se puso delante de mi y metió su polla en mi boca. Me estaban follando por los dos agujeros a la vez. Candy mi culito y Robert mi boca. Los movimientos se acompasaron y cuando Candy empujaba para clavarmela hasta el fondo yo me tragaba toda la polla de Robert hasta la garganta. Era una situación de máximo placer sobre todo cuando Candy me agarró mi empalmadísima polla y empezó a masturbarme salvajemente.
Correte maricón, correte - me decía Candy acelerando su follada- que estas disfrutando de dos pollas y te estoy pajeando tu delicioso pollón enorme y duro que lo noto cargadísimo de leche.
si, si siiiiii.
No pudimos más, nos corrimos los tres a la vez entre gemidos y gritos. Yo notaba las convulsiones de la polla de Candy en mi culo que me volvían loco a pesar del dolor. Y mi orgasmo también fue brutal, soltando chorros y chorros de semen contenido.
Fue totalmente salvaje. Ya no me importaba si Candy me quería convertir en gay o no. Solo deseaba servirla, obedecerla, ser suyo y seguir disfrutando de este extasis.
Cuando nos recuperamos del orgasmo Robert se fue y mientras Candy se relajaba totalmente desnuda tumbada en el sillón yo, sólo con mis calzoncillos puestos, fui a la cocina y le preparé la cena.
Se la llevé al salón en una bandeja y a Candy le encantó, el sexo da hambre.
- Ven Jorge, ponte a mi lado mientras como y come tú también un poco de polla mía.
Me agaché debajo de la bandeja y me puse a mamar su polla que estaba otra vez dura.
Candy estaba viendo la película Brokeback Mountain y cada poco me sacaba de debajo de sus piernas y me comentaba la pelicula.
Te gustan Jorge?, te gusta el protagonista? A que es guapo? - me decía Candy
Sí amor, sí es guapo-
Así me gusta Jorge, eres un cielo, me encanta que te gusten también los hombres guapos. Me gustaría verte como te besas con mucha pasión con un hombre.
Sí amor, lo haré, lo estoy deseando - dije yo mientras volvía a mi sitio a chupar esa preciosa polla otra vez empalmadísima.
Cuando terminó de cenar me mandó recoger toda la cena y yo obedecí encantado y sumiso y después nos pusimos a hacer un 69 maravilloso.
- Me encanta tu polla Jorge, siempre está dura - decía Candy mientras se sentaba encima de mi polla metiéndosela hasta dentro.
Candy me cabalgó con fuerza mientras se masturbaba su polla delante de mi cara y me pellizcaba mis pezones. El orgasmo nuevamente fue brutal. Yo llené su culito con mi leche y ella empapó mi cara con su corrida. Acabamos tumbados besándonos con mucha pasión
Amor, estoy no me lo había imaginado, pero eres maravillosa, estoy en la gloria- dije yo.
Lo sé cielo, esto es solo el principio. Los dos somos muy morbosos y no tenemos tabús y vamos a disfrutar muchísimo. Y aunque me encanta tu polla y lo bien que follas voy a descubrirte también tu lado gay para que seas un bisexual completo.
Como quieras amor, soy tuyo - le dije antes de fundirnos en un beso enorme.
Si os gusta seguiré contando las aventuras de Jorge en cuanto tenga tiempo.