Sin ropa interior para viajar!

Nos vamos de viaje y mi pareja me quiere lista para cualquier travesura que podamos hacer en el lugar menos indicado.

Hace unos años, nos fuimos de viaje a China, ya mi pareja había ido antes por negocios, pero esta vez quería llevarme con él. Fue un viaje largo, pero maravilloso.

Desde que estábamos planeando el viaje, mi pareja me decía que quería que yo desde salir de la casa al aeropuerto fuera lo más provocativa posible, ya que él en cualquier momento quería tocar mis partes muy discretamente, razón por la cual decidí viajar en vestido y sin ropa interior, salimos de la casa y comenzó nuestra maravillosa travesia.

Abordamos, despegamos y sirvieron la comida, por ser un viaje algo largo y que viajábamos de noche, llega un momento que el avión se apagan las luces para que los pasajero puedan descansar, en ese instante, me dice que me quiere tocar y yo sin dudarlo me pongo cómoda y espero que me haga lo que él desea, literalmente puedo decir que la sensación fue estar en las nubes, cada vez que él me toca me vuelve loca, me dan ganas de gemir, de mover mis caderas, de apretar su cuerpo contra el mío, pero en este caso no podía hacer nada, solo me tocaba morder mi almohada viajera y mover muy suave y lento mi cuerpo entre la manta que el avión proporciona para el viaje, ya que no podía sentir todo su cuerpo pegado al mío, puse mi mano dentro de su pantalón para poder sentir lo duro y caliente que ese hombre estaba por mi, le acariciaba la verga muy suave u se la apretaba delicadamente entré mis dedos hasta que no me pude resistir y acomode mi cuerpo de tal manera que pudiera hacerle sexo oral, me gusta mucho chuparle su gran verga, lamerle y hacerle que me la diera toda, que me llenara de leche, quería sentir su leche caliente en mi boca, quería darle mucho placer sin que nadie se diera cuenta de lo que estamos haciendo, por eso lo hacía con mucha pasión por segundos y luego paraba por segundos, no puedo describir ese placer tan maravillosos que es estar haciendo algo prohibido que estas gozando en un lugar tan pequeño y con tanta gente, pero lo hicimos y resultó, lo disfrute mucho y me hizo terminar riquísimo y por supuesto me dejo con ganas de más, ganas que nos duraron todo el viaje, y que disfrutamos en  muchas ocasiones, lo hicimos un millón de veces y queríamos más, así que al llegar al aeropuerto en el que hicimos la primera escala, nos fuimos al VIP y pedimos acceso para ducharnos, nos metimos al baño los dos y lo hicimos de nuevo, me subió el vestido de inmediato me giro, de tal forma que mi cara quedara de frente a la pared y me penetro por detrás, Oh Dios, lo que siento cuanto este hombre me penetra es una cosa del otro mundo, la satisfacción que me da nunca la había sentido, el placer, de inmediato mi cadera se arquea, mis gemidos aumentan poco a poco, hasta llegar a un punto que exploto, el me agarra los senos, me toca el clítoris, Dios esas caricias, sus besos por el cuello, su manos fuertes agarrando mi culo y dándome duro, el sonido que producen los cuerpos al tener ese choque piel a piel cuando entra y sale su verga, escuchar cómo me dice al oído “mamita que rico, dame más” ese deseo de querer besarlo y abrazarlo y el placer de sentirme dominada por mi hombre, sentir su respiración agitada, todo eso me hace llegar a las estrellas, al infinito, me hace sentir la mejor que he podido experimentar en la vida, sentir como bajan mis fluidos sobre mis piernas, como el descarga todas sus ganas y me da placer, me da leche, mi leche, que rico, que delicia, que maravilla que me las de toda así papito!

Rápidamente teníamos que salir del baño porque otras personas también necesitaban usarlo, así que nos duchamos rápido y salimos como si nada… en búsqueda de nuestra próxima experiencia.