Sin remordimientos I

Soy un sociopata. No se confundan, no soy agresivo, simplemente soy incapaz de sentir emociones al manipular a alguien. Incapaz de empatizar o de sentirme culpable.

Soy un sociopata. No se confundan, no soy agresivo, simplemente soy incapaz de sentir emociones al manipular a alguien. No puedo empatizar o sentirme culpable, amar o sentir lastima, me resulta difícil entablar amistad sincera. Eso si, me encanta controlar a la gente.

Me aburre mucho comunicarme con la gente, estar pendiente del lenguaje no verbal y leer entre lineas. Lo cual no significa que no me de cuenta de esos sutiles detalles.

La historia es 100% real. Pero he cambiado los nombres por seguridad.

Soy un chico en la veintena, estatura media, complexión grande, media melena rubia y con ojos azules. No me considero guapo, pero no soy feo. Aún en época de exámenes, decidí ir a ver a mi novia Britget, muriendo de ganas por desnudarle y hacerle el amor mil veces. En exámenes me vuelvo aún mas adicto al sexo, cosa que mi pareja no comparte. Brit es unos años menor que yo, su ovalada cara queda enmarcada en unos rizos rubios, el azul de sus ojos casi rivaliza con los míos. Tiene unos tienos 1,6 metros, las tetas mas lindas que haya visto nunca y su respingón culo remata su espalda.

El resumen de ese día, en el que me fui de su casa mas caliente que un horno, es que logre leer en su facebook un único mensaje de un chico con el que intentaba ponerme celoso, Mario. En dicho mensaje sólo ponía una palabra. vale, el resto de la conversación había sido borrada. No le di importancia, la tarde transcurrió aburrida y se quedo dormida mientras veíamos una peli. Brit se quedó dormida y yo aproveche para irme de su casa.

Al llegar a mi cama no podía dormir, algo estaba pasando y yo no quería darme cuenta. Tenía que investigar. día

Al día siguiente, notaba sus mensajes extraños, tengo que ponerme a analizar conscientemente las conversaciones para darme cuenta de  que algo sucede, así que espere a la noche para revisar su correo, casualidad que lo dejara abierto en mi pc la última vez que estuvo en casa.

Nada más abrir su cuenta, busqué el nombre de Mario. BINGO!, se enviaban mensajes desde una conocida web de fotografía. Recuperé su contraseña y accedí a la cuenta, dispuesto a leer la conversación. Cual fue mi sorpresa al enterarme que habían estado en su casa viendo una peli, cuando terminaron besándose y él bajar la mano de su espalda al pantalón. Qué mal sienta tu propia medicina, después de 8 años de relación y varias mujeres pasando por mi cama a sus espaldas, me paga con la misma moneda. Entré en cólera y le llamé al móvil sin éxito, así que llame a su casa, despertando a todos para hacerle una única pregunta: ¿quien besa mejor? ¿Mario o yo? Su respuesta fue inmediata - Prefiero hablar esto en persona.- Por supuesto que íbamos a hablarlo, el trayecto que normalmente realizo en15 minutos lo hice en 8. Estaba cabreado, odio sentirme engañado. YO! EL REY DE LAS MENTIRAS, ENGAÑADO!

Tras varas semanas de charlas sobre si debíamos volver a ser pareja volvimos a estar juntos. Eso significó tener en 3 semanas mas sexo que en los últimos dos años. ¡Esta jugada podía salirme bien! Brit hacia todo lo que yo le pedía, intentaba enmendar su desliz con sexo y yo le ayudaba a sentirse peor. Cuando noto que el sexo está bajando le echo en cara cualquier cosa relacionada con Mario y enseguida se vuelve más sumisa.

Pero no es esa la historia que quiero contar hoy, el asunto era que me sentía en desventaja, incomodo por no devolverle el favor, pero mi oportunidad no se hizo esperar:

Salía de casa de un amigo y me encontré de frente con ella. Una vieja amiga, que conocí a través de su exnovio. Latina, tez bronceada con diversos tatuajes, ojos almendrados color café, chiquitita, tetitas respingonas y culo pequeño durito. Desde que la conozco me ha parecido atractiva. Me enseñó su nuevo piercing en el septum y yo le enseñé el mío. Tengo cierto fetiche con los piercings. Estaba tan a gusto hablando con ella, que terminamos en un bar de la zona con una amiga suya. Después de varias cervezas que nos soltaron la lengua y, tras criticar a nuestras parejas, la conversación empezó a calentarse, momento en el cual conté que he tenido aventuras con chicos, cosa que a ella sorprendió. Ruborizada, me confesó que ella también ha tenido relaciones con chicas. Después de más cerveza y chupitos, nos despedimos de su amiga.

Como buen caballero, le acompañé al portal de su casa. En el beso de despedida intentó besarme, le rechacé y abracé. No soy un chico fácil!

  • Tina, ¿Que haces?-

  • Quiero besarte-

  • No podemos, yo estoy con Brit!-

  • Me da igual, no sería la primera vez que le engañas. Además, he visto como me miras-

Cuanta razón tenía, me moría de ganas por besarle esos finos labios.

Me separé de ella lo justo para mirarle, ponerle el índice en la barbilla y subírsela hasta que se quedara mirándome. Acerqué mis labios, aún recuerdo su leve olor a tabaco y la sensación de su lengua en la boca, recorriendo cada hueco. buscando mi lengua. En plena calle nos estábamos besando y frotando, hasta que ella me susurró al oído:

-Me muero por follarte, ¿tienes sitio?-

Pensé rápido; en su casa no podíamos y en la mía estaba mi familia durmiendo. -Podemos ir a mi coche- le dije.

Continuamos por la calle camino a mi casa, parando para besarnos y meternos mano. En mi cuerpo disfrutaba sus besos, sus mordiscos y su roce, en mi cabeza solo se repetía un "Jodete, Brit".

Llegamos a mi garaje, abrí el coche y nos metimos en el asiento de atrás. ¡Estaba sucediendo!. Velozmente, se sentó en mis piernas y, mientras me besaba, empezó a rozarme el pantalón. No tardé mucho en meterle la mano por dentro de la blusa y acariciar sensualmente su piel, apretarle el costado. Me exita lo pequeña que parece entre mis manos. Le quito la blusa y el sujetador llevándome una pequeña decepción, sus tetas parecían más grandes vestida. Le subo la falda de tubo hasta sacársela por la cabeza, dejando al descubierto sus culott de encaje blanco. Resaltaba mucho contra su piel, así que me detuve un segundo a observarlo. ¿Se había cambiado cuando fue a su casa a por el bolso o siempre sale así de preparada? Es igual, sigo comiéndole sus pequeñas tetas mientras nos rozamos, ella mordisquea mi cuello mejor de lo que nadie lo ha hecho hasta ahora. Dios, si por mis instintos fuera se la metía ya mismo! Tiro levemente de ella, lo cual interpreta correctamente y se pone de pie en el sillón, apoyando la espalda en el cabecero del copiloto, me ayuda con sus bragas y me muestra muy de cerca su rasurada raja. La tengo muy cerca, me atrae como le huele, me gusta lo húmeda que está...Quiero probar ese coñito, así que no me lo pienso dos veces y le meto el primer lengüetazo. Le pilla por sorpresa y al tercero ya está retorciéndose y gritando mi nombre.

Que bien me lo estoy pasando, mientras me quito lo que me queda de ropa sigo humedeciéndole la raja de arriba a abajo. Me pongo el preservativo y dejo de comerle. No considero que tenga una gran polla, pero ella se sorprendió al verla, la acaricia y se sienta suavemente sobre ella. Siempre pongo especial atención a las primeras sensaciones al penetrar, pues si un pene tiene diferentes formas y tamaños, un coño es igual. El de ella es estrecho al inicio, pero se nota flexible al entrar un poco más. Bien lubricado y con algo de resistencia a mi acometida. Parece que ella hace lo mismo, disfrutando cada centímetro que le entra. Echa la cabeza hacia atrás, suelta un pequeño gemido seguido de mi nombre y, cuando está todo lo dentro que puede estar me mira con una cara lujuriosa y rodea mi cuello en un abrazo.

Los vaivenes no son acompasados, pero si sincronizados. Tina da dos caderazos en lo que yo doy uno. Joder, es muy rico. Menuda sorpresa ha resultado esta noche!

Es el momento de sacar la artillería pesada. Separo un poco mis piernas para obligarle a ella a hacer lo mismo. Entro más dentro en ella, lo cual le genera una oleada de placer que se ve reflejada en su cara. Me muevo aún más rápido y con mas fuerza, a lo que responde dejándose. Su cabeza casi roza el techo y sus gritos se escuchan por todo el aparcamiento. Tras su primer orgasmo, decido cambiar de postura, le tumbo y le levanto las piernas. Una de mis posturas favoritas. Después de salir del todo y entrar, la sensación es casi tan buena como la primera. Dejo que mi instinto me controle, le penetro con fuerza mientras le doblo un poco más, ella se deja y le viene el siguiente orgasmo. No para de gritar mi nombre.

-Si, hazme sentir mujer, papito- Una pequeña carcajada casi es audible. ¿Será posible? ¡Yo pensaba que eso era un cliché de las películas porno!

Lo malo de ser un chico grande en un espacio pequeño es que me siento incomodo y no se como moverme. Decido que en el siguiente orgasmo al que llegue, descanso. Ya van 20 minutos de polvo y me quedan otros 20 para correrme!

No se hace esperar mucho, le suelto los pies sin salir de ella y hacemos el misionero. Con una mano le agarro la cadera y con la otra un pecho.  Como se retuerce, joder, ojalá las tías con las que me he acostado se movieran lo mitad de bien que ella. Un gemido seguido de una pausa suya me hace saber que tiene otro orgasmo. Sigo penetrándole un poco mientras contemplo su silueta. Pienso en lo rica que está, en como se la estoy devolviendo a Brit y en lo divertido que va a ser mirar a mi amigo a la cara después de esto. Con un solo polvo puedo tachar 3 cosas de mi lista de deseos: follarme a una madre, a una latina y a la novia de un amigo.

Salgo, ella se sienta sin aliento, exhausta. No, nena, yo quiero más. Empiezo a acariciarle el interior del muslo y noto como se va aturdiendo. QUE?! ME VA A DEJAR A MEDIAS?! efectivamente, se duerme. Mezcla de cansancio y borrachera.

Como ya he mencionado, soy un caballero, así que dejo que duerma mientras me recuesto al otro lado pensando en todo lo sucedido.

Tras un par de horas, despierto a Tina suavemente. Ella se disculpa por quedarse dormida y se excusa en la borrachera. Quedamos en que me debe un polvo de disculpa y le acompaño al portal. Ya amanece, por lo cual insiste en que no le acompañe a casa, pues está cerca de la mía.

Me meto en la cama sonriendo. Brit, te la debía!