Sin penetración (1) el encuentro

"Joven inexperto: busco hombre similar novato o con poca experiencia para iniciarnos en el sexo entre hombres, caricias, besos, magreos, mamadas, lo que deseemos, pero sin penetración, tengo sitio, pido higiene y discreción, si buscas lo mismo, ponte en contacto conmigo.

Me acababa de independizar de mis padres y por primera vez en la vida a mis 25 años disponía de un pequeño apartamento para mí solo en Barcelona.

Mi nueva situación de plena libertad me permitía dar rienda suelta a mis deseos más profundos y hacía mucho tiempo que lo que de verdad deseaba era probar el sexo con otro hombre, nunca había tenido ninguna experiencia y me pajeabaa diario  teniendo fantasías con todo tipo de tíos,  mientras disfrutaba del porno gay, me asustaba el cruising, así que decidí buscar la oportunidad que ansiaba a través de una página de contactos en Internet;

"Joven inexperto, 25 años 170 altura  y 70 kl:  busco hombre similar novato o  con poca experiencia para iniciarnos en el sexo entre hombres, caricias, magreos, besos,  mamadas, lo que deseemos, pero sin penetración, tengo sitio,  pido y doy  higiene y discreción, si buscas lo mismo, ponte en contacto conmigo."

Mi anuncio tuvo mucho éxito y en pocos días tenía una decena de correos con proposiciones de tíos que querían cubrir mis necesidades. Algunos alardeaban del tamaño de sus pollas:  "tengo 20 cm de rabo para que lo pruebes" , otros  me preguntaban por mi condición de activo o pasivo y  todos describían sus características físicas y su edad, había alguno de 50 pero también otro de sólo 18 años.  Algunos también me mandaron fotos enseñando sus cuerpos desnudos, muchos culos y varios rabos, algunos espectaculares.

Un tío que se describía como "macho maduro" se ofrecía a "darme lo mío", "no quieres penetración pero cuando pruebes mi polla me vas a pedir que te folle" me acompañaba una foto de un tremendo rabo, grueso y venoso, completamente erecto y con unos huevos enormes. Otro tío se interesaba por el tamaño de mi polla, "me gustan los tíos muy dotados",   otro me explicaba que su única experiencia era haberle mamado la polla a un colega borracho, tanto le había gustado que quería repetirla conmigo, "podemos hacer un 69, porque a mí también me gusta que me la chupen".

Recibir esos mensajes me puso tremendamente cachondo y decidido a dar el paso para contactar con alguien que satisfaciera mi curiosidad sexual.

Elegí a "Darío", así firmaba su correo. me decía que tenía 30 años y que, como yo, era novato, pero que hacía mucho que tenía el deseo de experimentar el sexo con otro hombre, se describía como  un poco más alto que yo, delgado, con el pelo muy corto, casi rapado, me decía  que iba al gym y que  tenía un cuerpo definido , con poco vello corporal y que buscaba exactamente  lo mismo que yo, sexo intenso con otro chico pero sin penetración, y sobre todo mucha discrección y limpieza, además se interesaba por saber más cosas de mí, haciéndome una serie de preguntas, si yo quería contestarle, y acababa pidiéndome que propusiera una cita para conocernos.

Le contesté: "Darío, he recibido tu email,  quiero decirte que me ha gustado mucho y que creo que eres lo que yo necesito para cumplir mis fantasías y puedo ser yo quien cumpla las tuyas.  Te interesas por mis experiencias y por cómo soy físicamente, en cuanto a lo primero te diré que no tengo ninguna experiencia con tíos, por eso prefiero probar otras cosas antes que la penetración, busco algo más suave para mi primera vez, además no sé si soy activo o pasivo, eso me lo han preguntado la mayoría de los que me han escrito, pero es algo que tengo que experimentar antes. Físicamente he de decirte que creo que no estoy mal, soy un poco bajito, 170 cm, pero me cuido y hago deporte y creo que tengo un buen cuerpo,  el pelo lo llevo muy corto y de color negro,  y  como tú, tengo poco vello, únicamente un poco en el pecho, y como me preguntas si me depilaría los huevos por tí, la respuesta es sí, me gustaría complacerte en lo que me pidas, no te cortes si quieres pedir algo.   Te propongo conocernos en un lugar neutral y si nos gustamos podemos ir a mi apartamento a hacer realidad nuestras mutuas fantasías, sin compromiso alguno, si no hay feeling por alguna de las partes, lo dejamos y como si no hubiese  pasado nada"

Nos mandamos varios correos más para saber cuándo y dònde quedaríamos y contándonos algunas de nuestras fantasías más íntimas. él me decía que una de sus fantasías era simplemente la de ducharse con un tío como yo y después , desnudos y recien bañados simplemente meternos juntos en la cama, retozando los dos,  frotandonos las pollas  abrazados mientras  nos morreábamos  entrelazando nuestras lenguas. Sus correos me ponían caliente, era lo que yo quería y como querái ponerlo cachondo lo que hice fue mandarle  un par de fotos mías, una acostado boca abajo en la cama, desnudo, la foto me la hice de espaldas,  desde la cabeza, se veía mi nuca y toda mi esplada desnuda, arqueada sobre las sábanas blancas de mi cama y con mi culo redondo y respingón en posición ansiosa, mientras mis pies asomaban al final de la foto , mi cuerpo ansía retozar con el tuyo, le dije. La otra me la hice al salir de la ducha, le mostraba mi torso desnudo,  húmedo, sin enseñarle la cara y   con gotas de agua que bajaban hasta la base de mi polla, que asomaba  en la parte de abajo de la foto,  pero  sin mostrarla entera, como esperando a conocer la de mi nuevo amigo.

Las fotos entusiasmaron a Darío, que pidió conocerme ya, sin más correos, "ardo en deseos de estar contigo y refregar mi cuerpo con el tuyo" "quiero ver y tocar esa polla y ese culo" "Joder tío no sabes lo cachondo que me has puesto".  Me dio su teléfono y me pidió que le llamara para quedar definitivamente.

Así lo hice, nuestro primer contacto telefónico fue intenso, su voz me sorprendió, era más grave que la mía, muy viril,  y me calentó  muchísimo  por teléfono  comentando lo que le habían parecido mis fotos y como se había pajeado con ellas, "quiero recorrer con mi lengua todo ese cuerpo, estás más bueno de lo que pensaba, estoy dispuesto a lo que sea para hacerte disfrutar, quiero correrme contigo..." Yo tampoco me corté y le dije que ibamos a disfrutar como nunca, que desde el primer día solo fantaseaba  con la idea de conocerlo y que solo de oir su voz me había empalmado como un perro en celo, quería conocerlo ya, "vamos a hacer realidad nuestras fantasías".

Quedamos el sábado siguiente, le propuse un  parque cercano a mi piso, era un lugar que yo conocía bien porque solía ir a hacer running y sabía que allí era fácil encontrarnos discretamente, le indiqué como venir porque él venía de un pueblo de las afueras de Barcelona. También preparé mi apartamento para, si todo iba bien, traerme a Darío conmigo a disfrutar nuestro encuentro, incluso dejé preparadas unas copas y cava para celebrarlo. Me vestí como una colegiala en su primera cita, cuidando cada detalle, me puse un boxer que había comprado expresamente, por detrás y por los lados era muy ajustado y casi transparente, hecho con tela de rejilla negra como las medias de las tías,  pero por delante la bolsa de los huevos era opaca y remarcaba de manera especial mi paquete, estaba espectacular y quería mostrarme así ante Darío para volverlo loco de deseo.

A la hora de la cita me fui hasta el parque, mi móvil sonó nada más cruzar la entrada, era Darío que ya me esperaba ansioso por conocerme. Enseguida le ví, estaba de pie a la entrada del parque, con su móvil pegado a la oreja, llamándome. Era como se había descrito, un poco más alto que yo, como 175 cm, no tan delgado como decía, llevaba ropa ajustada y parecía musculoso, su pelo era castaño y tenía unas pronunciadas entradas que disimulaba con el pelo rapado al uno.

Vestido con un pantalón tejano y una camiseta blanca ajustados, mis ojos se desviaron sin querer para mirar su culo, inmejorablemente remarcado dentro de los tejanos, él se volvió cuando yo le dije por  teléfono que estaba justo detrás de él y me dejó ver su cara por primera vez, con una barba de pocos días pero muy bien cuidada y una mirada traviesa, era un tío muy atractivo, nos miramos de arriba abajo sonriendo y enseguida supe que iba a pasar lo que tanto deseaba desde hacía tiempo y con el tío que más podía gustarme, porque además su mirada indisimulada me hizo sentir que él había sentido lo mismo al verme.

(continuará)