Sin palabras

Eres la vecina del piso de abajo, y el ascensor se para en tu planta y mientras se abren las puertas yo desde el fondo del ascensor recorro tu cuerpo aprovechando que miras hacia la puerta y creo que no me ves.

SIN PALABRAS

Entramos juntos en el ascensor, nos conocemos desde hace tiempo por ser vecinos y saludarnos en cuanto coincidimos, nunca hemos tenido una conversación, tan solo un hola y adiós.

Eres la vecina del piso de abajo, y el ascensor se para en tu planta y mientras se abren las puertas yo desde el fondo del ascensor recorro tu cuerpo aprovechando que miras hacia la puerta y creo que no me ves.

En el momento que se abren completamente las puertas, te giras para decirme “adiós” y me pillas mirándote el culo, sonríes mientras a mi me suben los colores y dices un “hasta luego”.

Yo le doy al botón de la siguiente planta mientras me digo lo torpe que soy al haberme quedado mirando tan descaradamente y no haber sido capaz de decirte nada, al mismo tiempo que imagino que estarás pensando que soy uno de esos mirones.

Sigo en mis pensamientos mientras la puerta se va cerrando lentamente y en ese momento me parece ver una mano que se introduce por la abertura de las puertas correderas paralizando el cierre de las mismas y haciendo que estas se vuelvan a abrir.

Me quedo mirando a ver qué ocurre y cuando se abren del todo apareces tu, que entrando a toda prisa al ascensor te colocas frente a mía escasos centímetros, que aun sigo apoyado en el fondo del ascensor y sin intermediar palabra alguna tus brazos rodean mi cuello mientras tu boca se apodera de la mía.

No me da tiempo a pensar, no sé lo que ocurre pero me dejo llevar e introduces tu lengua en mi boca mientras mis manos rodean tu cintura atrayéndote hacia mí.

Sin decir nada me coges de la solapa de la americana y tirando de ella me llevas hasta el portal de tu casa, llevas las llaves en la mano y en un par de segundos ambos estamos dentro de tu casa mientras hábilmente colocas el pestillo por dentro.

Sigo quieto sin saber ni qué hacer ni que decir, esto parece una película muda a la que solo le falta la música de fondo.

Me coges de la mano y tirando suavemente te sigo hasta el fondo del piso, la distribución es igual que el mío, se que vamos a la habitación.

Una vez dentro cierras la puerta y de nuevo te lanzas hacia mi boca que simplemente se abre y deja que tu húmeda lengua penetre e inspeccione mi interior, mientras yo como un autómata vuelvo a rodear tu cintura, es un beso apasionado.

Separas tu boca de la mía mientras tus manos retiran mi americana y la dejan caer al suelo, sigues con la camisa desabrochando botón a botón mientras tu boca esboza una sonrisa al mismo tiempo que tus ojos miran fijamente a los míos.

Yo simplemente me dejo hacer y tú arrodillándote en el suelo desabrochas mi cinturón y después el botón de mis pantalones que caen al suelo mientras yo me quito los mocasines ayudándome de los pies para no perder el tiempo.

Mi ropa está en el suelo desperdigada mientras tú aun sigues completamente vestida y de rodillas, tu boca se acerca a mi slip y sacando la lengua recorres a través de la ropa la totalidad de mi miembro que a estas alturas ya se encuentra totalmente en erección.

Me haces tumbarme boca arriba sobre la cama después de que hayas apartado el edredón y comienzas a quitarte la ropa quedando simplemente en unas finas braguitas, durante ese breve espacio de tiempo yo he colocado mis brazos bajo mi cabeza para ver con total comodidad el espectáculo que me ofreces mientras te desnudas.

Te acomodas sobre mí colocando una pierna a cada parte de mi cuerpo mientras tu coño aun cubierto por tus bragas hace contacto con mi polla aun a resguardo y comienzas a besarme con fuerza, con pasión, con deseo, mientras mis manos comienzan a recorrer tu espalda acariciando al mismo tiempo que atrayéndote hacia mí.

Noto tus pechos con sus duros pezones sobre mi pecho y con un movimiento rápido te doy la vuelta y te coloco sobre el colchón boca arriba mi boca comienza recorriendo tu boca, cuello, bajando hasta tu duros pechos cuyos pezones parecen estar esperando brindándome una especial bienvenida cuando mi lengua los recorre y mis labios los mordisquean, mientras tu respiración se va agitando por momentos y de tu boca salen al principio tímidos gemidos que se van transformando en soplidos.

Aparto tus braguitas de un lado mientras tu levantas el culo facilitándome la tarea de retirarlas del todo y a la vista queda un coñito totalmente rasurado que mi boca se lanza de inmediato a saborear abriendo tus piernas y dejando a la vista un pequeño clítoris hinchado y excitado.

Mi lengua recorre todo tu coño saboreando la gran cantidad de jugos que salen mientras tu cuerpo se arquea y lo que al principio eran gemidos se convierten en jadeos al mismo tiempo que tus manos atrapan mi cabeza impidiendo que me escape.

Tras unos minutos recorriendo con mi lengua tu desde tu clítoris hasta la entrada de tu ano ayudado por mis dedos, noto como se tensan tus piernas y tu cuerpo se estira mientras en tu boca se entremezclan jadeos, fuerte respiración y un “no pares” “sigueeee” hasta que noto de repente como tu cuerpo de relaja, tus manos sueltan mi cabeza y atrayéndome hacia tu boca me coloco a tu lado sin dejar de besarte y acariciar tus tetas esperando a que las pequeñas convulsiones de tu cuerpo vayan remitiendo.

Separo mi boca de ti y te veo sonreír sin decir palabra intentando pausar tu respiración mientras con tu mano retiras mis calzoncillos haciendo que mi polla salte hacia arriba al sentirse liberada de tan incómoda presión.

Tu boca se acerca a mi polla muy lentamente mientras me miras a los ojos sonriendo y tus labios atrapan mi glande rodeándolo con tu boca caliente haciendo que mi cuerpo se tense por el inmenso e increíble placer que me estás proporcionando, me quedo relajado observando lo que haces y tu boca comienza a tragarse poco a poco mi polla hasta no dejar nada a la vista.

El placer es increíble, sigues mirándome a los ojos estudiando mis reacciones mientras mi polla entra y sale de tu boca húmeda y caliente.

No puedo aguantar más, estoy a punto de correrme y no quiero hacerlo, tirando suavemente de tu melena te aparto. intento relajarme y pensar en otras cosas mientras veo como me sigues observando y se te escapa una sonrisa.

Te colocas sobre mí agarrando mi polla con tu mano y dirigiéndola a la entrada de tu coño, noto el calor que desprendes y eso me proporciona un enorme placer que que sube de intensidad al notar como tu coño absorbe mi polla hasta quedar totalmente dentro de ti.

Te quedas quieta por unos instantes como esperando a que se acomoden ambos y continuas besándome mientras mis manos van a parar a tus pechos amasándolos y pellizcando suavemente tus pezones haciendo que de nuevo de tu boca escapen gemidos todo ello sin borrar una maliciosa sonrisa de tu boca.

Empiezas a moverte despacio como si estuvieses cabalgando y aumentando la intensidad hasta el punto de que tengo que sujetar y guiar tu cuerpo porque has perdido el control y el ritmo y mi polla por momento se sale de dentro de ti, tus ojos se ponen en blanco, tu cara enrojece y tus jadeos suben de volumen mientras tus uñas se clavan fuertemente en mi pecho y de nuevo tensando tu cuerpo comienzas a correrte mientras tu cabeza se mueve sin control hasta que te dejas caer sobre mi pecho respirando fuertemente abriendo la boca para permitir la entrada de aire en tus pulmones para recuperarte al mismo tiempo que mis manos acarician tu espalda.

Cuando noto que tu respiración se ha pausado y en la posición que estamos te doy la vuelta colocándome sobre ti y cogiendo tus piernas coloco un tobillo en cada uno de mis hombros y encaro mi polla a tu coño metiéndola poco a poco hasta que no entra mas, tu cara es un poema no sabes si reír o resoplar y más bien haces esto último.

Apoyando mis manos en el colchón mi polla comienza a entrar y salir despacio de tu coño notando la estrechez del mismo y llegando hasta el final la vuelvo a sacar completamente mientras tus manos cogidas a mi culo intentan evitar que me salga.

Voy cogiendo el ritmo y las embestidas son cada vez más profundas y rápidas y de nuevo tus ojos se ponen en blanco, eres incapaz de coordinar tu respiración y estoy a punto de correrme.

Te miro a los ojos como esperando tu aprobación y por respuesta tus manos me aprietan más hacia ti haciendo más profunda la penetración, no puedo aguantar y comienzo a correrme mientras de tu boca sale un “siiiiiiiii” y mi polla empieza a sufrir los espasmos propios de una inminente corrida que hace expulsar toda mi leche hacia el interior de tu coño, de tu boca sigue saliendo un único “siiiii” mientras yo intento aguantar la postura que debido al enorme placer que estoy sintiendo en este momento me es increíblemente complicado.

Tras haber expulsado toda mi leche en tu interior me dejo caer suavemente sobre ti mientras recupero el aliento y mi polla comienza a perder su dureza y sale de tu interior por ella misma.

Me aparto de ti y quedamos tumbados uno junto al otro mientras nos miramos ambos sonrientes e intentando recuperar la respiración.

De repente te levantas en dirección al baño y durante unos segundos se oye el sonido del agua al correr por el bidet, y al momento sales envuelta en una toalla secándote mientras aun sigo tumbado en la misma posición en la que estaba cuando te fuiste.

¿Qué tal? – Me preguntas –

Ahora no puedo pensar ni en lo que ha pasado ni como ha pasado – te respondo yo –

Llevo tiempo observándote y me creabas un morbo increíble, pero no sabía que decirte ni como decírtelo – me cuentas mientras te vuelves a tumbar a mi lado – además los dos estamos casado y nunca hemos mantenido una conversación.

Para ser la primera vez que hablamos no está mal – te respondo riéndome –

A ti también se te escapa la risa y me gusta ver como suena.

Pero te has dado cuenta que te llevo veinte años de diferencia – le digo - ¿Qué ha hecho que te fijes en mi? – pregunto –

Ya se la diferencia de edad – responde – pero eso no me importa, me pareces atractivo y lo dicho, me das mucho morbo.

Y ahora tenemos que vestirnos que se nos ha hecho tarde y nos van a pillar – me dice mientras se incorpora de la cama –

Yo miro el reloj y de un salto me pongo en pie, me acabo de dar cuenta que llevamos más de una hora aquí y de inmediato empiezo a buscar mi ropa vistiéndome a toda prisa mientras me miras riendo.

¿Repetiremos? – preguntas –

¡Repetiremos! – te respondo mientras voy abrochando mi camisa a toda prisa al mismo tiempo que voy saliendo de la habitación, me acompañas vestida únicamente con una toalla enrollada a la cintura.

Te colocas detrás de la puerta para que no te vea nadie en el caso de que pasase y quitas el pestillo, abres dándome un beso mientras me asomo esperando que no haya nadie en el rellano, aprieto el botón del ascensor y espero a que llegue mientras con la puerta entreabierta veo como me lanzas un beso con la mano.

Llega el ascensor, me subo y aprieto el botón de mi planta, mientras aun se cierran las puertas te veo sonriente por la pequeña abertura de la puerta.

Al cerrarse la puerta del ascensor este inicia su ascenso mientras pienso si lo que acaba de ocurrir es mi fantasía o es una dulce locura…

El ascensor llega a mi planta saco las llaves y al abrir la puerta de mi casa dejo la americana en la percha y escucho a mi mujer decirme lo tarde que había llegado hoy, tengo que buscar una excusa rápida (pienso).

¿Tarde? No me he dado cuenta – digo mientras miro mi reloj disimulando –

Por cierto – escucho decir a mi mujer mientras me cambio en la habitación – esta mañana he visto a la vecina de abajo.

Retengo la respiración esperando la siguiente frase que no llega y acercándome al salón esperando a ver que dice le pregunto que le ha dicho.

Me ha dicho – comienza mi mujer – que a ver si un día tomamos café los cuatro y nos conocemos, que después de un par de años que llevan aquí aun no nos conocemos.

Lo que quieras – respondo desde la habitación de nuevo –

Escucho pasos de mi mujer acercándose a la habitación y cuando llega a mi altura me dice que somos muy malos vecinos, que no sabemos ni sus nombres.

Yo sonrío mientras pienso que es verdad, no sé tan siquiera su nombre.